✨❣✯✧❛¿BUENA?❜✧✮❣✨
Jisoo vestía una gran sudadera negra sobre su uniforme, se había maquillado por la mañana para que no se noten sus moretones, al menos sí no prestabas tanta atención no se notaría, pero los de su cuerpo y las marcas del agarre de su padre en sus brazos no se quitaron por más maquillaje que puso, así que decidió vestir una gran sudadera ese día.
Llegó a la escuela y evitó a todos, no quería que la vieran, pero claro, Jennie era su amiga y obviamente se acercaría a ella de inmediato.
- ¡Soo! ¡Te extrañe tanto! ¡Tengo tanta hambre hoy y-... ¿Soo? ¿Estas bien? ¿Porque tan callada hoy? - Toda la emoción de Jennie bajo en un instante al notar a su amiga más callada de lo normal.
- S-Sí, todo bien, Jen. - Jisoo intentaba ocultarse de Jennie, con la voz temblorosa.
Jennie no era tonta, sabía que algo le ocurría a Jisoo y Jennie no era precisamente alguien de quedarse con los brazos cruzados.
Tomo la muñeca de Jisoo y la arrastró hasta el baño, cerrando la puerta tras ellas.
- Soo, cariño, dime porfavor que te pasa. - Jennie tomo las manos de Jisoo entre las suyas, acariciando con sus pulgares.
Jisoo suspiro, sabiendo que no podía ocultarle algo a Jennie, pues la castaña siempre terminaba descubriendolo.
Jisoo levantó su mirada hacia ella, viéndola a los ojos y dándose cuenta que su maquillaje probablemente no quedó bien pues vio el rostro de horror de Jennie.
- ¡Oh por dios! ¡¿Que te paso en el rostro?! - Jennie tomo el rostro de Jisoo entre sus manos, viendo la marca de mano en él y el moretón en el pómulo.
- M-Mi padre... - La voz le tembló, el recordarlo le daba escalofríos.
- Ese hijo de puta... Mira lo que te hizo... Oh Dios... Y-Yo simplemente... por Dios...- Jennie no sabía que decir, miraba los moretones y pudo suponer que debajo de la sudadera había más.- Ese malparido de mierda...
Jennie no pudo contener las lágrimas de impotencia y tristeza, le daba tanta impotencia el no poder ayudarla a salir de ese "hogar", le entristecía tanto al saber lo que su amiga, casi hermana, tenía que sufrir día a día.
Y se sentía aún peor verla llorar, un ángel como ella no debería llorar ni vivir eso.
Jennie la abrazó, con delicadeza y a la vez fuerza sí es que eso se puede, está vez, lloraban juntas, una desesperada por ayudar a la otra y una por simplemente dolor.
Después, ya en la hora del receso, Jennie trataba de todas las formas posibles hacer sentir mejor a Jisoo, ya sea chistes o poniéndose en ridículo a sí misma, siendo algo efectivo, pues Jisoo logro incluso reír gracias a Jennie.
Mientras caminaba, una rubia se acercó a ellas, por suerte para Jisoo, no era Rosé, sí no más bien Lalisa.
- Hola... - Dijo Lalisa, parecía tímida y cabizbaja.
- ¿Qué quie-?- Jennie intento hablar, pero fue interrumpida por Lalisa.
- Espera, no me interrumpas, déjame hablar. - Lisa respira profundo, pensando en lo que dirá y tratando de calmarse a pesar de los nervios.- Quería pedir perdón, a ambas, especialmente a ti Jisoo, por todo... Lo que hice.
Jennie y Jisoo estaban sorprendidas, se esperaban un insulto o una broma de mal gusto, todo menos ésto.
- Fuí una idiota, lo sé, una maldita imbécil, una niña mimada, oh por dios fuí la persona más estúpida del mundo. - Lisa se sentía realmente mal, lo había analizado todo. - No debí actuar así, no tenía el derecho, nadie lo tiene, Y-Yo no sé porque mierda lo hacía, por dios porfavor discúlpenme.
Lisa parecía estar al borde del llanto, se había arrepentido de sus palabras, de sus acciones, se sentía horrible consigo misma y que no merecía el perdón.
Tal vez no participó tanto en el maltrato de Jisoo debido a que Rosé no se lo permitía, pero ya había hecho eso antes, se sentía como un monstruo...
- P-Porfavor discúlpenme, les juró que no volvería a hacer algo así, soy un puto monstruo... -Lisa no podía contener las lágrimas.
Pero Jisoo no la consideraba un monstruo, ella conocía los monstruos, y sí, Lisa hizo acciones equivocadas pero no llegaba a ser un monstruo, ella se sentía culpable, arrepentida, para Jisoo, las personas que aún no eran monstruos podían tener una segunda oportunidad.
Sorprendentemente para Jennie y Lisa, Jisoo abrazó a Lisa con toda la calidez que podía tener, y aún más sorprendente para Jennie fue Lisa le correspondiera el abrazó.
- Acepto tus disculpas. - Responde Jisoo, con sus manitas acariciando la espalda de Lisa en un intento de consuelo.
- ¡Oh por Dios! ¡T-Tienes un gran corazón Jisoo! - Lisa lloró aún más fuerte, la culpa la carcomia.
- Todo bien, tranquila.- Jisoo acunaba a Lisa, quién gustosa y ahora más aliviaba lo aceptaba.
Jennie observaba con una cara de incredulidad, solo podía pensar en una cosa, Jisoo era demasiado bondadosa para este mundo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro