Segundo
... Crucé miradas con miles, pero
... Entonces conoces a una persona, esa única que te marca
Mientras más avanzaban en aquel lugar, todo se volvía aún más confuso, pues ahí mismo entre el inicio de varios pasillos se encontraban las insignias familiares de los clanes principales; algunos solamente grabados en piedra, otros estaban con detalles de oro blanco y sus respectivas piedras representativas.
El emblema del clan Lee, con su ostentosa piedra lila, Namjoon podía recordar que aquel clan no había podido tener un heredero, los rumores sobre la infertilidad de la Líder la ponían en desventaja hasta que su luna concibió a la heredera, la nueva princesa Lee Haerin, una alfa recién presentada.
A un costado de aquel pasillo se alzaba el emblema de los Min con su tan poco conocida piedra gris, tan rara como la misma manera en la que el clan resurgió de las cenizas, ahora quedaba más que claro que los Jeon habían metido sus narices en todo aquello.
Por último y principal se encontraba la piedra azul de los Jeon, junto con el nuevo emblema del clan, el cual apenas tenía unos veintiún años, todo seguía intacto con excepción del cambio en la gema principal, la cual había cambiado de ser una Alejandrita a ser una Tanzanita. Si bien eran clanes completamente diferentes en algo, sí que tenían similitudes con los Kim.
El cambio de emblemas y gemas principales. Su mirada siguió observando alrededor, esperando no encontrar el de cierto clan, pues parecía que aquellos quienes se habían unido a los Jeon tenían su tributo cubierto por gemas y oro blanco con plata.
— Veo que ya notó nuestro tributo a todos los clanes principales – habló el alfa Jeon, quien seguía muy de cerca los pasos de su hermana como custodiando sus movimientos – este era un antiguo lugar de reunión, cuando todos estaban en paz y se construyó para ponerle fin a todas las manadas salvajes del otro lado del muro.
— El muro no tiene mucho de haber sido construido – agregó Namjoon, al conocer la historia del pasado oscuro de los clanes.
— Nadie decidió hacer nada hasta que nuestro clan fue vilmente masacrado, nuestra antigua Luna... — los pasos de los tacones de la Luna Jeon se detuvieron haciendo que ambos alfas encontraran una mirada serie en el bonito rostro de la omega.
— Esa historia no se cuenta, hermano, el sufrimiento de nuestro clan no es para causar lástima al resto – la omega se acercó nuevamente hasta su hermano, quien simplemente desvió la mirada, mas no impidió el que buscara refugio en él antes de hablar con el alfa Kim —. Este lugar fue un obsequio del clan Kim mucho antes que el antiguo líder falleciera, estos emblemas y pasillos son solo el reconocimiento a esos viejos tiempos y dándole la bienvenida al nuevo comienzo.
— Lamento haberle provocado un mal rato, Luna.
— Está bien, el pasado deja cicatrices que al día de hoy aún son difíciles de ocultar – reverenció levemente solo para dar su respeto ante la omega, quien solamente asintió en respuesta para luego volver a emprender su camino.
El lugar donde había visto a todos esos omegas se quedó atrás para dejar a la vista pasillos interminables con personal médico saliendo y entrando por diferentes puertas. Estaban en una zona restringida a menos que se trataran de visitas importantes. Namjoon no podía dar crédito a lo que veía, todo era un laboratorio para la implantación y cuidado genético de embriones.
Los omegas que participaban en el procedimiento de donación de óvulos eran apenas la punta del iceberg porque detrás de aquello se encontraba todo un procedimiento donde muchos médicos llevaban a cabo incluso la fecundación in vitro.
— ¿No existe algún riesgo de que la población termine compartiendo genes entre todos?
— Claro que existiría ese riesgo en el caso de que el óvulo fuera utilizado tal cual con todo el material genético de los donantes, en este caso no es así, pero eso es un secreto, lo que le interesa es el procedimiento de obtención – la Luna Jeon parecía muy cómoda hablando de todo lo que hacía referencia a su proyecto —. Los concejales no aprueban la intervención, aunque sin ella no existiríamos al día de hoy.
— ¿Y todo esto es solamente creación suya?
— ¿No cree que una omega puede convencer a varios clanes? Tranquilo Namjoon-ssi, el líder Jeon está enterado de todo.
— ¿Todo?
— Todo – no había duda en su hablar, tampoco una pizca de inseguridad, la omega era una digna imagen de Luna de un clan completo.
La luna Jeon los llevó hasta un espacio amplio donde de pronto las luces se apagaron, dejando una luz de proyección donde la voz de alguna presentadora iniciaba a explicar el procedimiento, implantando la necesidad de procrear más cachorros sanos, mencionando que la infertilidad o problemas de compatibilidad genética estarían descartados para siempre.
El procedimiento parecía sencillo, un omega voluntario se acercaría hasta las instalaciones médicas donde sería derivado al recinto para comenzar con el proceso, empezando un procedimiento de diez días intensivos donde se les aplicaría hormonas para la estimulación de óvulos.
"Los omegas son monitoreados constantemente cada día para ver la maduración de óvulos, una vez tienen una buena cantidad, comienza el procedimiento a partir de una punción, extrayendo uno a uno todo el material genético que servirá para los procedimientos de fertilidad e in vitro"
Parecía algo demasiado sencillo, como si todo se tratara de un bien social, de hecho el alfa lo estaba considerando algo bueno en su sociedad, comprendiendo mejor la razón por la que el antiguo líder Kim había pedido esto para Taehyung y Jimin; no se había dado una unión entre clanes desde hacía demasiado tiempo, lo que explicaría la incertidumbre de lo que ocurriría al momento de traer al mundo un nuevo heredero.
— Todo esto sería una manipulación genética de la propia naturaleza, ¿no es esto lo que nos metió en problemas en primera instancia? De ahí el porqué tantos betas nacidos fueron esterilizados y muchos sufren de infertilidad – mencionó Namjoon como un pensamiento analítico de la situación, el cual necesitaba exteriorizar.
— La compatibilidad entre genes es algo importante para nosotros, Namjoon-ssi – respondió de inmediato Jaehyung quien obtuvo una aprobación por parte de su hermana.
— Además... Sabemos que nuestros príncipes no pueden someterse a algo como un procedimiento de fertilidad como este.
— Y por eso utilizan donadores, ¿qué ganan estos omegas?
— Se les paga por sus servicios como cualquier otra donación, simplemente que esto involucra más, si la presentación no lo deja tranquilo podemos demostrarle una extracción en vivo para que no piense que es algo peligroso.
En el pasillo del laboratorio, Yoongi seguía de cerca la camilla donde llevaban a Jungkook, quien ni bien fue alejado del aroma del delta, despertó, siempre teniendo esa mirada amenazante para cualquiera que se le acercara de más.
El omega solo podía observar las luces del techo, conocía muy bien el recorrido, avanzar unos metros a lo largo del pasillo, girar en dirección a la nueva piedra dorada brillante; luego seguir recto hasta pasar la piedra morada y por último llegar al gran espacio de la piedra cambiante, hasta que por fin le dejaban en manos de la doctora quien realizaba los procedimientos.
— Vaya, vaya, extrañaba ver tu cara malhumorada por aquí – mencionó la mujer, Jungkook no podía ver su rostro, ya que siempre mantenía una mascarilla azul, que hacía juego con la ropa que utilizaba – estuviste mucho tiempo castigado ¿te divertiste?
— Demasiado, de hecho no quería dejar de jugar en la habitación tan cómoda, pero me obligaron a estar aquí.
— Impertinente.
— Aguafiestas – gruñó de inmediato, mostrando el color azul verdoso de sus ojos, como siempre ocurría en el lugar, frente a ellos.
— No seas salvaje y compórtate por esta vez, tenemos personas viendo todo este procedimiento.
La doctora se colocó los guantes, haciendo a un lado a las enfermeras que estaban mezclando los líquidos que irían directamente al sistema del omega. La camisa casi traslúcida que portaba fue alzaba por otra de las asistentes del lugar, todos los presentes se observaron al notar que a pesar de no tener la dosis necesaria parecía haber producido una buena cantidad de óvulos.
Los pinchazos anteriores aún se percibían en la piel blanquecina, en tonos oscuros y violetas. Palparon un poco el área haciendo jadear al omega, para seguido recibir un gruñido de molestia, junto con un forcejeo para soltarse. Se apresuraron a colocar aquel gel frío que le hacía incomodar tanto a Jungkook.
Se sabía el protocolo de memoria, siempre revisarían en la pantalla negra lo que hacía hinchar su vientre, mencionarían lo bien que estaba la evolución, aunque él solo veía manchas aquí y allá; luego palpaban su vientre apretando de más, razón por la que siempre lo ataban porque dolía, vaya si no era molesto que tocaran esa parte en esos momentos, era como si invadieran algo de su lobo, algo que siempre buscaba proteger y eso le molestaba tanto que se ponía irritable.
Aún recordaba los cuatro guardias y las tres enfermeras que habían sufrido una muerte rápida en sus primeros procedimientos, no era su culpa que le hicieran fácil el trabajo de ponerlo de malhumor gracias a que se encargaban de sostenerlo o bien tocarlo. Le asqueaba el hecho de que siempre tenían que estar poniendo sus manos sobre él.
— Ya está listo el sedante, doctora – mencionó la enfermera, entregándole la jeringa a la doctora, quien de inmediato se acercó al omega.
— Necesitamos que estés muy quieto, así que sabemos como te pones después de tu dosis, esto calmará un poco a tu lobo – Jungkook frunció su ceño, jamás habían utilizado un líquido diferente, no podía ver el rostro de la mujer, pero sabía que estaba sonriendo e impaciente por aplicar su nuevo líquido en él – ahora compórtate.
La omega lo tomó del cabello para hacer que su cuello quedara expuesto y así aplicar el sedante, no era necesario colocarlo en esa área, pero era divertido poner de malhumor a Jungkook, en especial porque después que hiciera efecto no les daría mayor problema por más irritado que se pusiera. No importaría cuán incómodo le pareciera el procedimiento, estaría tranquilo, lo suficiente para soltar las correas y así no correr riesgos durante la presentación.
El dolor que sintió en su cuello lo hizo gruñir y removerse en su sitio al no comprender por qué estaban haciendo aquello, no era lo normal, sus dedos comenzaron a hormiguear, sus músculos comenzaban a relajarse entre más se resistía menos fuerza obtenía de su propio cuerpo.
No se sentía asustado, solo confundido y somnoliento, de pronto no era tan malo el nuevo líquido porque el sueño dolía menos que con los choques eléctricos, quizá podría acostumbrarse como con el resto de cosas.
— ¿Cómo te sientes? ¿Estás relajado?
— ¿Qué era... eso? – cada palabra salía arrastrada de los labios del omega mientras que trataba de mantenerse despierto.
— Se le llama sedante, nunca lo habíamos usado porque debíamos mantener lo más puro posible el proceso, pero parece que a partir de ahora lo podremos usar contigo...
Las correas y ajustes de plata comenzaron a ser retirados una vez la doctora dio la indicación de hacerlo, quizá se estaban confiando demasiado de su estado tranquilo, pero el omega aprovecharía esa oportunidad de descuido para posiblemente lograr huir.
Ya sabía qué ruta de escape usar, por dónde no lo verían, qué debía hacer en caso de que activaran la alarma de emergencia, solo era cuestión de ser paciente por esta vez y esperar.
— Doctora, todo está listo.
Jungkook comenzó la cuenta regresiva para el procedimiento, casi no tardaba en hacer efecto, siempre era cuestión de minutos, solo debía controlar un poco sus instintos y todo saldría bien.
— Aumenta la dosis.
— Pero señora...
— Dije que aumentes la dosis – el omega no se inmutó ante aquel mandato, lo sabía, de hecho lo esperaba, no había acudido a las citas de inyecciones diarias por estar castigado en una celda de aislamiento, y la doctora parecía odiar que le quitaran su juguete – te ganaste más de lo normal porque necesitamos que sea instantáneo.
— El eco muestra la maduración de varios, podemos extraer ahora y luego aplicar la segunda dosis – agregó otras de las enfermeras que seguía revisando el vientre de Jungkook, apretando con el aparato molesto.
— Estamos listos para transmitir el procedimiento, señora – murmuró uno de los guardias, recibiendo la orden de dar aviso.
Las cámaras se encendieron dándole la visión a los espectadores a una nueva imagen de un procedimiento en vivo, Namjoon se sentía ansioso por todo lo que estaba viendo, grabándose cada aspecto posible, no había nada fuera de lo normal, no parecía nada invasivo que alertara que aquello violentara al omega donador.
De hecho las manos que palpaban el vientre hinchado parecían muy amables con su tacto, el paciente estaba muy tranquilo, la pantalla mostró lo que parecía una ecografía de cómo lentamente la aguja se introducía alterando todo en el interior.
En otra imagen aparecía la extracción de varios óvulos, los cuales las voces indicaban que eran perfectamente maduros para ser almacenados. Tan pronto como observó las pequeñas células colocadas en los tubos de ensayo, la pantalla dejó de transmitir.
— Y eso es todo – mencionó la Luna Jeon con una enorme sonrisa – el paciente espera que se maduren los óvulos y luego se prepara para la extracción. Como puede ver, esto es un procedimiento para nada doloroso.
— ¿Qué es lo que le inyectan para la producción de los óvulos? – cuestionó Namjoon sintiéndose desconcertado al notar la manera abrupta en la que dejó de ver las imágenes.
— Es un tratamiento hormonal para la producción de óvulos, en los omegas es muy común que la mayor cantidad sea producida durante el celo, pero nosotros utilizamos los previos – mencionó Jaehyung, dando apoyo a su hermana y lo que estaban realizando – no debe temer, no se está atentando contra nada.
— Le están provocando un celo.
— Corrección ellos tienen un control previo a su celo y cuando estamos en fecha tienen este tipo de procesos.
— ¿Con qué fin?
— Creo que eso lo podrá responder nuestro experto Min Yoongi – halagó la omega, haciendo notar la presencia del delta en el lugar – por favor doctor Min, díganos con qué fin estamos haciendo este proyecto.
Yoongi asintió como respuesta, sacando de su bolsillo un control remoto para que la presentación detrás de ellos cambiara, dejando ver el emblema del clan Jeon, la letra J adornada con piedras en tonos azules, cubierta de oro blanco junto con detalles sutiles, elegantes, tal y como lucía la nueva era del clan.
— Namjoon-ssi, usted sabrá muy bien que, para que una unión se considere aceptada en los altos mandos, debe existir no solo la marca, sino también la refracción al mostrar los lobos.
— Lo sé muy bien, de ahí la razón de todos nuestros problemas.
— Es lo que buscamos evitar, sabemos muy bien que una concepción sana se determina de acuerdo a la unión, la refracción muestra el color del linaje del alfa en los ojos del omega y viceversa, pero en el caso de que no se realice una marca como esta...
— Los cachorros siempre peligran – acotó la Luna Jeon con un semblante sombrío, parecía que aquel tema le afectaba demasiado – no queremos que una unión entre clanes como lo es el Kim y Park resulte en un completo desastre.
— ¿Por qué les importa tanto esto?
— Para demostrar que unificados somos mejores y no siguiendo las viejas costumbres de mantener líneas puras de linajes.
El alfa se sorprendió al escuchar aquello, en especial porque la Luna Jeon hizo notar el reflejo de su lobo por algunos segundos, estaba completamente seria, diferente a la apertura que había mantenido previo a la presentación.
— En el área común pude observar a muchos omegas ¿son voluntarios?
— Sí, cada uno se ha realizado análisis para saber con qué clan son compatibles y así obtener un cachorro sano en la concepción in vitro.
— ¿Ellos son quienes tienen a los cachorros? – cuestionó un tanto horrorizado al seguir con la imagen de todos esos omegas con pequeños vientres hinchados, aromas demasiado dulces y atrayentes.
— No, ellos no gestan a ningún cachorro, eso sería arruinar la genética de los futuros príncipes, son los omegas solicitantes quienes lo hacen – interrumpió de nuevo Yoongi, pues era él quien tenía la mayoría de información de acuerdo al proceso – esos omegas tienen los vientres hinchados debido al proceso de ovulación. El útero tiende a prepararse para la concepción, en especial por la cantidad de hormonas que tienen en sus cuerpos. Luego de la donación todo se normaliza y... los omegas pueden tener una vida normal.
Los presentes hicieron silencio mientras esperaban una reacción de Namjoon quien parecía estar haciendo preguntas precisas, sobre todo refiriéndose hacia su clan y el interés que presentaban por la próxima unión, no es que esperaran que se quedara callado, aunque sí estaba haciendo cuestionamientos un tanto delicados.
— Si regresan a su vida normal, quiere decir que son donadores ocasionales, que no vuelven aquí, ¿cierto?
— Correcto – dijo sin más la omega como si necesitara terminar la conversación – el omega que vio en la presentación ha sido uno de los más preciados para nosotros porque sus óvulos aún no tienen un dueño, él se ofreció a hacer esto por voluntad propia.
— Comprendo.
Todo ese procedimiento no le agradaría a Taehyung, en especial porque sería jugar con dos omegas en el proceso, para empezar con Jimin a quien tendrían que evaluar sobre su fertilidad en algunas semanas, previo a su celo, con el fin de seguir adelante con los planes de una boda.
El segundo omega era ese donador del cual saldría el pequeño material genético en el caso de que Jimin no fuera compatible para llevar el cachorro de Taehyung. Todos temían ante la situación, no habían visto una unión así en mucho tiempo, las últimas solo provocaron miles de muertes.
Solo esperaba que en la evaluación de Jimin todo saliera bien y que el plan de la boda siguiera su curso natural, sin intervenciones de más, aunque dudaba mucho que los lobos de esos dos terminaran en una unión perfecta.
Mientras tanto, en el laboratorio donde Jungkook sentía que su vientre se volcaba en su contra, todo el personal se estaba encargando de revisar que todo fuera en orden, nunca esperaron que el efecto fuera tan rápido, tampoco nadie vio venir cuando el omega tomó la muñeca de la enfermera hasta destrozarla con un simple movimiento.
Su vientre dolía y ardía al mismo tiempo, las pequeñas perlas saladas comenzaban a rodar por su piel al ser atacado por una ola fuerte de calor, las náuseas aumentaron, mientras que el dolor seguía y para colmo su lobo parecía no querer cooperar con él para dejarle control de su conciencia.
El pequeño espacio se llenó de caos y pánico, la mente nublada de Jungkook solo pedía salir de ahí, escapar de una buena vez, peleando por tener un poco de control. Su cuerpo hervía en fiebre, le hacía falta el oxígeno y los calambres que tenía en el vientre lo estaban haciendo gruñir.
"Jungkookie... no caigas... no pierdas el control"
Otro gruñido más salió de lo profundo de su pecho cuando su lobo intentó tomar de nuevo el control, veía a todo el personal alarmado, notó cómo entraban tres guardias con el único fin de someterlo. Sin los brazaletes en sus muñecas era libre de atacar, solo debía ser sumiso, aparentar obediencia.
— Soy el hijo de una beta, la luna no manda en mí – comenzó a repetir aquel mantra que tanto tiempo su madre le había enseñado para no perder el control y estar en sintonía con su lobo – calma... calma... Soy el hijo de una beta, la luna no manda en mí.
Su lobo obedeció de mantenerse en control, dejando a más de uno asombrado, mas no perdieron el tiempo en seguir admirando al omega jadeando en el suelo mientras que intentaba controlarse en pleno inicio de celo.
— Sédenlo, antes de que pierda el control de nuevo.
Otro pinchazo más fue directo hacia el cuello del omega, haciendo que Jungkook se rindiera ante aquel líquido, teniendo un agarre fuerte sobre su cuerpo que dolía, ardía y le asqueaba el hecho de tener esas manos sobre su cuerpo, mas no podría hacer nada.
— Doctora, debemos avisar a la Luna sobre esto – la omega negó lentamente, aun respirando de manera agitada, sin poder sacarse de la mente cómo los ojos de Jungkook cambiaban de color, no solo como reflejos o destellos, marcaban exactamente un cambio entre el verde, azul y morado, hasta que él mismo controló a su lobo.
— Nos quedaremos con esta nueva información. Por ahora llévenlo a la celda de celo, pronto despertará – la mujer quitó la mascarilla de su rostro sosteniéndose de una de las mesas quirúrgicas – asegúrense de que tenga alguien para este celo y si es posible que sean tres.
— Señora, no los aceptará.
— Entonces lo obligan, pero asegúrense que lo tenga, no estamos seguros si con la dosis su celo se extenderá.
Uno de los guardias tomó a Jungkook como si de un saco se tratase, colocándolo sobre su hombro, siendo víctima de las feromonas del omega, sin embargo, entre más alejaban sus pasos del laboratorio, el olor disminuyó hasta volverlo nada, como siempre, ocultándolo.
El resto de guardias estaban más que advertidos y preparados para cualquier situación con el omega, que parecía demasiado tranquilo después de haber salido de una sesión como esa, esperaban que fuera completamente agresivo, pero los rumores corrían que no hizo mayor daño gracias al sedante.
Avanzaron por los pasillos siendo escoltados por diez guardias, entre el grupo estaban mezclados cinco deltas, con el fin de poder controlar a Jungkook, nadie sabía o conocía lo impredecible que podía volverse. Uno de ellos había reconocido al omega, por fin podía infiltrarse, no perdería la oportunidad, pero con Jungkook en ese estado sería difícil hacer que lo dejaran solo.
El grupo siguió avanzando hasta que llegaron a uno de los ascensores que daría con el subterráneo, la zona de celo especial para el omega, no podía permitir separarse de él, no cuando habían informado que un grupo se quedaría custodiando la entrada y otro bajaría.
— Bien, ya saben el protocolo, deltas bajan, alfas se quedan aquí – mencionó el líder del equipo de seguridad, cosa que le pareció extraño al joven novato, quien se sorprendió al ser prácticamente empujado al interior del ascensor – alguien deberá tomar la responsabilidad del omega.
— Que lo tome el novato – murmuró alguien más, haciendo reír al resto porque todos sabían que lidiar con Jungkook no era tarea fácil, en especial si despertaba antes de entrar en la celda, posiblemente sería el nuevo cuerpo a desechar por la mañana – tú, ¿cuál es tu nombre?
— Kim Yohan – respondió de manera fría, como lo había estado haciendo durante todo ese tiempo.
— Toma al omega, asegúrate de no ser una víctima del omega.
El cuerpo pesado de Jungkook fue colocado en los brazos del guardia novato, teniendo a todo el escuadrón riendo ante la seriedad de Yohan, parecía estar guardando la compostura de manera dificultosa, mas no era así, el delta se encontraba ansioso por sacarlo de ahí, solo esperaba que el resto de compañeros hicieran su parte para poder rescatar a Jungkook quien una vez estuvo entre el agarre contrario se encogió incómodo.
El delta temía que despertara demasiado pronto, sabía muy bien que los celos de Jungkook no eran precisamente los más pasivos, no estaba seguro de cómo reaccionaría, o la manera en la que se comportaría, en especial porque había escuchado todos los rumores.
— Llévenlo al final del pasillo, comienza a despertarse – mencionó otro de los guardias a través del comunicador.
Solo necesitaba tiempo o que al menos Jungkook reconociera el aroma del delta menor, solo eso, quizá el hecho de que el omega estuviera acurrucándose contra su cuello, le estaba trayendo un poco de confianza. Sus pasos eran firmes, una vez salieron del ascensor, todo estaba marchando bien.
Llevaba ya un buen tiempo dando vueltas por el lugar, el lodo hacía dificultoso seguir, el rastro que unos metros atrás había encontrado desapareció sin más. Taehyung se sentía incómodo en el lugar, la llamada de Namjoon tampoco lo había dejado tranquilo, se sentía con un sentido de deber con Jimin ¿le habría pasado algo? ¿Alguien se había propasado con él? Diosa nunca debió haberlo dejado solo en ese lugar.
Aún se estaba culpando por la situación cuando logró escuchar algunas ramas rompiéndose, no eran ruidos normales, eran los provocados por pasos firmes, intentó olfatear una vez más el ambiente sin tener nada, así que siguiendo su instinto caminó hacia la fuente del sonido.
El zumbido y la interferencia de unos radios le molestó en los oídos, mas eso fue suficiente para tener el lugar de donde provenían, quizá ya podía imaginar lo que era, pero nada podía calmar su curiosidad. Unas murmuraciones fueron la clave para que el alfa descubriera el misterio de los ruidos extraños.
Justo como lo había pensado, se trataba de guardias del recinto con sus enormes armas, las máscaras negras, pero lo que nunca esperó era ver a más personas, conversaban entre sí como si estuvieran compartiendo alguna información, cosa que no parecía molestar a los uniformados. Pronto se escuchó una indicación de colocarse en posición, haciendo que los hombres se formaran en una fila, atados con esposas eléctricas, desde la distancia en la que se encontraba podía escuchar el zumbido constante.
— Caminen, muy pronto llegaremos – alzó la voz uno de ellos, sin necesidad de obligarlo a nada, simplemente siguieron caminando detrás de los guardias – debemos apresurarnos.
Taehyung los comenzó a seguirlos de cerca, pues aquellos hombres no parecían personas de las manadas salvajes, que tanto se hablaba entre los altos mandos de los concejos de cada clan, al contrario, se veían muy normales. El alfa se atrevería a decir que parecían betas, pues no cumplían con las características de un alfa de menor jerarquía.
Sus pasos lo llevaron hasta el lugar en el que poco a poco iban desapareciendo aquel grupo, sorprendiéndole el encontrar una entrada secreta, perfectamente camuflada con la naturaleza, debía encontrar una manera de entrar junto a ellos.
El grupo se detuvo a unos cuantos pasos antes de llegar a unas enormes paredes llenas de follaje natural, donde los guardias revisaron por algunos instantes hacia todas partes para luego dar un último vistazo a los rehenes.
— Bien, estamos en posición, hagan lo que hagan nuestra misión es resguardar al objetivo.
Tan pronto como dieron la señal de entrada, las compuertas se abrieron, dejando ver un espacio amplio por donde pasaron sin tener alguna entretención, mucho menos fueron detenidos por otros guardias del lugar. Taehyung se sintió aún más curioso y su lobo se reflejó en pequeños destellos rojos cuando aspiró el aire del lugar.
Estaba impregnado de un aroma dulce, pero no cualquiera, parecía estar combinado con desesperación, ¿tenían algún omega encerrado en ese supuesto santuario?
— Hey, tú – le llamó alguien, uno de los últimos guardias que se encontraba esperando en la entrada, a unos cuantos metros, donde sin querer Taehyung se había aproximado demasiado o lo suficiente para ser visto. Su cuerpo se tensó de inmediato al notar que avanzaban hacia él de manera amenazante, podía notar que lo estaban detallando – ¿quién eres? No deberías estar aquí.
— Me enviaron para ser escolta del grupo – habló sin más, con su tono de voz frío, casi rascando en su garganta un tono alfa, le estaba siendo difícil controlar sus instintos —, pero se adelantaron.
— Vienes vestido diferente.
La vestimenta de Taehyung era muy discreta, pantalones de pinza negros, el abrigo largo de color gris oscuro de Namjoon, unos zapatos a juego y su cabello rubio perfectamente peinado. No, definitivamente no podía pasar desapercibido como un simple escolta, su propia aura lo delataba, era un alfa de rango y eso lo hacía ver con facilidad.
— Trata de mantener oculto tu aroma hasta que lo necesites adentro.
Taehyung asintió sin más adentrándose al lugar, sintiendo un escalofrío recorrerle la espalda, una ráfaga de viento le hizo tensar todos los músculos y la molestia en su propio cuerpo le comenzó a incomodar, definitivamente eso no era lo que aparentaba ser.
Sabía muy bien que Namjoon estaría vuelto loco si no lograba encontrarlo, pero qué más daba, no cuando estaba metido en lo que parecía ser un operativo extraño.
Los pasillos del lugar eran oscuros, iluminados apenas con luces que se activaban con el movimiento, podía escuchar jadeos, gruñidos y una que otra queja. El aroma a celo le golpeó prácticamente en las fosas nasales y con ello el aborrecimiento ante los olores fuertes. Los detestaba verdaderamente.
Cubrió su nariz con la manga del abrigo, sacó su arma del estuche en su cintura, esperando cualquier encuentro en el cual la necesitaría. Podía escucharse a unos metros del lugar pasos fuertes, firmes como una marcha persecutoria.
No estaba del todo equivocado porque a un nivel de diferencia se encontraba cierto grupo de deltas escoltando al omega más peligroso del lugar, quien parecía estar en completa calma, demasiada para ser verdad.
Al llegar a la celda asignada para Jungkook, uno de los alfas a cargo de su seguridad comenzó a revisarlo a detalle, tomando el rostro de esto como si de un simple objeto se tratara. Le dio unas cuantas palmadas en la mejilla, notando que sus reacciones eran limitadas, podía estar fingiendo o bien estar completamente sedado.
Yohan intentó avanzar, haciendo a un lado al alfa quien lo tomó del hombro, regresando a su posición inicial, teniendo al resto de escoltas en un estado de alerta al notar que aquel alfa estaba negándose a darles paso a los deltas que estaban a cargo de custodiar al omega.
— Hasta aquí llega su recorrido, señores, no dejarán al omega en esa celda.
— ¿Por qué no podemos dejar al omega? Pronto despertará – gruñó uno de ellos, poniéndose nervioso, comenzando a expulsar feromonas, cosa que no beneficiaba a la situación porque Yohan lo pudo notar, la incomodidad de Jungkook haciéndose ver de inmediato al olfatear el aroma grueso del delta – estamos poniéndonos en riesgo.
El alfa frente a ellos sonrió de lado, de manera burlona, aun sin quitarse del medio de la entrada de la celda, haciendo que el resto del grupo se pusiera a la defensiva, el aura agresiva pronto envolvió a todos, Yohan sintió estremecer el cuerpo completo cuando Jungkook despertó, haciendo un gruñido bajo, aferrándose más fuerte a su cuerpo.
— No lo han entendido, ustedes son quienes atenderán al omega en esta ocasión, solo asegúrense de no perder la cabeza en el proceso.
Todos cargaron sus armas, amenazando al alfa quien les gruñó y no se quedó atrás, sacando la propia para así poder defenderse, notando que el omega había despertado, solamente estaba observando el panorama, el miedo le invadió al notar sus ojos cambiantes, yendo del verde al azul con destellos violetas.
— Apártate de la puerta o haremos que seas la cena del omega.
Aún estaban enfrascados en ese enfrentamiento, cuando escucharon otro grupo, acercándose, corriendo en su encuentro, Yohan estaba maldiciendo por dentro ante lo inoportuno que era el momento que habían escogido para aparecer todo su equipo de rescate.
— Ninguno se mueva – habló uno de los encargados del otro grupo, quien observaba a Yohan con Jungkook en brazos – suelten al omega.
— ¿Quién eres para dar órdenes? – espetó el alfa, quien fue apuntado por varias armas, sintiéndose acorralado, gruñendo de inmediato, amenazando a todos con su semblante y sus ojos, pintándose en un azul profundo, junto a destellos grises.
— Solo queremos al omega.
— Nadie se llevará a Jungkook de aquí, pero si quieren ser sus víctimas están invitados al propio festín de él.
Los jadeos de dolor junto con una descarga eléctrica hizo eco en aquel espacio, dejando a todos helados, estáticos al notar al omega con un arma en sus manos, a uno de los deltas quejándose del dolor en la muñeca y a otros tres estando a unos cuantos pasos alejados de Jungkook.
El omega observó a Yohan quién era el único que estaba a su lado sin inmutarse, dejando que lo olfateara una vez estuvo cerca de él. El clic de las armas amenazando a Jungkook hizo eco en el lugar, cosa que hizo reaccionar al omega intentando usar el arma, siendo imposible de usar.
— Creías que podrías usar nuestras armas para asesinarnos, utilizan identificación de huella – el alfa con ojos azules se veía amenazante con su cañón apuntando directamente hacia Jungkook, quien tiró su arma, tomando del cinturón de Yohan aquel artefacto con el que tanto lo torturaban – suelta al delta o si tanto lo quieres enciérrate con él en la celda.
El gruñido de Jungkook era amenazante, no importaba cuanto intentaran acercarse a él, lograba asustar a cualquiera, haciendo que los lobos de cada uno sintieran cierto grado de desagrado como respeto.
— ¿Qué haces aquí? – gruñó contra el oído del delta, haciendo que Yohan tragara duro, mientras que era tomado por la fuerza por Jungkook, impidiéndole el movimiento de sus manos y amenazando con el Taser – no se muevan o me desquito con él.
— Jungkook hyung – susurró apenas el delta intentando no sentirse nervioso o soltar más de sus feromonas, sintiéndose atontado por las del omega – solo tratamos de ayudar.
El alfa volvió a cargar el arma como amenaza frente a Jungkook, obteniendo de nuevo al resto del grupo listo para disparar, el omega se sentía atrapado, peor que en la celda, luchando consigo mismo para no perder la conciencia y el control con su lobo entrando en celo, uno muy doloroso y molesto, en especial porque estaba expuesto a tantos olores, feromonas y un ambiente peligroso.
— Haz lo que quieras Jungkook – gruñó el alfa, alejándose unos cuantos pasos, apuntando con su arma al omega, quien lo observó con odio – esta no sería la primera vez que intentas escapar. ¿Quiénes son estos? ¿Te están ayudando?
— No los conozco – gruñó bajo, soportando el dolor en su vientre, casi jadeando en el acto cuando un nuevo calambre se instaló ahí, sosteniéndose con el cuerpo del delta, que estaba siendo prácticamente estrangulado por el agarre en su cuello. Jungkook estaba aferrando su brazo al cuello ajeno —, esto no lo planee.
— Entonces será fácil abrir fuego contra ellos.
— Jungkook, corre, los distraeremos... — el omega aferró más su agarre en el cuello ajeno, hasta escuchar el jadeo doloroso de Yohan, soltándolo de inmediato, se sentía irritable y la situación no ayudaba —... corre... — el delta jadeo por aire – c-corre.
El omega gruñó fuerte cuando intentaron acercarse a él, y en un movimiento rápido se escabulló entre los guardias quienes abrieron fuego entre ellos mismos, los dardos cargados noqueaban a cualquier que recibía las descargas eléctricas, Jungkook no se quedó atrás al tener dos de ellos, uno en su pierna y otro más en su espalda.
Eso no lo detuvo, había pasado años recibiendo castigos con descargas eléctricas para poder soportar ese momento, dos de los guardias corrieron detrás de él, persiguiéndolo para evitar que saliera de las celdas de celo.
Su respiración era agitada, la razón se le nublaba entre el instinto y la conciencia, solo quería huir de ese lugar, mas su lobo le pedía que regresaran para matar a todos esos que intentaban doblegarlo, no se dejaría dominar tan fácilmente de ellos. Jungkook no cedió ante los deseos de su animal.
La alerta del escape no se hizo esperar, comenzando a sonar la alarma junto con las luces de emergencia para iniciar el protocolo de seguridad. Jungkook siguió corriendo, pudo sentir cómo uno de los guardias se acercaba y junto a ello utilizando uno de sus látigos eléctricos, el cual logró hacer que se enredara en la muñeca lastimada del omega, quien jadeó adolorido por la piel siendo quemada nuevamente. Cayó de rodillas, jadeando por un poco de aire, esperando que su pobre víctima se terminara de acercar hasta él.
— Te tengo omega – aquellas fueron sus últimas palabras, pues Jungkook no dudó en tomar entre sus manos el látigo electrificado, acercando al delta lo más que podía para tomar su cuello en un fuerte agarre.
— ¿A quién crees que tienes? – un calambre insoportable le hizo doler el vientre y con eso solo pudo jadear y apretar el agarre en la garganta contraria, sosteniéndose de ahí hasta que el dolor le dejó en paz, soltando el cuerpo sin vida del guardia —. Maldito alfa de mierda – bufó, para luego ponerse de pie, no teniendo tiempo de quitarse el látigo, el cual había dejado de tener la carga eléctrica.
— Quieto ahí.
— ¿No se cansan? – se quejó nuevamente, tomando aire y un nuevo impulso para correr hacia el fondo del pasillo.
Siguió corriendo hasta que llegó a un pasillo solitario, donde entre las luces rojas intermitentes encontró a otro alfa, el cual parecía a la defensiva con su arma lista para disparar, cosa que no le agradó en lo absoluto. Representaba una amenaza el hecho que tuviera el caño apuntando justo hacia él, una vez notó su presencia, el sonido de las botas de los guardias alertó a Jungkook.
De nuevo sus pasos lo llevaron a correr en dirección del alfa, que parecía desconcertado al verlo correr hacia él, en especial porque ni bien lo tuvo cerca utilizó el látigo que estaba enredado a su muñeca, para usarlo como un inmovilizador.
— ¿Qué haces? ¿Quién eres? – gruñó el alfa. Taehyung forcejeó intentando soltarse, obteniendo resistencia por parte del omega, quien fue casi noqueado por el olor de ese alfa; era como el aroma extraño de Yoongi en la celda, el gruñido bajo de quien tenía en un agarre fuerte lo regresó a su realidad, haciendo que los sentidos de Jungkook volvieran en sí, mas no perdiendo de vista el frente, esperando a ver al resto de guardias.
— Quieto, alfa – la voz gruesa de Jungkook fue como un sonido blanco para Taehyung, quien se sintió confundido ante el tono que había utilizado, mas no se quedó inmóvil, por eso... fue debido a que el cuerpo ajeno se había pegado demasiado a su espalda – si te mueves, no dudaré en matarte.
El quejido bajo del omega hizo que despertara algo en Taehyung, podía sentir a su espalda cierta hinchazón en el vientre ajeno que se apoyaba contra su espalda baja, el aroma fuerte del té verde destacaba en él, como un té concentrado por efecto del celo que estaba sufriendo.
— Tranquilo, no soy de este lugar, puedo ayudarte si estás en peligro.
— No necesito ayuda – pero mientras decía aquello estaba apoyándose en el cuerpo contrario, sosteniéndose porque no podía soportar la incomodidad de los calambres en su vientre, sin embargo, aspirar el aroma emanando del alfa le hizo sentir solo un poco mejor.
— Confía en mí – un gruñido bajo se escuchó en el momento que Jungkook notó a tres guardias llegando hasta ellos – avanza lentamente hacia atrás, hay una salida que podemos utilizar, confía en mí. Me puedo encargar de ellos mientras te doy un poco de ventaja.
— Omega, suelta a ese guardia – alzó la voz aquel alfa que tantas veces le había causado problemas – tu equipo de rescate está inmovilizado, no tienes escapatoria.
— No te acerques o lo mato – eso estremeció el cuerpo del alfa que sostenía, pero no parecía una tensión de miedo, este hombre no le temía a pesar de que lo tenía inmovilizado y para Jungkook sería fácil quitarle la vida en un movimiento rápido. ¿Acaso lo estaba subestimando?
— Hey, tranquilo, solo confía en mí – murmuró Taehyung haciendo que poco a poco Jungkook caminara hacia atrás – prometo que hay una salida si seguimos por este camino. Confía en mí.
— ¿Por qué debería hacer eso? Eres un alfa... agh... — el dolor volvió a él, aún más fuerte, sintiendo humedad entre sus piernas, sabía que aquel estúpido líquido comenzaba a hacerse notar, cosa que hizo que los guardias al otro lado mostraran sus lobos.
El gruñido de Taehyung fue en un tono alfa que hizo al resto bajar un poco la cabeza, siendo obligados a mantenerse a raya, con parsimonia y procurando no asustar al omega que estaba sufriendo de una ola de calor, tomó las manos que se aferraba a su cuerpo, haciendo que soltara su agarre para por fin estar libre; intentó tocar la muñeca del omega, pero el siseo de este junto con un gruñido le hizo bajar la mirada.
Estaba gravemente herido, tenía quemaduras provocadas por algo, la piel lacerada junto con algunos rastros de sangre. Los guardias activaron sus propios látigos cargados, dejando más en claro el cómo se había provocado esas heridas, el omega. Taehyung no perdió tiempo, tomando su arma, disparando tres veces hacia el frente.
Haciendo que dos de ellos retrocedieran lo suficiente y el tercero se encontraba en el suelo con una herida en la pierna.
Al que se vuelva a acercar terminara con una puta bala en la cabeza – alzó la voz con un tono alfa plasmado en cada palabra, haciendo que los guardias se sintieran obedientes, comenzando a buscar entre su equipo los tapones de oído que utilizaban al estar cerca de Jungkook – ¿estás bien? ¿Necesita ayuda?
— N-no me toques.
— Lo siento, solo quiero que salgamos de aquí, ¿de acuerdo? Estás entrando en celo...
— Qué observador eres... agh... mierda... — Jungkook se abrazó a sí mismo mientras repetía internamente su propio mantra para no enloquecer, quizá en otro momento estaría mordiendo su cuerpo para no perder la razón, pero justo ahora no se sentía dispuesto a hacer eso. Alejó el tacto de Taehyung cuando este trató de ayudarle a ponerse de pie – No.
El alfa alzó las manos fuera del alcance del omega, quien lo miró con confusión, pues sus negativas solo eran consideradas como desobediencia y motivo de someterlo. Los siguientes disparos que escuchó fueron directamente hacia otro guardia que intentó acercarse a ellos.
— No tenemos tanto tiempo. A la cuenta de tres corremos – susurró, Taehyung, lamiendo sus labios con nerviosismo, entrelazando la mano del omega con la suya, no dándole tiempo para que saliera de su estado nublado cuando alzó de nuevo la voz —. Tres... ¡Corre!
Jungkook sintió la mano ajena entrelazándose con la propia, halándolo con fuerza para correr en dirección contraria a los guardias, sus pasos trataban de seguir los del alfa, quien en un punto de su escape lo soltó alzando la voz para indicarle que siguiera adelante y que él los detendría.
No lo pensaría dos veces, tampoco miró atrás cuando escuchó los disparos en el pasillo, mucho menos esperó que las palabras del alfa habían sido verdaderas al notar una luz brillante al final. Siguió corriendo, avanzando hasta llegar a esa zona llena de luz natural.
El bosque lo recibió de nuevo, sintiéndose más que eufórico por haberlo logrado, los disparos detrás de él seguían perturbándolo y sin pensarlo mucho más siguió su instinto, correr hacia la libertad que tanto anhelaba. No más procesos raros, no más inyecciones, no más doctores y guardias, se sentía libre.
Las náuseas lo invadieron tan pronto como su celo se hizo más fuerte, jadeaba por aire y se sentía perdido porque no tenía la más remota idea de donde estaba o a dónde dirigirse.
Dentro de aquel pasillo oscuro con la respiración agitada, sintiendo un cosquilleo extraño en su cuerpo, Taehyung trataba de mantener a raya a los guardias, habiendo inmovilizado a dos de ellos.
— ¡Quién mierda te crees que eres! – gruñó el alfa en el frío suelo, sufriendo ante el dolor de dos disparos en su pierna y otro en su costado.
— Tu peor pesadilla si intentas acercarte a ese omega de nuevo. ¿Qué es este lugar? ¿Por qué torturan omegas?
— No torturamos omegas – se quejó, intentando contener el aliento que con cada inhalación le era tan difícil – ese omega al que dejaste huir es el más peligroso de todos. Ha enviado a dormir a todo aquel que se cruza en su camino. Jungkook es peligroso...
— Está en cinta y aun así lo atacan – gruñó Taehyung, aún confundido por el aroma que despedía, intentando encontrar lógica en la hinchazón del cuerpo contrario.
— No lo está – el grito ahogado del alfa fue la respuesta al tener a Taehyung presionando su pecho con su zapato, provocando que la hemorragia siguiera – solo es un procedimiento... es un procedimiento.
— ¿De qué?
— Óvulos... o-óvulos.
Taehyung aplastó un poco más el cuerpo ajeno, sintiendo la ira creciendo en él, todo provocado por su propio lobo, no podía creer la injusticia que se estaba llevando a cabo con los omegas de ese lugar, por ahora no podía hacer mucho con el resto que posiblemente se encontraban ahí, porque podía percibir todos los aromas mezclados en ese lugar.
¿Cuántos habría? ¿Docenas? ¿Cientos? Era imposible de saber, pero si encontraba al omega podría tener respuestas. Dio un último golpe al cuerpo debajo de su zapato, para luego salir corriendo por el pasillo, siguiendo su propio instinto al buscarlo.
El aroma del té verde cosquilleándole en la nariz le hacía más fácil seguirle el rastro, solo debía alcanzarlo no sería difícil sabiendo que se encontraba a nada de terminar de entrar en celo. Además, el lugar estaba rodeado, era laberíntico si no podías orientarte con facilidad, la naturaleza cumplía con su función de confundir a cualquier intruso.
Aspiró unas cuantas veces, sonriendo de lado al sentir cómo sus propios músculos se tensaban, había encontrado algo y no lo dejaría ir tan fácilmente.
Al mismo tiempo, Jungkook corrió tan rápido como le era posible, tanto como se lo permitía su cuerpo, huyendo de los posibles guardias que le siguieran porque dudaba mucho del alfa al cual había dejado atrás, diciendo que se encargaría de ellos. Sentía que el aire comenzaba a escasear, sus pulmones ardían, sin embargo, eso no importaba, mucho menos cuando escuchó los gritos detrás de él.
Era libre, eso rondaba en su cabeza, completamente libre, lo podía sentir de nuevo en su piel, la cual contrastaba contra el frío del bosque que lo rodeaba, su piel comenzó a cosquillear, haciéndole saber que su lobo pedía salir no solo como efecto del celo, sino porque la libertad le llamaba a cambiar de forma.
— ¡Omega! ¡Jungkook! – la voz de ese alfa le estaba haciendo estremecer, ¿seguía vivo?, su lobo tomó el control completamente de su cuerpo – ¡omega! Regresa.
Tropezó apenas cuando le fue imposible controlar el cambio, cayendo al suelo por algunos segundos, mientras que sus músculos se estiraban para darle paso a su forma lobuna, cubriéndole la piel blanquecina por un pelaje gris, sus extremidades cambiaron por fuertes patas que lo sostuvieron para ponerse de pie y así iniciar su recorrido ágil entre el bosque.
Sus sentidos agudizados intentaban captar la dirección que debía tomar, distrayéndose con el trinar de los pájaros, invadiéndose de la libertad, saboreándola incluso en su lengua, el musgo, las cortezas, la tierra mojada, el aroma a cierto cítrico extraño. Se dejó confundir por ese último, olvidando que estaba huyendo de un posible peligro.
En la salida de aquel lugar, Taehyung pudo percibir el golpe del aroma a té verde, tan fuerte, llamando a seguirlo y su lobo no se hizo del rogar cuando él mismo provocó el cambio, afianzando sus patas traseras para darse el impulso que necesitaba para perseguir al omega, quizá lo asustaría, mas en él se encontraba latente el instinto de protección.
Jungkook era ignorante de lo que ocurría, podía escuchar las ramas crujiendo, el viento moviendo las copas de los árboles, mas se sentía ignorante del porqué de pronto el aroma que había captado desapareció. Mientras que él seguía intentando buscar una salida, detrás de él se abría paso un enorme lobo con pelaje pardo, que le estaba siguiendo, ahora con mayor fuerza en su persecución al captar que el omega había cambiado de forma.
Ambos animales se enfrentaron por unos segundos notando la diferencia de tamaños, siendo un poco más pequeño el lobo de Jungkook quien no dudó en mostrar los dientes al notar la presencia contraria, mas el otro no se inmutó. El omega le gruñó una vez más, exigiendo que se alejara, sin obtener respuesta, así que en un rápido y ágil movimiento comenzó a correr lejos del alfa.
Era un pequeño juego de persecución para Taehyung, quien no pudo evitar sentirse más curioso por la naturaleza del omega, sus patas fueron más rápidas y el quejido del lobo gris lo hizo alterarse, en especial cuando sintió de nuevo el aroma de este engrosándose.
Se aprovechó del momento, avanzando más rápido, abalanzándose sobre el pequeño lobo gris, aprisionándolo entre sus patas, gruñendo cuando este no se quedó quieto, una vez estuvo inmovilizado, volviendo a chillar cuando otro dolor más le invadió, perdiendo así el control del cambio, regresando a su forma humana, con Jungkook jadeando por aire, con su flequillo sudado, sus labios entre abierto y esa piel tan blanquecina, parecía que jamás se había expuesto al sol.
Jungkook se sentía indefenso, sin fuerza, pues al fin había alcanzado el pico alto de su celo, se retorcía debajo de aquel enorme animal, no porque tuviera miedo, sino más porque intentaba controlar los espasmos que agobiaban a su cuerpo. Un gruñido bajo lo hizo entreabrir los ojos, mirando fijamente los ojos tintados de un rojo intenso.
— ¿Qué haces? – cuestionó al notar que el lobo solo lo observaba, no haciendo ningún movimiento extraño o amenazante, simplemente dedicándose a verlo – quítate de encima... agh.
Los ojos de ese omega eran hipnotizantes, solo quería seguir viéndolo, cambiaban de color estando entre tonos violeta y verdes. Nunca había visto algo como eso, ni siquiera en una refracción de lobos.
— No te muevas – pidió el omega al sentir que una de las patas traseras del lobo se cerraba más, aprisionándolo, haciendo que su cuerpo doliera – espera, no quiero que duela...
Taehyung notó que la razón de su dolor estaba en su vientre, se preocupó al notar, la hinchazón, también tenía un punto con sangre y lo que parecía ser un golpe, sumadas a varias manchas más, ¿en serio no estaba en cinta? Era imposible que el aroma del omega fuera así sin estarlo ¿Estaría perdiendo al cachorro y de ahí la razón para tratarlo de aquella manera? Con incertidumbre olfateó la piel expuesta del abdomen de Jungkook, quien sintió el frío de la nariz como una ola helada que calmó un poco el calor.
— Deja de olfatear, no te han enseñado que es de mala educación – Jungkook se quejó nuevamente cuando su entrada palpitó tan anhelante por ser atendido y tener a ese alfa sobre él no ayudaba.
El lobo siguió olfateando el cuerpo ajeno, no encontrando ningún rastro de embarazo en el omega, se podía olfatear cierto ápice de aroma dulce, mas no se debía a un estado diferente al de un celo. Con curiosidad, comenzó a seguir el rastro de la esencia ajena, llegando hasta la curvatura del cuello de Jungkook, quien seguía perdido en el ir y venir de su lobo.
Taehyung veía el cambio en esos ojos como si se tratara de una aurora boreal encapsulada en dos fanales enormes, deleitándolo con cada uno de esos colores. Era como si la refracción de su lobo con el de su pareja unida se combinaran para crear ese perfecto espectáculo.
Sin embargo, en toda esa lógica, en todo lo que el alfa conocía sobre los lobos, mostrándose, existían detalles que no cumplía este omega. El primero era que no existía una marca en su cuello que le hiciera saber que estaba unido, un lazo roto solo provocaba la muerte de sus animales internos, en el mejor de los casos sería como su madre quien poco a poco se iba apagando.
La segunda era que, los omegas de bajo rango no pueden cambiar de forma porque es más fuerte el razonamiento que el instinto animal, por lo que se mantienen medianamente controlados a diferencias de las jerarquías altas, como él mismo, como el resto de familias principales en todo el reino, como todas las cabezas de los clanes.
— ¿Quién eres? – exigió Jungkook, aferrando sus manos al pelaje pardo que tenía a su alcance. Podía notar que su voz solo confundía al lobo, mas no obtenía que se doblegara, cosa que el omega no pasó desapercibido, quedándose muy quieto cuando el alfa volvió a poner su nariz fría sobre su piel ardiente.
Estaba demasiado cerca de ese espacio tan íntimo de un omega, Jungkook se sintió amenazado cuando sintió el filo de los colmillos tan cerca de su piel, comenzando a retorcerse para que se alejara de él. Taehyung gruñó para que se quedara quieto, mas eso solo ocasionó que su hocico se abriera lo suficiente para que sus colmillos rozaran la piel, cosa que molestó al omega.
— ¡Quítate! – volvió a insistir y en un movimiento un tanto descuidado de su parte, expuso más de su cuello, haciendo que por fin los colmillos se enterraran en la piel en el momento que un segundo gruñido fue dado.
El dolor fue aún mayor debido a las fauces del animal, su espalda se arqueó como un movimiento involuntario ante la respuesta de lo que estaba sintiendo hasta llegar al punto de encontrarse con los dientes del lobo, perforando más profundo, provocando una unión inesperada la cual el mismo Taehyung sintió en sus propios huesos, alejándose de inmediato al sentir la sangre en su lengua.
Dentro de todo lo que sentía, los calambres en su vientre disminuyeron, el calor pronto dejó de ser un problema para Jungkook, para finalmente concentrarse solamente en el ardor de la herida abierta, la cual era observada con horror por el alfa, quien de inmediato intentó curarla.
— ¡No te acerques! – quieto. Eso lo había escuchado en su mente, Jungkook estaba escuchando la voz de alguien más en sus pensamientos, dejándolo completamente confundido – ¿q-quién dijo...?
Quieto, debo curar...
De nuevo ahí estaba y tan pronto como se quedó sin hacer algún movimiento, el lobo volvió a su cuello, comenzando a dejar lamidas extensas, se sentía extraño la humedad, picaba en su piel y al mismo tiempo calmaba su malestar. Su calor comenzaba a menguar, el ardor ya no se sentía tan incómodo, la humedad entre sus piernas había cesado, el dolor palpitante de su propia erección había disminuido.
Sentía el cuerpo relajándose tan pronto como las lamidas se hacían lentas, el sedante en su organismo comenzaba a hacer efecto de nuevo, haciendo que sus músculos tensos dejaran de responderle. Sus ojos comenzaron a cerrarse al sentirse tan relajado, odiándose a sí mismo porque ni siquiera estaba seguro de quién era ese alfa, si era bueno o lo encerraría de nuevo.
Taehyung terminó de curar la marca que por equivocación habían creado, sintiéndose extraño, el cosquilleo en su cuerpo al poder percibir de cierta manera una unión con otra persona era extraña. Notó cómo poco a poco Jungkook se quedaba, ¿dormido? Quizá era debido al choque de adrenalina y la persecución.
Volvió a su forma humana, tomando en brazos al omega, quitando el cabello de su rostro, notando las facciones de este, detallándolo completamente, su lobo aún se encontraba expuesto en sus ojos, las facciones filosas de un perfecto cambio de forma podían reflejarse en el rostro de ambos; sin embargo, Taehyung no podía evitar observar con atención a Jungkook sin perderse de vista al omega que había tomado como suyo por equivocación.
— No sé quién eres, pero me aseguraré de protegerte y encontrar una respuesta a todo ese lugar – el alfa observó la herida que estaba cerrando correctamente – lamento eso, de verdad no quería esto para ti.
Alzó en brazos el cuerpo débil, el cual perdía el calor de la fiebre del celo, claro síntoma de la marca de unión, al tenerla el celo podía menguar hasta una nueva ola de calor. Taehyung comenzó a caminar con cautela, intentando no lastimarse los pies descalzos con alguna rama, haciendo lo posible por cubrir la desnudez ajena con su propio cuerpo.
Siguió avanzando hasta que encontró el camino de regreso a la entrada donde sabía que estaría el auto en el que habían llegado, esperando no encontrar ningún guardia; para su suerte, el alboroto que había hecho en el interior del lugar los había distraído lo suficiente como para hacer que el personal a cargo de la entrada no pusiera atención en los alrededores.
Se movió tan rápido como podía, avanzando entre los árboles, ocultándose a plena vista, hasta llegar al auto donde se adentró ni bien pudo, asustando al alfa que estaba esperando y observando lo que ocurría en el exterior.
— Majestad, ¿se encuentra bien? ¿Qué ocurrió con su ropa? ¿Quién es él?
— Calla, por ahora solo necesito que me prestes tu abrigo y teléfono.
El alfa acató la orden de inmediato, comenzando a quitarse el abrigo largo, el cual entregó al líder de su clan, quien se encontraba completamente desnudo, esperaba que se cubriera con aquella prenda, pero en realidad lo que hizo fue colocárselo al omega inconsciente.
— Tu teléfono, por favor.
— Sí, – le entregó el aparato y el líder no perdió tiempo en tomar asiento junto a Jungkook, abrazándolo de manera protectora, no dejando que alguien más notara la marca reciente en el cuello.
Tomó el aparato para comenzar a marcar a Namjoon quien no esperó un segundo timbre para atender la llamada.
— ¿Tienes encendido el auto? Tenemos que buscar al líder... — fue un susurro casi mencionado entre dientes y con un tono agitado por parte de Namjoon, considerando lo conveniente que era el que su chofer le llamara.
— Namjoon hyung soy yo.
— Mierda, Taehyung, ¿dónde estabas? ¿Por qué no respondiste? Esto se volvió una locura.
— Luego te explico, ¿cuánto más tardaras en salir?
— Estoy por hacerlo, me están escoltando hacia la salida porque hubo un problema, algo de un estado de emergencia y ataque. ¿Estás bien?
— Lo estoy, solo necesito que te quites mi abrigo para que me lo entregues al entrar al auto.
— ¿Por qué?
— Ya entenderás. Sube del lado del copiloto cuando estés aquí.
No esperó una respuesta por parte de Namjoon, solamente se dedicó a tener aferrado a Jungkook contra su cuerpo en el pequeño espacio del asiento de atrás, el lugar se estaba invadiendo por el olor de ambos, cosa que Taehyung no podía notar, aunque sí estaba confundiendo al otro alfa al escuchar a su líder tan preocupado por ese omega.
— Estarás bien, lo prometo – susurró hacia Jungkook, quien apenas se removió entre sus brazos – llegaré al fondo de todo esto.
El sonido de la puerta del copiloto lo hizo alzar la mirada hacia el frente, donde Namjoon se adentraba al auto sin ver lo que ocurría en la parte de atrás, dando la orden de salir del lugar ahora que estaban distraídos.
— Me quieres explicar... — Namjoon no pudo controlar su expresión cuando notó a su líder aferrado al cuerpo de un chico, lo que era más desconcertante era verlo desnudo, a ambos, con excepción de que el otro estaba cubierto por un abrigo – qué mierda sucede aquí...
— Puedes darme mi abrigo, estoy muriendo de frío – el alfa le concedió la petición, extendiéndole el abrigo – gracias.
Con el mayor de los cuidados acomodó el cuerpo contrario de tal forma que le permitiera colocarse la prenda, teniendo a Jungkook aferrándose a su cuello, haciendo un puchero abultado, murmurando apenas en molestia por el movimiento extraño. Un estremecimiento se apoderó del alfa al sentir la nariz del omega moviéndose sobre la piel de la curvatura de su cuello.
Bajó la mirada para observar lo que estaba haciendo, ningún omega o persona se había acercado así a él, ni siquiera Jimin se había atrevido a oler su aroma desde la fuente principal, sin embargo, el notar, las arrugas en el ceño de Jungkook le dejó más que claro que no pudo obtener una pizca o un ápice de su aroma.
— Supongo que esta es tu manera de cobrar la manera descarada que tuve de olfatear su cuello – murmuró entre dientes el alfa, terminando de colocarse la prenda alejando al omega de la fuente de su esencia – lo aceptaré solo por esta vez.
Tanto Namjoon como el otro alfa decidieron darle privacidad, sabían que no era momento y tampoco los más indicados para recibir una respuesta por parte de su líder. Además, debían salir de ahí ahora que no estaban prestando atención a su partida, saliendo así sin más.
Taehyung no se sintió seguro hasta que estuvieron lo suficientemente lejos del lugar, logrando por fin concentrase en algo más que no fuera el no comprender cómo era posible que ahora estuviera unido a un omega, el cual no podía percibir porque tan pronto como lo quitó de la curvatura de su cuello, aquella sensación de cosquilleo desapareció. ¿Era una verdadera marca o una simple mordida?
— Líder, me dirá lo que ocurrió – cuestionó nuevamente Namjoon esperando una respuesta por parte del alfa que estaba con la mirada perdida en la ventana, sin dejar de aferrar su agarre en el cuerpo inerte – ¿Líder?
— ¿Jimin está en la residencia? – preguntó, en cambio, obteniendo una afirmación —. De acuerdo, por favor, pide al personal que nuestra llegada sea lo más discreta posible.
— De acuerdo.
— También necesito que bloquees mi teléfono, borres la información que haya en él, de ser posible que se queme completamente.
— ¿Te enfrentaste con alguien como para mutar?
— Algo así. Solo avancen por favor.
No hubo más preguntas respecto a lo que había sucedido, el alfa pudo escuchar a Namjoon hablando por teléfono para ordenar que borraran su teléfono, sería la única evidencia de que él estuvo ahí o al menos que pensaran que alguien de su clan estaba ese lugar.
El arma que usaba para ese tipo de salidas siempre eran descartables, no estaba identificada como suya y aunque la encontraran, el guardia con el que tuvo esa amena charla sería el culpable por tomar el arma en un último intento de dispararle.
Quien eres...
Podía escucharlo claramente, como una voz en el viento, la cual se colaba en su mente, repitiendo una y otra vez, podía estar inconsciente, pero los pensamientos del omega solo repetían una cosa y era el querer saber quién era él. Estaba completamente jodido, porque si la mordida terminaba siendo una marca estaría en problemas, algo que podría resolver con ayuda de un experto.
— Namjoon hyung – el mayor murmuró una respuesta mientras que intentaba procesar todo lo que había vivido en una sola tarde, masajeando el puente de su nariz y recostado levemente contra el cristal de la ventana – puedes pedir que un doctor nos espere en la residencia.
— No te preocupes, ya lo había hecho – la mirada dragón del mayor a través del espejo retrovisor fue suficiente para hacer que Taehyung no hablara más – no sé dónde lo encontraste, pero si lo proteges de esa manera debe encontrarse en un estado delicado.
— Eso es lo que quiero saber.
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