¡Estúpido amor!
Verdaderamente recomendable ver y/o escuchar el video en multimedia
Luka jamás había sido un chico inseguro ¿Por qué serlo? Estaba feliz con su estilo de chico rockero y despreocupado, le importaba poco si tenía a alguien a sus pies o si sentían odio por su persona. Si algo caracterizaba a Luka Couffaine era su gran confianza en sí mismo.
—¿Por qué estas tan feliz?— preguntó Anarka a Juleka mientras los tres desayunaban en la mesa antes de sus respectivas actividades. La joven tenía una sonrisa boba mientras texteaba en su celular.
—Rose dijo que quiere verme hoy en Trocadero ¿Pueden creerlo?— mencionó con su mirada perdida en la conversación con su crush.
—¿Qué tiene de especial?— dijo mientras le daba una cucharada a su cereal. Juleka rodó los ojos.
—Es una lástima que no tengas a nadie para recordártelo, hermanito, pero hoy es San Valentín, lo que indudablemente hace más especial cada cosa a la que ella me invite.
—Bueno, pero también es el día de la amistad ¿no?— tiró bromista. Juleka le lanzó un ligero codazo a su hermano.
—Espero que ella quiera pasar todo el festival escolar de San Valentín conmigo.— su madre la miró con ternura, su entusiasmo le resultaba dulce. Observó a su otro hijo, poco interesado. No le sorprendía, Luka jamás se sentía entusiasmado por la fecha; pero no pudo evitar sentir cierto interés.
—¿Qué vas a hacer tú este día, Luka? Tienes planeado salir con alguien especial. Te he escuchado estar practicando una canción con una letra muy linda ¿Se la hiciste a alguien?— Luka negó rápidamente.
—Por dios, mamá. No todo lo que escribo habla sobre mi vida.— dijo un poco apenado. Tomó aire y disimuladamente siguió desayunando.
—Bueno, sí; pero esa letra...
Tomó a Juleka de la muñeca y se levantó de la mesa. —Oh, mamá, mira, a mi hermanita y a mí ya se nos está haciendo tarde.— la jaló hasta donde su progenitora para darle un veloz beso en su mejilla.— Te amamos. Adiós. Que te la pases bien este día.— y salió del bote si más dejando a Juleka y su madre confundidas.
Soltó un resoplido, a veces detestaba lo curiosa que era su mamá.
Mientras caminaban hacia la escuela su hermana mantenía la mirada en él, bastante intrigada y ansiosa de conocer para quien era la canción.
—¿Es para Marinette? Vamos, a mí no me puedes engañar. Ella es tu San Valentín.— mencionaba picara. Luka rodó los ojos divertido, negó.
—No.— contestó con simpleza y empezó a avanzar más rápido, la escuela ya estaba cerca. Juleka se quedó parada. Es que no se lograba explicar, sino era Marinete ¿Quién más podía ser? Sólo había una persona, pero la idea le parecía tan loca y más por lo profundo de la letra de la canción que aquella idea la descartó de inmediato.
Quizás era Marinette y no quería decirlo. Quizás y él dijo la verdad y la canción no tenía que ver con alguien en específico. Apretó los labios pensativa, al final del día ese no era su problema, ella tendría su día feliz con Rose.
[•••]
Respiró profundo buscando la manera de acercarse a ella. Parecía tan ajena ahí, charlando con su mejor amiga mientras jugaba con un mechón de su sedoso cabello rubio y se movía de esa manera tan suya que lo derretía.
Sí, la mayoría podía pensar que Luka estaba enamorado de Marinette por la cercanía y salidas que frecuentaba tener con ella, incluso el mismo lo vio así en un inicio. Pero desde aquel loco día en donde la rubia lo intento molestar con algo acerca de su hermana y él le respondió, empezaron a crear una rivalidad con bastante fama en la escuela.
<<Luka y Chloe no se pueden ver ni en pintura>>
Oración que definía el pensar de toda la escuela. Vaya equivocados que estaban. Todo este tiempo el chico no hizo más que volverse adicto a la actitud desafiante y juguetona de Chloe, tenía unas inmensas ganas de callar esos labios de abeja reina con un estúpido beso.
—Ay, mira quien llegó. No es ni más ni menos que el rey de los perdedores ¿Qué haces por aquí, tarado?— preguntó volteando hacia él con una sonrisa maliciosa. Luka le respondió con el mismo gesto, mientras en su cabeza empezaba a idear la manera de entregarle su regalo.
¿Era tan loca la idea de ya no quererla como enemiga?
—Uy, pero mira que desgraciado casillero ¿Ni siquiera tu mejor amiga te dio un regalo? Eso es tan penoso, en verdad que lo es.— soltó con veneno mientras deslizaba su mano en su bolso para sacar el pequeño regalo. Antes de que lo hiciera, la chica respondió con una sonrisa aún más malévola.
—¿Eso crees tú?— y como extraña coincidencia, un chico se acercó algo tímido hacia ella. Traía un regalo en su mano. Se lo dio en seguida.— Aw, gracias, sea quien sea ¿Qué es esto? ¿Un hermoso brazalete? Me alegra que aún existan caballeros.
Luka se cruzó de brazos y rodó los ojos, seguro era un chiquillo de primer grado, esos siempre quieren andar sorprendiendo a las chicas de penúltimo y último año. Tarado.
—Todos saben que los de primero no valen. Son los urgidos de la escuela.— Chloe río, vaya que era un bastardo.
—Ya vi lo que pasa, te da envidia de que yo sí tenga pretendientes y tú no. Pobre criatura.— Luka negó divertido.
—¿Pretendientes? Seguro son ofrendas que te hacen para que no los molestes más.— Chloe puso un gesto serio, abrió su casillero y se desprendieron un montón de cartas. Ella sonrió victoriosa y tomó una de las cartas.
—Léela, Sabrina.— ordenó a su mejor amiga.
—Chloe, eres la chica más hermosa que he visto. Tu sonrisa es tan blanca como las perlas y tu personalidad más brillante que todas las estrellas juntas, cada detalle de ti me encanta y quisiera saber si deseas acompañarme a cenar esta noche, espero tu confirmación a mi número...— y empezó a citar el teléfono de ese pretendiente. Chloe tenía una sonrisa cubierta en gloria mientras veía los gestos de molestia del Couffaine.
—Que asco, la carta más genérica que he escuchado ¿En serio te sientes orgullosa de recibir citas cualquiera de internet? — la rubia resopló ante el comentario del chico.
—Al menos yo recibí algo, a ti no te veo con ningún regalo en la mano.— Luka respiró profundo, empezaba a sentirse bastante mal. Había demasiadas cartas, seguramente muchas de chicos con más oportunidad con ella que él o con simplemente más carisma.
—¡Chloe, te estaba buscando!— llegó de repente Kim, a lo que la rubia procedió a acercarse a él. Luka sólo los veía a lo lejos, pudo observar como el castaño le entregaba unas joyas a la fémina. Genial, dinero, su regalo tenía tan poco valor monetario que fácilmente se vería opacado.
—Ya ríndete, Luka. Chloe es mejor que tú en todo.— mencionó Sabrina viéndolo con repulsión.— Incluso ella me dijo que ya tiene planeado algo con alguien especial, seguramente consiguió una cita con Adrien. Ella puede tener a quien ella quiera.— decía con una tonta sonrisa en el rostro.
—¿Tú qué?— preguntó con desprecio antes de comenzar a caminar. Pasó por un lado de ellos, mientras escuchaba como Kim le estaba expresando su "profundo" amor hacia ella. Luka rio con el corazón partido.— Que asco, cultura crush.— dijo metiendo un poco el dedo a su boca enfrente de ellos. Kim lo miró confundido mientras que ella sólo emitió una mirada que no logró descifrar.
Siguió caminando por toda la escuela, hoy toda la escuela se centraba en el glorioso festival de San Valentín. Todo mundo estaba por declarar sus absurdos sentimientos a absurdas personas. Genial.
Confesarse a su crush. La cosa más inteligente que hacían todos en el día más cliché del año. Se quería matar.
Prendió su teléfono, quizás había alguien interesante que lo invitara a salir.
Nadie, nadie, su buzón completamente vacío. Estaba completamente solo en el día de San Valentín.
Y no es que no tuviera amigos, pero él les había pedido este día especialmente para declararse y ellos hicieron sus respectivos planes.
—Pero que lindo es Adrien Agreste ¿no? Él siempre ha sido mi crush, desde antes que entrara a esta escuela y ahora está aquí. Que hermoso.— escuchó decir a una chica a su amiga mientras miraban entre risillas al rubio caminando con su grupo de amigos. Luka resopló mirando el techo.
—Agh, me dan unas ganas inmensas de vomitar con su cultura crush. Poco caso les va a ser. Lárguense de aquí.— las chicas lo miraron extraño, compadeciéndolo por su estado.— Sí, estoy solo en San Valentín y soy muy feliz con eso ¿Algún problema?— las jóvenes lo volvieron a mirar extraño, pero esta vez con más molestia que otra cosa. Al fin se retiraron.
Luka inhaló profundo ¿Por qué no pensó esto mejor?
Se la pasó un buen rato ahí, esperando a que la hora de poder irse llegara mientras escuchaba Tipling Rock y Artic Monkeys en su reproductor, le servía un poco para desconectarse del mundo.
—Luka.— le escuchó llamar de repente a una de primer año, se quitó los audífonos.
—¿Qué quieres?— el par de féminas empezaron a moverse un poco tímidas.
—Se está a punto de iniciar un juego de Verdad o Reto, y queríamos saber si te nos quisieras unir.—Luka sabía bien a lo que sometía jugando a eso un día de San Valentín. Acepto, si tenía suerte le pondrían a besarse con una chica linda y podría pasar el resto de la tarde con ella.
—Bien.
El chico las acompañó y se sentó en un círculo con ellas, todos se veían ansiosos por jugar. Podía ver la mirada de algunos jugadores en la de otros, las intenciones por las que habían venido todos aquí eran bastante claras. La partida inicio, al principio todo le resultó divertido, realmente estaba pasando un rato ameno y muchos cumplían los retos a pesar de que no les agradaba la idea. Todo se empezó a complicar cuando a un tal Frederic le tocó besar a una tal Bianca, éste se negaba rotundamente y ella parecía desearlo bastante.
—Vamos, Frederic, ya todos lo hicimos. Es parte del juego solamente.— dijo una de las chicas que lo habían invitado a jugar.
—Besare a cualquier otra persona, menos a ella.— mencionó él.
—¿Pero que tengo de malo yo?— decía casi riendo en lágrimas. El chico continuaba negándose, llegaba casi 15 minutos así y Luka no estaba dispuesto a seguir desperdiciando su tiempo de tal forma.
—¡Ya! Por dios.— bramó el chico.— ¿Qué no ves? Fred y tu mejor amiga tienen algo, por eso no te quiere besar. Y ¡Al diablo con ustedes dos!— reprochó a Fred y la otra chica.— A nadie les importa si ustedes ya se besaron, cogieron o están de novios. Es un estúpido juego. — Bianca veía a su mejor amiga callada, a punto de soltar las lágrimas.— Por favor, estúpida cultura crush. Yo me largo de aquí.— y se levantó de ahí asqueado.
Estaba completamente arto de ese idiota e infinito día.
Se fue a la parte más alta de la escuela a tomar aire. En definitiva, no participaría en ninguna actividad más de ese festival. Debía alejarse de todo eso que le hacía recordar lo fracasado que era en el amor.
Ahí arriba respiró profundo. Ahora se sentía mal por todas las acciones que había hecho durante el día, arruino el día de San Valentín de algunos sólo porque a él no le habían salido las cosas. Era un bastardo. Al menos ahí ya no podía molestar a nadie.
—Miren, el idiota mayor, ahí estas. Tengo algo muy serio que discutir contigo.— Genial, justo la persona de la que menos quería saber ahora ¿Cómo diablos había hecho para encontrarlo?
—Cada día me sorprenden más tus ganas de molestarme, está vez hasta has estado dispuesta a quemar tu piel sólo para lograr tu objetivo. Me siento especial.— la rubia se sentó a un lado suyo.
—¿Qué? ¿Aún ninguna chica te ha invitado a salir o por qué estás actuando como el Grinch del San Valentín?— se colocó sus gafas de sol.— Sabía que eras un amargado total pero no creí que tanto.— Luka sonrió.
—El San Valentín es estúpido por donde lo veas.— la rubia hizo un gesto de molestia.
—Agh, que dark eres. Deberías invitar a salir a alguien.— que irónico que ella lo dijese.
—¿A quién? Soy feliz con mi soledad, Chloe.— al fin ella regresó a verlo totalmente enojada. Casi le azota sus gafas en el rostro.
—Ya me colmaste la paciencia, Luka. He estado todo el día haciendo cosas para que me invites a salir, pero al parecer eres un gran retrasado mental. El festival ya casi termina y no entiendo por qué no me has invitado aún, así que yo te pregunto: Luka ¿Quieres ser mi San Valentín?
La rubia estaba completamente sumergida en rubor, pero se le veía bastante decidida. Luka no dejaba de verla sorprendido, intentando digerir que esto fuera siquiera real, pero es que lucía tan hermosa, cada gesto de ella siempre era tan único y lo lograba enloquecer.
Luka suspiró aliviado y sacó su regalo. Se lo entregó.
—¿Un USB? ¿Qué quiere decir esto, Luka?— preguntó confundida. Luka la rodeó con el brazo para acercarla más hacia él.
—Sólo contiene una canción, era mi manera de decirte que ya no quería que siguiéramos peleando, yo también quiero algo más contigo ¿sabes?— Chloe miraba el objeto totalmente incrédula, una enorme sonrisa se elevó en su rostro.
Y sin titubear se abalanzó sobre él y unió sus labios. Lo tomó desapercibida, pero eso no le quito el encanto. Esos labios sabor miel que tenía un largo rato queriendo probar estaban ahí, a su disposición. Ahora él era el que los tentaba, el que jugaba con ellos, él que se apoderaba como su rey.
Bajaron ambos muy felices, importándoles poco las miradas que la mayoría se cargaba sobre ellos sorprendidos de ver a ese par de enemigos juntos en un día como ese.
—Acompáñame rápido a mi casillero, deje mi dinero de repuesto ahí.
Ella asintió sintiéndose dichosa. Luka tenía una sonrisa de niño, se le veía bastante feliz también y eso la hacía sentirse bien.
Al momento de abrir su casillero también brotaron un considerable número de cartas. Vaya, no se le había ocurrido verlo en todo el día.
—Sabía que no era posible que yo fuera tu única pretendiente.— dijo un poco divertida. El sólo la miro con una sonrisa de media luna.
Espero muchísimo que les haya gustado este one shot que hice. Desde la primera vez que escuche esta canción de mi bebito Conan Gray quería escribir algo sobre ella ¿Y que mejor que de mi pareja favorita? Realmente me divertí haciéndolo como hace mucho no disfrutaba algo.
¿Qué les pareció?
¿Alguna sugerencia o reclamación?
Jazmín Valero.
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