Fruncía su ceño, sus finos labios temblaban, su respiración se volvía irregular y finalmente, sus hermosos ojos se llenaban de ese peculiar brillo que terminaba convirtiéndose en un mar de lágrimas, con sus ruidosos balbuceos.

Eres como ver una trágica pintura, te encoge el pecho. Pero con una belleza tan hipnotizante, que no puedes apartarte.

¿Por qué me siento así?

Nunca me agradó lidiar con sentimientos ajenos, y mucho menos la tristeza; rara vez supe cómo reaccionar. Sólo era incómodo y tedioso tener que hacerlo.

Pero tú. Una extraña calidez florece en mí cada vez que escucho tus tiernos sollozos.

Por favor, no me mal interpretes mi pequeño ángel.
Daría todo lo que soy para verte sonreír cada día de esta absurda vida. Pero, cuando llegas a mis brazos en busca de consuelo; es inevitable no desear estar así por siempre. No es crueldad, no lo es en absoluto.

Me da terror que te rompan el corazón, y moriría antes de ser el causante de tus penas; pero si el mundo se ha encargado de hacerte daño. Quiero ser tu alto príncipe para protegerte de todos los dragones de miseria.

Día tras día, lágrima tras lágrima, consuelo tras consuelo. Permíteme quedarme a tu lado.

¡Ay mi pequeño niño! Soy más débil de lo que crees, me ves como el fuerte y alto guerrero, pero ¿No ves que eres mi debilidad?

Con tus gritos airados, tus gemidos ruidosos, tus lagrimas perlada, tus sonrisas vivaces, tu lenguaje ácido, y tus cariños dulces. ¿Cómo no estar rendido ante tu imagen?

Sufro tanto o más que tú, porque me preocupa que esto termine. Que el sol se extinga, que la magia desaparezca, que el hombre triste y desgarbado regrese.

BaekHyun, BaekHyun, BaekHyun. ¿Acaso siempre debo vivir con este dolor? Este que se retuerce en mi pecho, que me deja sin aire al oírte cerca, ese que me deja incapaz de pensar en algo más que tus labios, tu nariz, tu tacto ¡todo tú!

Soy un imbécil enamorado, más de lo que debería; te venero mucho para mi propio bien, pero entre tanta desgracia, sólo le confío mis plegarias a mi ángel de lágrimas.

Porque esas lágrimas siempre rondaban su relación.

Cuando estaba muy feliz, cuando hacían el amor, cuando abrazaba a Chanyeol y comenzaba a llorar "Porque te mucho, Yeollie" Cuando su madre lo echó de la casa, cuando alguien intentó robarle, cuando Por fin logró graduarse, cuando discutían a altas horas de la noche.

Esas perladas lágrimas siempre recorrían las mejillas del mayor, en momentos buenos, malos y hasta los más inesperados.

Apesar de todo, así se querían ellos.
El guerrero sin espada, y el príncipe de lágrimas.