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85. Borracho de amor.






JiMin se estaba cuestionando sobre su elección de asistir a la fiesta, algo fuera de su zona de confort. No estaba acostumbrado a lugares llenos de gente desconocida, con luces tenues y alcohol en todas partes. Prefería entornos más tranquilos. A pesar de eso, el deseo de encontrarse con él fue más fuerte, y terminó arrastrando a sus amigos a la celebración.

—¿No quieres buscar a JungKook? —Nam puso la mano en su hombro, al parecer se había dado cuenta que estaba nervioso.

—O a Kim, quien fue que te invitó.  —dijo Solar, mirándolo con obviedad.

—Son mejores amigos, seguro están juntos en algún lugar. —se encogió de hombros, intentando aparentar la mayor despreocupación posible. Aunque en realidad, por dentro se sentía como si se estuviera desmoronando.

Esto era completamente nuevo para él, y no solo se refería a la fiesta. Era la primera vez que admitía con tanta facilidad que sentía un interés romántico por un chico y que además, quería tomar medidas al respecto. Se sentía completamente fuera de sí, pero por JungKook valía la pena.

Ese chico era como un pedazo del cielo en la tierra. Al menos para él.

Y como si sus pensamientos lo hubieran convocado, sus ojos se conectaron con los de JungKook en medio del salón, iluminado de forma tenue. El efecto fue instantáneo; su corazón se aceleró con solo una mirada a esos bonitos ojos que parecían brillar en la oscuridad. No pudo evitar la pequeña sonrisa que delató por completo su felicidad al verlo, y se sintió gratificado cuando JungKook también le devolvió la sonrisa.

—Ahí están, vamos. —JiMin señaló con la cabeza antes de abrirse paso entre la multitud para llegar hasta ellos, notando que TaeHyung también estaba presente. Sus amigos lo siguieron de cerca.

A medida que se acercaba, JiMin podía observar mejor cómo lucía JungKook. No se sentía capaz de apartar la mirada de él. La ropa que llevaba parecía aún más deslumbrante en persona; ese crop top blanco y pantalón se ajustaban de manera perfecta a la curvatura de su cuerpo. Aún podía recordar con claridad como la noche anterior tuvo el permiso de agarrar su cintura mientras lo besaba.

Era tan atractivo y bonito en partes iguales. Un equilibrio perfecto en el que JungKook era un experto.

—¡JiMin, estás aquí! —Kim fue el primero en acercarse, mostrando una amplia sonrisa. El ligero siseo en su voz dejó claro que ya había consumido algunas copas de alcohol.

Finalmente, apartó la mirada de JungKook para saludar a TaeHyung. No quería ser descortés con la persona que lo había invitado a venir.

—¡Hey, JiMin, te ves increíble! —esta vez fue Jeon quien gritó sobre la música, lanzándole una mirada que lo hizo sentir acalorado. Su elogio le arrancó una sonrisa nerviosa—. ¡Todos se ven increíbles!

Aunque sus ojos permanecieron en Park unos segundos más, luego se enfocó en NamJoon y Solar, quienes se rieron divertidos ante la situación.

—Ustedes también. —dijo, tratando de devolver el halago, pero se quedó mirando especialmente a Koo. Y él parecía notarlo, ya que sus mejillas adquirieron un tono rosado.

Pronto se unieron al grupo el resto de amigos de TaeHyung y JungKook, dando lugar a las debidas presentaciones, ya que JiMin no los conocía tan profundamente más allá de lo necesario en su rol de presidente estudiantil. Se sintió bien conocer a esos chicos en un contexto diferente al académico, y sus propios amigos no tardaron en llevarse bien con el resto.

Estuvo a punto de hablar con JungKook, ya que no lo habían hecho en un rato, pero la efusividad de TaeHyung lo interrumpió.

—¿Les gustaría algo de beber para comenzar la noche? —preguntó emocionado, dirigiéndose a Solar y NamJoon, pero le dedicó una sonrisa más radiante a él.

—Estaría bien. —Nam respondió y ella asintió, de acuerdo.

—Genial, voy por las bebidas entonces.

—No te preocupes, TaeHyung, puedo ir por ellas. —JiMin negó con la cabeza, teniendo una sonrisa tímida.

—¿Por qué no vamos juntos? Problema resuelto. —TaeHyung se encogió de hombros, mostrándose satisfecho con la idea.

—Está bien.

—¡Ya volvemos, diviértanse!

TaeHyung agarró su brazo de repente y lo condujo a través de la sala. Mientras se alejaban entre las demás personas, notó la extraña expresión en los ojos de JungKook, incapaz de describir lo que veía en esa mirada que lo observaba irse.

Deseó volver, pero ya estaban en la cocina. Se sorprendió al ver la encimera de mármol llena de botellas de alcohol y refrescos, con muchas opciones para elegir. Sin saber qué hacer, simplemente se quedó allí observando cómo Kim tomaba algunos vasos rojos.

—¿Tienes alguna preferencia en particular, JiMin? —se volvió para mirarlo con una atención que le generaba una extraña sensación.

Él negó.

—No tengo problema con lo que quieras.

Observó cómo TaeHyung soltaba una risa suave y mordía su labio inferior. Supuso que tal vez era debido al efecto del alcohol.

—¿Y qué tal la resistencia? —volvió a preguntar.

—Tengo buena resistencia al alcohol.

—Qué bueno saberlo. —dijo Kim de manera juguetona, guiñándole un ojo. Esto lo desconcertó un poco, ya que era una faceta más segura de TaeHyung que no había experimentado en sus interacciones anteriores, y no estaba seguro de cómo reaccionar ante ello.

Solo logró apartar la mirada hacia las botellas de vidrio y tragar en seco.

Después de eso, no intercambiaron más palabras; solo la música de fondo evitaba que el silencio se volviera incómodo.

—Ten, JiMin. Regresemos con los demás. —con una sonrisa, le entregó un vaso lleno de un líquido casi café que aceptó y asintió ante sus palabras. Antes de salir de la cocina, dio un sorbo, sintiendo la ligera amargura del alcohol en su garganta.

Cuando volvieron con los demás, pudo ver como todos se integraban en una animada conversación, marcada por las risas compartidas. JiMin se sintió aliviado al ver que sus amigos disfrutaban de la fiesta, asegurándose que no estaban solo para cumplir un favor, sino también para divertirse.

TaeHyung repartió las bebidas a todos y luego se aferró al cuello de quien parecía ser Yoongi entre risas. Aunque intentó apartarlo, la dinámica le arrancó una risa. Sin embargo, su atención se desvió inevitablemente hacia la persona con la que deseaba pasar la noche. Tomó un sorbo de su bebida y lo observó por encima del vaso, tratando de no ser demasiado evidente.

Allí estaba JungKook, deslumbrante esa noche, conversando animadamente con NamJoon a su lado. Una amplia sonrisa adornaba sus labios rosados mientras pasaba la mano por su largo cabello, mostrando interés en cada palabra de su amigo. La interacción le provocó una sensación amarga en el pecho, que intentó disipar bebiendo rápidamente el resto de su trago.

Aunque deseaba seguir mirándolo, apartó los ojos, sintiéndose desplazado y fuera de lugar.

¿Por qué sentía esto?

No tenía derecho.

—Hey. —conocía esa voz demasiado bien; ninguna otra podría acelerar su corazón de la misma manera.

Se atrevió a verlo, JungKook estaba justo delante y esta vez, aquella bonita sonrisa estaba dirigida a él. En segundos, todos los pensamientos negativos anteriores se desvanecieron.

—Hola, Koo. —dijo, de repente sintiéndose un poco nervioso. El menor lo veía con esos ojos brillantes, y no sabía cómo comportarse estando frente a la persona que le gustaba tanto.

Apartó la mirada por un instante, observando por encima del hombro ajeno, y notó que NamJoon y Solar lo estaban viendo. Recibió una sutil sonrisa de aprobación de parte de ellos.

—¿Prefieres ir a un lugar menos bullicioso, Hyung? Aquí es difícil conversar y no te escucho muy bien. —se acercó para facilitar la comunicación, pero la proximidad hizo que sus brazos se rozaran y JungKook ocupara casi todo su espacio.

—Estaría bien.

JungKook asintió con alegría antes de tomarlo suavemente del brazo, invitándolo a caminar a su lado. JiMin accedió de inmediato, sin preocuparse de si los demás notaban su ausencia. Lo único que importaba en ese momento era que Koo estaba ahí, a su lado.

Caminaron hacia un pasillo que conducía al jardín trasero, alejándose de la multitud. El ruido de la música disminuyó considerablemente, pero aún era lo suficiente agradable. Encontraron un lugar tranquilo sin gente, resguardados por una columna que los ocultaba de la sala principal.

—Finalmente, solo tú y yo. —JungKook soltó una risita dulce, mirándolo con tanta intensidad que le provocó cosquilleos en el estómago. Percibió un ligero arrastre en su voz debido al efecto del alcohol.

JiMin solo se sonrojó ante esas palabras.

—¿Querías estar a solas conmigo, JungKook? —preguntó tímido, conteniendo sus ganas de acercarse.

—Sí. No te había podido saludar como quería. —encogió sus hombros, risueño.

Le sorprendía la franqueza de JungKook esa noche, ya que generalmente era él quien llevaba ese rol entre los dos. Quizás la explicación residía en la chispa que el alcohol había encendido.

—Me alegra que vinieras… me alegra verte, JiMin hyung.

Su corazón latía con fuerza ante la sinceridad de esas palabras, y no ayudó que JungKook lo observara con sus ojos pestañeando lentamente mientras se acercaba.

—Yo también tenía ganas de verte. —susurró Park, reuniendo valor para levantar la mano y colocar un mechón suelto del cabello detrás de la oreja de JungKook. No pudo contener la sonrisa al ver como el menor se apoyaba en su toque, mostrando un ligero rubor en sus mejillas—. Dios, eres tan lindo.

Wow, ¿realmente había dicho eso en voz alta?

La respuesta se reflejó en la sonrisa tonta que se formó en los labios de JungKook. Sus ojos lo miraban con un brillo que antes no estaba presente, y el rubor en su rostro se hizo más evidente, al igual que en el suyo propio.

—¿De verdad crees que soy lindo? —preguntó suave, colocando una mano sobre la suya. Sintió como si sus rodillas pudieran ceder en cualquier momento.

—No lo creo, definitivamente lo eres… ya te lo he dicho muchas veces antes.

JiMin tragó saliva. Era consciente de que ese no era el comportamiento apropiado para dos amigos, y sabía que debía alejarse antes de que fuera demasiado tarde y todo se volviera confuso.

Pero una cosa es saberlo y otra hacerlo.

No podía alejarse.

—Mierda, me haces esto tan difícil. —el menor se quejó con frustración en su voz y lo siguiente que supo es que su cuello fue rodeado para luego recibir un beso que hizo vibrar cada parte de su cuerpo.

En ese momento, se olvidó absolutamente de todo lo que los rodeaba y solo pudo enfocarse en corresponder al contacto de los labios de JungKook, devolviendo el beso con la misma intensidad y deseo que era capaz de sentir.

—Sujétame fuerte, vamos.

Mientras se besaban, JungKook susurró con una voz agitada y casi suplicante. Para JiMin, fue como encender una llama en su cuerpo, ya que respondió apretando el cuerpo de JungKook contra el suyo, sujetándolo con los brazos en la estrecha cintura.

Emitió un sonido de satisfacción, esto era lo que tanto anhelaba desde la noche anterior: volver a saborear los labios de JungKook y sentirlo cercano a su cuerpo. Su corazón latía intensamente, notando la sincronía con el latir del corazón del más joven.

Park se encontró contra la pared, pero en lugar de protestar, optó por no resistirse, ya que escapar no era su deseo. JungKook tomó la iniciativa al desordenar su cabello y acariciar sus mejillas, mientras el vaivén de sus bocas juntas se volvía cada vez más apasionado e irresistible. JiMin se entregó al menor, alternando el control por momentos.

—¿Qué me hiciste, Jeon JungKook? —logró decir cuando se separaron para respirar, juntando sus frentes y manteniendo sus ojos cerrados.

—¿A qué te refieres, JiMinie?

JiMin soltó una pequeña risa y los volteó, ahora siendo JungKook el que estaba atrapado contra la pared, quien lo miró con sus mejillas sonrojadas sorprendido por la acción repentina.

—No puedo quitarte de mi mente. —buscó su mirada para sostenerla, queriendo dejar en claro la verdad de sus palabras. Koo parecía desconcertado por la confesión y solo apretó más su agarre en sus hombros. Y sin poder contenerse, lo abrazó con fuerza, sin intenciones de dejarlo ir—. Te has vuelto alguien muy especial para mí, Googie.

Experimentaba un temor abrumador. Temía estropear las cosas con el peso de esas palabras. No quería ser simplemente su amigo; anhelaba tenerlo todo.

Su respiración falló cuando los brazos de JungKook también lo sostuvieron, abrazándolo de vuelta y apoyando la cabeza en su hombro.

—Tú también eres alguien muy importante para mí, JiMin hyung… muy importante, ¿Sabes? —su voz era tan suave y llena de dulzura que se sintió inmensamente feliz por saber que no era el único afectado en todo esto.

Se distanció unos pocos centímetros, quedando cara a cara, observando la expresión avergonzada del menor, que lo miraba como si le hubiera entregado la luna en ese momento solo para él. Quería convencerse de que no estaba imaginando todo esto.

—¿En serio?

Él solo asintió con una sonrisa tan encantadora que le provocó el impulso de besarlo. Y lo haría.

Estaba a punto de acercarse, pero el sonido de un teléfono estalló, rompiendo su burbuja y deteniendo cualquier intención que tuviera. Jungkook se dio cuenta segundos después, y aunque trató de ignorarlo, el timbre seguía insistiendo en ser contestado. Jimin maldecía internamente a la persona que llamaba justo en ese momento.

—Creo que deberías contestar, está siendo bastante insistente. —JiMin dio un paso atrás, soltando sus manos de la cintura ajena con mucho pesar.

Jungkook le lanzó una mirada de disculpa antes de sacar el teléfono de su bolsillo y observar la pantalla iluminada. Luego, rodó los ojos con evidente irritación.

—Mierda, TaeHyung. —dijo con un tono que no lograba identificar, pero Park percibió que algo ocupaba su mente al observarlo mordisquear su labio inferior repetidamente.

En cuestión de segundos, la euforia que experimentó antes desapareció, dejando una sensación confusa que se asemejaba a la incertidumbre.

¿Qué pasaría ahora?

—¿Todo está bien?

—Será mejor que volvamos, nos hemos demorado bastante. —Jungkook simplemente negó y lo miró con desánimo, deseando conocer la razón, pero ni siquiera tuvo tiempo de decir algo, ya que él se alejó y se dirigió hacia la sala principal.

Lo siguió con un nudo en la garganta, sintiéndose tan incorrecto allí. La música alegre no encajaba para nada con la presión que tenía en su pecho.

¿Por qué ahora todo se sentía diferente y distante?

Quería regresar con JungKook a su rincón seguro, donde solo existían ellos dos. Sin la presencia de nadie más.










(...)











El resto de la fiesta se desarrolló de manera peculiar para él. Cuando ambos regresaron al grupo, JiMin se vio obligado a comportarse con normalidad, como si no hubiera compartido un momento aparte con Jungkook, besándose en otro lugar. Volvieron a actuar como los amigos que realmente eran.

Continuó bebiendo unos vasos más de alcohol, intentando despejar su mente del enredo confuso de pensamientos que lo consumía. Observaba a JungKook divirtiéndose con sus amigos entre risas. Sin embargo, cuando sus miradas se cruzaban, lo único que podía percibir en esos ojos oscuros era anhelo, y no sabía cómo enfrentar esa situación. No se atrevía a acercarse, porque Jungkook no lo había hecho, y tampoco quería molestarlo.

¿Acaso algo que dijo estuvo mal?

¿No debieron besarse?

Tantas preguntas y ninguna respuesta.

Quería irse de allí.

Un TaeHyung sonriente dirigiéndose a él interrumpió sus pensamientos.

—Oye, JiMin. ¿Te gustaría bailar un poco? —ahora sonaba ligeramente más ebrio que al principio, sus pasos titubeaban con frecuencia, y tuvo que sujetarlo del brazo para evitar que se cayera al suelo.

—¿No estabas con JungKook hace un rato? —mencionó riéndose un poco, encontrando divertida la forma en que TaeHyung estaba.

Kim hizo un puchero, negando con la cabeza.

—No, probablemente esté por ahí con Namjoon. Ese chico sabe cómo llevar las cosas. —se rió, pero él no pudo unirse; su sonrisa se congeló ante esas palabras.

—¿Qué?

—Tiene como un amor platónico por NamJoon, ha sido así desde hace un tiempo. —susurró detrás de su mano, riendo con picardía, como si estuviera compartiendo un secreto que no debería revelar.

Quizás no debió, porque el dolor que le apretó el corazón casi le robó el aliento. Su expresión sonriente desapareció por completo, luchando contra las lágrimas que amenazaban con caer en ese mismo instante.

Era tan patético.

¿Realmente pensó que alguien como JungKook lo quería a él?

Por supuesto que le iba a gustar NamJoon, su amigo era asombroso. Atractivo y bien formado, sumado a su personalidad amable.

Pero aún así, se sentía tan mal por saber esto.

¿Entonces por qué lo besó como si también lo quisiera?

—¿JiMin, estás bien? —TaeHyung lo miró preocupado, acariciando su hombro suavemente y trató de no demostrar sus verdaderas emociones.

Le tomó un momento buscar una respuesta en su cabeza.

—Lo estoy, no te preocupes.

—¡Entonces, ven a bailar conmigo! —lo agarró del brazo emocionado. Aunque en el rostro del otro se notaba la emoción, él no podía compartirla. Como si estuviera entumecido, simplemente se dejó llevar por Kim hacia un lado de la improvisada pista de baile, donde varios se movían al ritmo de la música.

De verdad que intentaba disfrutar con TaeHyung, pero su mente no dejaba de reproducir la conversación anterior, donde sus esperanzas quedaron destrozadas. Ni siquiera podía molestarse con NamJoon, ya que no tenía la culpa de nada; él simplemente se ilusionó con un chico que nunca sería suyo.

Un cuerpo se acercó al suyo, y se dio cuenta de que era el chico más alto que lo acompañaba; esto lo sorprendió, ya que no esperaba bailar tan cerca. Los ojos de TaeHyung intentaban comunicar algo, como si le estuvieran pidiendo más, pero no entendía cuál era su verdadera intención. Aunque admitía que era un chico atractivo en todos los sentidos, no sentía nada más allá de una conexión amistosa.

—TaeHyung, yo…

—Shh. —lo hizo callar con una caricia en su mejilla—. Eres tan lindo, JiMin. ¿Cómo no te das cuenta de lo que causas en los demás?

Park frunció el ceño, confundido.

Hizo el intento de alejarse tomando la mano de TaeHyung en su mejilla, pero esto llevó a una malinterpretación, evidenciada por la sonrisa en los labios del otro. Kim se acercó para besarlo con torpeza, atribuible a su estado de embriaguez. Y aunque intentó buscar esa sensación especial en el beso, no pudo encontrarla. No había cosquilleo ni el anhelo de consumirlo.

Como sí había pasado con JungKook.

Esto era incorrecto, no debería estar comparándolos.

Jimin se apartó de TaeHyung, sujetándolo por los hombros y mirándolo directamente a los ojos. No deseaba que otra persona saliera herida esa noche.

Era evidente que Kim no estaba en pleno uso de sus facultades mentales esa noche, y no podía discernir realmente el significado detrás de ese beso que le había dado.

Desvió la mirada por un momento por los alrededores hasta que se detuvo en el lugar donde estaban sus amigos, pero lamentó haberlo hecho. Se encontró con un Jungkook que los observaba con ojos brillantes y una mueca en los labios, mostrándose tan vulnerable que deseó correr hacia él para aliviar cualquier dolor que pudiera estar sintiendo.

Sin embargo, el causante del dolor aparentemente era él.

Sus miradas se encontraron, y en ese momento, JungKook huyó apresuradamente. Dudó sobre si debería seguirlo o no, pero al final decidió correr en su búsqueda. Necesitaba aclarar las cosas con él y poner fin a este círculo de confusiones.

No le importó si sus amigos habían notado la situación, lo único en su mente en ese momento era hablar con JungKook y descubrir qué estaba mal.

No estaría tranquilo hasta saberlo.

—¡JungKook! —dijo cuando llegó al jardín trasero y ahí se encontraba el menor de espaldas a él—. ¿Qué pasó?

—JiMin, deberías dejarme solo.

La voz que solía ser cálida, ahora era frágil y distante. No le gustó.

—No. Quiero saber por qué saliste corriendo así. —quería acercarse pero temía que generara una reacción negativa en JungKook.

—¿Por qué te importa? Mejor vuelve adentro y únete a TaeHyung. —finalmente, se volteó para mirarlo; sus ojos estaban llenos de lágrimas que descendían por sus mejillas, y Jimin se sintió terriblemente mal al presenciar este lado vulnerable.

Él negó, rehusándose a irse y dejarlo allí solo.

—Por supuesto que me importa, ¡Tú me importas! —dio un paso adelante, levantando sus manos en un gesto desesperado—. No quiero verte mal, ni mucho menos verte llorar.

JungKook solo retrocedió, limpiando el rastro húmedo de su rostro mientras negaba.

—¿Por qué viniste a buscarme? Dios, esto es horrible. No quería que las cosas salieran de esta manera y verte besándote con él…

—¿Qué quieres decir? —preguntó, acercándose más esta vez sin temor a que el otro escapara, ya que estaba decidido a sostenerlo.

El menor soltó una risa al aire que no era genuina.

—¡Me gustas, JiMin! Mierda, me gustas tanto que me duele verte con mi amigo. —JungKook lloró aún más, mirándole con una mezcla de dolor y frustración que lo hizo paralizarse, procesando lo que acababa de escuchar—. ¿Cómo no querías que me sintiera así cuando hace un momento te estuviste besando conmigo y luego con TaeHyung?

—Pero yo no quería besarlo a él. —se apresuró a decir lo primero que se le ocurrió—. La única persona que quiero besar es a ti, Koo.

Esos ojos grandes lo miraron con sorpresa y JiMin se sonrojó al ser consciente de que se estaba confesando también.

—¿No te diste cuenta de todas esas cosas que hacía por ti? Solo por ti y nadie más porque te quiero. Te quiero, JungKook. —con el corazón latiendo a toda prisa, se acercó al contrario para acariciar su cabello y limpiar sus lágrimas. Todo bajo la mirada sorprendida de JungKook—. Te quiero como más que amigos, te quiero más que eso.

Todas las inseguridades se disiparon en ese instante porque Jungkook también lo quería, y nada podría arrebatarle la felicidad que eso le proporcionaba.

—¿H-hablas en serio, JiMin? —su pregunta tambaleó.

—Nunca he tenido una certeza tan fuerte en toda mi vida como la que tengo sobre mis sentimientos por ti. —dijo determinado, tratando de expresar toda la sinceridad de su confesión.

Supo que lo logró al ver los ojos ajenos llenarse de estrellas, borrando todo rastro de tristeza y la sonrisa más bonita marcó sus facciones. Tal vez, solo tal vez se enamoró un poco más en ese instante.

Espera, ¿Se enamoró?

Oh Dios, estaba realmente perdido.

—Habríamos evitado todo esto si hubiéramos sido honestos desde el principio. —Jungkook tomó su chaqueta, atrayéndolo hacia su espacio personal—. Solo ven aquí, Hyung.

No pudo estar más de acuerdo. Pero no se necesitaron más palabras.

Lleno de euforia, respondió al beso sin titubear, abrazando a Jungkook como si no quisiera soltarlo una vez que logró tenerlo en sus brazos, y tal vez no estaba tan lejos de la realidad.

Este beso sí se sentía correcto. Porque era con la persona correcta.

Inmersos en su propia burbuja de felicidad, no se dieron cuenta de que alguien los observaba desde lejos. Alguien con el corazón roto y un sentimiento de traición.

Bueno, estamos en el clímax de la historia JAKSKSK. Pasaron muchas cosas aquí.

Btw, quería actualizar antes de año nuevo así que tengan un feliz año nuevo todos y les deseo un bonito 2024 🥺💗.

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