Enviarle un mensaje.
Mirarla a los ojos.
Las sonrisas.
Paseos de la mano.
Recitarle poesía.
Cantar con ella sus canciones favoritas.
Hacer locuras.
Reír como locos.
Quedarnos dormidos viendo películas hasta tarde.
Escucharla leer en voz alta.
Molestarla a propósito. 
Soportar sus malos ratos
y los días en los que no es ella misma.
Aceptar sus disculpas calladas.
Compartir mis logros con ella.
Celebrar a lo grande los suyos.
Hablar de temas profundos
y al minuto de cualquier tontería.
Prepararle té cuando se enferme, 
acompañarla a recuperarse.
Conquistar el mundo,
enfrentándolo juntos.
Aparecer cualquier día con un detalle,
llevarla a comer sin que sea una fecha especial.
Viajar.
Pintar la vida.
Besarla en público.
Jugar como niños bajo la lluvia.
Amarla como un padre,
tener aventuras como un amante,
cuidarla como un amigo.
Decirle hermosa
cuando apenas se levante.
Y obtener una sonrisa a cambio
que me dice que estoy haciendo bien las cosas.
Ésa es mi forma de hacer el amor con ella.
Si existe otro modo, no sé si me gustaría saberlo