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capítulo 19: escape

Fue incómodo, pero Dorotea logró convencer a Mal de finalmente hacer las paces con Uma. Ambas de dieron la mano y acabaron por sonreír, dando por finalizada su enemistad y dando inicio a una nueva era, una verdadera unión entre la isla y el reino.

Cuando llegaron devuelta a Auradon Tea estaba emocionadísima, tanto que ni siquiera la mano de Harry en la suya lograba evitar que diera saltitos. Quería mostrarles todo, enseñarles los salones, jardines y sus habitaciones.

Pero su emoción se vio mermada cuando, en la entrada de la escuela, los esperaba Alis junto a su madre.

—¿Tía Alicia? —la saludó con sorpresa, acercándose cautelosa. No sabía qué era, pero incluso antes de ver la expresión en el rostro de su amigo y su madrina supo que algo andaba mal— ¿Ha pasado algo?

—Tea, tesoro —se acercó la mayor, y solo entonces fue que la chica soltó la mano del pirata, caminando hasta estar frente a su tía— Tu madre...

—¿Mi mami? —Dorotea se sintió a sí misma volverse chiquita, una sensación que venía con un malestar tan fuerte que tuvo que jugar con sus manos para lidiar con la ansiedad que comenzaba a crecer dentro de ella—.

Alistair, bajo la atenta mirada de un pirata de ojos claros, se acercó a la sobrerera y la abrazó por los hombros, queriendo estar allí para ella.

—Ha sido retenida. Han invadido su palacio —comenzó a explicar Alicia, tomando las manos de la menor entre las suyas cuando notó como comenzaba a rasguñarse sin darse cuenta— Tu tía Iracebeth...

—Está muerta. Mí tía Ira está muerta —la interrumpió Tea, alejándose bruscamente de Alis, mirando tras ella, buscando la mirada de sus amigos— Yo la vi —dijo, pero nadie supo exactamente si se dirigía a ellos o intentaba convencerse a sí misma— La vi caer al río. Le cortaron la cabeza —insistió—.

Alicia negó suavemente, y se sintió terrible cuando identificó el pánico en los ojos de su ahijada— No, cariño. Eso no pasó realmente, tú...

—Viste lo que quisiste ver —terminó la oración Alistair, evadiendo la mirada de la chica, no queriendo ver, al igual que su madre, el torbellino de emociones que debían estar en sus ojos en esos instantes— Cayeron al río, sí. Pero... Nadie pudo asegurarse de que murieran. Y ahora sabemos que no lo hicieron.

Parecía que a Dorotea le costaba procesar la información que estaba recibiendo. No porque fuese complicada, pero porque las emociones que sentía al respecto estaban ahogándola.

—¿Tea? —Ben se acercó lentamente hasta estar a su lado, apoyando una mano sobre su hombro para conseguir su atención. La chica lo miró y Ben sintió su corazón quebrarse al ver el nivel de pánico en ella, un miedo que solo veía cuando tenía pesadillas—.

La sombrerera se tomó unos momentos antes de responder, abrió la boca un par de veces, antes de cerrar los ojos y tomar una gran bocanada de aire— ¿Y mi papi? ¿Dónde está mi papi?

Alicia la miró con pesar— Él fue quien me avisó, pero no he podido volver a contactarme —admitió—.

Dorotea asintió— Si me disculpan, iré a mi habitación.

Todos la vieron marcharse apresurada por las escaleras y al interior de la escuela. Se miraron entre ellos, no sabiendo muy bien qué hacer.

—Vaya bienvenida... —bufó Uma, aunque nadie se tomó en serio su sarcasmo; podían ver en su expresión que estaba tan preocupada como el resto—.

✴✴✴

Decidieron darle a Dorotea tiempo para recuperarse de la súbita noticia; mientras, Ben y los demás le mostraron a los nuevos miembros de Auradon la escuela. Les enseñaron cada área y, por último, sus habitaciones.

—Mañana vendré temprano a buscarlos para acompañarlos a su primera clase —les dijo Ben a Gil y Harry, que acomodaban sus pocas pertenencias en el cuarto, aún maravillados por lo espacioso que era— ¿Algo que necesiten antes de que me vaya?

Ambos negaron y, con eso, el rey se marchó.

Harry se aseguró de que Ben se hubiese perdido por el pasillo antes de tomar su mochila y echar un par de cosas rápidamente, caminando hacia la puerta con decisión.

—¿A dónde vas? —le preguntó Gil desde su cama, curioso.

—Ya vuelvo —lo ignoró el pirata, dejando la habitación y apresurándose por los corredores, intentando recordar bien el camino hasta las habitaciones de las chicas, donde habían estado para dejar a Uma hace no mucho—.

Se fijó en los nombres en las puertas hasta que por fin dió con el que buscaba, tocando y esperando a escuchar algo del otro lado.

Cuando no oyó nada se preocupó y abrió él mismo, una sonrisa llegando a sus labios en cuanto procesó lo que veía.

—¿Te vas sin mi?

Tea lo miró y soltó una risita, bajando la mirada antes de entrar la pierna que había sacado por la ventana, poniéndose de pie dentro del cuarto otra vez.

Dejó su mochilita en el suelo y regresó la vista a él— ¿Qué estás haciendo?

—¿Qué parece? —se acercó Harry, cerrando la puerta tras de sí— Voy contigo.

—Yo no voy a ninguna parte —se apresuró a negar la chica, sus mejillas rosadas por la vergüenza de haber sido atrapada—.

—Tesoro —el pirata la hizo mirarlo poniendo un dedo bajo su mentón— Voy contigo —repitió, inclinándose para besar su nariz, haciéndola reír— Así que... Vamos —dijo, tomando la mochilita de la muchacha, la suya colgando de su hombro—.

Ella asintió, tomando su mano y pasando una pierna por el marco de la ventana, luego la otra, el ojiceleste siguiéndola.

Bajaron con cuidado por las enredaderas, el pirata mirándola de reojo para asegurarse de que estaba bien y, cuando sus pies tocaron el suelo, corrieron por los jardines y hasta el auto que habían usado para ir y venir de la isla.

—¿Cómo vas a encend—? —Harry se interrumpió a sí mismo al verla sacar las llaves del auto de su bolsillo— ¿Es el llavero de Ben?

La oyó reír despacio, asintiendo— Lo tomé del bolsillo de su chaqueta cuando se paró junto a mí —explicó, abriendo las puertas del vehículo y girándose para mirarlo— ¿Listo?

Harry borró de su rostro la expresión de asombro e intriga que lo había invadido y asintió, sus labios formando una enorme y emocionada sonrisa.

Subió al asiento del copiloto, la hija de Mirana encendiendo el motor y, tras ajustar su cinturón, partiendo el auto.

Era un viaje largo al País de las Maravillas, entre más pronto partieran mejor.

No fue hasta la mañana siguiente que los demás notaron la ausencia del pirata y la sombrerera.

✴✴✴

HERE WE GOOOO

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