4
Si el sonido de un corazón roto pudiera realmente escucharse, Beomgyu pensó se escucharía algo parecido al sonido de una puerta que no debería abrirse siendo abierta, si, eso tenía sentido.
Tan pronto como piso la acera, estaba temblando. No sabía si era por el frío que de pronto sentía, por el alcohol o por algo más. Apretaba los puños para no dejar las lagrimas que amenazan con inundar su rostro.
¿Por qué le afectaba tanto esta vez?
—¡Beomgyu!
Maldijo, maldijo en voz baja por la voz preocupada de Yeonjun, lo último que necesitaba en ese momento era tener que fingir que estaba bien. Pero su amigo ya lo había alcanzado y tuvo que voltear con su mejor cara de póker, como si no estuviera rompiéndose por dentro.
—¿Y tú amiga?—Preguntó, pero el tono tan amargo con el que había hablando no lo podía cambiar, esperaba que Yeonjun no lo notara.
—Adentro, ¿por qué saliste corriendo de esa forma?.—Cuestionó, con aparente ignorancia.
—Solo no quise interrumpir, lo siento.—Se encogió de hombros.
—Me asustaste, no lo hagas de nuevo.— Yeonjun abrazo su cuerpo de pronto.—¿Que demonios haces aquí afuera con el frío que esta haciendo?
¿Qué estaba haciendo?
Realmente, no lo sabía.
Su primer reflejo había sido irse lo más lejos posible y tomar aire, pero, ¿como explicaba eso sin ponerse en evidencia?
Cuando estaba a punto de abrir la boca y decir algo estupido, Soobin y Kai salieron por puerta.
Entonces mientras Yeonjun se distrajo, una idea vino a su mente.
—Es que Soobin y Kai me invitaron a un bar que se acaba de inaugurar, la fiesta estaba un poco aburrida así que íbamos a ir.—Todos los presentes lo miraron confundido, pero una mirada hacia Kai fue suficiente para que el rubio entendiera que debía seguir la corriente.
Soobin no era ni remotamente tan inteligente emocionalmente como su novio.
—Ah, si, ese bar, lo vi en Instagram y se ve genial.—Beomgyu dejo ir el aire que tenía retenido, pero luego le mirada de Yeonjun volvió a caer en él.
—¿Van a dejar la fiesta?—Se cruzó de brazos.
—Si, todavía es temprano.—Dijo Beomgyu.
—Voy con ustedes.
—¡No!—Los tres chicos retrocedieron y él casi mordió su lengua.—Es decir...—Miró a Kai de nuevo en busca de ayuda, pero el rubio le dio una mirada de pánico.—Es decir, no tienes que ir, puedes volver con la chica pelirroja de recién.—Soobin y Kai lo miraron confundido.
—No, está bien, voy a ir.—Insistió Yeonjun.
—Pero no hace falta.
—Pero quiero hacerlo.
—Pero la vas a dejar sola.
—¿Y?—Desesperado, Beomgyu intentó buscar una excusa.—¿Hay alguna razón por la que no quieras que vaya contigo?—Yeonjun empezaba a sonar molesto de nuevo.
—No, no, es que...Es solo que...no tienes que ir porque...
—¡Es un bar gay!—Dijo de pronto Kai, atrayendo las miradas hacia él.—S-si, es un bar y gay y no puedes ir porque pues, tú no eres gay, Junnie.—Sonrió.
Beomgyu pensó que podría besarlo, pero probablemente Soobin le daría un puñetazo.
—No me importa, si me preguntan diré que Beomgyu es mi novio.
Beomgyu sintió que su presión se había bajado de repente, probablemente se hubiese caído de espaldas de no ser porque Soobin se apresuró a sostenerlo.
—Eh, no, Junnie, de verdad no tiene que...—Empezó el más alto tomando de Beomgyu del brazo.
—No me importa, Soobin, no dejare a Beomgyu ir solo, iré por las llaves de mi auto.—Su amigo no estaba de buen humor, por lo que casi pateo la puerta para entrar de nuevo a la dichosa fiesta.
Una vez que estuvo fuera de su campo de visión, Soobin soltó a Beomgyu y este se tambaleó.
—¿¡Que mierda, Beomgyu?!—Pregunto este en un grito bajito.
—¡Déjame!, ¡entre al maldito baño y el maldito de Yeonjun estaba besando maldita pelirroja!—La pareja quedó callado mientras intercambiaban miradas.—¡Maldito, maldito, maldito!—El auto de Yeonjun en el que habían venido se encontraba en frente, Soobin se alarmó al ver que Beomgyu se apresuraba hacia el.—¡Es un maldito!—Le dio una patada a la rueda, muy fuerte pero que solo logró lastimar su propio pie. Gritó de dolor y cayó sentado en el asfalto.
Pequeñas lágrimas de dolor lograron con mucho esfuerzo salir a la superficie.
Sus amigos lo tomaron de los brazos y lo levantaron rápidamente.
—Es un maldito, Soobin.—Exclamó con rabia.
—No lo sabe, Beomgyu, no puedes culparlo por eso, por más que te duela.
—Lo sé.—Respondió.—Lo se, mierda.
—Chicos, allí viene.—Anunció Huening Kai en voz baja.
Yeonjun se acercó a ellos, vistiendo esa camisa azul cielo y viéndose como un sueño, pero para Beomgyu era una pesadilla.
—¿Nos vamos?
*****
Durante el trayecto Huening Kai y Beomgyu se escribían por celular tratando de pensar en un plan, mientras Soobin intentaba distraer a Yeonjun del hecho de que no sabían a donde iban, su primera opción fue decir que se moría de hambre e hizo a Yeonjun conducir hasta un local de comida rápida donde todos compraron hamburguesas, para ese momento Huening Kai había encontrado un bar gay cercano, pero realmente no sabían que esperar.
Nada más llegar, Beomgyu se dió cuenta de que iban mal vestidos. Esa parecía ser una noche de colores neón o una temática parecida a la serie "euforia" o algo así. Ellos iban vestidos con jeans normales y camisetas mientras que el resto tenía brillos por todos lados, pero no se retractó de su misión.
Emborracharse lo suficiente como para olvidar lo que había visto en el baño, aunque sea por esa noche.
Tequila, whisky, soju, vodka.
Sabía que se arrepentiría al día siguiente de mezclar todo eso, pero no le importaba en ese momento.
Beomgyu recordaba que en la secundaria no había sido alguien muy fiestero, principalmente porque sus padres difícilmente lo hubiesen permitido, la universidad fue su brisa de aire fresco, pero probablemente su madre pegaría el grito al cielo al saber hasta qué punto se había "descarriado".
Copa tras copa podía sentir como empezaba a perder el sentido del mundo a su alrededor, y eso le hizo sentir tranquilo. Intentaba no prestar atención a la mirada pesada de Yeonjun desde la barra mientras se ponía a bailar.
Yeonjun había sido prácticamente emboscado nada más entrar a ese bar, obviamente los hombres allí asumían que era gay, pero también había varias parejas de mujeres y de todo tipo, además el bar era mucho más tranquilo de lo que esperaba.
Soobin y Huening Kai parecían divertirse, bailaban lentamente abrazados como si fueran los únicos en la habitación, la cabeza del rubio apoyaba en el pecho del más alto mientas este le daba pequeños besos en el cabello. Estaban tan asquerosamente enamorados que a Beomgyu le daban ganas de vomitar.
La envidia era su sentimiento menos favorito, no es que a él le gustaba alguno de los dos, simplemente quería lo que ellos tenían.
Y lo quería con quien había sido su mejor amigo toda la vida, pero jamás podría tenerlo.
De pronto sintió sus ojos picar.
No podía ponerse a llorar en ese momento, pero no era capaz de pensar con claridad. Una breve pero estremecedora puntada de dolor de cabeza hizo que su cuerpo se doblara, mientras Yeonjun empezaba a notar que algo iba mal.
Hizo su camino a través de la multitud y tomó los de los hombros a su amigo, ayudándolo a enderezarse.
—¿Estas bien?—Pregunto sorprendido por los ojos llororos que veía a en él.
—Si.—Respondió secamente, pero de nuevo, era obvio que no lo estaba.
—Nos vamos ahora mismo.—Tomó su brazo, esperando lucha de parte del castaño, pero Beomgyu estaba cansado de pelear. No se molesto en interrumpir la romántica escena que protagonizaban sus amigos en la pista de baile. Ya les mandaría un mensaje luego.
Salió del lugar apresurado, Beomgyu a penas podía seguirle el paso, pero paró abruptamente al ser ambos abrazados por el frío. Atrajo al castaño hacia su cuerpo, notando este estaba temblando.
—Mierda.—Dio un último apretón a la pequeña cintura de su amigo y buscó sus torpemente sus llaves. Estaba asustado y confundido por lo que estaba pasando. Consiguió dejar a Beomgyu acostado en el asiento trasero y cerró la puerta. Se volvió al asentó del conductor, pero cuando iba a arrancar el auto, el sonido de un profundo sollozo lo hizo voltear asustado.—¿Beomgyu?.—Ninguna respuesta, solo lágrimas.—Beomgyu, por favor, dime que está mal.—Dijo en tono suave, intentando calmar a su amigo sin perder la tranquilidad él mismo.
Beomgyu estaba cansado.
Tan cansado de ocultar sus sentimientos.
Sentía que los tenía atorados en la garganta y no podía esperar para gritarlos.
—¡Te amo!
¿Acaso no es lo peor que han escuchado?
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