Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Recuerdos

Narrador omnisciente:

Era domingo en la mañana, Mina podía escuchar a su madre hablando por teléfono desde la cocina siendo acompañado por los ruidos externos de su hogar tan característico como agobiante, ella como de costumbre estaba en el interior de su habitación con sus palmas puestas sobre su abdomen manteniéndose quita sobre el colchón, dejando que los sonidos acariciarían sus tímpanos, los pasos de su madre no tardaron en retumbar por el pasillo en señal de que estaba próxima en entrar a su pequeña zona segura. La japonesa relamió sus labios a la vez que estiraba su mano derecho para acomodar sus lentes de sol sobre su fina nariz, los recuerdos de su padre discutiendo con su madre atormentaron su mente causando que mordiera su lengua incapaz de dejarse debilitar por eso; él había enfurecido, a pesar que ella no podía verlo, era capaz de sentir su ira en su tono de voz, y el simple hecho de saber que estaba hablando sobre ella no era muy difícil el deducir el por qué de su mal humor. Mina se incorporó presionando sus omóplatos contra el respaldo de su cama en el instante que escuchó como la puerta se abría y la presión del peso ajeno hacía crujir la madera del suelo. 

—Mina... cariño—y la suave voz de su madre siendo acompañada por el característico aroma de su colonia le dieron los buenos días a la mencionada—tengo que ir al trabajo a arreglar la estupidez que hizo Kang, prometo que no tardaré—admitió caminando hacia el colchón, la castaña asintió con su cabeza permitiendo que ella acariciara su cabello para luego besar su frente—Changbin vendrá y te hará compañía—le avisó.

El primer mes que estaban viviendo sin su padre, su madre debió salir un sábado para solucionar un problema en su trabajo dejándola a ella completamente sola en el interior de su hogar. Mina no estaba acostumbrada a escuchar todo tan meticulosamente ya que su madre se había encargado de poner música por lo bajo para distraerla, pero como estaba sin ningún tipo de compañía la paranoia de que alguien fuese capaz de entrar a su hogar era más grande que la necesidad de dejar de escuchar cada sonido que su casa hacía sonar por diferentes motivos. La castaña recordaba la forma en que se había molestado ese día, como, por la frustración había acabado llorando cuando su rodilla colisionó contra la mesa provocando que todo animo de ser independiente se fuera por el caño, fue frustrante, y reconoce que, al día de hoy seguía siendo frustrante el no detener los sonidos, el no tener un control para que, aunque fuese por un segundo todo se quedara en un completo silencio. La gente no lo entiende, ni ella misma lo entendía los primeros meses, cuando tienes la bendición de poder ver dejas de lado muchos detalles que solo tu oído puedo percibir, estas tan distraído que no escuchas el sonido de las gotas resbalando por la llave hasta caer contra el metal del lavaplatos, ni las hojas deslizándose por el asfalto como una suave caricia al cemento cuando el otoño hace su aparición, están tan sumergidos con lo que sus ojos les ofrecen que, prácticamente inhiben lo que sus oídos son capaces de ofrecerles, y ella solo fue capaz de comprender aquello meses después del accidente. 

Mina fue egoísta en el momento que reprochó a su madre, a su propia madre, cuando lo único que aquella mujer trataba de hacer era darle un buen sustento económico, se sintió una miseria cuando entendió que ella solo trataba de ofrecerle lo mejor porque tampoco le divertía el tener que salir en sus días de descanso hacía su trabajo. La castaña no dijo nada al respecto al oír a su madre marcharse de su habitación, se mantuvo en su sitio siendo consciente que Changbin llegaría lo antes posible; ese con tal de comer, pensó cruzándose de brazos manteniendo una suave sonrisa que la hizo relajarse. Su teléfono de repente sonó, "Tienes un nuevo mensaje de... Preciosa Nayeon" la castaña frunció el ceño girando su rostro en dirección del sonido, ella que recordara no tenía el número de la coreana, y si lo tuviese estaba completamente segura que ese nombre jamás le colocaría. Rápidamente estiró su brazo buscando su teléfono sobre la mesita de noche, cuando lo encontró no dudó en llevarlo hacía su cuerpo deslizando su pulgar por la pantalla, se quedó en silencio escuchando el aparato tecnológico como hablaba por cada movimiento que ejercía con su dedo "hacía arriba, hacía abajo, derecha, izquierda, contacto Changbin, Mamá, Preciosa Nayeon" y cuando lo encontró no dudó en presionar el nombre de la chica escuchando como el audio automáticamente se reproducía.

Minari... ponte preciosa que vamos a ir a ver a Changbin—la voz de Nayeon sonaba con emoción mientras que el sonido de un motor se escuchaba de fondo.

Mina se quedó paralizada, en un principio no supo como reaccionar porque realmente no esperaba escuchar a Nayeon y menos que hablara sobre su amigo, hasta que recordó que, efectivamente era domingo, y que su amigo tendría un partido importante, cosa que había olvidado, y al parecer su madre también- o quizás la mujer solo quería que ella esperará a Nayeon, y fingió el no recordar el partido-. La chica rápidamente se puso de pie dejando el teléfono sobre la cama, con mayor seguridad caminó hacía su baño donde se tomó una corta ducha. Al volver caminó hacía su closet con una corta toalla cubriendo su torso dejando su cabello castaño empapando parte de su espalda y hombros. Mina ni siquiera demoró en estar lista, simplemente tomó un camiseta y unos pantalones ajustados. 

La castaña arregló su cabello como más pudo esperando a Nayeon, gran parte de ella no quería escuchar a la coreana, pero la minúscula y casi inexistente voz en su cabeza no dejaba de hablar emocionada de saber que la coreana prontamente estaría a su lado. Mina cerró la puerta detrás de ella colocando la llave-quien la viera, cuando estaba ebria ni siquiera era capaz de meter la llave en la cerradura y ahora que había perdido la vista lo hacía a la perfección-. La japonesa relamió sus labios girando sobre sus talones a la vez que arreglaba su cinturón metiendo su holgada camiseta en el interior de sus pantalones. Mina alzó su mentón el instante que escuchó un auto estacionarse cerca de su hogar, supo de inmediato que no era Changbin, con el tiempo había identificado el sonido de sus neumático deslizándose por el cemento.

Nayeon estaba paralizada con sus manos completamente firmes en el volante, sin poder evitarlo Mina le había cautivado con aquellos pantalones grises rasgado y esa camiseta blanca con mangas negras. La coreana tragó saliva a la vez que parpadeaba intentando no demostrar lo mucho que le había gustado el conjunto que Mina eligió. Su acompañante mientras tanto se cruzó de brazos confundida posando sus ojos en el rostro de la pelinegra para luego centrarse en la castaña que esperaba en el entrada de esa bonita casa.

—¿Nos quedaremos a aquí a mirarla?—cuestionó Jeongyeon con ironía causando que Nayeon simplemente sacudiera su cabeza abriendo la puerta para ir en busca de la tal Minari.

La coreana metió sus manos en el interior de sus bolsillos delanteros acercándose a la castaña, se ve tan bien, pensó Nayeon mientras que la distancia cada vez se acortaba más.

—Primero, llegas tarde, y en segundo lugar no tomes mis cosas otra vez—le aclaró Mina referente a su teléfono. De forma arrogante sonrió al saber que había impedido que la coreana tuviese tiempo siquiera de hablar, Nayeon entreabrió sus labios sorprendida estirando su mano por instinto al ver como Mina baja los escalones—puedo sola, gracias—y algo en ella había cambiado, pero la coreana no sabía el que.

Jeongyeon veía entre sorprendida y divertida la forma en que Nayeon había quedado con la boca abierta, ahora más que nunca quería saber quien era esa tal Mina y que tenía ella para lograr que Im Nayeon tuviese que ir a buscarla, cuando, ella la reina del drama, jamás, de los jamases, iba a buscar a su cita no cita o eso era lo que solía decir. La rubia se acomodó en su asiento sintiendo como la emoción por querer bombardear en preguntas a la desconocida rápidamente se desvanecía al notar el bastón en sus manos, oh no, pensó erróneamente que su mejor amiga estaba ayudando a la chica solo por lastima. Nayeon se acercó a Mina posando su palma sobre su hombro, la japonesa no dijo nada al respecto, en silencio se dejó guiar escuchando la puerta abrirse.

—Con cuidado—le pidió la coreana ayudando a que Mina ingresara en la parte de atrás del auto siendo un lugar extraño para la castaña quien, estaba acostumbrada a siempre ir de copiloto—Jeongyeon no comiences—la voz de Nayeon sonó molesta logrando que la japonesa comprendiera el por qué no estaba a su lado. 

Mina acarició su mejilla con su dedo índice manteniendo sus lentes completamente firmemente en el puente de su nariz. La japonesa se sintió estúpida, en un principio, al ingresar en el vehículo había sentido ese perfume diferente a lo que estaba acostumbrada por parte de Nayeon abofeteando sus fosas nasales, y creyó que solo se trataba del auto, pero al oír como la coreana agregaba ese "Jeongyeon no comiences" supo que no estaba en lo correcto. La castaña apoyó su espalda contra el respaldo del asiento manteniendo su bastón doblado sobre su regazo podía sentir la mirada de la desconocida fija en su rostro, era como un sexto sentido, algo que no sabía como explicar, pero estaba completamente segura que la tal Jeongyeon no dejaba de verle.

—No la mires así avestruz—ordenó Nayeon causando que Mina solo frunciera su ceño confundida por el extraño apodo.

—¿Qué? solo quiero saber si habla—aclaró la tal avestruz con diversión, provocando que la castaña en silencio se mantuviese.

El cuerpo de Mina se tensó por completo al sentir un dedo tocando su mentón, por instinto debió presionar con fuerza sus puños sobre sus bastón ante la forma en que su espalda se había echado hacía adelante y el sonido de los neumáticos frenando con fuerza se habían llevado por completo su atención, causando que recordara ese fatídico día; "Espera... ¿Me estas diciendo que no lo dejaste terminar?" cuestionó ella completamente confundida llevando una de su mano a la frente intentando armarse de paciencia "eres un imbécil, Lee". Mina se quedó quieta ignorando por completo la forma en que Nayeon la llamaba, se había paralizado sin saber que hacer, mientras tomaba grandes bocanadas de aire haciendo un gran esfuerzo para no salir corriendo del interior del vehículo. Los faroles de un vehículo a alta velocidad se cruzó en su manejo, ella intentó esquivarlo, pero este se impactó con violencia contra la zona donde estaba Felix sentado causando que el auto en que ella estaba manejando se desestabilizara por completo. Mina entreabrió sus labios sintiendo la primera lágrima deslizándose por su mentón, escuchó como la puerta que daba hacía su brazo derecho se abría y unos fríos y delgados dedos tocaban su mentón. Recordó la manera en que intentó gritar, mientras que su cabeza se sacudía al igual que todo su cuerpo, recordó el pánico, el temor de saber que estaba por morir, y esa forma, esa terrorífica forma de saber que Felix había quedado apegada a su torso le había causado nauseas. 

—¿Mina estas bien?—preguntó Nayeon completamente angustiada mientras que Jeongyeon solo la veía en silencio desde su asiento asustada de lo que había causado; ella nunca había visto a su amiga tan preocupada por alguien que no fuera por ella misma o alguna de sus mejores amigas.

—Estoy bien... intenta no frenar así de nuevo, por favor—habló Mina siendo tan lejana a lo que la coreana estaba acostumbrada escuchar de su parte; sin insulto, sin agresividad, tan suave y calmada que no pudo evitar el asustarse. 

Nayeon mordió su labio inferior volviendo a subir frente al volante, ninguna de las tres volvió a hablar hasta que la coreana se estacionó. Jeongyeon fue la primera en girarse mirando la forma en que Mina intentaba no demostrar lo ida que estaba.

—Lamento tocarte, no quería causar esto—admitió Jeongyeon provocando que la japonesa inclinara su rostro hacía su dirección. En silencio aceptó sus disculpa con un suave moviendo de cabeza siendo incapaz de poder hablar.

Mina en otro momento hubiese insultado a la desconocida y hasta le hubiese golpeado con su bastón por el simple hecho de haberse tomado el atrevimiento de ponerle un dedo encima, pero había recordado a Felix... peor aun, había recordado a su amigo y la forma en que su vida se desmoronó, y ese era un tema lo suficiente sensible para ella que, simplemente quedaba así, en un estado de sumisión total, siendo incapaz de defenderse tanto físico como verbal, permitiendo que, cualquiera con intenciones de querer lastimarla lo consiguiera con bastante facilidad. 

—¿Jeongyeon por qué no te vas con Jihyo?—cuestionó Nayeon sonando completamente molesta causando que la mencionada asintiera torpemente con su cabeza para luego simplemente huir del vehículo, siendo una de las primera veces en que no contradecía a la coreana. 

Nayeon bajó de su auto para adentrarse nuevamente en este, pero con la diferencia de que ahora estaba al lado de Mina. Se mantuvo en silencio los primeros minutos con sus ojos fijos en la forma en que la castaña estaba mordisqueando su labio inferior, por instinto estiró su mano tocando el cabello ajeno para dejarlo detrás de su oreja, le aterraba el no ver una reaccionar negativa por parte de la japonesa, porque la conocía-bueno, no la conocía, pero esta en proceso de-, así que sabía que no era propio de ella el quedarse quieta permitiendo que la tocaran sin más.

—¿El partido va a comenzar?—preguntó Mina con suavidad causando que la coreana frunciera su ceño bajando su mirada para ver su reloj—deberíamos movernos—aclaró deslizándose su cuerpo hacía la puerta continua abriendo de esta lo más rápido posible.

La pelinegra rápidamente salió detrás de ella, de manera torpe puso el seguro a su vehículo mientras que observaba como la japonesa caminaba con tranquilidad hacia el amplio edificio escuchando atentamente los gritos productos de la gente eufórica. Nayeon la llamó, en un principio creyó que ella simplemente la ignoraría como siempre, pero se vio sorprendida de notar como se había detenido esperando a que llegara a su lado. La coreana observó como Mina nuevamente comenzó a caminar al sentir su mano tomando su brazo, ninguna de las dos dijo nada al respecto, simplemente permitieron la comodidad de la compañía de la otra hasta que el grito de la multitud terminó por romper la agradable sensación que las envolvía. 

Nayeon dio un paso hacía el exterior, pero Mina se mantuvo quieta; se había aterrado por los diferentes sonidos siendo incapaz de poder diferenciarlo. La coreana confundida miró por sobre su hombro derecho la forma en que la castaña había agachado su rostro.

—¿Todo bien?—cuestionó Nayeon confundida observando como la muchacha asentía con su cabeza.

Busca una excusa, se ordenó la japonesa.

—Tengo que ir al baño—le avisó dando un paso hacía atrás escuchando con bastante diferenciación como Nayeon se acercaba indicando que quería acompañarla—puedo ir sola, no necesito ayuda ahí... mejor, ve y consigue buenos asientos—le comentó fingiendo una sonrisa causando que, aquellos pasos se detuvieran.

—Bien... no tardes—le pidió Nayeon mientras que veía como la japonesa giraba sobre sus talones y caminaba nuevamente por el interior de aquel desolado pasillo.

La coreana estuvo tentada en seguirla, pero era consciente que eso solo la haría enojar, así que simplemente caminó hacía las gradas en busca de sus mejores amigas. Jeongyeon conversaba con Jihyo de forma animada en el interior de las gradas-en la tercera columna para ser más específico-, mientras que un Taehyung y Siwon les veía embobados la forma en que ellas reían por sus chistes internos-sí, sus amigas no iban a la misma escuela que ella, así que los chicos pocas veces las podían admirar-. Nayeon en un completo silencio tomó asiento al lado de Jeongyeon, cuando la rubia se percató de su presencia no dudó en girar su rostro sorprendiéndose de no ver a su silenciosa acompañante, por costumbre frunció el ceño cuestionando que había pasado con la castaña. 

—Fue al baño—aclaró la coreana girando su rostro al ver como las trompetas habían sonado dejando en exhibición los jugadores de fútbol—¡Vamos Changbin!

Changbin había sido anteriormente capitán del equipo de baloncesto, pero luego del accidente y su año escolar perdido por culpa de la depresión que obtuvo ante la tristeza que le causó la muerte de su primer amor el chico terminó tomando la decisión de volver a los deportes en específico el fútbol. Nayeon gritó emocionada mientras que sus amigas le hacían barra al muchacho, Taehyung suspiró al ver al chico de cabello negro, no le agradaba para nada Jeon Jungkook, para ser un año menor que él se comportaba como un idiota, peor que el imbécil de Jinyoung quien trotaba detrás del muchachito- no soportaba el hecho de tener que verlo en teatro y también ahí-. Changbin giró su rostro elevando sus manos en dirección de Nayeon, con facilidad preguntó por Mina observando como la coreana le apuntaba hacía el edificio articulando un "baño" causando que el coreano simplemente asintiera con su cabeza para volver con su equipo.

Mina caminaba tranquilamente por el pasillo sintiéndose aliviada de que el ruido estuviese siendo amortiguado por las grandes paredes de concreto. Con calma se adentró al baño sintiendo el olor a desinfectante golpeando sus fosas nasales, ella sabía que ese baño en concreto era el de damas, porque el de los hombres solía usar un desinfectante un poco más fuerte-ella misma lo compró una vez que se adentró por accidente escuchando los silbidos por partes de los muchachos, y como había salido de ahí completamente avergonzada-. La castaña dejó su bastón apoyado sobre la pared, para luego simplemente presionar sus palmas sobre el mármol del lavamanos, se quedó quieta intentando el poder concentrarse, pero su mente era distraída, y la fría sensación del material lograba llevarse por completo su atención. 

De repente la puerta se abrió, pero Mina no le dio mayor importancia creyendo que solo era una chica.

—Por fin te encuentro—una voz masculina completamente desconocida para los oídos de la japonesa hicieron que ella se asustara girando su torso para quedar frente a los desconocidos—no debes tener ni la menor idea de quienes somos, ¿Verdad?—preguntó esa voz mientras que sus pasos cada vez se acercaban más a ella, por impulsó Mina intentó tomar su bastón, pero una mano detuvo su acción empujando desde sus hombros contra el lavamanos arrebatando con violencia el objeto de sus dedos—por tu culpa mi hermano terminó en cama con la perdida dos dientes y con una grave lesión en una de sus mejillas—se escuchaba furioso, y el sentir la fuerza con que agarró el cuello de su camiseta le aclaraban esa obviedad—puta ciega, ¿Crees que no te golpearé solo porque estas lisiada?—cuestionó golpeando con fuerza la mejilla de la castaña causando que esta cayera al suelo.

Mina se arrastró buscando los lentes que habían volado hacía una dirección desconocida, estaba asustada, eso era lógico, así que no era extrañar que estuviese buscando la forma de poder defenderse. La japonesa perdió el aire de sus pulmones al sentir la patada dando de llenó contra sus costillas causando que su espalda ahora estuviese adherida contra las frías baldosas, Mina tomó grandes bocanadas de aire queriendo recuperarse mientras que escuchaba pasos en dirección del lavamanos.

—I.N—leyó otra voz las iniciales de los lentes—no me jodas, ¿Im Nayeon? ¿Por qué tienes los lentes de Nayeon?—cuestionó causando que Mina frunciera el ceño confundida sintiendo como el muchacho que se había encargado de causar el sangrado en su nariz tomaba con fuerza de su cuero cabelludo obligando a que alzara su mentón posiblemente en dirección de aquella rasposa voz—responde, ¿Le robaste, verdad?—preguntó abofeteando el rostro de la muchacha logrando que su acompañante simplemente se riera por esa acción—eso hiciste... puta muerta de hambre—soltó lanzando el puñetazo contra la boca de su estómago observando con diversión como ella simplemente había comenzando a llorar producto del dolor—le robaste a Nayeon, y no vengas con excusas de que te los dio, porque ella jamás se acercaría a una persona como tu, a menos que fuese por lastima, o alguna apuesta—el idiota divagaba mientras que Mina intentaba no desmayarse.

Y la golpearon de todas las formas posible, patearon sus muslos, su abdomen y su espalda- por lo menos tuvieron la amabilidad de dejar su cabeza en paz-. hasta que terminaron agotados. Mina era incapaz de ponerse de pie sin sentir que todo su interior doliera así que se mantuvo en el suelo hasta que aquellos desconocido terminaron por huir del baño. La castaña se arrastró hacía el lavamanos apretando su mandíbula ante el esfuerzo que estaba ejerciendo para poder levantarse, cuando lo logró comenzó a sollozar sintiendo como su pecho se contraía de la agonía que le provocaba el dolor, con sus manos temblorosas giró la llave sintiendo el agua fría chocando sus palmas, con una completa suavidad comenzó a limpiar su rostro sintiéndose aturdida por el olor a sangre seca y fresca que se mezcla en sus fosas nasales, intentó limpiarse lo mejor posible siendo consciente que su camiseta debía estar completamente marcada por la suela de los zapatos y de su propia sangre, así que simplemente tomó la decisión de tomar su bastón y marcharse. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro