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Sexto

... Es que ahora te veo y deseo protegerte

... ¿Cómo puedo tenerte cerca y no sentir?

Las miradas de Jimin y Namjoon exigían una respuesta ante lo que sucedía, sin embargo, los únicos ojos que se robaban su atención eran los camaleónicos luceros de Jungkook, quien parecía contenerse en tocarse la marca que tanto estaba incomodándolo, el propio alfa sentía una punzada extraña de dolor.

— Taehyung, por favor necesitamos aclarar todo esté tema antes de que se salga de control – el mayor observó a Jimin cruzándose de brazos, parecía exasperado, no dudaba de que en cualquier momento saldría corriendo de ahí.

— Dudo mucho que haya algo más para explicar, hyung, Jungkook me dejó muy claro todo – el mencionado dirigió su mirada a Jimin, parecía que clavaba dagas en todo su cuerpo.

— Solo dije la verdad – se encogió de hombros, casi colocándose de pie para salir de ahí, mas algo en su pecho vibró al tener la voz del alfa en su cabeza. "Tranquilo lo solucionaré"

El líder lo vio abrir los ojos en sorpresa por escucharlo de nuevo, casi pudo anticipar lo que saldría de los labios del omega, así que adelantándose a la situación fue él mismo quien rompió el silencio incómodo.

— Jungkook es nuestro protegido – un bufido bajo y sarcástico salió de los labios tanto de Namjoon como de Jimin, este último tomando asiento dos lugares cerca de Jungkook – estará con nosotros hasta que se encuentre en condiciones.

— Y eso sería – cuestionó sin más Namjoon, quien se ganó la mirada fija de Taehyung – líder, nos estamos poniendo en riesgo, a usted y al príncipe, sobre todo.

— Jungkook también está en peligro – espetó de inmediato ganándose un ceño fruncido por parte del omega, quien desvió la mirada en un intento fallido de escuchar al alfa ya fuera en voz alta o en su cabeza —. Namjoon tú estuviste en ese lugar del que proviene Jungkook, lo tenían cautivo para hacer una especie de proceso de fertilidad, Jimin tú incluso fuiste obligado sin mi consentimiento para participar en algo como eso.

Las miradas cayeron sobre el príncipe de los Park, algo que fue muy oportuno para Taehyung, desviando la atención de Jungkook hacia otra problemática, pues el mismo Namjoon se notó disgustado con escuchar aquello. Ya no era punto focal todo el tema de la marca en el cuello de cierto omega, estaban tan acostumbrados a tratar con temas del compromiso que fue tan fácil para el líder el distraerlos.

— ¿Jimin? – el alfa se dirigió hacia el omega, acercándose, rompiendo la distancia entre ellos, tomando su mano, quien no evitó el tacto ajeno – ¿por qué no dijiste nada?

— Es algo que debía guardar en secreto, al menos hasta que me hicieran la prueba de fertilidad. Mi madre quería hacerlo de la manera más discreta.

— ¿Sin tomar en cuenta a Taehyung? – el omega murmuró una afirmación mientras se cruzaba de brazos, ignorando al alfa, quien lo vio con culpa al exponerlo a aquel trato. Jimin no estaba del mejor ánimo para hablar de ese proceso, sin embargo, su mirada se volvió menos dura, aunque su cuerpo no dejó de estar tenso – ¿Tú lo sabías? ¿Taehyung?

— No lo sabía, Jiminie me los hizo saber apenas – quizá la forma en la que estaban conversando no le estaba importando mucho a Jungkook, pero esa manera de dirigirse hacia el otro omega lo estaba incomodando, en especial porque su lobo se encontraba inquieto – le pedí que dejara ese tratamiento.

— Es lo correcto, a pesar de que quisieron convencerme de que todo ese proceso es poco invasivo, toda esta situación me deja en claro que no lo es – Namjoon no pudo evitar querer consolar al omega, sin embargo, Jimin simplemente se abrazó a sí mismo como siempre lo hacía para evitar el contacto.

El príncipe de los Park había sido utilizado como un títere de los planes de su madre, quien no le interesaba nada más que llevar a cabo la unión entre ambos clanes. Si bien era cierto los omegas de las familias principales eran considerados como buenos estrategas y mediadores, la Luna Park no dudaba en hacer lo que estuviera a su alcance para hacer que su propio clan prosperara.

A pesar de ser él quien se dejó utilizar y engañar, Jimin detestaba sentirse débil e incluso comenzaba a aborrecer la manera con la que ambos alfas lo veían. No era ningún tonto, en el momento que eligió aceptar lo había hecho con el fin de tener felices a todos. A ambos clanes, a Taehyung, pues el concejo se había atrevido a mencionar que su alfa estaría agradecido con la muestra de lealtad y sería recompensado con menos tareas obligatorias antes de su unión.

— Pueden dejar de verme de esa forma, como si fuera una pobre presa. ¿Por qué me ven así? – gruñó el omega haciendo notar el dorado en sus ojos, intentando intimidar a los alfas.

— Nadie te está viendo como un débil omega Jiminie – murmuró Taehyung, comprendiendo el rencor en las palabras del omega, quien detestaba ser tratado diferente solo por su jerarquía —, pero no podemos evitar preocuparnos o sobre pensar cómo fue que llegaste a tomar la decisión de aceptar ese procedimiento.

— A mí también me convencieron de que no era peligroso y que solo sería un procedimiento para saber cuan fértil y compatible soy contigo, Taehyung, prometieron que no me harían daño – murmuró en un tono molesto, se sentía tonto al dejarse llevar por las habladurías – ¿por qué debería dudar? O al menos, ¿cómo podría imaginar que serían capaces de...?

— Porque es una completa mentira y se les hace muy fácil jugar con la mente de sus víctimas – mencionó sin más aquella cuarta voz que no había pronunciado palabra alguna desde que el conflicto inició. Jungkook seguía masticando sin mayor delicadeza haciendo que una delgada línea de jugo rojo resbalara por la comisura de su labio – el recinto es un lugar dedicado a la producción de óvulos, para los procesos fértiles de los grandes clanes, pero nunca dicen la verdad de cómo es que obtienen todo eso.

Aquellas palabras salieron de sus labios como un poema repetitivo, el cual había escuchado tantas veces. No era la primera vez que grababan su procedimiento para mostrarles la mentira a otros. Tampoco eran los primeros a quienes convencían de hacer eso. Jungkook siempre era el conejillo de indias predilecto para esa clase de pruebas porque su cuerpo podía sanar más rápido, así lograban mantener la falsa creencia que aquello no haría daño.

Los moretones, producto de todas las inyecciones, siempre curaban más rápido en él que en los otros omegas, la mayoría tenía su vientre con enormes manchas moradas, violetas o amarillas. La salud de todos siempre era vulnerable gracias a que se mantenían en constantes tratamientos y eso los hacía lucir siempre pálidos, enfermos e indefensos. Jungkook era la excepción, tan amado como odiado por su propio lugar de nacimiento.

El omega se puso de pie, no esperando que lo cuestionaran para obtener respuestas de lo que hacían en ese lugar. El ruido que había hecho la silla en la cual se encontraba sentado segundos antes fue motivo de molestia, sin embargo, aquello no fue lo que provocó que Taehyung casi corriera hacia él, no, aquella reacción había surgido de ver a Jungkook alzando apenas la orilla de su suéter.

— ¿Qué haces? – el alfa dijo entre dientes, mientras que intentaba de manera fallida mantener la prenda del omega en su lugar.

— Intento explicar.

— No es necesario que te quites la ropa para eso.

— ¿Taehyung? ¿Está todo en orden? – cuestionó Namjoon al notar la actitud posesiva del alfa con el contrario, quienes no dejaban de tener una pequeña lucha estirando la prenda – ¿por qué no dejas que Jungkook-ssi siga hablando?

— ¿Acaso no quieres que diga algo? – reprochó Jimin, alzando ambas cejas al obtener la mirada del líder, quien casi pudo sentir su vena y ojo palpitar, pues ambos omegas no le estaban haciendo fácil la tarea de mantener la compostura – ¿qué otra cosa ocultan? Además de lo obvio.

— Taehyung, suélteme – replicó el omega, alejándose un paso hacia atrás, mostrándole los dientes al alfa cuando intentó acercarse de nuevo, ganándose un gruñido por parte de Jungkook, quien no dudó en levantar el suéter, mostrando su vientre hinchado – ¿esto es lo que no quiere que vean? Aquí, justo en aquí, es donde hacen una punción para recolectar los óvulos que produzco para los omegas infértiles o que deciden no querer tener cachorros, pero no solo hacen eso, también inyectan otras cosas.

— Jungkook no es necesario que muestres esto, por favor – suplicó Taehyung una vez más, doliendo algo dentro de él al ver de nuevo esas marcas, ahora dándoles una razón de existir en ese cuerpo.

— Eso es...

Namjoon amplió los ojos al notar los distintos hematomas sobre la piel blanquecina, quizá estaría alucinando o toda la situación lo estaba volviendo paranoico, pero podía jurar que era el mismo que le habían mostrado en el recinto la tarde anterior lo cual encajaría perfecto con toda la situación. Les inyectaban hormonas para inducir un celo, les realizaban una punción en el vientre para extraer el contenido genético y luego los liberaban para que pasaran el calor en abstinencia.

La sarta de mentiras sobre que los omegas eran voluntarios se estaba revelando ante sus ojos. Las imágenes de todos esos omegas conversando con los distintos clientes del lugar ahora hacían sentido. Los rostros de todos ellos no parecían verse a gusto con la situación, la seguridad no era para que no lastimaran a quienes estaban en el interior, era para que nadie más escapara justo como lo había hecho Jungkook.

Por su parte, Jimin se terminó acercando hasta Jungkook, quien bajó la prenda ni bien notó su cercanía, pues aún no se sentía del todo cómodo estando cerca del omega. Pudo olfatear cierto ápice del olor de Taehyung estando en la ropa ajena, y quizá solo se trataba de algo como un pequeño descuido o bien el tiempo de convivencia, sin embargo, algo en él no le agradaba que el otro estuviera un poquito impregnado del olor del alfa.

— ¿Duele? – cuestionó Jimin al intentar acercarse a Jungkook, no sabiendo controlar sus manos al tener curiosidad de ver de nuevo aquellos tonos violetas en el cuerpo contrario.

— No.

— ¿Podría ver?

— No – la mirada seria de Jimin le hizo pensar un poco más en sus palabras. Debía comportarse un tanto más "civilizado" al menos como pago de que en ese lugar no lo atacaran con electricidad y que Taehyung tampoco intentaba obligarlo a estar sumiso, así que hizo su mejor esfuerzo para no sonar tan tosco – no quiero – mencionó sin más, felicitándose internamente por dar una razón a su comportamiento.

— Jiminie, creo que no es correcto acercarse así – murmuró Taehyung, no en un tono brusco, tampoco en uno que parecía reprochar la actitud contraria, sin embargo, el simple hecho de hacer que Jimin retrocediera hizo remover algo en el interior de Jungkook. En serio lo estaba cuidando, era gracioso, pero gratificante.

— Tienes razón, fue muy descortés de mi parte, lo lamento Jungkook – se disculpó sin más haciendo que el mencionado ladeara la cabeza, pues no comprendía la actitud contraria – es solo que me perturbó un poco el hecho de que te estaban haciendo pasar por algo como eso.

— Aun así, todavía no me queda claro el hecho de eso en su cuello – señaló Namjoon, haciendo que Taehyung maldijera en su mente.

— Es solo una mordida – mencionó con obviedad el omega, como si aquello no representara nada más que la simple herida, una muy extraña —. Tuvimos una pelea con Taehyung, nada grave lo prometo, fui yo el herido, pero el alfa doctor dijo que se quitará ¿cierto? – Jungkook regresó la mirada hacia Taehyung quien asintió de inmediato, casi a regañadientes, causando un suspiro de alivio por parte de Namjoon.

— Entonces, ¿la marca es falsa? Quiero decir, no reclamaste a Jungkook como tuyo, ¿no existe un lazo entre ustedes dos?

— El doctor Park dijo que todo depende de él – lo señaló, esperando que no dijera nada más frente a Namjoon y Jimin quien seguía observando de hito a hito a esos dos que decían no tener nada con aquella marca. Era obvio que era un lazo, quizá uno débil, un tanto simple, pero había una unión – todo es muy incierto.

— ¿Qué significa eso?

— Significa que Jungkook-ssi tiene la decisión de mantener y aceptar el lazo, si en dado caso no lo sigue rechazando porque de lo contrario él podría... — Jimin calló de inmediato, pues la mirada de preocupación de Taehyung le hizo saber que comprendía la situación, sin embargo, no esperó que Jungkook rompiera la distancia entre ellos, tomándolo de la muñeca con una mirada intimidante – ¡auch! ¿Qué haces?

— Tú sabes de esto – Jimin asintió al notar la razón de su cuestionamiento, ahora teniendo más de cerca la marca. Diosa luna, eso era impresionante de ver, las marcas eran distintas, cada una tan sin igual a la otra, pero la de Jungkook, esa era completamente diferente a cualquier otra que haya visto – Taehyung, él sabe de esto – habló con emoción como si la respuesta a todo eso se encontrara frente a sus ojos.

— Jungkook.

— Él sabe sobre esto, puede ayudarnos a...

— Basta – replicó el alfa alzando un poco más la voz, no queriendo escuchar más sobre aquello, no quería poner en peligro a Jungkook y tampoco a él mismo, pues romper un lazo tan de pronto, aun si no era bien aceptado siempre traía consecuencias – no sigas con esto de acuerdo.

— ¿Por qué?

La molestia en esas palabras espetadas era palpable, dejaba a todos en el lugar con una sensación extraña en sus pechos, como si la misma aura cambiante de Jungkook provocara que todos compartieran su sentir.

— Lo resolveremos luego, ¿sí?

— ¿Cuándo es luego? – cuestionó de inmediato, no sintiéndose a gusto con el acercamiento de Taehyung – ¿por qué no ahora?

— Porque primero quiero que te recuperes, ¿sí? – estaba alterado y una parte de Jungkook, no sabía muy bien cuál ni por qué, pero muy en el fondo pudo sentir esa desesperación del alfa calando en sus huesos – déjame cuidar de ti hasta que resolvamos todo.

— ¿Resolver todo? – Jimin estaba confundido, solo quería salir del lugar en el cual las cosas comenzaban a complicarse – ¿eso qué significa?

— Lo que quiero decir es que tenemos que aclarar la situación de los Jeon creando un recinto para explotar omegas, haciendo que los clanes y familias principales caigan en su truco de una fertilidad falsa – Namjoon comprendía una parte de lo que significaba resolver todo y, por otra parte, entendía muy bien la angustia que estaba demostrando Taehyung, estar en el norte no era de sus cosas favoritas. Permanecer en ese territorio no traía buenos recuerdos a la mente de su líder y el hecho de encontrar a Jungkook ponía un peso extra.

— Bien, entonces mientras ustedes resuelven todo como los grandes alfas que son, yo también tomaré una decisión en lo que a mí respecta de toda esta situación – Jimin observó a ambos alfas quienes estaban frunciendo su ceño – quiero que el compromiso y la boda se posponga hasta el punto de romperlo.

— ¿Qué? ¿Por qué? – cuestionó de inmediato Taehyung, no parecía molesto, más bien estaba desconcertado y esa actitud llamó la atención de Jungkook – Jiminie...

— No, Tae – negó mientras se alejaba lentamente del alfa, quien amagó dar unos pasos cerca de él – estamos siendo presionados de nuevo. Ya no es solo mi familia o tu padre insistiendo en esta unión. Los concejos de cada clan piden lo mismo y hacerme pasar por todo este proceso es mi límite.

El líder estaba en una encrucijada entre el omega con el que había convivido casi la mitad de su vida, conociéndolo como su mejor amigo, el compañero idóneo para toda esta locura que representaba ser rey de un clan completo. Ahora agregando a la ecuación a su inquieto lobo, reclamando por tener cercanía con el omega que, si bien había sido un error, al final fue marcado por su forma animal, la más pura de todas.

Jimin se veía entre dolido y aliviado por lo que estaba mencionando, mientras que no apartaba la vista de Jungkook, quien no dudó en fruncir su ceño, dándole una mirada casi fulminante y retadora junto con sus tan característicos gruñidos bajos. Siempre a la defensiva, siempre esperando el momento para atacar sin previo aviso.

— Jimin, no puedes romper el compromiso así sin más, esto va más allá de una decisión tomada a la ligera. Por favor piénsalo, esto solo es una situación un tanto caótica si lo piensas bien.

El mayor solo buscaba evitar que nuevamente pasaran por aquella situación donde Jimin sufría estando alejado del cuidado del clan Kim, llevaban años en aquel acuerdo, dos años de convivencia donde esperaban lograr un final diferente, mas ahora se les terminaba el tiempo. Jungkook estaba en el medio de algo que no debía estar, como si se tratara de un arrebato de la Diosa para ponerlo en el camino de sus dos menores cabezas duras. Esto solo era una salida rápida para el omega, un dolor de cabeza para el alfa quien no quería que su mejor amigo cayera en las garras de un clan que no dudaría en destrozarlo al estar fuera del cuidado del líder Kim.

— Piénsalo, por favor no queremos pasar por lo mismo.

— No hyung, esto es algo que desde hace mucho tiempo estábamos aplazando, es como una enorme bola de nieve destruyendo todo a su paso y antes de perderme o perderte – señaló al líder quién no había dado otro paso más cerca de él, por el contrario, sus pies lo hacían llegar hasta Jungkook – Tae, solo dame tiempo ¿sí?

Sin esperar respuesta alguna salió del salón en el que estaban discutiendo todo ese enredo. Namjoon no tardó en maldecir en su mente por toda la situación, si bien ninguno de sus menores estaba verdaderamente emocionado con la idea de estar unidos, al menos lograban llevar una convivencia falsa ante los ojos curiosos externos. La llegada de alguien más a la ecuación, un omega, con una marca en su cuello que cualquier alfa u omega con dos colmillos de frente sabría, vaya si no tendría en claro que era real.

Solo rogaba que no fuera una marca de Taehyung, pedía a la Luna que salvara a su líder de pasar por todo ese proceso de ser juzgado.

El alfa no escuchó los pequeños murmullos provenientes de Jungkook y su líder, quien estaba más enfocado en hacer sentir bien al otro omega, en vez de buscar a Jimin. Un gruñido hizo vibrar su pecho al notar el desinterés del otro alfa, no tardando en pedir el permiso de Taehyung para retirarse del lugar, haciendo una reverencia rápida para poder encontrar a Jimin en los jardines donde aseguraba que estaría.

Taehyung suplicó una vez más por la atención de Jungkook, quien no estaba dispuesto a sentir el tacto contrario contra su rostro, quitando las manos que le acunaban las mejillas con insistencia, mientras que el alfa parecía no cansarse con el hecho de convencerlo al tener contacto físico.

— Jungkook, por favor, escucha – el cuerpo se le tensó y no, no fue debido al tono bajo y casi armonioso de esa voz baja lo que le hizo estremecer, más bien fueron las manos del alfa tomándole nuevamente las mejillas, esta vez de una manera más aprensiva – podemos solucionar las cosas, pero primero será mejor que descanses, acabas de terminar de pasar tu celo, tu lobo aún está alerta, no es bueno tomar decisiones cuando eres más instinto que razón.

— ¿Qué significa eso? ¿Piensa que no puedo decidir por mí mismo? – el alfa negó lentamente mientras suspiraba pesado, rindiéndose una vez más cuando el omega quitó el agarre en su rostro – quiero entenderlo, por qué se comporta así conmigo, como si me fuera a lastimar en cualquier momento. Además, no entiendo lo que quiso decir.

— ¿Sobre qué? ¿El que quiera protegerte?

— Nuh uh – negó de inmediato – lo de ser más instinto que razón. Soy un hombre con un lobo interno, eso me hace ser distinto a quienes no tienen, usted también tiene un lobo interno, somos uno – esa simple frase hizo sentir cálido en el pecho del alfa. Ser uno... sabía que no se estaba refiriendo a ellos dos, pero la mención de algo como eso... – somos razón e instinto.

— Tienes razón, aunque ahora eres más instinto que razón. No lo tomes a mal, es natural que suceda durante el celo.

— ¿Qué cosa? – ladeó la cabeza, haciéndolo ver un poco adorable a los ojos de Taehyung.

— Que tu lobo esté expuesto en tus ojos.

— Siempre lo está. Somos uno...

— Me refiero al color en tus ojos, es tu lobo, viéndome a través de ti – Jungkook sonrió de lado como si no pudiera creer que Taehyung insistía en algo que era demasiado obvio para el omega, pero ignorado por el alfa – hablo del color en tus ojos, bueno...

— Majestad, sé que mi lobo puede verlo a través de mis ojos, él siempre ha estado así – el asombro en el alfa no se hizo esperar, haciendo reír a Jungkook – desde que era pequeño siempre ha estado ahí.

Los lobos solo se exponían en las jerarquías altas, puras o salvajes, sin embargo, la exposición de sus animales internos no podía ser todo el tiempo, eso requería demasiada energía, sobreesfuerzo para mantener ambas mentes a flote y así no perder la razón ante el instinto. ¿De dónde provenía Jungkook? ¿Quién era? ¿Cómo era capaz de hacer aquello que nadie más en la sociedad podía?

El eco en los pasillos se sentía un tanto inusual, a pesar de ser una enorme casa, no había indicios de que la seguridad sometiera a sus habitantes. Todas las personas que ahí vivían tenían cosas por hacer, tareas por completar, pero en ningún momento eran obligados a hacerlo. Jungkook preguntó infinidad de veces a Taehyung si él les daba alguna orden para que todos los días cumplieran con aquellas cosas, a lo que el alfa insistía en negar.

No había esposas, castigos, gritos o personas malhumoradas, bueno, solo uno, un alfa, Kim Namjoon quien se aseguraba de siempre llevarse a Taehyung para cumplir con sus propias responsabilidades, cosa que Jungkook comenzaba a pensar que solo eran excusas para alejarlo de él, no como que le importará eso, pero sí le ponía de malhumor porque eso significaba estar aburrido el resto del día andando por la casa principal del norte.

Podía ir y venir por toda la casa, solo se le restringía la entrada a ciertos lugares. La primera era la habitación del líder, el estudio que se encontraba al final de uno de los pasillos de la primera planta y los jardines, con especial cuidado en la zona de entrenamiento donde se encontraba el personal de seguridad. Constantemente veía a Taehyung ir con Namjoon hacia ese lugar, luego de que desaparecieran de su vista siempre escucharía aullidos, gruñidos y el suelo incluso llegaba a temblar.

Por alguna extraña razón comenzaba a amar esos momentos, porque su propio lobo se sentía tan vivo e inquieto al percibir un rico aroma que le hacía cosquillear la piel. Deseaba cambiar de forma, quizá juguetear un rato por el bosque o en ese lugar al que siempre iba Taehyung, regresando con ese olor fuerte proveniente de una mutación.

— Oh, Jungkook-ssi – la voz de Yuna lo hizo desviar su atención hacia ella, notando que se encontraba en uno de los pasillos restringidos – ¿Qué haces por aquí?

— Paseando, estoy aburrido.

— Ah, ya veo.

Yuna miró hacia todas partes, asegurándose de no encontrar a nadie, a cierto príncipe omega que luego de días estando encerrado en su habitación había decidido salir. Jimin se había paseado por el comedor común esa misma mañana para luego mencionar que estaría en la biblioteca, por lo que sería mejor evitar el encuentro entre ambos, luego de que los rumores corrieron por la casa, asegurando que existía una riña entre los omegas. Apretó sus manos sobre la bandeja que traía, la cual obviamente llamó la atención de Jungkook.

— ¿Por qué observas tanto? ¿Te están persiguiendo? ¿Estás en peligro? – susurró Jungkook poniéndose en alerta ante la actitud extraña de la omega.

— ¿Uh? No, nada de eso – la omega se sonrojó mientras sonreía amplio al escuchar las ocurrencias de Jungkook – solo estaba pensando que está haciendo un bonito día afuera, ¿no lo crees? – señaló hacia una de las ventanas del pasillo. Por supuesto que el omega ya lo había pensado, pero no tenía permitido salir sin la supervisión de Taehyung, a quien le había prometido no volver a hacer lo de la última vez. Nada de salir corriendo, huir o trepar muros, esto último fue el mayor de sus acuerdos – ¿Te gustaría dar un paseo por los jardines? Creo que luego de dejarle la merienda al líder tendré un tiempo libre.

— ¿Quieres decir que eso es para el líder? – la omega se sonrojó un poco más, asintiendo como única respuesta.

— El líder ha estado toda la mañana en su estudio.

— Lo sé, ni siquiera me acompañó a desayunar – frunció el ceño al recordar que por esa mañana no se encontró con el alfa, con quien siempre terminaba coincidiendo en la cocina teniendo un desayuno prohibido, pues no era bien visto que el líder hiciera una de sus comidas en el área donde el servicio comía.

— ¡Yuna unnie! – el casi grito de Lia hizo que ambos omegas volcaran su atención en ella, se veía agitada mientras terminaba de alcanzarlos.

— Kim Lia, por qué corres como lunática por los pasillos.

— Lo siento, es importante que regreses a la cocina, mi tía dice que necesita ayuda – Yuna no se molestó en esconder su disgusto al ser interrumpida en sus labores – ¿aún no has entregado eso al líder? Oh, buen día Jungkook – reverenció de inmediato, obteniendo que el omega bajara la cabeza como respuesta a su saludo.

— ¿Es tan urgente que vaya a la cocina?

— Sí.

— Pero yo... — la omega observó el final del pasillo donde se encontraba el líder a unas cuantas puertas de distancia, suspiró con pesar, renegando internamente por tener que realizar aquella visita de manera tan fugaz – tengo que entregar esto, Lia, luego iré contigo, si no le llevo esto al líder se pondrá de malhumor.

— Yo puedo hacerlo – dijo Jungkook tomando de inmediato la bandeja, la cual no era soltada por la otra omega.

— ¿En serio harías eso? – cuestionó Lia, el omega asintió hacia ella quien casi chilló de emoción para luego hacer que Yuna soltara de una buena vez la bandeja – gracias Jungkook-ssi, en serio te lo agradezco. Vamos unnie, debemos apresurarnos.

Se quedó parado en el medio del pasillo, sosteniendo la bandeja con lo que parecía ser comida para el líder, la cual estaba cubierta con una pequeña servilleta, no podía ver o identificar lo que se encontraba bajo aquello. Su olfato tampoco le daba mucha información, pues parecía que se trataba de algo dulce, como una fruta, pero había algo más que no combinaba muy bien.

Abultó sus labios mientras seguía avanzando lentamente por todo el lugar, sin quitar la mirada de la bandeja para no tirar al suelo nada, en ocasiones las cosas tambaleaban y debía detenerse para evitar un desastre. Al llegar frente a la puerta del estudio se vio en una encrucijada. Había visto que todos siempre tocaban antes de entrar, no comprendía por qué lo hacían, pero debía tener una razón, el problema actual era que en ese preciso instante Jungkook era incapaz de hacer algo tan simple como golpear una madera.

Intentó sostener la bandeja con una sola de sus manos, pero esta se balanceó casi cayendo. Bufó, frustrado al no saber qué otra opción tenía para tocar, pensó en dejar la comida en el suelo, golpear la puerta y luego recogerla, pero eso sería demasiado trabajo. Se encogió de hombros cuando por fin se decidió.

— Majestad – alzó apenas la voz esperando una respuesta, sabía que el alfa también respondía a los llamados a través de la puerta, así que esperó no tan pacientemente por una respuesta – Líder.

— Adelante.

La voz del alfa fue muy baja, casi raspando un tono alfa, el cual no afectó a Jungkook, quien satisfecho con su respuesta, y con un poco de torpeza abrió la puerta del estudio del líder. Aquel espacio amplio lo recibió con una luz natural entrando por la enorme ventana detrás de Taehyung, quien se encontraba perdido entre papeles, con su computador a un lado y una pluma entre sus dedos, la cual balanceaba entre sus falanges.

Con pasos apenas apresurados, Jungkook avanzó hasta Taehyung, recordando cómo Yuna y Lia solían servirle a él la comida cuando tomaba la cena en su habitación. Miró a detalle la superficie de madera donde pondría la comida, no encontrando un espacio vació, sin embargo, aquello no lo detuvo de hacer a un lado algunas cosas, para finalmente llamar la atención del alfa.

— Ta dah – murmuró satisfecho, señalando su logro al no derramar nada sobre el escritorio, quizá algunos papeles cayeron al suelo, quizá solo fue el efecto dominó de la pila de informes al lado de Taehyung lo que le hizo levantar la mirada, frunciendo su ceño al verlo frente a él.

— Qué es esto

— Merienda – dijo con obviedad, sacándole una sonrisa de lado a Taehyung.

— Lo sé, puedo darme cuenta de eso, pero por qué la traes tú

— Estaba aburrido

— ¿Y decidiste traer comida?

— Sí. Algo así... Yo me ofrecí.

— ¿Tanto así me extrañas?

— No, pero me he acostumbrado a su compañía, así que me aburro si no está.

— A eso se le llama extrañar.

— Pensé que eso solo ocurría cuando te sientes triste por la ausencia de alguien. No me siento triste por usted – auch, eso dolía en el ego del alfa quien en ocasiones se sentía herido por la franqueza de Jungkook, ¿es que era tan difícil para el omega engañarlo aunque sea un poco? No le haría daño el escucharlo, decir que sí, lo extrañaba o bien que si lo necesitaba cerca, tanto como él en ocasiones – majestad, ¿acaso quiere que esté triste? De verdad no lo extraño.

— Ah, ¿no? No te sientes ni un poco nostálgico al estar separados.

— Nuh uh, porque sé que está aquí. Siempre sé que está cerca.

Quizá era migajas, demasiado pequeñas como para alimentar a su ego y tranquilizar a su testarudo lobo, quizá así se convencería el animal de no ser tan molesto con insistir en que el omega necesitaba de ellos. Jungkook podía cuidarse perfectamente.

— No desayunó esta mañana conmigo – esos reclamos eran los que le hacían casi imposible al alfa, no poder no pensar en Jungkook queriendo su compañía.

— Lamento eso, de verdad quería, pero tengo demasiado trabajo.

— Está bien, supongo que por eso mismo el príncipe salió al comedor común. Estaba muy serio, no era parlanchín como antes y tampoco fue molesto – la risa nasal del alfa hizo eco en el estudio, Jungkook frunció su ceño al no comprender la actitud del alfa – ¿por qué le divierte? Recuerdo que cuando algo así me sucedía mi madre... — acalló sus palabras al mencionar a la beta y Taehyung no fue ajeno a aquello, pero prefirió no presionarlo – si yo no hablaba significaba que no me sentía bien, quizá el príncipe está enfermo.

— No te preocupes, yo he hablado con él – el omega lo acusó con la mirada de inmediato – no me veas así, hablo en serio. Aunque en ocasiones Jimin puede ser complicado.

— Como usted.

Jungkook comenzó a andar por el estudio, sintiendo cosquillas en las plantas de sus pies, le tenía cierto gusto culposo a caminar descalzo por la casa y sentir ese extraño suelo. Taehyung le había mencionado que se llamaba alfombra, no tenía ningún uso en particular, además de hacer reír al omega cuando caminaba rápido por los pasillos y mantener alejada su piel del frío suelo.

— Si no está enfermo, ¿por qué el príncipe no ha salido de su habitación?

— No ha estado de buen humor después de lo que ocurrió – Jungkook desvío la mirada hacia la ventana del estudio del alfa, donde tenía a la vista una parte del jardín, reconociendo a los lejos el muro por el cual intentó trepar.

— ¿Está molesto por la marca? – cuestionó el omega aun sin perder de vista el paisaje que podía apreciar a través de los cristales.

— No, es algo más... complicado – suspiró pesado al pensar en la discusión que tuvieron con Jimin.

— Quiere romper la unión entre usted y él ¿Cierto? – el líder murmuró una afirmación, mientras asentía al omega, quien en ese momento no estaba poniendo atención al alfa. El ambiente se mantuvo así por unos instantes hasta que el característico ceño fruncido de Jungkook apareció para luego encarar a Taehyung – si eso es lo que quiere, pues hágalo.

— ¿Qué?

— Rompa la unión, ninguna persona debería ser obligada a casarse con alguien solo porque sí.

— Es más complicado que solo romper el compromiso

— No lo es – la expresión del omega era de completa confusión y desesperación, ¿qué tan difícil podía ser simplemente romper una unión? No es como si aquello fuera de vida o muerte, verdaderamente Jungkook no podía comprender la magnitud de todo aquello que rodeaba al rey – el príncipe ya rompió su compromiso, usted solo debe aceptarlo.

— Jungkook...

— No diga que es complicado. Siempre dice lo mismo, sobre él, sobre lo que hace aquí, sobre esto – tiró del cuello del sudadero para dejar a la vista la marca, la cual mostraba pequeños puntos violáceos, cosa que asustó a Taehyung.

— ¿Te lastimaste la herida? – el omega murmuró con duda mientras observó con desinterés lo que estaba a su alcance, encogiendo sus hombros cuando no notó nada – tienes puntos de sangre. ¿Ocurrió algo con la marca?

— No pasó nada, siempre está así cuando no lo veo, o cuando me hace enojar se pone así – le restó importancia al asunto porque ya era algo usual en esa extraña marca —, pero este no es el punto. No se distraiga, quiero saber ¿Por qué es complicado? ¿Por qué no puede solo aceptar que el príncipe no lo quiere para una unión?

— Porque no es la primera vez que Jimin intenta romper la unión – mencionó con pesar —. Llevamos intentando eso desde mucho tiempo atrás y la última vez casi lo obligan a casarse con otra persona, un alfa de su familia que solo buscaba sacar ventaja de la situación cuando su hermano aún no se había presentado como alfa y así tomar el puesto de líder del clan Park.

De verdad intentaba comprender toda esa dinámica entre lo que era una unión, casarse y estar enlazado con otra persona, para Jungkook las tres cosas significaban exactamente lo mismo, una sola cosa y eso era que otro se sintiera con el poder de adueñarse de la vida de su pareja.

Durante sus años de infancia, escuchó muchas veces a su madre hablar con otros adultos, murmurando acerca de lo que ocurría en las distintas manadas aledañas. A su corta edad lo único que comprendía era que si un alfa reclamaba un omega, este estaba obligado a estar unido a él, casarse en una ceremonia de unión para luego ser marcado y enlazado. Su madre siempre le explicaba que aquellas costumbres eran muy arraigadas de sus antepasados, que la práctica se llevaba a cabo como un símbolo de poder.

Aunque nunca había visto una marca de cerca, tampoco comprendía muy bien la razón por la cual hacerse una. Le daba escalofríos el solo recordar aquellos cuellos con heridas gigantescas, algunas con tonalidades moradas, negras, rojas, unas menos violentas que las otras, de todos esos recuerdos sobre las mordidas, la suya iba en contra de todo.

Se sentía sensible, pero no supuraba ninguna sustancia, tampoco le dolía al punto de hacerlo sentirse enfermo hasta casi morir, solo era molesta de vez en cuando, le causaba comezón cuando pensaba demasiado en ver al alfa, se sentía bien el calor emanando de ahí. Definitivamente, lo inusual lo perseguía y a esas alturas Jungkook comenzaba a preguntarse si esta nueva anormalidad en él sería motivo para ser perseguido nuevamente.

— ¿Por qué de repente estás tan callado? – cuestionó el alfa al notar que Jungkook no salía del océano de sus pensamientos, le mantenía un tanto intranquilo poder percibir un escalofrío en su espalda y los vellos de su nuca erizándose cuando se trataba del omega estando intranquilo.

— Estaba pensando. ¿El otro alfa que quería al príncipe era malo?

— No diría eso, más bien estaba interesado en utilizar a Jimin, lo tendría como un adorno más, algo que le ayudaría a tener una posición en su clan. Prefiero mil veces casarme con Jimin a verlo sufrir al lado de un alfa como ese.

— Pero, ¿no lo estaría obligando?

Taehyung amplió sus ojos al escuchar aquellas palabras, pues eran las mismas que él se repetía constantemente, intentando encontrar una nueva forma de librar a Jimin de cualquier unión, ciertamente al ser un alfa ajeno al clan Park, no tenía ni voz ni voto. Podía ser Rey y líder de su propio clan, pero aquello no le daba potestad ni autoridad de decidir sobre el futuro de Jimin a menos que estuviera bajo su poder, de manera figurativa.

Su deseo era que el omega fuera tan libre como aquella unión se lo permitiera, no deseaba someterlo a nada y, sin embargo, era justamente lo que estaba haciendo. Al final los estaba orillando a hacer algo que ninguno quería. Estaría bien compartir una vida en la misma casa, pero era muy diferente todo el hecho de casarse, pues se esperaría un heredero tan pronto como se diera la unión entre ambos, incluso antes de aquello era algo que ya se estaban preparando.

— Majestad, parece que está haciendo muchas cosas equivocadas.

— ¿Ahora me reprochas? – el omega se encogió de hombros, Taehyung sabía qué había mucho más escondido en ese simple gesto – ¿qué sucede? Prefiero que me digas lo que piensas, soy afecto a esa cualidad tuya. Por favor no me ocultes tus pensamientos, ¿puedes?

— Solo estaba pensando... ¿Y si él escogiera un alfa? – Jungkook pudo notar en la mirada contraria lo que quería repetir en voz alta, haciendo que se frustrara de inmediato —. No me diga, ¿también es complicado? ¿Sería lo mismo si usted escogiera a alguien más? – Taehyung asintió con culpa y poco de gracia ante la actitud cansada del omega, quien sin pensarlo mucho tomó un trozo de fruta del plato, llevándolo a su boca, haciendo un gesto de desagrado —. De acuerdo me rindo, es una persona demasiado complicada y su comida también lo es. ¿Qué es esto?

— Melón con un poco de jamón. Aunque no creo ser tan complicado como la comida.

— Es raro – tomó otro trozo más, masticando lentamente para saborearlo en su boca, el dulce de la fruta junto con el jugo de la misma hacían una combinación extraña con lo salado – ¿Por qué come algo así? Es extraño.

— No lo comas si no te gusta – lo vio fruncir su ceño como de costumbre, pensando que se molestaría y lo evitaría como siempre solía hacer el omega, mas en esa ocasión no fue así. Jungkook siguió comiendo, dando pequeños mordiscos, manteniendo el ceño aún más fruncido que de costumbre – ¿Qué haces? ¿Por qué pareces enojado con la comida? Déjalo ahí si no es de tu agrado.

— Alguien lo tiene que comer, así como usted no quiere que el príncipe se case con alguien más, yo no pienso dejar comida, aun si es rara – tomó otro trozo más, esta vez un tanto más pequeño, llevándolo a su boca, bajo la atenta mirada del alfa – ¿qué?

— Eres fascinante – Jungkook alzó una ceja mientras que no sus labios se abultaban y movían lentamente, tenían cierto brillo debido al jugo de la fruta, haciéndolos ver aún más rosados.

Definitivamente, era toda una caja de sorpresas, el omega no tenía un filtro social con el cual se detuviera a pensar demasiado lo que diría ante otra persona. No había distinción entre la servidumbre o el mismo líder y rey de un clan, cosa que el alfa agradecía. Taehyung comenzaba a sentirse encantado con aquello, pues la mayoría de personas siempre preferían callar y sobre pensar lo que dirían, en especial si era frente a él como si cuidaran sus palabras, mas Jungkook no.

Era interesante cómo le estaba mostrando una lección importante con algo tan simple. La elección de si comer o no, aun no siendo del todo agradable la comida, era similar a aceptar o no el deshacer su compromiso. Un ejemplo muy burdo para una situación compleja, pues de la unión de ambos dependía el romper con años de rivalidad entre clanes, la consolidación entre dos linajes fuertes, el romper estigmas sobre la corrupción de una línea de sangre al unirse con otros.

Quizá no debían casarse con Jimin, aún faltaban semanas para la fiesta de compromiso; además el omega había decidido que estaba en su límite con toda la situación, podrían tomar ventaja del proceso de fertilidad, el ataque en el centro de los Jeon y el encuentro con Jungkook como algo nuevo, eso que les facilitaría el camino sin obligarlos a tener un futuro aún peor.

Taehyung casi olvidó que estaba acompañado en su estudio, casi pudo perderse en sus pensamientos mientras hacía mil planes posibles con sus pros y contras, todo iba tan calmo que no pudo prever el momento en el que esa voz le llamó.

Majestad... — le había erizado los vellos de la nuca con solo una palabra y era una de las maneras más comunes que tenían para dirigirse hacia él, aquella palabra con la que todos deberían mostrar respeto ahora era utilizada para llamarle la atención, regresarlo a la realidad – Taehyung.

— ¿Uh? Yo- lo siento, me perdí por un momento, ¿qué sucede?

— Coma, no desayunó. Tiene que comer – alzó uno de los trozos de la fruta entre sus dedos frente a la boca del alfa, a sus fosas nasales llegó el aroma del melón con lo salado del jamón, pero junto a eso hubo algo más, ese extra que no pertenecía a la comida – ¿qué espera? Abra la boca y coma.

— Lo haré luego, lo prometo – el omega infló sus mejillas mientras seguía sosteniendo la comida frente al líder, enfrascándose en una absurda pelea de miradas. Coma. Aquella palabra invadió la mente del alfa, quien no pudo evitar reír, pues el cosquilleo que atravesó su cuerpo no podía ser comparado con nada que haya sentido antes.

— No se ría – Jungkook colocó de nuevo la fruta sobre el plato, llevando sus dedos hacia sus labios para lamer el jugo que se encontraba en ellos, obteniendo que el alfa alzara una ceja, ¿acaso su lobo se había complacido con esa sola imagen?

Lo vio dejar la punta de su dedo índice entre sus labios, apenas lamiendo, saboreando el jugo del melón combinado con lo salado del jamón. El solo pensamiento de ver el atisbo de la punta de la lengua del omega pasando por la yema de su dedo se le hacía algo digno de casi desconocer sus modales. No dejarse sucumbir a sus instintos nunca le había parecido un problema, no cuando pasó años recluido para mantener al margen a su lobo.

¿Por qué este omega tenía este poder sobre él? No se debía al hecho de que portara su marca, tampoco en el hecho de que mantuviera vivo el lazo de una u otra manera, esto no tenía precedente. En otra situación, él jamás habría perseguido a un omega, tampoco rogaría por mantenerlo cerca, ni qué decir el sentir la necesidad de protegerlo, aun sin tener una marca que los uniera. Quizá los días a su lado no estaban ayudando a su buen juicio, aunque si lo pensaba bien nadie se molestaba en preocuparse de esa manera por él.

No menospreciaba la dedicación de las atenciones de la señora Sunhee, de Yuna o incluso de Namjoon, pero cada uno cumplía un rol específico alrededor de él, todos tomaban una pequeña parte para protegerlo, servirle, brindar todas las comodidades, pero ¿Jungkook? En ocasiones lo veía tan perdido buscando su propio espacio en esa inmensa casa y en otras parecía ser otro habitante más de la misma.

— Jungkook...

— No me iré si eso es lo que me pedirá – se cruzó de brazos, desviando la mirada hacia otra parte del estudio, enfocando su atención en el sofá cerca de la ventana donde entraba la suficiente luz del sol, últimamente amaba tomar baños bajo el calor del día, disfrutando como no lo pudo llegar a hacer en años.

— Tengo trabajo por hacer. Si estás aquí, me distraerás.

— ¿Por qué? – no podía mencionar que su sola presencia era un deleite, que el tenerlo en la misma habitación era como despertar un magnetismo entre ellos, quería evitar un poco esa cercanía, el nivel de posesión que su lobo estaba sintiendo no era normal o sano —. Solo coma y no se queje. Me quedaré callado si tanto le molesta que hable.

— Por supuesto que no me molesta el hecho de que hables – Jungkook no puso atención a lo que murmuró, al contrario, tomó nuevamente la bandeja entre sus manos, rodeando el escritorio hasta llegar frente a la silla del alfa, haciendo que lo encara mientras le extendía la comida – ¿Si lo como te sentirás tranquilo? – el omega asintió a secas – ¿Tanto te preocupas por mí?

— No, pero debe comer, todos se preocupan por usted, si no se alimenta bien enfermará, eso es lo que dice la señora Sunhee – el alfa se rindió ante aquel argumento, definitivamente lo había convencido, no tenía hambre previo a la llegada de Jungkook, pero la conversación y el ambiente relajado le había hecho abrir el apetito.

El alfa tomó la bandeja que estaba siendo extendida hacia él, no rompiendo el contacto visual entre ambos, perdiéndose entre esos ojos cambiantes, los cuales aparentaban ser muy fríos, pero llenos de una inocencia extraña. Fue testigo del cambio entre el azul con reflejos verdes, terminando por dejar el color lila y puro en esos bonitos ojos.

Taehyung no fue consciente del porqué se había dado el cambio, tampoco fue cuidadoso en notar la tensión en los hombros del omega una vez tomó la bandeja, dejando un leve roce entre sus dedos. Jungkook tragó lentamente, estancando el aire en sus pulmones, porque estar tan cerca del alfa le hacía sentir embriagado del aroma contrario.

El cítrico combinado con la menta, era una esencia demasiado fresca, le recordaba al mismo bosque en el que había crecido, tan salvaje, puro y sin estar afectado por la destrucción de una sociedad avanzada. Todo era tan natural, el olor de Taehyung era como estar en casa nuevamente, aun sin tener una mínima parte de lo que conoció en su infancia.

El color lila se mantuvo en los ojos del omega, Taehyung notó cómo de pronto se quedó perdido en algún punto de sus pensamientos, ya no poniendo atención en su tarea de hacer que comiera y mucho menos en mantener el contacto visual, sin embargo, ni bien el alfa desvió apenas la mirada Jungkook mismo bajó del tren de los recuerdos.

— ¿Por qué no vas a otro lado de la casa mientras yo termino de trabajar? – dijo el alfa, encargándose de colocar la bandeja frente a él, habiendo movido los papeles y su laptop donde estaba trabajando.

— Estoy aburrido, no quiero ir a otro lado.

— Te aburrirás más estando aquí conmigo, necesito estar en silencio para concentrarme y así terminar más rápido – su mano se extendió hacia el omega, queriendo tocarlo, en un impulso completamente inconsciente, el cual pudo contener el retraer lentamente su brazo – no tardaré, lo prometo.

— Puedo estar en silencio.

— Jungkook, no puedo pedirte algo como eso, no es solamente el silencio... es- – lo vio fruncir el ceño, para luego sentarse en el suelo en posición de loto, al lado de su silla – ¿qué haces?

— Me quedaré quieto y en silencio aquí hasta que termine de trabajar – se veía inusualmente adorable e inofensivo, nadie pensaría que detrás de esa mirada casi angelical se escondía una bestia salvaje capaz de derribar a un alfa de un solo golpe y no dudaba que también aquellas bonitas manos estuvieran manchadas de sangre de muchos más.

Necesitaba saber qué era el omega, si es que verdaderamente era uno o bien se trataba de otra jerarquía. Taehyung no dudó en pedir al doctor Park hacer la evaluación de Jungkook, mas este le había mencionado que necesitaría una muestra de sangre para realizar y la sola mención de eso hizo que el alfa perdiera las esperanzas de obtener una pronta respuesta.

Debía tomar en cuenta el lugar donde había salido el omega, todos los abusos médicos que recibió y adicional a eso el maltrato que pudo haber tenido. Con el pasar de los días comenzaba a tomar confianza, ahora sabía que nadie lo lastimaría estando en su habitación, nadie le obligaría a tomar un baño si no lo quería o a utilizar esposas para andar libremente por la casa.

La libertad le sentaba de maravilla, aunque el anhelo en sus ojos nunca dejaba de reflejarse y Taehyung deseaba conocer eso que tanto pensaba, eso que le hacía observar por horas el horizonte, hacia el muro, donde al buen juicio del alfa no encontraría absolutamente nada más que peligro.

— Majestad, ¿le molesta que no obedezca?

— Lo dices porque siempre terminas haciendo lo que quieres – Jungkook apenas hizo un sonido afirmativo, seguido de un suspiro, la tensión en su cuerpo fue notorio para el líder – creo que es parte de tu naturaleza ser así.

— ¿Desobediente?

— Libre y quiero que siga siendo así, que te sientas libre de hablar, pedir o hacer lo que quieres, aunque en ocasiones también debes aprender a discernir cuándo llevar a cabo las cosas.

— Okay, entonces no se molestará en que me quede el resto de tiempo que se quede aquí – Taehyung soltó una risa nasal, negando ante lo mencionado.

— Pensé que solo esperarías a que comiera – el omega negó frenéticamente, poniendo una expresión casi de desinterés por hacer otra cosa que no fuera estar ahí —. Si te quedas aquí no podré darte mi atención.

— Me basta con su compañía, he estado mucho tiempo solo – mordió su labio inferior intentando que sus palabras no salieran tan atropelladas como habían sonado a un principio, quizá tratando de ocultar la súplica en ellas – prometo no ser una distracción.

El líder no era fanático de tener personas a su alrededor, ni siquiera al mismo Kim Namjoon le dejaba estar tanto tiempo a su lado. Ni hablar de esos momentos donde necesitaba concentración absoluta para revisar papeleos importantes del clan, en ocasiones recibía documentación para toma de decisiones, archivos confidenciales, así que tener a alguien justo ahí no era parte de su plan habitual.

Aun considerando todas las posibilidades, movido por algo que estaba fuera de su control, cedió solo un poco a la petición de Jungkook. Asintió como única respuesta hacia aquel pedido del omega, quien lo observó ponerse de pie dirigiéndose hacia la estantería de libros.

El mismo Jungkook se sintió curioso ante la falta de palabra del alfa, colocándose de pie para poder observar perfectamente lo que estaba haciendo. Taehyung miró hacia la estantería, tenía libros de toda clase, desde los aburridos hasta novelas de grandes escritores, dio un vistazo hacia el omega mientras le daba vueltas a sus pensamientos para por fin decidirse en tomar uno de ellos.

Sonrió de lado al recordar el momento en el que le fue entregado aquel libro, las tardes de lectura, algunas dudas con las que invadía a sus Nanas y otras que prefería resolver con su padre, fueron solo algunos de sus recuerdos al sostener aquello entre sus manos. Caminó con pasos elegantes y un tanto apresurados para regresar con Jungkook, quien mantenía ese brillo expectante en sus ojos, aunque eso no le evitó alzarle una ceja para seguido fruncir su ceño.

— Toma – le extendió el libro. La portada era de color rojo sangre, con algunos relieves en el lomo y la insignia del clan Kim en la portada, resaltada con detalles dorados.

— ¿Qué es esto?

— Un libro – mencionó con obviedad dejando el objeto sobre las manos del omega, quien no quitaba la expresión de confusión – ¿sabes leer? – Jungkook no puso atención a la pregunta, pues se encontraba demasiado concentrado en las letras del título, las cuales estaba repasando con la yema de su dedo índice. En su mente se encontraba deletreando cada una de ellas para poder comprender – ¿Jungkook?

— ¿Uh?

— ¿Puedes leer?

— Algo – se encogió de hombros, no importándole la expresión del alfa y regresando su atención hacia el libro – Cuen- cuentos in– infi–

Cuentos infantiles – la mirada de Jungkook estuvo cargada de reproche y el alfa le pareció gracioso que le retara con solamente un gesto.

— Ya lo sabía.

— ¿Ah, sí?

— Sí, solo soy un poco lento para leer – no pudo evitar chasquear la lengua al ver cómo el alfa mordía su mejilla interna para evitar reír, ¿acaso intentaba burlarse de él? –. No he practicado en un tiempo, eso es todo.

— Bueno, podrías hacerlo ahora con este libro mientras yo estoy trabajando, así no te aburrirás estando aquí.

— Si leo esto me dejará quedarme – el alfa asintió como respuesta seguida de una murmuración afirmativa. Jungkook observó nuevamente el libro, mordió su labio inferior, sintiéndose nervioso de pronto al no saber con qué fin le estaba dejando hacer aquello, sin embargo, el omega no era alguien que evitara tomar retos, su instinto competitivo había despertado por una extraña razón –. De acuerdo, leeré.

Taehyung se sentía satisfecho al notar que Jungkook recibía el libro con un poco de entusiasmo el cual intentaba ocultar, necesitaba verlo cómodo para que su lobo no estuviera irritado, le gustaba saber que el omega estaba tranquilo bajo su cuidado y el hecho que lo buscara quizá le hacía hinchar el pecho de orgullo.

Lo vio comenzar a leer aún estando de pie, dando algunos pasos en puntas, caminando de un lado al otro, ensimismado en su lectura, tartamudeando las palabras, callando de vez en cuando al no recordar una letra o bien en el momento que se le dificultaba pronunciar una palabra. En ocasiones alzaba la mirada hacia Taehyung, quien fingía no estar poniendo atención, sin embargo, le bastaba con apenas echar un vistazo para calmar su curiosidad.

Sus miradas se cruzaron en más de una ocasión, teniendo como respuesta algunos gestos con sus cejas, uno que otro ceño fruncido por parte del omega, y medias sonrisas por parte del líder, quien en voz baja lo alentaba a seguir con su lectura. Era como si le felicitara constantemente o bien estuviera atento a sus fallos para ayudarle en la pronunciación, pues Jungkook podía escuchar claramente cuando Taehyung repetía lo que él intentaba leer.

Jungkook se sentía en un ambiente nostálgico, recordaba los pocos libros que su madre tenía en casa con los cuales le enseñaba a leer, sin embargo, aquel pasatiempo era simplemente para hacer pasar el tiempo más rápido mientras la beta regresaba a casa.

¿Taehyung también lo estaba distrayendo de esa manera? ¿Desaparecería de su vista ni bien se adentrará más en la lectura? Movido por sus instintos y quizá por algo más, cerró el libro con un poco de fuerza, hizo desaparecer sus labios en una fina línea mientras observaba al alfa escribiendo algunas cosas y comiendo uno que otro bocado de comida.

— ¿Por qué te detuviste? – cuestionó sin dirigirle la mirada, la voz del omega se había convertido en su nuevo ruido blanco favorito, estaba completamente concentrado gracias a los tartamudeos, aunque tan pronto como se detuvieron más de lo usual le pareció algo extraño, digno de atraer de nuevo su atención hacia Jungkook – ¿Qué ocurre, no sabes cómo seguir la lectura?

— ¿Se irá?

— ¿Qué?

— Pregunto si esto – señaló el libro entre su mano, aun manteniendo su ceño fruncido – se trata de una distracción para dejarme solo.

— ¿Por qué haría eso? Estás en mi estudio, este es el único lugar al que iría para dejarte solo, lo sabes muy bien – lo vio abultar sus labios, como si pensara muy bien sus palabras hasta que pronto Jungkook asintió, quizá afirmando algún pensamiento.

El omega se decidió finalmente a no ser engañado por el alfa, si él estaba decidido a que Taehyung fuera su compañía en esa casa haría que durará lo más que fuera posible. Quizá podía parecer demandante, caprichoso, impulsivo y poco maduro de su parte, pero quién podía culparlo. Había estado solo durante su adolescencia y parte de sus inicios a la adultez.

Sus pasos no dudaron en acercarse al alfa hasta llegar nuevamente a su lado, le observó fijamente, Taehyung llegó a pensar que le pediría algo así que giró su silla para concederle lo que sea que fuera a pedir. Se sorprendió cuando el libro fue dejado sobre sus piernas, casi reclamó por aquello, pensando que el omega le estaba devolviendo su intento de distraerlo, pero se quedó estupefacto al ver cómo se sentaba en posición de loto nuevamente.

Tomó el libro entre sus manos y aun dudando de sus propios movimientos, apoyó su cabeza en la pierna izquierda del alfa, quien estaba estático en su sitio, no podía seguir trabajando como lo estaba haciendo previamente, pero tampoco pensaba quitar a Jungkook de esa posición tan íntima, ¿acaso el omega estaba aceptándolo como su compañía?

La voz melodiosa volvió a invadir el eco del lugar, llenando los oídos del alfa con los tartamudeos constantes que iban disminuyendo con el correr de los minutos. Se sentía bien, era como compartir su intimidad con alguien más, no era invasivo, tampoco algo que incomodara, así que siguiendo los actos del omega, Taehyung retomó de nuevo el trabajo, esta vez tomando los documentos del escritorio entre sus manos.

— Majestad – Taehyung hizo apenas un sonido afirmativo para darle a entender que lo escuchaba – ¿Por qué necesita casarse con el príncipe Jimin?

— Porque no quiero que nadie lo lastime.

— Eso no fue lo que pregunté – frunció su ceño, regresando la mirada hacia el alfa, quien aún estaba leyendo aquellos papeles, sin embargo, había algo que Jungkook no notó en un primer instante y eso era la mano de Taehyung sobre su cabeza, acariciando ligeramente, ¿acaso era una especie de animal para ser tocado de esa manera? – Majestad...

— Mhm.

— ¿Por qué necesita casarse con el príncipe? ¿Por qué un rey debe casarse?

— Porque es mi deber como rey.

— ¿Casarse? – Taehyung no pudo evitar reír bajo al escuchar el tono que utilizó Jungkook al cuestionar aquella respuesta, quitando su mano del cabello ajeno – es tonto. Usted es un rey, ya tiene a su cargo mucho, no necesita poder, ¿cierto?

— Cierto.

— Entonces...

— ¿Por qué de pronto te interesa tanto eso? Creí que el tema estaba más que olvidado.

— Usted lo olvidó, pero yo no – frunció su ceño al sacar a la luz como si se había percatado del alfa desviando el tema para no seguir con ello –, pero no lo pregunto por eso, es porque aquí dice esto – señaló la página del cuento que estaba intentando leer, notando el dibujo de una boda – aquí dice que el príncipe se casó con la doncella para ser Rey. Usted ya lo es. No necesita a otra persona para mandar.

Taehyung se sintió en una encrucijada, ciertamente él no necesitaba casarse, pero debía hacerlo para mantener un linaje, para dar seguimiento a una línea de poder, si no existía algo como esto, entonces todo por lo que su familia había luchado se perdía en una sola generación, pero ¿cómo explicarle algo como eso a Jungkook?

— Tienes razón, no necesito casarme con Jimin – lo vio sonreír satisfecho cuando escuchó aquello, aunque ese gesto se desvaneció con lo siguiente que salió de los labios del líder – debo hacerlo para que exista un heredero al trono del clan.

— Obligará al príncipe para...

— No, eso no pasará...

— ¿Lo promete?

Estaban sumergidos en un ambiente de complicidad, con Jungkook, observándolo de una manera poco agresiva, mientras que cerraba el libro para dejarlo a un lado, sin cortar el contacto visual, estando concentrado en el alfa, quien asintió como respuesta a su cuestionamiento. Quizá no conocía del todo al príncipe de los Park, pero había escuchado lo suficiente como para saber que solo era un poco molesto, irritante, parlanchín y extravagante, pero eso no le quitaba que fuera una buena persona.

Aún no encontraba su propio lugar en esa enorme casa, tampoco sabía si quería regresar a su hogar, o lo que una vez llamó hogar, necesitaba encontrara a su madre, saber que el resto de personas que conoció estaban bien, aunque, por otra parte, no quería abandonar esa calidez en la que lo albergaba Taehyung.

Sabían que tenían un tema pendiente de tratar, ambos estaban seguros de que toda esa conversación los llevaría a diferentes situaciones, posiblemente Jungkook terminaría huyendo, quizá Taehyung despreciaría la naturaleza del omega como el resto de personas, lo cierto era que entre más aplazaban aquello, más se sentían aprensivos.

¿Qué pasaría si no revelaba de dónde provenía? ¿Qué tal si nunca se enteraba de lo que había vivido? ¿Aún lo protegería? ¿Aún pensaría en él como alguien de su agrado hasta el punto de hacer que todos a su alrededor lo trataran bien?

Tantas preguntas con infinidades de respuestas de las cuales no estaba seguro en querer escuchar y al mismo tiempo se sentía hambriento, impaciente como un niño por saberlo todo. Taehyung comenzaba a notar ciertas características particulares de Jungkook, eso que lo hacía completamente diferente frente a todos, eso que siempre dejaba a más de uno impresionado a primera vista, ahora podía hacer consciente que el cambio en los ojos de Jungkook no solo se debía a ciertos cambios en la luz, también era debido a las emociones del omega.

Quería poder descifrar el enigma que era Jungkook, todo en su ser le llamaba a saber más, al menos hasta donde el omega permitiera. Quizá habría logrado algo de eso, un acercamiento más y tendría la suficiente confianza para cuestionar ciertos temas, sin embargo, hubo algo que ambos percibieron, incluso antes de escuchar los golpes en la puerta del estudio del líder.

— ¿Líder? – la voz de Namjoon atravesó la madera, haciendo que Jungkook gruñera bajo, la presencia del alfa siempre significaba tener un enfrentamiento poco amigable, donde el omega se negaría a responder, hablar e incluso dirigirle la mirada al mayor – ¿puedo pasar?

Otro gruñido más escapó de Jungkook haciendo que el líder le alzara una mano frente a su rostro, los ojos del omega se ampliaron al pensar que obtendría un golpe por su forma de comportarse, mas lo único que obtuvo fue una señal para que hiciera silencio, mientras él volvía a estar en una posición encarando al frente y entre gestos le pedía que se quedara quieto en su sitio.

El enorme escritorio ocultaba perfectamente el cuerpo ajeno, bastaba con que se mantuviera quieto, pero Jungkook no perdió el tiempo en meterse por debajo del pequeño espacio donde se encontraban las piernas del alfa, donde decidió esperar a que lo que fuera que ocurriera entre ambos alfas se diera mientras él seguía con su lectura.

Siempre silencioso, quieto, esperando a salir en el momento oportuno y no ser notado por nadie más...

— Adelante – Taehyung tragó largo y duro luego de dar aviso para que Namjoon ingresara de una buena vez, quien no tardó en hacer notar su característico semblante serio frente a su líder, el cual se veía curiosamente extraño – ¿qué ocurre?

— Es lo que yo debería preguntar – mencionó con obviedad, deteniéndose unos cuantos pasos antes de llegar al escritorio, alzando una ceja cuando el líder pareció tensarse con su cercanía – ¿todo bien con el trabajo? Pensé que había revisado esos papeles sin encontrar nada que te incomodara.

— ¿Uh? – Namjoon señaló con un gesto leve los papeles que se encontraban esparcidos por el escritorio, mientras que Taehyung drenaba su ansiedad con la pluma entre sus dedos, dándose cuenta por fin de lo obvio que estaba siendo – Oh, te refieres a esto. No, todo está bien, solo no esperaba tenerte aquí tan pronto.

— Me pediste estar aquí poco antes del almuerzo para hablar sobre el tema de las manadas al otro lado del muro – aquello provocó que Taehyung maldijera internamente, porque cierto alguien parecía estar interesado en la conversación, cierto omega que en cuanto escuchó la palabra manadas y muro dejó de lado su lectura –. Creí que estabas interesado en escuchar lo que está ocurriendo.

— Lo estoy, pero no ahora – casi pudo escuchar el gruñido de Jungkook haciendo eco en todo su estudio, sin pensarlo llevó su mano hacia el rostro del omega, quien evitó a toda costa ser tocado o incluso simplemente rozado por el tacto contrario – creo que no es un buen momento.

— ¿Por qué?

— Hay otras cosas importantes que debemos hablar, como el hecho de la nueva guardia o el hecho que el líder Jeon haya aplazado un poco su estadía aquí en la frontera.

— El líder Jeon partió de aquí hace dos días con la Luna Jeon – Namjoon extendió un pequeño reporte para que fuera tomado por el alfa, quien no dudó en ponerse de pie para recibirlo, casi pasando encima del escritorio, el mayor ignoró todo aquello intentando concentrarse en su trabajo, mientras su líder comenzaba a leer –. Tal parece que después del alboroto en el recinto hicieron un protocolo de seguridad, y desde entonces ha sido restringido el paso para todos.

— ¿No han habido entradas al territorio?

— Nuestros guardias mencionan que durante todo este tiempo el único auto que salió fueron los de los líderes junto con sus escoltas – Namjoon ignoró la tensión en el cuerpo ajeno, e incluso el líder Kim se obligó a sí mismo a no ser tan obvio con la situación – ¿Jungkook estuvo aquí? – cuestionó el alfa luego de olfatear a penas recibiendo un gruñido por parte de Taehyung.

— ¿Por qué preguntas?

— Huele demasiado a él. No lo he visto por toda la casa o por los jardines.

— Está en su habitación – el mayor alzó una ceja ante el tono de voz que había utilizado el líder – quiero decir, asumo que debe estar ahí y en cuanto a su olor, es solo cosa tuya.

— ¿Por qué te pones tan a la defensiva cuando intento hablar sobre él? No es como si tuviera algo en su contra, quiero decir, es extraño que esté aquí bajo tu cuidado de un día para el otro, pero eso no quiere decir que no se convierta en uno más de nosotros.

— Lo sé, por eso mismo te pedí que trajeras más escoltas.

— Lo hice, de hecho están en el área de entrenamiento esperándote para que los evalúes.

Taehyung finalmente se echó hacia atrás en su asiento, apenas moviendo su silla, despegándose del escritorio, teniendo la mirada fulminante del omega, quien aún no comprendía por qué lo había mandado a callar, en especial no entendía la razón para que él fuera un tema de conversación tan recurrente.

— Todos estamos esperando tus órdenes para regresar a casa – los ojos de Jungkook se ampliaron apenas ante la noticia, ¿acaso lo dejaría solo después de todo ese tiempo juntos? – sé que esperaríamos a que ocurriera algo con el tema del recinto, pero no hemos obtenido nada. Los Jeon regresaron a su territorio en la capital, nosotros también deberíamos hacer lo mismo.

El líder notó la expresión de Jungkook, parecía estar en una encrucijada, casi pudo leer sus intenciones de salir corriendo de ahí, sin embargo, lo detuvo encerrándolo con facilidad dentro del pequeño espacio del escritorio y sus piernas. El omega parecía una bestia enjaulada, necesitaba respuestas sobre todos los pensamientos que estaban surgiendo en su mente, ¿lo dejaría? ¿Lo abandonaría? ¿Qué haría con él? ¿Se atrevería a devolverlo ahora que no le era de utilidad?

— Taehyung no podemos quedarnos más tiempo aquí, lo sabes.

— Sé muy bien eso Namjoon hyung, es solo que...

— ¿Es por Jungkook? – cuestionó sin más el mayor, notando la mirada desesperada de su líder, quien ni siquiera le estaba dirigiendo la mirada, como si se sintiera culpable por algo – ¿crees que sea peligroso? Es por eso que no has desplegado la incursión al muro.

— No es por eso.

— Entonces qué es, dijiste que si no ibas tú, me enviarías con el equipo de seguridad, hemos estado esperando esto desde hace años, ¿por qué nos detienes? ¿Qué temes encontrar ahí?

— No quiero que te hagan daño, a ti, a mí, a Jimin o a todos los que están bajo mi cuidado por esta misión suicida de acuerdo. Es imposible no pensar en la última vez que fuimos.

— Éramos más jóvenes e inexpertos.

— Y eso nos llevó a que las manadas salvajes del otro lado del muro atacaran a mi padre. Nos emboscaron...

— Sabes muy bien que la muerte de tu padre no fue provocada por eso.

Taehyung dio un golpe en el escritorio, uno tan fuerte que sobresaltó a Jungkook y Namjoon, este último casi detestando despertar el mal humor del líder, pues sabía que el tema era un poco sensible, aunque no había reaccionado así ni una sola vez desde que el plan comenzó a idearse. El cambio de actitud empezó desde que el omega llegó a la casa y no podía dejar de pensar que quizá Taehyung estaba ocultando algo.

— Mi padre viajó hasta aquí cuando escuchó que yo me infiltré en la misión, y un día después de decirme que era una completa decepción como futuro líder, terminó muerto por hacer una revisión del lugar en el que casi morimos.

— Sabes muy bien que las manadas salvajes no tienen piedad por nosotros...

Cansado de escuchar todas esas palabras, no queriendo ser testigo del oído que posiblemente Taehyung tenía contra las personas detrás del muro, finalmente Jungkook, en un arrebato, salió de su escondite, dejando a ambos alfas con los ojos abiertos, uno más sorprendido que el otro por la presencia del omega que sin dudar dio un gruñido hacia Namjoon cuando este amagó decir algo.

El líder sintió un aura diferente emanando del omega a quien tenía frente a él, dándole la espalda, encarando a Namjoon, para luego mirarlo por sobre su hombro con esa mirada de desprecio. Algo en su pecho dolió al notar que esos bonitos ojos se convertían en un torbellino cambiante, llenos de odio, de sufrimiento y quizá algo más que no pudo explicar.

— Las manadas detrás de su estúpido muro no tienen ni idea de quienes son todos ustedes – mencionó sin más el omega en un tono golpeado, casi obligando a los alfas a mantenerse en silencio – no saben que hay clanes, reyes, príncipes y cuanto nombre existe aquí. Tampoco buscan lastimarlos...

— ¿Cómo sabes eso? – Namjoon mantenía su ceño fruncido, con su mirada cuestionando a Taehyung por la presencia de Jungkook en el lugar, sin embargo, el líder estaba perdido en el omega – nos han atacado muchas veces.

— Solo en defensa propia – discutió aquello, en su voz comenzaba a notarse cierto tono bajo, bastante conocido para Taehyung, quien solo quería escuchar más de lo que estaba por decir el omega – ellos solo quieren proteger a sus mandas, a los omegas y niños... Ellos solo responden a sus ataques constantes.

— ¿Qué ataques? Nuestro clan solo ha hecho incursiones para saber lo que ocurre al otro lado y siempre hemos terminado con heridos y algunos muertos debido a peleas salvajes.

— Namjoon – la voz del líder hizo que ambos volcaran su atención en él, quien se colocó de pie, saliendo de ese espacio. Dejó a Jungkook estar detrás del escritorio porque había notado lo nervioso y agresivo que se estaba poniendo, sí, era su culpa por tratarlo de esa manera. La naturaleza del omega era responder conforme al ambiente, si era hostil él lo sería más, si era un ambiente de diálogo cedería con mayor facilidad – porque en vez discutir, lo escuchamos. Jungkook, por favor, ¿puedes explicar por qué sabes todo esto?

— Porque yo provengo de ahí.

Definitivamente, el alfa adoraba la frescura de la franqueza de Jungkook, aunque en esos momentos habría preferido que fuera un tanto más sutil si es que esa palabra existía en el escaso vocabulario del omega. Por su parte, Namjoon no podía creer lo que había salido de los labios contrarios.

Todo era muy confuso y al mismo tiempo no, pues si Jungkook provenía del otro lado del muro y ellos lo habían encontrado en el recinto de los Jeon, posiblemente todo ese movimiento hostil del otro lado del muro se tratara de un ataque en defensa propia. ¿Cuántas veces los Jeon habían tomado personas del otro lado? ¿Serían solo omegas? ¿Había más? ¿Qué sucedía con todos los reportes sobre los lobos salvajes?

— ¿Quieres decir que tú...?

— Yo nací en ese lugar que tanto odio parece tener, rodeado de las manadas salvajes.

— Pero, ¿cómo es posible que...? – Namjoon calló su propio argumento cuando entendió que Jungkook también era una víctima en todo eso – Jungkook, ¿cómo llegaste al recinto?

— Creo que eso está muy claro. Me raptaron, me tomaron porque creyeron que podrían encerrarme por ser diferente, siempre mencionando que era una bestia salvaje por nacer en ese lado del muro, pero siempre se aprovecharon de mí – sus palabras estaban cargadas de veneno, completamente dirigidas hacia Taehyung –. Si me va a odiar por mi lugar de nacimiento, prefiero que se ahorre sus palabras, majestad. Para esto me quería aquí, ¿para guiarlo a las manadas salvajes?

— ¿Qué? No, por supuesto que no diría o haría algo contra ti – Taehyung intentó acercarse de nuevo a Jungkook quien le gruñó de inmediato – por favor, me conoces no es necesario que tomes esta actitud...

— Hace un momento estaba hablando con odio de todas las personas que están del otro lado.

— Tú también has despreciado a quienes estamos de este lado – atacó el líder sin medir sus palabras, sin detenerse un segundo a pensar en Jungkook como parte de ese mundo desconocido, solo tenía en sus pensamientos las personas que le importaban, siendo atacadas sin motivo aparente. Pronto pudo notar los colores intensificándose en los ojos de Jungkook – no es lo que quise decir... no lo dije con esa intención.

— Si eso es lo que piensa, entonces ¿por qué no dejó que escapara antes? ¿Por qué molestarse en convencerme de que era diferente?

— Porque lo soy.

— ¡No es cierto! Es igual a todos a cada uno de ellos, mencionando que somos salvajes, sintiéndose con la libertad de lastimarnos, porque no sentimos, porque somos diferentes – el líder amagó dar un paso hacia delante, sintiéndose desesperado – No se acerque. Regrese al lugar al que pertenezca y déjeme tranquilo, a todos.

— ¡Jungkook!

Era inevitable que aquello terminara diferente después de ese breve encuentro, no cuando todo se había vuelto una enorme bola de nieve amenazando con destruir todo a su paso y Jungkook era una pared gigantesca lo suficientemente fuerte como para detener o hacer que todo explotara de la manera en la que lo hizo.

Namjoon detuvo a Taehyung de salir corriendo detrás del omega, mencionando que él intentaría conversar con Jungkook, ya que no se veía del mejor ánimo para hablar con el líder y para empezar, él había provocado el malhumor en ambos. El mayor no se molestó en retrasarse mucho más en la conversación y de la misma manera en la que Jungkook dejó el estudio, él lo imitó.

El alfa intentó pensar de manera rápida las posibilidades de dónde podría haber huido, si sus sospechas eran ciertas, el jardín sería la primera opción, así que ni lento ni perezoso avanzó por el pasillo para llegar hasta la cocina, donde efectivamente encontró un poco de revuelo ajeno al usual.

La escena que estaban protagonizando todos parecía confuso, algunos conmocionados, otros siguiendo con sus tareas, unos aun esperando saber lo que había ocurrido y como cereza del pastel, Taemin sostenía entre sus brazos a una muy sonrojada Lia, quien apenas estaba aferrada a la ropa ajena, mientras que el resto del personal veían a través de la ventana.

— ¿Le sucedería algo? – cuestionó uno de los cocineros, quien apenas estaba saliendo del trance en el que los había dejado el arrebato del omega que llegó arrasando con todos.

— Mi niño se veía molesto – la señora Sunhee apretaba un limpiador entre sus manos mientras seguía observando hacia afuera.

— Taemin-ssi, podría soltarme por favor – susurró Lia, aun sintiéndose avergonzada, pues el haberse cruzado en el camino de Jungkook la llevó a caer en brazos del alfa, quien no se preocupó por salir corriendo detrás del omega, no se arriesgaría a tener otro golpe en la nariz cuando aún estaba recuperándose.

— Sí, lo lamento, ¿te encuentras bien? – la omega asintió mientras que se arreglaba las falsas arrugas del atuendo. Un carraspeo por parte de Namjoon fue suficiente para hacerse notar obteniendo la atención de todos los presentes, quienes hicieron una reverencia – Namjoon-ssi.

— Saben dónde puedo encontrar al revoltoso omega que provocó todo este desastre.

— Namjoon–ssi, ¿ocurrió algo malo? – cuestionó de inmediato la omega mayor, quien se notaba preocupada por la actitud de Jungkook. Kim Sunhee tenía cierto afecto por el menor quien le hacía recordar a un pequeño cachorro descubriendo el mundo.

— No diría eso, señora Sunhee, es solo que Jungkook es un poco...

— ¿Salvaje? – cuestionó Taemin mientras tomaba asiento en una de las sillas, recibiendo más de una mirada de reproche y restando importancia mientras intentaba meterse una fresa a la boca, acto que no le fue permitido por la omega mayor quien le propinó un golpe en el brazo – ¿qué?

— Eso es muy irrespetuoso de tu parte Taemin-ah. Jungkook es un invitado del líder y merece el mismo respeto que todos aquí – el alfa se quejó en silencio ante la manera en la que la Sunhee defendía al nuevo integrante – si recibiste ese golpe en la nariz bien merecido lo tenías.

— Intentaba escapar.

— Tú lo perseguías.

— Podemos olvidar el asunto de Taemin, por favor, y responder a mi pregunta – mencionó un tanto exasperado Namjoon, masajeando el puente de su nariz, obteniendo una respuesta unánime.

— Jardín.

El alfa agradeció de inmediato, comenzando su andar hacia la puerta del jardín, lo primero que le recibió fue el aroma de cierto omega, el cual se había recluido a sí mismo durante los últimos días. Le traía un poco de paz el verlo en otro ambiente, al menos sabía que el mal rato estaba pasando, quizá ahora podrían razonar con él respecto al tema de romper su compromiso. Jimin se encontraba debajo de la sombra de uno de sus árboles favoritos, en una sesión de lectura, la cual parecía no tener el resultado que esperaba.

Namjoon vaciló entre ir por uno u otro omega, decidiéndose en solo ir al encuentro del príncipe para saber si se encontraba bien. El calor del medio día era glorioso, en especial en la frontera del norte, donde los días solían ser demasiado fríos y la luz del sol nunca era suficiente para ser tan abrasador, el hecho de que el verano estuviera a la vuelta de la esquina hacía más soportable todo aquello.

— Hola, ser extraño – la voz del alfa fue ronca, con la respiración agitada, cosa que llamó la atención de Jimin quien levantó apenas la mirada – pensé que no saldrías de tu habitación hasta que nos fuéramos.

— Era el plan, pero está haciendo un día perfecto como para desperdiciarlo – el omega parecía estar desinteresado en la presencia contraria, regresando a su lectura poco interesante, sin embargo, el notar que el alfa no daba su brazo a torcer o al menos en dejarlo a solas tuvo que conceder de nuevo su atención – ¿qué te trae por aquí?

— Un omega fugitivo con el cual tuvimos un encuentro poco agradable. ¿Lo has visto? – Jimin negó de inmediato, sonriendo divertido ante la actitud desesperada de Namjoon, sabía que el alfa detestaba perseguir personas, en especial si se trataba de alguien que no quería ser encontrado. Aquello le recordó mucho a sí mismo y a Taehyung escapando de sus responsabilidades.

— Jungkook es bastante temperamental, ¿no es así?

— Lo dices porque conoces esas actitudes – el gruñido de Jimin le pareció gracioso a Namjoon – tienen eso en común, les encanta ser el centro de atención de Taehyung.

— Yo no busco ser el centro de atención de una sola persona, mucho menos cuando esa persona parece no tener intenciones de buscar mi atención – dejó de lado el libro con el cual buscaba distraer su mente de la conversación con su madre, esa que le había estropeado la mañana debido a la cancelación de todo lo que rodeaba el compromiso –. ¿Ahora por qué está huyendo?

— Tal parece que Jungkook pertenece a las manadas del otro lado del muro – el jadeo contrario hizo que Namjoon asintiera como única respuesta, no entrando en más detalles, desviando la mirada hacia el jardín, esperando encontrar algún rastro del omega, las alarmas de seguridad no se habían activado por lo que podía decir que aún se hallaba en la residencia –, fui muy inoportuno al igual que Taehyung al decir que son salvajes y que debíamos atacarlos.

— Alfas, siempre soltando palabras al aire sin tener cuidado o saber si lastimaran a los otros, en especial ustedes dos, lobos salvajes del bosque – la mirada de Namjoon fue imposible de ocultar su desconcierto mientras veía como el omega se colocaba de pie – ustedes dos están tan acostumbrados a tratar con guardias, personal que solo acata órdenes que no cuidan sus palabras con el resto del mundo. Apuesto que Jungkook se siente herido por lo que sea que hayan dicho, ¿siquiera sabes dónde está? ¿Tae lo está buscando?

— De hecho yo le dije que lo buscaría.

— Qué buen trabajo estás haciendo en buscarlo. Hablando aquí conmigo, seguro que lo encontrarás – se sacudió el falso polvo de sus pantalones, se colocó los zapatos que había dejado de lado en la manta donde se encontraba sentado y finalmente regresó a encarar a Namjoon – déjame esto a mí. Yo hablaré con él, si las cosas pasaron como dices lo único que lograras es que se moleste más y será peor. Déjame esto a mí.

— Como es de esperarse del próximo luna del clan, siempre resolviendo los conflictos y crisis.

— No seré Luna, al menos no de este clan hyung – lo detuvo de mencionar cualquier reproche, acallando al alfa con un simple gesto de su mano – hablaremos de eso después, ahora déjame buscar a su omega fugitivo, ¿sí?

— ¿Seguro que quieres hacer eso?

— Por supuesto que sí.

La sonrisa que tenía el omega en el rostro no le pareció buen augurio a Namjoon quien dudó de las intenciones contrarias, sin embargo, no pudo renegar de eso, pues Jimin comenzó a andar por el jardín, llegando hasta uno de los jardineros que estaban podando los arbustos. Posiblemente, cuestionando si habían visto a Jungkook en ese lugar, obteniendo una respuesta confusa.

Por su parte, Jungkook estaba maldiciendo el hecho de que Taehyung tuviera razón al decir que debía utilizar zapatos para salir al jardín, pues ahora nuevamente se había lastimado el pie.

Tonto Kim Taehyung. Tontos zapatos. Tontas piedras del jardín que tenían algo en contra de sus pies descalzos. Aún se estaba quejando en su interior, cuando pudo escuchar los gruñidos de lobos a lo lejos, sabía perfectamente que había tomado el camino correcto que lo llevaría hacia el área de entrenamiento de los escoltas del clan. Aunque nunca se había molestado por ver ese lugar, un aroma en particular fue lo que le impulsó a hacerlo esta vez.

Se sacudió el polvo de la planta de su pie, llevó su dedo hacia su boca para comenzar a dejar la suficiente saliva en él para así curar la herida pequeña que le causaba incomodidad al caminar. Rozó la yema de su dedo en toda la extensión, dejando el rastro del líquido con cuidado, sintiendo el ardor característico, el escozor en su piel, sin embargo, fue suficiente para que cerrara la herida sin dejar alguna cicatriz importante. Una vez se aseguró que todo estaba bien, volvió a ponerse de pie para comenzar a andar hacia esos sonidos salvajes.

No tardó tanto en encontrar a los causantes de todos esos ruidos, efectivamente eran lobos, peleando de manera formidable, enfrentándose unos con otros en un entrenamiento extenuante, mientras que algunos escoltas se encontraban realizando un círculo alrededor de ellos, con las manos en la espalda, en una posición que les permitiría actuar ante cualquier emergencia. La vista de Jungkook se nubló en lágrimas al notar cierto rostro conocido.

Tenía el labio partido, con un poco de sangre secándose apenas, otro rasguño más en la ceja el cual parecía bastante reciente debido a algún enfrentamiento. Jungkook avanzó de inmediato al notar que Yohan se encontraba herido, no importándole que el resto de guardias lo miraran paseando por ahí, ni siquiera se tomó la molestia de evitar a los lobos cuando pasó justo en el medio del enfrentamiento.

— Hey, ¿quién eres? Este es un entrenamiento cerrado – alzó la voz uno de los segundos al mando, el entrenador principal de todos los escoltas del clan Kim – detente.

Jungkook no puso atención a las palabras del alfa, tampoco se molestó en detenerse cuando los cuatro lobos que estaban enfrentándose lo acorralaron para emboscarlo. El omega gruñó hacia todos, cosa que fue tomada como un acto de atrevimiento, los lobos no dudaron en abalanzarse sobre él, lo cual para sorpresa de todos resultó no ser un problema Jungkook.

Evitó a cada uno de ellos, el primero intentó derribarlo con su fuerza, sin tener éxito, pues el omega se movió más rápido, escabulléndose entre sus patas, tomando una de las traseras para hacerlo perder el equilibrio, utilizando su fuerza para lanzarlo contra el segundo que intentó atacarle, derribando así a dos. Yohan se colocó de pie al notar de quién se trataba, casi gritando el nombre del omega, sin embargo, supo acallar sus propios instintos y salió corriendo para encontrarse con él y así evitar que otro de los lobos atacara. El delta golpeó de lleno el hocico del último lobo que se atrevió a enfrentar al omega y pronto el resto de guardias tomaron una posición de alerta ante la actitud del nuevo recluta.

— ¡Deténganse todos en este momento! – la voz de mando de Yugyeom bastó para que el resto de guardias se detuviera, los lobos bajaron la cabeza, obedeciendo a su entrenador y muy pronto el alfa avanzó hacia el omega y el nuevo recluta – tú, Kim Yohan, qué crees que haces.

— Lo siento, señor – se disculpó de inmediato, colocando a Jungkook detrás de él, quien no dudó en gruñir ante la cercanía del otro alfa –, pero estaban atacando al protegido del líder Kim.

Aquello sorprendió a todos, en especial a Yugyeom quien no había sido presentado formalmente con el omega a quien también debía cuidar, razón por la que ahora estaba entrenando a todos los nuevos, pues debían ser tan fuertes como para poder proteger al nuevo omega, aunque con la demostración que había hecho previamente dudaba si verdaderamente necesitaba algo como un grupo de escoltas o sus guardias necesitarían cuidarse del omega.

— ¿Usted es Jungkook? – el mencionado asintió a secas, manteniendo su ceño fruncido, siendo detenido por el brazo de Yohan quien no lo dejaba avanzar para atacar al alfa frente a él –. Una disculpa por tan horrible encuentro Jungkook-ssi – el alfa reverenció frente a él sorprendiendo a todos, sin embargo, el acto fue seguido por el resto de los presentes – no sabíamos que era usted. ¿Qué lo trae aquí?

— Él – señaló sin más a Yohan quién mantenía la mirada baja, mientras que Yugyeom lo observaba, alzando una ceja.

— ¿Tiene algún problema con su nuevo escolta personal Jungkook-ssi?

— ¿Escolta personal? – el alfa asintió brevemente, Jungkook buscó con la mirada a Yohan quien mordía su labio inferior sintiéndose nervioso – no tengo ningún problema, solo quería hablar con él. ¿Puedo?

— Por supuesto.

Ni bien pronunció aquella frase, Jungkook tomó del brazo al delta frente a él, llevándolo consigo a otra parte donde podrían conversar a solas. El agarre en la muñeca del menor le hizo sentirse nostálgico, pues su hyung era un tanto rudo desde siempre y el hecho que lo estuviera casi arrastrando fuera de la vista de los otros le hacía recordar todas esas veces donde era reprendido por Jungkook al meterse en problemas o seguirlo cuando no debía hacerlo.

Llegaron hasta uno de los extremos donde los muros altos se levantaban alrededor de la residencia, por supuesto que Jungkook no dudó en acorralar al menor ahí mismo sacándole un jadeo al hacer que el cuerpo contrario chocara con la superficie dura. Lo vio fruncir su ceño, sus ojos cambiando de color a un verde intenso con destellos azules y el agarre en sus brazos parecía ser una señal de que estaba molesto.

¿Lo estaba con él? ¿Había descubierto lo que ocurría o quizá solo era...?

— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué sigues apareciendo en todas partes donde no pedí que me siguieras?

— Yo también lo extrañé, hyung.

— ¡Responde!

— Soy su nuevo escolta a petición del líder Kim – un gruñido escapó del omega quien pedía la verdadera respuesta a su pregunta. Yohan alzó las manos para no despertar la ira de su hyung – está bien, estoy aquí para cuidarlo, en serio lo hago.

— ¿Cómo llegaste aquí? – el dolor estaba plasmado en los ojos ajenos, el delta no podía decir que no odiaba ver así a Jungkook, con una mirada que decía a gritos que se encontraba aterrado, no por sí mismo, sino por él – en el recinto estabas junto con todos esos deltas ¿acaso ese era tu plan para sacarme de ahí? ¡Explícate!

— Está bien hyung, yo me infiltré en la base militar del clan Kim luego de que fue secuestrado – Jungkook mordió su labio evitando su temblor, para soltarse a llorar debido a la nostalgia que sentía de ver a alguien en su pasado – pasamos muchas semanas buscando una manera de saber en dónde estaba...

— ¿Y los otros...? ¿Están bien? ¿Mi madre...?

— Ella no regresó tampoco hyung, después del ataque, ella mencionó algo de tener una idea de dónde podría encontrarlo, pero nunca más hemos vuelto a saber de ella.

El omega soltó un sollozo seguido de un gruñido, abrazándose a sí mismo, alejándose del delta, quien lo veía con culpa al no poder traerle buenas noticias, al menos no del todo. Jungkook se sentía tan impotente, tan culpable. Su madre había desaparecido gracias a que él mismo fue raptado por aquellas personas que lo encerraron durante meses en un lugar oscuro para finalmente llevarlo al recinto.

Yohan se acercó a Jungkook para consolar, quien de inmediato aceptó la cercanía contraria, sintiendo cómo su lobo rechazaba el tacto ajeno, no queriendo estar cerca de otra persona que no fuera el alfa que había prometido protegerlo, sin embargo, el omega se obligó a sí mismo a reprimir sus instintos recordando todas las palabras de Taehyung, recordando ese odio en sus ojos, el reflejo del rojo sangre cuando mencionó que por la culpa de todos esos salvajes su padre había muerto.

Él también había sido herido por la maldad de otros, Jungkook mismo detestaba toda esa situación, los enfrentamientos, el hecho de que su paz y vida tranquila terminó en el momento que se dieron los primeros avistamientos de personas del otro lado del muro, apenas se había presentado como un omega, no podía controlar muy bien sus instintos, su madre le pedía constantemente ocultarse, pero su terquedad le costó muy caro.

— Hyung, no todo es malo, yo estoy aquí y el resto también se encuentran muy bien, todos hemos logrado infiltrarnos en los distintos clanes. Fue difícil, pero logramos encajar entre ellos – aquellas palabras obtuvieron la atención del omega quien lo encaró, dándose cuenta por fin que el dolor que estaba sintiendo en sus rodillas se debía a que en algún punto de su desconsuelo había caído sobre ellas –. Además, gracias a nuestros esfuerzos logramos saber que Sunyoung-ssi, está viva.

— ¿Mi madre...? ¿Dónde está?

— Tuvimos el reporte de que podría estar en la capital, donde están las familias principales de los clanes mayores, el clan Kim es nuestro objetivo, son los más fuertes, pueden tener más información.

— ¿Quieres decir que...? – Jungkook se negaba a sí mismo ante la idea de que Taehyung fuera el culpable de la desaparición de su madre o que siquiera fuera él quien la tenía recluida en algún lugar.

— Debemos ir a la capital, seguir al líder Kim para poder saber más.

— No, yo no iré a ningún lugar con él.

— Hyung, por favor, será más sencillo cuidarlo si estamos juntos, del otro lado del muro aún no es seguro, todos temen por sus vidas, las incursiones son más seguidas y los raptos de los omegas son aún peores, el suyo solo fue el inicio. Ahora no solo buscan una sola clase de jerarquía. Deltas, omegas e incluso betas están siendo secuestrados.

— ¿Por qué? No entiendo, en el recinto no había más omegas después de mi llegada.

— Lo sé, de hecho estamos seguros de que los han repartido en distintos lugares, pero aún no sabemos específicamente en dónde o por qué lo hacen.

— ¿Saben quienes son? – Yohan negó lentamente, pues aunque tenía poca información respecto al tema, prefería no entrar en detalles con Jungkook en ese momento, no cuando tenía datos a medias y su misión apenas empezaba.

Jungkook gruñó mientras desviaba su mirada, quitando con enojo las lágrimas que rodaban por su mejilla, negándose a tener el tacto de Yohan cuando este intentó tomarle la mano para consolarlo una vez más, esta vez el delta no insistió, conocía muy bien los límites con el omega, debía darle su espacio para que se tranquilizara y asimilara todo.

— Por favor hyung considere esto como una oportunidad para salvar a Sunyoung-ssi, quizá el líder Kim nos ayude – un gruñido acompañado de una mirada fulminante le siguió a aquel pedido – solo... puede considerarlo.

Aún estaba dudando si aceptar algo como eso. Estaba molesto con Taehyung por lo que había mencionado, no confiaba en que el alfa aceptaría algo como ayudarlo después de escuchar el desprecio que sentía hacia los suyos. Jungkook no podía evitar sentirse molesto consigo mismo por dejarse engañar por unos cuantos buenos tratos.

— ¡Jungkook-ssi! – la voz de cierto omega hizo que tanto el delta como el omega se tensaran, encontrando la mirada de Jimin quien avanzaba junto con Yugyeom – por fin te encuentro.

— Yohan, el entrenamiento no ha terminado, necesito que regreses – mencionó el alfa mayor hacia su nuevo recluta, quien de inmediato se colocó de pie, reverenciando ante su superior, dando una mirada fugaz hacia Jungkook, quien aún se mordía el labio para evitar sollozar una vez más – lamento interrumpir Jungkook-ssi.

— Está bien. Ya habíamos terminado de hablar – el omega asintió hacia el delta, quien dudó un poco al no saber muy bien qué significaba esa mirada en su mayor – sé que Yohan me cuidará muy bien cuando regresemos.

— Prometo que así será, lo entrenaré muy bien, aunque quizá el líder estaría interesado en saber que usted también sabe defenderse perfectamente – el alfa reverenció ante ambos omegas, Jimin concedió y agradeció al alfa por guiarlo hacia Jungkook – príncipe, Jungkook-ssi, nos retiraremos.

Jimin se acercó lentamente hasta donde se encontraba Jungkook, aún arrodillado, empuñando sus manos, estaba temblando, no dejaba de morder su labio inferior y eso fue algo que Jimin no pudo evitar cuestionar si todo eso se debía a la conversación que había tenido con ese nuevo escolta o bien se trataba de la discusión que tuvo con Taehyung.

— ¿Te hizo algo ese alfa? – cuestionó Jimin, no obteniendo más que una negación por parte de Jungkook, mientras cerraba los ojos con fuerza, parecía estarse debatiendo entre demasiadas cosas – ¿te lastimaste o pasó algo?

No es una alfa. Es un delta... – su voz salió un tanto rota debido a que intentaba no seguir llorando, también porque de pronto la mordida en su cuello había comenzado a quemar de manera molesta – ¿qué haces aquí?

— Bueno, tal parece que te diste a la fuga de nuevo de Tae y... – el gruñido que salió de los labios de Jungkook silenció a Jimin, no pudo reprochar la actitud contraria, pues el menor siseó por el dolor que de pronto estaba sintiendo, llevando su mano hacia la curvatura de su cuello para cubrir la herida que se sintió húmeda – hey, ¿qué ocurre?

— Nada, estoy bien – gotas de sudor rodaban por la frente de Jungkook, las mejillas de este comenzaron a tornarse más rosadas y pronto las manos de Jimin le acunaron el rostro, sintiéndose incómodo ante el tacto.

— Estás ardiendo en fiebre, será mejor que regresemos a la casa – lo vio negar mientras fruncía un poco más el rostro, no queriendo encontrarse con Taehyung – no seas terco... Lunas – el mayor jadeó al notar que la ropa de Jungkook comenzaba a mancharse de sangre – vamos, no pienso tenerte aquí con una marca sangrando.

— No. Él estará ahí... no quiero...

— Jungkook, no importa si no quieres ver a Taehyung tenemos que regresar para que revisen eso.

Verdaderamente, era terco, pues ni siquiera movió un solo músculo, tampoco se inmutó ante su cercanía en el momento en el que quitó las manos de Jungkook de la herida, la cual estaba presionando. Jimin no podía creer que de un momento a otro la mordida se encontrara tan lastimada.

— Prometo que no verás a Tae si no lo quieres, pero debemos ir a la casa para que la señora Sunhee revise esto.

— Se preocupará mucho – fue lo primero que murmuró el omega, manteniendo un semblante chocante para Jimin, pues podía notar que no la estaba pasando nada bien, pero se negaba a dejar que su rostro expresara algo.

— Lo hará mucho más si no vamos ahora. Por favor Jungkook, me quedaré a tu lado, ¿sí?

— Okay.

Se pusieron de pie para comenzar a avanzar en completo silencio, en ocasiones se detenían debido a que Jungkook necesitaba recuperarse, sin embargo, este supo controlar muy bien todo aquel malestar, no necesitando más que caminar lento, sostenerse de vez en cuando el área y muy a escondidas se abrazaba a sí mismo debido a los escalofríos que sentía.

Cierta molestia conocida fue la que le advirtió que cierto alfa lo estaba esperando o bien se encontraba muy cerca, deteniéndose de seguir avanzando, haciendo que Jimin se preocupara por la acción tan abrupta, sin embargo, bastó con seguir la mirada de Jungkook notando a Taehyung andando de un lado a otro dentro de su estudio mientras que Namjoon trataba de hablar con él.

Las ventanas del lugar se encontraban abiertas, así que la discusión de los alfas era muy clara, no era de extrañar que el tema principal fuera Jungkook quien frunció aún más su ceño, buscando de manera inconsciente la mano de Jimin quien se sorprendió al sentir el tacto ajeno. Tenía la piel húmeda debido al sudor, aun así no le negó tener cercanía.

— Vamos Jungkook, no pongas atención al tonto alfa. En ocasiones suele ser una bestia de la montaña sin educación o modales.

— Eso es un insulto incluso para un lobo salvaje – el veneno en las palabras de Jungkook sorprendió al mayor quién rio bajo, por lo que había mencionado su menor.

— Tienes razón, ahora andando, estaremos a salvo en mi habitación. Podemos pedir el almuerzo y comer ahí. ¿Te gustaría comer algún postre?

— ¿Postre?

— Mhm, comer algo dulce, siempre ayuda cuando estoy enojado, créeme, no sé cómo, pero funciona – le guiñó el ojo, obteniendo un asentimiento por parte del menor, quien se dejó guiar, siendo llevado al interior de la casa, tomado de la mano – Señora Sunhee.

— Oh, príncipe lo encontró. Diosa Luna divina – exclamó la omega al ver la herida del omega sangrando –. ¿Qué ocurrió? Mi niño tu marca estaba muy bien cuando saliste de aquí, vamos suban, será mejor revisarla.

— Estaremos en mi habitación, podríamos pedir que el almuerzo sea servido ahí, por favor – pidió Jimin obteniendo una afirmación por parte de la omega mayor.

Una vez ambos omegas subieron a la habitación de Jimin, siendo casi enviados por la señora Sunhee para que se pusieran cómodos, ahora por fin podían estar tranquilos que no tendrían a la vista a ningún molesto alfa. Jungkook no podía creer lo diferente que se veía aquella habitación de la propia.

Sus pasos lo llevaron a ir hacia uno de esos cuadros gigantes donde podía ver su reflejo, llamando su atención que en este podía verse de la cabeza a los pies y siendo sincero le molestaba verse así de herido, no hablando de la sangre en su cuello, sino en su rostro, el reflejo en sus ojos. Se sentía traicionado y ese dolor lo estaba asfixiando. Dolía, su pecho dolía demasiado, no quería seguir estando así, pero parecía algo inevitable.

— Será mejor que te quites esa ropa sucia, te daré un poco de las mías.

Jimin siguió murmurando cosas respecto a la ropa que estaba utilizando Jungkook, sin embargo, este no prestaba la suficiente atención, estando perdido en su reflejo hasta que una luz molesta le lastimó la vista. Los rayos del sol que entraban por la ventana amplia estaban haciendo que las joyas en el tocador de Jimin resplandecieran.

Algunos collares con piedras brillantes y gigantes llamaron la atención de Jungkook, eran completamente rojas, nunca había visto unas así. Sus dedos acariciaron el cristal sintiendo calor emanando de estas. Su lobo respondió ante la exposición del diamante rojo combinado con el oro blanco, algo en el pecho del omega se removió, no sabiendo si aquello era algo bueno o malo, pues se sentía entre correcto y al mismo tiempo un tanto ajeno.

— Jungkook, ¿puedes quitar ese sudadero sucio, por favor? – pidió Jimin con un tono tan suave que el menor no dudó en asentir y acatar la orden, dejando ver su blanquecina piel con rastros violetas, la mayoría casi desapareciendo —. Te pondré esto, así te verás más bonito.

— ¿La ropa me hará bonito?

El omega mayor afirmó mientras colocaba frente a Jungkook dos camisas, decidiendo cuál se vería mejor, era difícil concentrarse en algo como colocarle ropa sin tomar en cuenta que la marca en su cuello se veía mal. Jimin apenas suspiró al no poder decidirse, dando un leve vistazo hacia la puerta, esperando que la señora Sunhee no tardara tanto con el botiquín.

Como si hubiera invocado la ayuda que necesitaban, dos golpes a la puerta y una aceptación por parte de Jimin dejaron ver a Yuna y Lia en el lugar con todo lo que necesitarían para curar la herida. Ambas omegas se disculparon por la ausencia de la mayor, ya que debía encargarse de todo en la cocina y no podía descuidarse, razón por la que las había enviado.

Jungkook se sintió avergonzado una vez más cuando Lia se acercó a él pidiendo que tomara asiento en la cama del príncipe y así poder revisar la marca. Pronto el omega se sintió cohibido ante la mirada de tres extraños, observando fijamente su marca, no es como que aceptara esa herida en su cuello, pero era verdaderamente insoportable para su lobo el hecho de exponer de esa manera la mordida provocada por el alfa.

— Colocaremos un apósito en la herida para que la medicina haga efecto – mencionó Yuna mientras Lia guardaba las cosas, descartando las gasas con sangre.

— No quiero.

— Jungkook-ssi.

— Es incómodo, Yuna, me da comezón.

— Si la dejamos solo así, la herida podría ponerse peor – el omega desvió la mirada hacia Jimin quien estaba esperando por él, sentado en el banquillo frente a su tocador. Tenía una mirada poco alentadora, no lo apoyaría en su decisión, cosa que le hizo pensar solo un poco en Taehyung, quien le permitiría hacer lo que quisiera. Tonto alfa permisivo – por favor, déjala al menos hasta que ya no esté sangrando, luego la quitaremos.

— De acuerdo – Lia fue quien tomó el apósito para acercarse al omega, quien amplió los ojos, comenzó a sentirse agitado, hizo puños las mantas mientras más cerca estaba la otra omega. Cerró los ojos con fuerza y controlando a su lobo de intentar agredir a la otra omega expuso aún más su cuello.

El tacto frío se sintió bien en la piel ardiente, el analgésico calmó un poco la sensación incómoda para Jungkook, así que no le fue difícil controlar a su inquieto lobo por tener manos ajenas tocando esa parte de ellos. Una vez terminaron de colocar perfectamente el vendaje, Lia le brindó una bonita sonrisa, lo cual hizo sentir avergonzado a Jungkook.

— Listo, Jungkook-ssi, con esto podrás estar bien hasta la noche cuando retiremos el apósito.

— Gracias, Lia – murmuró apenas, mordiendo su labio inferior y sintiendo que debía hablar ahora o nunca podría sacar ese sentimiento de su pecho —. Lo siento – dijo sin más, confundiendo a los tres omegas que le acompañaban – por lo de la tarde, ¿te lastimé?

— Oh, hablas de eso. No te preocupes, hubo alguien que me sostuvo de caer – las mejillas de la omega se pintaron de rosa, y Jungkook no comprendía cómo es que la sola mención de alguien podía provocar en el rostro de Lia aquel sonrojo —, así que no te debes preocupar estoy perfectamente, pero si quieres disculparte con nosotras... Podrías pedirle al líder Kim que nos lleve a la casa principal....

— Lia – dijo entre dientes Yuna, haciendo que la menor se sintiera culpable por mencionar aquello – discúlpala Jungkook-ssi es un tanto imprudente, nos retiraremos ahora y regresaremos para traer su almuerzo. Príncipe – reverenciaron ambas para seguido salir.

— Bien, ahora sí podré vestirte como todo un omega.

— ¿Como un omega?

¿Acaso por ser omega debía vestirse diferente? Si bien era cierto, había notado que el príncipe se veía muy diferente a él y a otros omegas que habitaban la casa. Siempre lo veía con trajes o bien con ropas bastante brillantes. Era muy usual verlo con cosas alrededor de su cuello, Jungkook siempre se preguntaba si aquello no lo asfixiaba, pero parecía que era de su agrado porque en la mesa de la habitación se encontraban muchos de esos.

También había algunos más pequeños, los cuales había notado que los usaba en las muñecas, se le hacían parecidos a las esposas y los brazaletes de seguridad que utilizaba en el recinto. No pudo evitar que la memoria en su cuerpo le hiciera sentir cierto ardor en las muñecas, recordando todas esas veces en las que una corriente eléctrica le hacía doler todo el cuerpo con el fin de hacerlo obedecer.

— Si regresamos a la casa principal podría compartir contigo un poco de ropa, tengo demasiada y, ya que no me quedaré por mucho tiempo, sería un buen regalo de bienvenida para ti.

— ¿Se irá?

— Aún no lo sé, aunque estoy seguro de que Taehyung no me dejará salir de la casa principal del clan – alzó ambas cejas, intentando causar algún efecto en Jungkook, no obteniendo nada más que un ceño fruncido, definitivamente era un hueso difícil de roer y convencer.

Pronto Jimin le pidió que se pusiera de pie para colocarle una camisa de color blanco perla, el menor no podía entender la prenda a totalidad, pues la tela tenía agujeros por todas partes. Para el príncipe de los Park era usual utilizar prendas con encaje, que era justamente lo que le estaba colocando al menor. Las mangas eran largas y muy elegantes. El cuello dejaba perfectamente a la vista un escote en V que en el caso de que hubiera una marca la exhibiría con mucha elegancia.

Obviamente, aquella no había sido su intención, por supuesto que Jimin no estaba buscando hacer ver mucho más atractivo a Jungkook para que cierto alfa tonto no pudiera apartar la mirada del omega y así por fin convencerlo de que existían otras maneras de romper su compromiso.

— Te queda perfecta.

— Me queda pequeña – mencionó Jungkook estirando su brazo, notando que la manga se subía con facilidad hasta la mitad de su antebrazo.

— Detalles nada más, no te fijes en eso por ahora.

Le extendió unos pantalones sueltos de color beige para que se los colocara y mientras Jungkook aceptaba hacer aquello, Jimin comenzó a decidir entre un pañuelo o joyería para ese bonito cuello, pues las clavículas de Jungkook eran perfectas para exhibirse con la prenda que portaba; sin embargo, debido a la situación sería mejor un pañuelo que cubriera perfectamente la herida recién curada.

Regresó sobre sus pasos, sonriendo ante la visión del omega, parecía ser otro más de ellos, todo un omega de jerarquía alta, cumplía con todos los estándares a decir verdad. Tenía un cuerpo atlético, pero delgado, piel tersa y blanca, mandíbula definida, clavículas marcadas, una cintura pronunciada y piernas perfectamente definidas. Diosa era el ideal de omega para ser elegido por cualquier alfa, y Jimin sabía perfectamente que cierto líder ya había puesto sus ojos sobre ese magnífico espécimen.

— Sabía que te verías aún más bonito utilizando ropa decente y no esas sudaderas gigantescas – halagó Jimin obteniendo una mirada confusa de Jungkook cuando lo vio acercarse con el pañuelo, poniéndolo alrededor de su cuello.

— ¿Por qué me pone esto?, no lo quiero, me causa comezón. Al igual que esta cosa – intentó rascarse en el lugar del vendaje, mas Jimin lo detuvo, colocando su mano con gentileza, retirando la mano contraria – es molesto. Ya curó, lo prometo.

— Déjalo ahí... Ambos, además a los alfas les gusta que tengamos discreción al tener el cuello cubierto – Jimin observó el atisbo de la marca por debajo del vendaje, afortunadamente ya no estaba sangrando, aunque el menor no había dejado de tener fiebre y la piel cercana a la herida seguía ardiendo ¿cómo era posible que se encontrara tan tranquilo?

— No entiendo por qué me dice algo como eso, no me interesa llamar la atención de un alfa, me tiene sin cuidado si esto le agrada a los alfas.

— Ya lo sé, pero en tu caso así protegeremos la marca de tu alfa.

— No tengo alfa – Jimin suspiró al notar que el menor apenas se quejó cuando mencionó el rechazo hacia el alfa.

— Bueno, quizá no sea tu alfa, pero tienes su marca, eso significa que están unidos de una u otra manera.

— ¿Unidos? – Jimin murmuró una afirmación no queriendo entrar en detalles para que Jungkook no huyera de ahí, pues era de las primeras veces que podían conversar sin discutir o irritarse mutuamente – eso puede significar que lo puedo escuchar aunque no hable.

No pudo evitar soltar una risa, era adorable la inocencia de Jungkook, definitivamente tenía cierto encanto el hecho de que preguntara las cosas más obvias, se podía notar la veracidad en sus palabras para expresar que no tenía conocimiento de las costumbres más básicas.

— ¿Es así o no?

— Oye, no te enojes, pareces tan territorial cuando hablas de este tipo de cosas – el gruñido de Jungkook le pareció divertido —. Y así te atreves a decir que no tienes un lazo con el alfa que hizo esa marca en ti – terminó de atar el pañuelo de manera gentil y cuidadosa, dejando un nudo bastante prolijo del cual se sintió orgulloso – dicen que cuando el alfa acepta el lazo puede llegar a pasar eso. Es su forma de decirle al omega, estoy aquí contigo, su manera de sentirte.

— ¿Puede sentirme? ¿Cómo? ¿Significa que sabe de mí?

— Sí, en el caso de que tú se lo permitas, mientras más aceptas la marca, pueden compenetrarse más hasta llegar a una refracción perfecta – Jimin observó los ojos de Jungkook, confundiéndose al ver lo cambiantes eran.

Era tan extraño notar que aun con la marca, aun teniendo un lazo formándose con Taehyung, el reflejo del lobo en Jungkook siempre fuera un constante cambio. No había aceptado el linaje de su alfa, así que definitivamente no reflejaba ni siquiera un atisbo del rojo del clan Kim. Tampoco podía mencionar que hubiera una sola vez en la que pusiera en reposo su lobo, eso le parecía desgastante.

— No estoy interesado en tener eso que dijo con... realmente no lo quiero.

— Hey, Jungkook, mírame – le arrulló el mayor, acunando el rostro ajeno, obteniendo una mirada fría – si sigues diciendo ese tipo de cosas harás que tu lobo enferme.

— ¿Qué puedo hacer? Yo no pedí esto... no quiero estar atado a nadie o pertenecer a Taehyung, por favor príncipe, ayúdeme – Jimin le acarició las mejillas, sintiéndose culpable por pensar en el menor como una escapatoria a su destino, sin embargo, no podía intervenir en algo tan fuerte como lo que se estaba construyendo entre esos dos.

— ¿Es tan malo para ti estar unido a Taehyung? Prometo que es un alfa muy bueno, si tú decides darle una oportunidad...

— No quiero, me odia. Detesta todo lo que me representa, si debo estar con alguien de manera obligada, al menos espero no tener que matarlo por ser tan tonto.

— Encontraremos una solución, debe haber algo que Taehyung pueda hacer para hacerte cambiar de opinión.

Lo había, el hecho y la posibilidad de que Taehyung le ayudara a encontrar a su madre, a ser él quien interviniera de una u otra manera para que dejaran de atacar su hogar, podría ser una buena razón para perdonarlo. Algo que haría a Jungkook considerarlo solo un poco, aunque ahora su mayor problema fuera el tonto pañuelo que tenía en su cuello, haciéndole tener comezón.

El menor comenzó a aflojar la prenda y Jimin no pudo evitar negar ante la necesidad de Jungkook por quitar el bonito pañuelo, lo hacía lucir muy sofisticado, pero al notar que verdaderamente le incomodaba no se hizo del rogar para ayudarle a retirarlo. El alivio fue más que expresado por el menor de los omegas.

— Quería que resaltara tu belleza, pero te niegas a cooperar.

— Es molesto, no me gusta – renegó el menor desviando la mirada, siendo atacado nuevamente por el reflejo de una de las joyas del tocador de Jimin, quien notó de inmediato aquello que había molestado a Jungkook haciéndolo fruncir su ceño – no entiendo por qué debería usar algo como esto. Tampoco comprendo cómo es que no se asfixia con eso en su cuello.

— Te refieres a esto – Jimin tocó la delicada cadena que hacía lucir su cuello, el cual tenía un pequeño dije con un ópalo imperial, la piedra que representaba a su clan, estando a juego con un collar de perlas un poco más ajustado a su piel —. No me lastima si eso es lo que piensas de hecho... Tengo una idea, ¿qué te parece un collar en vez de un pañuelo?

El mayor avanzó con rapidez hacia su tocador, dejando sobre este el pañuelo, comenzando a mirar detenidamente entre las joyas, tomando por fin un juego, no eran muy ostentosas, tampoco muy pesadas, así que podría ser más fácil para Jungkook el llevar algo como eso.

Al principio lo vio reacio ante el objeto, llevó su mano hacia el collar, ya que le daba curiosidad de saber si no se trataba de algo parecido a los brazaletes que utilizaba en el recinto, para su sorpresa era completamente inofensivo y Jimin no tardó en colocarlo con delicadeza. Le tomó la mano para colocarle el brazalete, obteniendo un ceño fruncido y un movimiento brusco.

— Es parte de la joyería.

— Conozco esas cosas, me lastimaban con eso – Jimin aún recordaba los rastros rojos en las muñecas ajenas, no tardando en entender que quizá mantenían a Jungkook con alguna especie de esposa.

— No hacen daño, mira, es parecida a la mía – el mayor alzó la manga de su camisa, dejando a la vista un brazalete delicado con incrustaciones de la misma piedra que colgaba de su cuello – no es de plata, así que no te lastimará.

— ¿Lo promete?

— Por supuesto que sí.

Para cuando Jimin terminó de arreglar a Jungkook, el almuerzo había llegado a la habitación, dejando a Yuna y Namjoon con la boca abierta, pues el omega menor se encontraba vestido, con aquella ropa elegante y sofisticada. El cabello también era parte de los detalles que el mayor estaba teniendo con Jungkook, acomodando los mechones largos en ondulaciones poco pronunciadas, la joyería lo hacía lucir como un omega perteneciente a las familias principales.

El alfa observó con detalle al omega, quien agradecía apenas los halagos por parte de Yuna, quien mencionaba lo bonito que se veía con toda esa extravagancia innecesaria, sin embargo, si decidían que Jungkook iría con ellos y si el omega aceptaba mudarse a la casa principal podría pasar perfectamente desapercibido ante cualquiera. Solo debía recibir unas pocas lecciones, las cuales perfectamente podría obtenerlas de Jimin. 

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