Cap.35
Kim Taehyung
Tae. Este no es el camino a casa.-dijo mirando por la ventanilla.
Lo sé. Vamos a pasar por la mía un momento. Necesito recoger unos documentos para comenzar los trámites y a coger algo de ropa. No se si olvidas que hoy es Navidad y en tu casa van a hacer una comida.
Cierto. Ya lo había olvidado.-bajó la mirada hacia sus manos. Estaba decaída. Ese bastardo que la estaba intentando intimidar no se iba a salir con la suya. Antes de viajar a E.U.A tendré que resolver ese problema primero que todo.
Alejé una mano del volante y la coloqué sobre el dorso de una de las de ellas y la miré.
Ella hizo lo mismo y me devolvió una sonrisa algo forzada. Devolví mi mirada hacia el frente y encendí la radio.
Back To Life de Zayn Malik estaba sonando.
Vi a Hana acomodarse en el asiento y cerrar los ojos. Supuse que estaba agotada luego de semejante susto y ahora que estaba más relajada necesitaba descansar.
Aparqué el auto en la entrada de mi casa. Me quité el cinturón de seguridad y me acerqué a mi novia para depositar un beso en su mejilla.
Despierta pequeña dormilona.-le sonreí y ella me devolvió el gesto con una sonrisa soñolienta. Siempre parecía una gatita cuando despertaba.
Quité su cinturón de seguridad y se estiró como siempre solía hacer.
¿Ya llegamos?-me miró.
Sí cariño. ¿Vas a entrar conmigo o te vas a quedar aquí?-pregunté.
Vamos. Voy a entrar contigo.-dijo y abrió la puerta del lado de ella.
Entramos a la casa pero parecía que había personas allí. Las cosas estaban algo fuera de lugar y luces encendidas.
Me puse delante de Hana y comencé a buscar por esa persona que estuviera en mi casa.
Hana agarró mi mano y la miré.
Oh Hijo! ¿Cómo has estado?-me congelé al instante en mi lugar.
Ya casi había olvidado que mi madre y el padre de Hana también vivían aquí.
Mi madre cambio su sonrisa por una cara de confusión al ver nuestras manos entrelazadas.
¿Ustedes?-ella se había quedado sin palabras. Lucía muy asombrada.
Miré a Hana quien estaba a mi lado...parecía estar algo nerviosa.
Apreté sutilmente su mano y ella me miró.
Con la yema de mi dedo pulgar acaricié el dorso de su mano dándole a entender que todo estaría bien.
Cariño. ¿No sabes dónde dejé mi jersey blanco? ¿Amor...y esa cara?-preguntó el padre de Hana al ver como mi madre nos miraba.
Luego de no oír respuesta solo siguió confuso la dirección de la mirada de mi madre.
Es lo que están pensando. Hana y yo somos pareja. Y nos amamos.-dije con confianza.
La cara del padre de Hana se había transformado en algo semejante a la furia.
Yoon Hana. Tenemos que hablar.-dijo esto con tono amenazante.
¿Por qué no debatimos esto entre todos?-le enfrenté.
Porque es mi hija y esto no está bien.-contestó.
Está bien Tae. Hablaré con él.-dijo Hana. Parecía estar bien con eso, así que solté su mano y deposité un beso en su mejilla.
Pov Yoon Hana
Ya me comenzaba a doler la cabeza de tan solo pensar en cuántas cosas tendría mi padre para decirme.
Yoon. Sabes que esto es imposible, verdad? Tienes que terminar con Taehyung.-dijo mi padre serio. Casi soltaba chispas por los ojos.
¿Y desde cuándo tú mandas en mi vida o me das órdenes? No eres la persona más correcta para decirme lo que está bien o esta mal.-me le enfrenté.
Yoon...Respetame.-advirtió entre dientes.
¿Qué quieres que haga? Es la verdad. Si tanto te ofende pues es porque quieres vivir engañado.-dije.
Hana...Esto es solo otro de tus actos de rebeldía. Por favor. No hagas esto. ¿Te das cuenta que ustedes bajo la ley son hermanos?-cuestionó.
Esto no es un acto de rebeldía. De verdad lo amo. ¿Y sabes qué?Me paso la ley por donde a mí me apetezca. Solo son unos malditos papeles.-bufé.
Unos malditos papeles que nunca te permitirán casarte con él.-fue su contesta. Ya el volumen de su voz estaba elevándose. Señal de que estaba perdiendo la paciencia.
¿Acaso yo me interpuse en tu casamiento con la señora Kim? Incluso vendiste nuestra casa y me limité a no hacer nada, solo dejar que ocurriera. Pero no...que este con Taehyung, eso no me lo vas a impedir tú, y tampoco unos papeles de mierda. -alcé la voz. Sí. Se habían casado hace unos meses en el extranjero, pero no le presté demasiada importancia.
Me sentía algo mareada y tenía calor. Creo que me había subido la presión y los latidos en la cabeza no cesaban. Antes de alterarme más, decidí salir de la habitación propinando un fuerte portazo.
Tae parecía estar discutiendo también con su madre así que fui a la cocina a por agua para ver si conseguía calmarme. Frijolito tenía que estar bien no importa qué.
Puse algo de música clásica en mi celular y me senté en una silla a intentar relajarme y pensar positivo.
¿Sabes qué? Me voy de casa. Mañana vengo a recoger mis cosas.-escuché la voz de Tae. Salió del cuarto de su madre muy alterado.
Vámonos Hana. -tomó mi mano y salimos de ese lugar.
Tae...-puse mi mano sobre la suya cuando ya estábamos en el auto.
Sin previo aviso frenó el auto a un costado de la carretera.
Eso me tomó por sorpresa.- ¿Qué sucede? ¡Me asustaste!-solté un suspiro.
Me miró y en sus ojos vi llamas arder como candíles.
Se lanzó hacia mí para devorar mis labios con suma necesidad. Tae cuando perdía el control era sumamente violento y su manera de desestresarse era esta. Vaya manera la de Tae. Pero qué decir...a mí me gustaba mucho esta manera. Solo que esta vez tendría más cuidado ya que ahora no era yo sola.
Comenzó a acariciar mis muslos y echó el espaldar del asiento hacia atrás.
Atacó mi cuello arrancándome un gemido.
Hana te deseo justo ahora. Quiero tenerte aquí.-dijo con voz ronca mientras succionaba el lóbulo d mi oreja.
Desabroché su camisa en respuesta. Por suerte el auto tenía vidrios polarizados y nadie de afuera podría vernos.
Pasé mis manos por su torso desnudo y calvé mis uñas cuando empezó a pasar su miembro por mi intimidad para provocarme. Eso me volvía loca. Se sentía tan bien mientras hacía eso y me besaba alternando de los labios a mi cuello, clavícula y senos.
Hana pasa a los asientos de atrás. Con dificultad logré hacerlo y él me siguió. Ahora estábamos más cómodos.
Sacó las pocas prendas que me quedaban y se detuvo a mirarme por un momento. Esa mirada tan ardiente como el mismo infierno.
Cuando te veo así me excito aún más y me dan ganas d cogerte como loco frenético. Eres tan perfecta en todos los sentidos.-se mordió los labios mientras masajeaba su miembro ya expuesto y la vista me excitaba demasiado.
Procedí a estar sobre él. Me bajé sobre él poco a poco. Ya estaba lo suficiente mojada como para que la entrada no me ardiera tanto ya que llevaba un tiempo sin hacerlo y acostumbrarme a sus medidas no era muy sencillo.
Pero con el rato podía comenzar a moverme con confianza porque ya no sentía molestia y se transformaba en inmenso placer al instante.
Él tenía su cabeza echada hacia atrás mientras me decía cosas sexys y morbosas y agarraba mis caderas. Sus gemidos roncos eran música a mis oídos. Lo estaba disfrutando mucho. Me gustaba moverme lento pero él al instante me colocó debajo de él y comenzó a envestirme con mayor rapidez, una de mis piernas sobre su hombro y su cadena que chocaba contra mis labios. Sus abdominales contrayéndose y el sudor corriendo por su frente. Todo era tan perfecto en nosotros, por más imperfectos que fuéramos eramos perfectos estando juntos. Tanta pasión y fuego se transformó en éxtasis cuando cada uno llegó a la cúspide del placer.
Él se quedó adormilado mientras acariciaba mi cabello y me decía que jugara con su miembro porque eso le gustaba.
¿Te sientes mejor?-le pregunté.
Al menos liberé algo de estrés. Debo pensar dónde comenzaré a vivir. No gano mucho en la academia y mis ahorros en el banco no son muchos. Tengo que pagar la matrícula el mes que viene en la academia.
Debo buscar un empleo a tiempo parcial.-dijo.
Por la casa no te preocupes amor. Puedes vivir en la de mi madre conmigo. Sabes que allí eres bienvenido.-dije y besé su frente, en la cual tenía su flequillo pegado de tanto sudar.
Cariño. Sabes que me gusta ser independiente. No me gustaría estar dependiendo de ustedes.-dijo
¿Y quién a dicho que dependerás de nosotros? Solo te brindamos techo para dormir, la comida la deberás traer tú y de lo demás nos encargamos mamá y yo. Y para Suga oppa no serás para nada una molestia mientras no uses su sofá favorito.-sonreí al recordar la cara de gato gruñón que me puso el día que usé su sofá preferido porque me daba mejor visión a la tele.
Entonces si es así...Acepto el trato.-me dedicó una de sus tantas sonrisas que mostraban sus dientes perfectamente alineados y me contagié de su sonrisa también.
Anda a vestirte. Tenemos que llegar a casa o mamá se preocupará. Recuerda que hoy es la cena de navidad.
....
Omo! ¡Ya están aquí!-mamá vino a abrazarnos.
Suegra, iré a por las bebidas. Las dejé en el auto.-dijo Tae. Antes de llegar habíamos pasado por una de esas tiendas 24 horas que nos hacía camino hasta acá.
De acuerdo. -sonrió mi madre.
Nada más Suga oppa oyó la palabra "bebidas" de un salto estaba al lado de Tae, como quien dice.
Tae vamos al auto, yo te ayudo a traerlas.-dijo pasando su brazo sobre el hombro de mi castaño.
Me reí internamente y negué con la cabeza.
Hija iré a darle un baño a Gongchan. Debe estar haciendo de sus travesuras en el patio trasero.-informó mamá.
-Deja mom. Sigue en la cocina. Yo voy a darle un baño a ese pequeño gollejo.-
Gongchan ah!!!-lo llamé.
Noonaaaa!!!-respondió. Desde atrás de un arbusto salió.
Sus manitas y cara estaban llenas de lodo. No pude evitar reírme al verlo en semejante estado.
Noona! Estoy jugando a los constructores. ¿¿¿Quieres unirte a mí???-preguntó emocionado.
Gongchan. Está haciendo frío. Deberíamos entrar y darte un baño.
Noona! No quierooo!!!! Quiero seguir jugando.-hizo un puchero.
Oh no pequeñín. -Con mi dedo piqué su naricita.-mira lo sucio que estás. ¿No te parece mejor jugar a los busos en la bañera?-pregunté.
Yeiiiii. Me parece una superduper idea!!!-salió corriendo hacia dentro de la casa .
Comencé a recoger sus cosas y me quedé enternecida mirando uno de sus carritos de juguete. Imaginarme a mi frijolito jugando así me daba ternura.
Noona! -el llamado de Gongchan me sacó de mis pensamientos.
Desde la puerta me miraba expectante.
Noona! Apúrate!! ¿No íbamos a jugar juntos en la bañera?-preguntó ladeando la cabeza, haciendo que su hombro rosara su mejilla regordeta.
Oh sí, sí. Me levanté y caminé hacia él. Sostuve su manita llena de tierra y subimos las escaleras.
Noona. ¿Hoy es la primera nevada del año?-preguntó el pequeñuelo, quien ahora se había echo una barba de espuma de jabón diciendo que quería ser como Santa Claus y llevarle regalos a los niños pobres.
-Sí Channie. Hoy debería caer la primera nevada. Ya está haciendo frialdad.
Yo quiero verla!!!-aplaudió y la espuma terminó en mi rostro.
Él se dio cuenta de lo que hizo y comenzó a reírse de mi cara.
Noona te ves muy graciosa. Jajajajaja. Serás mi reno.-comenzó a reír.
No te rías pequeña sabandija.-Le salpiqué un poquito de agua y nos empezamos a reír mientras le hacía cosquillas.
Entre risas y chapoleteo terminé de bañarlo. Lo sequé con su toalla de los Paw Patroll y lo llevé envuelto en ella hasta su habitación para vestirlo allí.
Luego de un rato bajamos y ahí estaban todos reunidos. Tae ayudaba a mamá a poner los platos y Suga platicaba alegre con Sabrina en la cocina. Hacían una pareja hermosa. Todo parecía tan perfecto que deseaba detener el tiempo justo en este momento.
Hana, Amor...Gongchannie, Bajen...la cena parece estar deliciosa. -ahí estaba mi novio. Tan perfecto. Sonreí al verle y tomé al pequeño de la mano y bajé junto a él las escaleras.
Todos estaban ocupados aún buscando cubiertos. Llevando cazuelas con comida y bandejas con dulces de aquí a allá y Gongchan estaba parado frente a la ventana que da hacia el patio, parecía estar esperando algo. Luego recordé.. Cierto...Él quiere ver la primera nevada.-el timbre me sacó de mis pensamientos.
Yo iré a abrir.-les dije a los demás.
Abrí la puerta pero solo encontré una caja. Decía mi nombre así que la abrí.
Al instante comencé a temblar cuando vi su contenido y la nota dentro de la misma.
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