ஜ 08 ஜ
Tu espalda era pálida, tanto como tus manos y rostro. Se sintió muy íntimo el poder observarla, más cuando la acaricié y te diste la vuelta para verme con esa sonrisa de goma.
¿Por qué tenía que ser tan malditamente linda?
Seguía cayendo por ti cada vez más profundo y aquellos silencios se fueron transformando en algo más habitual.
Si te podía demostrar mi amor con todo mi cuerpo no sentiría culpa después. Me intenté convencer de ello, incluso cuando te ibas y la cama quedaba con un poco de tu calor.
No pasábamos de los besos, pero sentí que ya te había entregado todo lo que tenía.
Actualización: 09/05/21
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