Cap.22: Tú no eres mi padre(TH) Pollie! Eres una niña traviesa.(JM)
Cap. 22:
Yoon Hana.
Me vi obligada a llamar a Vernon e informarle de todo. Esto que estaba ocurriendo con su prima era grave, no iba a permitir que se quedara así. Los malditos que le hicieron eso tendrán que pagar.
En pocos minutos llegó Taehyung a recogerme.
Al verlo desprendí a correr hacia él, pero antes de lograr alcanzarlo, un huevo impactó contra mi cabello.
¡Pero que rayos...! —bufé y vi como la expresión de Tae cambió automáticamente.
Eso es por ser una perra loca. –gritó una chica y los de su alrededor comenzaron a reír.
Vi como alguien lanzó otro pero, antes que impactara contra mí, cerré los ojos. Pasó un rato y no sentí nada, entonces los abrí. Tae estaba frente a mí, él había sufrido el impacto del huevo por mí.
¿Estás bien? —se giró para mirarme a los ojos y luego abrazarme y acariciar mi cabello.
Date por sortuda que eres una chica; porque sino no estarías tan tranquila como ahora. Hubiera...
Tae! —lo interrumpí—No desperdicies tus palabras en alguien que no vale la pena.
Hana! ¿Por qué te tratan así? —preguntó preocupado.
¡¡¡ELLA ES UNA LOCA PSICÓPATA!!!—gritó un chico.
CIERRA ESA MALDITA BOCA SI NO QUIERES QUE EL QUE SE VUELVA LOCO SEA YO Y TE PARTA LA CARA DE NIÑO DE MAMI QUE TIENES.—dijo Tae comenzando a caminar hacia Minwoo con rapidez.
Entonces corrí tras él, le tomé de la mano y lo halé para que saliera. Si golpeaba a ese chico solo iba a conseguir meterse en grandes problemas.
GENIAL! DOS LOCOS JUNTOS. ¡HACEN BUENA PAREJA! —gritó el chico para provocarlo y noté como se tensó bajo mi mano pero lo animé a que siguiera caminando.
Él es un busca pleitos, solo lo está haciendo para provocarte.–susurré.
Tae abrió la puerta de su auto para que yo entrara y la cerró haciendo esta un fuerte ruido.
Luego pasó por delante del auto para llegar y abrir la puerta del conductor. Se sentó y dio un fuerte golpe en el volante que hizo que me sobresaltara.
Hana! ¿Por qué dejas que te hagan esto? —dijo cuando estuvo más sedado.
Ellos lo hacen porque yo golpeé a Lisa un poco más temprano. —dije.
¡¿Qué?! —exclamó.
Sí. Ella me provocó y me dejé caer en su trampa, aún cuando sabía cuál era su objetivo.
Le pegué desenfrenadamente, pero ella no se defendía.
Ahora soy llamada la perra loca del colegio y el director quiere hacer una orden de expulsión.
Tae me pegó contra su pecho y besó la cima de mi cabeza.
Soy un monstruo Tae. No pude detenerme una vez que empecé. —dije soltando un sollozo.
Él tomó mis hombros e inclinó la cabeza para hacer contacto con mis ojos.
Hana! Métete esto en la cabeza. Tú no estás loca. Esa maldita enfermedad que te asedia es por causa del dolor de tu pasado. —dijo y sujetó mis manos con fuerza, para que sintiera que él estaba ahí para mí cada vez que lo necesitara.
Tae sacó unas toallitas húmedas y comenzó a limpiar todo el desastre que había en mi cabello, cara y uniforme.
Déjame que te ayude. —dije y cogí una en mi mano para limpiar su rostro perfecto.
Él detuvo mi limpieza y pegó mi mano a su rostro haciendo que sintiera su calidez. Me miró por unos segundos y luego me besó apasionadamente.
Todos los días me besaba, pero cada día se sentía diferente y renovador. Nunca me canso de este hombre.
Enlacé mis manos alrededor de su cuello y lo pegué más hacia mí.
Comenzó a desabrochar frenéticamente los botones de mi blusa de uniforme pero lo detuve.
¿Qué sucede? —preguntó asustado.
No es nada. Es solo que debemos ir al hospital.
¿Por qué? ¿Estás herida en algún lugar? —preguntó y comenzó a buscar si estaba dañada.
No. A Yerin la golpearon y Jungkook fue con ella al hospital. Como su amiga, debería ir a visitarla. —dije.
¿Yerin? ¿Por qué ella fue golpeada? —preguntó curioso.
A ella le hacen bulling; pero cada vez que la maltratan yo no estoy ahí para ayudarla.
Se esconde de mí y se desaparece por días para que no la vea, ya que sabe que soy capaz de acabar con cualquiera de esos bastardos. Supongo que no quiere que me meta en problemas por su causa. Por suerte hoy la vi, sino ella dejaría que todo siguiera ocurriendo y no hubiera ido al hospital. Es algo bueno que Jungkook haya ido con ella.–dije y tomé aire al terminar de hablar.
Pues vamos. Pero ponte este pulóver antes. Tu blusa está sucia.—dijo y encendió el motor del auto con solo girar la llave.
Yah! Tu camisa también está manchada. Ponte el pulóver tú.–dije alargándole la mano para que lo tomara.
No te preocupes. Yo tengo otra camisa allá atrás. Me la voy a poner antes de salir del auto.–dijo sin despegar la vista de la carretera.
Oh! Vaya! O eres muy precavido, o muy travieso. Siempre andas de aquí para allá con ropa en tu coche.–dije con una sonrisita de tonta en la cara.
Es mejor precaver, antes que tener que lamentar.–respondió y colocó su mano libre en mi muslo para acariciarlo.
Parece que alguien está leyendo muchos refranes.–dije alzando, de manera seguida, ambas cejas.
Me quedé enternecida observando el rosado pálido de sus encías y sus dientes perfectamente alineados,color perla, mientras sonreía a causa de mi comentario.
Jeon Jungkook.
¡Yerin! Tienes que dejar que el doctor te ayude. Estás herida. ¡Por Dios! Mira el estado en el que estás. Piensa en ti. –le dije alzando la voz.
Sus lágrimas no tardaron en brotar.
Yo... Yo no quiero un doctor, quiero que sea una doctora la que me atienda. —dijo y el corazón se me quebró. No pude evitar abrazarla pero ella parecía más distante y asustada por causa de mi movimiento inesperado.
Oh! Lo siento. —dije y me alejé.
Quédate aquí por un momento.
Voy a buscarte una doctora. —le dije.
***
Doctora. ¿Ella está bien?—pregunté.
¿Eres su guardián? —preguntó en respuesta.
No, pero soy su amigo. —respondí.
Ella tiene múltiples contusiones en la cabeza y algunas heridas graves en su cavidad abdominal. Ni siquiera sé como es que todavía puede estar sentada y no se ha desmayado. Puede que requiera operación. —dijo.
¡¿Qué?! —preguntó una voz detrás de mí haciendo que me volteara para verlo. Era su primo Vernon.
¿Es usted el guardián de la señorita Yerin? —preguntó.
Soy su primo, su madre está en camino. —respondió con toda la seguridad que da el tener su edad.
Ella necesita una cirugía de emergencia pero hasta que su guardián no firme no podemos hacer nada.–dijo la profesional.
¡Yo soy su guardián!—gritó la voz reconocible de Taehyung.
Hana estaba a su lado.
¿Él es un familiar? —preguntó la doctora.
Sí, es su hermano mayor. —contestó Vernon con completa seguridad haciendo que me sorprendiera. Hasta Tae, que lo había dicho, se había asombrado.
Él pasó con la doctora y firmó la planilla.
¿Quién fue el bastardo que le hizo eso? —susurró Vernon para sí y observé como sus nudillos se tornaban blancos debido a la presión ejercida sobre ellos.
De un momento a otro llegaron los padres de Yerin, pero Taehyung se paró de un salto de su asiento haciendo que todos dirigiéramos nuestra atención hacia él.
¿¡Papá?! —preguntó y todos nos quedamos observándoles con la misma cara de asombro que Taehyung.
Kim Taehyung.
Vi entrar a un señor y una señora bien elegantes. Se veían muy preocupados. La cara de la señora indicaba que claramente era la madre de Yerin, son idénticas, el señor llevaba un sombrero por lo que no era capaz de ver su rostro; pero como llevaba del brazo a la mujer deduje que era el padre de Yerin.
Cuando se acercaron fui reconociendo esa figura y el reloj que siempre llevaba en la mano derecha. No... No puede ser. —decía mi cerebro.
El hombre alzó la cabeza y toda duda que tenía se disipó.
«El padre de Yerin es mi padre»
¡¿Papá?! —fue lo único que salió de mis labios.
Tan solo verlo me dolía. Nos abandonó a mi y a mi madre en la miseria.
Nos quitó nuestra felicidad. Recuerdo que cuando yo era pequeño él era mi ejemplo a seguir. Pero cuando nos dejó, toda ilusión en mí se esfumó.
¿Él acaso tenía una idea de cuánto mi madre había sufrido su partida? ¿Tenía acaso idea de que mi madre había enfermado?
A causa de él, ella dejó de comer, de reír, solo se encerraba en su cuarto y yo la escuchaba llorar día y noche sin saber siquiera qué hacer para consolarla.
Ese hombre se fue, nos olvidó, borró su pasado y se fue a rehacer su vida. Ahora tenía dinero, poder. Cuánto me alegro de que mi madre haya sido capaz de superar a alguien que no vale la pena como él, y seguir adelante.
Mis ganas por proteger a la gente débil se agudizó cuando crecí viviendo todo aquello.
Tae... Taehyung. ¿Eres tú? —tembló y trastabilleó hacia atrás mientras veía pasar por sus ojos una ola de pensamientos.
Has crecido mucho. Te has convertido en un chico saludable. Heredaste mi altura. —Fue tan cínico de su parte hacerse el preocupado.
Gracias a Dios no heredé nada suyo. —dije lo más frío y cortante posible.
Hana no dejaba de mirarme y se veía preocupada. No le había contado nada de mi padre hasta ahora, no quería que se preocupara por mí. Ya tenía bastante con sus problemas, como para que yo la abrumara con los míos.
¿Quién es él? —preguntó la mujer elegante.
Él es el hijo del que te hablé. —contestó.
«¿Qué era lo que había hablado de mí con ella si me dejó con apenas 5 años de edad? ¿Cómo era capaz de ser tan descarado? »—pensé.
¿Hijo? Yo no soy tu hijo.—le espeté. Desde el momento en que saliste de casa te odié. Eres el recuerdo más doloroso de mi infancia. Tuve que madurar desde bien temprano. Mientras otros niños jugaban con sus juguetes y no se preocupaban por más nada, yo estaba estudiando, me preocupaba por la salud de mi madre, le cocinaba, limpiaba cuando ella estaba más débil.
¿Acaso tienes idea de lo que pasamos?—dije y mi voz se quebró involuntariamente.
Hana se acercó a mí y me abrazó por la espalda. Sin dudas estaba preocupando a una de las personas que más amo en este planeta. Tenía que parar con esto.
Tae... Yo... Yo... Lo siento. —dijo e intentó acercarse un poco.
Alejate de mí. Me alegro mucho de que Yerin al menos tenga dos padres que le dan el amor que yo no pude tener. —dije.
Tae... Perdóname. Aunque no tengo derecho a que lo hagas. Lo sé. Sé del dolor que estás atravesando. Yo tuve que marcharme a resolver otros asuntos. La madre de Yerin...–comenzó a decir, pero fue interrumpido por mi novia.
Señor... Discúlpeme por entrometerme en lo que no me incumbe pero... ¿Nunca ha escuchado que la excusa es la prostitución del carácter?–dijo Hana.
Si no fuera porque mi estado de ánimo estaba por el manto freático, me habría reído por la forma tan arriesgada de mi novia al enfrentarse con mi padre, por la carita que puso y sus brazos en jarra.
Perdón...pero ¿Quien eres?—preguntó la madre de Yerin.
¿Yo? Ah! Yo soy la mejor amiga de Yerin desde el jardín de niños y la novia de Kim Taehyung. ¿Por qué?—preguntó desafiante y me reí internamente.
Señorita...Perdone pero esto es entre mi hijo y yo.—dijo mi “padre”.
¿Su hijo? ¿Aún cree que le puede llamar hijo? Eso es descaro señor—dijo y esa acción desafiante de ella me hizo pensar que era aún más tierna y arriesgada de lo que me podría imaginar.
Mire señorita... Más le vale que me respete o puede que... –dejo su frase a media debido a la intervención del primo de Yerin.
Tío. Detente. —intervino Vernon.
¿Puede que qué...?—salió a la defensiva. Sin dudas, Hana no puede quedarse callada cuando ve algo injusto.
Hana... —le detuvo Vernon.
¿Sabías de esto? —le preguntó Hana y él me miró a los ojos.
Yerin... Yerin quería conocer a su hermano mayor y yo te busqué. Te encontré gracias a Hana. —dijo.
¿Yerin aún no lo sabe? —pregunté sin expresión en el rostro.
No. Aún no. —contestó.
Los familiares de la señorita Yerin. —anunció la cirujana que acababa de salir del salón de operaciones.
¿Ella está bien? —preguntaron los padres de Yerin al unísono.
La cirugía salió bien pero necesito que me acompañen los dos.
(Narra la autora.)
Los padres de Yerin la querían, pero ellos no eran conscientes de los abusos por los que se encontraba atravesando su hija.
Todo se debía a que siempre estaban sumergidos en sus trabajos y casi nunca paraban en casa.
¿Ella está bien doctora? —preguntó la señora Kwon, madre de Yerin.
Sus heridas fueron bien selladas y la cirugía fue un éxito; pero no les llame para decirles esto —dijo la refinada cirujana.
El grado de las heridas era severo. Podría haber muerto si no hubiera sido por el muchacho que la trajo. Sus lesiones no fueron de una caída. Indicaban pateaduras, golpes y abuso. Lo que quiere decir...
¿Están abusando de mi hija en el colegio? —preguntó la señora Kwon muy exaltada.
¿Qué clase de padre soy? Abandono a un hijo y no estoy al tanto de lo que le sucede a mi hija —murmuró el señor Kim y derramó una lágrima.
Aigoo! Amor, no llores. No es tu culpa. —le dijo la señora Kwon para tratar de consolarle aún cuando sabía que eso sería imposible.
Yoon Hana.
Después de que salieran los padres de Yerin de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), nos permitieron entrar a nosotros.
Tae estaba devastado. Era la primera vez que lo veía así. Siempre era yo la que estaba llorando y buscando consuelo en él ,sin saber cómo era que él se sentía.
Nunca le he preguntado nada de él, es obvio que nunca me dijera, además de que yo creía que era la más sufrida. Me siento como una estúpida al preocuparme tanto por mí y los demás, y dejarlo a él de un lado.
Tae se acercó a la camilla donde reposaba Yerin, quien estaba llena de vendas, sueros y se encontraba conectada a unos aparatos. Su estado era lamentable.
«¿Cómo fue que todo se convirtió en esto?»
Mi Tae lloró al ver sus heridas, lloró amargamente.
Ella no estaba muerta pero yo sé que a él le dolía no haberla podido proteger antes. Es muy sobreprotector. Eso lo caracteriza.
¡Aquí estoy hermanita! Te prometo que más nadie te va a volver a hacer esto. Los atraparé y pondré sus culos tras las rejas. —dijo mientras sostenía su mano y la apretaba contra su mejilla.
Cuando estuve sola con Yerin comencé con mi habladuría. Aunque estuviera durmiendo por los efectos de la anestesia creía que al menos me escucharía en sus sueños para que supiera lo dichosa que es.
Yerin... Has encontrado a tu hermano, el hombre más fantástico en esta tierra. Si quieres lo podemos compartir. Hey! Yerin..Estoy cien por ciento segura de que te va a cuidar, proteger y darte el amor que te mereces. A pesar de todo, eres una chica muy afortunada porque tienes a dos padres y un primo que te aman, además de tener un chico como Jungkook que te quiere más que como una amiga. Has hecho cambiar a ese casanovas. ¿Me oíste? Él está babeando por ti. Eres una chica genial —dije y, con esto, le puse fin a mi verborrea.
Park Jimin.
El día de hoy era muy bonito, así que aproveché para salir a correr un poco al parque antes de ir a la academia.
De esta manera lograba mantenerme en forma y liberar las tensiones.
Pollie comenzó a ladrar desesperada cuando me vio caminando en dirección a la puerta. Se retorcía y lloriqueaba, no quería que me fuera sin ella. Me dio lástima, así que la llevé conmigo.
Estuve corriendo con Pollie, la cual me seguía el ritmo hasta que vi a la chica más caliente de la universidad trotando a lo lejos. Entonces decidí aumentar la velocidad.
¡Hola Nikki!—la saludé cuando estuve a su lado.
¡Hola!— respondió y siguió su trote. Se adelantó a mí y supe lo que quería. Aunque le gustaba hacerse la difícil, ella sin duda alguna, quería jugar.
Aceleré y la volví a alcanzar, esta vez sonrió y se detuvo luego de avanzar un poco.
¿Qué es lo que quieres de mí, chico guapo? —dijo acariciando con su mano mi hombro y apretando ligeramente estos.
En sus ojos pude ver la lujuria. Yo también sentía lo mismo, además, podría usarla como método de distracción para olvidar a Hana.
Me incliné a su oído para susurrarle y Pollie ladró.
¿Celosa? —le pregunté y ella respondió con un ladrido.
¿Le hablas a tu perra? —preguntó la chica rubia.
Sí. ¿No tienes mascota? —le pregunté forzando una sonrisa.
No. Odio a los animales. —contestó haciendo una mueca de asco.
Entonces Pollie ¿Qué opinas? Yo quería invitarla a casa a comer pero ya que odia tanto los animales, puede que no sea posible. —dije insinuando lo que quería de ella.
Pero podría cambiar de opinión. —dijo con una sonrisita maliciosa y comencé a jugar con un mechón de su cabello ensortijado.
Entonces... ¿Aceptas? —le dije en tono sexy inclinando mi cabeza hasta llegar a su oído.
¿Te he dicho que me encanta como te queda ese polo? —susurré y luego me alejé.
Hoy a las 5:00 en el baño de chicas.—dijo y la odié al instante por regalarse tan fácil, pero al menos sería una buena follada, eso era bueno.
No quería más nada de ella, que no fuera su cuerpo. Además, me ahorraría dinero.
No tendría que gastarlo solo para hacer una buena comida y llevarla a la cama. Esta opción era mejor y sin compromiso alguno.
Cuando miré abajo me percaté que Pollie ya no estaba. Me encontraba tan absorto en mi conquista que no la vi cuando se escapó.
Entonces...¿Sexo duro contra el muro? —le pregunté.
Sí. Contra lo que tu quieras. —respondió y pasó una mano por debajo de mi camisa para acariciar mis definidos abdominales.
Nena... Estás muy apresurada,¿no? Nos vemos a las cinco. —dije y salí corriendo lo más rápido que pude para encontrar a mi perrita.
¡Pollie! ¡Pollie! ¿Dónde estás? —empecé con llamarla de manera suave pero cuando vi que no respondía mis gritos se intensificaron.
¡POLLIE! ¡POLLIE! —volví a gritar.
Gema (Gyuri)
Hoy salí más temprano de lo acostumbrado, para ejercitarme y ver si me encontraba con Hana que hacía días que no le veía.
Comencé con el estiramiento y luego de terminar me puse los auriculares y comencé a correr.
Mi meta de hoy era darle cuatro vueltas a la pista. Cuando ya iba por la segunda divisé a Jimin a lo lejos. Estaba corriendo junto a Pollie. Me quedé mirándole por un momento.
Esa piel morena bajo el sol de la mañana se veía brillante debido al sudor que bañaba su cuerpo.
Siempre se le había dado lo de los ejercicios y créanme, era un panorama digno de admirar.
Hice un ademán de llamarle pero me detuve cuando lo vi corriendo hacia una chica rubia muy bonita.
Jimin se inclinó y susurró algo en su oído.
Una lágrima se deslizó por mi mejilla al recordar los momentos que vivimos juntos. El Jimin de ahora era totalmente distinto al que yo había dejado atrás.
La chica introdujo sus manos dentro del pulóver de Jimin, él la dejó y sonrió ante su gesto, después le dijo algo más y se fue en busca de algo. Miré hacia sus pies y me di cuenta que ya Pollie no estaba a su lado. Ahora se veía preocupado.
«Eso te pasa por estar tan entretenido con cualquier zorra que se te pega»—pensé y troté lejos del lugar.
Quería ayudarlo a encontrar a Pollie pero esta vez no lo iba a hacer. Corrí lejos del lugar para despejar un poco. Mientras corría, el aire se encargaba de evaporar mis lágrimas.
Me senté en nuestra banca (es decir, la banca mía y de Jimin. En donde tuve mi primer beso), que estaba ubicada justo debajo de un lindo árbol de roble.
¡Pollie! ¡Pollie! —escuché los gritos de Jimin y mi corazón se estremeció.
Volví a colocarme los audífonos para no escucharlo y lograr relajarme. De repente sentí un roce en mi pierna. Cuando miré hacia abajo Pollie estaba frente a mí.
Yah! ¿Por qué de todos los lugares vienes a mí? ¿No ves que no quiero toparme con tu dueño? —dije por lo bajo. Ella ladró y subió sus patas delanteras a mi regazo. Ladró y luego le siguió un jadeo.
Pequeña Pollie. Haz silencio, no quiero que tu amo me vea. —le dije pero ella volvió a ladrar como si se burlara de mí.
¡POLLIE! ¡POLLIE! —sentí los gritos de Jimin intensificarse así que supuse que estaba cerca.
Salté de mi asiento y me refugié detrás de un arbusto de flores que me quedaba cerca.
Una elección un tanto idiota pero necesaria para mí.
Pollie no me estaba ayudando en nada. Se mantenía ladrando, esta vez con más fuerza.
¡Shh! —por favor haz silencio, le supliqué frotando mis manos como mosca. Ella no hizo caso y esta vez se lanzó sobre mí para lamerme. Quería jugar, eso era. Miré a mi alrededor en busca de algo que la distragera.
¡BINGO! —exclamé cuando vi una ramita cerca. Se la lancé y ella fue muy obediente en busca de ella, pero volvió a mí para dármela.
Park Jimin
A lo lejos sentí un ladrido y apresuré el paso en busca del sonido.
Corrí hasta que no sentí mis piernas.
¿Pollie? ¿Eres tú? —pregunté mientras me acercaba a los ladridos.
Caminé un poco más y salí a un lugar que nunca había visto en este parque pero tenía la sensación de haber estado ahí antes.
Rápidamente vi a mi cachorrita.
Le estaba ladrando desenfrenadamente al árbol. De seguro vio una ardilla y la persiguió hasta aquí.
¡Pollie! Eres una niña traviesa. —dije y me acerqué para acariciar la cima de su cabeza y rascar un poco detrás de su oreja.
Pollie me miró y miró de vuelta hacia un arbusto que se encontraba cerca. Sus cuatro hábiles flancos la llevaron con rapidez hasta detrás del arbustillo.
No tuve otra opción que seguirla.
Gema (Gyuri)
Shu! Shu! Vete con tu dueño. Míralo, está alla. —le susurré a la perrita mientra le hacía señas como si me fuera a entender; pero ella era muy traviesa y comenzaba a pensar que lo estaba haciendo todo adrede.
Vi unos pies pocisionarse delante mío y supe que estaba perdida. Tendría que inventar alguna excusa rápido o Jimin pensaría que no estaba muy cuerda.
Gema ¿Estás bien? —preguntó y su tono de preocupación hizo que un nudo se formara en mi garganta.
Tragué la bilis, nunca imaginé que verlo cada día y no poder tenerlo dolería tanto.
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