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Descubriendo sentimientos
¿Estaba listo para ir a palacio? No, definitivamente no lo estaba, y entre más lo pensaba, más concluía que aquella fiesta era demasiado sospechosa.
¿Un traje especial para una simple fiesta en palacio? Raro... ¿Un traje mandado hacer especialmente para él por orden del Rey? Doblemente raro. Y si a eso, se le sumaba la extraña alegría en su madre, aquello definitivamente le traía muy mala espina.
Sin embargo, todas y cada una de aquellas preocupaciones y temores perdían sentido cuando se encontraba con él. ¿Por qué? Porque Yoongi tenía la habilidad de hacerle olvidar, el hermoso bufón tenía la habilidad de hacerle sonreír con el más mínimo detalle, hacia que su corazón se acelerará de maneras extrañas con su cercanía y le hacía perder la noción del tiempo cuando cerca le tenía.
SeokJin, al principio, se encontraba confundido, no sabiendo exactamente que eran aquellas cosas que el mayor le provocaba, porque si, al fin había conocido la edad del bufón. Pero, después de aquel acercamiento "involuntario" de su parte, al rostro de Yoongi la noche anterior, SeokJin se dió cuenta de que algo más que simple cariño y amistad, estaba creciendo en su corazón.
Y ahora, observándole bajo la luz de la luna, SeokJin pudo comprobar sus teorías, aquel bufón le había robado su corazón y poco a poco, empezaba a crecer el amor, en su pecho cual flor.
Tan poético sonaba aquello, tan sublime, tan hermoso, así era todo ante los ojos del pelinegro puesto que, ambos eran de la misma clase y al parecer, intentar algo con aquel muchacho no sería problema alguno.
—¿En qué tanto piensas, pastelito? —preguntó Yoongi, acercándose al rostro del pelinegro, quién sorprendido por la repentina cercanía se alejó de golpe, perdiendo el equilibrio y casi cayendo de espaldas, de no ser por aquellas manos que con fuerza le sostuvieron y le acercaron hacia si—, deberías tener más cuidado, pastelito —dijo Yoongi, sonriendo al menor y golpeando juguetonamente su índice con la nariz del pelinegro.
Las mejillas de SeokJin se tornaron rojizas al instante, mientras apartando su mirada buscaba un escape.
—Yo...
—Descuida —murmuró Yoongi—, se los efectos que causó en los demás, es decir, ¡Mírame! Soy hermoso.
—Pff —bufó el menor, negando con la cabeza mientras ponía los ojos en blanco.
—¿No lo crees así, pastelito? —pregunto el mayor, tomando la barbilla del pelinegro entre su índice y pulgar, acercándose hasta solo centímetros del rostro ajeno.
SeokJin le miró con los ojos bien abierto, bloqueando cual pez fuera del agua y pensando las palabras que diría a continuación. Sin embargo, su cerebro parecía apagado y las palabras no llegaban, en cambio, imágenes de él acortando la distancia que le separaba del rostro del pelinegro lo asaltaban.
—Dime, pastelito, ¿Soy hermoso?
—Si, digo no, pero si, pero... —sus palabras quedaron cortadas cuando Yoongi se acercó solo unos centímetros más a su rostro, preguntando silenciosamente si podía deshacerse de los pequeños centímetros que les separaban aún, con esa sonrisa arrogante en su rostro y los ojos brillantes de emoción.
SeokJin ni siquiera lo pensó, simplemente se acercó al rostro ajeno sin apartar la mirada del contrario.
Ambos cerraron sus ojos cuando la tibieza de sus respiraciones se entrecruzó y sus labios chocaron, colisionando en un hermoso mar de sentimientos que hacía poco habían descubierto.
Yoongi soltó la barbilla del menor, colocando sus manos estratégicamente a los costados de SeokJin, mientras esté, envolvía lenta y tortuosamente sus brazos alrededor del cuello de Yoongi.
—Definitivamente —susurró Yoongi sobre los rosados e hinchados labios del pelinegro—, eres un dulce pastelito.
SeokJin soltó una risita, negando con la cabeza antes de acercarse nuevamente a los labios del contrario, disfrutando del sabor dulzón de la boca ajena, jugueteando tímidamente con la lengua del mayor.
—Yoongi —murmuró SeokJin sobre los labios del contrario, sonriendo tímido ante la penetrante y atenta mirada que le dedicaba el mayor—, me gustas.
Yoongi sonrió ante aquella tímida confesión, colocando sus manos a cada lado del rostro de SeokJin, sonriéndole con aquella sonrisa de rosadas encías y ojitos achicados.
—Tu también me gustas, mi pequeño pastelito.
—¿Esto... —murmuró SeokJin, sentándose derecho, levantando su mirada hacia el cielo—...está bien?
—Sólo si tú lo deseas.
—Lo deseo —asintió—, y creo que, esto puede funcionar.
—¿Lo crees así?
—Sí —asintió emocionado—, lo creo.
—Ven aquí.
Yoongi envolvió su brazo alrededor del cuerpo del menor, atrayéndolo hacia su cuerpo y sonriendo ante la burbuja de emociones que crecía en su interior.
Sabía, desde la primera vez que lo vio, que aquel muchachito sería su perdición, lo supo desde que lo vio entretenido analizando los bocadillos en el salón del palacio, lo supo cuando se acercó a él en aquel balcón y le ayudo a escapar, lo supo cuando le propuso escapar por primera vez, lo supo siempre, en cada uno de los momentos que había pasado a su lado, y sin duda, sabía, que aquella felicidad tendría una fecha de caducidad, puesto que el destino no era tan bondadoso así porque si.
Él, lo había aprendido a la mala, cuando conoció a Taehyung y después sucedió aquello, y aún sabiendo que su destino con SeokJin podría estar sellado por un destino igual de cruel, se aventuró a intentarlo.
Pues aquellos ojitos con las estrellas en su mirada le dieron la esperanza de que tal vez y solo tal vez, el destino en esta ocasión no sería tan cruel, porque tal vez y solo tal vez, él no se quedaría de brazos cruzados si algo los llegaba a separar, porque... Tal vez y solo tal vez, sus sentimientos por SeokJin, eran más grandes de lo que realmente quería aceptar.
A lo lejos, unos ojitos curiosos les sonreían, con el sentimiento inundando su alma y las lagrimitas surcando su mirada.
—Espero que al fin, encuentres la felicidad, hyung —murmuro el peliazul, sonriendo a la imagen de aquellos dos abrazados el uno al otro.
—Se miran tan bonitos —susurró el chico a su lado, con un suspiro y una pequeña sonrisa en sus labios.
—¿Deberíamos intentarlo nosotros también? —un golpe en su hombro, fue la única respuesta que recibió—. ¡Yah! Solo era una sugerencia, tsk —se quejó con un puchero, mirando al pequeño rubiecito que sonreía a su lado.
Tal vez, no solo su hyung había encontrado su felicidad, pues con una sola mirada a su costado, Taehyung se dió cuenta de lo importante que se estaba volviendo aquel chiquillo para él y los extraños sentimientos que comenzaban a surgir en su pecho.
—Vamos —dijo Jimin, extendiendo su manita hacia el piel canela, quién sin dudarlo tomo aquella mano entre la suya con una sonrisa—, dejemos a los tortolitos disfrutar su momento.
Y tal vez, no solo Taehyung estaba descubriendo sus sentimientos hacia el contrario, pues Jimin sabía, que el agradecimiento que sentía por aquel chico de piel acanelada, no era el único sentimiento creciendo en su interior.
♔
Ay mi pequeño corazón 🥺
¿Qué les pareció el capítulo? ¿Va muy lento? O ¿Muy rápido? ¿Les esta gustando la historia? Porque a mí me está encantando y es algo extraño que a mí me guste una historia mía 😂
Si les soy sincera, el primer besito no iba a suceder aún, se suponía que este venía después, pero, cosas que pasan y terminé cediendo a la tentación 🙈❤️
Siguiente capítulo, ¡La fiesta del Rey! Uff, mi gente, se viene lo bueno... ¿Están preparadas para conocer la identidad del rey? Espero que sí, ¿Alguna última apuesta? 👀
Y pues nah, espero que hayan disfrutado el capítulo, gracias por tanto apoyo y nos estamos leyendo en el siguiente capítulo o en alguna otra historia, les amito mucho, les mando muchos besitos cariñositos y les deseo hermosas madrugadas 😘😘❤️
✿Kim☆Palomita✿
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