Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Décimo

Siempre me encontraba en el lugar incorrecto...

O quizá en la emboscada correcta...

Pero jamás me arrepentiré de haberte atrapado... de haberte probado... el sabor dulce de tu sangre mezclándose con mi saliva, uniéndonos en una danza caleidoscópica.

Era una tarde poco usual para el joven príncipe menor de los Kim. Su padre lo había llegado a visitar en la frontera norte de su territorio, llevaba tres largas semanas en el lugar y en su último atardecer estando en la propiedad del clan, el gran Rey y Líder Kim le había mencionado que debía tomar una pequeña maleta con lo necesario para una estadía de una semana en el distrito principal.

Estar alejados de todos nunca fue una dificultad, pero el hecho de que ahora era consciente de su propio lobo lo hacía sentirse ansioso todo el tiempo. Llevaba tiempo practicando el autocontrol con su padre, e instructores, su celo había pasado con normalidad, aunque con una que otra variable.

Llegó a fantasear con la posibilidad de que vería a su madre, a su hyung después de tanto tiempo. Su condición como un lobo con linaje puro lo hacía más susceptible a ser agresivo e impulsivo en los momentos menos esperados, ahora que se había presentado como el gran alfa sucesor del clan tendría que entrenar mucho más para ser digno de su título uno el cual le fue impuesto desde muy temprana edad.

— Líder, muy pronto entraremos a territorio. El otro auto con los guardias han informado que todo está en orden, al igual que la manada se ha asegurado de mantener la frontera entre tierras sea segura.

Una murmuración afirmativa fue la única respuesta por parte del alfa. Taehyung no comprendía muy bien ese comportamiento tan frío con las personas bajo su cargo, siempre limitándose a simples gestos o respuesta a menos que la situación demandara hablar lo haría.

— ¿A dónde iremos, padre? – cuestionó el joven alfa, intentado que su voz no se escuchara titubeante. Observó a su padre quien le dirigió la mirada, una fuerte y a la vez cálida, permitiendo que la comisura izquierda apenas se alzara, poniendo aún más nervioso a su hijo —. Quiero decir, esto es muy nuevo para mí.

— Sé que casi no puedes interactuar con muchas personas de linaje alto, pero hemos recibido una noticia de uno de nuestros clanes aliados.

— ¿Tenemos aliados con otros clanes? – habló sorprendido, ampliando la mirada y entreabriendo los labios por no poder contenerse ante lo que escuchaba. Su ansia por conocer más al respecto se acrecentó cuando obtuvo una respuesta afirmativa —, pensé que ya no existía algo como eso después de la guerra de territorios.

— Los líderes de los otros clanes buscaron hacer alianzas con los más fuertes para proteger a los suyos, en nuestro caso solo manteníamos algunas conversaciones amistosas y diplomáticas con el clan Park.

— El clan del ópalo imperial, son nuestros aliados. Creí que habían sido afectados por la guerra al punto de ser renuentes a entablar cercanía con otros linajes.

— La guerra no solo dejó en claro que no estábamos preparados para asumir las consecuencias de unos actos. También nos demostró que quienes estaban en la cima del poder fueron muy fáciles de vencer.

La curva disimulada en una sonrisa del líder Kim no pasó por alto, ni siquiera ante el oído hábil de su escolta que iba al volante, quien comprendió que debería aislar a padre e hijo en aquella conversación, comenzando a subir la división en el auto.

— Taehyung, sé que te has sentido presionado durante los últimos años, en especial con tu presentación como alfa, aunque esto lo sabíamos todos desde que eras muy pequeño.

— Lo sé, por eso no puedo mantenerlo mucho tiempo en casa – respondió con un aire nostálgico.

— El deber de un líder es proteger a los suyos, a quienes son importantes, ¿conoces eso?

— Nuestra familia.

— No, quienes nos interesa cuidar es aquellos que son vulnerables, los eslabones más pequeños son quienes protegen a nuestra familia, si nos aseguramos que las ramas más bajas del árbol permanezcan fuertes el resto resistirá.

— Es por eso que los Park son nuestros aliados – el alfa asintió satisfecho con que su hijo comprendiera una parte tan vital como aquellas relaciones —, pero no lo habían sido siempre, es decir, nunca lo mencionaste.

— Es porque ahora lo son – sonrió de lado el alfa, observando hacia el paisaje en movimiento que se podía apreciar a través del cristal de la ventana del auto donde se habían mantenido por una larga hora —. Los Park resultaron ser unos aliados muy fuertes y según recuerdo tienen dos príncipes herederos, creo que incluso uno es de tu edad – la mirada de Taehyung se tornó un tanto turbada – tranquilo, solo quiero que puedas entablar comunicación con ellos. Quiero que interactúes, así se forman los lazos de amistad diplomática.

Su hermano mayor había estado involucrado en muchas conversaciones diplomáticas, de las cuales siempre salía victorioso, con muchos pretendientes para entablar relaciones o bien un compromiso temprano entre familias. Ninguna de esas insinuaciones habían sido aceptadas por su padre, Seokjin solo era un omega muy hábil para discutir aspectos pertinentes a los de su jerarquía. No sería el próximo luna de ningún clan a menos que Taehyung no se encontrara en condiciones de liderar, por supuesto no era una posibilidad, mas eso no le quitaba la posibilidad que poder entablar un futuro matrimonio con un alfa de alto rango.

¿Ahora sería su turno? ¿Tendría que hacer algo con esos príncipes? La mirada asustadiza de Taehyung divirtió a su padre, era como si le leyera los pensamientos y sus miedos lo expusieran.

— Es tu turno de dar tus primeros pasos en una sociedad reducida. No dejaremos que nadie se atreva a dejarnos sin nuestro próximo líder, así que quienes tengan el honor de conocerte seguirán siendo un número reducido.

— Eso incluye a los Park.

— Lo serán si todo sale bien – respondió a secas, con un aire despreocupado. Su padre tenía esa habilidad de desestimar a cualquiera que no representara una amenaza.

— Qué pasa si no les agrado o soy muy diferente a ellos – su ceño se frunció hasta formar una línea gruesa, sus labios comenzaron a ser remojados con saliva de manera constante y sus manos se apretaron entre sí, frotándose —. Deben ser pretenciosos y molestos.

— Taehyung – le reprendió de manera suave, notando a lo lejos la primera pista de que entrarían en a casa principal de los Park, ya habían cruzado la línea de territorio, pero ahora se hallaban en el corazón —, debes aprender a no juzgar. No dejes que tu lobo domine sobre tu razón, mantén el control.

El joven príncipe quiso agregar algo más a todo aquello, pero ni bien amagó con soltar palabra alguna, el auto se detuvo en la verja principal de la propiedad donde se identificaron, para seguido darles paso. Les pidieron que bajaran las ventanas para así tener una visión de las personas que iban dentro del auto, cosa que fue acatada sin mayor objeción.

La brisa fresca rozó el rostro de Taehyung, removiéndole el cabello muy apenas, pues su madre se había encargado de hacer que alguien le realizara un peinado sofisticado y cargado de fijador. Estaba utilizando sus mejores galas, lo que significaba que la pesada chaqueta roja con botones y grabado de oro sería su fiel compañera en esa tarde tan extraña.

El fuerte aroma de alfas le molestó en la nariz, y su propio lobo no tardó en reflejarse en destellos rubí, como una respuesta ante la amenaza que era tener tan cerca de un grupo de alfas custodiando el auto.

— Recuerda, Taehyung son aliados por más amenazadores que se vean, si intentan algo tonto como atacarnos solo estarían perpetuando su sentencia de muerte y guerra.

— Parecen no muy felices de tenernos aquí.

— Ha pasado mucho tiempo desde que las alianzas entre clanes no se daban solo por una simple diplomacia y acuerdos de territorio – le tranquilizó su padre, dejando su mano sobre el hombro de Taehyung, apretando cada cierto tiempo para tranquilizar al lobo inquieto —. Todo saldrá bien, lo prometo. Para el anochecer estaremos de vuelta en casa.

— ¿Podré quedarme más tiempo si las coas resultan bien? – cuestionó a la nada, no esperando obtener una respuesta afirmativa, era como un deseo intrínseco, como cualquier cachorro anhelando el calor de su madre, de su hermano, de la manada a la que pertenecía.

— Si puedes pasar esta prueba de convivencia, creo que sí. Estarás listo para ir y venir, la zona norte quedará como un lugar para entrenamiento.

El príncipe asintió, intentando que su respiración se mantuviera lo más lenta que le era posible, evitado que la emoción alterara a su lobo, pues el solo hecho de dejar la zona norte como su lugar de estadía permanente le traía mucha felicidad. Podría estar con su madre en su cumpleaños. La época de invierno era la más celebrada en la casa principal del clan, pues en ella se festejaban a la Luna Kim y ambos príncipes nacidos en el mes más frío.

La puerta del auto se abrió de su lado, despertándolo de su fantasía, obligándolo a regresar la mirada para buscar a su padre, quien ya se encontraba siendo recibido por otro alfa, quien le estrechaba la mano de manera efusiva. Taehyung tragó duro el nudo que se le formó en la garganta, intentando no inhalar profundo para que su garganta no se secara con los aromas agolpados en el aire.

Dio unas cuantas respiraciones lentas, sus manos se hicieron puños unas cuantas veces al contener la respiración y luego soltarla. Tragó duro el nudo en su garganta mientras la presión en su pecho se asentaba como una columna pesada que recaía sobre él.

— Veo que el joven príncipe Kim está aquí – esa voz ronca lo mencionó al aire como si solo se tratara de un bonito trofeo, el cual su padre había llevado consigo. El auto se movió de su sitio, dejándolo sin esa barrera de protección entre ambos alfas mayores —. Es un honor por fin conocer al heredero del clan Kim.

— Líder Park, como bien mencionó mi hijo Taehyung, nos acompañará por esta ocasión.

— Magnífico, será una buena manera de que los muchachos interactúen.

Era idea suya o parecía que el líder Park se veía muy emocionado por su presencia más que por la de su padre. Los hicieron pasar a ambos por una de las entradas hacia los jardines donde se reunirían en el estudio del alfa del clan Park. El tener el trabajo alejado de casa le sonaba muy familiar, aunque su padre llevaba al extremo esto, pues su verdadero lugar de trabajo lo había posicionado en el norte.

Atravesaron el jardín sin ninguna entretención, y ningún trabajador estando a la vista, parecía un lugar que se mantenía por sí solo, aunque Taehyung podía estar más que seguro que eso no era así.

Detuvo sus pasos a una distancia de ambos alfas mayores, quienes no se molestaron en poner atención a su distracción como si fuera libre de hacer lo que le viniera en gana en ese lugar que ni siquiera era su hogar. Desvió la mirada hacia uno de los espacios del jardín, donde un enorme árbol con frondosa copa se alzaba para crear la perfecta sombra y a los pies de este se hallaba una persona observando hacia arriba.

Titubeó antes de dirigir su andar hacia el frente. Dio un vistazo hacia el final del camino en el cual se hallaba su padre, se veía muy ensimismado en una conversación con el líder Kim con sus manos entrelazadas en la espalda, asintiendo cada cierto tiempo a lo que el otro le mencionaba. Taehyung asumió que sería mejor mantener la distancia cuando cruzó miradas con el alfa, quien solo asintió a la decisión de su distanciamiento.

Notó que otra persona les esperaba cerca de la pequeña construcción hacia donde dirigían a su padre, como si se tratara de algo planeado. ¿Su padre estaba en peligro? ¿Qué sucedía si intentaban hacerle daño a él?

— ¡Baja de ahí omega terco!

La voz proveniente de la silueta al pie del árbol llamó su atención, ¿acaso había dicho omega? ¿Se trataría de los hijos del líder Park? ¿Los príncipes de otros clanes podían actuar tan normal como para disfrutar de treparse de los árboles? Su hermano mayor no podía hacer algo como eso, siempre se hallaba en clases de etiqueta para ser un omega de alta alcurnia.

Con un suspiro nostálgico recordó que su distanciamiento en la frontera norte le permitía en muchas de las ocasiones salirse de los estándares de sus tutores. Las tardes después de los entrenamientos siempre terminaban con él escalando los muros de la casa para escaparse hacia el bosque donde se hallaba la base de la guardia del clan.

Namjoon siempre era su aliado en esas escapatorias. Ahora que lo recordaba, nunca había estado solo en el norte, aún recordaba el día en el que su padre le presentó a un niño poco mayor a él que había sido rescatado del ataque de las manadas salvajes.

— ¡Príncipe! Nos meterá en problemas – sonaba muy familiar ese llamado, pues Taehyung también solía sacar de quicio a Namjoon que se había hecho cargo de cuidarlo todo el tiempo.

Taehyung entrecerró sus ojos con el fin de encontrar a la otra persona en el árbol. ¿Entre príncipes se hablaban así? Seokjin había sido obligado por los instructores a postrarse en una reverencia profunda frente a él cuando se presentó como alfa y fue más que obvio para todos quién sería el próximo líder, aunque claro se trataba de su hermano, se negó rotundamente a verse menos que un alfa.

— No me haga subir por usted majestad – alzó de nuevo la voz el joven al pie del árbol, dejando más que salda la duda que se trataba de uno de los herederos del clan.

Con un poco de duda, y ya no teniendo a la vista a su padre, tomó la decisión de acercarse al lugar. Debía socializar con otros, eso le mencionó su padre. Tendría que hacer conversación con los príncipes para establecer alianzas tempranas, algo que ayudase a su propio clan. Tomó una bocanada de aire, inflando sus mejillas, conteniendo el aire por unos segundos hasta que se sintió medianamente preparado para acercarse.

— Príncipe Park...

— ¡¿Cuántas veces te he dicho que dejes de llamarme así?! – Jimin mostró los colmillos en forma de amenaza hacia Taemin quien reviró los ojos, cansado de seguir en la misma discusión —. No estamos en presencia de nadie, no tienes que ser tan formal. ¿Puedes solo actuar como siempre?

— Bien, ¿si accedo a perder los modales, arriesgándome a recibir una golpiza de mi padre por no respetar a mi príncipe, bajarás?

— Solo si no actúas como un idiota y me dejas ver cuando te golpeen.

— Comienzo a pensar que disfrutas con mi sufrimiento.

— La última vez solo te hicieron correr unas cuantas veces cargando un tronco, no veo cuál es el fin de hacer eso y por qué tiene que ver conmigo.

— Es para poder cargarte como damisela en peligro cuando lo necesites.

— ¡Idiota! – gruñó sin más Jimin, completamente irritado con la risa burlona de Taemin quien pronto regresó a su semblante serio para hablar de nuevo.

— De acuerdo, – alzó la mirada de nuevo hacia la rama donde se hallaba trepado el príncipe de los Park, quien se suponía que se estaba escondiendo de atender a la visita de alguien importante y no perdiendo los modales subiendo a los árboles —. Por favor príncipe Mochi baja ya.

— Imbécil – gruñó bajo, mostrando sus ojos dorados con los destellos naranjas como el atardecer más cálido, haciendo reír al joven alfa que esquivó como pudo los ataques de Jimin – ¿por qué me dices Mochi?

— Dijiste que perdiera los modales – se excusó alzando las manos para protegerse del proyectil que era lanzado con odio desde las pequeñas y adorables manos del omega —. Hey, ¿por qué te molestas conmigo?, no soy yo quien está lanzando ramas a su amigo de toda la vida y en especial no soy yo quien se comporta como un salvaje.

— Con un amigo así parece que estás del lado de mi Padre y del concejo.

Jimin regresó la mirada hacia la rama donde había estado arrancando los pequeños trozos de madera para arrojarlos a Taemin, la risa del alfa le comenzaba a fastidiar y la forma en la que esquivaba con facilidad cada ataque lo puso de peor humor. Perdido en su rabia no pudo medir sus movimientos en el segundo que intentó tomar otro proyectil, su agarre en el objeto no cedió a su fuerza.

El ardor en su palma lo hizo soltarse de inmediato en un acto inconsciente. Sus brazos se extendieron en un vago intento por guardar el equilibrio, fallando por completo cuando fue el peso de su cuerpo, el cual lo hizo caer hacia atrás. El ardor en la piel delicada detrás de sus rodillas fue como un fantasma que le advertía que la caída dolería como el demonio.

Dio un grito ahogado, llenando el eco de la tarde, absorbiendo el llamado de Taemin a lo lejos al percatarse de la caída de Jimin. Parecía que todo ocurría en cámara lenta, el aire atrapado en un nudo que le ahogó; la espera asfixiante de no saber en qué momento su cuerpo impactaría con la dureza de la tierra; la vista de su amigo con la angustia palpitando en sus pupilas con sus movimientos poco coordinados para ir en su auxilio...

— ¡Príncipe!

El golpe no fue como habría esperado. Sus ojos se habían cerrado en el último segundo por el temor que le inundaba el cuerpo, no siendo consciente de que en realidad su caída había sido detenida por algo más blando.

El rostro de Jimin estaba arrugado entre líneas de expresión, con los ojos cerrados con fuerza, con el aliento contenido como si la realidad le obligara a mantenerse así, sus oídos parecían estar bloqueados por algo y a su olfato lo invadió un intenso aroma a toronja, un tanto agria y bastante ácida.

— Puedes quitarte de encima – una voz ronca lo hizo sobresaltarse, siendo consciente que la superficie en la cual descansaba su cuerpo era el de otra persona – por favor, pesas y no me dejas respirar.

— Jimin – con muy poca fuerza, Taemin tomó el cuerpo del omega, alzándolo hasta dejarlo con los pies en la tierra, revisándolo de manera rápida con la mirada – ¿estás bien? – lo sacudió un poco, notando que aún se encontraba conmocionado – responde omega tonto y terco.

— S-sí, creo que sí – Taemin no solía perder el límite entre el trato que debía mantener con Jimin, pero en ocasiones como esas, donde su lobo le exigía proteger al omega al cual conocía de toda la vida, se permitió llevarlo contra su cuerpo, dejando enredando sus dedos en el cabello del príncipe —. Joder, casi haces que mute, pensé que terminarías con una parte del cuerpo fuera de su lugar. Jamás me lo perdonaría.

— No pasó, nada. Estoy bien.

Las quejas bajas del cuerpo de aquel que se había llevado todo el golpe de la caída del cuerpo de Jimin, ahora se encontraba tratando de recobrar el aliento en grandes bocanadas de aire. El dolor en su espalda se asemejaba a la primera vez que había entrenado en su forma de lobo contra uno de los guardias principiantes. Sabía que tendría marcas y quizá un poco de sangre manchando la camisa, el ardor en sus omoplatos se lo advertían.

— ¿Se encuentra bien? – cuestionó con completa curiosidad Taemin, colocando a Jimin detrás de él para protegerlo en el caso de que ese otro alfa fuera agresivo, podía olfatear su intenso aroma emanando de su cuerpo, aunque poco a poco fue disminuyendo hasta casi desaparecer – ¿Te hiciste daño?

— Estoy bien – aseguró aun jadeando, comenzando a incorporarse, sacudiendo la tierra de su chaqueta pesada, odiando más el tejido de oro porque eso mismo había hecho que la caída la resintiera con mayor intensidad – ¿él está bien?

Taemin miró por sobre su hombro hacia Jimin quien seguía observando con el shock del momento, abandonando su cuerpo para convertirse en pequeños estremecimientos. El omega asintió leve ante la pregunta, abrazándose a sí mismo.

— Lo está, gracias a ti – le extendió la mano para ayudar a Taehyung a ponerse de pie. Taemin notó la vestimenta ajena, siendo demasiado ostentosa para ser un simple sirviente y siendo conocedor de las visitas que tendrían ese día no le fue muy difícil unir las piezas —, eso fue una gran hazaña. Ni siquiera me percaté de tu presencia...

— Taehyung – se presentó a secas, agradeciendo la ayuda, terminando de sacudirse la tierra e intentando parecer un poco presentable, ¿esos eran los príncipes? Al menos uno de ellos lo era, había escuchado que lo llamaban de esa manera —, aunque no deben agradecer nada, de hecho fue una mera casualidad.

— ¿Nos estabas escuchando? – le acusó Jimin a la distancia, teniendo la mirada molesta de Taemin al actuar de esa forma tan agresiva, mientras que Taehyung parecía carente de emoción —. Estabas de curioso escuchando nuestra conversación y por eso terminaste...

— ¿Salvando tu vida? – un gruñido escapó de Jimin, aventurándose a encarar al alfa, dando pasos seguros hacia Taehyung, siendo separados por el cuerpo de Taemin.

— ¿Quién te crees?

— Nadie. Ni siquiera estaba interesado en su conversación, solo me pareció extraño que él le hablara a la copa del árbol, gritando "baja omega terco".

— Entonces, si estabas de chismoso – dio una pisada fuerte a la tierra, la cual fue observada por Taehyung, ¿por qué se comportaba así? ¿No se suponía que el ofendido debía ser él?

— Jimin basta, él te salvó – murmuró, bajó Taemin, intentando que el omega alterado no rompiera en sus instintos a flor de piel.

— En realidad no lo salvé, él cayó sobre mí cuando me acerqué para hablar contigo – agregó Taehyung, carente de una emoción en su rostro, quizá solo mostrando un completo desinterés ante el comportamiento de Jimin. No le molestaba, aunque le parecía confuso – ¿por qué estabas ahí arriba?

— No es de tu incumbencia.

— Tienes razón, pero es extraño. Además, si eres tan torpe, no deberías estar trepando lugares así, en especial tan altos. No tienes la fuerza suficiente en tu cuerpo o el equilibrio, eres bastante pesado para tu altura...

Taemin intentó con todas sus fuerzas contener la risa, pero le fue imposible cuando de sus labios salió un sonido similar a un bufido burlón, para seguido tomar entre sus brazos a la fiera enardecida en la cual se había convertido Jimin luego de escuchar aquellas palabras.

Se le hizo muy fácil alzarlo aunque le hacía el trabajo difícil con sus movimientos bruscos y agresivos removiendo, mientras que Taehyung no se inmutaba en lo absoluto, hasta que llegó a hacer cierto gesto que descolocó a Jimin, fue una sonrisa de lado, apenas le alzó la comisura de su boca, pero lo hizo parecer demasiado atractivo.

— Eres muy tierno y divertido – murmuró haciendo que el omega detuviera sus movimientos, con el rostro contorsionándose en un gesto de confusión absoluta, dándole un respiro a Taemin quien seguía aferrándolo a su cuerpo entre sus brazos —. No sabía que los príncipes de otros clanes podían ser tan divertidos.

— ¿Te divierto? Me crees tu bufón personal.

— No diría eso, pero es refrescante saber que no eres un estirado niño malcriado.

— ¿Niño malcriado? – regresó a alzar la voz, removiendo sus piernas nuevamente – bájame ya Taemin, le daré una lección a este idiota. ¿Te crees que puedes venir a mi casa a tratarme de esta manera?

— No lo sé, ¿de qué manera te he tratado? Según recuerdo, hace solo unos minutos te salvé de una caída a la cual posiblemente no habrías salido ileso de no ser por mí – colocó su mano en su pecho, regresando a tener esa cara imposible de ignorar. No era arrogante y mucho menos pretencioso, solo estaba ahí, hablando con él y eso irritaba aún más a Jimin porque no podía molestarse de esa manera si se comportaba como todo un hombre con modales.

Sus movimientos se detuvieron, la respiración comenzó a ser más lenta, cosa que fue señal para Taemin de bajarlo finalmente sin quitarse de su lado, sosteniéndolo por los hombros como si así lograría evitar que corriera en un nuevo ataque.

Antes de que otra palabra más fuera intercambiada por ellos, el aullido de los lobos alertó a Taemin. La manda de guardia le estaba advirtiendo que el Príncipe del clan Kim estaba cerca de su localización y un vistazo más fue lo que hizo que el joven alfa terminara de aclarar sus dudas. Por supuesto que se trataba de un heredero, al parecer el gran alfa del cual se había hablado por semanas en las juntas del cuerpo de seguridad, mencionando que debían mantenerlo vigilado en su encuentro con el príncipe Park.

Quizá no se trataba de la bestia desequilibrada que todos asumían, que era dada su reputación de darle muerte a quienes lo amenazaron a tan corta edad. Se decía que era un sanguinario y de ahí derivaba su título de heredero al trono como el primero en su línea de sucesión del diamante de sangre.

Taemin lo observó por unos segundo para asegurarse de que se trataba de la misma persona y no parecía ser el mismo que se relataba en las historias de las guardias, más bien se veía como un joven despreocupado e incómodo con algo ya que todo el tiempo mantenía los hombros tensos, eso sí, debían reconocerles que sabía cómo irritar a Jimin con facilidad y al ritmo que llevaban en ese encuentro, quien saldría atacado sería Taehyung.

— Parece que están tratando de localizar algo – habló Taehyung más como un pensamiento en voz alta, observando hacia el cielo, tomando una inhalación larga – están a unos metros de aquí.

— Solo se están asegurando de que todo esté en orden, príncipe Kim – la tensión en el cuerpo ajeno fue notable, tanto en Jimin quien había hecho todo ese alboroto por escapar de ese encuentro como el de Taehyung al escuchar que era reconocido por la guardia del clan Park —. No se preocupe, nadie lo lastimará estando aquí, es solo que de repente lo perdieron del rastro, si no hubiera percibido su aroma y lo tuviera frente a mí también estaría confundido ante su ausencia.

Solo los ojos más puros, poderosos y con grandes habilidades eran capaces de hacerse pasar desapercibido, aun estando frente a otros lobos para que su rastro no sea seguido. Definitivamente, era el gran alfa Diamante de sangre, su propia aura y presencia le hacía remover a su propio lobo en el interior, Taemin estaba luchando contra la necesidad de su bestia interna para mostrarse sumiso.

— ¿Están nerviosos por mi ausencia de rastro?

— Solo un poco, pero ya me he comunicado con ellos – la famosa red de comunicación entre las mandas gracias a sus lobos. Taehyung conocía aquello, era utilizado entre los lobos más fuertes pertenecientes a los grupos de seguridad, ahora podía asumir que ese alfa por más joven que se veía estaba a cargo del cuidado de su príncipe, un escolta —. Descuide, no tiene nada de que preocuparse.

— Comprendo. Supongo que es en vano que intente ocultar mi identidad – regresó su mirada hacia ambos, inspirando hondo como una búsqueda de estabilidad, sin llegar a ser consciente del nerviosismo de Jimin al verlo inclinarse perfectamente en una reverencia —. Mi nombre es Kim Taehyung, soy el hijo menor del líder Kim.

— Park Taemin, su majestad – respondió el joven alfa con la misma cortesía que el otro, extendiendo su mano hasta el cuerpo de Jimin quien se sobresaltó al sentir un leve toque en su pierna, negándose a dar su brazo a torcer para ser un poco más dócil en aquella presentación —, soy parte del cuerpo de seguridad del clan Park.

— Eres un poco joven – respondió aquello a secas sin medir en su forma tan directa de hablar y no importando que el orgullo de Taemin se viera un poco pisoteado —, pareces más bien de las primeras líneas de entrenamiento. Tus superiores deben confiar mucho en ti para dejarte el cuidado de uno de los príncipes.

— O cumplir con un capricho de un omega terco – murmuró apenas, dejándose llevar por un instante, regresando su postura sería luego de ver la ceja alzada de Taehyung por su respuesta —. Quiero decir... sí, soy un aprendiz, pero también el único en quien confía el príncipe.

— No deberías ir diciendo a todos estas cosas, podrían usarlo en tu contra o bien en la de él – señaló con su barbilla al omega quien bufo bajo.

— Te dije que no servía de nada presentarte de una forma tan tonta – bramó Jimin, cruzándose de brazos, apretando sus puños y desviando su mirada cuando Taemin le regresó a ver por su forma de comportarse —. Mi nombre es Park Jimin, aunque aduzco que eso ya lo debes saber, gran sabelotodo.

— No, en realidad no sabía que el príncipe mayor de los Park era un chico y mucho menos que era un omega.

Taehyung fue capaz de notar el cambio en el aroma que emanaba del cuerpo de Jimin tornándose dulce como si las feromonas del omega, convirtiéndose en una sensación de efervescencia en la nariz del príncipe Kim, quien intentó disimular su molestia ante la exposición de ese olor. El rubor en las mejillas del príncipe Park parecía provenir de una provocación de su propia lucha interna.

— ¿Te molesta acaso el hecho de que sea omega?

— ¿Por qué, a ti te molesta el hecho de que sea alfa? – lo vio separar los labios un par de veces como si quisiera rebatir aquello, aunque no logró decir palabra alguna.

— No debería importar la jerarquía que somos, son pensamientos retrógradas, solo regirnos en posiciones dependientes de las jerarquías.

— Supongo que es una vieja costumbre de nuestros padres y antepasados debido a nuestra naturaleza – la conversación estaba tomando un ritmo bastante extraño. Taemin se hallaba confundido, pues aunque Jimin se veía calmado, podría percibir su incomodidad y podía asegurar que el príncipe Kim lo hacía de igual manera o incluso en mayor cantidad.

Al cabo de unos minutos, en un completo silencio donde solo se escucharon aullidos constantes, siendo la manda del clan Park comunicando sus nuevas posiciones y ordenando al joven recluta de la guardia tomar distancia, la pareja de príncipes fue dejada a solas con una vaga disculpa por parte de Taemin. Jimin intentó detener la partida de su amigo, mas este se limitó a sonreír como si con ello le consolara de su situación.

Ambos jóvenes tomaron distancia del otro, con sus propias batallas internas, no decidiéndose de qué manera actuar. Jimin sabía perfectamente que ese encuentro casual había sido más que provocado por su padre para poder tener un primer acercamiento con el futuro heredero del clan más fuerte. Se había negado en participar de aquello, aunque su palabra no pareció valer mucho ante la orden del líder Park.

— ¿Te lastimé mucho cuando caí? – se atrevió a cuestionar finalmente el omega, al percatarse de que Taehyung no dejaba de abrazar su brazo derecho, empuñando la tela con demasiada fuerza —. Si te heriste podemos entrar a la casa para que curen lo que haya provocado.

— Estoy bien – habló a secas, irguiéndose de sobremanera como si estuviera, conteniéndose de salir corriendo y la tensión crecía más en el cuerpo del joven alfa cada vez que la mirada curiosa de Jimin paseaba sobre él —. Solo espero que tú te encuentres bien.

— Sí, lo estoy, gracias a ti. Lamento haber sido tan hosco contigo, es solo que...

— No tienes que excusarte – cortó de golpe Taehyung, inhalando profundo, casi ahogándose con el aroma a vino de frambuesa que emanaba de Jimin —, puedes estar tranquilo, no necesitas hacerme sentir bien de ninguna manera.

— Qué egocéntrico eres, no estoy tratando de hacerte sentir mejor de ninguna manera.

— Sí, pues tus feromonas salidas de control no dicen lo mismo.

— No están fuera de control – alzó la voz de más, sintiéndose avergonzado al no poder controlarse, pero aquello no era su culpa, ¿qué podía hacer alguien como él contra su lobo joven con síntomas poco agradables? —. Lo que quiero decir es que así son.

— No lo parece.

— ¿Siempre eres así de irritante y con poco tacto?

La sorpresa invadió el rostro de Taehyung, con su mente vagando por un océano de muchos recuerdos, tanto malos como buenos, sus modales con el resto de personas nunca habían sido los más cálidos y el notar cierta molestia contraria por sus actitudes obligaron a su lobo a comportarse de forma más dócil; había estado practicando el bloquear sus propios sentidos para no marearse con los aromas para así acercarse más al príncipe Park.

Jimin se sorprendió al ver que el otro rompía la distancia, teniendo una mirada más cálida, casi similar a la de un cachorro, pidiendo disculpas a su amo por su comportamiento. Lo vio tragar lentamente, entreabrir sus labios en dos ocasiones como si intentara llenar el vacío de su silencio con algo.

— Lamento ser tan hosco, no mantengo mucha relación con otras personas de nuestra casta – se acercó dos pasos más al lado de Jimin, sin llegar a tocarlo, solo estando uno junto al otro —, soy un desastre con las emociones de otros y con las mías así que tiendo a ser un tanto bruto.

— ¿Un tanto? – se burló Jimin sin poder contener una sonrisa a medias – ¿Qué nunca has estado con un omega?

— Son muy pocos los omegas con quienes me relaciono y descarto a mi hermano como un posible omega porque sospecho que mi lobo ya no identifica el aroma de él o de mi madre como pertenecientes a la jerarquía contraria – la risa divertida por parte de Jimin fue como el aire fresco que llenó los pulmones de Taehyung, los cuales soltaron lentamente el aire contenido en ellos – ¿crees que podemos empezar de nuevo?

Hubo un brillo de duda en la mirada ajena, como si la confianza de Jimin se basara en lo que concluyera de su propia discusión interna. El omega hizo un mohín con sus labios abultándolos más, ladeó la cabeza intentando descifrar si en aquellas palabras había algo oculto como siempre ocurría con el resto de alfas que llegaron a él buscando reclamarlo como un trofeo dentro de su clan aunque su padre se había encargado de rechazar todas las ofertas.

El príncipe Park titubeó en sus pasos, acercándose aún más a Taehyung, quien se sorprendió ante la falta de distancia, haciéndolo retroceder. No se veía como un alfa amenazador o con ninguna malicia. Era bastante decente, en ningún momento llegó poniendo su título sobre e de Jimin, eran iguales, y el príncipe de los Kim actuaba como tal, un igual de estatus bastante confundido, desorientado en el medio de un plan de clanes.

— Soy Jimin, un gusto – extendió su mano hacia el frente, acto que Taehyung observó yendo de la mano al rostro del omega, quizá asegurándose de que todo estaba bien, que era él quien le permitía la cercanía – ahora es tu turno.

— Oh. Soy, Kim – notó una luz de decepción bañando el rostro de Jimin en cuanto pronunció su apellido, cortando su presentación y regresando a intentarlo —. Taehyung, solo Taehyung.

Estar al lado de alguien con la misma jerarquía en estatus fue verdaderamente extraño, el que Jimin se comportara tan impropio de un comportamiento de un príncipe lo era aún más, pero todo aquello ayudó a que Taehyung se sintiera menos fuera de lugar. Si bien su lobo se sentía reacio a la cercanía de un omega y de un momento al otro parecía que las feromonas del príncipe Park eran para atraer su atención, no vio mayor inconveniente en seguir conversando con él.

Todo había seguido con normalidad hasta que llegaron a acercarse al estudio del Líder Park, donde seguían conversando con el Líder Kim, cosa que ambos príncipes estaban muy al tanto; uno de ellos poseyendo mayor información que el otro, no privándose de comentar el sucio secreto. Jimin le reveló que aquel encuentro era para fortalecer la alianza entre clanes, utilizándolo como moneda de cambio. Cosa que no le agradó a Taehyung.

— No te atrevas a entrar ahí – gruño bajo Jimin, en un vago intento de detener a Taehyung, que estaba por entrar sin más al estudio donde habían mantenido a su padre por casi tres horas – es muy peligroso.

— Crees que me quedaré de brazos cruzados sabiendo que tu padre piensa venderte a nuestro clan.

— Entiendo que estés molesto porque quieren involucrar a tu padre, pero entrando así no solucionaras nada, créeme, ya lo he intentado – Jimin estaba utilizando toda su fuerza, pero su cuerpo parecía no responder de manera correcta, cosa que sabía perfectamente la razón... No entres —. Te lo pido, discute esto con él después.

— ¿De qué estás hablando? – el alfa detuvo su actuar, quitando con facilidad en agarre en la manga de su chaqueta, notando las manos rojas de Jimin tratando de empuñar con fuerza la tela —, no pienso hablar con mi padre, es con el tuyo con el que quiero arreglar todo esto.

— Como dices.

— Esto es injusto, no puedo quedarme de brazos cruzados cuando te quieren tirar a mí como si fueras un juguete o un territorio de cambio – gruñó bajo. La molestia en su lobo era imposible de controlar, algo que se llegó a reflejar en sus ojos, no causando miedo en Jimin sino más bien admiración —. No dejaré que ningún omega se una a mí por un simple capricho de los líderes.

El escuchar a un heredero hablar de esa manera desconcertaba en demasía a Jimin en especial porque chocaba con la idea que tenía de que todos buscaban obtener algo de poder y valía al tener a un omega de su mismo rango jerárquico, pero Taehyung no era así, se veía verdaderamente molesto por toda la situación. Quizá habría sido más sencillo si su lobo se hubiera mantenido a raya con sus instintos, o bien si tan solo el leve rastro de un aroma a jengibre no nublara sus sentidos.

Perdóname... aléjate de aquí...

Los ojos de Jimin se pintaron de dorado, tan brillante que no cabía duda que había sido dominado por su parte animal. Aquel desequilibrio en su cuerpo se debía a algo, o más bien alguien más. Taehyung no dudó en sujetar el cuerpo del príncipe Park en el momento que se lanzó prácticamente sobre él, con las feromonas salidas de control. Los brazos fuertes del joven alfa se ajustaron con facilidad a la cintura ajena.

— Jimin, por favor contrólate, sé que estás ahí – lo sacudió una cuantas veces, pero mantenía la mirada perdida en dirección al estudio, removiendo y gruñendo bajo —. Hey, basta ¿por qué de pronto actúas así?

— Alfa...

Ese llamado parecido a un quejido provocó una reacción en el lobo de Taehyung, no con el fin de proteger al omega, porque si bien había repetido esa palabra en varios murmullos, su parte animal estaba más que enterada que no era a él a quien llamaba; su parte racional comprendió que ese estado febril tan bestial era provocado por un celo.

— Por favor, necesito que te tranquilices...

— No, no, no... alfa, está... — apretó los dientes en el segundo que algo dolió en su interior, una presión en su pecho como si algo punzante se clavara – no puedo respirar.

Taehyung lo tomó en brazos, siéndole muy fácil aquello, pues la posición que tomó Jimin fue más que factible para encogerse hasta hacerse a sí mismo lo más pequeño que podía, empuñando sus manos sobre su pecho que seguía doliendo. Pronto las feromonas del omega comenzaron a ser más fuertes, parecía más un llamado desesperado.

El príncipe Kim alzó la mirada a su alrededor esperando encontrar ayuda, pero lo único que obtuvo fue la brisa de la tarde, removiéndole el cabello, junto con el omega estremeciéndose, quejándose de un dolor extraño y con eso también la elevación de su temperatura.

Los aullidos de los lobos comenzaron a escucharse de nuevo y el estudio que parecía ser una bóveda sellada desde el interior donde nadie se había percatado de su cercanía ahora se abría, dando paso a que tres personas salieran del lugar, uno de ellos siendo su padre, quien conectó miradas con él como si ya supiera algo. El líder Park no se veía sorprendido, por el contrario, estaba bastante calmado.

— Taehyung – le llamó el alfa, con la voz cargada de sorpresa y algo oscuro conteniéndose en su pecho – ¿qué ocurrió?

— Nada, él solo – intentó excusarse, avanzar hacia su padre, pero la cercanía de un alfa con un lobo maduro intimidó al pequeño omega que seguía removiendo en sus brazos —. No sé qué ocurre, estaba bien...

— El príncipe ha entrado en un celo fuera de ciclo – habló el tercer hombre que había salido junto a ambos líderes. La apariencia de aquel alfa no le agradó a Taehyung y su principal instinto salió a flote. Proteger —. Esto parece más una reacción de su lobo reconociendo a un alfa digno de unión. Lo ve, líder Kim.

— ¿Unión? De ninguna manera – gruñó bajo Taehyung abrazando más el cuerpo de Jimin, soltando feromonas como un simple impulso de su animal para calmar al intranquilo omega —. Padre, esto es un engaño.

— Usted cree que después de lo que hablamos recientemente, esto sea una simple coincidencia, líder Kim – el padre de Jimin dio una mirada cargada de regocijo hacia su querido aliado, quien simplemente se limitó a callar, observando la escena de su hijo sosteniendo un omega en celo, a este mismo protegiéndolo mostrando sus colmillos y la comodidad en la que el príncipe se encogía en su agarre —. Mi hijo omega entró en celo estando en la cercanía del suyo. Lo que quiere decir que sus lobos se reconocen como compatibles.

— La unión entre ambos clanes es posible – afirmó el doctor Min con bastante determinación, alzando apenas la comisura de su boca – esto no es más que una muestra que es posible la alianza más fuerte.

— Padre, no los escuches.

— Silencio, Taehyung – no había usado su voz de mando, aunque el tono bajo que usó sí que le hizo erizar los bellos de la nuca, habría seguido renegando de no ser porque Jimin de nuevo se quejó —. El honor de nuestro clan está en que respondamos por ese omega.

— Me rehusó a que algo así ocurra, ¿acaso harías lo mismo si le sucede esto a hyung?

— Tu hermano es lo suficientemente maduro para saber cómo actuar en una situación como esta, por favor Taehyung, sé que esto no te agrada ahora, pero él te ha escogido.

Se acercó unos pasos más cerca de Taehyung y Jimin, quien apenas lo vio por un leve segundo para luego refugiarse en el hombro del alfa a quien se estaba aferrando, buscando no sentirse vacío, sosteniéndose de su propia ancla al estar tan inestable.

La mirada de Taehyung se endureció al notar que su padre no cedería ante sus palabras y le sorprendió aún más que no perdiera la calma, aunque él se hallara gruñendo bajo y alejándose entre paso y paso.

— Hijo no podemos abandonarlo, debemos hacernos cargo de él – fue como un susurro, algo que aplacó la molestia en el pecho de Taehyung, haciéndolo detenerse, mirando por sobre el hombro de su padre y permitiendo que terminara de acercarse a ellos —. Es una responsabilidad con la que cargará el clan, proteger a Jimin, será tu nueva responsabilidad hasta que comprendamos lo que el clan Park quiere de nosotros.

— Dijiste que eran nuestros aliados.

— Eso no significa que no dejen de tramar cosas a nuestras espaldas y si Jimin es el precio a pagar para obtener algo – el líder Kim observó por sobre su hombro dirigiendo la mirada hacia ambos alfas, notando la salida de un joven de cabello oscuro, con el rostro reflejando frialdad, ocultando sus emociones tras una cortina falsa al ni siquiera querer dirigir la mirada a ellos —... Taehyung de ahora en más debes aprender a proteger todo aquello que te importa.

La brisa de los árboles se escuchó como un oleaje de hojas, llevando consigo el aroma picante a la nariz de Taehyung, un tanto intensa y bastante desagradable porque parecía ser cambiante ante una emoción negativa, no sabiendo muy bien de quién provenía.

Las manos del líder Kim se posicionaron sobre los hombros de Taehyung, llamando su atención compartiendo miradas, el agrio aroma a su alrededor fue opacado por el cálido de su padre, como si con aquello quisiera asegurarle que todo estaría bien. El príncipe no estaba de acuerdo en nada, ni siquiera en que su padre aceptara la propuesta del líder Park, con la condición de que mantendría a salvo a Jimin hasta que su compromiso fuera oficial.

Mientras más palabras se intercambiaban, más fuerte era el instinto que crecía en Taehyung, en especial al compartir miradas con ese otro joven, alguien distinto, no compartían jerarquía y, sin embargo, su presencia era tan fuerte como la de los alfas. El cabello lacio le caía en mechones largos a los lados del rostro, enmarcando su frialdad con una máscara de desinterés, aunque parecía que algo en su interior dolía.

¿Acaso lo había visto tensarse en el momento que Jimin sollozó de nuevo por un alfa entre los brazos de otro lobo que solo buscaba cumplir con un deber? Imposible que fuera eso, ¿cierto?

Ese solo recuerdo fue evocado desde lo más profundo de sus memorias gracias a una persona, una mirada, un aroma y lo que parecía ser una pelea que terminó muy mal entre el escolta personal de Jimin y ese hombre que ahora se hallaba a mitad del recibidor.

Min Yoongi. O más bien... El doctor Min como se había presentado en la entrada de la casa principal del clan Kim. Aún mantenía esa mirada cansada, casi como si el desinterés pesara en sus parpados para no mantener sus ojos del todo abiertos, al mismo tiempo sus labios parecían no estaban dispuestos a separarse para entablar mayor conversación y su cabello largo atado con una media coleta solo dejaba libres dos mechones cortos a la altura de sus ojos, como un telón que espera a ser cerrado y de nuevo resguardar el secreto de una obra teatral.

Min Yoongi-ssi – le llamó el líder Kim con voz ronca e intentando mantener a raya todas las emociones contrarias que hacía enloquecer a su lobo —, a qué debemos esta visita tan inesperada y agresiva.

No fue mi culpa que él se interpusiera en mi camino – señaló con un simple gesto hacia la dirección de Taemin quien aún mantenía los rasgos de una posible pelea —, por mi parte, no debe preocuparse, no reportaré esto como un ataque del clan Kim hacia mi llegada. Aunque creo que he llegado en un mal momento.

La lengua de Yoongi se asomó apenas por la comisura derecha, donde aún existía un rastro de sangre donde había sido herido por Taemin cuando este intentó detenerlo de ir hacia la casa principal. El color gris en los ojos de Yoongi no tardó en reflejarse acompañado de una línea más clara, casi llegando al blanco. Los deltas tenían una característica especial, no se regían por un único clan, lograban mostrar sus distintas líneas de sangre.

Eran tan impredecibles que podían mantenerse ocultos en distintas familias sin ser descubiertos. Nadie sabría la historia de sus lobos, de sus padres a menos que ellos lo permitieran y Min Yoongi parecía bastante cómodo haciendo notar aquello, libre de los prejuicios. Qué podían hacer además de aborrecer pro ser un delta.

— Tengo que decir que de todos los clanes donde he sido recibido, este es el que más renuente se ha visto, ¿acaso soy una amenaza como para reaccionar con violencia?

— Tómelo como una bienvenida por parte del clan Park – gruñó bajo Taemin, mostrando sus colmillos al ver que la mirada de Yoongi regresaba a él, apenas pintándose con destellos grises —. Me daré a la libertad de proteger al príncipe de usted.

— Qué curioso, hablas como si nos conociéramos de toda la vida – una leve curva fue lo que se asomó en los labios de Yoongi, no inmutándose ante el gruñido del alfa.

Basta, Taemin – Taehyung se vio obligado a detener la riña entre ambos, por supuesto que constándole un poco de su propio autocontrol —, me gustaría saber de boca de nuestro no invitado la razón de su presencia.

— Ha sido a petición del clan Park – alzó la mirada hacia su alrededor, inspirando profundo, tratando de captar algún aroma familiar, algo que su lobo intentaba captar desde el día en que estuvieron de nuevo juntos. Dónde estás... —. La luna Park cree que es pertinente que conozca sus más sinceras intenciones al hacer que el príncipe Park tomara nuestro tratamiento.

— No es cierto. Líder, este delta aseveró que vería al príncipe Park sin importar cuantas veces se le negó la entrada a este lugar – la mano del líder Kim se alzó en un gesto de detener nuevamente al escolta – si me vi en la necesidad de atacar fue con el fin de cumplir mi deber.

— Comprendo – asintió lentamente, siendo obedecido por Taemin al contenerse de seguir gruñendo —, será mejor que esta conversación la llevemos a cabo en otro sitio – dirigió la mirada hacia Namjoon, quien no necesitó más palabras para saber que pedía de su presencia en aquello – podemos hacerlo en mi estudio.

— Pero Líder – interrumpió Taemin, deteniéndose al momento de intercambiar miradas con el líder Kim – es mi deber protegerlo.

— Me sentiré más seguro si te quedas donde te necesito – Taemin hizo puños hasta que la piel de sus nudillos se volvió pálida, tan parecida a la de Min Yoongi quien se quedó a la expectativa de lo que harían, aceptando el gesto de Namjoon al señalar que debía seguirlo.

El líder Kim dejó que Namjoon escoltara a Yoongi hasta su estudio, avanzando sin problema por el pasillo, perdiéndose de vista con cada paso que daban, aunque Taehyung no le quitó la mirada de encima, sabiendo perfectamente que aquella visita no solo era una coincidencia. Dio un paso hacia el frente, deteniéndose un segundo después para luego mirar hacia Taemin quien seguía estando apretando los dientes, ejerciendo más presión en sus puños para contenerse, compartiendo un leve vistazo de esos imponentes rojos del líder del clan Kim.

— Taemin, ya sabes qué hacer con...

— Lo sé, líder no debe pedirlo. Protegeré a Jimin incluso si cuesta mi vida.

— Jungkook se encuentra con él, parecía un tanto molesto y no quiero que se salga de control, sabiendo que... — se detuvo unos segundos antes de soltar más información, solo él y Namjoon conocían la conexión de Jungkook y Yoongi.

— Líder, le he sido fiel durante todos estos años, sé que su único fin ha sido proteger a Jimin – no le molestaba en lo absoluto que Taemin perdiera la educación y los límites de trato frente a él, le parecía algo reconfortante que después de todos esos años las cosas siguieran igual.

— Mantenlos alejados de todo esto, no quiero que ninguno se exponga a Min Yoongi.

— No me lo tiene que decir dos veces, tenemos asuntos por arreglar con ese doctor de cuarta – chasqueó la lengua con desgano, con sus ojos reflejando un destello dorado, para luego girarse para ir hacia la dirección contraria.

Comprender el trasfondo de esa rivalidad entre Taemin y Min Yoongi no requería de mucha ciencia, conocía muy poco los problemas previos a conocerse, pero todo recaía en una misma persona, un solo omega, el cual se encontraba en el medio de ese triángulo poco usual. El deber de un escolta era proteger, y Park Taemin hacía muy bien su trabajo cuando se trataba de Jimin; el líder Kim no se quedaba atrás, con la única diferencia que ahora se le unía un omega rebelde con bastante mal genio.

El ardor en su piel, justo en la nuca le daba una idea de lo disgustado que podía estar Jungkook respecto a ser alejado de lo que parecía ser el famoso hyung que tanto mencionaba siempre que se trataba de conversar algún tema del recinto. Si bien su rostro se arrugó en una mueca de decepción cuando vio entrar a Taemin por la puerta principal pidiendo por Jimin, eso no le quitó fuerza para actuar y sacarle la verdad con cierta agresividad.

El líder Kim fue el primero en sentirse desconcertado ante la imagen agitada de Taemin, y el omega que había estado entre sus brazos, removiéndose inquieto ante la percepción de otra persona pareció tener un breve momento de emociones encontradas.

Sin darse cuenta, Jungkook se había soltado de su agarre, avanzando en grandes pasos hasta encarar a Taemin quien lo vio con extrañeza para seguido cuestionar el porqué lo estaba olfateando de pronto. Jimin se quedó unos pasos adelante de Taehyung solo esperando que aquello que su lobo percibió no fuera falso.

"Hueles a hyung"

Una simple frase que desencadenó una ronda de cuestionamientos sobre el estado de Taemin, para luego mencionar lo que había ocurrido en la entrada principal de la casa donde el delta se presentó con instrucciones del clan Park para una revisión de su pequeño experimento. La riña entre el escolta y el doctor estalló cuando la guardia hizo bajar a Min del auto, dando pie para un encuentro físico al escucharlo hablar de manera fría sobre el producto a recoger, el sujeto de prueba y los resultados obtenidos.

Park Jimin no era un simple contenedor, un sujeto paciente con el cual podían experimentar y mucho menos dejaría que Min Yoongi regresara a lastimarlo como años atrás. Él había sido el culpable de muchas de las situaciones que habían terminado involucrando al príncipe de los Park en todo ese juego de trueques e intercambios entre clanes.

El líder Kim sintió sus hombros tensándose entre más, se acortaban los pasos para llegar a su estudio. Le ponía de los nervios el hecho que el propio Min Yoongi no se haya inmutado ante la presencia de deltas en la entrada de la casa. Haber mantenido una pelea en la cual apenas resultó con los nudillos enrojecidos y un leve golpe en su hombro derecho del que ni siquiera se había quejado más que con unos simples masajes.

— Quiero ver a hyung...

La voz en su cabeza había traspasado cualquier barrera que el mismo Líder Kim construyó para que Jungkook no se interpusiera en esa pequeña y amena conversación con el doctor Min.

— No le haga daño... él no es malo. Jamás me lastimó.

— Se lo hizo a Jimin.

La tensión en su hombro derecho pareció disminuir con la mención de Jimin, si bien Jungkook no llevaba mucho tiempo con ellos, el hecho de que se llevara tan bien con el príncipe Park no era un secreto. Aun así, a pesar de ya no sentir la invasión de esa presencia en su cabeza, el cosquilleo en su piel no desapareció, parecía como si su propio cuerpo se negara a acatar su actuar de rechazar al omega, aunque lo que más deseara lo dividiera entre entrar a ese estudio o bien llegar con Jungkook.

Estiró sus músculos, masajeó su cuello en un vil intento de borrar la sensación para luego abrir la puerta, dando vista hacia los dos hombres que le esperaban bajo las tenues luces. Avanzó mostrando su mejor máscara hosca y poco receptiva hacia la presencia ajena, ni siquiera molestándose en intercambiar palabra alguna cuando cruzaron miradas, limitándose a un simple gesto de manos para que el doctor tomara asiento en uno de los sofás.

— Doctor Min – le llamó con la voz tensa al notar que el hombre decidía tomar lugar en el espacio donde Jungkook solía leer las tardes que irrumpía en su estudio —, tome asiento en uno de los sofás más cercanos a mi escritorio, no soy de la idea de mantener conversaciones a la distancia.

— Por supuesto – sonrió de lado, mostrando apenas sus dientes – para eso existen los dispositivos, ¿no es así? – Min se movió con elegancia hacia uno de los asientos frente al escritorio, quedando más cerca del líder Kim, quien inspiró profundo, emanando un aura imponente —. Creo que en la reunión de líderes no tuvimos el mejor de los encuentros.

— Y a pesar de ellos lo tengo frente a mí – el tono plano de voz no dejaba espacio para dudar que el líder Kim se hallaba disgustado y molesto por la presencia del doctor Min —. A qué debo la osadía de venir a la residencia sin previo anuncio o invitación.

— Verá, líder. Como bien comenté frente a todos, yo no estaba enterado de que nuestro producto había salido de las instalaciones con el fin de hacer algún procedimiento en el príncipe Park.

— ¿No? – el cuerpo del líder Kim se tensó hasta hacerlo más grande aún, con sus hombros tensos, la espalda recta y una mirada amenazadora. Era una clara advertencia de que debía cuidar sus palabras – y como es que eso llegó entonces al futuro Luna Kim, poniendo en peligro cualquier interacción entre nuestros lobos.

— Líder Kim, nuestro procedimiento no fue mayormente invasivo al cuerpo de los omegas de la casta del príncipe Park.

— Explíquese – interrumpió Namjoon con un notable semblante serio —, si fuera el caso de algo no invasivo, ¿por qué debía inyectarse cada día alterando su ciclo de calor? ¿Acaso esperaba que la unión del líder y el príncipe fuera un fracaso?

Era sabido que entre los lobos de los líderes más fuertes siempre existían cierto estado bestial en cuanto a las uniones forzadas. La mayoría de las relaciones exitosas se dieron entre reyes que eligieron a sus parejas, mas estas no tuvieron el mejor de los destinos, terminando con tragedias como la de los Jeon donde la mezcla de jerarquías y clanes los llevó a ser víctimas de una masacre jamás nunca vista.

La unión entre las familias principales se planeaba estratégicamente para que los celos de la pareja se sincronizaran, en muchos casos ocurría poco antes de llegar a una unión, con la convivencia era más que suficiente, mas no en el caso de Jimin y Taehyung. Llevaban años intentando hacerlos coincidir sin tener éxito.

— Comprendo su molestia, al igual que su preocupación, líder Kim al ver expuesto a su omega en un peligro aparente – había sido solo su idea o aquella palabra expresada pareció un símbolo de tortura para Min Yoongi. Le hacía recordar una imagen de él mucho más joven, ocultando algo —. El líder Park y la Luna Park decidieron que tomarían una vía factible para conocer la compatibilidad entre ambos dado su caso especial.

— Eso no quita que se están interponiendo en un tema que va más allá – acotó Taehyung casi exasperado por las insinuaciones del Líder Park interponiéndose, metiendo su nariz donde nadie lo había solicitado —. Este tema resuena un poco más a un intento de unión entre la unión de los clanes. Acaso los Jeon traman algo, Min Yoongi-ssi.

— Está equivocado líder, esto no tiene relación entre la Luna Jeon o bien el Líder Jeon.

— Pareces muy fiel a una luna que no pertenece a tu clan – atacó Namjoon con veneno con el fin de provocar al hombre que se mantenía en completa serenidad, apenas usando un tono de voz firme, con las manos sobre su regazo.

— La lealtad del clan Min se remite a mucho más de lo que yo puedo expresar – el delta mantuvo la calma, acomodándose en su sitio —. Además, déjeme decirle Líder Kim, que el clan Park no fue lo que me terminó de motivar a llegar aquí. Si bien la luna Park pidió expresamente que se evaluara al príncipe Park, yo me negué rotundamente a hacer algo como eso.

— Entonces cuál es el fin de estar teniendo esta conversación. Era tan fácil como negarse a hacerlo, como bien dice su lealtad está con los Jeon con su luna y su labor dentro del recinto – era una conversación cargada de acusaciones, preparando cada trampa, esperando que diera un paso en falso.

— Quiero expresar mis más sinceras disculpas.

— ¿En nombre de los Jeon? – cuestionó sin más Taehyung.

— No, en mi nombre – negó lentamente perdiendo un poco la compostura en el momento que se enderezó en su sitio, llegando a percibir un leve aroma a algo muy conocido, bastante dulce y un extraño tirón en su hombro derecho que terminó provocarle una sensación poco cómoda —. Lamento que el príncipe Park haya pasado por este suceso, si me lo permite me gustaría poder conversar con ambos, ya que él será el próximo Luna y su omega deben estar enterados de todo.

El intercambio de miradas entre Namjoon y Taehyung terminó con un asentimiento por parte del líder Kim, accediendo a lo que ambos coincidieron, no les agradaba la manera en la que había llegado, sin embargo, no lo dejaran de lado, conociendo que el omega era parte de un plan tan retorcido.

En unos pocos segundos, Namjoon se aseguró de avisar a un muy terco Taemin que necesitaban la presencia de Jimin, y bastaron unos minutos más para escuchar dos toques en la puerta que advertía la presencia de alguien más. Yoongi pudo percibir un escalofrío en su espalda, algo que lo hizo tensarse al escuchar claramente el clic del picaporte, siendo presionado para permitirle el paso a él.

¿Debería haber girado lentamente o simplemente esperar a que esa presencia llegara a su lado? Los vellos del cuerpo entero se le encresparon al delta al olfatear ese aroma del cual estaba muy seguro que nadie más era consciente, que podía emanar de ese cuerpo, ni siquiera el propio líder Kim era víctima de tan dulce néctar. No se veía perturbado por la ola de calor que exudaba ese cuerpo elegante, avanzando por el estudio entre pasos lentos y seguros.

Joder, la Diosa Luna debía aborrecerlo como para permitir que su casta y la del omega no fueran permitidas en unión libre, mucho más por el hecho de que Jimin era un príncipe heredero. El notar la vestimenta que usaba le inquietó, ¿por qué estaba usando un cuello tan alto? ¿Qué ocultaba?

— Llamaste por mí – ese tono de voz que se escondía detrás de un telón vacío no era el mismo con el que le había hablado días atrás. Ese aspecto de persona inalcanzable no se trataba de la misma que le presentó en ese encuentro.

La vestimenta, esa tela que lo hacía ver como una figura idílica con una camisa blanca amplia, el cuello del mismo ceñido de manera perfecta que cubría cualquier visión de piel de ese espacio íntimo de un omega; el ajuste en las caderas que detallaba el pantalón resaltaban de manera sutil y bastante provocadora esa curva que caía con gracia hasta la redondez de su trasero.

Joder. El delta necesitó tomarse unos segundos para desviar la mirada y no pensar en nada más, estaba mirando de manera lasciva a un omega prohibido, inalcanzable y tan... tan...

— Jiminie – fue llamado con calidez, ese dulce sobrenombre siendo pronunciado por la voz aterciopelada del líder Kim, no causando mayor reacción en el omega que ahora estaba al lado del doctor, mirándolo por sobre su hombro como si hasta en ese momento notara su existencia en el estudio —, creo que ya conoces al doctor Min.

— Creo que sí, nos hemos visto unas cuantas veces hace mucho tiempo – sus miradas se cruzaron creando una tensión extraña en ambos cuerpos, algo que Taehyung pudo notar como una incomodidad en Jimin, quedando más que claro cuando la sonrisa forzada del omega fue más notoria —. Teníamos muchos años sin encontrarnos en un mismo espacio, no es así, Min Yoongi-ssi.

— Uno pensaría que el tiempo es relativo, pero debo admitir que sí, ha pasado algún tiempo – unas cuantas noches, unos pocos días, incontables minutos, segundos asfixiantes.

— El doctor Min dice que necesita hablar con ambos respecto al tratamiento al que se te fue expuesto. Nos explicará como todo eso no nos afectará en la unión.

Quizá era por el hecho de que su lobo se removía en su interior, algo que no le dejaba de preocupar, pues parecía que Yoongi no mencionó nada de su encuentro en la reunión de líderes, parecía que el hombre frente a él seguía siendo la misma tumba fría, llena de secretos, actitudes ocultas y demás asuntos a tratar.

— Fue usted quien le dio esa medicina a mi madre – era más una acusación cargada con dolor y decepción, Jimin no estaba seguro del porqué su lobo se negaba en aceptar una realidad como esa —. El día que me dieron la instrucción... jamás imaginé que estaría implicado.

— No fue así. He venido a aclarar eso.

— ¿Eso? – alzó su ceja, porque parecía que esa frase englobaba más que una simple explicación respecto al estúpido tratamiento.

— Si se lo permites y estás de acuerdo, ha mencionado que diría todo – aportó el líder Kim observando con detenimiento toda la interacción.

Con un asentimiento aceptó lo que estar ahí simbolizaba, mas tenía una imagen que cuidar y si el delta se encontraba ahí simbolizaba que había sido enviado por sus padres, no era una coincidencia y mucho menos llegaría hablar con él por otra razón. Entre pasos seguros, miradas confusas y un muy incómodo silencio, el príncipe Park avanzó hacia la parte donde se hallaba Taehyung, quien lo siguió con la mirada en todo su recorrido.

— Estoy dispuesto a escuchar lo que tenga que decir. Ambos no es así, ¿Taehyung? – colocó su mano con delicadeza sobre el hombro del alfa, el cual se tensó bajo el delicado tacto de los dedos de Jimin y su cercanía parecía ser un ataque directo hacia otro objetivo —. Díganos doctor Min, qué necesita saber de ese tratamiento. ¿Se quiere asegurar de que mi celo se adelantó? Porque la respuesta es que sí, aunque no tomé toda la dosis que era necesaria.

— No me sorprende, este es un compuesto bastante fuerte para que haga una reacción efectiva en omegas de menor casta – Jimin tragó duro, pues si bien se suponía que no le haría daño el hecho de que las dosis fueran más fuertes para ser utilizadas en lobos menos puros no le hacía gracia —. Los omegas como usted suelen reaccionar con una o dos dosis estando al lado de su alfa.

Le costaba horrores pronunciar esas palabras, el solo hecho de asumir que Jimin se encontraba al lado de Taehyung cuando ocurrió no le causaba la menor de las gracias, era como si la historia se repitiera. Con el príncipe Park siendo expuesto a otro lobo, pero esta vez él no había sido parte de aquel plan retorcido.

— Eso quiere decir que estuve en peligro.

— En lo absoluto, solo nos muestra que su lobo es un digno espécimen de pureza.

— De igual manera, el intervenir a los lobos de los herederos es algo que solo debe ocurrir en un caso extremo – la voz ronca de Taehyung interrumpió al delta. El líder Kim fulminó con la mirada al doctor, quien no le quitó la mirada, no mostrando rebeldía, pero sí demostrando que era poseedor de una jerarquía que podría mantener la cabeza erguida, aun si un lobo de mayor rango le amenazaba —. Por favor, Min Yoongi-ssi, sea claro con lo que dirá antes de que tome esto como una clara muestra de sublevación por parte de los Jeon.

— De hecho, mi intención es de presentar mis sinceras disculpas y recoger el resto de medicamentos que no aplicó – Yoongi tragó duro, con el cuello tenso, haciendo que sus venas se marcaran como si el simple proceso de llevar saliva al resto de su garganta fuera el acto más difícil —. Necesito examinar qué clase de tratamiento se le administró solo para estar seguros.

Casi parecía que estaban esperando esas palabras porque tan pronto como habló, la puerta volvió a abrirse, dejando a la vista la presencia de Taemin cargando con un maletín plateado. Quizá solo fue imaginación suya, pero Yoongi podría jurar haber visto la sombra de alguien más antes de que la puerta se cerrara, posiblemente solo eran suposiciones suyas, mas el semblante tenso del líder Kim le dejaba en claro que algo lo mantenía en alerta.

¿Se trataba del contenido de ese maletín? Era lo más probable. Qué alfa estaría cómodo sabiendo que su pareja fue influenciada por sustancias. Taemin como parte de un cuerpo de seguridad, no se privó de hacer que su aura amenazadora creciera para dejar en claro que se encontraba alerta.

Siempre alerta y alrededor de Jimin...

— Entrégale el maletín al doctor Min por favor – la sonrisa casi maligna que surcó los labios de Taemin fue solo el preámbulo para que el alfa lanzara con poco cuidado el objeto, sacándole un jadeo bajo al delta —. Gracias Taemin puedes retirarte.

— Estaré cerca, líder – reverenció hacia Taehyung, deteniéndose un poco más al notar que el líder parecía inquieto, observando hacia la puerta —, descuide, estoy a su cuidado.

Un destello dorado se reflejó en sus ojos, en dirección a Jimin, quien solo asintió y apretó más su agarre en el hombro de Taehyung. Viéndolo desde el otro lado del escritorio, a los ojos de Min Yoongi parecían la pareja perfecta, siempre lo habían sido o al menos lo habían llevado muy bien. Un príncipe de su categoría, estando al lado del alfa más fuerte y puro de su generación, definitivamente eran la pareja más esperada, detestada y temida. Dos clanes poderosos unificados por sangre, si algo salía mal, quien pagaría con creces definitivamente era el príncipe Park.

— Puede explicarnos ahora qué es lo que suministraron al próximo luna Kim – pidió Taehyung una vez se encontraron a solas, luego de que Namjoon mismo se retirara con el fin de asegurar a un inquilino demasiado revoltoso del cual había sido informado se había escapado del cuidado de cierto príncipe —. Esto me parece que es algo que atenta contra la naturaleza de nuestros lobos.

— Se trata de un tratamiento de fertilidad – escuchar esa palabra le hacía hervir la sangre al líder Kim, lo único que se le venía a la mente era Jungkook, los moretones en su vientre, este mismo viéndose hinchado —, a diferencia de otros que utilizamos en el recinto este es solo con el fin de acelerar el ciclo de calor para una producción natural de óvulos – el tono de voz de Yoongi se escuchaba relajado con cada palabra mencionada como un discurso perfectamente estudiado —. Esto solo provocaría un ambiente controlado para la evaluación de contenido genético en los óvulos del príncipe Park y...

— ¿Y? – la perfecta ceja de Taehyung se alzó al querer presionar al delta para que hablase, debía decir lo que todos en ese lugar ya asumían – ¿qué más harían con eso? ¿Cómo se supone que revisarían la compatibilidad entre ambos? – necesitaba saberlo, que el propio delta lo dijera, que la información que le llevaba comiendo la cabeza ahora fuera verbalizada por otro.

— Tomarían una muestra de su semilla, líder, para encontrar la combinación perfecta. Se evaluaría la compatibilidad para asegurar un futuro heredero o herederos.

— Eso atentaría contra la procreación natural. Sabemos muy bien que eso solo resultaría en darles el poder de manipular mi material genético y el de Jimin. No sería tan difícil hacer embriones y luego como por arte de magia colocarlos en alguien más o bien en él, ¿cierto? O quizá esté equivocado, por favor dígame ¿lo estoy?

— Me temo que me sorprende saber que el líder Kim es una mente conocedora de temas como estos – habló con verdadera sorpresa Yoongi —. Es completamente correcto, este procedimiento al no tener un control de nuestra parte podría haber sido utilizado con ese fin.

— Quiero saber – era la segunda vez que intercambiaban palabras. No era la primera vez en todo ese tiempo que Jimin le dirigía la mirada como si detrás de esa frase se escondiera una verdad y una mentira, la pregunta era ¿cuál saldría a la luz? —. Esto afectará en algún punto mi unión – la mentira. Min Yoongi podía saberlo con solo notar ese pequeño temblor en el labio ajeno —. Me aterra la idea de que todo el cuidado de estos años se vaya por un tubo por esto mismo.

— No, príncipe. Esto solo alteró un ciclo, introduciendo uno extra en lo que sería el tiempo normal de espera.

— Eso quiere decir que tendré un doble celo – el sonido de su lengua chasqueando le hizo recordar viejos tiempos, con un príncipe Park de dieciséis años renegando de las decisiones de su padre —. Qué incómodo.

— Si lo necesita, puedo evaluarlo.

— No.

Bastante osado de su parte. Demasiado irrespetuoso viniendo de un delta al cual el lobo de Taehyung comenzaba a aborrecer, siendo que toda la explicación recaía en el mismo punto, conociendo el tipo de trabajo que realizaba y de qué lugar provenía, ahora se podría dar una idea de a quién pudo tocar. Joder, de solo imaginar que puso sus manos en el cuerpo de Jungkook, de solo pensar que existían más variantes de los tratamientos...

El ruido seco y tosco provocado por el golpe de las palmas de Taehyung sobre la madera fue solo una advertencia, el hecho de que se pusiera de pie fue la más clara de todas ante su molestia. Jimin no se vio afectado, conocía las actitudes del líder Kim cuando algo se salía de su control o lo hacían salirse de las casillas. El poner en riesgo a las personas que eran importantes siempre sería su punto débil y en esta ocasión quizá algo en el pecho del príncipe Park se apretó.

Esa reacción no solo era por Jimin, esa aura oscura, atemorizante, irradiando poder sin necesidad de una voz de mando, no era simplemente porque estaban amenazando la protección de quien sería el futuro Luna Kim. No. Esto tenía un nombre y un apellido impuesto por el propio alfa para tener el control de poder cuidarlo, llamado Jungkook.

— No permitiré que le realicen una revisión, tenemos un médico a nuestro servicio quien se encargará de ello – declaró el líder Kim, sus puños se apretaron cada vez más al percibir cierta presencia al otro lado de la puerta, obligándolo a volcar su atención en ese pedazo de madera que los separaba del pasillo —. Si eso es todo lo que simbolizaba su presencia aquí, le pediré que se retire Min Yoongi-ssi, y se lleve con usted ese tratamiento.

— Por supuesto, líder – no hubo necesidad de más palabras, podía leer entre líneas o más bien entre miradas, donde los reflejos rojos en los ojos ajenos irradiaban molestia – me retiraré – sus movimientos ágiles lo llevaron a ponerse de pie, reverenciando profundamente —. Mis más sentidas disculpas, majestad. Si necesita mis servicios respecto algún cambio provocado por el medicamento estaré a su disposición.

— Lo tomaré en cuenta – la voz ronca de Jimin resonó en ese espacio, recibiendo un leve vistazo por parte de Taehyung, buscando algún indicio de incomodidad, no encontrando alguno —. Será mejor que se retire, Min Yoongi-ssi.

Quizá se debió a un deseo oculto, posiblemente solo se trató de su lobo jugándole una mala jugada, pero el cuerpo de Jimin se movió casi al mismo tiempo que el de Yoongi al dar un paso hacia atrás para así iniciar su retirada. Era como si se trataran de imanes atrayéndose en movimientos automáticos. Paso que daba el delta era seguido por el omega de forma inconsciente.

La mano de Taehyung se posó sobre la de Jimin haciéndolo reaccionar de su actuar y con una pregunta silenciosa se aseguró de que se encontraba bien, dejando ir al delta, quien apenas miró por sobre su hombro antes de abrir la puerta.

Pronto una presión distinta se asentó en el pecho del líder Kim, era como si un frío estremecedor lo invadiera, abandonándolo en el momento que intentó comunicarse a través de su lazo. Jungkook...

— Min Yoongi-ssi – el llamado de Taehyung resonó en el estudio, la manera en la que comenzó a avanzar hasta el delta fue otro factor para crear tensión en el ambiente. Yoongi le observó serio, como si esperara la peor de las reacciones, ¿le había descubierto? ¿Todo había sido una fachada?... Yoongi – le acompaño hasta la salida.

— No es necesario, líder.

— Insisto – murmuró entre dientes, tomando la delantera al sostener el pomo de la puerta. El delta no reparó en el trasfondo de la acción, dedicándose a observar al líder y un vistazo más hacia Jimin.

— Le agradezco por su cortesía, líder – esbozó una sonrisa de lado, dándole paso al alfa, quien se enderezó al mismo tiempo que tomaba una inhalación profunda y quizá fue poco cuidadoso al dejar salir lo que pareció un bufido exasperado.

El líder Kim miró exasperado la puerta, tardando más tiempo del necesario para abrirse paso al exterior. El príncipe Park no era ignorante de lo que provocaba la reacción de Taehyung, esa mirada iluminada en rojo intenso, yendo y viniendo entre la razón y su lobo, lo llevó a romper su postura y distancia con Yoongi.

— Min Yoongi-ssi – le llamó Jimin atrayendo la atención de ambos – su abrigo – era una excusa tonta, mas fue del todo útil cuando el delta sonrió de lado, asintiendo hasta alejarse de la puerta del todo para tomar la prenda.

El sonido del pomo pasó desapercibido, el hecho de que la figura del líder Kim desapareciera al dejar la puerta abierta de par en par no pareció importarle al delta, quien solo murmuró palabras de agradecimiento y un pequeño momento de silencio entre miradas que encerraban conversaciones, encuentros por llenar y palabras por intercambiar.

Ver que Jimin se removía en su sitio al otro lado del escritorio, llevando su mano hacia el cuello cubierto le causó un intenso escalofrío al delta. Era como regresar a esa misma tarde, ese momento donde a sus ojos se levantó el telón de la gran obra teatral que planificó el líder Park contra su hijo y la búsqueda de obtener poder mediante una alianza forzada con el líder Kim, la cual desde el deceso de este le había parecido difícil.

— Te ves distinto – susurró muy apenas, en un acto de rebeldía y osadía, asegurándose de no tener a nadie detrás de ellos —. En nuestro anterior encuentro...

— No menciones eso aquí – cortó de tajo aquel intento de conversación, sintiéndose nervioso, observando constantemente hacia la puerta – esto es peligroso. Eso fue muy imprudente de mi parte.

Había un océano inmenso de cosas por decir y el hecho de que tuviesen esos insulsos ¿segundos? ¿Minutos, quizá?, no estaba seguro de cuánto tiempo tendría antes de que alguien irrumpiera en el lugar, eso comenzaba a frustrar en demasía a Jimin. Solo había hecho ese pequeño espacio, esa burbuja en el tiempo, para que Taehyung se asegurara de que cierto omega se mantuviera lejos del peligro, pero ahora era él mismo quien se castigaba con un encuentro en cuentagotas.

Sus pasos avanzaron para salir de su refugio, no para enfrentar al delta, sino más bien para cuidar su imagen. Un príncipe y futuro luna no podía ser visto con alguien más estando a solas, en su propia casa, a menos que fuera por temas importantes, y el hecho de que la puerta estuviera abierta daba a entender que todo había terminado. Quien les viera podría decir cosas, pensar lo que quisiera...

— Jimin – Joder. No. Así no debían darse las cosas, no debería sentir una jodida corriente fría recorriéndole desde la manga de su brazo izquierdo, el cual fue apenas sostenido entre los dedos de Yoongi —, ¿sigues molesto?

— He dicho que aquí no.

— Es por el tratamiento, acaso...

— Yoongi – le observó con una súplica que escondía todas sus emociones y quizá solo era su imaginación, pero el delta lo pudo notar, eso no podía ser producto de su imaginación —, aquí no. Sabes la posición en la que estoy y puedo imaginar que tú no estás en una mejor a la mía.

El gris destelló de inmediato en el iris del delta. Sus dedos no soltaron la tela delicada, no fue él quien cortó la cercanía, fue el propio príncipe Park al verse invadido de mil emociones, la sensación cosquilleando en la piel y...

Por favor... solo una oportunidad...

El destello de luz que acompañó al gris tan característico en los ojos de Yoongi desconcertó a Jimin, era una combinación de colores, algo que ya había visto, algo a lo cual nunca temió y, por el contrario, fue la primera vez que percibió algo como suyo. Manada. Vínculo. Su lobo le pedía quedarse, inhalar profundo ese aroma delicioso a jengibre, tan picante y exótico, no como el leve que podía percibir en Jungkook, no, este se trataba del real, no un placebo.

Busca a Namjoon-ssi...

Fue como un acto de nobleza, un aliento de respiro, un paño frío y húmedo a ese calor que lo había estado consumiendo, dando así fin a ese breve encuentro. Con Jimin saliendo en pasos acelerados, atravesando la puerta y retirándose por el pasillo hacia el lado contrario por el que lo habían escoltado. El delta saboreó la sensación que aún le cosquilleaba.

— Aún no te has unido – fue como un pensamiento en alto, exhalado con su último aliento, dejándose invadir por el alivio que le traía saber que sí le había escuchado. Si resultaba que el príncipe Park utilizaba esa ropa cubriendo su cuello era por una mordida, todo habría sido en vano, pero ahora...

Se dio un tiempo más para sí mismo, solo para pasear su lengua por sus labios, con el aire sabiendo al dulce e intenso aroma de Jimin, era extraño y glorioso que el omega permitiera que su esencia invadiera así el espacio, siempre prefería ocultarlo, mantenerlo a raya. Si intentaba ocultar algo o hacer saber a Yoongi que aún era libre, lo estaba logrando.

Pero las cosas no podían estar más alejadas de la realidad en la cual estaba un embriagado delta en el estudio del líder Kim. El pasillo aún estaba siendo custodiado para vigilar al doctor Min. Aunque el fin mayor era para que nadie más viera la escena a unos metros de la puerta.

— No te dije que te quedaras con Seokjin hyung.

— Yo quiero ver a hyung – sus ojos se vieron en un universo caleidoscópico con los tres colores bailando en sus iris —. Sé que él no le haría daño al príncipe Jimin.

— Lo hizo – gruñó entre dientes, aún mantenido el cuerpo de Jungkook contra la pared del pasillo, detrás de una de las columnas, donde podría fácilmente disimular la presencia de ambos —. Fue el causante de que Jimin pasara por un tratamiento de fertilidad, tú mejor que nadie debe entender.

— No, usted debe entender – con todo el ceño fruncido en pronunciadas líneas, con su dedo picando en el pecho de Taehyung, con esa actitud fuerte que nadie callaría su voz, justo con esa imagen lo estaba retando y el líder Kim se vio desarmado —. Hyung es muy bueno, no es quien aplica los tratamientos, él no es quien nos obliga a tomar los medicamentos, es quien está siempre cuando nos sentimos de la peor manera, quien nos cuida de no ser intervenidos, quien busca que los castigos no sean duros.

— ¿Castigos? – su voz salió más baja de lo que le habría gustado, pero aun así con ese tono amenazador no vio vacilación en la mirada de Jungkook.

— El desobedecer, el que no reaccionáramos a los tratamientos, el que nos negáramos a ser inyectados, siempre terminaba con un castigo. Los más leves serían un tiempo en aislamiento...

— ¿Y tú? – Sus ojos se pintaron de rojo intenso, llamando la atención de Jungkook cuando el alfa llevó la mano que lo encerraba hacia su rostro, dejando una distancia de milímetros entre piel y piel – ¿qué hacían contigo?

— Brazaletes – dijo con simpleza – colocaban unos brazaletes que aplicaban corrientes eléctricas. Las duchas frías en el paredón eran dolorosas – el líder Kim se contuvo con todas sus fuerzas para no ir con Yoongi y hacerlo hablar —. Taehyung – le habló de manera calmada, haciendo casi cosquillear su piel cuando el alfa se acercó tanto como para casi juntar frentes, inhalando profundo, encontrando paz en la combinación de aromas —. Prometo que hyung no es malo, solo quiero hablar con él.

— Déjame protegerte – suplicó aun manteniendo los ojos cerrados, posando la yema de su dedo índice sobre la mejilla ajena, resbalando su tacto por la piel delicada hasta quedar en el inicio de la herida cicatrizada sacando un leve brinco al omega —. Por favor, si dejo que hables con él será solo porque estaré seguro de que no te lastimará o te llevará lejos de mí.

— No lo hará.

— ¿Cómo estás tan seguro? ¿Qué te hace sentirte tan seguro que no te alejaran de mí? Me niego a que alguien intente tomarte por la fuerza, alejarte del lugar en el que estás a salvo y que regreses a ese maldito lugar donde solo te ven como una cosa a utilizar.

— Está bien, no me molesta que lo hagan si con eso me dejan estar tranquilo y no le hacen daño a los que son importantes – llevó su mano hacia el rostro ajeno, detallando la leve sombra del crecimiento incipiente de la barba —. He vivido mucho tiempo así.

— No permitiré que vuelvan a inyectarte dosis tan fuertes solo porque creen que tu casta es menor a la de otro.

El omega lo pensó unos segundos, recordaba muy bien cada tratamiento, con una o dos dosis bastaban para hacer reaccionar a su cuerpo, siempre era igual, tendría varios seguidos por su producción, a diferencia del resto de omegas en el recinto él podía soportar perfectamente celos seguidos antes de que lo dejaran descansar.

¿Si veía a su hyung todo lo que había vivido ese tiempo junto a Taehyung se desvanecería? Solo deseaba hablar con él, decirle que se encontraba bien, que guardara su secreto estando en un clan distinto. La libertad le sabía amarga porque debía elegir entre uno y otro. Yoongi fue su mayor defensor en el recinto, pasó con él muchos celos cuando la cantidad de alfas y deltas para acompañarlo se vio reducido.

— Jungkook... — tomó el aire suspendido en ese reducido espacio, con la saliva sabiendo a té verde y naranja. Taehyung se atrevió a embriagarse los sentidos con la cercanía del omega —. Dime, ¿acaso quieres irte? Por eso necesitas ir con él. ¿Cómo puedo estar seguro de que estarás bien sin que te haga daño? No confío.

— ¿En mí?

— En él.

— Pero... — sus labios quedaron atrapados entre sus dientes, no teniendo otra vista que no fuera los ojos de Taehyung, abriéndose lentamente, destellando en rojo hasta regresar a su color natural – usted dijo que ahora puedo elegir. Si yo quiero quedarme aquí, puedo hacerlo, ¿cierto?

Dulce y genuina inocencia que se derramaba a través de esas palabras, y por supuesto que tenía toda la razón, en efecto Jungkook podía elegir quedarse con él a su lado, pero no podía asegurarle que nadie querría venir a apartarlo por la fuerza, no cuando se trataba de un omega dado en fuga de un lugar secreto y casi prohibido para todo aquel que no le fuera permitido el acceso.

El sonido de pasos a través del pasillo alteró a Taehyung, privándolo de volcar toda su atención sobre Jungkook, observando hacia el otro lado donde tenía a la vista a Min Yoongi. Sus ojos se entrecerraron como si con aquello lograría obtener toda la información necesaria respecto al delta, se veía sereno sin inmutarse por la soledad que el pasillo le brindaba.

— Taehyung – fue un susurro, cargado de un llamado profundo, acompañado de tacto. La mano que había dejado casi flotando sobre la marca en el cuello ajeno terminó siendo posada del todo gracias a que Jungkook se aseguró de dejarla ahí —. Yo confío en usted, no haga que piense lo contrario, no lastime a quienes me importan.

— Jamás haría algo como eso... solo – los pasos lentos de Yoongi, su presencia estando más cerca de ellos le estaba poniendo de los nervios – dame tiempo, ¿de acuerdo? Ten un poco de paciencia, hablaremos de esto con más calma.

— Okay – calló unos segundos, mirando por sobre el hombro de Taehyung, quien intentó enderezarse con el fin de no permitirle mayor vista hacia el pasillo —. Esto lo hace porque aún no es tiempo, ¿cierto? Si acepto esperar un poquito promete que podré encontrarme con hyung – la duda invadió la mirada del líder Kim, viéndose casi derrotado cuando fue Jungkook quien le robó el aliento al acercarse a escasos milímetros – ¿Lo promete?

— Yo me haré cargo de que no sientas dolor, ¿lo recuerdas? – una sonrisa a medias iluminó el rostro de Jungkook, dejando ver esa pequeña hendidura en su mejilla que lo hacía ver tierno —. Cuidaré de ti para que la marca no duela.

— Y aquí – agregó de inmediato Jungkook colocando su mano en el pecho de Taehyung. Dejando a la vista sus ojos en un precioso color lila como las amatistas, con el vínculo cosquilleando en sus cuerpos, sus lobos llamándose mutuamente.

Los labios del omega se sintieron extraños, como un hormigueo que reaccionaba al aliento contrario, ¿por qué sus respiraciones se volvían entrecortadas? ¿Por qué Taehyung sostenía el aire y se contenía? Se veía igual a la primera vez que se vieron, con el lobo jadeando sobre su piel.

— Majestad... me siento raro.

— ¿Sí? – respondió divertido, conteniéndose de rozar los labios que estaban a toda su disposición, con la punta de su lengua, asomándose para robar el aliento exhalando de los labios de Jungkook.

Al-fa...

Fue un titubeo, un susurro muy bajo que parecía producto de la imaginación de Taehyung, ¿fue verbal o solo un juego de su mente? Sus dedos cosquillearon al sentir el rápido palpitar de la marca.

— Ustedes dos – una tercera voz cargada de reproche los hizo regresar la mirada, y tan rápido como el torbellino de feromonas molestas se acercó a ellos, así de intensa fue la mirada de Seokjin al separarlos y tomar a Jungkook entre sus brazos —. Me deben muchas explicaciones, y tu niño terco se supone que solo habías ido por un poco de agua.

— Hyung, no es necesario armar un escándalo.

— Si me lo permite, mi líder es mucho más sensato para actuar alrededor de personas extrañas, estos son comportamientos que mi hermano no se permite en presencia de intrusos – el color de su linaje y clan se mostró ante Taehyung, al mismo tiempo que se aseguraba de mantener a su lado a Jungkook, quien apenas salía de un estado extraño donde la piel se le sentía sensible y la marca no dejaba de palpitar. Su lobo había tomado gran parte de su razón, pero ¿por qué? Estaban frente a Taehyung, no representaba un peligro —. Por favor, Tae. Termina con el no invitado y luego ven a hablar.

Seokjin no tardó mucho en levantar la capucha del sudadero que llevaba puesto Jungkook para cubrirle el rostro y de paso hacer que el rastro del pequeño omega revoltoso quedara oculto detrás de su aroma, haciéndolo avanzar por el pasillo, mientras que el omega apenas regresó la mirada hacia el alfa que le veía como tonto.

Taehyung...

Seguiremos hablando, lo prometo... solo ve con hyung.

El líder Kim se sintió agradecido por la intervención y al mismo tiempo un tanto culpable por dejarse llevar en ese momento. Cayendo en cuenta de su propia vestimenta en esos momentos, tenía puesto uno de los trajes deportivos que había hurtado de los casilleros del equipo de seguridad. Si bien Yuna se encargó de llevarle uno de sus abrigos largos para protegerlo del frío de la noche y calzarlo con unas zapatillas que solo utilizaba en ocasiones para andar por la casa, hasta ahora caía en cuenta del desastre que era.

No parecía una imponente figura de liderazgo, comprendiendo la razón para que Min Yoongi mencionara el que su presencia no era el mejor de los momentos, no refiriéndose a la forma en la que llegó, sino más bien a su aspecto. Gruñó bajo como una reprimenda hacia sí mismo. Él no actuaba de esa manera. Llevaba años controlando a su lobo para actuar de manera calmada, pero el hecho de que Jungkook casi saliera corriendo hacia la presencia de alguien más lo desequilibró.

Tomó una lenta inhalación saboreando la esencia de Jungkook, esa que era una misma combinación entre muchas esencias, ninguna ajena a él, picante, refrescante y explosiva. Metió sus manos en los bolsillos del abrigo y finalmente avanzó hacia el encuentro con el delta, quien seguía de pie mirando hacia el otro lado del pasillo.

— Min Yoongi-ssi – su tono era más tranquilo, exudando algo más que solo imponencia. El delta lo notó al girarse hacia él, no era el mismo líder Kim que salió hecho un desastre del estudio, se veía radiante y con lo que parecía ser un brillo distinto iluminando su rostro – pensé que me seguiría ¿ocurrió algo?

— Olvidé mi abrigo y no supe hacia dónde ir – mencionó con simpleza, asintiendo hacia el gesto del alfa para indicarle seguirlo hacia el lado contrario donde había visto que se dirigió Jimin.

— Qué extraño, mis guardias y personal con gusto le habrían indicado por donde ir – si bien Yoongi no se dio cuenta de la presencia de los guardias, eso mismo fue muy conveniente para el líder Kim, quien con solo una mirada controló la situación de su personal.

— Lamento la situación vergonzosa, líder. Imagino que no es de su agrado tener que regresar por mí.

— Bueno, me alegro de haberlo encontrado, solo en el medio del pasillo.

— Fue verdaderamente encantador poder mirar la belleza del lugar. El clan Kim siempre se ha caracterizado por su sobriedad en sus casas – Taehyung no mencionó nada, limitándose a dar el primer paso para llevarlo a la salida —. Me sorprende que entre su gente solo se encuentren jerarquías como omegas, deltas y alfas.

— Son las consecuencias de nuestro pasado – si los betas eran raros entre el clan Kim al ser uno de los principales en negarse a mezclarse

Las colonias de betas existían para proteger y la mayoría no tenían un apellido por la falta de un lobo, un linaje con el cual identificarse. Los Jeon destacaron por ser quienes se relacionaban con aquellas personas sin jerarquía, creando así las uniones más extrañas con hijos igualmente diferentes a todo lo que estaban acostumbrados a ver.

El líder se detuvo unos segundos para pensar. Min Yoongi era producto de una unión entre una beta y un alfa, al ser de un clan pequeño sus interacciones se limitaban a estar entre ellos mismos o con los betas, de ahí la afinidad de los Jeon y la lealtad de los Min. ¿Qué sucedía si Jungkook...?

— Min Yoongi-ssi – le llamó sin pensarlo mucho más —, estoy enterado de que tienen algunos planes en el recinto donde trabaja. No pude estar ahí, quiero decir no como lo esperaban, pero me interesa saber...

— ¿Por qué no lo delaté frente a la Luna Jeon? – el delta apenas escuchó una afirmación al mismo tiempo que ralentizaban el paso —. Como dije antes, mi lealtad con el clan está en el cumplimiento de mi deber.

— ¿Y ese sería...?

— Proteger a aquellos que son importantes para mí, así como usted lo hace, líder – no podía estar seguro del todo si aquello reflejara todo lo que Jungkook antes le dijo, pero quizá y solo cabía la pequeña posibilidad de darle un voto de confianza.

El recorrido hasta la entrada principal pareció solo un paseo acompañado donde cada uno estaba encasillado en sus propios pensamientos. Ni siquiera fueron capaces de notar el momento en el que llegaron hasta la puerta, donde varios escoltas y Taemin ya los esperaban para hacer salir a Yoongi, con el auto de este mismo estacionado al pie de las escaleras de la entrada.

Taehyung lo observó todo el tiempo que le llevó al delta bajar hasta el último escalón, llegar a su auto donde un guardia mantenía la puerta abierta, extendiendo las llaves del vehículo. Min Yoongi se despidió con una simple reverencia hacia el líder Kim, atreviéndose a mirar hacia arriba con la esperanza de encontrar quizá una vista de cierto príncipe.

— Min Yoongi-ssi – la voz de Namjoon rompió la calma en la que se había mantenido esa despedida, avanzando en pasos seguros y fuertes, bajando hasta llegar a la cercanía del delta, bajo la atenta mirada del líder Kim —. El príncipe envía esto, es uno de los últimos frascos del tratamiento.

— Debió haber olvidado incluirlo con el resto – la mirada del alfa fue casi acusatoria, el hecho de no soltar el frasco, aunque Yoongi ya lo había tomado era sinónimo de algo más —, le agradezco Namjoon-ssi.

— Asegúrese de guardarlo muy bien, no con el resto de frascos – el delta apretó el objeto en la palma de su mano, asintiendo a secas, sintiendo un leve cosquilleo en la nuca, no atreviéndose a regresar la mirada hacia la casa.

Ni bien la presencia de Yoongi desapareció en aquel auto oscuro, fue turno del líder Kim de enfrentar a cierto hermano suyo, el cual parecía bastante molesto, podía escuchar a través del auricular de Namjoon cómo el omega hablaba al otro lado para hacer llegar al alfa a una importante reunión familiar. Namjoon mismo había quitado el aparato para evitar quedarse sin audición mientras observaba a su líder.

Con un simple movimiento, el líder Kim dio la orden a Namjoon para avisar de que estaba en camino. Aunque nada lo prepararía para la escena que encontró en su estudio, donde Jimin se hallaba en uno de los sofás, sonriendo cada tanto al escuchar la voz del príncipe Kim. Jungkook, por su parte, se encontraba en el que había autoproclamado como suyo, ese al lado de la estantería de libros.

Se veía tan inocente, sentado en posición de loto sostenido entre sus manos una taza con lo que parecía ser leche tibia, en el brazo del sofá se encontraba un plato con algunas galletas. La merienda preferida del omega, algo con lo que la señora Sunhee le consentía en cada oportunidad y tarde.

— No puedo creer lo que he visto esta misma tarde – alzó la voz Seokjin, masajeando el puente de su nariz, alzando la mirada hacia la puerta en el momento exacto que Namjoon ingresó al lugar – y tú, gran solapador de mentiras sabías de esto ¿cierto?

— ¿Esto? – cuestionó Namjoon, pasando a su lado, sosteniéndole la mirada por unos segundos con un gesto completamente impasible —. No estoy muy seguro a lo que se refiere.

— Hablo de que mi hermano, el gran líder Kim, quien está comprometido con un omega desde sus dieciséis años, ha dejado marcado a un omega – su dedo terminó señalando a Jungkook quien tragó lentamente la bebida caliente, observando hacia el príncipe y el escolta, para luego volcar su atención en la puerta de la entrada donde la silueta de Taehyung se hizo ver —. Hablando del rey diamante de sangre.

— Hyung.

— Silencio – alzó su mano, olvidando al alfa que tenía frente a él para ahora observar a Taehyung – eres un irresponsable, ¿cómo se te ocurre marcar a un omega? Sales de esta casa luego de cuatro años y lo primero que haces es hacer una estupidez.

— No es exactamente lo que ocurrió – se excusó sin poner mucha importancia a las palabras de su hermano, acercándose hacia Jungkook con el fin de limpiar el pequeño rastro de leche que quedó sobre los labios ajenos —. Es más complicado de lo que parece.

Se atrevió a pasar la yema de su dedo pulgar por ese recorrido blanquecino, ignorando por completo la risa de Jimin, la voz de Seokjin alzándose para que le escuchara y dejara de tontear. No había nada que le robara la atención de esos ojos verdes con destellos azules que le miraban fijamente, teniendo una reacción lenta por parte de Jungkook al alejarse por la cercanía.

— Kim Taehyung, alfa tonto, quiero que me digas qué está ocurriendo – exigió nuevamente Seokjin – tal parece que Jimin está más que de acuerdo con esto y ni siquiera lo veo muy preocupado por el hecho de que pronto será nombrado luna, teniendo un omega marcado en su misma casa.

— Qué puedo decir hyung, las cosas caen por su propio peso, aunque no esperaba que Taehyung terminara en esa situación. Namjoon hyung lo supo antes – el alfa alzó su ceja, estando recostado sobre el escritorio, ladeando la cabeza al comprender el plan del príncipe al desviar la atención hacia él.

— No me sorprende, siempre ha sido un buen cómplice de las estupideces de mi hermano – sus palabras estaban cargadas de reproche y veneno —. Son un par de idiotas.

Seokjin avanzó hasta Taehyung, quien apenas lo vio por sobre su hombro al percibir su presencia y advertido por el actuar de Jungkook al mirar hacia esa dirección. Se giró para encarar a su hermano, interponiendo su cuerpo entre Jungkook y Seokjin.

Quédate detrás de mí...

— ¿Cómo te atreves a hacer algo tan impulsivo Taehyung-ah? Es decir, cuando tenías dieciséis saliste de casa para visitar al clan Park y regresaste con la noticia de estar atado a un compromiso con un omega. Ahora sales de nuevo y regresas a casa con un omega marcado... para colmo es tu mordida. Una jodida marca de unión. ¿Cómo pasó algo como eso? Espera un momento... ¿Lo mordiste en contra de su voluntad alfa cabeza de camarón?

— ¿Qué? No... bueno...

— Defina en contra de la voluntad de quién, príncipe Kim – aportó Namjoon con una sonrisa burlona, recibiendo un gruñido al cual respondió con un encogimiento de hombros —, en defensa de Taehyung, fue Jungkook quien terminó moviéndose.

— No lo ayudes. Tampoco quiero saber a lo que se refieren con que Jungkook se movió, suena a un estúpido discurso alfista donde los omegas somos los que provocamos las cosas. Es un alfa idiota que no supo dominar sus instintos y ya.

— Príncipe hyung Seokjin, no lo insulte – pidió Jungkook, saliendo del refugio del cuerpo de Taehyung, quien intentó detenerlo, mas el omega se soltó del agarre que tuvo en su ropa —. Las cosas no son como parecen.

— Jungkook, apártate, esto es un asunto de familia. Además, ¿debo recordarte que fuiste tú el que dijo que era un alfa tonto, inconsciente, que te lastimaba?

— Sí, lo dije, pero es mi alfa tonto. ¿Cierto? – miró por sobre su hombro para obtener una sonrisa a medias y un asentimiento por parte del líder Kim. Suyo, se escuchaba tan bien y le hacía sentir un calor distinto en el pecho —. Lo ve, no es necesario que lo regañe. Además, si me lastima de nuevo, haré que se haga cargo de lo que provoca.

— Jungkook, eso no ayuda mucho a mi situación – susurró el líder Kim, estando muy cerca, demasiado cerca del oído ajeno como para provocar una sensación extraña. Lo harás enojar aún más.

— Eres un inconsciente, Taehyung, estás comprometido con el clan Park desde antes que puedas meter el pene en un omega y ahora resulta que marcaste a otro. ¿Comprendes lo que eso significa? Y como si fuera poco, madre te ha visto con él en brazos, ahora pregunta si puede tener reuniones con él, ¿sabes lo difícil que es confundir a madre para arreglar tus errores?

Jungkook podía percibir cierta calma en el lobo ajeno, como si no tuviera fuerzas para hacer nada en contra de lo que se le decía. ¿Tan malo era que le hayan visto? ¿Tan importante podía llegar a ser que el príncipe Jimin fuera su futura pareja? ¿Por qué todo recaía en el hecho de tener una unión? Ellos parecían estar involucrados en una red bastante complicada, pero Taehyung no estaba unido a cargar con el peso de los problemas de Jungkook, así como el omega no se veía envuelto en el mundo del líder Kim.

— Majestad, ¿por qué no se defiende? – un gruñido escapó de los labios de Jungkook, regresando la mirada hacia Seokjin quien no se inmutó ante la reacción ajena – le está insultando sin motivo. No ha hecho nada malo, ¿cierto?

— No lo hago porque aunque me cueste admitirlo tiene razón – Seokjin desvió la mirada hacia otra parte del lugar, evitando ver a Jimin y mucho menos a Namjoon —, es muy difícil no aceptar sus palabras.

— ¿Qué es un alfa tonto? No necesita que alguien más se lo diga, yo ya lo he hecho. Majestad es un alfa tonto, pero muy bueno.

El mismo líder Kim, Rey del clan más poderoso, se veía derretido en cuerpo y alma por la voz dulce de un... ¿Omega?, el cual le hablaba de manera impropia, le insultaba, le colmaba la paciencia, era todo menos lo aceptable por su jodida sociedad y, sin embargo, se robaba el corazón de cualquiera en esa habitación incluso del mismo príncipe Kim Seokjin quien solo necesitaba canalizar de alguna forma todo lo que habían vivido.

— Basta los dos, dejen de tontear frente a mí – se quejó recobrando la seriedad del momento, tomando por los hombros a Jungkook para que le mirase —. Escucha, él es un tonto y tú – se observaron por unos segundos, con Seokjin notando en vivo y a todo color el cambio en los ojos ajenos, convirtiéndose de un verde azulado hasta llegar a un azul con destellos violetas —. De ti no puedo hablar nada porque ni siquiera estoy muy seguro de que conozcas muchas cosas, pero tú, Kim Taehyung, eres-

— No lo insulte – gruñó Jungkook, frunciendo el ceño, alejándose del agarre de ajeno, llegando a topar con el cuerpo del líder Kim, tomando la mano de Taehyung – solo yo puedo decir que es tonto.

— Eso es, insultantemente lindo – murmuró el líder Kim muy cerca de Jungkook, con una sonrisa tonta en sus labios —, pero será mejor que me dejes enfrentar esto, ¿sí? – alzó ambas cejas, con esa mirada suplicante esperando una respuesta verbal obteniendo una aunque no como lo esperaba. Bien, pero me quedo aquí si lo insulta no me callaré —. Te lo agradezco, pero prefiero llevar esta batalla – aún tenemos una conversación —. Lo recuerdo no se me ha olvidado.

Llevar una conversación de esa manera se había vuelto su nueva actividad favorita, Jungkook sabía que Taehyung no podría escapar de un momento así porque solo existían ellos, y parecía que el líder Kim se le facilitaba más el hablar de esa forma. Solo observándose, perdiéndose el uno en el otro.

Quizá todo parecería más íntimo de no ser porque tenían tres pares de ojos curiosos, no sabiendo muy bien lo que estaban hablando, siendo ignorantes de la constante petición de Jungkook para que confíe en Min Yoongi y de un líder Kim repitiendo que lo pensaría y que conversarían luego, para tener al omega insistiendo en que lo prometiera.

— Hey, ya basta. Dije que lo hablaríamos ¿okay? – los labios de Jungkook se pronunciaron en un mohín, al parecer el líder Kim sí que tenía una manera de escapar de las conversaciones —. Por ahora creo que podemos seguir con hyung – Taehyung alzó la mirada hacia su hermano, quien le veía confundido.

— ¿Qué lunas fue eso? – cuestionó como primeras palabras luego de que su hermano no se molestara en dar una explicación.

— Estaban hablando – agregó sin más Namjoon, cruzándose de brazos como un escudo para repeler la mirada asesina de Seokjin – no pregunte, príncipe, lo hacen todo el tiempo y dejan de lado a quien esté con ellos.

— Quizá lo aprendieron de ustedes dos – señaló Seokjin, apuntando hacia Jimin y Namjoon, pues ahora comprendía que las miradas de esos dos cada que preguntaba por Jungkook y su extraña aparición, esos dos siempre se quedarían en silencio compartiendo miradas —. Tú sabías esto desde el inicio Namjoon y tú, sé que no quieres este compromiso, pero aventarlo a los brazos de otro omega.

— A mí no me culpes hyung, no cuando fue él, quien regresó de estar con los Jeon para descubrir lo que tramaban resultando con un omega marcado y en celo – Jungkook gruñó estando en desacuerdo ante la manera en la que relataba las cosas – aún te adoro Jungkook, no me lo tomes a mal, solo digo la verdad. Te lo puedes quedar sin problema, todo tuyo.

— Taehyung no es mío – pronunció entre dientes. Auch, eso había dolido en el pecho de Taehyung, aunque logró disimularlo muy bien, eso no evitó que Jungkook regresara a mirar en su dirección. Estoy bien – quiero decir es mi alfa tonto porque es el único alfa que no se ha comportado como una bestia, no me refiero a que me pertenezca, eso es algo horrible.

— No tienes que explicarte, Jungkook – le consoló Seokjin regresando a ser esa persona dotada de paciencia con el omega —. Solo quiero saber qué es lo que ahora hará mi hermano, siendo que en unas semanas Jimin será presentado como luna del clan. ¿Romperás el vínculo?

El silencio que invadió el estudio fue como un gigantesco témpano de hielo compactado, invadiéndolos de una incertidumbre hasta que finalmente fue Taehyung quien habló para comentar su plan. Ese que solo daría paso para quizá ganarse el odio de muchos, el respeto de otros y esperando que fuera suficiente para proteger a los que amaba, así como aquellos que llegaron a su vida para darle un nuevo sentido.

Destapar todas las mentiras de los clanes comenzaba a ser un tema resonante en sus reuniones con Namjoon y sus noches de insomnio. El concejo del clan parecía estar ajenos de toda la situación, aunque no estarían de acuerdo con la manera en la que se rompería el trato del compromiso con el clan Park, incluyendo a Jimin como un Kim.

El nuevo día invadió con su luz la habitación de la omega, aunque no había logrado dormir correctamente durante dos noches seguidas, era hora de volver a levantarse. Le había dado tiempo suficiente a su lobo para aceptar la realidad en la que se encontraban. Habían perdido otro bebé. Nada funcionaba para mantenerlos en su cuerpo.

Tenía una sola tarea, darle al clan un heredero. Ella había sido elegida para salvar al líder Jeon de su estado luego de que pasaran meses de su pérdida, una que no fue aceptada en ese entonces y aún seguía tan latente como una herida reciente.

Sus ojos cansados debido al desvelo se posaron una vez más en el frasco que se encontraba en la mesa de noche, con la silueta del pequeño feto flotando como si fuera una representación de lo que apenas unos días atrás estaba en su vientre. El líder Jeon había intentado visitarla la noche anterior con la excusa de que su lobo parecía un tanto distinto como si añorara algo.

Todo era su culpa... jamás permitía que se quedaran.

Era como si el animal siempre pidiera a su lado racional asegurarse de que no existiera más ese nuevo ser. Eunseo sabía perfectamente sus intenciones, estaría bien sin que Seongwoo se enterara de lo que su lobo había provocado, no soportaría ver esa mirada apagada y reprochándose a sí mismo, sería un golpe al orgullo de la luna Jeon, como un llamado a la lástima que no necesitaba.

Alfa... no soy tan fuerte sin tu guía – se permitió sollozar y lamentarse por su pérdida en voz alta, llevando el rostro a su almohada donde retuvo la respiración, buscando algo que era inexistente. El vientre había dejado de dolerle, así que el posar su mano en ese espacio ya no le evocaba nada —. Creo que debo ponerte junto al resto de tus hermanos – murmuró más para sí misma, alzando la cabeza, dejando caer su cabello por su rostro, fijando su mirada hacia el frasco.

— Luna – escuchó el llamado al otro lado de su puerta, la servidumbre como siempre estando al pendiente de ella y tan pronto como no respondió tuvo a su entrometida dama de compañía entrando con la bandeja de comida —. Oh, ha despertado antes. Me alegro de que esté recuperándose.

— Necesito que me busques ropa para salir al jardín – habló sin más, tan fría y distante, poniéndose de pie sin ayuda de la otra omega, quien se acercó a Eunseo con el fin de detenerla o al menos ser de apoyo, pero solo obtuvo rechazo —, me encuentro mejor. Por favor avisa a todos que dejaremos al cachorro junto a los otros. Tomaré un baño.

Sabía que sus órdenes serían obedecidas, así que no se molestó en reparar si la omega le había escuchado, para finalmente adentrarse al baño, donde el camisón de seda fina de hilos azules resbaló con facilidad por su cuerpo hasta caer a sus pies. El piso blanco del cuarto resplandecía de limpio, como si aquel río rojo solo fuera una horrible pesadilla.

El aroma a hierro había desaparecido, pero ella aún lo podía olfatear, saborearlo y mirarlo en sus manos, mientras que la silueta del bebé se descubría ante el agua cayendo. La lluvia de la ducha relajó sus músculos atrofiados por los días en cama y sus dedos apenas jugaron con el collar que colgaba en su cuello con ese dije rojo tan impropio de su clan, pero recordándole que representaba la sangre de sus enemigos siendo derramada con el fin de llevarla hasta donde se encontraban ahora.

Regresar a la rutina o quizá a ser ella misma le tomó el mismo tiempo que quitarse cualquier pesar luego de tomar su breve baño. Con delicadeza quitó el collar que colgaba de su cuello, resguardándolo en su tocador, para luego colocarse uno nuevo, ese que le fue otorgado luego de ser nombrada como Luna Jeon, con una piedra azul brillante y ostentosa.

— La tiara con la piedra del clan se ve mejor en tu cuello de lo que lucía en nuestra prima – la voz de su hermano invadió la habitación, conectando miradas a través del espejo, notando hasta ese instante que se había terminado de arreglar de manera automática, ropa, maquillaje y accesorios puestos de manera inconsciente —. Te ves de mejor aspecto hoy.

— No se puede mantener el luto eternamente – respondió fría, inspirando profundo, aflojando ese nudo en su garganta, desviando la mirada hacia la piedra roja del collar que había dejado en una pequeña caja de cristal —. Debo hacer algo antes de regresar a mi vida diaria, y ya que has sido espectador principal de mi patética perdida, creo que estás invitado a ver el desenlace.

— ¿Desenlace? ¿A qué te refieres?

— Mi luna, todo está preparado en el jardín – la omega reverenció ante la presencia de ambos hermanos en la habitación – ¿el señor Jaehyung la acompañará?

— Sí – enredó su brazo en el de su hermano, quien ladeó la cabeza, estando completamente confundido ante la actitud de su hermana – serás mi compañía esta vez.

Jaehyung no mencionó nada más, dejándose guiar por Eunseo por los pasillos de la casa, donde los empleados saludaban de manera callada, silenciosa y casi solemne. El alfa sabía que unos pocos estaban enterados de lo que había ocurrido, otros muchos solo se dejaban llevar por las habladurías, y quedaban algunos, como el líder Jeon, que era completamente ajeno a la situación, pues la Luna Jeon no permitiría que se le viera en su peor momento, mucho menos por un alfa que la rechazaba.

Salieron con dirección a los jardines, parecía que sería un paseo un tanto poco común, pues eran seguidos por algunos escoltas y dos omegas que se habían encargado del cuidado de Eunseo quien se mantuvo en completo silencio en todo el trayecto. A simple vista se veía tranquila, pero al llegar a cierta zona sus pasos se detuvieron y fueron sus fieles servidores los que se adelantaron.

Al frente se encontraba el pilar de honor a los caídos del clan. Una estructura la cual representaba toda la sangre derramada durante el tiempo de guerra, donde fueron los más afectados, cobrando miles de vidas. Los otros clanes habían decidido que la mezclas entre los Jeon con otras jerarquías y clanes traían impureza a su sociedad. La antigua Luna Jeon era producto de una de esas uniones... una impura.

— ¿Qué hacemos aquí? – cuestionó el alfa, notando la tensión en el cuerpo ajeno y la baja temperatura en la piel de Eunseo – ¿hermana?

— Venimos a presentar nuestro respeto a quienes partieron.

Quizá se debía al desconcierto que lo invadió, pero Jaehyung no reparó en el resto de elementos hasta que el sonido de una pala excavando la tierra llamó su atención. La omega que había estado a cargo del cuidado de su hermana sostenía una pequeña caja blanca. Uno de los jardineros se encargó de llevar un rosal con flores tan rojas como la sangre misma.

¿Por qué de ese color? Desde que llegaron a esa casa su hermana se había encargado de hacer que las plantas de los jardines fueran del color azul del clan como una representación de la nueva era, la representación de su piedra y cómo con ello todos los lobos de la manada habían aceptado su nuevo destino reflejándose en ojos azules.

Ese lugar rompía con toda la estética que se mantenía alrededor, siendo el único espacio rodeando el pilar con flores distintas. El guardia que se estaba encargando de excavar el agujero se detuvo, quitando con la manga de su camisa el sudor que rodaba en perlas saladas por su frente, regresando la mirada hacia ellos.

— Mi luna, desea ver para asegurarse – Eunseo no perdió tiempo, asintiendo hacia él, acercándose hasta el lugar, dejando de lado a su hermano. La omega observó apenas el agujero, tan oscuro y frío. Qué injusto era todo aquello, ¿no era mejor haberse quedado en un interior más cálido? El lugar de los cachorros debería ser en el vientre o en su defecto, en unos brazos que le brindaran calor y protección – ¿Esto es suficientemente profundo?

— Sí – respondió a secas, mirando hacia un lado donde la omega que le era fiel en su servicio se acercaba a ella. Sus brazos se sintieron pesado de pronto, no era esta la manera en la que esperaba terminar sosteniendo a este cachorro.

Eunseo terminó de romper la distancia entre ambas, para no dejar que el contenido de aquella caja pasara más tiempo sin tener un último adiós. Entre sus manos temblorosas logró sostener una vez más el bulto que había sido cuidadosamente envuelto, atreviéndose a llevar sus labios rojos hasta la tela blanca, plasmando un beso delicado.

— Descansa mi amor.

Con el mismo cuidado con el que lo sacó lo devolvió a la caja finamente adornada, tomándola de forma gentil hasta acercarse al agujero donde con ayuda del guardia comenzó a arrodillarse. Aún recordaba la primera vez que había hecho aquello, le dolía el cuerpo entero, mas ahora se sentía como una breve despedida y con ese pensamiento el valor la llenó de fuerza para por fin dejar en el fondo del agujero lo que pudo llegar a ser. Tomó un puño de tierra dejándolo caer lentamente sobre la caja, al mismo tiempo que de sus labios salió el tarareo de una canción.

La solemnidad del momento le dejó más que claro a Jaehyung que su hermana estaba dándole una sepultura digna al cachorro; la canción era la misma que su madre cantaba siempre a la hora de dormir y mientras Eunseo seguía llenando con tierra el agujero, su escolta y la dama de compañía presentaban su respeto al bajar su cabeza hasta que la luna Jeon pidió de forma silenciosa le fuera acercado el rosal.

— Yo lo haré – Jaehyung tomó la planta con el mayor de los cuidados, sorprendiendo a su hermana al ver que era el alfa quien colocaba de manera cuidadosa la planta sobre la caja —. Lo sostendré mientras sigues llenando con tierra.

Un leve asentimiento silencioso fue su respuesta para así seguir llenando con el resto de tierra, siendo acompañada por Jaehyung, quizá se debía a eso mismo, la presencia de alguien más le daba fuerzas para no derrumbarse y que fueran sus lágrimas las que mojaran la tierra. Sus manos se posaron sobre la tierra, aplanando lo más que podía para asegurarse de que el rosal no se movería.

— Aquí no estarás solo, quizá... fue mi culpa por venir aquí alardeando que esta vez sería diferente, ¿cierto? Mostrarte un mejor lugar junto a tus hermanos, pareció agradecerte más que estar en mis brazos en unos cuantos meses – murmuró la luna después de terminar de plantar el rosal, observando los rostros cargados de pena a su lado —. Descansen mis niños, mamá se encargará de ahora en adelante.

Honor a los caídos de sangre azul bajo la luz de la piedra del clan Jeon...

Las voces al unísono fueron como un aliento de vida para recobrar la serenidad. Extendió su mano para que le ayudaran a ponerse de pie, obteniendo la de su escolta y la de su hermano, ambos alfas asegurándose de que se encontrara bien en cuanto se soltó del agarre, tomando una larga inhalación, abrazándose a sí misma, dejando que el viento le moviera los mechones de cabello que se encontraban sueltos.

— Iré a dar un paseo – mencionó al aire sin un destinatario específico, aunque todos los presentes entendieron que solo pedía un momento a solas.

— Será mejor que descanse, Luna. Es mejor no esforzarse – intentó convencer a la omega a su servicio, aunque ya se encontraba extendiéndole un abrigo liviano al mismo tiempo que su segunda dama abría una sombría con diseños elegantes para cubrir la delicada piel de Eunseo – podríamos preparar una de las galerías en el jardín y llevarle la merienda.

— No estoy tan cansada, además, ya estoy acostumbrada. Ni siquiera me duele el cuerpo – la luna Jeon se detuvo al percibir que otros pasos le seguían —, me gustaría estar a solas, hermano. Quédate haciéndoles compañía a los niños.

Sin esperar respuesta alguna siguió con su camino, siendo acompañada por ambas damas a una distancia marcada por la propia Luna Jeon. Jaehyung dirigió su mirada hacia uno de los jardineros que se encargaba de aplanar de mejor la tierra suelta de la nueva planta, agregando un poco de agua para humedecer el área. Fue consciente de que había tres rosales más, creando un arco alrededor del pilar, todos con el mismo color de flores. Rojas. El pigmento era tan intenso como el líquido vital que derramó Eunseo con la pérdida.

— Cuántas veces ha sucedido esto – se aventuró a preguntar, no esperando una respuesta, aunque fue paciente al notar el intercambio de miradas entre los pocos presentes.

— Cuatro veces, antes que está solo este año – respondió sin más el escolta, no ahondando más en el tema – aunque los rosales son algo nuevo. Los intentos anteriores fueron más prematuros, sin embargo, estos...

— Estos cachorros han sido mayores – terminó por pronunciar de manera amarga, tragando duro y haciendo puños, con las emociones carcomiendo el alma —. Asumo que no los visita muy a menudo.

— De hecho, es de los espacios preferidos de la Luna Jeon – la voz profunda de Yoongi llenó el espacio en el cual se encontraba el alfa, y con un simple gesto del delta el resto del personal se alejó para darles un espacio privado para hablar —. Sabía que lo encontraría aquí Jaehyung-ssi.

— Yoongi-ssi, por lo que veo no estás sorprendido. Debo asumir que has estado con ella en todas las ocasiones que ha hecho esto – una murmuración afirmativa fue la única respuesta por parte del delta —. ¿Por qué no estaba enterado de esto?

— Todos los procesos de la Luna Jeon han sido practicados bajo estricta confidencialidad, no es un acto del cual se sienta orgullosa dada su posición – Jaehyung se giró hacia Yoongi, y este mismo le encaró no importándole los centímetros que le superara en altura para intentar asustarlo —. Este último ha sido en completo secreto, incluso de mí y cualquiera del recinto. Son los riesgos que hemos corrido desde que ella misma aprendió el proceso.

El alfa observó de manera seria al delta que no se inmutaba ni siquiera ante su presencia o bien el reflejo de su lobo, por el contrario, Yoongi seguía con esa máscara de frialdad que tanto había perfeccionado durante esos años al servicio de los hermanos.

— ¿Cuándo te enteraste de todo? – cuestionó con reproche no creyendo una sola palabra del doctor —. Aunque ella no haya mencionado nada, debiste darte cuenta.

— Sí, sería una opción viable de no ser porque durante ese tiempo ella misma se aseguró de darnos más trabajo y se encerraba en su oficina. Los omegas suelen tener un cierto sentido de conexión cuando sienten el celo de otro.

— ¿Qué insinúas? Dices que mi hermana buscó quedar embarazada bajo influencia del resto de omegas cuando eran expuestos a las dobles dosis.

— Es probable, a eso debemos agregar el hecho de que el líder Jeon pasó uno de sus celos en el recinto luego de verse bombardeado por todas las feromonas.

Jaehyung soltó una risa vacía, llevando su mano hacia su cabello oscuro, alborotándolo al enredar sus dedos en las hebras cortas. Su hermana había perdido el juicio, quizá se trataba debido a lo que meses atrás se descubrió respecto a las colonias de betas ocultas en el bosque detrás del muro. Probablemente, las palabras del concejo del clan también habían puesto su grano de arena para llevarla a realizar un acto tan imprudente.

El hecho de que se pusiera en tela de juicio la fertilidad de la Luna del clan era algo serio, aunque el líder Jeon se encargó del concejo, eso no evitó que Eunseo se viera presionada una vez más. Intentar quedar embarazada en cuatro ocasiones solo ese año era demasiado para el cuerpo de una persona, en especial para una omega que debía lidiar con el luto de una pérdida.

¿Su lobo no llegaba a formar un vínculo con los cachorros y de ahí su actitud fría?

— Min Yoongi-ssi – le llamó luego de un silencio prolongado – asegúrate de que no lo vuelva a intentar nuevamente.

— Pondré a todos en aviso en el recinto – asintió a la orden, para luego desviar la mirada hacia otra parte —, creo que todos estarán muy ocupados con el regreso de la mayoría de omegas.

— ¿Los has encontrado a todos? – esa pregunta parecía capciosa, ¿quiénes eran todos y por qué parecía que en ese grupo se hallaba cierto Jungkook? —. No quiero que los clanes se aprovechen de lo que nosotros podemos proveerles, los debilitaremos en números. El resto de uniones que se llevaron a cabo en los últimos años no han logrado procrear y se han desintegrado.

— Si seguimos así, el resto de clanes se verán en problemas, los líderes no tendrán herederos.

— Ese es el punto. Vendrán arrastrándose hacia nosotros, que tendremos la fuerza necesaria para someterlos – el delta se limitó a callar, no sorprendiéndole escuchar el mismo recordatorio de siempre —. Ahora que lo pienso, qué ocurre con el líder Kim y el clan Park.

— Tal parece que la unión se llevará a cabo.

Buscó entre su bolsillo aquella carta que había llegado a la residencia Jeon, la cual tomó de la pila de correspondencia en la entrada donde quizá llevaban ahí varios días por mandato de la Luna Jeon de no saber nada del exterior. El resto solo se tratan de más invitaciones a los futuros compromisos de las fiestas del solsticio de verano, dando la bienvenida al invierno, el tiempo de cosechar llegaría a su término en unas pocas semanas.

El sobre con el sello del clan Kim le fue extendido a Jaehyung cosa que solo lo hizo bufar bajo, conociendo que ese tipo de invitaciones eran por protocolo, aunque jamás esperaría que verdaderamente ese alfa tan testarudo decidiera salir a la luz mostrando su rostro. No muchos tenían el gusto de conocerlo. El antiguo líder Kim se había encargado de mantenerlo en resguardo debido a todas las amenazas que sufrió de cachorro.

Un niño peculiar a decir verdad, se había presentado como alfa a temprana edad, mostrando el linaje rojo, con unos reflejos más intensos en una noche de luna sangrienta, la noche en la que se derramó más sangre muchos de los lobos fuertes tomaron poder sobre sus humanos revelándose y protegiendo a los clanes. Taehyung fue el más joven y a pesar de sus tiernos dos años, eso no le impidió cambiar de forma a un lobo agresivo salvando la vida de su hermano y madre.


"El clan Kim se engrandece en invitar a: Líder Jeon y Luna Jeon

a una velada cargada de diamantes de sangre y gloria en su gran presentación

de nuestro Líder Kim en tan excelsa ocasión"


— ¿Esto es una invitación para un compromiso el cual ya todos están enterados? ¿Acaso es tan egocéntrico como para enviar una nota donde todos debemos asumir para lo que nos están llamando? – el alfa gruñó bajo, casi arrugando el papel en su mano, entregándoselo de mala gana a Yoongi —. Ni siquiera tiene la decencia de incluir al clan Park.

Yoongi apenas dio un vistazo al papel notando que efectivamente no se encontraba un solo signo del otro clan, pero además de eso la información de la invitación parecía más para una presentación en público que un compromiso formal en el cual intercambiarían los primeros documentos que proclamaba la unión civil de ambos.

Existía un pergamino firmado por el líder Kim Seojoon, el padre de Taehyung y el líder Park Sanghoon, donde acordaban un arreglo entre la pareja de jóvenes por razones de honor. Se decía que los lobos de los jóvenes príncipes se habían reconocido como parejas, un alfa maduro reclamando a un omega digno de su jerarquía.

— El hecho de que ignore el linaje del próximo Luna parece que no le afecta en lo más mínimo – pronunció Jaehyung con voz perezosa, empezando a caminar con dirección hacia la casa, dejando de lado aquel espacio. Llevar una conversación así frente a los cachorros no le parecía correcto —. ¿Has averiguado algo respecto a nuestro enigmático líder Kim?

— No mucho – respondió a secas guardando la invitación en su bolsillo para luego dejarla en el estudio de la Luna.

— ¿Nada por reportar? Es extraño sabiendo que tu última visita fue a esa residencia.

— Sería más interesante si tan solo me hubieran permitido la entrada – el alfa detuvo su andar, bufando una risa, alzando una de sus cejas —. Me temo que el clan Kim es bastante hermético, al igual que su líder. La residencia es custodiada con recelo y con especial cuidado.

— Así que no lograste entrar – Yoongi negó lentamente, siguiendo el paso al alfa – una lástima supongo que tendremos que ir a la fiesta de compromiso para traspasar esas barreras. Tendrán las puertas abiertas luego de cuatro años de luto por el antiguo líder Kim, supongo que encontraremos cosas interesantes. ¿Qué hay del príncipe Park? No pidió una revisión del tratamiento.

— No, imagino que quedó en custodia del concejo del clan Kim, como dije antes, son bastante cuidadosos con los temas que pueden llegar a afectar – Jaehyung asintió no muy convencido y al mismo tiempo no dando mucha atención —. Aunque sí tengo noticias del resto de sujetos, la omega que se encuentra con el clan Jung no parece ser parte de los nuestros.

— ¿El líder Jung se atrevió a cambiar a la chica?

— Dudo mucho que la omega asignada al clan Jung llegara siquiera a ellos – el alfa hizo silencio pensando por unos segundos más la situación. Ya habían tenido incidentes con el personal de seguridad del recinto, pero ¿los omegas? Cómo era eso posible, cada uno de ellos salía con un chip de ubicación.

— Eso es imposible, ¿qué pasa con el rastreador?

— La omega sustituta lo tiene implantado. El líder Jung no estuvo muy contento con la reacción de la chica cuando dijo que no me conocía, esto permite que el clan Jung tenga potestad sobre la omega.

— Ya veo así que tendremos que revisar a todos los sujetos del recinto y los que están de vuelta para ver si la cicatriz del implante es reciente o antigua.

Jaehyung siguió su camino al ingresar a la casa, dejando atrás a Min Yoongi pidiendo que no le siguiera, ya que haría algunas llamadas. El delta se detuvo por unos minutos en el medio del recibidor, donde el resto de la servidumbre le saludaba con respeto, reconociéndolo como un miembro importante del clan Jeon. Aún recordaba la primera vez que estuvo en ese lugar como una persona de relevancia, no como un simple niño de siete años que apenas comprendía el porqué debía estar en un sitio tan escalofriante con las cortinas cerradas y cientos de arreglos forales en colores blancos, azules y celestes.

La pena del luto del Líder Jeon no había abandonado esas paredes, aunque era mucho más sencillo pasear por los pasillos sin asfixiarse por las feromonas del alfa del clan. El cual siempre se le podía encontrar en cierto espacio de la casa, refugiado sin ánimos de ocultarse, siempre a plena vista, sin expectativas de un ataque nuevo. Quizá solo esperaba aquello, un atrevimiento más para enviarlo al lado de su compañera.

— ¿Líder Jeon? – el alfa le regresó la mirada de inmediato, con sus gestos cansados y la mirada cargada de un vacío inllevable. Yoongi avanzó a través del salón una vez el líder le permitió acercarse —. No pensé que le encontraría aquí.

— Bueno, creo que aunque mi lobo siempre intente ocultar sus actos, siempre me sentiré culpable por el rechazo y dolor que provoco en Eunseo – podía ver a través del cristal la figura de la omega a la distancia, con el semblante perdido, como si tratara de reconstruirse —. Lo intentó de nuevo.

— Así es.

— Creí que esta vez de verdad cumpliría su promesa – habló con un tono cansado, soltando el aire de sus pulmones —. Siempre es lo mismo, no solo sufre ella, yo igual. Termino reviviendo el instante en el que perdía a Ayeong. Ver su ropa destrozada en la habitación, la sangre en el suelo y no sentir ni un solo rastro de ella. Esa es la misma sensación que me provoca cada vez que Eunseo tiene una perdida, porque por un breve instante la puedo percibir, la siento y luego se va dejándome vacío.

— Las pérdidas del pasado nos llevaron hasta aquí, Majestad.

— Aún me pregunto cuán dichoso sería si tan solo Ayeong hubiera sobrevivido.

La muerte de la Luna Jeon fue solo la primera advertencia para que el resto de clanes sufrieran la misma tragedia, sabían de la debilidad del clan ante la reciente unión, el desestabilizar con su desaparición solo fue un factor que tomaron como ventaja. El clan Kim también fue parte víctima de esos actos atroces, aunque saliendo casi ilesos, sin pérdidas mayores.

— El último ataque de esos meses horribles, fue el que marcó el fin de algo gracias a que Seojoon se preparó mejor que todos. Defendió a los suyos, aunque claro, casi le cuesta la vida de sus propios herederos – el líder Jeon observó por unos segundos más hacia la imagen de Eunseo, notando que la omega llegaba a tocar de manera dudosa su marca casi muerta. El tacto ajeno se reflejó en un revoltijo en su estómago, razón suficiente para comprender. Su unión seguía siendo solo un pequeño parche cubriendo una gigantesca herida—. Creo que debemos apoyar al nuevo líder Kim.

— ¿Cómo dice?

— Es bastante joven, pero tiene muy definidas sus prioridades. Si a su edad hubiera sido la mitad de cuidadoso, no tendría un vínculo parchado con la presencia de otro lobo. Todavía me pregunto la razón de haber sobrevivido hasta ahora, sin un lazo verdadero, me niego a creer que es porque mi lobo se resignó a la ausencia de Ayeong.

— Qué más podría mantener vivo a nuestro líder de no ser por la luna Jeon.

— Existen muchas cosas a las que se aferran nuestros lobos para sobrevivir. No quiero que mi simple permanencia en este plano se limite a Eunseo como si se tratara de un monitor de signos vitales cargando con ese cascarón vacío que se alimenta de fantasmas. El líder Kim parece comprender eso mismo, vivir en el pasado no nos llevará a nada — Yoongi dudó unos segundos antes de sacar de su bolsillo la invitación y entregarla a su destinatario, conociendo muy bien que el líder no era afecto a ese tipo de actividades —. ¿Esto es su invitación al compromiso?

— Eso parece ser – la mirada del alfa barrió con rapidez cada letra, frase y detalle del papel ausente del dorado del clan contrario, sin una insignia oficial como lo era el emblema familiar de los Park.

— A mí me parece que es la presentación de un líder que está a punto de anunciar algo importante. El clan Park ni siquiera figura en la invitación.

— Quizá en la de la boda... — el delta tragó duro, deteniéndose al notar la mirada del líder Jeon, esa que reflejaba compasión por sus subordinados – quiero decir, en esta solo se trata de un anuncio. La de la boda debe poner el nombre de ambos.

— Min Yoongi, eres igual a mí. Un lobo solitario con un vínculo inconcluso – rio bajo, un tanto con gracia al ver que la máscara de frialdad se rompía frente a él. Le palmeó el hombro ese gesto solo provocando dolor en el delta —. Avisa que iremos a la fiesta. Creo que Eunseo le hará bien estar rodeada de lo que tanto ama.

Sin más, ni esperar una respuesta del atontado delta, el líder Jeon se retiró andando por los pasillos oscuros, por entradas secretas que aún resguardaban risas y uno que otro fantasma que siempre le daba un aliento en su vacío corazón. Avanzó hasta llegar a las habitaciones, donde se hallaba la puerta de su propio refugio, deteniéndose a mirar a un lado, donde ahora, oculta detrás de una gigantesca cortina pesada y una mesa adornada con flores frescas, se encontraba la entrada a esa habitación.

Se adentró a ese espacio frío donde pasaba la mayoría de las noches en vela, con las cortinas abiertas para que el reflejo de la luna llenara de luz lo que se encontraba en la más profunda penumbra guardando una esperanza de quizá algún día, podría despertar y no sería la brisa de la mañana lo que le despertara.

— Llevo dos décadas esperando por ti, mi Luna – observó a la reina de la noche, siendo cubierta por algunas nubes, aunque sus ojos lograron reflejar reflejos celestes, muy débiles, pero completamente presentes —. Aún te siento como esos meses, tan débil y ausente, en especial en esta época.

"Debemos ser fuertes, amado mío... por el futuro que nos espera conocer"

Los informes del ataque al clan Jeon solo relataban una parte de la historia, nadie podía dar razón de lo que había ocurrido en esa habitación luego de que se escucharon gritos provenientes de la recámara principal del líder. Se decía que una de las bestias que invadieron la casa saltó por la ventana luego de dejar un desastre sangriento, desvaneciéndose en la profunda oscuridad.

La luna sangrienta de ese año no solo llevó al despertar de muchos lobos poderosos, parecía que la misma reina de las noches se había pintado de rojo con la sangre de los fallecidos. No hubo cuerpo al cual mirar y llorar, pero había sangre derramada, en grandes cantidades y la ausencia de su lazo, dejando solo un fantasma que le permitió sobrevivir.

— Madre luna, dime a qué ancla sigue atado mi corazón – murmuró el alfa, observando la luna, para luego regresar su mirada hacia el interior de la habitación.

Muchas cosas se hallaban congeladas en el tiempo. La cama era la principal cápsula, en la cual descansaba el recuerdo de esa noche donde su omega había estado recostada. La guerra le había arrebatado miles de sueños, una vida al lado de su pareja, cachorros los cuales se habría encargado de proteger, lazos verdaderos a los cuales podría estar unido y seguir viviendo por ellos.

He vuelto... después de tanto tiempo, por fin he regresado a casita, aquí con ustedes. Lamento tanto la ausencia, pero hubo tantas cosas en este tiempo, cosas de la vida, que me impidieron hacer lo que más amo. Ya me estoy ordenando de nuevo, estuve en conflicto con el trabajo mostrándole quién es más perra y como digna creadora de Jungkook revoltoso de crown yo gane.

De igual manera espero que disfrutaran de este capítulo que contiene miles de pistas, cositas, detallitos que quizá no serán obvios ahora, pero espero lo sean más adelante para ustedes y digan... aaaaah lo dijo antes y no nos dimos cuenta. Aunque todo poco a poco, se irán desvelando secretos y así.

Esperando que se encuentren bien, que a pesar de las adversidades siempre terminen mostrándole a todos que sí se puede y hace falta mucho para derrotarlas. Se les quiere mucho personitas bellas, recuerden mantenerse saludables, mente y cuerpo, tomen agüita, duerman sus horas, disfruten los pequeños momentos. Purple hearts.

PD. Dejo por aquí la ficha de más personajes.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro