(A donde Dios se la allá llevado…)

Anoche me soñaste, mi querida Mafe, amada exnovia mia que te fuiste ya.
Sé que me soñaste,
porque yo te soñé.

En mi sueño eras la chica joven y dulce que más quería en otro tiempo. En tu
sueño yo era el chico joven e iluso que en otro tiempo fui.

íbamos los dos, felices de la vida -felices con la vida-, por la vereda que sube
lentamente a la montaña. Habían ya brotado las flores de la primavera, y
los pinos perfumaban de resina el viento. Íbamos así tomados de la mano,
queriéndonos como dos niños.

Llegamos a Io alto, y desde Io alto vimos el caserío del aquel viejo pueblo que
ya casi olvido . Parecía una flor blanca que se hubiese abierto en la distancia.
Arriba por el cielo, una bandada de nubes que también parecían flores blancas
iban en busca del sol de la tarde de aquel verano que agonizaba.

¿A qué fuimos aquel día a las alturas, Mafe?
A nada. A vivir. A ser Felices.
Ahora tu ya no vives, aunque sigas siendo. Ahora yo empiezo a ya no ser,
aunque siga viviendo.

Eso no importa, amada Mafe, exnovia mia...
Tenemos el recuerdo de las nubes que se van,
pero tenemos también la memoria de este amor
que aun nos queda…