Suga POV

–Necesito ver a Huntress–  me dirigí hacia uno de los guardias de seguridad de la gran mansión.

–¿Quién eres? – preguntó alzando una ceja.

–Dile que Gloss le busca. Necesito que me pague el favor que le hice hace unos años. – bajé mis gafas de Sol para que pudiera reconocerme.

–Oh! Adelante Sr.Gloss.–dijo haciéndose a un lado e hizo señas a los otros para indicar que yo estaba aquí.–

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–¡Vaya, vaya amigo mío! ¿A qué debo el honor de tu honrosa visita?–

–Deja las formalidades para otra ocasión Do KyungSoo. Estoy apurado y necesito que me pagues el favor que te hice la última vez. –le fulminé con la mirada para luego dejarme caer en el inmenso sofá de piel que ocupaba casi a mitad del living.–Ya sabes…Todo en la vida se paga.–sonreí de forma ladina.

–¿Necesitas el dinero, eh?  ¿Tu negocio fue a la quiebra grandioso Min Yoongi? –dijo con sorna.

–No es eso. Necesito que busques a este tipo. –le mostré una foto del tal Jackson dejándola caer junto a mi mano sobre la mesa de café frente a mí.  Ya que eran gemelos, supongo que serviría.

–¿Ajuste de cuentas? –interrogó.

–¡Demonios, hombre! Parece que estoy hablando con un policía en vez de con el jefe de la mafia en Seúl. –rodé los ojos. Comenzaba a perder la poca paciencia que me quedaba.

–Lo siento. Lo siento. –alzó las manos con burla y me sirvió un trago.

–¿Y bien? ¿Cuál es el encargo? –se reclinó en el espaldar del sofá contrario al mío abriendo los brazos a lo largo de él y cruzando las piernas mientras tomaba una calada de su cigarro y luego la soltaba con parsimonia.

–Encuéntralo y luego lo torturamos juntos, como en los viejos tiempos. Trata de mantenerlo vivo, me quiero divertir, luego se lo entregaremos a la policía y en la cárcel lo mandas a matar con uno de los tuyos. No salimos manchados y ambos estamos haciendo un bien eliminando a una escoria del planeta. –tomé otro trago.

–Así que ahora andas haciendo el papel de superhéroe, ¿no? –rio, pero no le respondí a su bromita de mal gusto.

–Lo haré porque te debo una bien grande, sacaste mi culo de las calles, me hiciste lo que soy  y eso es suficiente, pero no te adaptes. Lo mío es matar cuando hay una gran deuda que contiene verdes de por medio, no porque me hagan encargos. –dijo tranquilamente y se echó hacia adelante para alcanzar su bebida 

–Lo sé, pero esta vez se metieron con mi familia. – fruncí el ceño al recordar a mi hermana teniendo una crisis en lo noche de navidad.

–Entonces todo hecho. Dame unad 24 horas. Mis hombres lo encontrarán así sea bajo la tierra, ya sabes como somos, los mejores en este campo, exclusividad.–alzó las cejas repetidas veces haciéndome revirar los ojos y suspirar con frustración.

– Deja la especulación. Ya sé tus capacidades y la de tus secuaces. Trabajamos juntos un tiempo, ¿lo olvidas?

–Oh! ¿Cómo olvidarlo? Solíamos divertirnos mucho y disfrutar del dinero en grande, pero te enamoraste de esa pelirroja. Es increíble como el amor pone tontas a las personas y los hace olvidar su verdadera esencia y lo bonito del dinero.–arrugó la nariz en señal de desagrado y luego alzó una de sus comisuras mostrando la burla en todo su rostro.

–Mírate a ti con tanto dinero y solo. ¿Acaso tiene sentido eso? ¿Le ves lo bonito ahora?–lo dejé salir sin más. Soy una persona que no tiene pelos en la lengua para hablar.

Él me iba a responder  pero uno de los suyos intervino en la conversación.

–Señor. Allá afuera hay una chica que dice buscar a Gloss.–le avisó uno de sus hombres.

–Vaya. Creo que tu chica te ha venido a recoger la correa. ¿Deberes en casa? Te verías muy bien con un collarito con una placa y tu nombre grabado en ella, colgando de tu cuello.–continuó mofándose. Ya le conocía, así que no le presté atención y salí del lugar. Él solo quería picarme un poco y divertirse con mi reacción.

–¡Mierda Sabrina! ¿Qué haces aquí? Te he dicho que no me gusta que vengas a este lugar.–dije tomándola del brazo para marcharnos.

–¿Acaso me dejas opción Min Yoongi? ¿Cómo se te ocurre aliarte de nuevo con KyungSoo? Eso es meterte en algo sucio y tener problemas con la policía.–ahí estaba nuevamente dándome un discurso de moral. No le veía planes de parar así que tomé sus mejillas y la besé como se debía haciendo que olvidara todo lo dicho anteriormente.

–Taehyung te contó lo que hablamos, ¿no?–le pregunté al separarnos a tomar aire.

–Solo me contó lo que te había dicho y tu reacción. En lo primero que pensé fue en que irías a pelarle la cara y luego enterrarlo vivo en una piscina de cemento,  por lo que fui a esa vieja fábrica donde hacían esas cosas antes. Es un alivio que al menos vinieras  a dejarle el trabajo sucio a alguien más, aunque considero que no está bien que te vuelvas a aliar con esa gente.–seguía hablando sin parar. Exageraba en algunas cosas, pero digamos que no estaba lejos de lo que yo hacía en  tiempos anteriores. Entendía su preocupación así que sonreí y la tomé de los hombros para que parara de gesticular. La parte de que sí participaría en la tortura del hombre no se la diría o ahí sí que se volvía una furia.

–¿Haces silencio o te beso otra vez para que lo hagas?–más que una amenaza sonaba a una oferta.

–Es que estoy preocupada por todo Yoongi.–se lamentó y la abracé.

–Tranquila cariño. No fui a matarlo directo, aunque ganas no me faltaban y eso fue en lo primero que pensé, pero decidí mejor venir a Huntress. Así que no te preocupes, se lo que hago, no soy un niño. Pero con mi familia nadie se puede meter y lo sabes. –dije y por último dejé un beso en la cima de su cabeza para luego encaminarnos hacia el auto e ir de vuelta a casa y fingir como si nada hubiése pasado.

–Y no vuelvas a ir a esa fábrica abandonada.–entorné los ojos en su dirección. –Lo tienes prohibido Sabrina–añadí con tono autoritario.

–Oh vamos Yoongi. Ellos saben que no me pueden tocar porque soy tu chica, además de que conocen que estamos relacionados con Huntress.–le hayaba lógica, pero siempre hay un graciosito con sobredosis de droga en la sangre que joderá.

–No, es no Sabrina. No lo hagas más. Prométemelo.–la miré seriamente.

–Está bien!!! ¿Contento?– Respondió resignada.

–Más que contento. Después de esto prometo no darte más dolores de cabeza con estos temas y volveremos a la normalidad de antes.–hablé y prendí el auto para encaminarnos hacia la carretera.

Taehyung POV

Seguí a Sabrina. Primero fue hacia un terreno lejano, lo que parecía ser una fábrica abandonada. El ambiente se veía realmente malo, hombres que caminaban como si fueran zombies, jeringas por doquier, otros fumando, las miradas que le dedicaban a Sabrina eran completamente insanas, pero ninguno hacía ademán de acercásele o algo por el estilo. Ella parecía tan segura entrando allá adentro, su determinación era impactante. Estaba listo para salir e ir con ella cuando la observé salir y correr de nuevo al taxi que la había traído y partir rumbo a otra dirección. Por supuesto no perdí oportunidad y fui tras ella. Debía saber a qué se refería Yoongi con aquellas cosas que soltó en la cocina.

Aparqué el auto a una distancia prudencial del uber donde ella  había venido y con sigilo me bajé del automóvil para ir tras ella.

–¿Gloss está allá adentro? Soy Sabrina, vengo en busca de él. ¿Podría informarle que estoy aquí?–interrogó con desespero.

El hombre no respondió de inmediato, solo se le quedó mirando incrédulo.

¿Gloss? ¿Quién es Gloss? ¿Yoongi hyung o el dueño de esta mansión?

Me encontraba escondido detrás de un árbol que había cerca.

–¡Hombre vamos! ¡Respóndeme que no tengo todo el puto día para esperar por ti!–bramó. Se veía bastante desesperada.

–Definitivamente se conocen. El mismo carácter y la misma impaciencia.–indicó el hombre alto vestido de negro y rio.

Se llevó la mano al oído y oprimió un botón de su audífono, me imagino que para informar a los que estaban dentro, de la presencia de ella.

A los minutos salió Yoongi hyung, supongo que él era el tal Gloss al que se refería Sabrina, pero....¿Por qué le decía así?

Los escuché hablar entre ellos, parecía que Yoongi hyung tenía algún tipo de relación con la mafia, o que su pasado era algo complicado, pero supongo que si es por el bien de Hana que vino a ver al dueño de esa mansión, todo estaba bien y no debía preocuparme de las cosas que hacía Yoongi hyung, porque confío en él. Es un adulto responsable y sabe lo que hace así que por esa parte me siento más aliviado.

–Bien. Hora de ir a buscar trabajo.–hablé conmigo mismo y luego subí a mi auto ya más tranquilo, pero no del todo. Más tarde iría a hablar con el director de la academia.

POV Hana

–Omma! Iré a buscar algunos aperitivos a la tienda de convivencia. Tengo hambre.–grité desde la puerta de la calle mientras me ponía los zapatos para salir. Ya estaba algo mejor y me sentía de ánimos como para salir y tomar algo de aire fresco. Todo gracias a ese sueño con Jackson. Me dejó más tranquila y sin pesares.

–De acuerdo. ¡No tardes mucho!
–dijo desde la cocina mientras preparaba galletas junto a Gongchan.

–Okey–respondí sonriente y cerré la puerta al salir.

–Mmm...Hace buen día...¿No crees frijolito?–sonreí mirando al cielo, pensando en que Jackson estaría sonriente viéndome desde allí y luego bajé la cabeza para sobar mi vientre.

Unas galletas de chocolate y un buen helado no me vendrían mal. De tan solo pensarlo se me hacía agua la boca.

Me paré justo en el separador y esperé a que la luz se pusiera en verde para los peatones y así llegar a mi destino.

Crucé la calle sin problemas y entré a la tienda. De ver tantos estantes con cereales ya estaba comenzando a darme más ganas de comerlos todos. Me dirigí hasta las neveras que contenían todo tipo de recipientes con helado, desde el más grande hasta el más chiquito. Verifiqué el dinero que llevaba conmigo, suficiente para comprar 5 de los medianos y me sobraba para algunas chucherías más. Luego hice mi compra y salí de vuelta a casa. Hoy no tenía mucho que hacer, así que mataría el tiempo viendo algún dorama, comercial o clases de baile mientras degustaba de estas delicias.

–¡Ahh que frío!–exclamé cuando tuve un escalofríos al salir de la tienda. Justo ahora esa sensación me recordó a Steven y todos mis sentidos volvieron a ponerse en alerta. De seguro estaba en algún lugar asechándome, listo para acabar con mi vida y la de mi criatura. 

Después de verificar bien a mi alrededor y cerciorarme que las luces del tráfico fueran las correctas para avanzar sobre el separador, me dispuse a caminar sujetando con fuerza las bolsas con chuches.

¡¡¡¡HANAAAAA!!!!–escuché a alguien gritarme desde la acera contraria y volteé a ver. Un auto venía a toda velocidad hacia mí y no tenía intenciones de parar. A lo único que atiné fue a cubrir mi pequeña pancita con mis manos. Todo lo veía a cámara lenta, pero a pesar de que quería  correr, el miedo me obligó a permanecer estática ahí, justo en medio de la avenida. El trigueño  corrió y se lanzó sobre mí para apartarme del camino, pero lo vi contraerse antes de ello, acompañado de el estruendo de un arma de fuego. Mis ojos se abrieron como canicas al ver al chico que me había salvado en el suelo.

Bonus++