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Cap.10: "Las heridas en mi interior nunca serán capaces de sanar".


En la fiesta...

Taehyung.

Esta vez me aseguraría de no beber nada en absoluto. No quería terminar igual que la otra vez con Hana.

¡Amor! ¡Tengamos sexo! Hace un tiempo he estado fantaseando tener sexo contigo en una fiesta. Donde todos nos vean.–susurró Lisa en mi oído y comenzó a restregar sus casi inexistentes senos contra mi pecho.
En otro momento mi polla se hubiera levantado en respuesta a las palabras de Lisa pero esta vez no lo hizo. Quizás porque no dejaba de estar preocupado por Hana.

Lisa. Contrólate. Esta no es nuestra casa.–dije.

A quien le importa eso. Vámonos al cuarto de baño y tengámoslo ahí.–me suplicó.

¿Estás muy urgida no?–pregunté y besé su cuello. Luego sonreí al imaginar a Hana debajo de mí gritando mi nombre.

¡¿Pero qué diablos?!–grité y me separé de ella.

¿Qué te sucede amor? ¿Hice algo mal?–preguntó Lisa con los ojos muy abiertos.

Espera un momento. Ahora vengo. –dije.

«Definitivamente tengo que beber algo para olvidar a Hana por un momento.»

Cuando llegué a la cocina en busca de bebidas encontré a Jackson hablando algo raro por teléfono. Me escondí detrás de la columna para escuchar mejor.

Yeah! Hyungnim! Entiendo. No se preocupe. Llevaré a Hana pronto. Le aseguro que va a resultar un buen negocio. –dijo y colgó.
Luego lo vi echando algo en la bebida que parecía ser de Hana y salió.

Hey!–grité lo suficientemente alto para que me escuchara.

Oh! Taehyung! ¿Tú aquí? No lo esperaba.¿Quieres decirme algo?–dijo sonando muy calmado. Mientras su expresión parecía la de un loco maniaco.

¿Qué diantres planeas hacerle a Hana?–grité.

Acto seguido dejó las bebidas en el suelo y me agarró por el cuello llevándome hasta el patio trasero de la casa.

Hey! Maldito! ¡Suéltame!–grité.

Eres una maldita mosca que me ha estado molestando durante un buen tiempo.–dijo mostrando su verdadera cara. Vamos a tener que acabar contigo primero.–agregó y alzó un dedo.

Enseguida llegaron unos hombres. Los cuales, no tardaron en comenzar a golpearme y patearme.  Jackson solo se dio la vuelta.

Ah! ¡No lo maten! Solo castíguenlo fuerte para que aprenda a no meterse en lo que no le importa.–dijo y se marchó.

Lo siguiente que vi fue el color negro.

Yoon Hana .

Hey! ¿No has visto a Taehyung?–preguntó la insoportable de Lisa.

No.¿Por qué debería saber yo donde está? ¿No es esa tu parte?–le pregunté.

Rodó los ojos y se fue dando grandes zancadas. Minutos después llegó Jackson con dos vasos que contenían bebidas azules.

Oh! Perdón por la demora. Tuve que lidiar con algunos borrachos.–dijo Jackson disculpándose.

Aigoo! Acepto tu disculpa.–dije y agarré la bebida.

Mi teléfono de repente comenzó a sonar pero lo ignoré. De seguro era mi papá llamando para fastidiarme.

Jackson se acercó un poco más a mí para bailar, pero le besé de manera sencilla y luego me separé.
Me agarró la cintura con más fuerza que la de costumbre y me plantó un beso.  Puedo decir que fue un beso muy brusco, no me había gustado.

Hey! Eso duele. –dije separándome y palpando con un dedo mi labio inferior que de seguro sangraba.

Eso es lo mucho que te deseo.–respondió y alzó el vaso para hacer un brindis.

¡Un brindis por nuestro amor!–dijo y sonreí de manera más falsa que el culo de Nicki Minaj.  Bebí el  líquido azul de una sola vez porque era realmente delicioso.

Minutos después comencé a sentirme mareada y los párpados comenzaban a pesarme.

Jackson! Tengo un poco de sueño y estoy un poco aturdida.–dije.

Entonces volvamos a casa.–le escuché decir y alcancé a ver una sonrisa malévola dibujada en su rostro antes de cerrar los ojos.

Kim Taehyung.

Ah! ¡Duele!–dije al abrir los ojos y coloqué mis manos a ambos lados de mi cabeza.

¿Estás bien?–Escuché a una chica preguntar.

Sí pero... ¿Quién eres?–pregunté.

Oh! Perdón por no presentarme. Mi nombre es Yerin.–respondió.

¿No eres tú la amiga de la infancia de Hana?–pregunté.

¿Ella dijo eso?–preguntó.

Sí.–respondí.

Fue entonces cuando recordé la golpiza que había recibido y lo que Jackson había dicho en el teléfono.

Hey! ¿Sabes dónde está Hana? ¿A dónde se la llevó su novio?–pregunté un poco alterado e intenté levantarme de una vez pero el dolor me lo impidió. Emití un fuerte quejido y me volví a intentar levantar.

Hey! No te muevas. Te encontré en el patio cuando iba de camino. Al parecer te dieron una golpiza, estás lleno de heridas.–dijo nerviosa.
¿Recuerdas quién fue el que mandó a hacerte eso?–preguntó la chica.

No tengo tiempo para eso. ¿Dónde está mi celular?–pregunté revisando mis bolsillos.

No lo sé.–respondió ella.

Aish!–maldije frotando mi pelo con frustración.

¿Me puedes prestar tu teléfono? Necesito hacer una llamada urgente–le dije.

Me dio el teléfono y entonces marqué el número de Namjoon. Al cuarto timbre contestó.

¿Hola?–dijo.

Hyung! Soy yo. Taehyung.–dije.

Uh?! ¿Qué sucede? ¿Por qué tu voz se oye así?–preguntó preocupado.

Hyung! ¿Hara está ahí contigo?–pregunté.

No.¿Por qué?–preguntó.

Es urgente Hana está en peligro. Dame su número de  teléfono.–le dije.

De acuerdo. Gracias hyung.–dije y colgué para llamar luego a Hara.

Oh! Por favor contesta.–dije mientras me mordía las uñas con ansiedad.

¿Diga? ¿Quién habla?–sonó su voz relajándome un poco.

Hara soy yo. Taehyung el hermanastro de Hana. –dije.

¿Qué sucede? ¿Se emborrachó de nuevo?–preguntó.

Ella...Ella está en peligro.–dije.

¡¿Qué?!–preguntó alterada.

Su novio se la llevó en contra de su voluntad. Vi que vertió algo en la bebida de Hana. Entonces ordenó a sus lacayos que me dieran una paliza. Apresúrate y llama a la policía. Intentaré buscarla por mi cuenta. Pide que rastreen su número de teléfono.–le ordené.

Pero...pero ¿Cómo?–dudó.

No es tiempo para preguntas Hara. Haz lo que te pedí. Si descubres algo llámame de nuevo a este teléfono.–ordené.

Colgué y me levanté de la cama de un salto, ignorando el dolor. La chica de ojos grandes me observaba como si yo fuera de otro planeta.

Lo siento. Pero necesito usar tu teléfono. Prometo que te lo voy a compensar.–dije antes de salir de la habitación con paso apresurado sin dar tiempo a que la chica dijera algo.

En el camino me encontré con Vernon.

Hey! Bro! Me alegra que vinieras.–dijo y cuando se fijó en las heridas en mi rostro, su cara cambió y su ceño se frunció.
Tío ¿Qué carajos te ha sucedido?–preguntó alarmado.

¿Sabes dónde está Hana?–pregunté.
¿Hana? No sé. Eso te iba a preguntar a ti.–dijo.

Ella está en peligro. Ayúdame a buscarla.–Le supliqué.

De acuerdo. Vamos.–dijo y salimos juntos.

Yoon Hana.

Cuando abrí los ojos estaba en un lugar desconocido para mí. Me encontraba amarrada de manos. Todo a mi alrededor estaba oscuro. Solo una luz blanca alumbraba muy débilmente.

Hola amor. ¿Ya despertaste?–dijo una voz que reconocí. Era la de Jackson.

Oh! ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy atada?–pregunté.

Eso es un secreto.–susurró en mi oído.

Hey! ¿Es esto una cámara oculta? ¿Qué tipo de broma jodida es esta Jackson? ¿Me puedes decir?–pregunté subiendo unas octavas mi tono de voz.

Deslizó su pulgar bajo mi barbilla para que obtuviera una mejor visión de él.

Puedes llamarme Steven Wang.–susurró en mi oído.

¿Qué?–pregunté atónita.

Oh! Perdón por no decírtelo antes cuñada. Soy el hermano gemelo de Jackson, el chico al que tú dejaste en coma. ¿Sabes? Me quitaste una parte de mi vida.–dijo con lágrimas en los ojos.

Abrí los ojos como platos y al instante comencé a llorar.

No...No. Fue un accidente. Todo fue un accidente –comencé a repetir de manera frenética para mí misma.

No nena. Todo lo que le sucedió a él fue tu culpa. ¡¡¡Si tan solo no hubieras saltado de ese maldito puente ahora todo estaría bien!!!–gritó y golpeó el suelo con algo.

Me sobresalté porque pensé que me iba a golpear. Entonces esbozó una sonrisa maléfica y con su dedo trazó una línea desde mis carrillos, hasta llegar a mi clavícula.

De todos modos. Eso ya pasó. Jackson ya murió hace unos días y mi padre me odia por parecerme a él. Has destruido mi familia. ¡Mereces morir!–gritó y me agarró por el cuello para asfixiarme.

Perdóname. No fue mi intención. Perdóname.–supliqué mientras mi llanto se volvía cada vez peor y se me dificultaba respirar.

¡¡¡Cállate!!!–gritó y las lágrimas inundaron su rostro mientras aumentaba la presión sobre mi cuello.

Aigoo! Steven Wang! Contrólate. Vas a arruinar mi negocio y a asustar a mi invitada.–dijo un hombre que parecía más calmado; pero aún peor que Steven.

¡Sí! Hyungnim!–dijo y me soltó.
Así que esta es la hermosa señorita que va a empezar a trabajar para mí.–dijo y se acercó a mi rostro.

Yo nunca dije que trabajaría para usted.–le dije mirándolo a los ojos sin vacilar.

Wah! Vaya que la chica tiene carácter. Eso me gusta.–dijo y enrolló un mechón de mi pelo en su sucio dedo.

Me dijeron que eras muy buena en la cama y tenías fama de chica fácil así que pensé que serías buena para mi negocio. Ahora planeo probar cuan buena eres en la cama.–dijo y comenzó a rasgar mi blusa.

¡¡¡Suélteme!!! ¡Saque sus sucias manos de mí!–grité.

¡Amordaza su boca Steven!–le ordenó e hizo  exactamente lo que le ordenaron.

Mereces esto por ser una perra egoísta.–dijo Steven luego de sellarme la boca y comenzó a pegarme con algo que no pude descifrar pero que dolía como la ostia.

«Taehyung! Por favor...Sálvame. Papá perdóname por ser una mala hija. Hara y Gyuri, las extraño chicas.»
A medida que aumentaba la intensidad de los golpes, cosas como estas  comenzaron a pasar por mi mente.

«¿Por qué no le presté atención a las palabras de Tae–pensé mientras lágrimas acompañadas de sangre rodaban por mis mejillas cada vez que aquel hombre me tocaba en algún lado y Steven me pegaba.

Comenzó a desabrochar su cinto y se quitó la camisa.

Con todas mis fuerzas intenté moverme o hacer algún ruido para que alguien me escuchara pero nadie lo hizo.

¡Quédate quieta perra!–gritó Steven y me pegó de nuevo,  haciendo que soltara un fuerte alarido.

¡¡¡Así!!!Eso me excita.–dijo el viejo sucio y le pateé la cara.
Steve comenzó a aguantarme con más fuerza haciendo que tuviera más dolor del que ya estaba soportando y ató mis pies.

Mereces sufrir el dolor que pasó mi familia por tu culpa. –dijo Steven y me pegó de nuevo.

En aquel momento se abrió la puerta de un golpe.

Hana!–gritó Taehyung.

Entonces mi pecho sintió un alivio momentáneo.

¿Qué no te bastó con la paliza? ¿Quieres más?–gritó Steven y se dirigió hacia él pero me moví un poco e hice que cayera.

¡Esta perra!–gritó el viejo y me comenzó a golpear más fuerte.

Tiró la silla y comenzó a patearme en el suelo.

¡¡¡Hana!!!–gritó Tae y se abalanzó sobre el hombre. Se subió sobre él y comenzó a golpear con furia su cara.

¡Mereces la muerte bastardo de mierda! ¿Tu madre no te enseñó que a las mujeres no se les pega? –gritó Tae mientras su puño se llenaba de sangre.

De repente Vernon entró y atacó a Steven desprevenido mientras buscaba algo. Luego Steven lo lanzó lejos y fue en dirección a golpear con un tubo la cabeza de Tae.

¡No! ¡No!–grité como podía ya que el pañuelo que me amordazaba amortiguaba el sonido.

Entonces Vernon se levantó haciendo muecas de dolor y fue hasta él para evitar que atacara a Tae.

Las sirenas de autos llegando comenzaron a sentirse más fuerte. Entonces Steven intentó escapar.

Hana! ¿Estás bien?–corrió Taehyung hacia mí cuando la policía llegó al lugar y atrapó a Steven.

Tae safó todas las cuerdas que me ataban y la mordaza.

Esto no se va a quedar así. ¿Me oíste?–gritó Steven mirándome con rabia y el policía lo sacó del lugar a empujones.

Tae!–exclamé y mis piernas se debilitaron cuando intenté ponerme en pie haciendo que cayera, pero fui atrapada a tiempo por los brazos de Tae.
Entonces cerró los botones de mi blusa y acunó con sus dos manos mi rostro con delicadeza. Temiendo que me fuera a romper.

¡Mira lo que te han hecho esos babosos!–exclamó.

¿No te hicieron nada peor verdad?–preguntó nervioso.

Por suerte no. Llegaste a tiempo.–respondí y sonreí con la poca fuerza que me quedaba.

Vamos Hana. Salgamos de aquí. Te ayudaré a ponerte en pie.–me dijo.

Gracias otra vez.–dije.

Yo soy el que debería darte gracias porque estás viva.–dijo y mi corazón comenzó a saltar le cuerda en mi pecho. Le gustaba burlarse de mí.

Hey! Hana! ¿Estás bien?–preguntó Vernon entrando de nuevo al lugar , pues antes había salido corriendo detrás del viejo proseneta.

Kim Taehyung.

Por un momento pensé que perdería a la chica nazi. Hana era mi hermana en ley, pero no la veía como tal.
Hoy experimenté  la horrible sensación de perderla y fue entonces cuando me di cuenta que no podía vivir sin ella.
Solo sé que perdí la cabeza cuando vi a aquel hombre enfermo de la mente tocando a Hana. No me importaban los moretones ni las heridas que tenía, el dolor no era importante siempre y cuando pudiera golpear hasta la muerte a aquel bastardo.
Respiré de alivio cuando ya la tenía de vuelta a mí.

Hana! ¡Oh Por Dios Hana! ¿Qué te hizo el psicópata de Jackson?–gritó Hara quien vino junto a Namjoon hyung.

Ese no era Jackson.–dijo Hana un poco débil.

¿Cómo dices? Es igual a él. ¿Cómo que no es Jackson? –preguntó Hara sorprendida.

Ese es Steven Wang, el hermano gemelo de Jackson. Jackson murió por mi culpa.–dijo y comenzó a llorar.

No Hana. Eso fue un accidente. Fue un accidente. No fue tu culpa.–dijo Hara acunando el rostro lloroso de Hana.

¿Quién demonios era ese tipo Jackson que atormentaba la cabeza de Hana?–pregunté en mi interior.

Hara, Namjoon. Lleven a Hana a vuestra casa y mantenganla segura. Les enviaré un doctor para que la atienda en vuestra casa. No puedo llevarla conmigo a casa porque sino el señor Yoon se va a volver loco.

Yo iré a declarar a la estación de policía junto a Vernon como testigos visuales de los hechos.
Hana también tendrá que declarar pero no va a ser hoy.–dijo.

¿Estás seguro de que estás bien? Estás sangrando.–dijo Namjoon hyung  preocupado.

No te preocupes hyung. Estaré bien. Iré al hospital después de declarar.–le dije y me marché junto a  Vernon y la policía.

Salí tarde de la estación de policía y fui al hospital. Luego de que cocieran la herida que tenía llamé a Hara.

¿Cómo está Hana?–pregunté cuando contestó el teléfono.

Hey! ¿Sabes qué hora es?–preguntó un poco estresada y miré mi reloj.

Uh! Son las 2:30 a.m. No es tan tarde. De hecho...Es bien temprano.–respondí.

Aish! ¡Odio que me despierten!–musitó.

Hana está bien. Ya le puse un poco de medicamento y está durmiendo. El doctor vino y dijo que las heridas son solo superficiales, que no tendrá complicaciones.–dijo. –Justo cuando logré consolar el sueño, llamaste.–agregó.

Perdón por llamar a esta hora. Es solo que estaba preocupado. Que vuelvas a consolar el sueño. Hasta luego. –dije a manera de disculpa.

¿Hasta luego?–preguntó.

Sí porque en la mañana pasaré por allá a recoger a Hana. Por cierto...Gracias por estar al cuidado de ella.–dije.

Es mi deber como amiga. No necesitas agradecerme. Ahora adiós que tengo sueño.–dijo y cortó la llamada.

Aigoo! ¡Qué temperamental! Hana y ella son iguales. Por eso son amigas.–dije para mí.

Hey! Vernon. ¿Quieres que te de un aventón hasta tu casa? Es tarde.–le dije y aceptó ir en mi auto.

***
Wow! ¿Todavía hay fiesta en tu casa?–pregunté al sentir todavía la música alta.

Oh! No! Lisa! La dejé sola.– exclamé poniendo las manos en la cabeza.

¿Tu novia?–preguntó.

Sí. La traje conmigo a la fiesta pero con todo el lío de lo de Hana se me olvidó por completo llevarla a casa. Voy a bajarme para ver si la encuentro.–le informé a Vernon.

De acuerdo. Entremos.–dijo.

Miré por todos los alrededores en busca de Lisa pero no la encontré. Luego se me ocurrió la idea de buscarla en el baño. Ahí estaba, toda borracha y follando con un tipo.

¡Lisa!¿Qué rayos haces?–grité sacándola de su éxtasis.

Uh?! ¡Es mi novio!–le dijo al chico y me señaló con una sonrisa etílica en el rostro.

¡Oppa! ¿Dónde estabas? ¡Te extrañé! ¿Quieres que hagamos un trío?–sugirió y comenzó a reírse luego de morder el labio del chico.

¡Vamos! ¡Estás totalmente borracha!–le dije agarrando su mano y sacándola de aquel lugar.

La metí en la parte trasera del auto y la llevé hasta su casa.
Introduje el código de seguridad de la casa y entré con Lisa echada al hombro. Me dolía un poco la herida del abdomen pero ignoré la sensación.

Cuando estuve en su habitación la acosté en la cama y la arropé.  Luego me fui para mi casa.

A la mañana siguiente...

Yoon Hana.

En toda la noche no pude dormir casi. El dolor y las pesadillas no me lo permitieron. Eran ya cerca de las 9:00 a.m. cuando bajé a por el desayuno.

Busqué en la nevera algo de leche de banana y me preparé un poco de pan integral con jalea. Cuando miré a la encimera, me di cuenta que había una notica adherida en ella.

Hana! Perdón por dejarte sola en casa. Tuve que ir al colegio para explicar tu ausencia y entregar unas tareas evaluativas. Espera a Taehyung! Va a pasar a buscarte pronto. Ayer me llamó a eso de las 2:30 a.m. para preguntarme cómo estabas. Puede que llegue pasado el mediodía porque debió haberse acostado tarde. Besotes para ti. No olvides huntarte la medicina.
                      Tu amiga: Hara 💜.

Aigoo! Esta niña.–suspiré.

Luego de desayunar fui al baño para cepillarme los dientes. Fue entonces cuando vi mi imagen en el espejo.

AAhhh!!!! ¿Qué es esto?–grité.

Mi rostro era un desastre. Estaba todo lleno de hematomas y rasguños. Mi labio estaba partido y tenía marcas en mis muñecas por las cuerdas, sin dejar de mencionar mi cuello.

Quería ir a la academia y al colegio pero mi condición no me lo permitía. No podía presentarme de esta manera allí.
Entonces, después de gritar un poco frente al espejo, me senté a ver un poco de televisión.

Después de una hora tocaron el timbre y me puse unas gafas de sol y un nasobuco.

¿Quién es?– pregunté del otro lado de la puerta.

¡Soy yo Taehyung!–gritó.

Comprobé que de verdad era él por la mirilla de la puerta y le abrí.

Hey! ¿Estás mejor? ¿Te sientes bien?–preguntó sin darme tiempo a decir nada.

Asentí y entonces puso sus manos en mi hombro para guiarme hacia adentro. Ante el toque di un grito de dolor.

Hey! No estás para nada bien. Es obvio. Quítate esas gafas y ese nasobuco. No intentes ocultar las heridas.–ordenó.

No quiero. Estoy horrible. Si me ves te vas a burlar de mí y se lo dirás a todos.–dije.

¿Crees que lo que te pasó me parece gracioso? Anda y quítate ahora mismo esas cosas de la cara. Traje algo de medicina para que te mejores.–dijo y no tuve más opción que obedecerle.

¡Rayos! Hana! Estás peor que ayer. ¿En realidad dormiste bien?–dijo un poco alterado.

Para ser sincera...No. Las pesadillas me lo impidieron.–confesé.

-Aigoo! Primero que todo ve a sentarte. Iré a calentar un poco de agua para desinfectar las heridas.

Gr...Gracias Tae.–dije pero fingió no oírme. Así era mejor. Menos incomodidad entre los dos.
Cuando terminó su trabajo en la cocina vino hacia mí y se sentó a mi lado.

Puso medicina en la bolita de algodón y la pasó por mi labio haciendo que me quejara un poco por el ardor. Se acercó a mí y sopló en la herida. Ante su gesto mi corazón se volvió a sentir agitado.

Dámelo a mí. Yo lo puedo hacer.–le dije tomando en mis manos el palito con una bolita de algodón en cada extremo.

Hey! Déjame. Te estoy ayudando. Va a ser más fácil para ti.–respondió y me quitó el palito.

Cuando terminó de poner banditas en mi cara me preguntó dónde más estaba herida.
Ya deja. Hara se puede encargar del resto de las heridas.–le dije.

Oh Por Dios Hana! Déjame ayudarte aunque sea solo una vez. Estoy jodidamente preocupado por ti. En esa piel tuya no puede quedar ninguna marca o me encargaré de matar a los tipos que te hicieron esto una vez que salgan de la cárcel.–dijo casi escupiendo las palabras.

Recuerdo. Toqué tu hombro hace un momento y te quejaste.–dijo.

Déjame ver.–dijo y bajó la manga de mi abrigo, dejando mi hombro al descubierto.

Hey! ¿Qué haces? –protesté cuando sentí su respiración cerca de la herida. Luego sentí sus cálidos labios en mi piel.

Hey!–dije y me erizé por completo ante su acción.

Te prometo que nadie más te va a volver a dañar mientras yo esté a tu lado.–me aseguró.

Oh–Fue lo único que alcancé a decir.

Pasó un paño de agua caliente por la herida, luego un algodón con agua oxigenada causando que yo gritara por el ardor.

Tranquila. Después de esto vas a mejorar. ¿El doctor no te desinfectó las heridas?–dijo y por último huntó pomada.

No le permití que lo hiciera. Él solo revisó para ver si no tenía alguna hemorragia dentro y esas cosas.–respondí.

Aigoo! Eres muy testaruda.–dijo y luego hubo un silencio mientras lo observaba dándome atención.

¡Listo! Esto va a ayudar a que la herida cicatrice con mayor rapidez.–dijo sacándome de mis pensamientos.

Luego de esto puso una torunda con una  cinta adhesiva y  subió la tela del abrigo.

Por alguna extraña  razón me sentí en confianza como para hablar de mi pasado con Taehyung. No perdía nada con hacerlo.

Pero las heridas en mi interior nunca serán capaces de sanar.–dije.

Hana! ¿Puedes decirme lo que te sucede? Quiero ayudarte tan desesperadamente a que sanes esas heridas que me vuelvo loco al pensar en que algo te hace sufrir y no me dices.–dijo sujetando mis manos.

Sé que aunque te lo diga no va a ayudar en nada pero necesito liberar un poco de la carga que siento dentro.–dije y se sentó frente a mí para escucharme.














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