
Capítulo seis.
-Deberias ir a dormir- Digo al ver como Alexander se recarga en la pared su estado no lo deja actuar como normalmente es.
-¿Po...r...q..ue? s..i l.a no.ch..e ape..nas comie..nza- Pregunta arrastrando las palabras.
El miedo recorre mi cuerpo al escuchar aquellas palabras.
Y ver como a paso torpe camina hacia donde estoy.
Y el porque no corro para poder ponerme a salvó es que mi cuerpo no responde, al parecer me encuentro en shock.
Puedo sentir su respiración en mi rostro y como coloca sus manos en mis hombros, mi cuerpo empieza a temblar y mis ojos a cristalizarse.
De un momento a otro siento como bruscamente soy tirada al suelo y el peso de Alexander esta encima mío.
-Alexander, basta por favor quítate.- digo con voz entrecortada.
Y al no tener respuesta intento empujar su cuerpo.
Al lograrlo y poder levantarme.
Puedo notar que se ha quedado dormido o mejor dicho incomciente.
Suelto un suspiro de alivio para limpiar con mi dorso una capa de sudor que se encontraba en mi frente.
-Maldito seas Alexander, me haz dado un susto de muerte.- maldigo.
-¿Papá?- Escucho una voz somnolienta.
Voy donde el para poder cargarlo y evitar que mire a su padre así.
No puedo creer que Alexander se muestre en ese estado frente al niño.
Unos minutos después.
Regreso a la sala para ver cómo sigue en el suelo y en la misma posición.
Debatiendo si debería despertarlo o dejar que duerma en el suelo.
Camino lentamente a él para agacharme y pasar su brazo por mis hombros.
-Alexander, anda ayudame, pesas demasiado maldicion- Digo.
Siento como el se levanta torpemente haciendo mi trabajo algo menos difícil.
Logró que se acueste en el sofá.
Miró con atención su rostro, su ojo izquierdo está un poco hinchado y con un moretón, su labio partido , su barbilla y mejilla con moretones.
Suelto un suspiro.
-Te vez tan tranquilo cuando duermes quién diría que cuando estás despierto puedes llevar a ser cruel con las personas.- Murmuro acariciando su cabello.
Voy por una manta para poder cubrirlo y así ir a la habitación donde duerme el pequeño Nico, hoy dormiría en la casa del chico que me odia.
Al día siguiente.
Son las 10 de la mañana y me encontraba cocinando unos hot cakes al niño que se había robado mi corazón.
-¿Qué haces aquí?- Escucho una voz gruesa.
Me aclaro un poco la garganta antes de hablar.
-Ayer te dije que cuidaría a Nicolás hasta que llegarás.- mencionó.
-¿Y por qué aún no te has ido?- Pregunta sacando una lata de cerveza del refrigerador.
-Pense que tendrían hambre.- Digo nerviosa.
-¿Por qué mejor no me dices por qué haces esto? ¿Qué mierda ganas? - Pregunta irritado ante la situación.
-Solo... Bueno, desde que conocí a Nicolás me llegue a encariñar con el yo sé que suena como una locura y te juro no tengo malas intenciones, yo solo quiero cuidarlo.- Digo mirándolo a los ojos.
Haciendo que los recuerdos de la noche se hagan presentes, intento olvidar lo sucedido y fingir que nada de ese mal momento sucedido.
-Nadie ayuda ni cuida a alguien por nada.- Comenta.
-Yo si.- Respondo con firmeza.
-Es una lástima por qué la chica que quisiera cuidar al mocoso primero tendría que llegar a ser mi novia solo así le daría el permiso.- Comenta con una sonrisa la cual quita al instante.
Escuchar aquellas palabras me sorprendieron demasiado, no sabía si lo decía de broma o era verdad. Pero aún no me daría por vencida.
-Entonces creo que tendré que ser tu novia.-Menciono como si así todo se solucionaria.
Al decir eso puedo ver cómo otra sonrisa aparece en su rostro.
Y en ese momento es donde me doy cuenta de lo que he hecho.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro