
Capítulo 9 [Optimismo]
Opal escapa de Enfado al darse cuanta de lo que ha hecho. Está confundida ya que solo quería ser su amiga pero él malinterpretó las cosas, ahora, tal vez, Enfado se encuentre destrozando algo para descargar toda su furia y los demás se preguntarán: ¿Quién ha sido el responsable esta vez?
–¿Qué hago? ¿Qué hago? –se pregunta mientras muerde su cabello por los nervios que la invaden. En eso alguien toca su cabeza y da un salto al pensar que se trata de Enfado. Pero se lleva una sorpresa más o menos agradable al ver a Culpa de pie junto a ella.
–Entonces eres tú –murmura él llevando sus manos hacia la cuerda que siempre tiene alrededor de su cuello como si de una elegante corbata se tratase. Culpa toma la cuerda pero ésta se divide en dos, creando una copia de la original, la cual pasa a través de la cabeza de Opal y la deja descansando sobre sus hombros–. Ya sabes qué hacer para que desaparezca.
–Es algo grave esta vez. –Se lamenta poniéndose de pie, entonces toma a Culpa de los hombros y lo sacude con energía–. Enfado cree que lo amo, yo le dije que sólo quería ser su amiga y ahora está furioso.
–¿Enfado? No creo –murmura él en un tono incrédulo haciendo que las mejillas de Opal tomen un tono rojo por lo que dirá a continuación.
–Si. Yo he pasado un tiempo con él éstos últimos días y hace unas horas nos volvimos a encontrar. Pero Enfado actuaba extraño y trató de obsequiarme una flor.
Culpa ladea la cabeza mientras procesa esa información.
–Esto es malo –lo dice en un tono sarcástico mientras apoya sus manos por los brazos de Opal–. ¿Una flor? ¿En serio? Eso no prueba que está enamorado de ti ni nada –agrega rodando lo ojos. Pero esta muy equivocado y ella lo toma de la cabeza para hacerle mirar a la derecha, en el horizonte una gran tormenta comienza a formarse, además sienten las fuertes vibras negativas que Enfado emana de su cuerpo sin siquiera estar cerca de ellos.
–¿Entonces como explicas eso? –dice Opal bajando la mirada. La cuerda que tiene en su cuello se ajusta un poco cuanto más culpable se siente por la situación.
–Sólo habla con él.
Opal levanta la mirada lentamente para ver a Culpa a los ojos, se encuentra muy nerviosa y asustada.
–No, no. Voy a alejarme hasta que Enfado se calme, así es mejor –murmura para luego darle una sonrisa forzada a Culpa. Él suelta un suspiro y niega lentamente, pero no insiste en que ella hable con Enfado. Sólo le dice que haga lo que quiera y termina dejándola sola.
Con el trascurso de unos días, Opal a notado un drástico cambio en los humanos, ya no son tan amables como antes y cualquier cosa les molesta. Se encuentran irritados, agresivos y violentos. Ella sabe la razón de ese comportamiento, además la cuerda de Culpa fue ajustándose más y más a su cuello, hasta el punto de causarle daño. Pero con todo eso en contra Opal cree que todo pasará al igual que esa tormenta. Al principio creía que jamás terminaría ya que sabía muy bien que Enfado posee muy mala suerte, pero el sol volvió a brillar, eso alimenta la esperanza que ella siempre tiene hacia todo.
–Bueno, ya esperé demasiado –susurra luego de decidir que hablara con Enfado de frente y sin miedo. Opal sabe que debe hacerse responsable por la situación que causó y se disculpará, es la única manera de hacer desaparecer la cuerda de Culpa.
Con eso en mente se dispone a buscar a Enfado, sólo debe seguir la serie de desastres naturales y lo hallará de inmediato. Un terremoto que partió una avenida a la mitad, inundaciones e incendios forestales.
–No es muy difícil de encontrar. –Piensa Opal al ver con tristeza todo por lo que los humanos deben pasar por su causa. Eso hace que la cuerda se ajuste un poco más, hasta el punto de creer que su cabeza será separada de su cuerpo. Pero es solo una sensación.
Opal sonríe al ver, en la cima de la montaña más alta del mundo, a quien buscaba. Él permanece de pie mientras que una violenta tormenta de nieve cae sobre ellos. Antes de llamar su atención Opal oculta la cuerda de Culpa bajo el cuello de su suéter y prepara las palabras que dirá.
–H-Hola. –Es lo único que puede decir ahora al sentir toda la energía negativa que Enfado emana de su cuerpo. Aterrador. El sentimiento negativo no responde, sólo gira hacia Opal lentamente para terminar mirándola a los ojos. Los suyos poseen un tono rojo intenso, acompañado con un poco que negro y bajo los mismos hay sombras oscuras. Todo esto lo hace ver terrorífico ante los ojos de ella.
–Yo vine a... a... –Opal baja la mirada al sentir como la cuerda se ajusta más y más a su cuello. Apenas le permite hablar y debe soportar el dolor–. A p-pedirte que m...me p-perdones.
–¿Perdonar?
–Ya sé c-cómo eres y no pretendo que todo se vuelva... tierno y lindo, a-unque eso n...no me m-olestaría –agrega ella mientras quita su cabello del rostro. La nieve continúa cayendo y el viento ese vuelve mucho más violento.
–¿Cómo soy? –cuestiona Enfado manteniendo el ceño fruncido, esto hace que Opal lo mire asustada y de un paso atrás por precaución.
–B-Bueno, ya sabes. Tú... E-Eres Enfado y... eres violento, a-agresivo, intimidante... –Mientras Opal va enumerando cada cosa que cree que es Enfado, él va dando un paso hacia delante sin que ella lo note hasta que está a una muy corta distancia. Ella queda sin aliento, un poco por la presencia del sentimiento negativo y otro poco por la gran presión que tiene alrededor de su cuello.
–¿Te golpeé alguna vez? ¿Te insulte? ¿Me comporté de forma agresiva contigo las veces que nos reunimos a pasar el rato? –pregunta él con suma tranquilidad haciendo que Opal se sienta, sin duda, mucho más asustada que antes. ¿Qué es más terrorífico que escuchar a Enfado hablar con una voz completamente tranquila y suave?
–N-No. –Niega ella con la cabeza e intenta no hacer contacto visual con él en ningún momento. Aunque Enfado hable con calma Opal está casi segura que algo muy malo vendrá a continuación.
–¿Entonces por qué soy la única persona de la que esperas cosas malas? –Ahora él utiliza otro tono, dejando su tranquilidad de lado por completo–. ¡¿Por qué?! ¡Creí que los días que pasamos juntos fueron suficientes para conocerme! ¡No soy Odil, entiende!
Opal fue el primer sentimiento positivo que se acercó a él por gusto, nadie la obligó a nada y Enfado creyó que era alguien especial para ella. Pero resulta que no. Eso lo dejó destrozado y ahora Opal le pide perdón por el mal entendido, enumerando excusas estúpidas por las cuales no pueden estar justos. Es muy frustrante.
Ella no sabe qué decir ahora, retrocede unos pasos más al ver que está demasiado cerca de Enfado y baja la mirada mientras una de sus manos se dirige a su cuello. La presión es tal que no la deja pronunciar palabra alguna.
–Responde ahora –le ordena él, se encuentra impaciente mientras que la tormenta de nieve empeora–. ¡Habla! –exclama dándole un golpe a la pared de piedras que está a su lado. La fuerza del impacto es tanta que sacude el lugar y parte de la montaña se desprende, produciendo una enorme avalancha de nieve. Opal queda paralizada por lo sucedido y justamente a eso se refería a como es Enfado. Pero, al atreverse a verlo a los ojos, descubre un gran sufrimiento en la mirada de éste. Así que se endereza y da unos pasos hacia él. Está decidida.
Enfado la mira en silencio, esperando su respuesta, la cual llega cuando ella lo toma de los hombros, hace puntas de pie y lo besa. Esto deja confundido al morocho, haciendo que ni siquiera pueda mantenerse de pie y termine desparramado sobre la nieve. Para entonces, la cuerda de Culpa y la violenta tormenta desaparecen poco a poco, regresando un poco de paz a los sentimientos.
–Estuvo cerca –murmura ella frotando su cuello para luego mirar a Enfado. Él permanece con una mirada perdida hasta que ambos hacen contacto visual. Entonces se sienta sobre la nieve mientras rasca su nuca.
–Todo es muy confuso, no lo entiendo –murmura mientras frota su rostro con las manos, con la esperanza de hacer desaparecer el sonrojo que tiene en sus mejillas y que Opal no lo note–. Para mí eres todo o eres nada, decide –le pide para intentar darle un poco de sentido a las cosas que pasaron entre ellos. Opal niega con la cabeza para luego responder.
–No puedo.
–Entiendo. –Enfado le da una última mirada para luego marcharse de la montaña. Dejando un clima extrañamente agradable, el sol baña consulta luz la nieve y esta se ve blanca y pura. Pero Opal aún siente que las cosas no están resueltas del todo, Enfado pudo haberla perdonado y la cuerda de Culpa desapareció, aún así ella no se puede perdonar a si misma por todo lo que causó.
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