✿ ───real life: cheating repercussions
vida real: repercusiones del engaño.
alexa play i almost do by taylor swift.
ONE WEEK LATER
HABÍA PASADO UNA SEMANA DESDE QUE GRIFFIN EVANS CASI NO HABLABA CON SU PADRE.
Obviamente el inmensamente curioso y parlanchín hijo de Chris le había hecho casi cien preguntas al día siguiente de aquella discusión que había tenido con Daphne. Para su desgracia, en aquel momento, ambas familias vivían en casas que sólo estaban separadas por un par de metros ya que se acortaban cruzando la calle. Las Edevane habían comprado una casa en Boston cuando la relación de los adultos comenzó y así se había mantenido hasta el momento. Fue por eso que para el pequeño Griffin las cosas parecieron sospechosas.
Gracias a su insistencia el mayor de los Evans terminó soltando la inmensa y trágica noticia de su rompimiento con Daphne y para colmo, su desesperación lo hizo soltar también el motivo de una forma no tan amable:
—¡La engañé! ¿Sí?
Griffin quedó destrozado.
¿Por qué? Lo mismo que June: Él ya veía en Daphne la figura materna que nunca había tenido.
La madre del pequeño había sido una de las novias secretas que Evans tuvo a lo largo de su carrera; era una amiga de la infancia. No obstante, aquella mujer falleció en el parto de Griffin, dejando a Chris solo con aquel bebé que esperaba ser criado por ambos padres pero sólo le quedó uno. El bostoniano se vio en el difícil reto de criar a un niño por su cuenta y ante su vista y la de los demás lo había hecho sorprendentemente bien. Griff era la luz de su vida y una versión más pequeña de él...Pero con mucha más hiperactividad.
Y de la misma manera compartían una cualidad: Ignoraban a la gente cuando estaban molestos.
—Griff ¿No vas a desayunar?
La pregunta de Chris no tuvo respuesta, sólo el sonido de la cuchara del menor moviéndose dentro del plato pero sin sacar ni una cucharada de su cereal.
El actor que por años interpretó al Capitán América soltó un resoplido ante aquel silencio y caminó del refrigerador a la isla de la cocina, donde supuestamente su hijo estaba comiendo.
—Griffin, te hice una pregunta.
El menor no abrió su boca, sólo se mantuvo haciendo ruido con su cuchara como si no hubiera oído nada.
Chris llegó a su lado pero él ni le miró—¿Me vas a seguir ignorando?
—Sip.
Esa fue la primera palabra por parte de su hijo que había escuchado en el día y ni siquiera era muy útil.
—Hijo, ya ha pasado una semana —se tomó el puente de la nariz—. Vivimos en la misma casa, no puedes pretender que no existo.
Exactamente eso fue lo que hizo, no le respondió e hizo como si él no estuviera a su lado.
—¿Y si ya hablamos de esto? —se agachó un poco para quedar más a su altura. Eso era cierto, entre todo su enojo no habían tenido tiempo de conversar sobre el tema con calma.
—Ya me tengo que ir, el tío Ryan va a pasar por mí para irnos al set de grabación —se limitó a decir haciendo que su padre suspirara.
Le dolía el hecho que aún Griffin llamara a Ryan Reynolds "tío" debido a que era el cuñado de Daphne. Lo mismo hacía con Reese; su hermana y esposa de este, la cuál para él también era su "tía"
Aún.
Además, como él había mencionado, se encontraban trabajando juntos en el rodaje de la película "The Adam Project"
—¿No quieres que yo te acompañe? —cuestionó él mayor.
—No, ya estamos terminando de grabar, no verías nada interesante —el castaño ya había perdido la noción del tiempo que pasó y como su hijo de catorce años ya era casi independiente.
Justo en ese momento escucharon sonar el claxon de un auto desde fuera de la casa.
—Es él —anunció el menor llevándose a la boca la única cucharada de cereal de todo su desayuno para luego tomar su mochila y avanzar hacia la puerta—. Adiós.
—Griffin, Griffin —le llamó pero no hizo respuesta, así que optó por ir hacia él—, oye Griffin, espera por favor.
Alcanzó a tomarlo por los hombros y lo giró para que lo mirara.
—¿Qué? —se quejó él sujetando las correas de tu mochila.
—Hijo, ha pasado una semana, en serio esto me está doliendo más de la cuenta —habló con sinceridad—. Deberíamos hablar sobre lo que sucedió.
—No quiero —se cruzó de brazos.
—¿Por qué?
—Porque todo está bastante claro, arruinaste las cosas —hizo una pausa—, y que ahora no estés con Daphne me pone triste.
Si aquello ponía a Griffin triste, a Chris muchísimo más.
—¿Crees que a mí no? ¿Crees a mí no me duele no poder estar con ella?
—¿Entonces por qué le hiciste daño así? —eso pareció un reclamo.
—Yo...Yo... —ya no sabía cómo decirle las razones a su hijo sin que fuera tan duro y específico—. Cometí error, un terrible error.
—Vaya que error, papá.
—Griff, por favor —rogó ya desesperado—. No puedes seguir tratándome así.
—Sí, sí puedo, porque arruinaste las cosas con la mujer más genial del mundo y ahora ésta lejos de nosotros por tu culpa —escupió.
Sabía que su hijo estaba enojado, pero sus duras palabras hicieron un agujero en su corazón. ¿Lo peor de todo? Sabía que tenía razón.
El menor de los Evans se removió un poco en su lugar cuando se dio cuenta del impacto que sus palabras habían tenido en su padre y limpió uno de sus ojos antes de que una lágrima resbalara de ellos.
El claxon se volvió a escuchar.
—Ya me tengo que ir —se giró y abrió la puerta—, nos vemos más tarde.
Aún un poco anonadado por las palabras que había oído el castaño asintió y se puso de pie después de haber estado en cuclillas hablando con el niño.
—Cuídate —dijo suavemente mientras lo veía caminar ya afuera—. Griff —éste se volteó al llamado—. Te amo ¿Sí?
El de cabello más claro no dijo nada pero sí le regaló una sonrisa sincera que llenó el corazón del mayor; con eso le bastaba por ahora para seguir su día.
Lo vio subirse al vehículo de Ryan y luego como el dueño de éste bajó su vidrio para saludar a su amigo, el cual le correspondió amablemente. A pesar de que él fuera parte de la familia de Daphne, era el único de estos que no lo odiaba a muerte.
Si hablamos de Reese y Grayson...La primera ya lo había amenazado con enterrarle un tacón en el ojo y el segundo con escribir una canción exponiendo su caso de infidelidad. Las mejores amigas de su ahora ex novia igual estaban de su lado. Daisy White también lo amenazó con violencia pero esos son términos que ni siquiera se pueden nombrar. Incluso su hermana; su propia sangre se había volteado en contra de él ya que Saskia apoyaba a Edevane.
¿Qué rayos era todo eso? ¿En qué momento la vida se había transformado en un inmenso caos? ¿Desde cuando sentía que ahora había un inmenso puente que lo separaba de la mujer que tanto amaba?
Oh, cierto, desde que arruinó las cosas.
Cerró la puerta de su hogar a sus espaldas y el invisible eco de la soledad le revolvió el estómago. Sin su hijo todo era tan silencioso y solitario, ya que, cuando no estaba el menor, era Daphne la que llegaba a verlo para darle color a su vida.
Ahora no la tenía y todo era gris.
Miró por la ventana de la sala de estar y la casa de las Edevane se alzó ante él. Estaba tan cerca pero a la vez tan lejos de ella. A veces sólo se limitaba a preguntarse que estaría haciendo ella; si estaría bien, si estaría feliz, si estaría trabajando o simplemente descansando. Sólo se lo imaginaba ya que ahora él no formaba parte de esa ecuación.
Cuánto deseaba llamarla. Desde que ella le dijo que no lo hiciera había pasado los días siguientes en el casi lo hago; estando a punto de desobedecer a la mujer y a su moral interna para sólo escuchar su voz. Pero ese era el tema: casi lo hacía, ya que no tenía el valor suficiente para completar aquella acción.
¿Qué había estado haciendo en cambio? Le mandaba mensajes, constantemente de voz. Probablemente ella no los escuchara o no le importara su esfuerzo, pero aquello lo hacía estar un poco más tranquilo y a la vez un poco más cerca de ella.
Una vez más, tan cerca y tan lejos...
—Oye Daph —ya había abierto el chat que tenía con la rubia para grabar un mensaje—, no me odies por favor, pero te extraño.
Estaba completamente enamorado de ella y nada de ese hecho había cambiado desde su ruptura.
—Te apuesto a que ya te levantaste. Es temprano pero sé que te gusta madrugar para tenerle a June todo listo cuando despierte —sonrió inconscientemente—. ¿Cómo está ella por cierto? También la he echado de menos.
¿Quién iba a reclamarle a un hombre enamorado que dejara de insistir por una mujer? Era como hablar con una pared, y eso era Evans ahora.
—Te apuesto también a que estás en tu ventana, probablemente sentada en el espacio de madera de esta y con un libro de crucigramas en la mano, como si fueras una abuela de setenta años —rió suavemente— Pero da igual, lo lamento, ya que eso me encanta.
Daphne maldijo en su interior cuando oyó aquella parte del mensaje de Chris desde su celular ya que era exactamente lo que estaba haciendo.
Dejó el lápiz y el libro de lado con frustración debido a lo mucho que ese hombre la conocía, para luego terminar de oír el mensaje. Podía considerarse aquello como masoquismo ya que le dolía oír su voz pero lo estaba haciendo de todas maneras.
—Oh y, ¿Palabra de seis letras que significa olvidar la falta que ha cometido una persona y no guardarle rencor ni castigarla por ella? Perdón.
Edevane negó con la cabeza ante aquel mensaje de audio siguiente.
Él no se cansaría, y dentro de sí sabía que tendría tendría aceptarlo.
—¿No? ¿Bueno? Lo intenté —volvió a reír—. En fin, espero tengas un hermoso día. Griff y yo te extrañamos...Te amo Daph.
La fuerza de voluntad y la mente de la británica la retuvo de soltar un: yo también, ya que era una costumbre que tenía pegada aún.
Se odiaba por eso.
No sabía si lo de Griffin era manipulación emocional u otra cosa pero aquello cumplía su cometido: Causarle angustia. Pensar en el menor y como la ruptura le tiene que haber afectado a veces no la dejaba dormir en las noches. Odiaba pensar que le había arruinado la vida.
Sus meditaciones personales se vieron interrumpidas cuando sintió unos lentos pasos llegar a su puerta.
Sonrió—Buenos días bella durmiente.
—Buenos días —contestó June frotando sus ojos y soltando un bostezo.
—¿Cómo amaneciste?
—Cansada —se apoyó en el marco de la puerta.
Chasqueó la lengua—¿Qué te he dicho? No te quedes hasta tarde memorizando diálogos; dañarás tu vista y te dará dolor de cabeza o peor.
—Lo sé y lo siento —hizo una mueca.
—Bien, ahora baja, está todo listo para que te prepares desayuno.
—Gracias mamá —y aún con un aspecto cansado la menor se retiró.
Antes de seguirla la mayor revisó su libro de crucigramas otra vez para completar el que le faltaba.
—Horizontal, seis letras. Sentimiento de hostilidad o gran resentimiento hacia una persona a causa de una ofensa o un daño recibidos —frunció el ceño tratando de descubrir a palabra, pero cuando lo hizo bufó molesta y dejó su juego de lado con brusquedad para luego irse sin completar la respuesta.
Rencor.
Olvidando aquel recordatorio inconsiente que su crucigrama le había dado ella bajó las escaleras para ver a June pero cuando descendió completamente se dio cuenta que el total se personas subió a tres.
Su hija recientemente había abierto la puerta al oír el timbre y la visita se trataba de sus dos mejores amigas.
—Vaya, miren a quienes les gusta llegar sin avisar —comentó la dueña de casa sarcásticamente mientras se les acercaba.
Saskia Evans y Daisy White se le acercaron para abrazarla en manera de saludo.
—Siempre es un buen momento para invadir la casa de las Edevane —dijo la segunda una vez que se separaron.
—Sí, además ya te echábamos de menos —continuó Evans.
—Nos vimos ayer —la mayor alzó una ceja.
—Por eso.
—En fin, venía a proponerte que saliéramos, si quieres podemos ir con June —el ofrecimiento de la rubia sonaba tentador.
—Uy, sí quiero, sí quiero —se oyó a la última aludida desde la cocina.
—Suena bien, pero no sé chicas —se rascó la nuca—, tengo varias cosas que hacer.
—Pues hazlas después —White se encogió de hombros—. Te prometo que no será hasta tan tarde. Necesitas salir amiga, mírate, estás muy pálida, necesitas vitamina D —tocó su rostro.
—Qué chistosa, Dee —rió la británica—. Pero bueno, accederé por June y así pasamos un buen rato las cuatro.
—Oh, yo no iré —dijo Saskia levantando tímidamente la mano—. Yo...Yo, eh... —miró a sus dos amigas—. Iré a ver a mi hermano; quedamos en eso ayer.
La mención del bostoniano nuevamente hizo que un escalofrío recorriera la espalda de Edevane.
—¿No te molesta?
La pregunta de la menor de los Evans la tomó por sorpresa—Kia, claro que no ¿En qué estás pensando? Es tu hermano, no tienes porqué preguntarme a mí si vas a verlo o no. Todo está bien, en serio.
—Genial —suspiró aliviada—. Ya iré, me está esperando, pero quise pasar a saludarte primero.
Sonrió con sinceridad—Te lo agradezco, siempre es bueno ver a mi Evans favorita.
La aludida hizo una especie de reverencia—Para servirles —luego de su momento comenzó a caminar de vuelta a la puerta—. De acuerdo ¡Nos vemos!
—¡Adiós! —respondieron las tres mujeres restantes al unísono.
El sonido de la puerta cerrándose dio paso para que la ex actriz de la serie Glee se volteara hacia su amiga para examinarla con cuidado de pies a cabeza.
—Oye ¿Cómo estás? —apoyó su mano en su hombro y la británica pudo detectar las intenciones de esas palabras—. ¿Todo en orden?
—¿Por qué preguntas? —eligió hacerse la desentendida.
—Pues...Ya se cumplió una semana de, ya sabes —bajó el tono de su voz—, desde que terminaste con Chris.
Soltó un quejido—¿En serio llevas el conteo de aniversario de eso?
—Oye, sólo me preocupo por ti —se defendió—, quiero que estés bien.
—Y lo estoy —quiso asegurar—, en serio que lo estoy. No verlo en esta semana ha sido bastante bueno, ya lo estoy superando.
No lo veía pero aún así silenciosamente oía sus mensajes pero para qué vamos a entrar en tantos detalles.
Suspiró—Como digas, sólo quiero que sepas que estamos aquí para ti.
—Lo sé —sonrió.
—Ahora vámonos, hay que aprovechar el día —comentó White con alegría—. ¡Oye pulga! ¡Ya nos vamos!
—¡Voy bajando! —respondió June desde el segundo piso.
Finalmente las tres mujeres estuvieron listas para salir y se encaminaron hasta el auto de Daisy la cual sería su chófer. No obstante, cuando realizaban su salida de la casa alguien más estaba haciendo lo mismo.
Sus miradas se encontraron por un segundo que pareció eterno.
Cuando Daphne estaba por ingresar al vehículo vio como Chris también salía de su casa en frente para al parecer buscar algo en su auto. Ambos sostuvieron la vista pero ambas lucían diferentes.
La de Evans rogaba, la de Edevane rechazaba.
Antes de que el bostoniano tomara impulso para cruzar la calle hasta ella la británica de encerró en el vehículo y le pidió a su amiga que arrancara lo más rápido posible para impedir una tragedia.
Chris sólo la vio irse sin poder hacer nada al respecto.
Otra vez.
Porque esas eran las repercusiones del engaño.
BUENAAAS MI GENTE. ACÁ ESTAMOS CON EL SEGUNDO CAPITULO.
triste, lo sé, sólo quiero abrazar a daphne
bueno, qué les pareció? qué opinamos de la primera aparición de griffin? de chris insistiendo? de cómo se siente Daphne? les leo<3
acá queda mucho por delante ya que les recuerdo que esta fic tiene DRAMA TRAS DRAMA, y recién estamos comenzando el primero *risa malvada* así que prepárense para todo lo que se vieneeeee
nos vemos a la otra!
nat
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