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Pacify Her

Hay un chico en mi salón. Suele estar callado. No suele ser muy sociable.

Siempre pienso en sus facciones más destacables desde que lo ví entrar al salón. Sus hebras azules, su ojos tan brillantes como en mar en las mañanas de verano, su piel tan blanca como el delicado papel ese de bebé y sus jodidas uñas, ¡Dios! Tiene un esmalte tan lindo, por cierto, es celeste. Es un chico bastante lindo ahora que lo pienso.

Yo no sabia su nombre, pero siempre le decia Blue Boy por su singular afinación por el azul. Lo veia salir del salón junto con un grupo de chicos que eran bastante conocidos en mi escuela, suponia entonces que ellos eran sus amigos, tal vez por eso no le hablaba. En su grupo de amigos hay una chica que solia ser mi mejor amiga, pero sucedió algo horrendo que hizo que nos distanciaramos. Realmente, hasta la fecha, la odio, pero no le digan a nadie.

Solia verlo en los recesos mientras almorzaba en la cafeteria, solia comer solo mientras lo veia con sus amigos, lo veia callado, solia reir a veces, pero eran mínimas esas veces, parecia dudar al reir en frente de alguien, como si no lo tuviera permitido, me parecia muy curioso su comportamiento, es decir, no habla, se rie como si eso fuera malo, no hace más que observar en silencio sin decir nada... Ahora que lo pienso, me suena a alguien que conozco, pero siendo honesto, nunca lo ví a niveles tan extremos como lo es su caso. Me daba curiosidad y lástima su pobre condición, a veces quisiera saber más de él, pero no tengo coraje para hablarle correctamente.

No te rindes ¿Cierto?

Digamos que de pensar mucho en él me distraia para olvidarlo, desde lo que pasó con mis antiguas amistades deseo estar solo, y más en la escuela, pero aun así no es como si se me acercaran, nadie deseaba estar conmigo por los rumores que alguien se habia encargado de difundir sobre mí a traves de internet dejandome una mala imagen que estaba muy por fuera de lo que era. No es como si pudiera defenderme, es obvio que nadie me creeria.

Los ojos azules me analizaban cuando no lo veia, lo sentia, me observaba en las mejores oportunidades al igual que yo, me agrada este tipo sinceramente.

Volteo viendolo directamente a los ojos saludandolo, me devuelve el saludo mientras tiembla, parece que estuviera por vomitar y- ¡OH DIOS ESTA VOMITANDO! El profesor lo vió y todo, tuvo que llevarselo de la clase para que siguiera vomitando en el baño ¿Qué ponen en la comida de la cafeteria, señor?

La hora quedó libre por la ausencia del profesor a causa del ataque de nauseas de Blue Boy.

No dejaba de pensar en él, no se si era por su llamativo ser o por ser tan tímido que hasta vomita por solo saludar a un completo extraño, siento la necesidad de estar con él pero al momento de querer acercarme me acuerdo de todo lo que pasé y termino jugando solo en los recesos por mi cobardía.

Odio ser así.

La única vez que no pensaba en él era mientras tomaba mis audifonos y me desvanecia del mundo para meterme en el mío, mi propio mundo de fantasías. Los colores tan bellos y brillantes, las caras sonrientes, los olores dulces del aire y la bella paz que caracterizaba mi mundo era tan relajante que llegaba a impedirme el paso al mundo real con tal de quedarme por siempre, a veces quisiera quedarme, pero no podia hacerlo, no mientras tuviera un gran muro de concreto llamado: Tarea, otro distracto funcional pero aburrido.

Algún día vendras con nosotros, querido.

Tenia uno de mis audifonos en mi oido izquierdo mientras hacia la tarea del día siguiente en el salón vació por la hora, me habian castigado por haber empujado a un tipo estúpido por las escaleras y casí haberlo matado, no era cosa mía, pero creo yo que tratar de desnudarme en medio del pasillo no era algo ético, aunque no se que piensen yo solo opino, como si mi palabra importara.

Al parecer el profesor que me cuidaria habia entrado, que más dá, solo llamaré a el tío Stan para avisarle que llegaré tarde y me quedaré escuchando música lo que queda de las tres horas de castigo que me dieron.

Alguien arrastró una silla al lado de mí tomando el audifono restante, voltee extrañado observando los brillantes ojos zafiro que me dejaban pensando por días enteros.

-No sabia que te gustara Gorillaz – Comentó con una voz que juraria que le pertenecia a un angel.

-No sabia que me acosabas.

-¡Y-yo no te estaba acosando! – Me reí por su reacción, realmente es tierno.

-Tranquilo, no te juzgaré. – El asintió aun sudando en frió mientras el ambiente se tornaba tenso por el silencio.

Mi reproductor nos salvó cuando empezó a sonar ECHO, era de mis canciones favoritas aparte de Feel Good Inc., mientras sonaba el musical del inicio yo hacia tambores con los dedos siendo Blue Boy el espectante.

-The clock stoppend ticking. Forever ago.

-How long have I been up?. I don't know. – Ví a Blue Boy seguirme la letra de la canción.

Sonreí siguiendole el juego – I can't get a grip. But I can't let go. There wasn't anything. To hold on to, tho.

- Why can't I see?. Why can't I see?.

Nos sonreimos mientras cantabamos la canción, nos levantabamos de nuestras sillas bailando el instrumental de la canción, tuvimos que quitarnos los audifonos y escuchar el resto de la melodia por los parlantes de mi teléfono. Solo podia reir de lo mucho que me divertia con Blue Boy.

No te diviertas mucho pequeñín.

Ambos fuimos más abiertos y entablamos una conversación trivial, descubrí que su nombre era Will y que amaba comer helado mora los fines de semana. También me dijo que amaba la música de Gorillaz, las novelas gráficas y el cosplay, me platicó de sus salidas a fiestas de Halloween con cosplays's de sus personajes favoritos cuando era menor, pero que al crecer dejó de hacerlo por vergüenza.

Teniamos algunas cosas en común, el favoritismo por algunas bandas, los generos literarios y nuestra crianza es algo similar, digamos que Will era criado por su hermano y tía, me contó que su tía era abogada, por lo que no siempre se veian, solo en las mañanas y días festivos, algo que me entristeció un poco pero que no parecia afectarle de cierta manera. Algo curioso fue el como se referia a mí durante detención, antes de saber mi nombre me llamaba Meliza porque pensó que era mujer, sinceramente no me ofendió, no mucho ciertamente.

Cuando se terminó la hora límite de mi detención nos largamos juntos fuera del establecimiento, aun seguiamos charlando, reiamos y jugabamos entre nosotros muy animados, como amigos de toda la vida. Es lindo.

Luego me habló de su novia. Mierda.

Sucedió durante el receso, dos semanas desde que comenzamos a hablar, me contó que tenia una novia, su nombre era Pacífica Noroeste, mi ex mejor amiga, me contó el como se conocieron y como eran las cosas actualmente, siendo honesto me queria dar un tiro en cuanto dijo eso. Diganme ¿En que momento el ser humillado y esclavizado por tu pareja es una relación estable? No me contesten, se que cometí el mismo error, pero no por eso le deseo lo mismo a Will.

No miento al decir que traté de hacerlo recapacitar, y tampoco miento cuando les digo que es igual de terco que yo. Se negaba a mi ayuda o solo cambiaba el tema. ¡Dios con este muchacho!

Aun con todas mis plegarias y razones para que terminara con ella, no me hizo caso, decidí mejor olvidarlo y dejar que se de cuenta solo, haber quien tenia razón desde el inicio; me daba pena por él, una persona tan amable como Will no merecia tal trato, e incluso me atrevo a decir que yo seria mejor novio que Pacífica, pero eso ya seria soñar mucho.

Un día Will le contó a su novia sobre mí, y obvio le dijo todas esas mentiras que contaban sobre mí, no puedo asegurar que se las haya creido, lo que si aseguro es que ella le obligó a dejar de andar conmigo en los recesos. ¡Maldita decrépita! Ojala le de SIDA.

¿No te molesta el tener que lidiar con personas asquerosas como ella?

Volví a mis andadas solitarias por la escuela cual fantasma, o sea, andaba solo, aunque no estaba totalmente solo, habia veces en las que me encontraba con Will en el pasillo y le hablaba por señas o solo lo hacia reir con notas que le daba a escondidas de su novia. No me importaban los demas, ellos no eran relevantes. Grave error.

Uno de los soplones del colegio le dijo a Pacífica sobre lo que hacia con Will a escondidas, la estupida lo mal interpreto y armó una escena en medio patio frente a todos los cursos a la hora de la salida, todo un show cabe destacar. La tipa merece un emmi.

-¡¿Cómo pudiste engañarme cuando yo he dado todo por nuestra relación?! – Dramatizó la rubia con lagrimas de cocodrilo. Dramática.

-Calma Pacífica, respira profundo y hablemos de esto tranquilamente – Dijo el peli-azul tratando de calmar las cosas, lo cual no sirvió.

-¡¿Qué me calme?! ¡¿Cómo esperas que me calme con esto?!

-Solo debes respirar y dejar de levantar la voz, las personas nos están viendo – Dios, mi pobre bebé tiene ganas de llorar. Demonios, quiero protegerlo.

-¡¡Que nos vean!! ¡Que nos vean y se enteren de la desagradable persona que eres Will!

-¡Pacífica, detente! Solo calmate.

-¡Ya callate enano llorón! – Dios. Hasta a mí me dolió – ¡No puedo creer que enserio salí contigo!

-Eso deberia preguntarmelo yo – No puedo creer que Will haya dicho eso, y sin pensar.

-¡¡Disculpa!! – Oh dios.

-Olvidalo, es solo una ridícules.

-¡Eso piensas, ¿Verdad?! ¡¡Sabandija!! – ¡Dios! ¿Le acaba de dar una cachetada la malnacida esa? – Tú me respetas asqueroso. ¡Recuerda que sin mí no serias nada! ¡¡Llorica!!

-¡¿Y que si soy un llorica?! ¡Al menos no soy un teñido, rubio de mala calidad, que usa estropajos mal diseñados y tacones como pingüino cagandose al caminar! – ¡Oh! Esto se puso bueno.

-¡Maldito! ¡A mi respetas enano! ¡¡Soy tu novia y me trataras como es debido!! – Finalizó tomandolo de la boca enterrandole las uñas postizas en sus mejillas.

Y aquí es cuando intervengo. Abrí mi bolso de mano sacando un pequeño objeto que mi tío Stan me regaló como broma para Navidad, fui a donde estaban ellos notando como la rubia de baja calidad trataba de besar a Will mientras este trataba de quitarsela de encima. Alejé a Will de sus garras baratas y le levanté la cara tomandola del cabello tapandole la boca con un chupete.

-¿Podrias callarte? Tal parece que nadie está interesado en tu dramatismo de telenovela barata Paz. – Comenté mientras la soltaba y la miraba con aburrimiento.

Ella escupió el chupón antes de dirigirme la palabra, o más bien gritarmela – ¿Quién te crees para intervenir en algo que no te interesa?

-Oh querida, pero claro que me interesa, ¿Por qué no intervendria?

-No tienes derecho.

-Es un país libre zorra, puedo intervenir si se me da la regalada gana – Su cara es para foto.

-¡Alejate de esto maldito! Esto es entre MI novio y yo. Tú no tienes derecho a decidir por él.

-¿Y tú si?

-¡¡Por supuesto!! ¡Es mi novio y estoy en total derecho a decidir por él!

-Mira desgraciada, tú no tienes poder sobre alguien solo por ser pareja, él puede romper contigo si quiere.

-¡¡Claro que no!! No puede romper conmigo sino estoy YO de acuerdo.

-Ni que estuvieran casados – En eso escucho el carro de mí tío llegar al portón de la escuela.

Pacífica pareció notarlo – ¡Hey! – Llamó dirigiendose a Will – Aun tienes una última oportunidad de disculparte Will, puedes venir conmigo y seguir siendo la felíz pareja que hemos sido o puedes terminar como Mason, solo por toda tú patética vida, tu eliges.

Voltee hacia el peli-azul confiado en que vendria conmigo y se alejaria de Paz; el peli-azul miraba a todos los espectantes muriendo de nervios mientras observaba la penetrante mirada de Pacífica alternando su visión entre ella y yo. Me sentí mal al verlo irse en dirección a Pacífica, no quice quedarme para ver eso y simplemente me dirigí al auto de mi tío, llegaria a casa y comeria tres litros de helado de fresa y chocolate mientras miraba 50 Sombras de Grey. ¡Si! Eso haria al llegar a casa.

Luego escuché un vidrio romperse, voltee encontrando a Will pisando los pendientes favoritos de Pacífica contra el pavimento del patio, la cara de la rubia ardia en furia. ¡Era sensacional! El de mirada zafiro volteo a verme y corrió hacia mí para acompañarme a mi casa.

-¿Te gustan las pijamadas Will?

-¡Claro que me gustan! – Contestó sonriendo de manera sincera por primera vez – Siempre quice hacer llamadas de broma ¿Podemos hacer eso?

-No veo por que no – Comenté mientras subiamos al auto y partiamos hacia mi casa.

Aun debes buscar a tu Alicia querido.

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Mi vida por fín le dio fin a este puto capítulo :'v, el más largo hasta la fecha con 2.000 palabras ._.

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