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Love Like You

La sociedad esta llena de veneno, solo alguien fuerte puede soportarlo.

¿Saben? Es gracioso, actualmente estoy en mi cuarto en espera de la enfermera que siempre me lleva con Will a la sala de visitas, es como una sala de interrogatorio, solo que es blanca y tiene solo dos entradas: Por una entro yo, que es la que da a un pasillo que lleva a un asensor por el cual me llevan a mi habitación en el segundo piso, y por la otra entra mi hermano, esa lleva a un pasillo más estrecho que es por el cual se encuentran varias puertas en las que hay maquinas expendedoras, cafeteras y salas de descanso en los cuales los empleados olgasanean en su tiempo libre, ademas contiene unas escaleras que llevan a la recepción del primer piso en donde siempre son resibidos tanto pacientes como familiares que vienen de visita.

Miré al frente notando la puerta abrirse por la dichosa enfermera, sin esperar me levanté y dejé que me llevara con ella por el pasillo hacia el asensor, durante el corto recorrido, que me se de memoria, siempre me mantengo callado analisando a la señorita a mi lado, es algo que suele ser rutinario, descubro mucho con solo verla, por ejemplo su constante toqueteo entre en sus dedos indicaria nervios o culpa, ella ya habia superado su miedo por mí, era obvio que sentia culpa por algo, la pregunta era ¿Por qué?

Llegamos al piso indicado y sin rodeos nos dirigimos a la sala de visitas, aun no habia nadie, supuse que Will estaba buscando algo que seguramente se le habia caido, no era de impresionarme, ya le habia pasado antes con sus pendientes. Esta vez me quitaron la camisa de fuerza dejandome en la sala en soledad, yo solo veia a la puerta que estaba resguardada por un policia, no sabia muy bien su nombre, pero algo de lo que si estaba enterado era que él era el único angel entre todos los que trabajaban aquí, era el único santo en pocas palabras. Casado, con dos hijos, trabajo estable, buen salario, matrimonio felís, no habia nada en su historial que fuera algo malo, lo odiaba, ese policia era el único al cual no observar más haya de su expresión porque no tenia nada que ocultar, era un maldito angelito en un agujero lleno de parásitos.

Pobre de él. Mis condolensias.

Escuché pasos acercarse, ya suponia quien era asique me pare derecho en mi asiento como si nada y esperé a por él, cuando entró lo noté... Diferente. Me acerqué a él y practicamente invadí su espacio personal.

-Bill, ¿Qué haces? – Dijo mi hermanito mientras lo exsaminaba cual perro de busqueda.

-Viendote.

-¿Debes de estar tan cerca de mí?

-Sip.

Era inevitable no observar a mi hermano de esta manera, estaba diferente, su ropa era menos olgada, estaba más derecho y sus uñas estaban pintadas de un azul brillante con tonos galaxia, un trabajo de manicura digno de un profesional. Mi hermanito nunca antes habia usado algo igual, siempre lo veia excluido del mundo, cubierto de puros arapos olgados como sueteres y pantalones cómodos, ademas de siempre estar con la mirada baja, la única vez que lo habia visto así fue una vez en Halloween cuando se disfrazó de muñeca de madera con una máscara de bebé espeluznante, desde esa vez no lo habia visto así, debia de felicitar a la persona que habia hecho esto con Will, porque honestamente hizo algo que yo habia tratado de lograr por años, que se liberara de la presión social.

-Bill, ya deja de hacer eso – Mencionó molesto mientras me alejaba de su espacio personal.

-Es que te ves diferente. – Dije volviendolo a rodear pero más alejado. – Alguien te hizo felíz ¿Quién fue esa persona?

-¡Oh! Cierto, hablando de gente, traje a un amigo al cual queria presentarte. – Se veia muy entusiasmado, sinceramente estaba algo intrigado – Él est-

Lo ví voltear a la puerta, yo no veia a nadie, debia ser alguien invisible, salió desesperado por la puerta y yo solo podia ver a través de la ranura hacia donde se dirigía, solo noté una mata de cabellos castaños, supuse que ese era su amigo por como le gritaba por lo preocupado que estaba. Me alejé al verlos entrar, y justo cuando Will me dejó ver a su amigo, pensé que veía a una niña, y no lo digo yo, lo dice la ciencia.

-Bill, él es mi compañero de escuela, Dipper Pines.

-Un gusto en conocerte, Bill. – Su voz era como la de una modelo de esas japonesas, era eso o solo me junto mucho con la parte femenina de Dennis.

Lo miré de cerca, y recalco, MUY de cerca, notando un detalle en ese chico de piel blanca. Era hermoso.

Me alejé un poco y me arrodillé ante él con una enorme sonrisa - ¿Te casarias conmigo? – Le pregunté dejando a mi pobre hermanito múdo.

No podia decir que era amor a primera vista, pero cabe destacar que ese niño te hacia delirar con solo verlo, ni la droga más fuerte lograba algo así en un novato. Era simplemente encantador.

Lo escuché reir mientras tomaba mi mano, que le habia extendido, entrelazando sus dedos entre los míos – Claro, por que no. – Dijo mirandome a los ojos, y con eso dicho me levanté y lo abracé con todas mis fuerzas disponibles.

-¡Dipper, no le sigas la corriente!

Quisiera poder amar como tú.

Durante la visita me la habia pasado burlandome de Will diciendo multiples veces lo niña que se veia al lado de Dipper, ambos se veian tan lindos y llenos de vida, algo que habia extrañado de Will sinceramente. Ellos me comentaban de cosas que habian vivido juntos esos últimos meses en los cuales Will no habia podido visitarme por problemas de dinero, él lo habia dicho antes aunque nunca dijo el porque del problema. Aun con ese brillo que tenia no podia dejar de ver a su compañero, es decir, un rarito hizo que mi hermanito saliera a la luz como gay saliendo del closet ante sus padres en solo unos meses, mientras yo haca perdiendo el tiempo.

Si me hubieran dicho que Will brillaria a causa de un rarito yo me hubiera puesto a leer e ignorando al tipo que me dijera eso creyendo por un momento que ese raro seria yo, no un niño con cara de bebé y falda, aunque hay que admitirlo, se veia bien en falda.

El punto aquí es que estaba algo extrañado de todo el asunto, yo nunca lo habia hecho reir tanto, y Dipper estaba haciendolo felís. No sabia si esto era malo o bueno, porque como dije, mi mayor temor era perder a mi hermanito. Aunque no veia señales de abandono en sus gestos eso no quitaba la ansiedad.

Pese a todo, solo deseaba verlo felís aun a costa de mi felicidad, si Dipper lo hacia felíz entonces los dejaria ser pareja si me lo pidiera.

Desearia encontrar a alguien a quien amar como Will lo está haciendo.

Pero, honestamente, ¿Los mounstruos tienen derecho a amar?

Lo dudo.

-¿Sabes, Bill? – Giré en dirreción a Dipper. Aun estabamos en hora de visita. – Por un momento habia creido que eras alguien malo. – Lo miré sin entender muy bien que queria decir. – Ahora se la verdad.

-¿Y cual es esa verdad?

-Que en realidad no deberias estar aquí.

-¡Ha! Dile eso a mi terapeuta haber si me deja salir antes. – Comenté en broma, sabia muy bien que eso no iba a pasar nunca.

-Podria hacerlo.

-Si claro, y yo soy Beyonce.

-¡Billiam! – Miré a mi derecha en donde se encontraba mi hermano, le sonreí orgulloso, estaba tan felís por él.

-¿Sabes? También creo que eres alguien gris – Miré a Dipper nuevamente, otra vez no supe interpretar lo que me decia –, sin color, alguien cubierto de espinas que atraviesan su cabeza lentamentamente sin compasión alguna.

Mi sonrisa habia desaparecido en ese instante, no queria verlo a los ojos, solo tuve que bajar la mirada.

-Pero – No sabia porque le volví a hacer caso –, también creo que eres igual a una delicada planta, no una cualquiera, sino una pequeña sin ningún tipo de luz y sin un gramo de humedad.

-¿A dónde quieres llegar con todo eso?

-A este punto – Fruncí el seño y lo dejé seguir –, dejarias de ser esa miserable vegetación barata si tan solo salieras por algo de luz, de conseguirlo serias alguien fuerte, alguien incapaz de llorar y sufrir. Alguien libre.

Reí sarcásticamente. Esa habia sido la broma más mala del mundo – Si fuera la mitad de lo que crees de mí, entonces seria capáz de todo.

-Lo sé.

Will no habia comentado nada en toda esa pequeña charla. Me quedé pensando tras todo eso sinceramente, escuché el zumbido que anunciaba el término de la visita, seguidamente ví a Will arrastrar a Dipper, literalmente, fuera de la instalación sin siquiera despedirse.

No me importó, de todas maneras me habia quedado reflexionando tras lo dicho por Dipper.

Ahora entiendo como Will terminó así. Ese niño es único.

A veces quisiera saber que te hace pensar que soy especial.

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:) Recuerden que los amo mucho.

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