En el medió del bosque donde nadie se atrevía a poner un pie, se encontraba aquella casucha de madera y si ningún tipo de protección. La noche reinaba y el frío se colaba por los tablones de madera simulando una pared, llovía a cántaros sin señal de que iba a detener. Solo se escuchaba el sonido de la llovía golpear el suelo y de unos sollozos los cuales eran acallados.

Dentro de la casucha estaba hay aquel joven Omega de piel pálida que por la suciedad y los golpes no se alcanzaba a ver. Sus ojitos zafiros que había perdido la luz tan característica de estos; su cuerpo estaba cubierto de tierra, sangre, olía a vomito y orina pues desgraciadamente al estar tirado en el suelo putrefacto sin poder escapar ya que su único píe estaba apresado por un grillete, no le quedaba más opción que hacer sus necesidades en el mismo sitio.

—P-por favor...ayuda...p-prometo ser bueno...alfa-a...— sus ojitos estaban inundados en lágrimas de dolor y agonía; los cuales observaban como la pequeña cabecita salía de su interior lastimandolo—.

—Vamos Morgan; eres Omega y se supone que debes saber cómo dar a luz sin ayuda.— Un Alfa pelirrojo de ropajes muy finos y elegantes le observaba con una sonrisa burlona y maliciosa que le hizo temblar.— Si no lo haces entonces eres inservible—.

—¡Porfavor ya no aguanto...d-duele mucho!—. Sollozo con fuerza raspando su garganta sintiendo el dolor penetrar su cuerpo entero, las lágrimas corrían por sus mejillas violáceas limpiando el camino entre tanta suciedad.—! N-necesito...Duele!—.

El Alfa divertido veía la escena...aquel Omega de no más de 17 años lo había obtenido como un regalo de su progenitor en una venta de Omegas de un barrio pobre lleno de alfas en busca de dinero y Omegas drogadictos, cuando el más pequeño tenía solo 5 añitos. Su madre una beta despreocupada lo había vendido a la red de prostitución de la cual el padre del Alfa era dueño.

—M-mi bebé...Alfa— La saliva resbaló por la comisura de sus labios rotos y resecos, hizo sus pequeñas manos puños aferrándose al suelo cuando sintió otra contracción, sentía su cuerpo partirse en dos y el dolor hacerse más fuerte cuando sintió la humedad de la sangre salir de su parte íntima, elevo la mirada hacia aquel techo mal colocado de madera vieja.—¡Ahhhhh...Ayuda...!—.

Su rostro era pegajoso por las lágrimas, su cabello sucio y despeinado se pagaba a su frente, sus manos instintivamente tocaron su gran vientre y bajo la mirada contemplando con dolor como el pequeñito cuerpo de su bebé salía de sus entrañas. Sus manos temblorosas tomaron aquella criaturita; su cachorrito lleno de sangre y lo cubrío con sus delgados brazos del frío.

Vio como su bebito lloraba con fuerza, su llanto se escucho en todo el lugar, buscando calor se removió entre los brazos de su madre quien con lágrimas le contemplaba su pequeñito rostro pálido cubierto de sangre tratando de limpiarle, con intensidad miro su cuerpecito grabando en su mente cada detalle.

— Omega suelta a mi hijo.— La voz del Alfa sonó en la habitación por encima del llanto del bebé. El menor solo supongo acurrucar a su bebé disfrutando de aquel sentimientos que crecía fuerte en su pecho, vio al Alfa fruncir el ceño y levantarse de aquel sillón para caminar hacia el, rápidamente se alejó como pudo.

— No...alfa n-no...mi bebé no.— Ya no le quedaban fuerzas para hablar ni suplicar pero lo haría con tal de salvar a su arrocito.

En aquella habitación entraron tres personas desconocidas para el pelinegro Omega...Se acercaron a el apresando sus brazos para que no forzajearan y así le arrebataron lo único que tenía en este miserable mundo.

—Alfa...Mi bebé...deme a bebé por favor — vio como aquel hombre de bata blanca se llevaba a su pequeño afuera de la casucha, continuó gritando e incluso mordió a uno de los hombre de negro hasta que sintió un fuerte dolor en su pecho junto a su nuca.  Vio a su Alfa frente a él.

—Espero que no sea Omega.— Los ojos del Alfa cambiaron de cafés a un rojo carmesí intenso -- Sino ya sabes que pasará—.

Evan abre los ojos luego de aquél horrible sueño sintiendo mis párpados pesados, se sentía confundido, desde niño soñaba cosas raras como si fueran recuerdos de algo que nunca ha vivido.

Miro a su alrededor percatándose de aquel molesto ruido de la máquina a su lado, miro a todos lados buscando indicios del porque estaba ahí , las paredes de la habitación eran color crema con carteles que solo daban depresión por la información que estos contenían, a su izquierda había una ventana con cortinas azules.

Quiso moverse para cerrarlas, pues la luz del día daba directamente en su rostro pero no pudo lograr su cometido sintió su brazo apresado y miro en dirección a este viendo a su fiel y único amigo que estaba dormido seguramente por el quinto sueño en el borde de la cama entrelazando sus manos.

Sintió algo muy feo en su pecho entonces recordó el porqué estaba ahí, recordó aquella horrible noticia de su embarazo, como se lastimó a si mismo y perdió la cordura, como lastimó a su amigo con sus palabras hirientes y como él mismo lloraba. Estaba arrepentido, Jack no tenía la culpa de nada, ni mucho menos tenía que estar junto a él asumiendo su problema pero ahí estaba apoyándolo como nadie lo había hecho.

El menor estaba tan perdido en sus pensamientos que no notó cuando el mayor de los Omegas despertó.

— Que bueno que despertaste...me había asustado— hablo Jack asustando al menor, el cuál lo abrazo con todas sus fuerzas pidiendo perdón por lo que había hecho y el aceptó esas disculpas porque no le odiaba, al contrario era como el hijo que nunca iba a tener.— Te quiero mi pequeño—.

Pasaron los minutos ambos calmados luego de llorar un poco...

— Ya pensaste que vas a hacer— pregunto el mayor y el menor asintió.—¿Entonces?—.

—No hay nada que pensar. No quiero tener un bebé... no así.— Evan bajo la cabeza mirando sus dedos inquietos.—Yo voy a abortar—.

Jack no dijo nada, no podía ni quería, solo se levantó de aquella incómoda silla y tomó un jarrón donde se encontraba un hermoso ramo de varias flores ...

— Mira esto llego ayer, tu estabas inconsciente, entonces las puse en agua y debo decir que mi cuidado en plantas a mejorado—.

—Son hermosas—. Sonrió secándose las lágrimas fugitivas -- Y sí; haz mejorado mucho—.

Jack le entrego la carta que venía junto a estas la cual está sellada , Evan sintió su cuerpo temblar ferozmente, se olvidó de todo, su cuerpo se paralizó al leer la ultima frase de aquella carta. Sus lágrimas se apoderaron de sus mejillas, sin pensarlo se levantó de aquella camilla arrancándose cada cable conectado a su cuerpo y corrió fuera de esa habitación. Sintiendo un poco de dolor en su vientre y escuchando a su amigo gritar su nombre mientras intentaba alcanzarlo, pero eso no lo detuvo...

...Su padre iba a morir...

†Autora† (2018)

Holiiiwis!!!>~<

Casi dos meses me costó escribir el cap pero aquí está por fin!!!!!!

Quiero agradecer a todos los que le han dado una oportunidad a esta humilde historia!!! 737

Nos leemos pronto💚💚💚