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Carousel

Un pre adolescente de apenas 13 años cumplidos corria por la casa de sus tíos abuelos en busca de los regalos que, según el castaño, habian escondido para su sorpresa, lastima que los regalos no estaban en la casa, el pequeño sabia que siempre se los oculaban para su cumplaños tan solo para sorprenderlo, el de ojos avellana fingía no saber de ese detalle, algo muy divertido de cierta forma.

Escuchó el cerrojo de la puerta por lo que tuvo que volver a fingir estar dormido ante sus tíos.

-¡Ja! Te ví pequeño mocoso – Se escucho la vieja voz de su tío abuelo Stan, quien empezó a perseguirlo mientras el pequeño reia de la emoción.

-¡Stan! No vayas a hacer tropezar a nuestro sobrino.

-¡No seas aburrido cerebrito! – Dijo el gemelo del anciano con sueter rojo que aun seguia en la puerta viendo como su gemelo de camisa playera tomaba a su sobrino en brazos haciendole mimos en la cabeza.

-¡Tío Stan! ¡No! – Reí el risueño pre adolescente que resibia mimos de su tío en la cabeza.

Esta es la nueva familia Pines, luego de lo ocurrido con el homicidio-suicidio cometido por la madre de Dipper le dieron la custodia del anterior mencionado a los tíos abuelos del castaño, siendo estos los unicos que aceptaron cuidarlo, ya que los demás familiares no deseaban tener nada que ver entre ellos luego de lo sucedido, desde entonces Dipper vive a cuidado de sus tíos gemelos, quienes estaban encantados con su sobrino, por otro lado, John no ha vuelto a sus vidas, por que según él ya no necesitaban de sus servicios.

Están siendo engañados pequeño.

Pero en sintesis no es de importar el paradero del joven sirviente; hoy es el cumpleaños de Dipper, quien aun sigue muy seguro de que ocultaban sus regalos, pero no eran regalos lo que le darian al pequeño, era algo más grande.

-¿Entonces?

-¿Entonces que?

-¿Dónde estan mis regalos tío Stan? – Dijo desesperado el cumplañero.

-¿Cuáles regalos? – Se hizo el desentendido el hombre de medianan edad que cargaba a su sobrino.

-¡Tío Stan! Hoy es mi cumplaños, no me digas que lo olvidaste – Dijo aun más frustrado el castaño.

-¡Claro que no lo olvidamos Dipper! – Dijo el gemelo de Stan, quien salia de la cocina luego de ordenar los faltantes – Solo que no están aquí.

El castaño inclinó su cabeza ante la confución de esas palabras dichas por su tío Ford.

-Haber ¿Cómo te lo digo? – Dijo pensativo el gemelo de sueter rojo.

-¡Bah! No se lo digas, que sea sorpresa para el muchacho – Dijo acariciando la cabeza de Dipper.

-¡No! Diganme por favor. – Un pucherito apareció en la cara del menor de los tres ante esas palabras.

-No – Dijeron al unisono el par de tíos viendo como su sobrino comenzaba un adorable berrinche haciendolos reir.

El castaño ahora vivia en una casa humilde en un barrio a cinco cuadras de la escuela a la que asistia el antes mencionado, solo tenia dos amigos quienes uno vivia en el barrio y no estudiaba en el mismo instituto, mientras el otro no vivia en el mismo barrio pero si estudiaba en la misma lugar, Dipper siempre andaba con ellos, pero por el momento eso no importa, seguimos con el cumpleaños del castaño, sus tíos abuelos en este momento estaban contentos con el hecho de decirle a su sobrino sobre su sorpresa y no podian esperar a ver su reacción.

Ya eran las siete de la noche y estaban partiendo el pastel de cumpleaños de Dipper, quien aun seguia impaciente por sus regalos, tras comer algunas revanadas de pastel los gemelos tíos del castaño lo llevaron al auto en donde condujeron al centro de la ciudad donde estaba el regalo del menor de los Pines.

-Ya llegamos – Anunció el hombre de mediana edad estacionando el auto al lado de la carretera.

El de ojos avellana, brillantes por la luna, se bajo del auto observando en donde estaban detenidos.

-¡Feliz cumpleaños! – Anunciaron los gemelos mostrandole el lugar donde estaba hospedado el carnaval.

-¡¿Me compraron un carnaval?! – Preguntó emocionado el pequeño frente a ellos.

-Eh, no, eso saldria muy caro – Dijo Stanley sonriendo por la inocencia de su pequeño sobrino – Acordamos en traerte al carnaval este año como regalo de tu cumpleaños.

-Siempre decias que querias venir a uno algún día, asique aquí estamos.

-¡Son los mejores! – Grito el pequeño abrazandolos por el cuello a ambos adultos.

El pequeño pre-adolescente se fue corriendo hacia el carnaval seguido por los adultos quienes lo vigilaban de lejos con el proposito de no perderlo de vista por ningún motivo, apenas el chico cruzó la entrada se dispuso a hacer la fila con tal de poder conseguir boletos para los juegos, tras obtenerlos y que sus tíos los pagaran se escabulló nuevamente perdiendose en el gentio de gente que llenaba el lugar cubierto de puestos de comida, juegos y artístas extravagantes que mostraban sus actos con tal de que gastaran sus tickets en los juegos del lugar.

Los acrobatas girando en sus pies y manos con bastones en llamas, los payasos inflando globos con helio y entregandolos a las manos de niños pequeños, a veces pienso que si tomo un globo este me asficciará con el helio, el saber lo fácil que es perderse en este lugar me aterra de sobre manera; el mago anunciaba su acto de magia pronto, pero nunca me interesó la magia, es algo muy falso y solo es un show de luces elaboradas de forma coordinada, los animales disfrazados iban de aquí a haya caminando sin sentido de dirreción, solo presentando sus atuendos, las vueltas de los juegos mecanicos dejaban al aire gritos de emoción y miedo que desmantelaba el nivel del juego y la edad que uno puedo montarlo, era de estatura muy pequeña como para correr a la montaña rusa y muy grande para los carritos chocones, aun ante eso deseaba de sobre manera montarme a una atracción emocionante, capáz de hacerme gritar un desorden de mis emociones sin necesidad de sentirlo, un derrumbe de ellas era lo que sentian las personas al subir a los juegos, aunque sea díficil de creer.

Las personas pasaban al lado del castaño hablando de su día, riendose, jugando en los puestos, comiendo o simplemente admirando los espectaculos, algunos esperaban en largas filas para llegar a la tan esperada atracción y subirse para disfrutar de ella y saber que el haber esperado valió la pena, los vendedores gritaban a diestra y siniestra lo que vendian y lo que podrian conseguir si daban de su más arduo esfuerzo, los juegos se veian atractivos para los ojos avellana que los presenciaban, dando a entender la emoción de subirse a uno al fin.

Sus ojos giran a la esquina de un puesto de algodón de azucar observando a un individio que giró viendolo a los ojos casí al mismo tiempo, sus ojos conectaron unos segundos para despegarse, el castaño ladeo la cabeza curioso del repentino momento, se paralizó en su lugar notando como el chico se alejaba de su vista, su ojos no se apartaban del camino por el cual el chico de blancos cabellos se habia ido, ansioso de saber su identidad lo siguió por el camino que tomó hasta alcanzarlo, pero por su timidez solo lo siguió de lejos de manera monótoma sin dejar de mirarlo, se imaginaba el porque portaba esas ropas azules, la razón de sus cabellos blancos aun cuando parecia joven, lo curioso de su caminar y lo fantástico que se veia ante sus ojos con esa mirada confianda y bañada en azules brillantes.

Cuando sientes el derrumbe de tus emociones te dán dos caminos que elegir.

El castaño a la luz de la creciente luna detuvo al joven de cabellos albinos pidiendole amablemente presentarse, el joven que estaba siendo detenido por el castaño sonrió ante la vista, sus ojos azules le analizaban, una presa de las fáciles.

Los juegos se veian divertidos, cada uno siendo exclusivo para una edad determinada, los deseos de las personas por subir a las atracciones y dejar al borde de la locura las ganas de gritar y permanecer en el eje de ese circulo sin fin; el chico de cabellos albinos, que se identificó ante el castaño como Gideon Gleeful, llevó al antes mencionado al Apocalipsis, ambos sentados viendose fijamente mientras las sillas giraban por todas partes dando una vista del carnaval en su totalidad, el castaño sonreia como tonto enamorado.

Girando a los costados de las personas estaban ambos jovenes correteandose entre ellos, sonriendo por la adrenalina del momento, felices del suceso anterior; los gritos resonaban, entre ellos el de los que se montaban en la montaña rusa y gritaban de auforia confundiendo sus emociones indirectamente.

El de blancos cabellos llevó al de menor estatura a un lugar en donde sin dudar lo llevaria a su corazón sin tocarlo realmente, la casa de los sustos, los gritos de sufrimiento que llenaban los oidos de ambos jovenes parecian afectar más al de zafiros ojos que al de ojos avellana, Dipper estaba espectante de los sustos, ninguno lo hacia gritar de temor, pero eso no decia que no estuviera asustado, sus emociones desbordaban de sus ojos llenos de inocencia que tan solo pedian alguien a su lado, ese era Guideon; el vomito salia de los labios de las personas que salian de esa terrorifica casa, estaban chillando de miedo con tan solo ver esas escenas que le darian hasta al más fuerte ganas de llorar, Guideon parecia medio ileso mientras que Dipper no demostraba nada.

Los niños corrian de un lugar a otro, los juegos parecian ser un tema de atracción ideal, los espectaculos estaban que desbirdaban de los planos, todos daban de su bolsillo por tan solo ver hasta donde podian llegar, los gastos eran lo de menos en estos lugares caza turistas, los adolescentes se tomaban selfies, los adultos aprovechaban de su tiempo libre de buena manera, los acrobatas presentaban ser el alma del lugar, los deslices de las personas al gastar de más y asegurar un buen soborno, era un lugar de locuras compartidas a base de llenos de ciclos repetitivos de diferentes angulos, todos deseando lo mismo sin tener idea de lo que hacian, sin una sintesis de lo que pasaba alrededor de ellos, solo disfrutaban de actuar y ser como niños sin límites, rememorar esos días de juventud solo esa misma noche de juegos y luces cubiertas de música de feria con el acompañamiento de los acrobatas e ilusionistas del lugar, algo en lo cual vale la pena gastar su tiempo y dinero, en cosas que podrian tal vez no valer la pena en algunos años.

El castaño cumpleañero corria sin parar hasta detenerse frente a un carousel, emocionado le dio el ticket al encargado subiendose a uno de los caballos del juego, Guideon vino atrás dandole al encargado un ticket por igual y subiendose en el mismo caballo que Dipper para tomarlo de la cadera mientras el juego avanzaba, girando un ciclo vicioso lleno de risas y emociones, desbordando el sustento de la felicidad hasta el punto que el ciclo se detiene.

Caíste en un ciclo sin fin.

Ambos ojos se miraban desde el juego, Guideon hacerco a su acompañante hasta chocar ambos alientos, en un momento sus labios se juntan en un beso inocente que terminó más rapido de lo normal, en los ojos castaños se hacia notar el shock de las acciones del contrario.

-Dipper Pines ¿Quieres ser mi novio?

-... S-si – Una respuesta automática sin pensar.

-Me alegra.

Un abrazo que estaba por comenzar por parte del castaño se cortó a la mitad cuando Gideon se levantó del caballo y salió de la atracción dejando al castaño atrapado dentro.

-Bienvenido al ciclo del que no sales Pines – Se escucho del albino antes de que activara la maxima velocidad del juego haciendo que el pequeño castaño se sintiera mareado de tantas vueltas, observando distorcionadamente como el chico de ojos azules como el mar se alejaba dejandolo en ese lugar que llevaba al colapso.

El encargado llegó deteniendo el juego haciendo que el cumpleañero se cayera del caballo de plastico logrando que corriera como alma que lleva al diablo hacia un contener de basura cercano en el cual vomitó todo el dulce que habia comido antes de subir y que estaba seguro habia digerido, sintió unas enormes y robustas manos en su hombro, era el encargado.

-Lo siento amiguito, no era mi intención dejarte en esa situación tan giratoria – Mencionó mientras sostenia el cabello del castaño a la vez que acariciaba su espalda con la intensión de ayudarlo a expulsar todo el dulce – Am, oye, no le diras a mi jefe ¿O si?

Tras calmarse y lograr respirar con tranquilidad volteo hacia el amable hombre con una mirada mareda, mostrando su rostro que se tornaba amarillo por lo de hace poco:- Tranquilo, no te delataré.

Suspiro aliviado el buen hombre – Wao, que alivio, por cierto, mi nombre es Soos – Mencionó levantando su mano hacia el joven.

-Mason, pero mis tíos me llaman Dipper – Estrechó la mano del hombre antes de enderesarce con la intención de buscar a sus tíos.

-Un gusto Dipper, oye – Mencionó captando la atención del castaño quien se estaba alejando – No deberia entrometerme pero, no creo que debas estar con ese chico Gideon, no parece ser un buen tipo.

-Lo amo, no pienso dejarlo – Aclaró el aturdido joven volviendo a alejarse.

Afuera del carnaval, un chico de albinos cabellos coqueteaba con una chica de gran busto.

Has caido en el efecto del puente colgante pequeño.

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*Efecto del puente colgante: Es una tecnica barata de los años no se cuantos, en el cual se le situava a la joven en una situación de susto junto a alguien que apenas conoce, normalmente las personas victimas de este efecto tienden a confundir esos sentimientos aturdidos con amor hacia la persona más cercana, este truco funciona en quienes normalmente le temen a las alturas o a quienes se asustan con facilidad.

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