Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Conociendo

Narrador omnisciente:

Matthew no le quedó de otra más que llevar a Nayeon y Yunho al hospital luego de que ambos insistieran en que debían ver a la japonesa, en silencio se estacionó notando como su hija salía del vehículo corriendo en dirección de la infraestructura mientras que el menor de los Im iba detrás de ella intentando asegurarse de que no hiciera nada malo. El adulto apretó sus labios a la vez que se inclinaba permitiendo que su frente descansara contra el volante; él sabía a la perfección que Mina no los dejaría pasar, ni siquiera había permitido que su madre la visitara luego de la operación, así que el pensar que Nayeon tendría una oportunidad era casi nula, y eso lo hizo sentir mal, porque su hija iba a sufrir.

Nayeon casi golpea a la enfermera cuando esta le indicó que no podía ingresar a la habitación de cuidados intensivos. La pelinegra furiosa se intentó abalanzar contra la funcionaria mientras que Yunho ampliaba sus párpados envolviendo sus palmas alrededor de su cintura, "No lo hagas" y la suavidad con la que el menor le pedía que se quedara tranquila logró que la coreana simplemente suspirara mirando con sus ojos envueltos por las rebeldes lágrimas como la mujer seguía su camino ajena al hecho de que casi se quedaba sin cabello por las poderosas manos de Im Nayeon. El joven coreano apretó sus labios a la vez que notaba como la mayor se giraba presionando su rostro contra su pecho, permitiendo que su suave llanto causado por la frustración hiciera ecos en el desolado pasillo.

—¿Yunho?—Nayeon y el mencionado se giraron en el momento que escucharon una voz femenina. El coreano se quedó quieto mirando atentamente como la mujer con calma se acercaba dejando atrás a sus acompañantes, sin poder evitarlo se emocionó, su corazón revoloteó como si estuviese en medio de los carnavales, o la sensación era parecida, así que olvidó momentáneamente que estaba abrazando a su hermana para trotar en dirección de la adulta. Sin siquiera pedir permiso chocó contra su cuerpo envolviendo sus brazos sobre sus delgados hombros mientras que su respiración agitada se escuchaba a la perfección—oh...—murmuró sorprendida de sentir el cálido cuerpo del muchacho atacando el suyo.

—S~Señora Myoui—susurró el menor mientras que presionaba su rostro contra su hombro sollozando como un niño pequeño al darse cuenta que le había echado de menos—lamento no visitarla—se disculpaba porque le había prometido que lo haría luego de que ella tan amable le había estado cuidando luego de que lo lastimaron; fue la única figura maternal que tuvo en medio de ese desastre en que cambió para poder olvidar que lo habían herido—p~perdóneme, por favor—suplicó permitiendo que la mujer con cuidado tomara su rostro. Sachiko observó con cariño a ese niño lastimado, sus ojos brillando como dos faroles en medio de la oscuridad la hicieron saber que él lo estaba pasando peor que cualquier otra persona de la habitación, hasta quizás más que Nayeon, y eso le sorprendió. Con cuidado deslizó sus pulgares por las mejillas sonrojadas del adolescente, ella tenía en claro que él era especial, y que no tenía porque seguir sufriendo, así que lo cuidaría mientras que esperaba a que su hija mejorara para poder llevarla a su hogar.

Wonho se detuvo en medio del pasillo junto a su familia y Changbin, en silencio todos observaron atentamente como el desconocido asentía con su cabeza sorbeteando su nariz mientras que elevaba uno de sus puños para restregar su chaqueta en sus ojos en un vano intento por ocultar las lágrimas que continuaban su descenso. El japonés apretó su mandíbula sintiendo los celos burbujeando a través de su cuerpo, no quería actuar de manera irracional ni empujar al desconocido porque sabía que no era el momento y su madre actuaba como si realmente lo conociera, pero por Dios era su madre, ¿Por qué ese chico la abrazaba? se cuestionó sabiendo a la perfección que no le gustaba para nada ese tipo de contacto, él no es su hijo, pensó mientras que se cruzaba de brazos, Yuna al ver como su padre había reaccionado no dudó en hacer lo mismo manteniendo su ceño fruncido y sus delgados brazos envolviendo su pequeño torso; y ahí estaba el par, Myoui grande y Mini Myoui de brazos cruzados celosos por la atención que la mujer no le estaba dando por estar pendiente del castaño llorón. Changbin en cambio simplemente se inclinó notando como Nayeon daba un paso hacia atrás abrazándose a si misma, avergonzado se acercó, sus ojos rapidamente hicieron un contacto directo con los ajenos y pudo ver el rencor en ellos, y lo entendía, claro que lo hacía, pero no podía simplemente aceptarlo, así que de todas formas caminó donde ella hasta que estuvieron lo suficientemente cerca.

—Lo siento—se disculpó siendo consciente que esas mediocres palabras no iban a solucionar el hecho de que Nayeon lo estaba pasando mal. La coreana apretó sus labios a la vez que elevaba su mano, en un momento el coreano pensó firmemente que ella lo iba abofetear, así que cerró sus párpados dispuesto en aceptar el golpe—¿Ah?—cuestionó confundido mientras que podía sentir la cálida palma de la muchacha chocando contra su hombro, una y otra vez, como si le estuviese diciendo que todo iba a estar bien, pero nada estaba bien en esos momentos, Mina estaba encerrada en el interior de esas cuatro paredes, a él le prohibieron visitarla, y por su estupidez ni siquiera su madre podía verla, porque así ella lo decidió—l~lo siento—se volvió a disculpar mientras que las lágrimas caían con suavidad por sus mejillas.

Nayeon tragó saliva sintiendo como sus propios ojos nuevamente comenzaban a arder; en un principio ella realmente había estado furiosa, cuando ingresó en el hospital y le negaron el acceso a la habitación de su novia no novia la hizo sentir que todo su cuerpo estaba ardiendo ante la ira, y quiso golpearlo, realmente cuando notó como él se acercaba simplemente quería estampar su puño contra su rostro una y otra vez hasta sentir que había algo de paz en su organismo, pero en el momento que él lloró, que se quebró frente a sus ojos demostrando que no era un chico fuerte, sino que estaba asustado de estar nuevamente esperando esa agonía por saber si su mejor amiga esta vez iba a estar bien, simplemente atinó a apoyarlo, y olvidar el hecho de que le ocultó información.

—Te patearé el culo cuando Mina salga—admitió logrando que Changbin simplemente se riera aceptando sus palabras a la vez que, sin siquiera preguntarle se abalanzaba contra su delgado cuerpo abrazándola con suavidad, esperando con paciencia a que ella correspondiera el cálido contacto—... la echo de menos—susurró mientras que él, con cuidado presionaba sus palmas sobre sus omóplatos aferrándose por completo a su anatomía—realmente la extraño—y no importaba que estuviese gente que ella no conocía en el mismo pasillo, ni muchos menos le interesaba el hecho de que la estuviesen viendo llorar, ¿Qué más daba? no sabía cómo estaba la japonesa, y la última vez que tuvieron una conversación decente, ella actuó como una idiota así que tenía todo el derecho de echarla de menos y de llorar todo lo que ella quisiera. 

Yunho dio un paso hacia atrás luego de que Sachiko le comentara que no debía preocuparse por Mina, pero a pesar que él se había tranquilizado, aun así necesitaba ver con sus propios ojos que ella realmente estaba fuera de cualquier tipo de peligro. El coreano tomó una buena bocanada de aire a la vez que alzaba su mirada por sobre la cabeza de la adulta, sorprendido observó al chico de la fotografía viéndolo con odio, pero a él no le importó, con cuidado se alejó de la mujer y caminó en dirección del musculoso notando como este velozmente se colocaba de los nervios. Yunho ni siquiera pensó en el instante que abrazó a Wonho, con fuerza envolvió sus brazos alrededor del mayor escuchando como este jadeaba sorprendido mientras que su novia e hija veían impactadas como el desconocido abrazaba al mayor.

—Mina siempre habló de ti—comentó con suavidad contra el oído del muchacho logrando que la piel de sus brazos y nuca se erizaran por completo ante lo abrumador que era el ser consciente de que a pesar de todo, su hermana no se había olvidado de él. En el momento que Yunho lo abrazó él reaccionó presionando sus palmas contra el estómago del menor, dispuesto en empujarlo lejos, pero cuando escuchó sus palabras, simplemente se paralizó—dijo que fuiste un buen hermano—admitió recordando aquella noche, cuando se quedaron conversando respecto a sus hermanos, cuando Mina estaba triste y necesitaba un poco de cariño y él como un buen chico simplemente se lo brindó esperanzado de que aquello fuese suficiente para que ella dejara de sufrir—¿Te quedarás no?—preguntó dando un paso hacia atrás, notando como el muchacho arreglaba el cuello de su camiseta para luego mirar a su novia—oh...—se dio cuenta que no se había presentado—¡Soy Yunho!

—¿Eres su novio?—preguntó Yuna curiosa logrando que el coreano agachara su mirada para verla a los ojos notando como ella, tímida por la forma en que el más alto se le había quedado viendo se escondió tras las piernas de su madre, dejando ver a cada pocos segundo su rostro para luego volver a esconderse, mientras que Nayeon solo había guardado silencio sintiéndose extrañamente nerviosa de pensar en la posibilidad de su hermano con la japonesa.

—¿Mina y yo?—cuestionó presionando su dedo contra su pecho, para luego simplemente comenzar a reir; él realmente había encontrado peculiarmente graciosa el pensamiento de la niña porque a él le gustaba otra persona o estaba por lo menos confundido, aun no solucionaba muy bien sus propios pensamientos y necesitaba que la japonesa se recuperara para que lo ayudara—no... ella está con Nayeon—aclaró para luego agacharse quedando a la misma altura de aquella niña de cabello castaño que lo miraba como si fuese alguna especie de extraterrestre—ella—murmuró girando su rostro para ver como su hermana se había removido incómoda en su sitio, mientras que Yuna curiosa simplemente se había inclinado observando a la coreana que hacía todo lo posible para que no la siguieran mirando, para luego centrarse en Changbin quien sonreía divertido por ver la timidez en la contraria—es bonita, ¿No crees?

—Yo soy más bonita—aclaró Yuna provocando que Yunho girara nuevamente su rostro para verla con una clara muestra de sorpresa en sus facciones; en silencio el chico la analizó notando que era adorable, pero que definitivamente su hermana era más atractiva que ella y que por obvias razones tenía más posibilidades de estar con Mina.

Yunho sin siquiera darse cuenta veía a la pequeña Yuna como una posible amenaza para la relación de su hermana con la japonesa.

—No es cierto—admitió causando que la pequeña diablito simplemente alzara sus cejas en señal de molestía mientras que Nayeon, sorprendida por lo que había dicho no dudó en acercarse agarrando el brazo del más alto, haciendo un gran esfuerzo por alejarlo de la niña; lo que menos necesitaba en esos momentos era que Yunho comenzara a discutir con una infante—¿Qué? ella miente—aclaró provocando que la coreana simplemente sonriera nerviosa en dirección de la pequeña mocosa que simplemente había refunfuñado en su sitio, para luego elevar su pie chocando la suela de su zapato contra el suelo en forma de protesta.

—Pues Mina dijo que era hermosa y que tu eras feo—aclaró sacando su lengua provocando que Yunho entreabriera sus labios ofendido para luego tratar de dar un paso en su dirección, dispuesto en dejarle en claro que su japonesa jamás diría algo como eso, porque solo tenía en mente a los hermanos Im, ella siempre lo dice, pensó recordando a la perfección como su acompañante se expresaba al tenerlo cerca. Los demás adultos simplemente se quedaron en silencio observando la interacción del adolescente con la infante, sintiéndose ligeramente más tranquilo y aliviados ante la distracción que ambos le brindaban sin siquiera darse cuenta—eres feo, eres feo.

—Pequeña mocos...

—¡Yunho!—Nayeon alzó la voz provocando que el coreano apretara sus labios para luego suspirar—por Dios, no puedes discutir con ella—aclaró elevando su dedo índice para callarlo cuando notó como él entreabría sus labios dispuesto en comentar cuáles eran sus derechos, porque estaba seguro que dar su opinión era uno de esos—ve a tomar asiento—ordenó apuntando esta vez en dirección del puesto libre que estaba al lado de Changbin quien veía la escena bastante divertido—y sin replicar—conocía tan bien a su menor que sabía que él simplemente se quejaría por estar siendo regañado, porque creía que, quien debería estar mereciendo ese castigo era la mocosa y no él. Nayeon llevó sus dedos contra su frente, para luego soltar un suspiro posando sus ojos directamente en el más alto, como era de esperarse sintió ese pequeño deja vu cuando lo vio en la fotografía que Mina mantenía en su habitación—disculpenlo, él es un niño—aclaró sin dar mayores detalles notando como el chico junto a la rubia simplemente le sonreía como si comprendieran a la perfección lo difícil que era el cuidado infantil—por cierto, soy Im... Im Nayeon.

Wonho fue el primero en inclinarse, confiado estiró su mano notando como la coreana rapidamente le devolvía el gesto estrechando sus manos.

—Myoui Wonho—se presentó mientras que soltaba su mano para pasar el mismo brazo por los hombros de la rubia que lo acompañaba—ella es mi novia Son Seungwan—aclaró provocando que Nayeon hiciera el mismo movimiento esta vez sosteniendo la mano de la silenciosa mujer—y el pequeño diablo es mi hija Myoui Yuna—finalizó logrando que su hija simplemente sonriera como si el hecho de que había discutido con Yunho jamás se hubiese llevado a cabo, adorable, pensó Nayeon siendo consciente que posiblemente Mina la amaba a pesar de su pánico por los niños.

Nayeon respondió un suave "un gusto conocerlos" para luego simplemente girarse al escuchar pasos acercándose hacia su dirección. Sus piernas flaquearon al ver aquel hombre vestido con esa conocida túnica blanca y el cabello revuelto; ella lo reconoció con rapidez, era amigo de su padre, pero nunca llegaron a presentarse así que él posiblemente no tenía ni la menor de quien era. Matthew en silencio estaba viendo las interacciones de sus hijos con su colega, pero era incapaz de acercarse, así que solo observó lo que ocurría esperanzado de que Nayeon no se tomara a mal la decisión que Mina había realizado. 

—Señora Myoui—el doctor se acercó a la mujer provocando que Wonho tomara en sus brazos el delgado cuerpo de Yuna mientras que los demás simplemente rodeaban al pobre hombre. El pavor en Sachiko era palpable, así que nadie ahí presente se sorprendió de escuchar la angustia en sus palabras—ella está bien—aclaró intentando relajar aunque sea un poco la tensión que se sentía en esos momentos—solo me pidió si podía llevar a alguien a la habitación.

Changbin frunció su ceño al oírlo, y como no, fue el único capaz de alzar la voz de aquella duda que estaba presente en todas las demás mentes.

—Ella dijo que no quería que nadie la visitara—aclaró confundido mientras que veía como el joven doctor asentía con su cabeza, demostrando que él era consciente de la decisión de su paciente.

—Lo sé... pero al parecer cambió de opinión—admitió dándole una rápida mirada al papelito que traía entre sus dedos—¿Quién es Im Yunho?—su pregunta desconcertó a todos los presente, pero más a Nayeon quien solo se quedó paralizada sintiendo su corazón apretado y la garganta seca, prefirió que él la visitara, pensó sintiéndose plenamente abrumada de ser consciente que su Mina había preferido mil veces que su hermano la viera a que lo hiciera ella—¿Tú?—preguntó posando sus ojos en el coreano nervioso. Yunho sin entender muy bien porque la japonesa lo había elegido asintió repetidas veces con su cabeza—ven, acompáñame—pidió estirando su mano para tocar su brazo, pero el muchacho rapidamente esquivó su contacto, no me gusta que me toquen, pensó recordando lo que había ocurrido la última vez.

Nayeon tragó las ganas de llorar mientras que veía como su hermano de vez en cuando giraba su rostro para verla por sobre sus hombros hasta que terminó por perderse en las grandes puertas que lo dividían de la sala común en la zona donde Mina se estaba recuperando. La coreana tragó saliva mientras que su pierna se movía de arriba hacia abajo como un pequeño toc, no vas a llorar, no vas a llorar, se ordenó siendo consciente de lo humillante que iba a ser para ella misma el sollozar de la sola impotencia que le causó el saber que Mina posiblemente ya no quería saber nada más de ella. Changbin con calma se acercó a ella, con cuidado presionó su palma contra su hombro logrando que ella girara su rostro para verlo con sus ojos apunto de brotar la primera lágrima de las miles que deseaban quedar expuestas.

—Tampoco permitió que yo la viera—confesó con suavidad intentando que aquello fuese reconfortante para la chica y que no se lo tomara personal, ya pero tu no le rompiste el corazón, pensó recordando el dolor en sus ojos camuflado por la seguridad de sus palabras; ella no iba a poder olvidarse de la forma en que Mina se aferraba a que la relación funcionara, pero que ella cobardemente la dejó por miedo a lo que pasaría con su madre, al final las perdí a las dos, y eso era lo que más le dolía—a Wonho tampoco se lo permitió—agregó, pero no había forma que ella lo comprendiera, en esos momentos el dolor era más fuerte como para pensar en la posibilidad de que la japonesa aún la quería como ella lo hacía.

Nayeon era consciente que rompió su corazón, así que sabía que era momento de que ella rompiera el suyo. 

No digas nada que la haga perder el control, no preguntes cosas que la pueden hacer perder el control, no la toques si ella no quiere, Yunho repetía una y otra vez las indicaciones del doctor a la vez que se detenía frente a la puerta, respira, uno, dos y tres, pensó recordando las palabras de su psicólogo. Nervioso el muchacho abrió la puerta notando a la japonesa sentada sobre el colchón con sus característicos lentes oscuros posados en el puente de su nariz mientras que sus pies se balanceaban con calma por sobre las baldosas del suelo, el coreano se quedó quieto sintiendo como su corazón galopaba con fuerza en el interior de su caja torácica al percatarse de la forma en que Mina había alzado su mentón para centrarse en su cuerpo. La castaña tragó saliva observando directamente la forma en que aquel desconocido miraba hacia los lados para luego juguetear con sus dedos, ¿Yunho? se preguntó sintiendo como sus ojos ardían al darse cuenta que por fin le estaba dando un rostro a aquella voz animada que la estuvo acompañando desde que conoció a Nayeon. 

Mina tomó grandes bocanadas de aire, sus manos temblaban sobre sus muslos así que las posó alrededor del colchón en un vano intento para que no se notara. En silencio observó cada movimiento que el alto muchacho realizaba hasta centrarse en sus facciones; su rostro era delicado, y su cabello castaño ligeramente ondulado caía por su frente cubriendo sus cejas, su nariz era ligeramente grande pero proporcional con su cuerpo y sus labios finos pero a la vez abultados le daban un toque atractivo, ¿Se parecerá a su hermana? y el pensamiento la puso aun más nerviosa de lo que ya en sí se encontraba. 

—¿Y~Yunho?—preguntó temiendo de que no se tratara de él. Rápidamente el mencionado elevó su mentón junto con sus cejas dándole una expresión adorable. La japonesa trató de no reaccionar al notar como él movía su cabeza en asentimiento para luego darse un golpe con su palma contra su frente al recordar que ella no podía verlo, o eso pensaba él—¿Realmente eres tu?

—Sí—respondió mientras que se acercaba hasta quedar frente a frente—pensé que te había sucedido algo malo—murmuró envolviendo su brazo sobre el cuerpo ajeno intentando asegurarse de esa forma que ella realmente estaba bien. Mina tragó saliva a la vez que sus manos temblorosas se iban directamente a la espalda del más alto, sus ojos se cristalizaron a pesar que había hecho un esfuerzo por retener la emociones—¿Por qué estas llorando?—cuestionó cuando la escuchó sollozar. Velozmente se alejó presionando sus palmas contra sus facciones. Mina se sentía tan abrumada que simplemente continuó con su llanto permitiendo que él no despegara sus ojos de sus facciones, mientras que sus pulgares se deslizaban por sus mejillas—no llores, todo esta bien.

Yunho la veía tan preocupado y ella no podía dejar de llorar de la simple alegría que le causaba el poder ver después de tanta oscuridad.

—T~Te quiero mucho—confesó aferrando sus dedos contra las muñecas del muchacho logrando que este sonriera nervioso—lo digo enserio, Yunho—agregó mirándolo con tanta intensidad que él simplemente se sonrojó creyendo bobamente que ella podía verlo, pero él sabía que eso no se podía así que solo se inclinó presionando sus labios sobre su mejilla—gracias por estar aquí...

—Y yo a ti—respondió con sinceridad mientras que dejaba caer su cabeza contra su hombro derecho. La japonesa con calma llevó su mano contra su nuca acariciando su cabello, sintiéndose un poco mejor—Minari... ¿Puedo hacerte una pregunta sin que pierdas el control?—preguntó logrando sonrojar a la muchacha ante el recuerdo de cómo había reaccionado cuando Changbin ingresó en su habitación para ver que si ella se encontraba bien, temblorosa y asustada de pensar que será lo que él preguntará soltó ese suave "claro"—¿Por qué me preferiste por sobre mi hermana?

Mina guardó silencio mirando distraídamente los hombros anchos del muchacho.

—Porque...—murmuró mientras que se relamía sus labios logrando que Yunho alejara su rostro de su hombro para verla con calma. Mina guardó silencio observando nuevamente sus facciones intentando de alguna u otra manera poder memorizar sus rasgos ante el temor de pensar que podría volver a perder la visión—porque estaba preocupada por ti—admitió siendo consciente que no quería que Nayeon la viera de esa forma—además hemos pasado por cosas parecidas, así que pensé que tenías que verme antes que los demás.

—¿Soy un privilegiado?—susurró Yunho en tono de pregunta permitiendo que Mina viera como sus ojitos de bambi brillaban de la emoción.

Por impulso la chica estiró su mano presionando su palma sobre la mejilla del menor sintiendo su corazón cálido; realmente había echado de menos aquella personalidad por parte del muchacho.

—Lo eres.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro