
Noveno
... Los secretos son como dagas perfectamente ocultas
... ¿Acaso la puedes ver aunque no esté más?
... Los sentimientos terminan siendo el fin e inicio de algo más grande
Código del Informe: #IV-23456-08/24
Análisis de sangre completo:
Grupo Sanguíneo: A+
Factor RH: Negativo (requiere monitoreo de anticuerpos anti-D debido al riesgo de incompatibilidad Rh)
Casta: OMEGA
Se registra un nivel de Glucosa entre 70-99 mg, estable dentro de los parámetros.
No se presentan alteraciones en el recuento de Glóbulos rojos o Glóbulos blancos, Recuento de plaquetas entra en los estándares normales.
Observaciones:
Los niveles de glucosa y perfil lipídico del paciente están dentro de los rangos normales de una persona embarazada (Hormona HCG 30, 125). Es recomendable el monitoreo del Rh negativo para prevenir complicaciones relacionadas con la incompatibilidad sanguínea. El hemograma muestra niveles adecuados para la etapa gestacional.
La voz robótica del escáner de su habitación por fin terminó de mencionar cada aspecto que había pedido analizar, era asombroso todo lo que se podía llegar a conocer a partir de una simple gota de sangre. Tragó saliva tan duro que parecía que la garganta se le cerraba en un nudo apretado que intentaba hacer que no devolviera nada más en su estómago.
Era algo que asumía, los días agotadores de no poder alimentarse bien, estar fatigada todo el tiempo, el no poder salir del baño por largas horas debido a que su cuerpo estaba rechazando todo lo que ingería, la estaban consumiendo junto con el ser que estaba creciendo en su vientre. Llevó su mano temblorosa hacia su abdomen plano, el cual no parecía querer tener un desarrollo normal para estar entrando en doce semanas de gestación.
— Mi Luna, ¿se encuentra bien? – la voz amortiguada de una de las tantas chicas de la servidumbre la hizo estremecer. Quizá el líder Jeon no le brindaba las atenciones hacia ella como tal y muy probablemente no fuera capaz de sentir lo que le pasaba, pero vaya que se había encargado de mantenerla vigilada —. El doctor Min se encuentra aquí, el señor Jaehyung ya se está encargando de conversar con él, pero-
— En un momento bajo – apretó los puños hasta el punto de hacer ver sus nudillos pálidos, cortando el flujo sanguíneo con el fin de que su propio cuerpo respondiera medianamente bien —, necesito unos minutos.
— ¿No desea que el doctor Min la revise, con tantos días estando indispuesta me preocupa...?
— ¡Cinco minutos! Es lo único que necesito – mencionó entre dientes, mordiendo su labio inferior con tanta fuerza hasta hacerlo sangrar. Sus uñas también le rasgaron la piel de las manos sacando hilos de sangre – ¡Obedece!
— Como ordene, Luna.
Solo debía resistir unas pocas semanas, llevar el embarazo más allá de las veinticuatro semanas para que el cachorro sobreviviera fuera de su cuerpo si es que este decidía no quedarse. Esto no era nada nuevo, los bebés siempre la rechazaban a ella, los embriones que se implantaban siempre vendrían con la mejor genética, tan fuertes que cualquier portadora llevaría a cabo un embarazo.
¿Por qué era tan diferente con su cuerpo?
Se había hecho una infinidad de estudios, análisis, escaneos e incluso procedimientos, todos arrojaban resultados normales y perfectos. Pero en el momento que ocurría el celo de su alfa, ese único instante en el que lograba convencerlo para estar con ella y así quedar en cinta para dar un heredero al clan, con todos sus esfuerzos de prepararse previamente, aun con eso fracasaba estrepitosamente.
Fracaso tras fracaso. Embarazo tras otro y ninguno era capaz de llegar más allá de las primeras semanas de gestación.
— Tú sí tienes que sobrevivir, entiendes – casi ordenó entre dientes, tragando saliva con ese repulsivo sabor amargo que le advertía que estaba a pocos segundos de vomitar —, esta es mi última oportunidad. Así que, vive.
Parecía que el ser en su interior no estaba del todo de acuerdo con aquella orden, porque tan pronto como terminó de hablar un calambre intenso se instaló en su vientre.
Tomó entre sus finos dedos uno de los frascos con su medicamento, ese que le había sido efectivo para mitigar todas las molestias matutinas, aunque en esa mañana se le habían agregado nuevos síntomas, prefería no poner atención a lo que su cuerpo le daba de gritos, ignorando su propia naturaleza, incluso a su agotado lobo.
Se aplicó un poco de labial rojo en los labios agrietados, agregó un poco de rubor en sus mejillas pálidas para quitarse la apariencia de enfermedad y así finalmente salir de su baño, abriéndose paso en su habitación donde su cuerpo se congeló por un segundo al notar la presencia de cierto alfa sentado a los pies de su cama.
El líder Jeon mantuvo su mirada en el suelo, aun después de percibir la presencia de la omega saliendo del cuarto de baño. La falta de aroma del alfa hizo que la luna Jeon agradeciera por primera vez su rechazo, aunque este mismo podía olfatear cierto cambio en el de ella, cosa que no le agradaba en lo absoluto.
— ¿Qué haces aquí? – cuestionó al mismo tiempo que se enderezó, colocando su mano sobre su vientre plano de manera inconsciente, sin quitarle la mirada de encima a él, esperando no encontrar al lobo – ¿Seongwoo?
— Llamaste a Min para tener una reunión u otra revisión – su voz le hacía helar la sangre, con esa mirada fría, dura, sin una pizca del hombre que un día fue. Las arrugas marcadas no le quitaban lo atractivo que era a pesar de que ahora todo el tiempo su apariencia fuera melancólica —. ¿Qué estás tramando Eunseo? Dime que no es otro intento más de cachorro, por favor.
— La presencia del doctor Min aquí no tiene nada que ver con un cachorro – la dinámica de ambos se limitaba a ese tipo de interacciones, todo el tiempo a la defensiva, esperando atacar con palabras sagaces —, ¿para eso has invadido mi privacidad?
— Me pareció extraño verlo aquí tan temprano y que tu hermano lo recibiera con tanta impaciencia, pensé que tal vez – el líder Jeon alzó la mirada, como si con detallarle en cada reacción fuera a obtener algo. Nada, su lobo no se comunicaba con el de Eunseo a pesar de tener esa marca en su cuello, no tenían un vínculo, era una unión bloqueada —. No sé por qué llegué a creer que quizá estabas muy mal, la servidumbre me ha informado que te la pasas encerrada en el estudio o en tu habitación.
— Es normal en mí no interactuar con otros.
— ¿Estando aislada? – cuestionó alzando una de sus cejas para por fin ponerse de pie, avanzando lentamente hacia la omega, quien levantó la barbilla para hacerse ver firme y no sumisa – esto no es normal en ti. Has pasado mucho tiempo aquí en casa, ¿qué está pasando?
— Nada – quería cortar esa cercanía, quizá en otro momento estaría gozando de que el alfa siquiera la notara y no solo como un simple fantasma, pero en ese momento tan inestable lo único que pensaba era en apartarlo —. Olvidas que fuiste tú el que me pediste que regresara, yéndome a buscar al recinto.
— Lo sé. Lo hice porque creí haberte sentido... mi lobo me hizo sentir que algo estaba mal, como si estuvieras sufriendo.
No se trataba de ella llamando al otro, tampoco era su lobo pidiendo auxilio para ser rescatados, todo era debido al cachorro en su interior. El alfa siempre reaccionaba a los pedidos de auxilio de los bebés a los cuales su lobo intentaba salvar.
Salvar los cachorros de su propio cuerpo, sacarlos del interior de Eunseo era el fin del lobo del líder Jeon, ¿por qué? Porque la creía un peligro y poco digna de cargar con algo que no le pertenecía, en propias palabras del alfa. Una de esas pocas veces en las cuales el lado más bestial de Seongwoo se hizo presente en su segundo celo con ella, había sido muy claro con que la usaría solo para satisfacción.
Eunseo lo aceptó como una medida desesperada, el lobo del líder Jeon pareció tomarlo, aunque siempre le recordaría su lugar en esa unión. Los primeros cuatro años desde la muerte de la antigua Luna fueron como una tortura y su respuesta ante la falta de conexión era que le guardaría luto a su verdadera pareja.
Estúpidos vínculos de las parejas unidas. Su prima había sido escogida por el alfa, mientras que con ella solo sirvió para salvarle la vida. Egoísta y poco agradecido, aun así tenía la osadía de desaprobar cada interacción entre ellos y el aborrecimiento que estaba haciéndole hervir la sangre no era más que una reacción a los ojos ajenos.
— Estoy bien, líder – sus ojos no dejaron de verse en ningún momento, con el azul marino reflejándose como una batalla entre ambos lobos. Al menos podía agradecer a la madre luna que el líder Jeon había dejado atrás el vínculo anterior, para solo reflejar líneas negras sobre su iris. Un luto eterno —. No sé cuál es la insistencia de asegurarte de eso.
— Me preocupo por ti, Eunseo – susurró el alfa, alzando su mano para apenas rozar la tela del vestido holgado color azul marino que estaba utilizando la omega, su vista paseó por el cuerpo ajeno no sintiendo nada —, el hecho de que nuestros lobos no se lleven bien no significa que me desentienda de ti ¿comprendes?
— Me queda muy claro eso, lo que me molesta es que permitas que tu lobo me lastime – tres arrugas pronunciadas surgieron del gesto poco molesto del líder Jeon al escuchar aquello, exasperando a la omega —, te piensas que con estar alejado de mí todo el tiempo harás que no actúe agresivo, pero es todo lo contrario, lo hace siempre.
— ¿Te lastimó de alguna manera en el último celo? – el alfa alzó su mano, delineando la tela delicada, paseando por la silueta ajena, subiendo despacio hasta llegar al cuello donde se hallaba su marca, esa que no llegaba a ser de un color gris, pero siempre estaría de un insano color amarillo, la cual siempre estaba adornada por un bonito collar con una piedra roja —. Eunseo, sé sincera conmigo.
— No hizo nada – su estómago comenzó a revolotear, haciéndola sentir incómoda sin saber si aquello se trataba de algo bueno o una mala reacción, en específico porque sintió que algo dolía —. Me he quedado en casa porque no me he sentido en condiciones, estaré bien, solo debe ser algún pequeño virus. Le preguntaré a Min, pero no tienes nada de que preocuparte.
El líder Jeon asintió, con ese semblante cansado, como si no tuviera energías para discutir más con ella. Sin embargo, la realidad es que jamás lo había hecho, por el contrario, podía parecer frío y distante, aun así nunca le había levantado una mano en su contra, tampoco le llegó a alzar la voz, en ningún momento llegó a herirla de alguna manera, no consciente al menos.
Eunseo tomó una larga inhalación intentando llenarse los pulmones del olor del alfa, ese que parecía desaparecer por completo cuando no se hallaba en celo, lo cual la dejaba a la deriva en ese proceso de gestación. Sin la presencia del otro era más difícil llevar un embarazo sano, parecía como un fantasma, jamás estaba aunque lo tuviese frente a ella.
— Intento hacer las cosas bien entre tú y yo, ¿comprendes?
— No lo necesito, puedo cuidarme sola. Lo he hecho todos estos años, en tu ausencia – el líder Jeon alzó una ceja, comprendiendo a lo que se refería esa última frase, esa que fue dicha con la intención de lastimar.
— Bien, si insistes en que todo se encuentra en orden, lo aceptaré – la invitó a salir de la habitación, a lo que ella asintió, comenzando a andar unos pasos frente a él. Un líder jamás va detrás de nadie, pero el líder Jeon siempre se asemejaba a una sombra, cinco pasos a la distancia que parecían kilómetros —. Parece que Min tiene mucho trabajo últimamente.
— Eres tan inculto para seguir una conversación decente, ¿acaso el luto te hizo olvidar tus habilidades? – lo miró por sobre su hombro, obteniendo un encogimiento de hombros tan desinteresado como si aquello le fuera indiferente —. Además, ¿te picó el bicho de la curiosidad? ¿Te expusiste a algo en nuestra estadía en el norte?
— Solo busco hacer menos incómoda nuestra interacción – habló lentamente, casi exasperado por la actitud contraria, anhelando que ese rostro que le regresó la mirada por sobre su hombro fuera el de alguien más —. Además, hay muchas cosas que parecen extrañas. La omega que estuvo con el líder Jung aún no ha regresado con nosotros es algo que se habló en la reunión de líderes y si responderé por las cosas del recinto, al menos espero estar informado de lo que ocurre.
— No te preocupes por eso, ya le he pedido al doctor Min que se encargue de eso.
— Eunseo, no utilices la fuerza, sabes a lo que nos llevará.
— Es por estas cosas que nos creen el clan más poderoso y al mismo tiempo más peligroso, pero con tus restricciones nos limitas – la mirada afilada, ese rostro perfecto con rasgos duros, los ojos deslumbrando en un azul marino profundo demostrando lo tenaz que podía llegar a ser, no era la misma mirada que el líder Jeon buscaba y anhelaba volver a ver —. ¿A qué le temes?
— Sabes muy bien a lo que temo.
— Ya no son esos tiempos, Seongwoo – la melancolía se podía sentir en sus palabras, sin embargo, la dureza de sus facciones jamás dejaron su rostro —. La frontera norte nos pertenece, el resto de clanes dependen de nosotros para sobrevivir a sus uniones forzadas y nos ven con respeto. Si no fuera así, ¿crees que tomarían en cuenta tu opinión en las reuniones de vínculos?
— Lo hacen porque el clan se cimentó desde hace años – la omega gruñó al no dejar en claro su punto, pero al mismo tiempo por no poder sacarlo de sus casillas, ¿qué más debía hacer para que el alfa despertara? – Eunseo, no necesitamos hacer un escándalo de todo esto. Si la omega no regresa con nosotros, está bien, según el líder Jung ella se siente a gusto estando con ellos.
— Pero-
— No nos pertenece, fue parte del recinto porque no tenía a nadie más y estaba siendo voluntaria, es lo que dijiste, pero ahora encontró un clan que la acogió sin aun sin importarle que sea una mezcla de castas y sangre.
— Bien, hablaré para que no la traigan de vuelta.
El líder Jeon estiró apenas la comisura de su labio, dejando desconcertada a la Luna Jeon, quien sintió que las rodillas le fallaron, ese gesto era de los pocos que le regalaba el alfa casi siempre luego de tener discusiones de ese tipo donde le hacía ver otro panorama que no fuera el que ella quería ver. Qué más daba una portadora menos, en el recinto ya no contaban con su producción desde meses atrás.
De algo sí que estaba segura, debían hacer que el resto de omegas en el recinto igualaran la producción de su mejor juguete. Jungkook. El solo pensar en él escapando por los pasillos del subterráneo, el recordar que fueron atacados de manera tan perfecta para desviar la atención de todo un protocolo de seguridad le hacía hervir la sangre. Tenían dos opciones, incrementar la búsqueda en la frontera norte sin levantar sospechas con los guardias del muro y la segunda se trataba de agotar la posibilidad de que, quizá, solo tal vez haya huido con alguien.
Eunseo dejó al alfa a mitad del pasillo, comenzando a andar sin preocuparse si le seguía o no, algo que a lo largo de los años dejó de ser importante, aunque nunca estaba de más echar un vistazo hacia atrás, clavándose un puñal ella misma al notar que el líder Jeon cambiaba en dirección contraria a la suya, al final del pasillo de las habitaciones, acercándose a ese lugar.
Un suspiro cargado de molestia fue su impulso para recomponerse y así avanzar hasta el estudio donde ya se encontraban Min Yoongi y su hermano, ambos poniéndose de pie para reverenciar hacia ella como muestra de respeto.
— Doctor Min, espero que traiga buenas noticias – mencionó de manera fría, terminando con el resonar de sus tacones al sentarse en su silla amplia detrás del escritorio.
— He visitado a los clanes y las familias donde tenemos a los portadores, la mayoría los hemos extraído con éxito de las casas, otros – la luna Jeon alzó su ceja esperando que terminara la oración —, bueno, ha habido complicaciones. La portadora del clan Jung parece haberle pedido asilo al líder.
— Estoy enterada de ello – el aburrimiento implantado en su voz hizo que tanto Jaehyung como Yoongi le miraran asombrados —, si el clan Jung decide quedarse con un producto defectuoso que así sea.
— No me parece que esté defectuoso, mi Luna.
— Debe estarlo, si no, ¿por qué razón la unión del líder y su luna ha fallado de manera tan patética?
— Quizá se trate de incompatibilidad entre los lobos – aportó Jaehyung obteniendo una mirada venenosa por parte de la Luna, pero aquello no causó efecto alguno —, no todas las marcas crean uniones y no todas terminan en vínculos sanos, algunos solamente sobreviven porque así lo deciden los lobos, porque es la única alternativa.
— ¿Me estás queriendo decir que quieres comparar mi lazo con el de los Jung? Al menos el mío es estable.
— Pero él no te acepta, vive por la marca en tu cuello, pero sobrevive a su propia existencia gracias a-
— Basta. No voy a escuchar una palabra más.
— No fui yo quien sacó el tema a la luz, eres tú quien se siente atacada todo el tiempo, aunque no se trate de ti.
El golpe seco en la madera del escritorio hizo que Yoongi prefiriera desviar su atención de la discusión de ambos hermanos, no era un tema poco usual, más bien era bastante recurrente. Le aburría tener que presenciar aquello, por esa razón escogía estar en el recinto donde se aseguraba que el resto de omegas tuvieran un trato menos cruel.
Las voces de los hermanos siguieron siendo las protagonistas de esa reunión, mientras ambos intentaban encontrar una razón o bien un argumento válido para hacer callar al otro respecto a por qué hacían todo y de igual manera el porqué dejaban de hacer ciertas cosas, aunque Yoongi no podía estar menos interesado, no cuando las memorias le jugaban en contra.
Su mente no dejó de divagar en cierta mirada dorada, con su lobo bastante impaciente por tener un nuevo encuentro con el príncipe de los Park y si mal no recordaba ahora le pertenecería al clan Kim, debería renunciar a su apellido en algunas semanas ¿eso significaba que la unión de ambos se demoraría? ¿Acaso el líder Kim estaba pensando en retrasar su propia unión? ¿Por qué...?
— Doctor Min – la voz de la Luna Jeon estaba cargada de molestia, aunque eso no fue lo que hizo que el delta regresara toda su atención a ella, más bien fue el temblor en su cuerpo y ese extraño aroma —, necesito saber ¿qué fue lo que ocurrió en la reunión de vínculos?
— ¿La reunión de vínculos? Creo que fue más una toma de decisiones entre líderes – un estremecimiento más en el cuerpo delgado lo hizo observar a detalle. El rostro pálido, los pómulos marcados, las mejillas carentes de carne, labios agrietados y si ponía atención había puntos rojos en ciertas zonas – ¿Se encuentra bien, mi luna?
— Sí – el monosílabo salió entre dientes, en sus ojos seguía reflejándose destellos de su lobo, aquella pequeña riña entre hermanos no podía ser el causante de esas reacciones —. No necesito que me evalúe ahora, primero me gustaría saber qué pasó.
— Si me lo permite, mi luna, preferiría que habláramos de eso después o bien mientras la evalúo – la mirada de Yoongi no fue para nada suave, más bien fue autoritaria —, la noto un tanto distinta, ¿eso que veo en su rostro es dilatación de los vasos sanguíneos en su rostro?
— ¿Hermana? – cuestionó Jaehyung al escuchar esas palabras. Eunseo alzó su mano hacia el alfa para acallar sus palabras, para ponerse de pie.
— La reunión de vínculos-
— Puede esperar, su salud es mi prioridad. Estoy consciente de muchas cosas que pueden interesarle escucharlas, pero esa conversación puede esperar, usted no.
— Me encuentro perfectamente, no quiero nada de evaluaciones y tampoco análisis – su lobo se sentía reacio a cualquier contacto ajeno, estaría bien mientras se mantuviera a cierta distancia tanto del delta como de su hermano, quizá de este último no tanto —. Solo quiero escuchar buenas noticias, desde que Jungkook escapó todo se ha venido abajo.
El delta suspiró con cansancio ante aquella palabra, estando de acuerdo en una sola cosa, desde el escape de Jungkook habían surgido muchas cosas más. El último de los análisis había lanzado niveles distintos en la clasificación de su casta, llegando a niveles mucho más elevados de su condición omega; también tuvieron una mayor producción en la primera extracción de óvulos antes del celo, cosa que no ocurría desde los dos procedimientos anteriores.
De igual manera, habían tenido que recurrir a visitar a todos los omegas fuera del recinto, veinte en total, todos y cada uno cumpliendo distintos roles. Algunos con el fin de satisfacer ciertos gustos, otros para ayudar a regular la unión entre las parejas, otros para aumentar la producción de genética entre alfa y omega.
Solo tenían a dos de ellos ocupados en producir cachorros, uno solo en la producción de óvulos, el otro de una manera poco convencional que no resultó muy bien. La omega del clan Jung se quedaría con ellos a petición de la Luna Jeon y tal parecía que el resto de portadores y productos serían tomados de cada familia con el fin de abastecerse a sí mismos.
— La salida de Jungkook solo nos dejó con la mitad de producción, pero le puedo asegurar que los bancos de conservación tienen tanto material genético como para crear un ejército.
— No es suficiente, necesitamos que los bancos sean eso, un suministro de reserva, no nuestra producción principal – gruñó Jaehyung, quien estaba más que molesto, pues no solo se hallaba en juego los clanes de este lado del muro —, no vamos a dejar que más portadores o producto esté fuera de nuestro control. Ya hemos visto lo que ocurre.
— Fuimos muy permisivos con tal de ganarnos la confianza de las familias. Volveremos a los tratamientos anteriores – ordenó la luna Jeon, luego de revisar algunos documentos – se extraerán los óvulos en el recinto y aquellos que busquen los procesos de fecundación deben llegar ahí.
— Hermana, eso pondría en peligro la seguridad de todos.
— El clan que decida tomar esa opción para que sus miembros crezcan y perpetúen sus familias tendrá que acercarse a nosotros. Basta de ser quienes llevan la solución a los otros – declaró la omega, sintiendo una extraña punzada en su vientre, logrando disimular perfectamente su dolor al apretar su puño, haciendo que este doliera —. Estoy cansada de que vean al clan por debajo porque no tenemos herederos a pesar de todo esto.
— Mi luna, el clan ya tiene herederos – un gruñido bajo fue la respuesta clara de aquello —, no debe someterse a más de esos procedimientos si es con el fin de demostrar algo – la voz de Yoongi fue calmada, casi como si fuera a explicarle las cosas entre ronroneos, ¿acaso estaba usando algún efecto de su casta? —. Si gusta, yo mismo me encargaré de hacer que todos los omegas estén a salvo en el recinto.
— Todo producto defectuoso debe ser eliminado, Min – ordenó Jaehyung con autoridad, haciendo que el doctor comprendiera esas palabras. Con eliminar se refería a todos aquellos que habían cumplido con su ciclo de producción desaparecieran – los omegas que están fuera del recinto, solo cinco de ellos pueden estar de nuevo en producción el resto-
— Comprendo todo el procedimiento a la perfección y me aseguraré de que sean descartados como lo he hecho en veces anteriores – interrumpió de inmediato el delta, al no querer seguir escuchando aquellas frases tan crueles, dirigiendo su mirada hacia la omega —, pero debo insistir que mi mayor preocupación será usted, luna – un gruñido bajo fue la respuesta para aquello obligando a Yoongi para reprimir su propia naturaleza.
— No uses esas cosas conmigo, no lo quiero. Si no te lo pido no lo hagas – exclamó, estando cansada de no poder controlarse a sí misma y no ser capaz de ocultar su estado al delta —. Haz lo que se te ordenó.
— Como ordene, me encargaré de hacer la recolección. ¿Algo más, antes de retirarme, luna?
— Solo vete, quiero estar a solas.
Una reverencia profunda le fue brindada antes de perder de vista Yoongi quien caminó con un paso firme, casi descargando cualquier molestia con cada pisada. Eunseo conocía muy bien la naturaleza impulsiva del delta, el actuar de manera sobre protectora era parte de su propia casta, había aprendido a lidiar con eso, pero en esos momentos no necesitaba aquello. Su lobo pedía otro tipo de atención, una que no era escuchada.
— ¿Hermana, está todo bien?
— ¿Por qué piensas lo contrario? – murmuró apenas, poniéndose de pie entre movimientos tambaleantes que dejaban a la vista su inestabilidad. Su piel estaba pálida y su lobo no había dejado de estar expuesto todo ese tiempo —. Estoy molesta por todo lo que está sucediendo, no hay nada más.
— ¿Segura que solo es eso? – cuestionó un poco incrédulo, avanzando hacia la omega, quien se enderezó con un gesto tenso, evitando su cercanía, rodeando su escritorio para poner distancia —. No parece que solo se trate de un simple disgusto. Me dirás que esto es por ¿Jungkook?
La simple mención de ese nombre le evocaba náuseas, todos sus problemas empezaban y terminaban con ese omega defectuoso, que solo le causaba problemas. Quizá en un inicio fue la respuesta para salvar el proyecto de la extracción de óvulos de manera exitosa, muchos de los procedimientos de reproducción dieron positivo gracias a sus genes, pero con el tiempo solo se convirtió en un ser incontrolable.
— No quiero hablar de él por ahora, me siento cansada. Retírate – pidió casi como una orden hacia su hermano, quien frunció su ceño, no permitiendo que se fuera.
— ¿Qué ocurre? ¿Es algo con el líder Jeon? ¿Te hizo algo de nuevo?
— Eso sería el menor de mis problemas, por el contrario, sería la salvación de muchas situaciones – gruñó bajo cuando Jaehyung le sostuvo de la muñeca para detener su andar por los pasillos, zafándose con facilidad de ese mismo agarre —. No me veas así, no necesito tu lástima o tu sentido de protección de alfa. Tengo un alfa para eso.
— ¿Y dónde está ese alfa para protegerte?
Hizo oídos sordos a las palabras de Jaehyung, siguiendo por el pasillo hasta llegar a las escaleras que la llevarían al tercer piso en el ala oeste de la casa principal del clan, adentrándose a su habitación, esa misma que la recibió años atrás dándole la bienvenida como su nuevo hogar y refugio. No compartía cama con su alfa, no compartía una habitación con él y todo gracias a que el propio lobo la obligaba a no estar en el mismo sitio luego de un celo.
No eres ella...
No quiero tomarte...
¿Por qué intentas suplantarla?
Eran palabras hirientes que se habían tatuado en su piel, en su alma y corazón. Durante los primeros celos del líder Jeon su lobo era demasiado agresivo, aunque todo eso cambió luego de que el alfa encontrara ese pequeño fantasma de su omega en Eunseo. Lo aborrecía, le hacía odiarse a sí misma porque aunque la tomara en el inicio del celo, siempre la imagen que tendría en la mente sería la de Ayeong.
Jamás llegaría a ser algo más que la sombra de la antigua luna Jeon. Frente al resto de personas, bien podría ser una omega poderosa, controlada en sus emociones, toda una digna aristócrata digna de su jerarquía, pero ante el alfa al cual se había unido no era más que una sustituta defectuosa.
"Ayeong... vuelve a mí..."
El dolor en su vientre se extendió más fuerte en cuanto atravesó la puerta del baño, cerrándola con tanta fuerza que hizo temblar los cristales de las lámparas. Cerró con seguro a sabiendas de que su hermano no se había cansado de seguirle, escuchando a lo lejos cómo su voz se volvía un molesto ruido sordo, mientras que sus entrañas la obligaron a doblarse sobre sí misma, no soportando más el estar de pie.
— No, por favor. Madre Luna, no permitas que esto ocurra – una súplica vacía, algo que no podía ser concedido, no cuando su propio cuerpo se volvió en su contra para doler de forma familiar.
Sus rodillas fallaron, haciéndola perder el equilibrio, cayendo al suelo, abrazando sus piernas, sintiendo que el aire le faltaba, con su lobo a flor de piel, luchando por mantenerle cuerda en el agonizante instante en el que algo la abandonaba. Como si fibra a fibra se fuera desprendiendo, los hilos de vida tan delicados a los cuales se sostenía el cachorro en su interior se cortaron.
Lo pudo sentir, lo percibió como una daga caliente clavada en su útero para luego liberarla con un río rojo entre sus piernas, el cual corrió sin tapujos, sin opción a detenerse. Un leve jadeo fue lo único que salió de sus labios, en el segundo que una contracción la obligó para expulsar el resto de sangre, siendo de ayuda para que aquel cuerpo saliera.
— ¡Eunseo, abre la puerta!
Un silencio asfixiante fue la única respuesta, conocía la sensación de estar en shock, la pérdida se manifestaba en un frío espeluznante, la única sensación del lobo contrario a través de su lazo fue de molestia, desaprobación, indiferencia ante el propio llamado de su lobo pidiendo por un consuelo que jamás llegaría.
Sus manos hicieron puños en la falda de su vestido, el cual podía sentir húmedo. Tenía la mirada perdida en algún punto de sus piernas, aun cuando pudo notar la mancha roja extendiéndose por su piel delicada, el hilo carmesí comenzando a caer en el pulcro cerámico gris quiso negarse a la idea de aceptar esa dura realidad.
Sintió cierto peso extra proviniendo de su ropa interior, la cual bajó lentamente con su mano derecha, mientras que la izquierda intentaba mantener arriba la tela azul marino de la falda del vestido, al mismo tiempo que sus piernas se removían con inquietud, con el temor latente de encontrar aquella escena que ya conocía.
— Eunseo, por favor, dime qué está ocurriendo. Derribaré la puerta.
— Vete – susurró muy apenas, haciendo que su hermano no lograra comprender lo que había dicho. Jaehyung incluso posó su rostro contra la madera para escuchar mejor, llegando a entender algunos sollozos y sonidos inteligibles.
— Llamaré a Seongwoo para que se haga cargo de lo que sea que está ocurriendo. No te dejaré así.
— ¡No! – su voz se quebró en aquella negativa al sentir nuevamente otra ola de calor abrasador en su vientre —. Solo vete de aquí.
Los golpes en la puerta se escucharon más insistentes, los gritos, el estruendo de la madera cediendo, no identificando las voces que invadieron su habitación, pudo distinguir la de Jaehyung conversando con otra persona, pero las otras solo eran murmullos. La luna Jeon no podía darle una razón de ser al resto del mundo, no mientras que la sangre que había salido de su cuerpo ahora poseía una figura bastante particular.
Los bebés anteriores no habían llegado a formarse así. Los otros nunca fueron más que una acumulación de líquido rojo. Llevó su mano hacia su pecho que se apretó tanto como si una piedra enorme le aplastara. Su corazón se estaba rompiendo, el interior de su caja torácica comenzó a ser demasiado pequeña para tanto dolor acumulado.
La imagen de un pequeño feto formado se estaba convirtiendo en la peor de sus pesadillas, jamás había visto a los otros, pero este parecía querer castigarla desde el momento de su concepción hasta el último de su corta existencia. Una punzada más de dolor la hizo pujar, su mano presionó su vientre en un intento de contener el calor que la atravesó, sacando finalmente la bolsa de sangre a la cual se encontraba unido.
— No... No. ¡No! – el grito ahogado le hizo arder la garganta, su mano, la cual ahora estaba bañada en sangre, manchando su piel, fue el pulso que le faltaba para reaccionar y caer en la realidad de la pesadilla – ¡¿Por qué?!
Intentó tomarlo entre sus manos, siéndole casi imposible de manipular al encontrarse embarrado en líquido, temiendo romperlo de alguna manera, pero debía sostenerlo, necesitaba al menos tenerlo entre sus brazos por una vez. No era más grande que la piedra de su collar, la cual era del mismo rojo carmín, cabía perfectamente en su mano. Se aferró a él, ahí, sollozando tan alto que a cualquiera podría helarle el cuerpo.
— ¿Por qué no te quedaste... por qué querías irte... — regresó la mirada hacia el suelo, el cual comenzó a teñirse de rojo, su cuerpo estaba perdiendo temperatura al mismo tiempo que su mente se perdía en una nebulosa de oscuridad —. T-tengo que limpiarte, yo...
Sorbió su nariz, mientras que sus ojos ardían por las lágrimas que no le dejaban ver con claridad, sin embargo, con las pocas fuerzas que aún poseía en su cuerpo, logró arrastrarse hasta el lavamanos donde la llave del agua comenzó a dejar correr el agua. Tenía la idea que quizá si limpiaba el desastre, al menos obtendría paz, colocó su mano, revelando así la silueta traslúcida con líneas rojas que le recorrían el cuerpo, resaltando por debajo de la fina capa de dermis.
Extremidades formadas a la perfección, pies, manos, rostro, aunque un tanto desfigurado podía identificar cada parte. Sollozó aún más alto al pasar la yema de su dedo pulgar sobre la delicada capa de piel, no dejando de apreciar cómo poco a poco iba perdiendo color; la vida se le apagó al mismo tiempo que dejó de ser una bolita rosada en un vivo color a un gris, prácticamente imitando su propia marca la cual miró apenas con el fin de saber si el latido en esta demostraba algún indicio de algo.
— ¿Por qué no pude tenerte...? ¿No fue lo suficientemente cálido mi vientre para ti? – otro golpe más en la puerta le hizo estremecerse, alejando del flujo de agua el pequeño cuerpo que aún sostenía entre sus manos.
— ¡Eunseo!
Jaehyung le llamó una última vez antes de meter la llave en la cerradura, poniéndose aún más nervioso al escucharla, casi gimotear y jadear. ¿Estaba llorando o se habría lastimado de alguna manera? Podía olfatear el aroma a hierro característico de la sangre, ¿acaso su hermana intentó alguna locura? Imposible. El cerrojo cedió ante la insistente maniobra con la llave, dejándole el paso libre para esa escena.
Sangre. Era lo único que su mente procesó en un principio. El suelo bañado en sangre, un mar rojo que seguía una perfecta línea hacia un cuerpo débil que apenas y se sostenía del mueble del lavamanos, donde Eunseo tenía sus manos en forma de cuenco, sosteniendo algo con tanto recelo, el labio tembloroso, los ojos en un intenso azul marino y sus pies descalzos manchando el resto de la cerámica.
— Mierda, ¿qué es todo esto? Eunseo¿qué sucedió? ¿Por qué...? ¿Por qué hay tanta sangre? ¿Qué hiciste? – sus pasos lo llevaron hasta ella, pero la vio retroceder, negando y sollozando, llevando hacia su pecho manchado eso que sostenía —. Hermana, ¿qué es eso?
— Solo quería intentarlo una vez más – negó frenéticamente al mismo tiempo que Jaehyung alzó su mano para intentar alcanzarla —. No por favor, no me lo arrebates, aún no. Yo solo... solo quería intentarlo.
Jadeos sorpresivos se escucharon detrás del alfa, dejando a la vista a tres escoltas y dos omegas que eran parte del personal de servicio de la casa, quienes no fueron capaces de resistir ver por mucho tiempo la escena sangrienta. Sin embargo, aun con toda la fatídica escena, no tardaron en ponerse en marcha para moverse sistemáticamente, conociendo muy bien lo harían.
— Eunseo, tranquilízate, ¿sí? Todo estará bien, lo prometo.
— No, ¡Nada de esto está bien, no mientras yo no pueda mantenerlos dentro de mi cuerpo!
La histeria invadió el baño, pero con ello Jaehyung logró avanzar en tres grandes zancadas hacia su hermana, quien se vio atrapada entre la pared del lugar, donde finalmente el alfa la acorraló, atrapándola entre sus brazos no quitándole lo que fuera que tuviera entre sus manos. Fue muy paciente, solo la sostuvo todo el tiempo que duró el arrebato de ella removiéndose hasta que una de las chicas llegó con un calmante inyectable.
Fueron unos pocos segundos, sesenta, quizá noventa, los que le tomó a la medicina hacer el efecto esperado, relajando a la luna Jeon entre los brazos de su hermano, quien ordenó a la servidumbre llamar al doctor Min; aquello fue acatado de inmediato y sin reproche mientras que él tomó en brazos a Eunseo procurando que lo que fuera que sostuviera no cayera al suelo.
El resto de la servidumbre parecía moverse de forma automática, como si aquello se tratara de un procedimiento común, ¿por cuánto tiempo su hermana había hecho eso? Jaehyung, aferró el cuerpo de Eunseo con la intención de protegerla cumpliendo con su propio instinto al verla tan vulnerable; con ellos rodeados de personal de la casa yendo y viniendo con ropa limpia junto con todos los instrumentos para darle una limpieza con paños húmedos y el alboroto de los mandatos de Min Yoongi para hacer que el equipo médico se instalara en la habitación de la Luna Jeon.
— Jaehyung-ssi – reverenció el delta frente al alfa, quien dio un paso atrás abrazando a la omega, mas Yoongi actuó de manera serena no esperando aquel resultado, quizá si ella hubiera aceptado la revisión ese escenario no estaría ocurriendo —, por favor coloque a la Luna en su cama, necesito revisarla para saber cuántos residuos quedan en su interior.
— ¿Residuos?
— Del feto – habló con ese tono frío tan característico en los doctores, sin tocarse el alma para hablar de algo grave frente a los familiares de un paciente. Era su deber convertirse en la parte dura —, necesito ver si sigue sangrando y de ser posible hacer una transfusión – el alfa desvió su mirada hacia el rostro pálido de Eunseo —. Jaehyung-ssi no es momento de dudas.
— ¿Estará bien?
— Me aseguré de eso.
Con un asentimiento y sintiendo que un nudo se instalaba en su garganta, se acercó hacia la cama de su hermana, colocándola de manera gentil, donde ni bien se apartó, tuvo la atención de todo el personal, una de ellas tomando con gentileza aquello que protegió Eunseo todo ese tiempo. Jaehyung terminó por desviar su mirada, en el momento que rompieron el vestido que estaba usando y solo en ese instante fue consciente de las manchas de sangre en su propia ropa.
Todo pasó en un abrir y cerrar de ojos, pero él no se apartó de esa habitación ni un segundo, sentado en el sofá al lado de la ventana. Parecía que estaba viendo una película, una de la cual su hermana era la protagonista que agonizaba. Escuchó la voz de Min Yoongi mencionando que la Luna Jeon se encontraba fuera de peligro, que su cuerpo había expulsado todo y parecía no tener mayor problema.
El feto tenía 12 semanas...
Jaehyung aún se sentía molesto por el simple hecho de que haya intentado tener un heredero, comenzaba a hervirle la sangre con el pensamiento de que el líder Jeon ni siquiera se había pronunciado en aquel espacio, ¿no estaba enterado? ¿No podía percibir el dolor de su hermana? Sabía que no llevaban la mejor de las relaciones, pero la marca en el cuello de Eunseo debía al menos hacerle saber que estaba sufriendo de una u otra manera.
Se quedó ahí mismo, incluso después que toda la servidumbre se retiró, dejándolos a solas, esperando con paciencia el momento en el que Eunseo abriera de nuevo los ojos. Quizá fueron ¿horas? ¿Algunos minutos? Qué importaba, para cuando vio a la omega respondiendo a sus feromonas entre movimientos pesados no dudó en acercarse a ella.
— Hermana – Eunseo sintió la garganta seca y un dolor tortuoso en sus músculos, como si hubiera pasado postrada en cama durante mucho tiempo, pero a juzgar por la luz que atravesaba la ventana no pasaba más allá del medio día —, joder, ¿estás bien?
— Agua – pidió al mismo tiempo que asentía. Jaehyung le extendió un vaso, ayudándola a sentarse lentamente, con esa mirada que gritaba que debía tener cuidado – ¿cuánto...?
— Será mejor que me des una explicación de todo lo que está ocurriendo – la omega desvió la mirada, tomando con mayor fuerza el vidrio del vaso, para luego apenas mojar sus labios —. Eunseo, por favor. ¿Por qué intentaste hacer semejante locura sin decirle a nadie? Sabes perfectamente que esto solo te hace daño.
— Nos casamos porque yo era la omega perfecta para él – mencionó como si se encontrara desconectada de la realidad, sin dirigirle la mirada a su hermano —. Yo le daría el heredero del clan y se olvidaría de Ayeong después de marcarme porque estaría vinculado a mí, me pertenecería, pero no puedo-
— ¿Por qué estás haciendo esto? ¿Por qué te obligas? Jeon me escuchará, él no puede imponerte el tener un heredero y pedir que la ley del Luto eterno lo siga acogiendo como un alma en pena – Jaehyung intentó colocarse de pie, pero ni bien se separó de la cama, Eunseo lo tomó de la mano con los ojos cargados de súplica, negando con un puchero por el dolor que la estaba atravesando.
— No, por favor, él no lo sabe... él no sabe de este cachorro o de los otros dos anteriores... jamás se enteró, por favor no digas nada. Solo ayúdame a ocultar las evidencias de todo lo que sucedió.
— ¿Los otros dos? – Eunseo soltó algo parecido a un chillido lastimero – ¿quieres decir que esta no es la primera vez que lo intentas en los últimos meses? – la mirada de la luna Jeon la delató, aquello no podía ser un evento aislado – ¿Cuántas veces has hecho esto?
— No lo entenderías.
— Por supuesto que no lo hago, ¿por qué poner en riesgo tu vida para tener un heredero? Puedes utilizar algún portador del recinto para hacerlo – la luna, Jeon negó frenéticamente exasperando a Jaehyung – ¿esto es por todas las habladurías que habría? Qué más da si no eres tú la que lo porta, puedes ocultarte durante el tiempo que se geste el heredero sería fácil de-
— Jaehyung, entiende. Necesito ser yo la que se muestre con un heredero en mi interior, no que otro omega tenga eso. Me niego a que manipulen mis óvulos.
El proceso para manejar la genética les había funcionado, algunos con los óvulos extraídos, uniéndolos con la otra parte para engendrar nueva vida, otros solo implantados de manera madura para lograr una fecundación menos intrusiva. Eunseo jamás había sido anudada por el líder Jeon, pues el lobo siempre le negaba su semen, quizá por esa misma razón era que este se molestaba más.
La recolección de producción de esperma se volvió de sus mayores fortalezas para aplicarlo en sí misma, así que Jaehyung no era ignorante del porqué de su interés en esa rama. Eunseo se engañaba al pensar que ese método era un poco más parecido a ser preñada por su alfa, a tener manipulación externa.
— Niégame que todo lo que has hecho para los procedimientos de criogenización de esperma no ha sido para utilizarlo en ti misma.
— No es lo mismo que si alguien manipula mis óvulos y el esperma para luego meterlo en mí. Esto es-
— ¿Qué? Me dirás que esos cachorros fueron producto de una procreación natural. ¿El líder Jeon está enterado de esto? No me refiero a la parte de cachorros, sino a tu loco plan de tomar lo que su lobo te niega – no hubo negación alguna hacia esa acusación, tampoco una respuesta de ningún tipo, cosa que hizo frustrar al alfa —. Eunseo, el concejo, ya ha pensado en los próximos herederos.
— Me niego a que eso ocurra, no cuando estoy perfectamente saludable para llevar a cabo un embarazo.
— Eso de ahí no dice lo mismo.
La luna Jeon no supo cuál de todas esas palabras dolió más. Si el gesto señalando un pequeño frasco que en interior podía verse el cuerpo de lo que horas antes estaba gestándose en su vientre o bien había sido la implicación de esa frase para hacerle comprender que no era capaz de hacerlo por sí misma.
— Hermana, entiende que el nombramiento de los herederos del clan ya es un tema más que contemplado, en cuanto se presenten, serán ellos quienes se encuentren al mando en el momento que alguno de ustedes muera.
— No es justo.
— Es su derecho por sangre.
— Segundos en la línea de sucesión.
— Siguen siendo los herederos.
El simple pensamiento de que esos cachorros fueran los sucesores al mando del clan parecía una abominación, sería como echar por la borda todos los años de esfuerzo. Su cuerpo agotado no podía dar un heredero que fuera del líder Jeon, ¿por genética? Eso parecía ¿por rechazo? Lo más probable, ¿por ser poco digna? Lo ponía en duda, pues su sangre era tan pura como la de su prima.
Aun así, el clan estaba a expensas de dos cachorros, Jeon Haejung y Jeon Dalhyung, hijos del primo hermano del líder Jeon, los más cercanos a una casta pura, los ideales para cumplir el rol de liderar todo un clan en el momento que ellos murieran. La única diferencia de los herederos de cuna, provenientes de la unión del líder y su luna, era que esos cachorros solo podrían optar al liderazgo en el lecho de muerte y no antes.
Jeon Eunseo se negaba aceptar aquello, que no pudiera dar un hijo, que no lograra superar la sombra del fantasma de su propia prima, la cual la seguía persiguiendo aún dos décadas después de su muerte. Su respiración se agitó ante la ira, creciendo en ella, tomando el dije de su collar entre su puño, sintiendo la rabia como un veneno recorriendo su cuerpo.
Debía encontrar una manera. Lo intentaría de nuevo, aun si se lo impedían lo volvería hacer como doce semanas atrás.
— Te dejaré descansar – murmuró Jaehyung al notar que la conversación había terminado con el mutismo de su hermana —, fue un día estresante para ti.
— ¿A dónde irás? – cuestionó con su voz rasgando su garganta, sin apartarle la mirada al alfa que había avanzado decidido hacia la puerta —. Ni se te ocurra decirle a Seongwoo lo que pasó, solo te llevarás un disgusto al no obtener la reacción que esperas y no necesito tenerlo aquí.
— Él lo debe saber.
— Me niego a que un alfa que tiene poca o nula participación en esto me recrimine mis acciones. Eso va tanto para ti como para él.
El alfa bufó bajo ante la ira, desviando la mirada hacia la salida, apenas gruñendo un bien, pues él tampoco se encontraba en condiciones para tratar con el líder de su clan. En situaciones como estas, cuando la vida de alguien que es tan importante no era aún más difícil separar el respeto hacia su líder y mantener la compostura para no romperle la cara a su cuñado por dañar de aquella forma a su hermana, hasta quebrarla.
Claro que el cuerpo podía sanar físicamente, aunque en realidad ¿lo hacía? Que las cicatrices no demostraban que estuvo dañado, ¿qué pasaba con la mente fragmentada de Eunseo? ¿Cuántas batallas se libraban con grietas llenas de filtraciones?
El reflejo en el espejo le mostró una vez más letras, números y algunos datos diferentes, los cuales logró leer, pero no comprender, aun así las comisuras de sus labios se alzaron para sacarle una sonrisa pequeña. Sus mejillas se veían diferentes, podía apretarlas y lo hacían ver gracioso cuando sus labios se abultaban.
Taehyung había mandado a cambiar el escáner anterior después de su pequeño primer encuentro, ahora Jungkook estaba descubriendo muchas más cosas, las dudas que no resolvía con el alfa podían ser respondidas con la voz robótica, aunque algunas cosas le sacaran el malhumor, como el día que preguntó qué significaba tener una edad.
Se refería a los años que tenía después de su nacimiento, el problema fue cuando cuestionó cuántos tenía él, obteniendo una respuesta negativa sobre no tener esos datos. Taehyung le explicó que había preguntas que una máquina no podría responder hasta tener un análisis más profundo, sin embargo, le dieron la libertad de seguir alimentando su curiosidad como lo había hecho todos esos días.
Estado anímico: niveles altos de dopamina...
— ¿Qué significa eso? – cuestionó Jungkook, ladeando la cabeza, borrando la expresión y cambiándola por una de confusión – Dopamina – repitió para que el escáner respondiera su duda.
Dopamina: es un neurotransmisor perteneciente a la familia química de las catecolaminas que se encuentra distribuida en diferentes regiones, su mayor concentración en la corteza prefrontal, se encarga de la toma de decisiones–
— Basta. Detente, eso no me sirve – gruñó alto, haciendo que el escáner obedeciera la orden.
Había muchas palabras extrañas que utilizaba el escáner para definir su reflejo, la mayoría del tiempo le dejaba satisfecho y otra buena parte lo hacía confundirse, pero eso solo podía significar tener un nuevo tema para cuestionar al líder Kim quien siempre parecía emocionado por sus sesiones constantes de preguntas, aunque a veces, solo en ocasiones terminaba pidiendo detener todo. Lo llamaba pausa, Jungkook lo creía un tiempo para pensar.
— Majestad – le llamó, sintiendo el cosquilleo en su cuello como una advertencia de que el otro lado de su lazo había recibido esa corriente eléctrica que le hacía hormiguear hasta la punta de sus dedos.
— ¿Qué ocurre? – el burbujeo en su pecho lo hizo sonreír, mordiendo su labio para evitar hacer que el gesto se agrandara, regresando la mirada hacia el espejo que solo mostraba su reflejo – ¿estás aburrido? Pronto será la hora de la merienda, lamento que el profesor no haya llegado hoy.
— No importa, estuve practicando. ¿Está ocupado? Quiero preguntarle qué es la dopamina – una vibración parecida al orgullo que él mismo experimentaba, le invadió el vínculo, aunque al mismo tiempo pudo percibir lo que parecía ser ese sentimiento de desconcierto tan conocido —, okay ya entendí, pausa. ¿Puedo ir al estudio?
— ¿Al mío o el tuyo?
— Mío.
— Es tuyo, no tienes que preguntar. ¿Espera un momento, dónde estás? Pensé que te encontrarías ahí... Jungkook.
No respondió, cerrando esa pequeña puerta de su vínculo, logrando percibir algo parecido al roce delicado en su marca, la cual se había encargado de curar como le habían enseñado. La herida que había hecho el doctor Park para tomar la muestra ya había sanado, aunque no le dejaron untarla con saliva para que se regenerara más rápido, le estaba gustando la atención del líder Kim respecto a si se encontraba sano.
Avanzó por los pasillos, riendo bajito al disfrutar la sensación en la planta de sus pies, obteniendo sonrisas y saludos por parte del resto de habitantes. Atravesar los pasillos de la primera planta de la casa principal del clan le comenzaba a aparecer su propio lugar de juegos. La vista hacia los jardines le daban una probada de lo que anhelaba ver de nuevo, quizá no sería lo mismo, ahora que había conocido las distintas comodidades no se veía muy a gusto no teniendo agua tibia al bañarse.
La parte de cazar sí que la echaba de menos su lobo, al igual que los recorridos por el bosque encontrando ramas y troncos perfectos para calentarse por la noche, el aroma a corteza era irremplazable. A pesar de todo aquello, su madre siempre encontraba una forma de conectarlo con las personas del otro lado del muro, trayendo a casa distintas cosas.
— Jungkook-ssi – la tan reconocida voz de Yohan le hizo regresar la mirada, sonriendo apenas cuando lo tuvo más cerca – ¿vas al estudio? Pensé que hoy no tendrías lecciones.
— Estoy aburrido, pero Taehyung está ocupado desde la mañana. ¿Él te mandó a estar aquí?
— Sí, ¿cómo es que-?
— No le respondí dónde estaba – se encogió de hombros, sonriendo para sus adentros por haber logrado una parte de lo que quería, habría sido mejor que él saliera de ese estudio para buscarlo, pero le bastaba con saber que lo había desconcentrado lo suficiente como para hacer que alguien más llegara ahí —, ya puedes decirle.
Yohan negó divertido, dando aviso que había encontrado a su hyung quien siguió avanzando hasta llegar a uno de los salones principales de la casa, el cual tenía una mesa redonda en el medio, siempre adornado con un gigantesco arreglo de flores; sobre este mismo se hallaba un candelabro de cristal, el cual siempre dejaba maravillado a Jungkook gracias a la refracción de luz.
De sus nuevos temas descubiertos era uno que le llamaba mucho la atención, porque lo primero que había mencionado el espejo fue que se trata de la luz fragmentándose, para luego mencionar que ocurría lo mismo en una pareja unida, siendo sus lobos el reflejo del otro.
— Yohan, alguna vez has visto una refracción de lobos.
— ¿No?, de dónde sacas ese tema y tan de pronto.
— Es algo que he escuchado por ahí – se encogió de hombros como si aquello no tuviera mayor relevancia y tampoco fuera un tema el cual le diera más preguntas que respuestas —, tendré que preguntarle a Taehyung, el príncipe Jimin no supo explicar muy bien.
— Para ser alguien que no confía con facilidad en las personas, le estás permitiendo acercarse demasiado al líder Kim – Yohan se limitó a acompañarlo, observando a todas partes para asegurarse de que estaban teniendo una conversación en privado – ¿es merecedor de eso?
— No lo sé. Hace cosas extrañas. Me hace enojar y después hace cosas para que no esté molesto con él – la risa baja del delta fue receptora de un ceño fruncido —, aun con todo eso lo que me parece más raro es que no puedo permanecer mucho tiempo molesto con él. También se ríe cuando hablamos.
— Estoy seguro de que no lo hace de manera consciente o con intenciones de molestarte, hyung. Aunque si te soy sincero, lo poco que he visto de él me hace confiar solo un poco más en el líder Kim que en el resto.
— ¿El resto? ¿Hay más líderes?
— Te sorprendería y confundiría conocer toda la red de liderazgos que tienen de este lado del muro. Creía que las manadas éramos complicadas, pero siempre tenemos una misma línea, la de ellos es tan confusa.
Jungkook asintió confirmando lo que escuchaba, recordando a la perfección que en las manadas existía un lobo alfa, el cual siempre lideraba su propio territorio, defendía y protegía a aquellos que pertenecieran a su red de vínculos. Los lobos eran diferentes, ellos siempre estaban comunicándose constantemente, tenían conversaciones internas todo el tiempo y bastaba con encontrar a la persona dentro de la unión de todos para lograrlo.
Se le hacía muy fácil manejar su vínculo con Taehyung, ahora que había practicado un poco más con un lazo verdadero. En el pasado nadie lo aceptó en las manadas por ser ajeno a ellos, un no nacido en la cuna de su vínculo. Yohan le explicaba cómo funcionaba todo aquello, pero no fue hasta tener la mordida del líder Kim que comprendió más el funcionamiento.
— Hyung – le llamó en voz muy baja, obteniendo la mirada contraria —. Los otros han mencionado que están moviendo a muchas personas, pero ninguna es tu madre, tampoco sé nada respecto a Ryeon.
— No sabía que tu hermana había salido del cuidado de los alfas.
— Fue mi culpa, intentó ayudarme para infiltrarnos, pero no tengo idea de dónde está, lo último que supe es que logró estar al lado de una de las familias de los clanes y que pareció encontrar cierto gusto por el helado.
— ¿Helado?
— Un postre – respondió a secas – el punto es que ella también ha logrado posicionarse en un lugar, solo debo comunicarme con los otros. Aunque para ser sincero, cada vez se están cerrando más las vías de comunicación.
— Hablaré con Taehyung – habló con determinación, avanzando hasta llegar a los ventanales gigantes del salón —, le pediré su ayuda.
— Ten mucho cuidado, hyung. Sé que estás bajando la guardia con todas estas libertades y lo que te ha dado, pero recuerda que cualquiera puede apuñalarnos por la espalda, incluso en un lugar tan bonito como este.
Lo tenía claro, el hecho de que aceptara la cercanía de Taehyung no era sinónimo para confiar en todos. ¿Podía confiar en el príncipe Jimin? ¿En Namjoon-ssi? ¿Qué pasaba con el príncipe Seokjin quien parecía siempre estar saliendo por días con la excusa de cumplir responsabilidades?
Suspiró cansado de pensar más allá de lo que podía entender y dado que Yohan se alejó para hablar por el comunicador para luego tomar una postura tensa, eso solo podía significar que faltaba muy poco para tener compañía. El estremecimiento en su cuerpo se lo advirtió, ignorándolo por completo, prefiriendo concentrar su atención en ese salón que le parecía bastante similar a una de las antesalas del recinto, con la excepción que este se hallaba iluminado, cálido y lleno de esa esencia.
De sus lugares más afectos, podría catalogar aquel espacio amplio como uno de ellos, después del estudio en el lado Este de la primera planta, donde cierto vínculo se mantenía cosquilleando y erizándole los vellos de la nuca cuando le advertían de su proximidad. Por eso mismo, cuando se giró hacia la entrada de ese salón, no le sorprendió tener la mirada penetrante del líder Kim, cargada de alivio y un poco de irritación.
— Líder – reverenció Yohan al tenerlo a su lado.
— Yohan – respondió a secas el alfa, no respondiendo a la reverencia, tan solo haciendo un gesto con su mano para indicar que podía retirarse, el delta comprendió aquello, dejándolos a solas – ¿por qué parece que siempre estás de malas cuando me miras?
— No devolvió el saludo – su ceño se arrugó, esperando haber hablado lo suficientemente alto para que Yohan escuchara, pero este no pareció hacerlo y si lo hizo no le interesaba recibir el saludo de vuelta – creía que había dicho que lo haría.
— Lo olvidé.
— ¿Olvida sus palabras?
— No, lo que quiero decir es que no es tan importante como para tenerlo en cuenta todo el tiempo.
— Pero, me lo dijo a mí. ¿Lo qué me dice no es relevante para recordarse?
— ¿Qué? No por supuesto que no es así – Taehyung tomó una inhalación profunda, llenando sus pulmones con ese aroma relajante, tan cálido y fresco, con ese toque picante que le dejaba hormigueando la punta de la lengua – lo que quiero decir es que cuando estás frente a mí o tú estás involucrado no hay nada más importante. Justo como ahora, ¿por qué no respondiste, me preocupé?
— Aun así no puede enojarse, sabe que estoy dentro de la casa, puede sentirme, yo lo sé. Además, qué importa si no estoy dentro de la casa, usted dijo que podía ir a donde quisiera – Taehyung alzó una ceja, entreabrió sus labios como si quisiera mencionar algo que nunca tuvo voz —. Se ve preocupado, ¿pensó que me escaparía? ¿Por qué lo haría si me siento cómodo aquí? Alfa tonto.
Jungkook se cruzó de brazos desviando su atención al resto del lugar, el cual parecía diferente al de días anteriores, ¿por qué de pronto había tantas flores? Incluso habían quitado la alfombra dejando a la vista un piso brillante donde se reflejaban todos los colores de los cristales colgantes.
— Dejé de pensar que escaparías de mi lado desde hace mucho tiempo.
— ¿Por qué lo dice con tanta confianza si hasta ahora estoy admitiendo que me siento cómodo?
— Bueno, creo que te agrado lo suficiente para no querer alejarte, al menos de mí – el omega alzó una ceja, viéndose completamente incrédulo de las palabras ajenas.
— No estoy seguro de que me agrade mucho para asegurar eso.
Comenzaba a hablar diferente, a expresarse de maneras nuevas gracias a las horas leyendo, las lecciones y las conversaciones que mantenía con el resto de personas. No parecía el mismo omega de semanas atrás.
Lo vio avanzar por el salón, inspeccionando todo con sus ojos bien abiertos, expectantes hacia todo, Taehyung lo siguió de cerca, casi deseando tener más cercanía con él, romper con esos agonizantes cinco pasos que se había autoimpuesto como espacio personal designado para ser propiedad de Jungkook en el momento que este deseara robarle el aliento.
— Majestad – una murmuración afirmativa le fue brindada, aunque la sensación recorriendo la piel le hacía saber que tenía la atención del alfa —, usted cree que ¿soy defectuoso?
— ¿Cómo dices?
— Defectuoso. El espejo dijo que significa que algo no funciona bien o tiene algún tipo de falla – regresó su mirada hacia el alfa, comenzando a robar uno a uno esos pasos que los distanciaba, si la pregunta le carcomía la mente tomaría cuatro, si era algo banal serían menos. En total fueron dos —. Me hizo recordar a los productos defectuosos, los que no cumplían con su propósito o estaban dañados.
— Sé, lo que significa, lo que no comprendo es ¿por qué crees eso?
— Así llamaban en el recinto a todos los omegas que no cumplían con los propósitos. ¿Soy defectuoso por no ser omega?
Taehyung tragó duro ante aquella pregunta, no parecía que eso le afectara más bien solo buscaba saciar su necesidad de conocer más allá de la situación. El doctor Park les había mencionado que en los análisis no se revelaba nada sobre Jungkook, ya que la base de datos mencionaba tener algunos problemas para definir la casta, teniendo como único resultado un nivel elevado en el gen omega.
La confusión radicaba que solo mostraba ese gen con niveles elevados, como si se tratara de una alteración en el propio ADN de Jungkook, obligando a su cuerpo a reaccionar como un omega. Aún estaba el factor de la clasificación de casta, la cual no podía definirse, dando siempre un error entre jerarquías.
El líder Kim dio un paso hacia delante invadiendo el espacio de Jungkook, ese que solo él podía usar como deseara para alterar al lobo de Taehyung, mientras que su razón le indicaba que debía definir la diferencia entre sus emociones y los instintos.
— No eres defectuoso, Jungkook – su tono de voz bajó tanto que parecía un susurro, de esos momentos donde sus conversaciones se convertían en secretos, logrando que el propio omega rompiera con el último paso de distancia —, encontraremos una respuesta para tus resultados.
— Y si no hay respuesta.
— Entonces toma lo que la madre luna te regala. ¿Te sientes omega?
— Depende, ¿qué es ser omega? – cuestionó ladeando la cabeza, dejando hipnotizado a Taehyung con el color de sus ojos cambiando – ¿qué es diferente para no sentirme alfa como usted?
— Bueno, supongo que lo único que nos distingue es que tú puedes procrear cachorros.
— Nuh uh – negó lentamente, sacándole una sonrisa a Taehyung – solo puedo producir óvulos.
— Okay, podemos dejar ese tema en eso por ahora para no hacerlo más complicado.
— Bien.
Infló sus mejillas hasta abultar sus labios, pensando un poco más en las diferencias entre ambos. No podía decir que fuera el color de sus ojos, tampoco la fuerza, Jungkook era lo suficientemente fuerte como para matar alfas, incluso si eran el doble de grandes sin mayor dificultad y había visto al líder Kim entrenando con el resto de escoltas, derribando sin mayor dificultad a los lobos aun sin mutar.
Inhaló unas cuantas veces para llenarse los pulmones de ese aroma tan encantador del alfa, toronja y menta. Supo darle nombre a esos olores luego de una tarde después de la merienda, cuando su comida fueron frutas. En el recinto, su hyung le había mencionado que tenía un aroma a naranja y té verde, pero el saber que la esencia de Taehyung era tan parecida a la suya le hizo sentir un poco más cercano al alfa. Así que no podían ser los aromas una diferencia entre ambos.
— ¿Puedo decir que me siento como alfa? – una risa nasal salió de Taehyung, quien intentó contener que el gesto se extendiera a todo su rostro, provocando un ceño fruncido – no se ría. Usted dijo-
— Sé lo que dije, es solo que no sé cómo interpretar el hecho que te sientas alfa cuando yo perfectamente puedo- – sus palabras se cortaron ante esos ojos brillando en tres colores, como si el lobo contrario le estuviera dando pistas y detalles ocultos, dando de gritos para ser reconocido.
— ¿Usted puede...?
— Puedo reconocerte como omega, mi lobo lo siente así.
— ¿Dónde? – murmuró acercándose más, haciendo que el espacio entre ambos fuera casi inexistente, Jungkook alzó la mirada hacia el alfa, quien era ligeramente un poco más alto, terminando por rozar su frente con la barbilla ajena, logrando estremecerlo – ¿cómo lo siente?
— Aquí – se atrevió a decir acompañado de tacto para hacer más énfasis, esperando obtener una respuesta contraria —, puedo sentirte justo en mi pecho – las yemas de sus dedos rozaron la tela delgada de la camisa que estaba utilizando Jungkook, quien se quedó inmóvil, sin cortar el contacto visual.
— Entonces, ¿se parece a lo que yo siento? ¿Duele?
— No, es algo como un cosquilleo. Puedo sentirte en cada parte de mi cuerpo, tus incomodidades, molestias... cuando estás feliz o enojado. Ese tipo de vínculos solo pueden darse entre alfa y omega.
— Y si yo no fuera eso... usted no podría sentirme – Taehyung negó, aunque por unos segundos se llegó a cuestionar aquello. Jungkook dudó sobre sus próximas palabras, pues era algo que lo carcomía en preguntas constantes – ¿qué pasa si soy un delta?
— ¿Qué pasa con eso? – cuestionó ante la mención de una casta muy distinta a la que pertenecía, porque si bien no estaban de acuerdo con los resultados de los análisis, podía estar cien por ciento seguro que Jungkook no era un delta, pues estos compartían más genética con un alfa que con un omega —. El hecho de que exista esa casta no significa que pertenezcas a ella. ¿Por qué estás tan inquieto con el tema de tu casta?
— No lo sé, insistió tanto en que debía hacer ese análisis que... bueno, yo pude ver la decepción en su mirada – así que se trataba de un tema de ¿aceptación? – ¿Usted seguiría queriéndome a su lado, aun siendo defectuoso sin una casta?
— Por supuesto que te querría a mi lado porque eres perfecto tal cual eres tú.
Un remolino de emociones invadió el cuerpo de Jungkook, quien sintió hormiguear sus mejillas, las cuales cubrió con sus manos, teniendo las de Taehyung cubriéndolas, provocando que ese cosquilleo se extendiera al resto de su cuerpo hasta instalarse en su estómago.
— Me siento raro.
— Yo también – admitió el alfa con una sonrisa boba que le pareció bonita a Jungkook —, ahora entiendes a lo que me refiero cuando digo que puedo sentirte.
— Sí, – Taehyung pudo apreciar el cambio del verde al azul y luego transformándose en un precioso, casi turquesa – ¿eso quiere decir que yo también lo siento?
— No lo sé – sonrió apenas, acariciando el dorso de las manos de Jungkook, quería apretarle el rostro hasta abultarle las mejillas para saber cuán adorable podía llegar a verse, pero se contuvo – dime, ¿me has sentido?
— Umh, depende, ¿usted me hace doler aquí? – el alfa hizo una mueca, asintiendo de cierta manera. Supongo que tengo un poco de culpa. Escuchó la voz retumbando en su cabeza y por alguna extraña razón Jungkook comprendió que eso no había sido un pensamiento de Taehyung —. ¿Es algo parecido a cuando lo evito? ¿Es porque se enoja conmigo?
— ¿Por qué me enojaría contigo si estamos alejados? Eso no tiene sentido, no has hecho nada malo para provocarlo y aunque lo hiciera no tendría derecho de hacerte sentir mal – Jungkook asintió como si comprendiera cada palabra, aunque era todo lo contrario, estaba más confundido —. Lo que nos ocurre... es el reflejo de nuestro lazo, el vínculo que me une a ti es el que te pide que no te alejes de mí.
— ¿Por qué ocurre? No diga por la marca, ya lo sé que es por esto – se señaló el cuello en muestra de conocer lo obvio – me refiero a que me diga cómo funciona.
— Es la naturaleza de nuestros lobos cuando se atraen o se aceptan mutuamente – carraspeó ligeramente y Jungkook pudo notar un ligero temblor en las manos ajenas, las cuales se fueron deslizando hasta dejar de tocarse —. La marca no solo es una herida en tu cuello, nos permite hablar por el vínculo, pero este también transmite todo lo que queremos. Emociones, pensamientos e incluso los instintos, mi lado alfa y tu parte omega.
— ¿Quiere decir que a mi lobo le agrada el suyo?
— Algo así.
— No lo creo, solo han estado juntos una vez y usted quería atacarme.
— Quería protegerte, creí que esa conversación ya estaba cerrada – le acusó Taehyung haciendo que Jungkook riera y se alejara de nuevo, marcando una dolorosa distancia —. Oye, estoy tratando de explicarte el porqué duele.
— Lo hace muy mal – renegó, comenzando a andar por el resto del salón, dejando a Taehyung con la necesidad de correr hacia él como un campo electromagnético, era su centro de gravedad atrayéndolo —. ¿Usted ha sentido ese dolor? – el alfa negó, haciendo que Jungkook pensara un poco más una forma de hacer comprender al otro a lo que se refería – ya sé, quédese ahí.
El líder Kim hizo lo pedido, notando con confusión los pasos titubeantes de Jungkook, quien llevó su mano hacia su pecho, mordiendo su labio, estaba haciendo ese gesto que siempre mostraba al pensar un poco más, como cuando se estaba esforzando.
— Cierre los ojos – Taehyung frunció su ceño – Ciérrelos – fue una orden, algo que solo llegó a ser un cosquilleo, pero fue obedecido —. ¿Puede sentir que me alejo?
— No.
Un gruñido bajo vibró en el pecho de Jungkook haciendo eco en el lugar vacío. Observó todo el lugar e hizo silencio mientras se alejaba hacia las escaleras que llevaban a un pasillo superior; todos sus movimientos fueron lentos, sin quitar la vista del alfa quien seguía manteniendo los ojos cerrados, aunque en un punto, a mitad de la segunda parte de las escaleras pudo notar cierta incomodidad en su propio pecho.
Se ocupó de ocultar su propio aroma, su presencia en el espacio comenzó a ser imperceptible como en las horas de caza, se había vuelto bastante hábil en hacerse pasar desapercibido, con su lobo listo para juguetear nuevamente y corretear. Notó la inquietud en Taehyung, con su lazo bloqueado no llegaba a sentir nada de la angustia que atravesó el rostro ajeno.
— ¿Jungkook?
— ¿Lo siente? Es como si alguien comenzara a presionar contra su pecho, con poca fuerza – el alfa se concentró en la voz de Jungkook, sintiéndose un tanto inquieto al percibir que no se encontraba tan cerca —. ¿Va aumentando mientras me alejo? – un leve asentimiento fue su respuesta —. Estamos lejos, tanto que no me puede escuchar, solo aquí.
La presión en el pecho de Taehyung comenzó a manifestarse con mayor fuerza, obligándolo a masajear el área, sintiendo una especie de falta de aire, intentó captar algún ruido provocado por el omega.
— ¿Dónde estás? – no hubo respuesta. Intentó olfatearlo, pero no obtuvo nada, alarmándose ante la ausencia de toda presencia de Jungkook – ¿Jungkook? ¿Estás aún aquí?
Sus ojos se abrieron al no recibir una respuesta, el dolor en su pecho no era insoportable, pero sí incómodo como un constante golpeteo que lo dejaba sin aliento, mientras más tiempo transcurría sin tenerlo a la vista aumentaba la sensación. Paseó su vista por todo el salón, por las columnas, detrás de las cortinas, sin obtener nada. Dolía, el centro de su pecho dolía como si existiera una distancia extensa marcada entre ambos.
Su lobo resintió la separación, reflejándose en sus ojos por unos segundos. Aunque su autocontrol era más fuerte para dejarse llevar, esto solo era una prueba de Jungkook, demostrando lo que había padecido todos esos días, si él lo había resistido, ¿por qué él debía ser diferente? Se dirigió hacia las escaleras del lugar, notando cómo un leve cosquilleo lo llamaba a seguir avanzando.
— Jungkook, por favor, al menos dime que estás aquí – terminó de subir hasta la segunda planta, encontrando el pasillo y sus gigantes columnas, la pequeña entrada por la que se podía acceder desde uno de los pasillos de las habitaciones – Jungkook-
El nudo en su garganta se ajustó más en el momento que sus palabras fueron interrumpidas. El agarre fuerte en su ropa, el peso extra acorralándolo contra una de las columnas lo puso alerta hasta que de nuevo pudo percibir el aroma de Jungkook, ver sus ojos violetas, tener ese ceño fruncido frente a frente y el gesto ajeno en completa expectativa.
— ¿Lo sintió? ¿Dolía?
— Sí – tragó duro aún bajo la inspección de Jungkook, quien necesitaba asegurarse de que el alfa también pudo percibir una parte de ese dolor, notando que la mano ajena se mantuvo en el medio del pecho – la distancia es asfixiante, duele y desespera.
— Así me siento cuando me alejo de usted. ¿Aún piensa que mi lobo y el suyo son los que lo provocan? – Taehyung dudó un poco, sin embargo, Jungkook gruñó bajo, apretando más la ropa ajena – no es así. Esto no lo provocó mi lobo, lo hice yo, porque quería que se sintiera así de desesperado. ¿Usted hace lo mismo?
— No, yo solo pienso constantemente en ti. Me preocupo si estás bien, si te encuentras a salvo conmigo, si en algún punto te alejaras y no quiero-
— ¿No quiere que me aleje? – una negación lenta le fue brindada, al mismo tiempo que lo iba soltando – ¿por qué? Las personas que me mantuvieron en el recinto tampoco querían que me alejara o me fuera. ¿Esto es igual?
— Es diferente – la pregunta estaba más que explícita, iluminando la mirada contraria. Por qué —, ellos no buscaban protegerte, yo sí.
— Protegerme de qué.
— No lo sé – admitió con derrota – quiero protegerte de todo aquello que te quiera alejar de mi lado, de lo que llegue a lastimarte, aunque sé que puedes enfrentarlo perfectamente. No lo puedo evitar... Porque yo-
Me haces sentir completo.
— ¿Usted me quiere? – Taehyung abrió de más los ojos al escuchar aquello – ¿es eso? ¿Me quiere para algo? Si es así, yo también lo quiero para poder rescatar a mi madre.
— ¿Tu madre? Espera dijiste te quería en ese lugar para algo. ¿Hablas de usarte para algo? – el omega asintió decidido – no busco utilizarte. Es decir, siento afecto hacia ti, pero no con el fin de hacer que cumplas con algo, ¿comprendes?
— Me quiere para ¿nada?
Taehyung no pudo evitar negar ante aquello, no, no lo quería por nada, aunque tampoco podía darle un nombre a lo que estaba sintiendo, decidiendo que esa distancia era demasiado para lo que estaban hablando, atreviéndose acercarse los tres pasos que había dado hacia atrás Jungkook.
— El querer es como el dolor que sientes, pero diferente.
— No entiendo, ¿si me quiere entonces me dolerá?
Era una idea bastante errada de lo que era querer a alguien y le daba a entender que quizá y solo era una suposición, de que Jungkook no llegó a comprender lo que significaba querer a alguien. ¿Acaso su madre no le había enseñado eso? ¿Qué otras cosas se perdió de aprender durante toda su vida?
— No – dijo finalmente para responder a la pregunta de Jungkook – si tú me quieres no dolerá, al igual que si yo te demuestro mi aprecio no significará que te sentirás así. El tener afecto hacia alguien no significa que duela.
— Pero usted hace que duela.
— Y no sabes lo arrepentido que me siento que mis emociones se manifestaran de esa forma en ti – las facciones ajenas se relajaron al mismo tiempo que los ojos de Jungkook se cargaban de inocencia y tranquilidad, sintiendo el cuerpo cosquilleando hasta hacer que su estómago se revolviera de una manera ¿agradable? —, no prometo que no suceda de nuevo, pero sí intentaré que solo sientas cosas agradables con nuestro vínculo.
Nuestro vínculo. Las palabras le hicieron cosquillas en la punta de la lengua, aun sin pronunciarlas, ¿por qué lo hacía sentir así? ¿Qué era eso que le hacía acelerar el corazón? Sabía que no se trataba de él estando agitado por correr grandes distancias, pero el líder Kim le hacía cortar la respiración casi de la misma manera.
— Majestad – los ojos marrones del líder se plantaron en los impropios, haciendo que Jungkook tropezara en sus propios pensamientos atropellados —, ¿el afecto también es algo que me hace sentir usted? ¿Lo provoca como el dolor?
— Recuerdas que dijiste que te sentiste raro – Jungkook asintió a secas, murmurando una respuesta ¿nerviosa? – eso es una muestra de lo que es el afecto, el cariño, el querer a alguien conlleva muchas emociones confusas. Es lo que sientes por las personas con quien eres más cercano, tu madre, por ejemplo.
— Oh, ¿eso puede ser igual con Yohan? – el rostro relajado de Taehyung se contorsionó en un gesto casi de asco y molestia, ¿qué había dicho? ¿Por qué traía a tema a ese delta? —. Lo quiero porque lo conozco desde pequeño. ¿Así funciona?
— Espera, ¿qué? ¿Cómo que lo conoces si él nació entre nuestras fuerzas en la frontera norte?
No hubo respuesta por parte del omega, quien pareció convertirse en una bóveda de secretos, negando lentamente y mordiendo su labio en un constante intento de no hablar más de lo que ya había mencionado, ¿cómo arreglaba eso? Se suponía que debía guardar esa información para sí mismo con el fin de que el delta lograra obtener el paradero de su madre, del resto de personas de las manadas.
El líder lo miró de manera inquisitiva esperando una respuesta, una que no llegaba y comenzaba a hacerle estragos en su poco control, ¿cómo era posible que Jungkook conociera a un delta de su clan, nacido en la frontera norte? Eso quería decir que sus propias fuerzas de seguridad manteniendo comunicación con las manadas al otro lado.
— ¿Jungkook?
— ¿Mh? – no era un murmullo seguro, más bien era una evasión ante la situación de la cual no podía escapar, sus ojos iban y venían hacia todas partes buscando una vía de escape, ¿debería huir hacia los jardines?
— ¿Por qué estás tan nervioso de repente? Puedo sentirte, estás inquieto. Dime, ¿cómo es que dices conocer a Kim Yohan?
— No lo conozco.
— Te estás contradiciendo y retractando.
— ¿Qué es eso?
— Niegas lo que acabas de decir.
— Nuh uh.
— Sí, lo haces y de una forma muy descarada.
— Nuh uh.
— Jungkook.
— Líder Kim – mencionó en un tono casi cargado de inocencia, como si intentara distraerlo de una forma.
El alfa avanzó un paso hacia Jungkook, al mismo tiempo que este se alejaba la misma cantidad de distancia. Dos pasos más cerca. Otros dos más de separación. La sonrisa traviesa del omega descolocó a Taehyung, quien creyó ser casi una víctima mortal del gesto contrario previo a su huida final, esa que su lobo anticipó con cada impulso recibido, cada cosquilleo y si sus instintos no se equivocaban podía percibir en su piel cierta anticipación.
— No te atrevas – le advirtió alzando su dedo señalándolo con su índice para luego notar cómo en un leve vistazo Jungkook encontró su vía de escape —. Quieto ahí...
— Intente detenerme.
Fue su última frase antes de dar un paso falso hacia delante, uno más hacia la izquierda del líder, quien lo intentó atajar entre sus brazos, para luego ser burlado en un rápido movimiento hacia su derecha, dándole la libertad de salir corriendo hacia la entrada del pasillo en la segunda planta. Taehyung sonrió divertido siendo motivado por su lobo a perseguir a Jungkook.
El eco de sus pasos desconcertó a la servidumbre quienes se quedaron ojipláticos al ver a su líder, el rey del clan Kim avanzando en grandes zancadas detrás de aquel omega, pues este mismo en el momento que estuvieron a una distancia bastante marcada ralentizó su andar, caminando de espaldas mirando fijamente al alfa en una forma de retarlo.
— Vuelve aquí.
— Oblígueme – le retó con una sonrisa amplia, con una corriente eléctrica recorriendo el cuerpo al ver que los ojos ajenos obtenían reflejos rojos. Si no estuviera muy ocupado pensando en lo divertido que se sentía el corretear libremente, se habría detenido por unos segundos más a disfrutar de la sensación que le recorrió el cuerpo al notar lo dominante que podía llegar a ser Taehyung —. Es muy lento.
— No huyas, estamos teniendo una conversación.
— Usted siempre huye de nuestras conversaciones, no veo por qué yo no puedo hacerlo.
— Es diferente.
— Nuh uh – un gruñido bajo escapó de Taehyung, casi mostrándole los colmillos, no en una forma de amenaza, más bien parecía irritado. La sonrisa de Jungkook creció aún más, haciendo que el cuerpo del alfa perdiera la tensión acumulada en sus hombros, ¿qué estaba tramando? —. Podemos hacer un trato, si no me alcanza tendrá que prometer no huir más.
— ¿Y si lo hago?
— Si me alcanza le diré lo que quiero de usted – el líder Kim alzó una ceja, avanzando lentamente entre pasos decididos, casi como un depredador – ¿acepta? – Jungkook esperó pacientemente que estuviera más cerca, dejarlo sentir la victoria, hacerle saborear que lo tenía.
— Fácil – pronunció con arrogancia estando a unos escasos diez pasos — ¿te doy unos segundos de ventaja? – fanfarroneó al dar un paso más cerca —. Ya te tengo,
Gran error. Taehyung fue consciente de esos ojos camaleónicos inocentes convertirse en una mirada retadora unos segundos antes de comenzar de nuevo su huida. Sus dedos apenas rozaron la tela de la camisa que estaba utilizando Jungkook y aunque le pareciera descabellado todo aquello, el alfa sabía perfectamente que esa clase de actitudes las había visto en los alfas más jóvenes.
Él mismo había tenido esas actitudes retadoras en su edad más inmadura, pero era aquello mismo lo que lo motivó a seguir el juego del omega, corriendo detrás de él, siguiendo ciegamente el lazo que los unía, no necesitando verlo para repetir cada paso, ganando ventaja al conocer mejor la casa.
Casi lo atrapa en dos ocasiones, una cerca de terminar el pasillo de las habitaciones, pero sus pies tropezaron con la alfombra, haciéndolo resbalar y obteniendo risas burlonas por parte de Jungkook al mismo tiempo que lo veía bajar por las escaleras. Suspiró pesado, con el orgullo un poco herido, decidiendo que imitaría al omega al descalzarse, dando paso así a una tercera ronda de persecución.
— Pensé que quería atraparme, es muy lento – se burló Jungkook, teniendo el atrevimiento de esperarlo a mitad de la entrada para luego comenzar a dar pasos lentos —, ¿se rinde?
— Jamás.
Fue como un activador, el impulso que despertó los sentidos de Jungkook para continuar corriendo, avanzando hacia el comedor, donde no pudo evitar reír al notar que el alfa lo había alcanzado en menos tiempo de lo que esperó. Un pequeño juego con las sillas y otro más para evitar el agarre de Taehyung, huyendo hacia la salida. Eso dio paso a la segunda ocasión para que el líder Kim lo atrapara.
Se sintió confiado al no verlo avanzar detrás de él en el pasillo hacia la cocina, llegando a esta misma, tomando aire en bocanadas, con el pecho subiendo y bajando tan agitado y divertido que no fue capaz de percibir la cercanía contraria entrando por una puerta lateral.
— Te tengo – la voz baja del alfa caló en su cuerpo como una corriente, dejándolo desconcertado al notar su agarre en la esquina de su camisa para luego acercarlo y así tomarlo de los hombros —, ahora me dirás todo – Jungkook contuvo una risa mordiendo su labio inferior, pensando rápido cómo sacarse de encima al alfa —. No, no, no intentes escapar cuando has caído, acepta la derrota.
— Oh, señora Sunhee – mencionó haciendo que sus labios se formara una O, con sus ojos bien abiertos, como si verdaderamente hiciera contacto visual con alguien. ¿Creyó que funcionaría? Por supuesto que no, pensaba que el líder sería más perspicaz, ¿se rio aún más fuerte cuando lo vio caer en aquella trampa al girarse? Era evidente que sí, no sin antes soltarse de aquel agarre —. Muy lento.
El sonido de la puerta hacia el jardín solo dio paso para que ambos llevaran sus juegos al exterior, justo donde Jungkook lo esperaba, porque si bien avanzaron el largo tramo que atravesaba hacia la fuente principal, su vista se fijó en ir más allá. La anticipación le calentó el cuerpo, sus músculos estaban más que preparados para el cambio y no se le dificultó en lo absoluto el hacer que su lobo tomara control de él para cambiar de inmediato. El recuerdo de su primera persecución invadió el vínculo entre ambos.
Omega... vuelve...
El líder Kim no le importó escuchar cómo su ropa se rasgaba con facilidad, cediendo ante el cambio con sus músculos creciendo en masa; sus extremidades convirtiéndose en patas fuertes y ágiles, su olfato fue incluso más sensible al aroma contrario, quizá siendo estropeado por la esencia de las flores alrededor, aunque no estaba seguro de haber olfateado algo así antes en los jardines.
Se sacudió el pelaje, sacando cualquier pensamiento que lo distrajera, gruñendo bajo cuando sintió un leve empujón, el cosquilleo en su nariz debido a que Jungkook pasó su cola para hacerle levantar la mirada y luego de una mordida juguetona, escapó. Sus almohadillas y garras se hundieron en la tierra, estaba listo para correr.
Su objetivo era atrapar al lobo gris, ese que cada cierto tiempo giraba su cuello para mirarlo y asegurarse de que lo estaba siguiendo. ¿Acaso le quería demostrar que verdaderamente era más lento que él? Derrapó entre algunos arbustos, la tierra junto al césped quedó marcada por sus garras, pero eso le dio ventaja para salir unos pasos antes frente a Jungkook.
— Mentiste, no estaba ahí, la señora Sunhee – gruñó a través de su vínculo, rascando la tierra para demostrar su molestia, su reacción había sido instantánea cuando la menciono y no era de extrañar, no cuando esa amable mujer fue una figura maternal, aunque así de dulce podía llegar a ser toda una fiera – deja de correr, perdiste.
— Aún no me atrapa – se echó hacia delante como si estuviera retándolo o bien jugueteando – ¿se rinde? ¿Ya está cansado? Parece cansado.
Un gruñido bajo más y los correteos se reanudaron. Jungkook sentía el palpitar de su corazón en los oídos, su lobo se estaba divirtiendo con aquel pequeño reto, se le erizaba el pelaje de las patas traseras al sentir las fauces ajenas queriendo derribarlo. Intentó evitarlo haciendo algunos giros y uno que otro paso en falso, Taehyung creyó que ya era suyo en el momento que lo vio tambalearse.
No esperó ser mordido en la pata, algo leve, casi insignificante, pero que ayudó a hacerle perder el equilibrio, comenzando a rodar hasta que Jungkook quedó sobre él, con las patas delanteras a los costados de la cabeza del lobo pardo del líder, mostrándole los colmillos y los tres colores de sus ojos haciendo presencia en esa mirada firme.
— Gané – habló con arrogancia. Los jadeos de ambos hacían armonías con el latido de sus corazones —. Ahora debe prometer no huir de las conversaciones.
Su mirada vaciló hacia el hocico de Taehyung, donde apenas apareció un rasguño del cual no había sido consciente ¿él le había provocado ese corte entre sus forcejeos?
El alfa intentó removerse para discutir aquella victoria falsa, pues en la casa él ya lo había atrapado, pero fue vilmente engañado con la mención de alguien más, dando paso a esa última persecución. Bufó bajo para intentar moverse, teniendo que detenerse en el momento que vio al omega acercarse demasiado, exagerada e innecesariamente cerca, olfateándolo, pasando su nariz fría demasiado cerca de los colmillos.
— Quieto, debo curar.
La frase que él mismo había utilizado con él ahora le era devuelta para seguido dejarlo en shock al sentir una lamida larga y húmeda en su hocico, ¿qué carajos estaba ocurriendo? Jungkook dio cuatro lamidas más, tomándose su tiempo entre cada una, asegurándose de que la sangre dejara de brotar, que la piel comenzara a reaccionar a su saliva y por último para verla cerrarse hasta hacerla ver como una línea rosada.
— Listo... — suspiró lento, recuperando el aliento y su ritmo cardíaco para finalmente alejar su hocico del cuerpo contrario, liberando al alfa, quien agradeció en silencio por la consideración a su cordura —. Tenía razón, nos cae muy bien su lobo.
Taehyung rodó sobre su lomo, aun estando un tanto confundido, observando a Jungkook alejándose para colocarse debajo de uno de los árboles más grandes en esa parte de los jardines, la más cercana a la zona de entrenamiento, donde ahora pudo escuchar claramente los gruñidos de los lobos y guardias.
— Ganaste – le concedió, haciendo que el lobo gris ladeara la cabeza, teniendo toda su atención – no huiré más de nuestras conversaciones, pero tú tampoco puedes.
— Eso no era parte del trato.
— Una conversación se forma a partir de dos oyentes – el lobo gris rascó la tierra bajo sus patas, mostrando los colmillos cuando notó cómo se acercaba Taehyung hacia él —. Por eso me gustaría saber qué quieres de mí y conocer más de ti. ¿Por qué quieres que te ayude con tu madre? ¿Tiene algo que ver con Yohan?
— ¿Promete guardar el secreto y ayudar?
— Sí.
Con aquella afirmación logró obtener que el lobo gris dejara de estar a la defensiva, sentándose sobre sus patas traseras en una invitación clara para acercarse, cosa que hizo, quedando uno frente al otro, con las narices húmedas bastante juntas y receptivas hacia los aromas que los rodeaban, aunque Taehyung se sentía confundido, pues la esencia de Jungkook iba y venía así como el color en sus ojos.
Naranja y té verde.
Té verde y jengibre.
Naranja y jazmín.
Jungkook tampoco se quedaba atrás al deleitarse con la esencia proveniente del alfa, con tonos más gruesos debido a la mutación, el estado más puro de ambos eran sus mutaciones y eso le daba vía libre para poder sentirlo de manera intensa. La marca le burbujeaba, el vínculo se sentía como estar flotando en una zona extraña, como si se tratase de un río fluyendo sin interrupciones y al mismo tiempo encontrándose con el flujo de otro.
Se sintió confundido al tomar la primera inhalación profunda, tanto así que necesitó otras dos más, comenzando a olfatearse mutuamente, teniendo el hocico del otro prácticamente metido entre sus pelajes. Jungkook inspiró otras tres veces más para asegurarse de que no estaba imaginando aquello. El líder tenía un aroma extraño, uno más, el cual pasaba desapercibido junto a los otros dos.
¿Por qué tenía un aroma así? ¿Por qué no se dio cuenta antes? Y lo más importante, ¿por qué lo hacía sentir bien la combinación de los tres? Se dedicaron a mirarse por unos segundos. El rojo carmín, tan fuerte como la sangre pura frente al caleidoscopio fragmentado de colores hipnotizantes, como si pequeños cristales se unificaran para crear el más maravilloso espectáculo. Estando tan cerca podían fácilmente reconocerse y ambos lobos estaban extrañamente a gusto al lado del otro.
— Jungkook – habló pausado como si temiera que en el próximo segundo perturbaría tanto la armonía del ambiente que haría huir al omega —, me dirás lo que quieres.
— ¿Huirá?
— No lo haré.
— Okay, ¿le importa si cambiamos? – el lobo pardo amplió su mirada, como si estuviera sorprendido por sus palabras, y no era para menos, el mutar de vuelta significaba que vería a Jungkook completamente desnudo, a plena luz del día sin ninguna barrera como su abrigo o las mantas de la cama – por favor.
— De acuerdo. Alto – lo detuvo antes de que Jungkook pensara en regresar a su cuerpo, ese que poseía piernas largas, torneadas, con músculos marcados a la perfección, con esa curva en su cintura y ese vientre que de seguro volvería loco a su lobo —, antes tendremos que vestirnos.
— Suena como mi madre, ella también se asustaba cuando me veía cambiar solo así, no se molestaba cuando era más pequeño, pero cuando crecí también hacia esa cara asustada – se burló un poco de la actitud del líder Kim, aun así no tuvo inconveniente con aceptar la petición del alfa, estirando su cuerpo perezosamente, observando hacia la casa – ¿entraremos así?
— Tengo una mejor idea, iremos a la zona de entrenamiento, hay un vestidor donde estoy muy seguro que encontraremos algo.
El lobo pardo alfa pasó frente al pequeño lobo gris, como si se pavoneara, haciéndole ver lo poderoso que era. Jungkook se sacudió el pelaje para alcanzar el paso lento de Taehyung, a quien una vez lo tuvo a su lado, no dudó en empujar levemente y de manera traviesa, recibiendo lo mismo por parte del otro.
— Pareces divertido.
— Dejo que mi lobo sea libre, y le gusta retar al suyo – atrapó la oreja contraria entre sus colmillos, halando de esta misma, para ocultar su gusto por olfatear aún más en el cuello de Taehyung – es muy gruñón.
— Y tú bastante juguetón. ¿Solías hacer estas cosas antes?
— Cuando vivía con mi madre siempre terminaba retando a los lobos de las manadas – no iba a mencionar que Yohan era parte de esos juegos, había aprendido la lección —, aunque a ella nunca le hacía gracia que regresara lleno de tierra. Decía que aunque no podía olfatear mi aroma, siempre me reconocería por el olor a bosque y tierra mojada.
— ¿Qué ocurrió con ella? – se atrevió a cuestionar aún estando a unos pasos de llegar a los vestidores de la zona de entrenamiento. Notó que el humor contrario decayó un poco, quizá al recordar algo específico y no tuvo que preguntar de nuevo, pues obtuvo su respuesta.
— Se la llevaron cuando intentó protegerme y luego yo... yo terminé en ese lugar.
Con un simple movimiento de cabeza le indicó hacia donde dirigirse y Jungkook se sintió cohibido al notar cierta familiaridad al ver un paredón largo, le recordó la primera vez donde lo expusieron a una ducha donde el agua parecía atacarlo, pues el collar que rodeaba su cuello lanzaba choques eléctricos que se sentían peores con el contacto húmedo.
— Son las duchas comunes – la voz de Taehyung ya no se manifestó en su cabeza haciendo eco, ahora estaba en el ambiente y con eso logró observar el cuerpo desnudo del alfa dándole la espalda – creo que no necesitamos una, solo necesitaba cubrirnos con algo.
El tener la vista de un cuerpo desnudo le hizo recordar a esa vez que terminó su primer celo, donde su madre le explicó que necesitaría satisfacer algunas necesidades con otra persona. Aunque nunca se sintió atraído por alguien y la desnudez era algo típico de ver en las manadas, el tener expuesto los músculos fuertes del líder provocó una reacción en Jungkook.
— Estás muy callado, ¿ocurre algo? – cuestionó mirándolo por sobre su hombro, encontrando a Jungkook sentado en sus patas traseras, observándolo a detalle – hey, tú pediste que cambiáramos para conversar. Vamos, por qué tardas tanto.
Taehyung amarró una toalla a su cadera, mientras que en su mano izquierda sostenía una bata la cual extendió hacia Jungkook, quien no necesitó palabras para comprender que le estaba pidiendo que cambiara, cosa que hizo, obteniendo que el líder desviara la mirada hacia otra parte.
— ¿Por qué dejó de verme? – quería jugar un poco más con el alfa, aún sentía la diversión de su lobo revoloteando en su cabeza. ¿Taehyung también lo encontraría atrayente? ¿Era por eso que no lo veía? Si un lobo te gusta lo sabrás porque tendrás necesidad de aparearte —. No sabe que los ataques por la espalda son más efectivos cuando usted mismo se vuelve vulnerable.
— Estoy muy seguro que no me atacarás – su voz salió atropellada y nerviosa, alzándole la mano como si intentará tapar su vista con ese gesto.
— Bueno, si está tan seguro de eso no tendrá problema con voltear – el alfa negó, soltando una risa ansiosa —, véame.
— No haré eso hasta que tomes la bata y la coloques en tu cuerpo – la prenda le fue arrebatada de la mano, haciéndolo cruzarse de brazos, esperando unos instantes, sintiendo el aire frío, corriendo por el lugar hasta hacer que sus pezones se pusieran erectos – ¿la pusiste?
— Ya puede verme – la mirada del líder Kim regresó a desviarse tan rápido como la plantó sobre Jungkook. Joder, el alfa dio gracias a que solo había visto la piel del torso y no más abajo —. Es gracioso que haga eso.
— Aclaremos algo, ¿recuerdas cuando dije que no debías subirte la ropa en el medio del pasillo? Bien, no puedes mostrar tu piel así sin más a nadie, ¿okay? – su lobo gruñó estando en desacuerdo con aquello, quizá se arrepentiría de sus palabras después, pero por ahora ese cuerpo desnudo lo ponía muy mal – por favor cúbrete.
— Yuna también actuó así cuando me vio por primera vez – no fue difícil para Taehyung suponer que su primer encuentro con la otra omega había sido con él estando al desnudo. Lo había dejado dándose un baño, ¿qué podía esperar? —. Ya puede mirar
Hubo duda en los movimientos del líder Kim, quiso regresar la mirada de inmediato deteniéndose unos segundos esperando no caer de nuevo bajo esos engaños infantiles. Miró por sobre su hombro para encontrar unos ojos brillantes, era como ver miles de estrellas plateadas reflejadas en el resto de colores de los ojos de Jungkook.
El omega dio algunos pasos rompiendo distancia para finalizar con uno muy lento, como si dudara en su actuar, aunque Taehyung sabía perfectamente que Jungkook y la palabra pudor no iban en una misma oración, mucho menos para expresar que se sentía cohibido.
— ¿Puede atarlo? – pidió extendiendo ambas puntas del cinto de la bata – siempre se enreda cuando lo hago.
— Es fácil, mira – tomó ambas puntas del cordón, rozando apenas la piel ajena. Fue un toque casi glorioso, agradeciendo a la mutación reciente que le dejara los nervios a flor de piel. Taehyung alzó la mirada hacia Jungkook, sonriendo al notar cómo movía su nariz, teniendo la idea perfecta para explicarle —. Imagina que el cordón es un conejo.
— ¿Un conejo?
— Sí, y la primera cosa que debes hacer es dar una vuelta para así formar un lazo, como si estuvieras creando sus orejas – Jungkook se vio maravillado al notar que la forma sí se asemejaba al pequeño roedor —. Luego, ese conejo salta y mete una oreja en la madriguera, que es el otro lazo – estiró el cordón delicadamente haciendo notar la tensión en la cadera del omega —. Ahora solo tiras de las orejas y ¡listo!
— ¡Ah! ¡Entiendo! ¡El conejo y la madriguera!
Observó el nudo sencillo que había hecho el líder, ese que siempre amarraba a su cintura y que sorprendentemente no se enredaba y tampoco se deshacía. Taehyung sonrió satisfecho al ver que el omega tomó el cordón deshaciendo lo que segundos antes había hecho para luego imitar lo que aprendió. La mejor de las partes en todo aquello era escucharlo, murmurar...
— Y el conejo entra en la madriguera. Tah dah...
— Jungkook – le llamó, obteniendo toda su atención – te gustaría contarme un poco más de tu madre. Empieza como desees.
Un suspiro fue el previo para que el omega tomara asiento en una de las bancas del lugar para comenzar a narrar un poco de su historia, lo más importante era la forma en la cual se habían separado.
— Su nombre es Sunyoung...
Fue un murmullo nostálgico que le ensombreció la mirada antes de hablar lo que había ocurrido. Recordaba que había sido una tarde bastante calurosa y era ese tiempo en el cual su madre decidía salir por varias horas hasta regresar con una bolsa llena de cosas, en algunas ocasiones ropa, en otras algunos objetos que necesitaban utilizar en casa.
Era casi el final de la temporada más calurosa, lo que significaba que tendría la celebración de su nacimiento, una buena comida con vegetales cultivados por su madre y una pequeña salida a la luz de la luna donde pediría perdón por todas esas veces en la que renegaba de su propia casta aunque en esos momentos no era consciente a cuál pertenecía.
Pidió acompañarla por esta vez, ya era lo bastante grande para protegerla, al menos en su raciocinio lo era había estado teniendo peleas con los lobos jóvenes de las mandas con el fin de ser solo un poco más fuerte, pero ella se negó una y otra vez sin escucharlo, aunque unas pocas palabras no lo detendrían, pero sí que lo habrían salvado de caer en las garras de sus captores.
— ¿Tu madre iba por provisiones?
— No lo hacía seguido, aunque siempre desaparecía por horas. Ese día la seguí, creí que sería una buena idea si la protegía desde lejos, así que deje que se fuera mientras yo esperé a que se alejara. Pedí mi deseo catorce y la seguí.
— ¿Deseo catorce?
— Uhm, mi madre hizo una torre de piedras por cada fecha de mi nacimiento. Una por cada año – apenas era un adolescente, un pequeño omega rebelde de catorce años fue lo que pensó Taehyung —. ¿Usted no lo hace?
— Lo hice alguna vez – su voz tenía un tono melancólico al comprender los fragmentos de aquella historia, el bosque era territorio detrás del muro —, tendrás que enseñarme a hacer una de esas porque creo haber perdido la práctica. ¿Quieres seguir con la historia?
Una afirmación dio paso para que el relato siguiera con una narración de cómo un Jungkook adolescente de catorce años, ignorando las advertencias de su madre la siguió por mucho tiempo por lugares alejados de su hogar hasta llegar a lo que parecía ser una manada distinta; no podía olfatear ni un solo aroma en ellos a diferencia de los lobos, las personas del lugar no tenían esencia alguna.
La vio caminar por algunos espacios donde las personas intercambiaban cosas, su madre llevaba algunos de los vegetales de casa y eso mismo lo utilizaba para obtener algo de los otros. Jungkook se sintió curioso ante la interacción de todos, la mayoría eran personas mayores, no veía nadie que fuera de su edad como en las manadas.
"Sunyoung, no pensamos tenerte aquí hasta la próxima luna. ¿Acaso es alguna ocasión especial?"
"Solo un inquieto niño que tendrá su ceremonia de nacimiento"
"Oh, tan rápido ha pasado un año más – la sorpresa en la voz contraria hizo entender a Jungkook que quizá lo conocía, se veían muy cercanos con su madre – entonces será mejor que te apresures en hacer las compras"
Parecía que tenían demasiada confianza entre ambas mujeres, sin embargo, Jungkook no pudo saber más respecto a aquella salida inusual porque pudo escuchar a los lobos de las manadas cercanas aullando, un llamado de advertencia que alguien había irrumpido en sus territorios y lo que había sido un espacio pacífico se llenó de pánico. Todos empezaron a tomar sus cosas, algunos incluso salieron de sus casas.
Se formaron en filas, con los semblantes serios y angustiados. Jungkook no supo hacia donde correr y mucho menos encontrar un lugar donde esconderse cuando vio llegar algunos hombres con vestimentas extrañas, tan oscuras como la noche misma, intimidando a todos a su paso. Llamándolos exiliados, olfateando sobre sus cuellos para asegurarse de no encontrar aroma alguno.
— ¿Una colonia de betas en funcionamiento? – cuestionó Taehyung, como un pensamiento en voz alta, obteniendo la atención de Jungkook.
— ¿Qué es eso?
— Es el lugar al cual llegó tu madre para intercambiar cosas, muy posiblemente se trató de un refugio, aunque por lo que dices suena más a una colonia de betas funcionando.
— Quiere decir que es malo – arrugó su ceño, sintiéndose molesto porque su madre se había estado exponiendo a algo como eso durante años.
— No exactamente – negó el alfa, acomodarse mejor en la banca para poder explicar —. Hace años se les exilió a todos los betas, se comentaba que los mantuvieron en colonias de concentración y también era el lugar de residencia de algunos miembros de los clanes exiliados. Dijiste que tu madre no sabía tu olor.
— No, cuando tuve el primer celo desperté teniendo un aroma muy fuerte, y por más que le insistí en que me olfateara, ella dijo que no podía, aunque ahora que lo recuerdo tampoco tenía un olor.
— Es porque era una beta – la confusión en los ojos ajenos hizo que Taehyung se removiera en su sitio —, tu madre pertenecía a la jerarquía beta, sin lobo, sin instintos como los tuyos o los míos. Quizá ella fue parte de esas personas exiliadas, ¿te tuvo en el bosque?
— No lo sé – la frustración invadió el vínculo entre ambos, algo que Jungkook compartió con empatía porque también por años él mismo se sintió así —, la casa en la que vivíamos fue después de nacer que llegamos, pero la manera de conversar con las otras personas, la recibieron muy bien como si les conociera de siempre ¿cree que ella vivía ahí?
— Es muy posible, además, si decidió irse en el momento que naciste significa que pudo reconocer que eras un cachorro con casta.
El nacimiento de Jungkook explicaría la razón para recluirse más en el interior del bosque, pues los betas no tenían permitida la reproducción, todo aquel que fuera encontrado con un cachorro se lo arrebatarían, lo tomarían para criarlo en los orfanatos o bien lo enviarían a los campos de entrenamiento. Se formarían como parte del equipo de seguridad de otros clanes.
La repartición de mestizos había sido un tema de discusión entre los líderes durante muchos años y su padre fue uno de los que estuvo de acuerdo en abolir cualquier campo de entrenamiento que utilizara esos métodos. Las persecuciones se detuvieron, los raptos de los hijos de betas cesó y el clan Kim junto con el clan Park tomaron fuerza en la parte de conceder al resto de clanes protección a partir de sus propias fuerzas entrenando a los deltas y alfas.
Esas interacciones entre los Park y Kim, fue lo que dio paso para que una unión entre ambos clanes no sonara tan descabellado, en especial luego del primer encuentro de Taehyung y Jimin.
— Majestad, quiere decir que mi madre no podía tenerme con ella – el alfa sintió con su rostro relajado aunque con un toque de culpa —, me habría gustado que lo explicara.
— Estoy muy seguro, y me arriesgaría a apostar el postre de la cena que, aunque te lo hubiera dicho de igual manera, la habrías seguido – Jungkook arrugó su nariz y apenas alzó su labio para mostrar su colmillo, porque aunque le molestara lo mencionado, tenía razón —. Sé que ella solo buscaba protegerte de que no te hicieran daño, ¿recuerdas por qué estaban ahí?
— Los hombres, esos guardias que llegaron a la colonia, dijeron que harían una revisión y les inyectaron algo en los cuellos – señaló su lado izquierdo, teniendo la mirada fija de Taehyung – también llevaron lobos para rastrear. Pero no los dejaron libres hasta que notaron que mi madre estaba entre las filas.
"Algo huele diferente. Registren todo..."
Los gritos no tardaron luego de que soltaran a esos lobos que no pertenecían a ninguna manada, entrando en las casas y saliendo de estas mismas con personas. Niños, adultos, alguno que otro bebé. Jungkook enfureció, sintiendo que su lobo pedía salir para defender a aquellos seres inocentes y en especial a su madre, a quien le habían arrebatado sus cosas para arrojarlas al suelo.
Los estaban sometiendo a todos y aunque su lobo pidió salir sin más, se llevó con la sorpresa que había sido descubierto por uno de esos lobos gigantescos. No temió estar frente a la bestia, pues no era la primera vez que se enfrentaba a uno, así que sin problema le propinó con su puño un buen golpe en el hocico, lo suficientemente fuerte como para desorientarlo y así escapar.
Su madre lo vio horrorizada cuando mantuvo contacto visual con él, los lobos aullaron en un llamado diferente haciendo que los hombres observaran al menor que corría hacia la beta que estaban sometiendo para inyectarla con el medicamento que evitaría la fertilidad en los exiliados. Sunyoung le gritó que se alejara, pero eso solo alentó a que Jungkook cambiara en su lobo gris, gruñendo hacia todos, embistiendo al hombre que sometía a su madre logrando liberarla.
"¿Qué haces aquí? Deberías estar en casa – le exigió con una mirada llena de lágrimas, nunca la había visto así de ¿aterrada? – ¡Vete de aquí!"
"Atrapen a ese lobo"
Por supuesto que las cosas empeoraron cuando lanzaron los dardos con tranquilizantes que lo hicieron chillar ante el repentino dolor y acalambramiento. Sunyoung intentó interponerse entre los hombres y Jungkook, provocando que la ira de estos incrementara al hacer notar que tenían algún parentesco, una madre beta y un hijo con jerarquía era algo que les interesaba muchísimo.
Los forcejeos llevaron a que Sunyoung fuera sometida con facilidad y en cuanto a Jungkook, no tardó en ser acorralado entre seis lobos adultos, siendo víctima de un mareo molesto junto con su vista borrosa. Sus movimientos comenzaron a ser torpes y en cuanto cayó al suelo, aun sin estar del todo inconsciente, uno de los hombres se acercó a él, colocando ese molesto collar y los brazaletes que lo acompañarían desde ese momento.
— Cuando llegue al recinto, me tenían atado en una cama, hablaban cosas raras y estaba esa omega de ojos azules...– gruñó molesto al recordar el rostro de Eunseo, quien exigía hacerle todos los estudios necesarios.
— ¿Ojos azules? Te refieres a la luna Jeon.
— ¿Quién? ¿La luna tiene nombre?
— No me refiero a la luna, ese es el nombre con el que se le conoce a las parejas de los líderes – lo vio tan confundido que no se molestó en ahondar más en el tema —, lo explicaré más a detalle, luego ¿sí?
— Okay.
— Regresando a lo que mencionaste anteriormente, la luna Jeon, la omega de la que hablaste, ¿qué fue lo que hizo?
— Estaba molesta porque los doctores en el recinto también dijeron que no podían decirle algo respecto a lo que pedía – llevó su dedo a su barbilla, pensando mejor y recordando ese momento —, se enojó y se le iluminaron los ojos cuando mencionaron sobre ser omega. Dijeron: es más omega. Desperté en una habitación compartida donde tenía a alguien a mi lado, pero en cuanto los vi, todos se asustaron por mis ojos.
— ¿Por ser diferentes? – era una pregunta que no tenía el fin de cuestionar, sino de afirmar lo obvio, haciendo que Jungkook se encogiera de hombros —. Así que siempre los has tenido así.
— No, hubo un tiempo antes de mi celo, donde no estaban así todo el tiempo. Mi madre siempre me veía preocupada y me tocaba la cara – sus manos imitaron lo que recordaba que hacía la beta, cubriendo sus ojos, relajándose – y luego me pedía... decía, estamos a salvo, sin lobos persiguiéndonos.
— Y esos lobos que te atacaron, los guardias que invadieron la colonia, ¿recuerdas el color de sus ojos?
— Eran distintos, algunos eran azules, grises y dorados.
Los clanes aliados, aunque los Park, no eran parte de esa alianza, al menos hasta donde Taehyung tenía conocimiento de aquello.
— Majestad, sé que mi madre aún sigue viva y que se la llevaron con el resto de personas de la colonia, también que han tomado a varias personas de las manadas.
— ¿Cómo sabes eso?
— Durante mis celos – la rabia hizo estragos en su estómago y en su sangre al recordar aquello —, las personas del recinto mantienen un ciclo de recuperación entre cada extracción. Los míos eran más seguidos y más fuertes, así que llevaban alfas para "calmar" mi necesidad, parecían más ansiosos por morir que yo por matarlos.
Taehyung amplió sus ojos al escuchar aquello, si le llevaban alfas eso solo podía significar que preferían calmar los síntomas de celo de manera "natural" a bombardearlo con medicamento, quizá por eso mismo no conocía el efecto de un supresor y muy posiblemente esos mismos alfas estarían dispuestos a tomar por la fuerza a Jungkook.
— ¿Te dejaban a solas con esas bestias?
— Aja.
— ¿Te violaron? ¿Te hicieron algo? ¿Obligaron a tener?
— No, a todos los mate – se encogió de hombros, haciendo que Taehyung suspirara tranquilo, aunque no sabía muy bien por qué el hecho de la muerte de esos alfas le traía tanta paz, quizá porque se trataba de Jungkook estando en peligro —. Llevaban alfas a las celdas y decían haz lo que debes hacer con ellos, pero mi lobo solo quería matar, algunos eran molestos y otros se asustaban al estar en el mismo lugar conmigo.
— Eres bastante intimidante en celo, Jungkookie.
— No es mi culpa que sean tan débiles, aunque con usted fue la primera vez que quise sentirme muy cerca. Frotarme contra usted se sintió muy bien – Taehyung se ahogó con su propia saliva, sintiéndose halagado y avergonzado al mismo tiempo —, aunque cuando se terminaron los alfas comenzaron a llegar los deltas, todos provenientes de las manadas salvajes. Maté a algunos, otros los ignoré, aunque hubo uno de ellos que me enseñó que el cosquilleo se podía quitar tocando.
— Quieres decir que él te mostró cómo tocarte – una murmuración afirmativa casi lo hizo perder el control, ¿eso significaba que habían tocado su cuerpo? —. ¿Y te gustó? – otra afirmación, qué esperaba como respuesta, era obvio que le agradaría – ¿lo repetiste después de eso? ¿Lo hiciste con alguno de ellos?
— ¿Hacer qué?
— Bueno, eso, tener relaciones – Jungkook ladeó la cabeza – ¿frotarte de una forma profunda? – se sintió tonto mencionando aquello y sus manos ocultaron su rostro avergonzado, aunque pronto recibió el tacto contrario para despejar su vista.
— Solo me enseñaron a frotarme a mí mismo, ¿hay algo más que solo lo que hicimos en mi celo?
— No – afirmó con convicción para luego arrepentirse —. Es decir, si hay algo más que puedes hacer en tu celo – la súplica silenciosa de Jungkook hizo que Taehyung se quejara – por favor no me hagas explicarlo.
— Prometió no huir de nuestras conversaciones.
— Bien. En tus celos siempre te entregaban a alguien para que satisficieras tu necesidad de procrear, de aparearse.
— Y cómo es eso.
— Bueno – carraspeó un tanto incómodo, desviando la mirada hacia otra parte que no fueran esos ojos curiosos —, la pareja que esté contigo, se introduce en ti.
— ¿Introducirse? ¿Usted dice meter algo?
— Aja.
— ¿Qué cosa?
El alfa observó hacia todas partes para luego mirar hacia su propio cuerpo, teniendo la mirada fija de Jungkook en él, siendo su única escapatoria el señalar su entrepierna, no logrando que el omega comprendiera. Sus manos hicieron gestos para señalar de distintas maneras su intimidad sin tener éxito.
— Su pene, Jungkook, meten su pene en ti.
— ¿Dónde?
— En esa parte tuya, que está húmeda.
— ¿La boca?
Joder, trágalo madre Luna y escúpelo en su habitación para evitarse esa vergüenza, aunque si lo pensaba mejor, era una ventaja estar teniéndola justo en ese instante y no después en otra circunstancia, ¿qué mierda que estaba pensando? ¿En qué situación estaba imaginando a Jungkook? ¿Con él... en un celo? No. No. No.
— Ah, usted dice aquí – señaló su trasero al comprender la desesperación del alfa y también al darle un poco de pensamiento sobre la frase que había usado, obteniendo un asentimiento por parte de Taehyung —, ¿no es muy pequeño para que se meta algo?
— Créeme en esos momentos y en muchos otros fuera del celo, es completamente posible hacer que algo tan grande como una erección entre con facilidad.
— ¿Usted ha metido su pene en alguien?
— Podemos no hablar de eso en estos momentos, estábamos discutiendo sobre tu madre, ¿lo recuerdas?
— Oh, cierto – asintió de inmediato, dándole alivio a Taehyung —, Majestad, quiero rescatar a mi madre. Me gustaría al menos saber si puede ayudar con eso.
El líder Kim asintió como respuesta, obteniendo mayor cercanía con Jungkook quien rozó la piel de sus rodillas, el alfa no pudo evitar llevar su mano hacia la pierna ajena, dudando un poco para luego decidirse por hacerlo, no siendo rechazado.
— Será un tanto difícil, pero haré todo lo que pueda, quizá con la misma muestra de tu ADN encontraremos datos antiguos para encontrarla. ¿Cómo dijiste que se llamaba?
— Sunyoung.
Taehyung repitió el nombre para grabarlo en su memoria y junto a esos murmullos, el sentimiento de satisfacción de conocer un poco más respecto al pasado de Jungkook los hizo querer estar más cerca de él. Aunque dentro del relato hubiera demasiados vacíos, tenía la información necesaria para ayudar al omega y de paso conocer un poco más respecto a lo que ocurrió en ese tiempo.
La madre de Jungkook fue parte de los betas exiliados, sin embargo, estaba el vacío entre el nacimiento del omega y la huida. Se sabía que durante esos años de persecución, todas las betas gestantes eran recluidas en centros especializados para que dieran a luz, si los bebés presentaban alguna casta por más débil que fuera se los arrebatarían, si se trataban de niños comunes los inyectarían para atrofiar su capacidad de procrear.
Se tenía la creencia que los betas eran los responsables de hacer que la pureza de las castas disminuyera gracias a que muchos miembros de los clanes principales estuvieron involucrados con ellos, gestando hijos con mezcla de castas. La mayoría de deltas de ese tiempo fueron engendrados a partir de uniones de sangres beta y alfa u omega.
Estúpidos líderes del pasado.
Se dieron cuenta de que los betas no eran parte del problema y para cuando intentaron recuperar algo de ellos ya era demasiado tarde, pero el hecho de que Jungkook hubiera visto ese escenario lo dejaba confundido. Las persecuciones y colonias de betas se habían terminado mucho antes de que Taehyung cumpliera dieciséis...
— Jungkook, ¿cuántos años tienes?
— Uhm – frunció su ceño intentando recordar la última vez que recordaba su edad – no lo sé. Es decir, sé que era mi ceremonia catorce cuando me atraparon, pero luego... es muy confuso. Los días ya no eran días, el tiempo solo pasó y cuando me di cuenta fui mayor.
— ¿Solo así?
— Aja. Me di cuenta por qué mi cuerpo cambió, extraño, pero cambió.
— ¿Cómo?
— Escuché hablar a los doctores que no cumplía con los cambios que esperaban, hyung dijo que mi cuerpo reaccionaba a todo lo que un omega tendría, pero que parecía un alfa adolescente – hizo silencio por unos segundos para observar al líder Kim que no le quitó la vista de encima – ¿usted cree que puedo sentirme como ambos?
— No lo sé, ¿tú te sientes así? Es difícil de decir que sí, cuando hay muestras tan contradictorias de ti mismo – Jungkook no había cortado el contacto de sus miradas, dejando que Taehyung se deleitara con esos pequeños fragmentos grises y brillantes que le pintaban las pupilas. Tomó una bocanada de aire, llenándose con la esencia contraria, sonriendo de lado y atreviéndose a alzar la mano para llevarla hacia la mejilla del omega —. Aunque sabes de qué si puedo estar seguro.
Su mano se quedó suspendida en el aire, temblando entra la anticipación del contacto y el autocontrol que mantenía con Jungkook, ¿qué le impedía tener interacciones? ¿Quién se atrevería a negarle aquello que tenía tan cerca? El omega se acercó a él, observando la palma extendida como si se asegurara de que no le haría daño para luego acortar por completo la distancia, descansando ahí mismo su rostro.
El lazo entre ambos se tensó hasta hacerlos estremecer, con corrientes chispeantes que se manifestaban en la yema de los dedos de Taehyung al acariciar la piel un tanto fría de Jungkook.
— ¿De qué está seguro?
— Que no importa que tus análisis digan tener una parte omega que no llega a calificar para encasillarte en una casta – se acercó un poco más, al mismo tiempo que con su pulgar dejaba caricias, llegando a tener el rostro ajeno a milímetros, con sus narices rozándose, mostrado su lobo de manera intensa, dejando salir más de su propia esencia en el momento que juntó frentes con Jungkook —, por muy pequeña que sea esa parte, es lo que te hace completamente diferente, especial y perfecto aún en toda tu imperfección.
— ¿Soy perfecto? – cuestionó cerrando sus ojos, dejándose invadir por el calor que iba haciendo espacio en su pecho – ¿omega, alfa...?
— Delta e incluso una casta nueva o extinta no interesa. Eres perfecto y eres mío – recalcó aquello con un tono bajo que le hizo cosquillas a Jungkook —, por más pequeña que sea tu parte omega, es la misma que nos permite unirnos. Sentirnos, escucharte, poder olfatearte.
Esas palabras hicieron sonreír a Jungkook, quien inconscientemente estaba frotando su frente con la contraria, pues el cosquilleo en la piel era demasiado delicado y satisfactorio, podía imaginar a su propio lobo haciendo aquello con el de Taehyung, olfateándose para reconocerse mutuamente. Le había dicho que podía percibir su aroma, ¿lo hacía completamente?
No importaba en esos momentos cuánto de su esencia podía percibir el alfa; no le interesaba si solo era lo cítrico o el té, o bien podía ser ese aroma floral que salía a luz cuando estaba en una fase vulnerable del ciclo de extracción o si se trataba de ese picoso tan característico que salía a flote cuando se molestaba y del cual solo el príncipe Park había percibido.
— Majestad – susurró, obteniendo un gruñido bajo y posesivo que le hizo recorrer un escalofrío en la columna, percibió el tacto de Taehyung yendo de su mejilla hacia su nuca donde todos los vellos se le erizaron en el segundo que los dedos largos se instalaron ahí mismo como si no deseara que moviera —, siento...
— ¿Sí?
— Es muy confuso – Taehyung rio bajo y Jungkook entreabrió sus ojos en el segundo perfecto para notar esa sonrisa ladina que le dejaba a la vista los colmillos ajenos —, hay algo que me resulta muy...
— ¿Extraño? ¿Particular? ¿Molesto? – a cada una de las palabras recibió una negación – ¿Complicado?
— No – la punta de la nariz de Taehyung rozó la mejilla derecha de Jungkook, olfateando tan descaradamente y dejando marcas de su propio aroma. Tan dulce y adictivo – ¿qué significa eso? Adictivo...
— Que el solo estar a tu lado me haces crear una necesidad de ti – Jungkook acunó el rostro del alfa, separándolo con facilidad, aun si este puso resistencia al ser alejado para así encararlo – ¿qué ocurre?
— Es así como me siento. No sé cuál es la necesidad que tiene de mí, pero la mía es muy confusa. Cada vez que despierto lo quiero ahí; el leer los libros que me da me hace saber que está conmigo; cuando como algo que me gustó probar, me hace sentir que fue su culpa.
— ¿Mi culpa? Querrás decir que fue gracias a mí o que se trataba de mí.
— Aja – el alfa asintió, no corrigiendo su diálogo —. Esto es su culpa – le apretó las mejillas hasta hacerle abultar los labios – desde que comencé a darme cuenta de todo esto ya no pienso en huir, ¿comprende? Así que por favor, hágase responsable de lo que me está haciendo sentir. El dolor, la confusión, el cosquilleo en mi estómago.
El líder Kim estaba siendo atacado de la manera más descarada, directa e inocente, era una declaración de lo más extraña, pero ahí estaban siendo solo ellos. No Kim Taehyung, líder y rey del clan, tampoco se trataba de Jungkook, el omega capturado del recinto, o Kim Jungkook, el extraño omega protegido. Porque por esos gloriosos minutos eran simplemente Taehyung y Jungkook, dos personas que estaban descubriendo que tenían sentimientos por el otro.
Las manos que apretaron su rostro perdieron un poco de fuerza, pero Taehyung no desaprovechó para que sus labios rozaran con las palmas ajenas, encontrando un tacto suave y casi adictivo. La punta de su lengua tuvo la osadía de pasearse muy apenas, causándole cosquillas a Jungkook, quien quitó de inmediato ambas manos.
— ¿Por qué me lame? No estoy herido, sea serio. Quiero que responda por lo que me hace sentir.
— Cuida tus palabras – el tono bajo de Taehyung se asemejaba al de un alfa imponiendo respeto frente a alguien más – ¿quieres me haga cargo de lo que te hago sentir?
— Sí.
— Entonces solo espero lo mismo de tu parte, porque no son solo tuyos esos sentimientos.
Sintieron la respiración entrecortada al mismo tiempo que ambos permitían que el otro percibiera las emociones encasilladas, llenando su vínculo con mayor fuerza, sintiendo a sus propios lobos, aceptando lo que recibían del otro con bastante agrado. Taehyung se sorprendió al ver cómo Jungkook se abalanzó sobre él, rompiendo cualquier distancia posible para comenzar a olfatearlo.
La temperatura de sus pieles comenzó a subir con cada roce que podía obtener de Jungkook, paseando su nariz desde la parte de atrás de la oreja del alfa, pasando por el lóbulo, el cual atrapó entre sus dientes jalando un poco. Era un comportamiento extraño, como si su lobo fuera el que guiara cada acción, pero lo dejó ser, incluso si eso representaba permitirle rozar la piel de su cuello desnudo.
El omega se dejó embriagar por el aroma grueso de Taehyung. Toronja, menta y almizcle, ese último le hizo sentir como en su hogar. Gruñó bajo al notar que el alfa se estremeció y tomó eso como una forma de alejarlo, aunque se quedó completamente quieto esperando a su siguiente acción, la cual dejó confundido al líder Kim.
Una lamida lasciva le fue dada desde la unión de su cuello con su hombro, yendo hacia la clavícula marcada, donde escuchó una vez más un gruñido bajo hasta sentir el filo de ¿dientes?
— ¿Qué haces?
— Me gusta como huele aquí – murmulló, para luego dar una mordida pequeña, dejando una sensación semejante a un pellizco —, cuando algo me gusta mucho-
— ¿Los muerdes? – mencionó con un tono sarcástico para luego jadear por el exquisito gusto de la electricidad corriendo por su piel.
— Usted me mordió a mí. ¿Eso significa que le gusto o al menos a su lobo?
Taehyung le tomó la barbilla entre sus dedos, haciendo que sus rostros quedaran de frente, tan cerca que con un suspiro y un poco más de impulso le podría besar los labios, aunque dudaba profundamente que Jungkook conociera siquiera lo que era ese gesto en particular.
¿Le gustaba? No estaba seguro de que esa insignificante palabra hiciera justicia para nombrar al ciclón que se creaba en su interior, con solo tenerlo frente e incluso lejos y solo pensarlo. Lo que sentía le hacía querer fusionarse con Jungkook, que su piel se convirtiera en la impropia, impregnar su cuerpo hasta que su aroma se convirtiera en la esencia del omega.
Le creaba necesidad, el respirar en él, sentir cada parte de su vínculo creciendo, construyéndose pieza a pieza. Ser solo de él, habitar en cada rincón y quedarse ahí, formando un hogar para unirse. Joder estaba siendo invadido por la extrema carencia de unificarse, la existencia de Taehyung se reducía a la esencia, presencia y la agonizante ausencia de Jungkook.
— ¿Se siente raro? – cuestionó Jungkook intentando darle razón a tantos pensamientos, Taehyung soltó una risa cansada, siendo prisionero de su falta de conocimiento en lo que a emociones respecta – ¿prefiere dejar que yo sienta?
— ¿Y si duele? Aún no lo controlo.
— Puedo soportarlo, además soy yo quien lo estoy pidiendo – rozó su nariz con la impropia, saboreando la esencia del alfa en la punta de su lengua cuando entreabrió sus labios —, si usted no tiene el control, déjeme ser yo quien lo contenga.
El líder Kim jamás se consideró un débil en el autocontrol, podía lidiar perfectamente con todos sus instintos, pero cuando se trataba de Jungkook, el autocontrol parecía desaparecer. Ganaría mil batallas con el fin de tenerlo cerca para finalmente arrodillarse frente a él, seguir sintiendo su tacto cálido, por obtener más de eso que solo el omega le brindaba.
Dejó correr libremente sus emociones, no implantado cuán confusas podían ser o bien lo contradictorias que eran, todas y cada una de ellas invadieron su vínculo, haciendo jadear a Jungkook, obligándolo a hacer puños en la tela de la bata, mordiendo su labio.
— Oh – mencionó Jungkook al mismo tiempo que una lágrima rodó por su mejilla al sentirse tan invadido de las emociones contrarias. Taehyung atrapó la traviesa gota salada para luego quitarla con delicadeza —, es mucho.
— Lo sé y es...
— Complicado de explicar – se rio porque ahora podía comprender un poquito, pero solo poco del significado de que algo fuera complicado. Se trata de eso que conllevaba más de lo que se podía hablar, ¿cómo era posible que una palabra encerrara tanto? – entiendo, me conformo con lo que siento.
— No lo hagas, por favor no te conformes. Prometo que aprenderé a expresarme mucho mejor.
— Yo tampoco puedo hacerlo, no es el único.
— Entonces lo haremos juntos.
— Okay – se alejó lentamente de la cercanía, para luego darle una sonrisa burlona al líder Kim, quien ladeó la cabeza —. Parece que usted tampoco sabe muchas cosas, ¿verdad?
— Soy un completo ignorante en lo que respecta a personas y emociones. Lo siento, creo que el defectuoso soy yo – se rio un poco, sintiéndose un tanto indignado al no recibir una negativa por parte de Jungkook.
— Somos dos defectuosos, ¿cree que por eso le agradé a su lobo?
No, por supuesto, que no era la respuesta que esperaba, pero lo aceptaba, encajaba a la perfección con ellos, siendo dos piezas desechadas que irónicamente se habían encontrado y unido como si hubieran sido hechos el uno para el otro. La madre Luna les había dejado unirse, crear un lazo y dejar que la marca en el cuello de Jungkook no sanará hasta desaparecerla, seguía tan viva como el primer instante en el que la curó.
Se atrevió a acercarse y por asombroso que pareciera, Jungkook también lo hizo, pero se quedó unos centímetros de distancia, esperando su próximo movimiento. ¿Qué haría? ¿Lo olfatearía? ¿Le rozaría la punta de su nariz? Dudó por unos segundos en los cuales no pudo evitar sonreír de lado al ver la aceptación contraria con su cercanía que terminó con un beso en la frente.
— ¿Líder Kim? – la voz de Namjoon los sorprendió, al igual que escuchar el clic de la puerta, los pasos apresurados del alfa hizo que Jungkook gruñera bajo y se pusiera de pie con el propósito de interponerse entre Taehyung y su no invitado – ¿qué se supone que están haciendo aquí? Llevamos mucho tiempo buscándolos y la servidumbre dijo que-
— Estábamos conversando, Namjoon-ssi – gruñó Jungkook con disgusto por ser interrumpidos —, ¿sabes lo difícil que es hacer que hable sin que se comporte tonto? – Namjoon se sorprendió ante las palabras contrarias notando como Jungkook se cruzaba de brazos.
— ¿Taehyung?
— Está bien, Namjoon hyung, ya lo escuchaste, estábamos conversando. ¿Soy un tonto cuando, conversamos? – cuestionó de pronto, tocando el hombro de Jungkook para que le regresara la mirada haciendo que este se encogiera de hombros – ¿lo soy?
— ¿Me lo preguntas a mí? – se señaló Namjoon aun estando confundido, pues la situación era inusual, aunque ¿qué podía ser normal al estar esos dos juntos? —. ¿Quieres que responda como un hyung o como tu mano derecha? Porque es difícil decir una respuesta sabiendo que no aceptarás ninguna.
— No digas nada – agitó sus manos para hacer que aquella pregunta se esfumara en el olvido, poniéndose de pie y colocando a Jungkook un paso atrás de él, obteniendo ese característico ceño fruncido – Hablaremos después, lo prometo —. Namjoon Hyung, ¿por qué me buscabas?
— El concejo del clan quiere saber cuándo realizarás el cambio de protección para Jimin – Jungkook apretó su mano en la muñeca del líder, exigiendo saber a lo que se refería, podía notarlo en su mirada y en su vínculo, el cual extrañamente se había cerrado, bloqueando de nuevo su comunicación —. No pude darles una respuesta inmediata.
— Lo haremos en la ceremonia de compromiso de la próxima semana.
— ¿Llevarás a cabo el compromiso con Jimin? ¿Lo anunciarás frente a todos?
— No, dije que haré el anuncio y cambio de apellido de Jimin en esa fiesta. Es un evento que ya está preparado, todos vendrán, así que será la mejor ocasión.
— Taehyung-ah – Namjoon frotó su rostro con un tanto de desconcierto y desesperación – sabes que todos vendrán para celebrar su unión, no el cambio de Jimin a menos que – el alfa silenció sus palabras para luego tensar su mandíbula comprendiendo lo que haría su líder —. No.
— ¿Qué?
— Taehyung, no hagas una estupidez.
— ¿Por qué crees que haría algo como eso? – miró por sobre su hombro a Jungkook, quien seguía con esas tres arrugas marcadas en su frente, donde con la yema de su pulgar masajeó hasta deshacerlas —. No haré nada insensato, solo quiero que las personas que más aprecio estén a salvo. Todas.
— Líder.
— Namjoon hyung, la fiesta es para hacer de conocimiento que Jimin será próximamente parte del clan Kim y lo hará solo que de una manera diferente – la tensión en la mandíbula del mayor le hizo gracia a Taehyung – ¿Puedes hacer que avisen a todos que será una ocasión para un anuncio doble? Necesito que todos estén enterados sobre el cambio de Jimin.
— ¿Y el segundo anuncio?
Taehyung sonrió, encogiéndose de hombros y dando un paso hacia delante, yendo hacia los vestidores comenzando a registrar el lugar, en busca de algo de ropa porque no saldría de ahí con Jungkook desnudo, no permitiría que nadie lo viera así, cuando ni siquiera él se atrevía a ver más allá de esas clavículas descubiertas.
Ignoró los llamados de Namjoon, incluso cuando esté mismo le enumeró todo lo que podía salir mal si no se llevaba a cabo el compromiso como debía.
— El punto de hacer la ceremonia de cambio en esa fecha es para evitar que el clan Park se meta en nuestros asuntos. Si Jimin tiene el apellido Kim al final de la tarde, cuando se anuncie que no nos casaremos, el líder Park no podrá hacer nada.
— Taehyung, si lo haces ese mismo día el concejo podría negarse y desestimar la votación.
— Bien, entonces esperemos a que las aguas se calmen y anunciemos que mi imagen será pública de ahora en adelante, ¿feliz?
— Majestad, ¿qué significa, estar en compromiso con el príncipe Park? – cuestionó Jungkook, interrumpiendo la conversación, tomando en sus manos la ropa que le era extendida, dejándose guiar hacia uno de los vestidores.
— Significa que debía casarme con Jimin, unirme y ser su pareja.
El pecho de Jungkook dolió ante la simple idea de que aquello ocurriera, ¿Taehyung uniéndose al príncipe Park? Si eso ocurría, ellos no tendrían su vínculo, ¿el líder mordería a Jimin? Las manadas salvajes se caracterizaban por ser monógamos, escogían una pareja de por vida a menos que se tratara de un delta, estos tenían la capacidad de unirse a varias parejas con el fin de multiplicar a sus miembros.
Compartir a Taehyung no se sintió bien, no cuando estaban creando un vínculo entre ambos, tenían confianza, el tener a alguien más unido a ellos no veía necesario. El príncipe Park no era indispensable para que funcionara su relación, su lobo estaba de acuerdo con aquello, y se aseguraría de dejar en claro ese punto.
— Hey, ¿olvidas que puedo sentirte? Tranquilo, eso no pasará. Ahora cámbiate – le susurró el alfa, percibiendo el caos en su lazo, obteniendo un asentimiento por parte de Jungkook. Taehyung se giró para encarar a Namjoon al ser consciente de la mirada contraria.
— ¿No te casarás? Y qué pasa con todo el plan de ser líder, unirte y hacer herederos para cumplir con todas las responsabilidades. Estás obviando esa parte.
— En lo absoluto, hyung solo la estoy aplazando.
— ¿Aplazando? ¿Para cuándo? ¿Qué es lo que pretendes?
— Creo que quiero un poco más que solo algo que debo cumplir.
— ¿A qué te refieres? – el alfa desvió su mirada hacia el lugar donde Jungkook se estaba vistiendo para luego regresar hacia el líder Kim – ¿me perdí de algo importante?
Taehyung no respondió a las preguntas de Namjoon, concentrando su atención en cambiarse lo más rápido que podía con la ropa que había encontrado, notando que era demasiado pequeña. Los pantalones deportivos le quedaban por arriba de los tobillos y la camisa simple se le ajustó demasiado al torso. Bastaría con eso para llegar a su habitación.
Salió del vestidor, no sorprendiéndole encontrar a Namjoon recargado en la puerta contraria, con los brazos cruzados, con la mandíbula tensa y suspirando cada tanto; elevó una ceja al detallarlo con la ropa ajustada, riendo bajo.
— ¿No está un poco pequeña?
— Es lo que pude encontrar – no puso importancia, y su atención no podía estar en otro lugar que no fuera el otro vestidor que se abrió para darle paso a Jungkook con un sudadero demasiado grande, el cual le cubría la mitad de arriba del muslo —. Te ves muy pequeño con eso.
— Me gusta así – sonrió divertido, aleteando las mangas que le cubrían las manos. Taehyung se encargó de enrollarlas hasta que sobresalieron los dedos contrarios —. Los pantalones no se quedan en su sitio.
— Creo que eres tan malo para repartir ropa como para tomar decisiones cuando te dejas guiar por tus emociones – agregó Namjoon, subiéndole el gorro a Jungkook, quien lo miró ceñudo, aunque la mirada del alfa estaba puesta sobre Taehyung —. ¿Qué es lo que planeas?
— Por ahora solo quiero que Jimin este seguro bajo nuestra protección antes que el clan Park haga un movimiento y aún no estamos seguros si el líder Jeon se involucrará con ese doctor.
— Mientras Jimin no salga de la residencia, podremos evitar el contacto con el clan Park – Namjoon no estaba del todo seguro de que el plan fuera a funcionar a la perfección, pero podían intentar prever cada movimiento.
— Bien, mantenlo aquí. Yo le informaré sobre los planes del cambio de clan – su hyung asintió solo para hacerle entender que estaba escuchando sus órdenes. El líder Kim miró a Jungkook y solo eso bastó para saber lo siguiente que pediría —. Hyung también debo pedirte algo más.
— Suenas muy serio, ¿qué pasa?
— Necesito los registros antiguos de las colonias de betas. Sé que a cada líder de clan se le repartió una lista de sus ubicaciones, los nombres de los exiliados y datos de estos.
— ¿Por qué quieres algo como eso?
— Porque necesito que busques a una persona, pero primero, necesito los registros. Incluso los de los sitios de crianza – Namjoon desvió su mirada hacia Jungkook y con eso fue suficiente para que Taehyung asintiera a su pregunta silenciosa.
— Bien, me encargaré de eso, supongo que podremos encontrar algo sin involucrar los archivos que están bajo el resguardo de los concejales. Pan comida, digo nadie recriminará el porqué hurgamos en la historia que se esmeraron en sepultar bajo mármol pesado.
— Gracias hyung, sé que lograrás hacer algo – el líder Kim le dio un golpe leve a Namjoon en el hombro para luego tomar de la mano a Jungkook para guiarlo hacia la salida.
— No era una afirmación, ¿acaso no conoces el sarcasmo?
Sus palabras fueron en vano, pues los vio avanzar hacia el exterior, no logrando dar un paso más para seguirlos al recibir una noticia no muy agradable por el comunicador respecto a la recepción de un invitado no grato en la entrada de la residencia; alzó la mirada para evitar que el líder Kim se escapara de su conversación, como siempre lo hacía, dándose cuenta de que ni siquiera lo podía ver, dejándolo con la única opción de encargarse él mismo de la situación y no con el gusto de reprender a su líder de clan.
Taehyung siguió avanzando por los jardines a un paso bastante rápido, con algunos tropezones al sentir leves tirones por parte del omega, que no podía andar correctamente debido a los molestos pantalones que se le bajaban cada cuatro pasos. Deteniéndose abruptamente.
— Espere.
— ¿Qué ocurre?
— Se caen – señaló los pantalones, al mismo tiempo que los alzaba para colocarlos en sus caderas, no esperando que el alfa en dos movimientos rápidos lo terminara alzando a él en brazos – ¿ahora qué está haciendo?
— Bueno, necesito que avancemos sin que te quedes desnudo en el camino y esta es la única opción.
Jungkook rodeó el cuello de Taehyung para sostenerse mientras avanzaban por todo el extenso camino hasta llegar a los jardines principales, esos que estaban rodeados de flores. Los jardineros se sorprendieron de ver la nueva escena que ahora protagonizaba su líder, a quien habían visto perseguir al lobo gris para ahora regresar con el chico en brazos.
Los cuchicheos se esparcieron con rapidez, en definitiva era una imagen bastante inusual del líder del clan, a quien conocían por ser un tanto hosco, frío, tosco, en ocasiones un tanto difícil de tratar, no por ser un maleducado tratando mal a los demás sino porque se cerraba a las interacciones. El verlo con un omega abrazado a su cuello era particularmente extraño.
Sí, Taehyung sabía lo que significaban todas esas miradas puestas sobre él, la suya cayó en Jungkook, quien se había acomodado de cierta forma que su cabeza se recostó sobre su hombro, sacándole una sonrisa ante la sensación de estar cumpliendo con uno de los deseos de su lobo, el de proteger al omega que había marcado.
— ¿Estás cómodo? – Jungkook hizo un sonido similar a un ronroneo para afirmar aquello, frotando su mejilla contra el hombro del alfa – me alegro. Es un alivio que no seas tan pesado, aunque mis pies no están de acuerdo con eso.
— ¿Por qué? – cuestionó saliendo de su escondite, teniendo ese color lila en sus ojos, con uno que otro reflejo azul.
— No estoy muy acostumbrado a andar descalzo, no entiendo cómo soportas hacerlo todo el tiempo.
— Debería hacerlo más, así deja de quejarse. Nunca usé zapatos, son muy incómodos, ¿cómo soporta eso? Namjoon-ssi, dijo que me daría, umh, sandalias.
— Es una buena opción, ¿por qué no me lo dijiste?
— Porque no quiero usar – se encogió de hombros y regresó a recostarse de nuevo, disfrutando el hecho de ser sostenido de esa forma. Era delicado, gentil y para nada peligroso, lo habían cargado antes, pero no de esa manera – ¿debo utilizar dentro de casa?
— Podemos hacer algo, yo tomaré tu consejo de no usar zapatos en la casa cuando estemos juntos – el cuerpo del omega se removió con emoción por ser tomado en cuenta —, pero tú tendrás que irte acostumbrando a los zapatos.
— Okay.
Taehyung asintió satisfecho con aquello, su comunicación mejoraba a cuentagotas y en ocasiones lo hacía en un torrente incontrolable, le abrumaba la sensación de ser invadido por tantas emociones, pero estaría bien. Aprenderían juntos y quizá si todo salía bien, podría tener la opción a tener una unión mucho más fuerte que la del resto de líderes, una por decisión. La última en la historia de los clanes principales había sido del líder Jeon con su Luna, esperaba que al menos Jungkook lo aceptara un poco.
Se dejó llevar por sus impulsos y por lo bien que se sentía, olfateando el cabello de Jungkook, invadiéndose con esa mezcla de aromas a la cual comenzaba a acostumbrarse, en especial el cosquilleo en su nariz. Aún se encontraba perdido en su propia burbuja que olvidó un pequeño detalle llamado espectadores y no solo el personal de la casa.
— ¿Taehyungie? – el solo escuchar cómo era nombrado de esa forma lo hizo detenerse. El tirón en su interior, aunque débil, le hacía saber de antemano de quién se trataba y escuchar sus pasos apresurados lo hizo maldecir bajo al ver a su madre ahí mismo – ¿qué estás haciendo? ¿Quién es él?
— Jungkook – respondió el omega, sin tener un filtro ante el cuestionamiento e inspeccionando con la mirada a la omega frente a él. Sorprendiéndole verla tan bonita.
— Oh – la antigua luna Kim miró a su hijo quien se veía bastante pálido – ¿Jungkook?
— Madre, puedo explicarlo.
— ¿Es tu omega? – Taehyung se ahogó con su propia saliva, no sabiendo muy bien cómo responder a esa pregunta, un leve tirón en su ropa hizo que conectara miradas con Jungkook.
— Quiero bajar – el alfa asintió, haciendo lo pedido, sorprendiendo a su madre al notarlo tan ¿sumiso?, pero el desconcierto cambió por sorpresa al ver que el omega que antes sostenía ahora hacía una reverencia hacia ella – soy Jungkook, Mh. Kim Jungkook – regresó su mirada dudosa hacia Taehyung, quien le hizo una mueca que parecía ser una sonrisa, aunque el omega solo buscaba aprobación antes su presentación.
— Kim Aeri – saludó con una reverencia pequeña hacia el omega que se sonrojó al tener una respuesta contraria, regresándole la mirada a Taehyung con su ceño fruncido; la omega sonrió bonito para luego acercarse más a ambos, pero siendo su objetivo llegar a Jungkook para acunarle el rostro y mirarlo con detenimiento —, qué bonitos ojos tienes, Kim Jungkook. Es un omega muy bonito, Taehyung – halagó la omega mayor, dirigiéndose hacia su hijo.
— Madre, ¿qué haces fuera?
— Estaba en los jardines, escuché que te buscaban y decidí unirme. Siempre has sido un cachorro escurridizo, ahora me queda claro por qué estabas ocultándote. Es tu omega, ¿no es así? Lo tienes oliendo a ti, alfa posesivo – Kim Aeri podía estar confundida la mayoría del tiempo por los medicamentos, recordando cosas del pasado y trayéndolas al presente, siendo eso mismo lo que la hizo ampliar su mirada —. Tendrás que hablar con tu padre, y con Jimin.
— ¿Su padre? – cuestionó Jungkook, alejándose lentamente del agarre de la omega, a quien le había permitido tocarlo sin dificultad —. Usted dijo que estaba-
— Bien, será mejor que esta conversación la llevemos al interior de la casa – Taehyung tomó en brazos a Jungkook abrazándolo a su cuerpo, impidiéndole que se moviera —. Madre, tienes razón, debo hablar con ellos.
— Habla con Jimin, yo me encargo de tu padre, lo convenceré. Si es un Kim dudo mucho que se oponga. Aunque quizá a Jiminie no le agrade.
— Sé que también comprenderá, madre – la omega se acercó a ambos, mirándolos con cariño, llevando su mano hacia la mejilla de su hijo para acariciar y apretar la poca carne.
— Mi bello bebé alfa. Has crecido demasiado – le dejó un beso en la frente, gesto que Jungkook observó apenas, pero fue suficiente para hacer que se quedara quieto, aunque se tensó en el momento que notó que la omega se detuvo en mirarlo por unos segundos —. Eres muy bonito, no había visto ojos así desde-
— Madre – el llamado de Seokjin hizo que Aeri le regresara a ver, notando cómo su hijo mayor le veía con preocupación, angustia y alivio —, estuve buscándote por todas partes.
— Seokjin, has visto al omega de tu hermano, es muy bonito – la mirada del mayor de los Kim miró desconcertado hacia donde señalaba su madre, las piezas del rompecabezas incompleto comenzó a tomar forma.
Un alfa tonto, incapaz de coordinar bien sus palabras, evitando conversar, huyendo siempre y que es impulsivo. Toda la descripción de Jungkook encajaba perfectamente con su hermano, ¿por qué no lo había pensado antes? Cierto, ¡porque se supone que está comprometido y no debería andar por ahí marcando omegas desprotegidos! Estúpidos alfas con sus instintos salvajes.
— Ya viste sus ojos, son tan diferentes.
— Lo sé madre, Jungkook es muy bonito – para su tranquilidad, el omega tenía cubierto su cuello, eso hacía más fácil de ocultar las cosas para la mente confundida de su madre —, sería una buena idea invitarlo a tu jardín algún día no lo crees.
— Tienes razón, ¿te gustaría eso Jungkook?
— ¿Puedo? – el susurro sorprendió a Taehyung, ¿acaso le estaba pidiendo permiso?
— Supongo que – la mirada de Seokjin le advirtió que debería callar, lo estaba asesinando de mil maneras posibles – ¿tú quieres eso?
— Me agrada y es muy bonita – Aeri sonrió y se sonrojó ante el halago, dejando ver el color por encima de sus párpados, acompañado con un tanto de brillos – sí, quiero pasear con ella.
— Porque mejor no planificamos esto con más detalle, ¿madre? – cuestionó Seokjin, recibiendo un asentimiento por parte de su madre —. Nos vemos luego... tú en especial – señaló al alfa, quien no respondió ante aquella amenaza.
El mayor de los Kim tomó a Aeri tan gentilmente para rodearla por los hombros y así comenzar a dar unos dos pasos en dirección contraria de Taehyung, a quien casi asesinó con la mirada. Sus labios se movieron para pronunciar una frase.
Tienes mucho por explicar...
Por su parte, Taehyung se limitó a asentir y agradecer silenciosamente que Seokjin le salvara de explicarle a su madre la situación, teniendo a Jungkook ahí era más complicado. Si decía que no eran nada, heriría los sentimientos del omega y conocía perfectamente que la antigua luna Kim no se cansaría en cuestionar una y otra vez sobre lo que ya era obvio.
Jungkook no era alguien que se contuviera para hablar con alguien más y dar respuestas, para su sorpresa, el omega solo lo observó, como si entendiera el pesar que se había instalado en su interior.
— ¿Ella no lo sabe? Lo de su padre. Parecía muy convencida de que estaba vivo, pero no lo está ¿cierto? – el alfa negó silenciosamente, sintiendo nuevamente ese nudo apretado en su garganta – ¿No se lo puede decir?
— Pasó hace algún tiempo y con tal de salvarla – hizo silencio por unos segundos esperando tener las palabras adecuadas para hablar de eso, quizá el hecho de que no se tocara ese tema lo volvía un tanto más difícil —, verás cuando nos unimos a través de una marca – su dedo acarició la orilla de la prenda amplia de Jungkook para darle un vistazo de su propio lazo – no solo nos unimos en alma, sino también en cuerpo.
— Su padre murió, pero ella no – Jungkook desvió su mirada hacia el lugar al cual habían llevado a la omega —, su marca es blanca, como si no tuviera vida. ¿Es por eso? Su vínculo ya no existe.
— Y su lobo es demasiado débil, no lo perdió, pero está bastante ausente y con eso varias de sus memorias están en una laguna muy oscura.
— Oh – de pronto el estar unidos sonaba aún más complicado. Estar unidos representaba cuerpo y alma. Sus lobos eran esa parte instintiva que mantenía viva el alma y sus cuerpos, solo un canal para manifestar ciertos rasgos —. Majestad.
— ¿Mh?
— No se muera.
— Solo si tú también prometes no hacerlo, y si lo haces al menos ten la decencia de llevarme contigo, ¿okay?
— ¿Como una doble muerte?
Estuvo a punto de decir algo más, hasta que aspiró el aire para llenar sus pulmones de la esencia contraria, sin embargo, lo que obtuvo no fue el característico trío glorioso de Taehyung, sino más bien el de alguien más. Los recuerdos se aglomeraron en su cabeza y las emociones hicieron estragos en su interior. ¿Era posible? Quizá no lo había imaginado esa misma noche cuando Jimin actuó muy extraño y no lo quiso cerca como en ocasiones anteriores o incluso cuando Yohan le mencionó haber notado una situación poco usual en el omega.
Jungkook ladeó la cabeza, ignorando que el líder Kim le estaba llamando, incluso acunando su rostro para que le encarara, siendo eso imposible, no cuando su atención estaba en hacer que sus sentidos le hicieran saber si eso era real, ¿lo era? Sus pies descalzos se movieron rápidamente, no importándole que la ropa no se le ajustara a las caderas, y mucho menos el hecho de que quiso arrancarla de su cuerpo por lo molesta que era.
Taehyung mismo lo detuvo poco antes de que pusiera un pie fuera de la entrada principal, rodeándolo entre sus brazos y alzándolo para evitar que sus pies tocaran el suelo. Gruñó, se removió y se quejó por no poder liberarse, no quería lastimar al alfa, su lobo le hacía saber que no se lo permitiría, aunque él tampoco lo quería.
— Jungkook. Hey, ¿Qué ocurre? – cuestionó, girando al omega para que lo encarara, notando con angustia la forma en la que se removía inquieto —, Jungkook, habla conmigo ¿Por qué actúas así?
— No entiende – gruñó bajo, queriendo dirigir la mirada hacia la entrada de la casa. El agarre en su cuerpo era constante, fuerte, mas no exigente y mucho menos dominante —, está aquí-
— ¿Quién...?
El sonido de pasos apresurados provenientes de la segunda planta hizo que Taehyung fruncir su ceño al no comprender por qué Jimin salía así de su habitación, aunque el solo pensar en el líder Park intentando algo no sonaba tan descabellado. Rodeó con más fuerza a Jungkook para evitar que se liberara, al mismo tiempo que el príncipe Park bajó hasta la mitad de las escaleras.
Las voces del exterior se acercaron hasta hacerlas más audibles, haciendo que el líder Kim mostrará los colmillos al intentar proteger a ambos omegas bajo su cuidado.
— No pienso ir a ningún lado hasta saber ¿dónde está el príncipe Jimin? – el aroma no le invadió las fosas nasales a Jungkook, pero bastó para llamar su atención hacia la puerta, girándose sin dificultad – ¿Dónde está?
— ¿Hyung?
Dejaré por aquí la imagen de los herederos del clan Jeon, algunos espero que los recuerden y si no es así esta bien... yo me arreglo con su papá alfa
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