1.mejores días | better days
—Ten un buen día, Addie—me dice Joanna la secretaria, mientras cierro la puerta de su oficina a mis espaldas.
Soy un repartidor de pizzas para un restaurante que me paga un sueldo mínimo cómo a cualquier otro repartidor. Mi trabajo consiste en recorrer toda la ciudad en una motocicleta llena de pizzas, pero hay un lugar en toda la metrópoli al que voy sin falta todos los días. Es un edifico alto que se encuentra en medio de la ciudad y todos le llaman "La Torre". La razón por la que visito ese edificio todos los días laborales es por Joanna, una señora cuarentona que todos los días ordena una pizza mediana combinada. "La Torre" no es el nombre original del edificio, pero todos lo nombraban así por su altura y creo que lo único bueno de visitar La Torre es la vista que puedo observar desde el piso 23, donde trabaja Joanna. Siempre me quedo a acompañarla un rato mientras almuerza unos tres pedazos de pizza, solo por la vista. Aunque creo que a ella le agrada el hecho de que un joven como yo se quede.
Desde allí puedo ver la ciudad completa en el trajinar de la hora pico. Observo los autos atascados en el tráfico, las personas que caminan afanadas de un lugar a otro mientras hablan por sus teléfonos y cruzan el semáforo, también puedo ver a los abogados y empresarios correr con sus maletines de un lugar a otro. Es divertido de alguna manera, ya que me distraigo un poco de todas las entregas que debo hacer luego. Incluso en ocasiones me tomo el tiempo de crear historias para las personitas que deambulan por la ciudad, darles un destino dentro de mi cabeza el cuál quizás no sea cierto, pero a veces es divertido imaginar cómo serán las vidas de aquellas personas. Muchas veces me rompí la cabeza tratando de descifrar a dónde se dirigían. ¿Por qué? ¿Con quiénes? ¿Qué harían una vez que llegaran? ¿Siquiera habrán logrado llegar? ¿Seguirán vivos?
Admito que soy una persona con una imaginación flexible y algo alocada. Por lo tanto, paso más tiempo dentro de mi cabeza haciéndome preguntas que quizás nunca tendrán respuestas. Cabe resaltar que antes de hablar trato de analizar muy bien cada una de mis palabras para que al salir de mi boca, no suenen tan absurdas cómo suenan dentro de mi cabeza, pero la mayoría del tiempo esta técnica falla por lo cual prefiero mantener la boca cerrada si no es nada productivo.
Camino hacia el ascensor y entro en el cubículo. Recuesto mi espalda a una de las cuatro paredes, guardo el dinero de la pizza en el bolsillo de mi camisa y dejo caer mi cabeza hacia atrás mientras comienzo mi descenso de todos los días.
En resumen, soy Addison Morgan, un repartidor de pizzas cualquiera con una vida poco interesante. Llevo 19 años robándole oxígeno a este planeta y digamos que mi vida amorosa es algo desastrosa en estos instantes. Al graduarme del colegio mi vida dio un giro radical al tener que enfrentarme de golpe con el mundo real. Dejé de ser un inútil adolescente para convertirme en un adulto perdido. Lo de adulto no estoy muy seguro, pero vaya que estoy perdido. Durante mis tiempos en la secundaria fui ese tipo de chico popular, pero no cualquiera. Fui el chico más popular de mi Instituto. Tenía de todo: alta jerarquía, amigos, chicas, fiestas, dinero y un buen físico que aún mantengo, pero que ya no me sirve de nada más que para llamar la atención de unas cuantas chicas que se cruzan conmigo en la calle. Me gradué con las peores notas debido a las infinitas distracciones que mencioné hace un rato y no fui aceptado en ninguna universidad. Sé que pude haber sido mejor, pero no le di la importancia necesaria a mi educación. En fin, no quise ser una carga para mis padres y me fui de casa, ellos insistieron en que llevara algo de dinero. Lo utilicé para rentar un apartamento en esta ciudad y listo, ahora trabajo de repartidor de pizzas para sobrevivir. Si te preguntas qué pasa con los idiotas guapetones después de la secundaria, yo soy un gran ejemplo.
Llevo más de un año ofreciendo mis servicios como repartidor y no es tan malo. Es mejor que ser un mantenido. Hace dos años me consideraría a mí mismo como un completo idiota con I mayúscula. Solía tener una chica diferente todos los viernes y pues, ninguna de ellas me interesaba realmente. Era solo como para pasar el rato y listo. Imbécil. Era popular, sí, pero también muy odiado por el sexo masculino en toda la secundaria. Tenía demasiados enemigos y muchas chicas persiguiéndome ¿Acaso ninguna de ellas se daba cuenta de la basura que era?
Al terminar la secundaria me encontré atrapado una laguna profunda. Nunca había pensando en el futuro hasta en el momento en que llegó. Gran error. Me tomó algunos meses darme cuenta de que estaba haciendo y qué es lo que quería ser. Reflexioné sobre la basura de chico que fui y me di cuenta de que ya no quería seguir siéndolo cuando una chica me comenzó a gustar. Y de verdad, no solo como pasatiempo. Ella conocía mi mala fama, me rechazó y ya está.
Addison con el corazón roto.
Aún recuerdo lo último que me dijo: «Algo mucho más sexy que tu sobrenatural atractivo, es la humildad, Addison»
Me cambié de ciudad y decidí ser una mejor versión de mí, aunque admito que siempre tuve un instinto por hacer el bien. No tenía idea de como hacerlo o simplemente ignoraba ese sentimiento para comportarme como un estúpido, pero espero que ahora siendo diferente tenga la oportunidad de hacer algo por alguien.
Antes mi arrogancia estaba por la estratosfera y claro, sacaba provecho de eso, mucho provecho. Era el sueño de cualquiera adolescente, castaño, ojos verdes, piel levemente bronceada, sonrisa matadora, abdomen marcado, alto y muy, muy coqueto. Ahora hice bajar al Addison idiota de las nubes y pisoteé su ego, convirtiéndolo en un chico cualquiera. Nunca pensé que terminaría vestido en un uniforme absurdo conduciendo una motocicleta con el logo de un restaurante. Pude haber sido stripper con el físico que tengo, pero creo que no sería algo exactamente digno.
Aprieto el botón y el ascensor se detiene en el Piso 22 el cual está vacío, luego desciende al 21 y así sucesivamente.
Soy una persona algo extraña de por sí, siempre lo fui, pero era bastante bueno escondiéndolo para fingir ser un chico cool. Doblemente imbécil. Todos los días me detengo en cada uno de los pisos de este edificio. Se ha vuelto una costumbre dentro de mi rutina diaria, no es algo que me divierta y tampoco tengo una explicación lógica para ello. Simplemente lo hago sin cuestionar, aprieto el mismo botón 23 veces hasta llegar a la planta baja para luego salir del edificio y seguir repartiendo pizzas.
Comencé a hacer esto hace un par de meses atrás cuando me di cuenta de que era demasiado aburrido bajar en este ascensor así que qué mejor que explorar cada uno de los niveles de La Torre sin razón alguna. A la hora que siempre vengo, nunca hay nadie en el ascensor ya que todos están almorzando, así que tengo la libertad de detenerme piso por piso. En el piso 16 siempre se sube Patrick. Un repartidor de cartas que prontamente se baja en el Piso 13 dejándome nuevamente solo. Ya estaba en el Piso 17, las puertas se abrieron mostrándome una recepción igual de aburrida que en el Piso 18. Finalmente llegué al piso 16 dónde se subió Patrick.
—Hola, Addie—saluda.
—¿Cómo estás, Patrick?
—De maravilla... ¿Y tú?
—Estupendo — miento. No estaba "estupendo" Estaba totalmente aburrido y hastiado de esta bendita rutina.
—Me alegro.
Asiento sin ganas de continuar la conversación, así que me mantengo en silencio. El recorrido desde el Piso 16 hasta el 13 lo hicimos en total silencio lo que fue algo incómodo. Él ya sabía lo de mi costumbre de detenerme en todos los pisos, así que me detuve en el 15 y 14. La mayoría de los días Patrick me cuenta una anécdota sobre lo que le sucede a lo largo de su loco día cómo repartidor de cartas, lo cual parece aún más divertido que ser un repartidor de pizzas. A veces me pregunto por qué sigue trabajando si ya existe el e-mail. Pat habla sin tomarse un respiro y sin darse cuenta de que yo no le presto atención ya que tengo mejores cosas en las que pensar. Quizás por eso nunca tuve ni tengo amigos verdaderos, pero hoy hay un Patrick silencioso. Una faceta que jamás he visto en él y me preocupa un poco. Medito en qué decirle exactamente y si debo hacerlo son sutileza y tacto o debo ser indiferente ante la situación. Abro la boca para decir algo, pero al parecer lo he pensado mucho ya que las puertas se abren y Patrick ya está fuera de mi alcance.
—Espero que tengas un buen día, Addie — me dice, una vez fuera del ascensor. Al parecer hoy todos quieren que tenga un "buen día" pero lo cierto era que la estoy pasando del asco, cómo la mayoría de mis días.
Las puertas se cierran dejándome nuevamente solo. Me detuve en el Piso 12 y en los siguientes. Ahora que lo pienso, creo que esto del ascensor se presta muy bien para una metáfora.
La vida tiene sus niveles al igual que un edificio: piso familia, piso escuela, piso amistad, piso universidad, piso amor, entre muchos otros. Y yo, Addison, me he pasado por cada uno de esos pisos, en algunos se suben personas, en otros he sido rechazado o admirado y en algunos simplemente nadie ha decidido subir, por ejemplo en el piso amor. Donde he sido un gran fracaso. Lo cierto es que al final de todo, algunas de las personas que me acompañaron en los primeros pisos de la vida me han dejado solo, para bajarse en otros. La verdad a veces tengo el triste sentimiento de que siempre haré este recorrido solo. Lo sé, es una metáfora absurda. Creo que ni siquiera tiene el sentido correcto. ¿Además qué hago pensando en metáforas? A veces siento lástima por mí mismo.
Llego a la planta baja dónde se encuentra la recepción principal. Camino cabizbajo hacia la salida y me dirijo hasta los estacionamientos dónde está la motocicleta.
Ahora solo debo continuar con la siguiente entrega.
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Hola, más o menos de este extenso serán los capítulos a excepción de algunos. A petición de ustedes actualizaré cada 5 DÍAS. TENGAN EN CUENTA QUE LA NOVELA ACABARÁ MÁS RÁPIDO. Quiere decir que no hay día en específico para actualizar si no que hay que sacar la cuenta. La próxima actualización es el miércoles 14. Pendientes !!!
Bien, pienso comunicarme más con ustedes en esta historia.
#SUSVOCESCUENTAN
¿Qué les parece Addison? ¿Es el protagonista con el que esperaban encontrarse? ¿Es el típico chico de motocicleta? ¿Lo será? ¿Realmente está redimido? Déjenme sus opiniones y comentarios.
Realmente este personaje me encanta. *w*
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Hasta #DentroDe5Días ;)
Daniella Castillo
9 de marzo
Panamá, desde mi cama.
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