SuYeon camino por el pasillo al elevador, tenía su bolso en el hombro y un moño mal armado. Lo único que deseaba en esos momentos era dormir hasta el próximo año, y despertar en una playa con miles de hombres dispuestos a hacer todo lo que ella pida. Al menos eso la relajaría un poco más.

—¡Vacaciones! —dice su hermana, sorprendiendola de atrás, la rubia salta en su lugar tocando su pecho— Agendaré un viaje, dime el destino.

—Baeky, no. Hay mucho trabajo aquí, y estoy a nada de ser la directora, no puedo irme de vacaciones ahora.

—Eres una mujer soltera, unnie. Aprovecha para irte a donde quieras sin nadie que te ate a Corea.

Irse, y olvidarse de las cadenas.

—Podría pensarlo. —finalizó al decir— Y no me vuelvas a asustar así o te juro que... —su puño se alzó en una amenza que hizo reír a la, ahora, Kim.