
19
-¿Por qué estás tan pensativa?- inquirió Adolfo mirándola con los ojos entrecerrados.
Justamente después de todo lo ocurrido, Adolfo se presenta junto a Ester a desayunar como si nada.
-Nada- comentó sonriendo- ¿Por?
-Por nada- comentó Adolfo- ¿No estás muy feliz hoy?
-¿Acaso mi hija no puede estar feliz?- gruñó Rick- ¡Antes solías ir a dar el coñazo a la casa de Sheran! ¡¿Por qué ahora cambias?!
-Porque hoy Sheran y Hugo estarán de mal humor, y así no tiene gracia molestarlos- comentó como si nada- ¿Por qué tan feliz, nietita?
-Adolfo, déjala en paz- gruñó Ester- O juro que las galletas no será lo único que te haga comer.
-¿Ah, no?- comentó juguetón- Puedo comer muchas otras cosas, si lo deseas- Crystal se atragantó al escuchar semejante declaración.
-¡Papá!- gritó Rick.
-¡Yo no me refería a nada sexual! ¡Sois vosotros los que pensáis mal, joder!- chilló Adolfo como un niño pequeño- ¡Además! ¡Es mi mujer!
-¡Pero esas cosas se dicen en privado, hombre!- exclamó Rick y señaló a Crystal- ¡Hay una niña pequeña aquí!
-¡Que no soy pequeña!- chilló Crystal.
-¡Bueno, bueno!- exclamó Rick dándose por vencido- ¿Y qué son esos papeles? ¿No has hecho los deberes?- le regañó.
-No tenemos clases por esto de la niebla, papá- le reprochó ésta- Y durante estos tres días sin clases el entrenador nos ha puesto un ejercicio.
-¿De que se trata?- inquirió Adolfo con bastante curiosidad.
-Durante estos días tenemos que convivir con la persona que nosotros escojamos para proteger- comentó Crystal- Y yo todavía estoy pensado a quien voy a escoger.
Ojalá pudiera escoger a Jaden.
Pensó Crystal.
-¡A mí!- chilló Adolfo- ¡Puedes protegerme de las malvadas galletas rancias de tu abuela!
-¡Adolfo!- chilló Ester- ¡Serás malnacido! ¡No cocino tan mal!
-Puedes proteger a la pobre Pepita de las garras del feroz Adolfo- comentó Rick.
-Esa puta ya tiene los días contados- gruñó Adolfo- Y en mi defensa, ella comenzó nuestra enemistad picándome, la muy salvaje.
Crystal y Gisela rieron.
Todavía se les hacía mentira convivir con una familia tan peculiar.
-¿Y Ada?- comentó Ester totalmente divertida- Seguro ha escogido a Isaac.
-Que va- murmuró Crystal- Esa niña es una caja de sorpresas. Ha decidido proteger a su madre oficialmente como ella dice, y a Isaac de forma encubierta.
-Esa niña- comentó Adolfo sonriendo- ¿Y tú? ¿Me protegerás a mi?- inquirió haciendo pucheros.
-Creo que se lo pediré a Damián- inquirió pensativa- Quiero conseguir más información para mi trabajo final ante los tontos del consejo, y Damián será el protector perfecto para ello.
-Me parece una gran idea, pequeña- comentó Rick sonriendo- Estoy muy orgulloso de tí.
-Pues voy a buscarlo- objetó levantándose de su asiento- Busco en la casa de los tíos antes que nada, ¿No?
-Exacto- comentó Adolfo sonriendo- Yo me voy contigo, quiero comprobar si mi nietito está de mal humor para hacerlo rabiar aún más.
-¡Abuelo!- chilló Crystal.
-¡No, no! ¡Déjalo!- chilló Ester- ¡Ojalá Hugo te arranque la cabeza!
-Exagerada- gruñó Adolfo- Vámonos, nietita.
Ay, no.
Pensó Crystal.
-Tengo un par de preguntas que hacerte- murmuró éste por lo bajo, empujándola suavemente hacia la salida- Hasta luego familia.
Ay, sí.
Pensó nuevamente.
-Abuelo, nada de preguntas incómodas- murmuró Crystal un tanto avergonzada.
-Pero es que yo no sé hacer preguntas si no son incómodas- comentó éste como un niñito pequeño- En fin, ¿ya has dado tu primer besito?
-¿Qué tienes contra los besitos?- inquirió Crystal intentando evadir el tema- Dean me contó tu insistencia sobre ese tema.
-Oh, cariño, con él lo hice para joder a Hugo- comentó divertido- Debiste ver el espectáculo que montamos.
-Te creo- comentó ésta riendo.
-¿Y bien?- inquirió él.
-Quizás-
-¿Quizás?- comentó ilusionado- ¡Eso es un sí!
-¡Abuelo!-
Y esa fue la guinda del pastel.
Una deliciosa guinda que dio paso a un sinfín de preguntas.
-¡Yo te juro que lo mato! ¡Suéltame Kierdgar!- gritó Hugo- ¡El kamasutra mis huevos!
-¡Solo era una sugerencia, hombre!- gritó Adolfo- ¡Se lo aconsejé a tu padre y mira!
-¡Pero no a tu nieto, maldito pervertido!- gritó éste intentando soltarse del agarre de Kierdgar- ¡Dean no tiene por qué saber esas cosas!
-¡Algún día las practicará con la chica a la que bese y no habrá más que hablar!- chilló sonriendo maliciosamente- ¡No podrás impedirlo!
-Ahora si te suelto, Hugo- comentó Kierdgar- Patéale el culo.
Adolfo emitió un grito agudo y salió a correr, seguido de Hugo.
Mientras tanto, Sheran y Damián aparecieron.
-¿Y ahora qué?- gruñó Sheran.
-Nada- comentó Dean avergonzado.
Y Sheran comprendió el motivo de la pelea.
-¡Damián!- chilló Crystal emocionada- ¿Crees que pueda "protegerte"?- hizo comillas- Quiero recabar información para el trabajo final.
-¡¿Has escuchado eso?!- chilló Damián totalmente emocionado- ¡Por fin alguien que reconoce mi estupenda genialidad!- le recriminó a Sheran- ¡Claro que sí, princesa!
-¡Genial!- chilló Crystal.
-Vas a suspender- comentó Sheran- De este no te fíes, cielo. Sacó aprobado de milagro.
-¡¿Pero serás malditamente mentiroso?!- chilló Damián indignado- ¡Pues bien que me aceptaste como tu protector, maldito!
-¡Para! ¡Para! ¡Le regalaré uno de bolsillo!- chilló Adolfo desde algún lugar de la casa.
-Esta es una casa de locos- comentó Kierdgar- Cuando lo hayas leído me lo pasas, Dean- Y éste se sonrojó.
-¿Pasarte el qué?- inquirió Sheran mirándolo fijamente.
-¡Nada, papá! ¡Nada!- chilló Dean abalanzandose sobre su padre, abrazándolo- ¿Crees que puedas mandarlos a hacer flexiones?
-Por supuesto mi pequeño- murmuró besando su frente- ¡Ustedes dos!- gritó- ¡Flexiones! ¡Ya!
-¡Sí, hombre!- chilló Adolfo desde el pasillo- ¡Tú a mi no me mandas!
-¡Flexiones!- gruñó furioso y se escuchó el golpe de ambos siendo tirados al suelo.
-¡Yo cuento, papá!- gritó Ada desde el pasillo- ¡Más abajo, abuelo! ¡No me hagas sentarme en tu espalda!
Que locura.
Pensó Crystal completamente divertida.
-Así que, ¿Damián?- inquirió Jaden apareciendo en la habitación de Crystal.
Ésta lanzó un gritito ahogado, tirando el libro al suelo.
-Me has asustado- lloriqueó ésta- ¿Me coges el libro, por favor?- preguntó avergonzada.
Jaden se acercó hasta un lado de la cama y cogió el libro.
Sonrió mientras pasaba lentamente el dedo por los puntitos de la portada.
-Romance- murmuró pensativo- Aquí tienes- le entregó el libro y besó su frente.
-Nunca te he preguntado esto y me muero de curiosidad- inquirió sonriendo- ¿Por qué decidiste aprender braile?
-¿Por qué crees?- inquirió sonriendo- ¿Tú por qué aprendiste?
-Por necesidad- murmuró ésta.
-Pues ahí tienes- murmuró abrazándola- Tú eres mi necesidad.
-Jaden- murmuró sintiendo como su temperatura comenzaba a subir.
-Mía- gruñó besando su cuello- ¿Y por qué Damián?
-Porque a tí no puedo escogerte- murmuró Crystal suspirando- No puedo decirle a mi papá ¡Eh, mira! ¡He hecho mi trabajo sobre mi mate! ¿Excelente, verdad?
-Has hecho una buena elección- murmuró Jaden depositando pequeños besos sobre su cachete, los cuales iban descendiendo sobre su cuello.
Crystal suspiró y echó su cabeza hacia el lado contrario, otorgándole más acceso a Jaden.
-No puedo controlarme- gruñó Jaden aparentándola contra él- No sé qué me haces, Crystal.
-Quiero repetir, Jaden- gimió- Por favor- éste gruñó más que encantado con la idea.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro