Bienvenidos a bordo
"Sé que no fui bueno, que con estas manos
destrocé a la primavera.
Sé que estaba huyendo a ninguna parte
y no dejé que me quisieran.
Sé que fui dejando mil vidas cruzadas,
cuerpos por las estaciones
y con cuatro acordes no puedo arreglar
lo que fui rompiendo entonces.
Fue mi amor propio por el suelo,
fue el deseo junto al miedo a sentir,
que dejé a a mi paso un reguero
de regalos rechazados,
corazones sin abrir."
-Marwan-
Empecé a escribir cuando la tristeza se volvió digna de ser plasmada. Desde una temprana edad que ya no recuerdo bien, a lo largo de todo este tiempo debo confesarles que para mantener viva esa llama de la escritura, me he tenido que envolver en una y mil relaciones, aventuras, amoríos precoces que mueren en un par de horas o mientras nos dure una noche.
Crossroad surgió de ahí, de las cenizas de amores que se consumieron, de los besos que nos dimos, de las palabras dichas, de las caricias intercambiadas y de un corazón iluso y tonto que se quedó queriendo solo, cuando ese crossroad termino por separamos.
Claudia , Vanne , Itzel, Mari, Paola, Diana, Mafe, Monse, Luz y Natalia, fueron tan sólo algunas de esas mujeres que se cruzaron por mi vida, para hacerme sentir menos solo y al final acabaron por hacerme sentir más miserable, a todas ellas… les debo todo esto. Si no fuera por sus bocas, sus cuerpos, su alma y su existencia misma no hubiera podido contar nada de lo contado, decir nada de lo dicho o escribir nada de lo que aquí te presento.
Hablar de ellas es hablar de llanto, sonrisas, abrazos, dulzura, perversión y más llanto. Después de todo este tiempo no sé si puedan ser consideradas historias de amor, pero aquí las tienen.
Confieso además que escribir esto para mí también es una especie de catarsis, un limpiarme el polvo de los restos de amor que me quedaron después de su partida . Una vez escribí que intentar olvidarme de ellas sería inútil porque probablemente olvidaría quien soy. Cada una de las mujeres con la que he estado ha construido lo que soy ahora, a todas las quise por igual de manera diferente, aunque los tontos no entiendan esto último.
Ya casi dos años han pasado desde la ultima mujer con la que estado, y debo con tristeza confesar que aquellos que fuimos estando juntos ya no existen, cuento todo lo que pasó con una mirada casi ajena. Cuento la versión que me sale del pecho, desconozco la suya. Quizá me sigan odiando después de todo… si fuera así creo merecerlo, pero deben de entender que yo he nacido para no ser de nadie, quizás de todas un poco, quizás del
mundo entero.
Así pues estos escritos están dedicados a ellas, a las que los inspiraron y a sus besos que aun llevo tatuados en mí… aquel cruce de caminos que significa esta vida, marcada de bienvenidas y despedidas.
ELLAS y YO sin duda ahora somos otros, muchas de ellas ni siquiera se a donde viven, les perdí la pista, el rumbo, a muchas de ellas las perdí por completo… solo me queda aquello que fuimos en los días, semanas, meses que pasamos juntos. Los que fuimos se quedaron atrás, reviviendo momentos plenos. Apoyándose, escuchándose, queriéndose. Los que fuimos no conocen a los que somos, los que somos a veces quisieran ir a abrazar a los que fuimos.
Confieso que me cuesta mirar nuestras viejas fotografías sin sentir un poco de nostalgia. Al final del día no somos mas que desconocimos, al final de todo confieso que en la cenizas del amor aun existen pequeñas chispas capaces de desatar voraces INCENDIOS.
Querido lector en tus manos pongo estas cenizas, los incendios los provocas tú.
Bienvenidos a bordo.
-Diesan-
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