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18 👑

"El dolor, cuando no se convierte en verdugo, es un gran maestro."

**DANNA* *

Desde muy pequeña, el dolor ha sido parte de mi. Cuando era una criatura inocente mi madre -si es que así se le puede llamar- solía golpearnos mucho, nunca tuvo algún gesto de cariño hacia mi o hacia Rebecca.

Decía entre cada golpe lo mucho que le recordabamos a nuestro padre;  terminaba encerrada en mi habitación la mayor parte del tiempo llorando y sufriendo al observar las marcas de cinturon en mi blanca piel.

Me repetia a mi misma;  "El dolor físico es temporal".

Puedo con esto.

Hasta que fui creciendo y entonces  comprendí que el dolor de alguna manera, para bien o para mal nos cambia.

Me preparé con los ángeles para no sentir dolor, ser fuerte y dejar de lado los sentimientos.

De esa forma nadie podría dañarme emocionalemente, no tenía familia con que manipularme, y Rebecca, bueno a ella la podian asesinar y a mi me daría completamente igual.

Inexplicablemente todos mi años de entrenamiento se fueron a la basura cuando lo conocí y se fue adueñando sin permiso de cada parte de mi.

Debilitó una parte de mi muro, ese que creí impenetrable y entró por la puerta grande como un caballo de Troya.

¿Que pasará ahora?- esa es una pregunta que ronda por mi jodida cabezita los últimos días.

La respuesta es fácil, cumpliré  con mi deber aunque eso signifique sacarlo del camino.

Los días pasan y las órdenes de Jared son precisas.

Matar o morir.

Y en mis planes no está la segunda opción, hemos sido informados sobre la verdadera identidad de Stefano, casi imposible de creer que un chico tan dulce como él lleve encima de sus hombros tanta carga.

El no quiere esto, puedo notarlo en sus ojos azules cada vez que lo veo.

Tuvimos que acceder a mudarnos un tiempo,  pues al llegar a nuestro departamento estaba hecho un completo desastre.

Me niego a creer que Isaac o Skyler dieron nuestra ubicación.

Pero al parecer Megan opina lo contrario. A pesar de todo ha sabido mantener su boca cerrada y no le ha dicho nada a JJ.

Stefano por su parte se hizo cargo de mi cuidado los días que estuve herida,  lo  cual agradezco muchísimo. Ha preparado una habitación de invitados y aunque me siento un poco cohibida algunas veces, lo estoy llevando bien.

Para sorpresa de todos, Aidan se unió a la organización, y es muy bueno en su trabajo. Yo en lo personal siento que solo quiere estar más cerca de Natasha, aunque espero equivocarme ya que ahora ella está con Isaac.

O bueno, estaban.

Tenemos planeada una reunión urgente con Angelo Berardinelli, jefe de uno de los clanes más importantes; necesitamos formar una alianza y mientras más personas nos apoyen mucho mejor.

Debemos hacer lo que este a nuestro alcance incluso si debemos seducirlo o enredarlo para que acepte nuestro trato y no lo haga con la organización que maneja Max.

Las chicas quedaron en shock cuando les comente lo sucedido, jamás se imaginaron que Skyler e Isaac estuvieran metidos hasta el cuello en negocios turbios. Mucho menos que haya sido capaz de dispararle por defender a Stefano.

Pero las apariencias engañan.

Me observo fijamente en el espejo y una chica de piel blanca y largo cabello cobrizo me devuelve la mirada, decidí llevar un vestido dorado y el cabello semi recogido.

Chanel °5 impregna la habitación, y me siento una diosa; se que puedo con esto. El plan es llegar al club Omega, que le pertenece al italiano; y acordar el trato, fácil y sencillo.

Ese lugar es como "Suiza" para la mafia. Un punto muerto, ninguna organización puede atacar en ese lugar, motivo por el cual Stefano y Jared se encuentran más tranquilos con la operación.

Al llegar al club, lo primero que hacen es revisarnos, debemos ir libres de armas, aunque yo siempre tengo un As bajo la manga.

Entro a la oficina y el olor a tabaco se  hace presente.

Un hombre de aproximadamente 32 años, vestido con un costoso traje Dolce & Gabanna, se acerca peligrosamente a mi mostrandome una muy falsa encantadora sonrisa.

El sueño de cualquier jovencita, su porte y elegancia digna de portada de revista, de conocerlo bajo otras circunstancias; jamás se me pasaría por la mente que es un ser despiadado que no se toca el corazón para asesinar, ni mucho menos que es uno de los narcotraficantes más importantes del país.

-Un placer conocerla al fin señorita Giësler.- Toma mi mano y deposita un beso.

-Creo que está equivocado.- Sonrio.

Al parecer ha fallado si se trataba de una técnica de coqueteo.

-Para nada amare.- Su acento italiano es muy marcado.- Eres la  copia de mi querido Lucca.

Frunzo un poco el ceño a punto de replicar y Sarah interrumpe un poco incómoda con la situación.

-Mi nombre es Sarah Giësler.- El italiano hace una mueca y nos observa a ambas, dandose cuenta del error que acaba de cometer.

Suelta una sonora carcajada y le da un beso en cada una de las mejillas a Sarah.

-Bellisima.- Hace gestos con la mano al gorila que tiene en la puerta para que salga de la habitación y se sienta elegantemente en su sillón.

-¿A que debo el honor de tanta belleza esta noche?.- Relame sus labios y cruza sus piernas, analizandonos.

-Sere clara, venimos en busca de una alianza. Usted necesita nuestra ruta para el comercio de su mercancía y nosotros requerimos protección.-Digo sin inmutarme.

-Me fascinan las mujeres  arriesgadas. - El solamente me observa como si de una obra de arte se tratara.

Se icorpora y sirve tres copas de champagne, acepto y el me observa cada vez más.

¿Que tanto me mira?

Me incomoda, no por ser una mirada lasciva, al contrario, lo hace con diversión y eso es sumamente extraño.

-Una ruta no me parece suficiente, tengo el control de más del setenta por ciento.- Cruza sus dedos sobre su rodilla.

Tal y como lo esperaba. Este tipo de hombres caen por un cuerpo y un escote.

-¿Que necesitas a cambio?.- Pregunta Sarah sugestivamente.

El italiano parece pensarlo por un momento hasta que me sonrie.

-Te necesito a ti.- Dice señalandome sin borrar la enorme sonrisa en su rostro.

Mierda.

Al parecer nota mi sorpresa.

-Tranquila amare, a diferencia de lo que pueda creer el resto no soy un abusador ni mucho menos un pervertido, solo quiero una conversación a solas contigo.

Una conversación, vaya es mucho mejor que tener que acostarme con el.

-Pero eso no...

-Acepto.- No dejo a Sarah terminar de hablar y le extiendo la mano a nuestro anfitrión.

-Maravilloso, ahora cenemos.- Parece muy ansioso por la situación.

Me siento asfixiada y un poco confundida, así que decido ir al baño.

Bajo las escaleras y mi cabeza comienza a dar vueltas.

Believer de imagine dragons suena por todo el club.

Necesito pensar con claridad, no tengo idea de lo que quiere ese hombre de mi, solo deseo que no sea ningún pervertido y me quiera jugar sucio porque lo va a lamentar.

Cuando estoy en la parte baja de las escaleras, siento un cosquilleo en mi nuca,  es como si todo mi cuerpo reaccionara a su presencia, como si antes de verlo ya supiera que está aquí. Lo busco frenéticamente entre la multitud y lo veo.

Lleva una camisa blanca de botones y su cabello un poco alborotado como siempre, lo hace ver tan jodidamente sexy y siento como quedo sin aliento.

De repente las piernas me fallan, cuando sus ojos grises se cruzan con los míos.

Quiero correr hasta él y lanzarme a sus brazos, lo necesito desesperadamente, su brazo está bien, parece imposible de creer que alguien le hubiese disparado.

Querrás decir que tú le has disparado.

Doy un paso y siento que mis piernas se mueven con voluntad propia hasta que una mujer se le abalanza encima y lo besa.

Eso fue todo. Es suficiente para ver rojo, mis instintos más sádicos se activan y pienso las mil maneras de torturar y asesinar a esa perra por poner sus manos donde no debe.

  Estoy a un segundo de cometer una locura, así que salgo apresurada al baño y me encierro tratando de controlar la respiración y todos los sentimientos que me embargan.

¿Tan fácil me ha olvidado?

¿Acaso solo fui un estúpido juego?

* *SKYLER* *

Me encuentro con los ojos azules de Danna, quien parece decepcionada y dolida por la escena que presencia.

Olivia es un incordio, me ha estado molestando desde el momento que llegué al club, no sabía que ella estaría aquí, de haberlo sabido no aceptaba venir, pero Isaac necesitaba desahogarse.

Muerdo mi labio inferior al ver como el vestido dorado que lleva le resalta sus curvas.

Es tan ardiente.

Y pensar que solo yo puedo estar dentro de ella.

La necesito conmigo, pensé que no volvería a verla, no contesta ninguna de mis llamadas y claramente tenemos que hablar de lo sucedido, pero la muy cobarde me huye.

Hoy no bonita, hoy no vas a huir.

Olivia sigue el rumbo de mi mirada y sin esperarmelo se abalanza sobre mi boca besándome, no reacciono porque estoy en completo shock.

Y ahora esta loca...

-¿Que mierda te pasa?.- La aparto algo brusco y limpio mis labios.

Veo hacia las escaleras y Danna sale en dirección al baño.

Mierda nos vio.

Lo que faltaba.

-Yo solo... solo se que ahora estas soltero, pense que podiamos divertirnos.- Dice colocando su mejor cara de mosquita muerta.

-Apartate.- La empujo un poco con mi hombro y salgo lo más rápido que puedo siguiendo la dirección que tomó Danna.

Empujo a todas las personas que se atraviesan en mi camino, y cuando llego a la puerta del baño veo salir a una chica rubia.

-¿Has visto allí adentro una pelirroja que lleva un vestido dorado?- Pregunto tomandola del brazo y ella me observa entrecerrando los ojos.

Abre y cierra la boca como un jodido pez ahogado pero no dice nada.

-Es mi novia.- Digo algo frustrado.

-Si esta, pero no puedes entr...

No la dejo terminar cuando me adentro en el baño exclusivo de mujeres, hay dos chicas tomándose algunas fotos frente al espejo y comienzan a gritar en cuanto me ven.

Las saco del baño y coloco seguro ante la mirada atónita de la pelirroja cobarde que parece querer que la trague la tierra.

-¿Ahora podemos hablar?.- Pregunto retóricamente.- Si claro, no tienes otra opción.- Sonrio y me acerco a ella.

-Eres un jodido enfermo, sal de aquí o no respondo.- Me apunta con el dedo y veo como su mano tiembla.

Le afecto, aún lo hago.

-¿Eres un ángel no?-Pregunto lo que ya se.

-Y tu un sicario, dejame en paz y largate James.- Dice rodando los ojos.

-¿James? ¿Que paso con Sky?.- Me acero mucho más y la acorralo con mis brazos a cada lado.

-Eso quedo en el pasado, como tú y yo.- Señala con su mano el espacio entre ambos.

-Te prometí que nunca me iba a rendir, ¿Lo recuerdas?.- susurro cerca de sus labios.

-Y yo que sería eterno, ya ves. Fue eterno durante unas semanas.

Joder

Necesito de ella, necesito tocarla y sentirla, me hace sentir como un adolescente con las hormonas revolucionadas.

-Además estoy con Stefano.- Suelta y siento como si me clavaran un puñal en mi costado.- Y tu por lo que veo volviste con Olivia.

Alza una ceja y se muerde el labio.

Quiero azotarla decirle que no estoy con nadie y liberar ese labio con mis dientes para que deje de mentirme, ella no podría estar con ese ímbecil.

-No juegues con mi paciencia- La presiono contra la pared dejando que sienta mi erección y suelta un gemido.

-Si quiero te follo aquí mismo contra esta puto lavabo- Mi mano baja hasta sus glúteos aprentandolos y mi boca recorre su cuello dejando pequeños besos hasta llegar a su mandíbula.

- Hasta que media fiesta venga quejarse de tus gritos, eres mía no lo olvides.

La tomo de la nuca y la atraigo hacia mi besándola con urgencia, su olor es una droga me deleita y me excita sobremanera, ella es mía y solo imaginarme a ese idiota tocarla me hace odiarlo aún más.

Se niega por un momento pero luego enreda sus dedos en mi cabello y me devuelve el beso, mis manos comienzan a subir poco a poco su vestido hasta que de repente siento algo frío contra mi cuello, abro los ojos y veo el odio en los suyos.

-¡No soy tuya imbécil!. Me vuelves a tocar y te juro que te mato.- Aleja la navaja de mi cuello y de inmediato siento mi mejilla arder por la sonora bofetada que me dá.

Se arregla el vestido cínicamente y sale del baño dejandome con la mano en mi mejilla y una sonrisa de diversión en mis labios.

Esto va a ser interesante.

* * DANNA *  *

Eres mía, no lo olvides.

-Tu puta madre... - Mascullo mientras voy de nuevo a la oficina.

Es un completo idiota, le voy a demostrar que se equivoca, no puedo dejar que esto afecte mi trabajo.

Luego de una cena con nuestro anfitrión, estamos en casa de Stefano celebrando nuestra nueva alianza junto a Jared y las chicas a excepción de Natasha que desapareció durante la velada.

-¿No logras sacarlo de tu cabeza cierto?.- La voz de Sarah me hace temblar porque eso significa que no estoy haciendo el mínimo intento en disimular.

-Lo vi, estaba en el club.- Resoplo y llevo la copa a mis labios.

Stefano y jared se encuentran con los demás en el comedor, lo que agradezco pues no está en mis planes que me escuchen.

-Tu tienes miedo al amor, por eso te cierras ante lo que es obvio que sientes.- Dice segura de sus palabras.

-Hasta el mas ciego se daria cuenta que te estás enamorando de él, si es que acaso ya no lo estás.- Continúa.

Por supuesto que no lo estoy.

-Te equivocas, el amor no me asusta.- Respondo segura.

-¿Entonces?.

-Le tengo miedo a las personas que no saben amar.- Admito la cruda verdad.

-No puedes comparar a Alex con James .- Se incorpora de su silla dandome una mirada en desaprobación.

-No lo hago.- Mi voz se eleva un poco, frustrada.

-¿Ah no? ¿ Te estas escuchando?. Ruedo los ojos.

-Quizas sea yo quien no sabe amar. Tengo miedo de que esto que sentimos acabe por destruirnos.

Sarah toma mis manos entre las suyas y se acerca dandome un beso en la frente.

-Ay cariño, en eso consiste el amor, es darle el poder a la otra persona de acabar contigo y tener fé de que no lo hará. 

¿Estoy enamorada de James?

No, claro que no. Solo es simple atracción sexual y nada más.

O eso es lo que quiero creer.

* * NATASHA * *

Suelto los amarres que mantienen inmoviles  las manos de mi sexy acompañante luego de un orgasmo increíble.

Que les puedo decir, me gusta tener el control a la hora del sexo.

Me toma de las caderas con una mano y luego tomándome de la nuca con la otra atrae mi cuerpo aún más cerca para besarme con pasión.

Como siempre que estamos juntos.

-Te amo, eres mi vida.- Dice entre besos.

-Y yo te amo a ti.-Acaricio su rostro delicadamente.

No miento. Isaac es el amor de mi vida, no podía pasar un segundo más sin estar con él, es la luz entre toda la oscuridad que me rodea.

Cuando estoy a su lado nada me atormenta, nisiquiera esas voces que llegan a mí, pidiendome hacer cosas terribles.

Debo confesar que cuando lo cococí solo quería su corazón en mis manos, literalmente hablando.

Quería arrancárselo, pero de alguna forma calmó mis demonios internos y me hace bien.

La sed de sangre sigue allí, pero junto a los medicamentos logro mantener mis instintos a raya.

Me acurruco en su pecho mientras me besa el cabello y hunde sus dedos en el.

Comienza a bajar sus manos por el contorno de mi columna hasta llegar a mis nalgas las cuales aprieta y suelto un gemido.

De inmediato lo tengo encima de mi, toma ambas de mis manos con una de  las suyas atrapándolas sobre mi cabeza con fuerza.

Amo esta parte de él que solo yo conozco, delante de las personas es un caballero, tan dulce y tierno, pero en la cama es una bestia sin control.

Y es que yo no quiero que se controle.

Me mira como si quisiera devorarme  mordiendo su labio inferior y eso me excita, intento mover mis manos pero el muy cabrón aprieta más fuerte el agarre.

Con su mano libre roza mi sexo que está muy húmedo y sin previo aviso se hunde en mi interior, mientras yo  suelto un gruñido que es casi como un grito por la brusca intromisión.

Comienza a embestirme duramente mientras mis manos siguen inmoviles sobre mi cabeza, me besa ambos pechos y muerde uno de mis pezones. Sus embestidas no son nada sutiles pero estoy tan mojada que solo siento placer, me encanta el sexo duro y mi adorado rubio es perfecto en lo que hace.

Sigue penetrando y veo como aprieta los ojos con fuerza, y es mi señal para hacer mi trabajo.

Mientras suelta mis manos y las besa me arrodillo quedando frente a el, tomo su enorme miembro entre mis delicadas manos y comienzo a bombear de arriba abajo, Isaac suspira y cierra los ojos.

Paso la lengua por mis labios y poco a poco cubro todo su glande con mis boca, alzo la mirada y bato mis pestañas juguetonamente.

-Me encantas, pequeña pervertida.-dice sonriente.- Ahh

Gime cuando llega al fondo de mi garganta tomando mi cabello rojizo entre sus dedos tratando de acercarme más;  si acaso eso es posible.

Hago un excelente trabajo y cuando siento latir su miembro dentro de mi boca anunciando su orgasmo la puerta de la habitación se abre de par en par causando un fuerte estruendo, a la vez que entra un grupo de aproximadamente seis hombres armados.

-Por mi continuen.- Dice  cínicamente el que parece ser el jefe restandole importancia a la situación con las manos.- Maravilloso espectáculo.

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¿Quien llegó? →

¡Que nervios!

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