Capítulo dedicado a;

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El primer impulso de Rick fue cerrar la puerta.

-No, suegro- comentó Jaden impidiendo que la cerrara completamente- No quieras empezar con mal pie, anda.

-¿Qué...- comenzó Rick.

-¿Ya puedo llamarte papá?- comentó Jaden empujándolo- No me contestes, suegro- entró en la casa- Ya sé que sí.

-¡Jaden!- gritó Crystal.

-¿Qué pasa, cielito?- preguntó inocentemente- Tú solo espera a ver la que se va a liar, sólo lo estoy provocando un poco.

-¡Dave!- gritó Rick histérico- ¡Llama a tu tío Sheran y dile que venga aquí ya! ¡Que Jaden está en mi puta casa!

-Eso, eso llámalo- comentó Jaden mientras abrazaba a Crystal- Dile que no se preocupe, que ahora el inútil de su hermano es mi querido suegro.

-¡Jaden!- volvió a chillar Crystal, horrorizada ante el cambio de actitud de éste.

-Tranquila amor, soy un encanto- murmuró éste en su oído- Ya me he ganado su aprobación.

-¡Aparta tus putas manos de mi hija!- chilló Rick cogiendo un jarrón que tenía en la mano.

Mientras ambos peleaban en la entrada, Dave llamaba a su tío Sheran, tal y como su padre le había mandado hacer.

-Sí, como te digo tío Sheran- comentó Dave- Un tal Jony.

-Jaden- le corrigió el susodicho- Mi nombre es Jaden.

Éste sólo escuchó un ahora mismo voy, voy a matar a esa escoria.

O algo así.

-¿Qué está pasando, Jaden?- preguntó Crystal al borde del llanto- ¿Por qué te comportas así? ¿Ya conocías a mi familia?

-Te explicaré todo después, cielo- murmuró besando su mejilla- Confía en mí, por favor.

Rick, completamente furioso, le lanzó el jarrón a la cabeza.

-¡Qué quites tus jodidas manos de mi hija! ¡Y no le des besos, joder!- gritó Rick.

Jaden se giró lentamente, como si hace unos segundos un jarrón, el cual ahora mismo estaba en el suelo completamente hecho pedazos, no hubiese impactado contra su cabeza.

-Eso ha dolido, padre- comentó para fastidiarlo- Tanto que creo que me voy a desmayar del dolor- ironizó.

Gisela decidió intervenir para intentar calmarlos un poco.

-¿Se puede saber que está pasando?- preguntó poniendo a su hija detrás de ella.

-Es un placer conocerte, Gisela- comentó educadamente- Debo decir que tu marido tiene problemas para controlar la ira.

Dave rió sin poder evitarlo y eso hizo enfurecer más a Rick.

Para aliviar la situación, Sheran apreció con toda la familia.

-¡Donde estás, hijo de puta!- gritó Sheran mirando a todos lados, con los puños en alto- ¡Voy a matarte, maldito!

Crystal abrazó a Jaden, sollozando suavemente y éste supo que ya debía parar.

Saldaría las cuentas cuando estuvieran solos.

-Tranquila, cielo- murmuró tiernamente- Confía en mí, ¿vale?

-¿Jaden?- preguntó Arlette sin creerlo- ¡De verdad eres tú!

-¡Ahí estás maldito!- gritó Sheran, siguiendo a la suyo- ¡Ven aquí!

-Hasta que me encuentras- comentó Jaden con tranquilidad- Esto de volverte viejo te está quitando reflejos.

Sheran, ciego por la rabia, ni siquiera se dio cuenta que entre sus brazos estaba su sobrina.

Avanzó rápidamente hasta ellos.

-Ni se te ocurra- gruñó Jaden tensándose- No sé si te has dado cuenta pero tu sobrina está aquí, y te juro por dios que le tocas un solo pelo y no me contengo.

-¡Vale! ¡Se acabó!- gritó Gisela- ¡El próximo que vuelva a gritar, gruñir o ejercer cualquier forma de violencia en mi casa le pateo el culo hasta sacarlo fuera de aquí!

-¡Así se habla!- gritó Adolfo- ¡Acaba con ellos!

-¡Eso también iba para tí, Adolfo!- gritó Gisela- ¡Aquí no grita nadie excepto yo!

Los señaló a todos y después a la cocina.

-Todos los que no sean Dave, Rick, Crystal y el chico este a la cocina- demandó tajante- Tengo que resolver el asunto con ellos primero, después os matáis si os da la real gana.

Todos obedecieron.

Arlette chocó los cinco con Gisela antes de irse a poner orden en la cocina.

-¿Y bien?- preguntó ésta corriendo las puertas del salón, dándole un poco más de privacidad.

Crystal iba a hablar pero Jaden le dio un pequeño apretón de manos.

-Soy el mate de tu hija, Gisela- comentó tranquilamente- No tengo malas intenciones con ella, y tampoco pretendo hacerle daño porque juro que es mi vida completa. Tampoco suelo comportarme como un capullo, mucho menos con ella. Pero resulta que tu marido, tu cuñado, cuñada y yo nos conocemos desde hace tiempo.

-Jaden...- murmuró Crystal débilmente y recibió otro apretón de manos.

-Yo sabía que esto sería mala idea, pero por tu hija hago lo que sea.
Y por eso me estoy dirigiendo a tí y no a mi suegro- Rick gruñó- Yo amo a tu hija, aunque a ella no haya sido capaz de decírselo por temor a que se asuste o se sienta presionada.

Crystal comenzó a llorar.

-Si tú me permites y me das tu bendición, la seguiré amando, respetando y protegiendo como lo he hecho hasta ahora- continuó- De lo contrario la seguiré amando, respetando y protegiendo desde la distancia. Pero te juro que si tú me la das, me voy a pasar todo lo que tu marido por donde puedes imaginarte.

Jaden besó suavemente la mano de Crystal.

-Sin embargo, yo estoy más que dispuesto a hablar contigo y tu hermano y arreglar las diferencias- se dirigió ahora a Rick- Todo lo que sea por tu hija.

En la sala se produjo un silencio un tanto incómodo.

Lo único que se escuchaba eran los sollozos de Crystal.

-¿Y bien, Gisela?- preguntó Jaden sonriendo suavemente- ¿Tengo tu aprobación?

-Ya eres uno más de la familia, Jaden- comentó acercándose a él, dándole un pequeño abrazo- Mi hija no puede estar en mejores manos.

-¡Pues yo no estoy de acuerdo!- gritó Rick como un niño pequeño.

-No sé si has escuchado algo de mi discurso- comentó Jaden- Pero en alguna parte de éste he dicho que contando con la bendición de tu esposa la tuya me la paso por la nariz, por no decirte otra cosa, suegris.

-Cállate- gruñó- O te tiro otro jarrón- señaló el objeto que estaba a muy poca distancia- Crystal, ¿Tú qué opinas de esto, pequeña?

-Es mi mate, papá- comentó ella- Yo me siento completa cuando estoy junto a él, y es muy importante para mí, ¿así que... que crees que opino?

También te amo, Jaden.
Pensó sonrojándose.

Ella estaba deseando poder decírselo también, pero no quería hacerlo delante de su padre.

No quería que otra locura fuera desatada.

-Pues voy a por Sheran- murmuró Rick- Ahora eres parte de la familia, pero me vuelves a llamar suegro y te juro por dios que no respondo.

-Claro, suegro- Rick le miró entrecerrando los ojos y éste sólo se encogió de hombros.

Primera parte, completada con éxito.

¿Conseguirían esos tres arreglar sus diferencias?