18.
Ese día no despertó hasta que la luz del sol entrando por la ventaba se volvió realmente insoportable. Cuando al fin pudo reincorporarse en la cama y ver la hora en el reloj que colgaba de la pared, fue consciente de que era pasado el mediodía.
Soobin de inmediato se levantó y caminó hasta el pequeño baño que había en la habitación rentada tallando sus ojos mientras bostezaba. Realmente había dormido bastante, pero era algo que necesitaba ya que el viaje lo había dejado demasiado exhausto.
Maldijo a quien-sabe-que cuando abrió la ducha y el agua fría humedeció su cuerpo con rapidez.
Esa fue la ducha más corta de su vida, pero se consoló con el hecho de saber que le había ahorrado agua a los viejitos del hospedaje.
Cuando ya se encontraba vestido y bien abrigado tomó las llaves de la habitación, su billetera casi vacía y su gorro para cubrirse las orejas. Bajó la escaleras para así encontrarse a la señora mayor que lo recibió el día anterior, se saludaron de manera efímera y sin más preámbulos Soobin abandonó la pensión.
Ya le había dicho a Namjoon lo que tenia en mente para el diseño del obsequio de Yeonjun. Era algo muy sencillo la verdad y le aterraba que tal vez al peliazul no le gustara, pero prefirió no pensar mucho en eso y mejor dejárselo al Soobin del futuro.
Antes de entrar a la joyería de Namjoon y su aprendiz pasó por el pequeño y rústico centro comercial de las personas del pueblo. Allí le compró una zanahoria a la misma señora que se las había vendido ayer, y aunque ella insistió en que la tomara gratis él simplemente se negó de manera rotunda.
En el camino a la joyería se encontró con varios conocidos, los cuales por obvios motivos solamente conocían la versión "humana" de Soobin. Y aunque a él realmente no le gustara mentir y ocultar su verdadera naturaleza, no tenía muchas opciones para elegir.
Al encontrarse frente al local y abrir la puerta, nuevamente escuchó la campanilla tintinear en anuncio de su llegada. A sus ojos llegó una escena casi idéntica a la del día anterior: un Huening Kai distrayéndose de su trabajo mientras Namjoon le reclamaba, dándole un sermón sobre la importancia y vitalidad de la concentración.
En sus labios una sonrisa hizo acto de presencia, una sonrisa sincera que solo aparecía cuando pensaba en Yeonjun.
Desearía que estuviera aquí conmigo. Seguramente se llevaría muy bien con Kai.
Limpió sus zapatos en la alfombra que yacía tendida sobre el suelo, y bajo la atenta mirada de ambos joyeros se acercó para curiosear el avance de su obsequio.
—Soobin, muchacho —Ese fue Namjoon, quien acomodó sus anteojos sobre el puente de su nariz antes de sonreír. Para el semi elfo no pasaron por alto los hoyuelos que se formaron en las mejillas del mayor, pues le parecieron interesantes—. Observa como va quedando, estoy orgulloso de mí mismo —dijo con un leve tono de autosuficiencia que era completamente fingida, pues Kim Namjoon se consideraba una persona humilde que no alardeaba de su talento (aunque pudiera).
En los ojos de Soobin se reflejó el brillo de la prenda, ese característico tono dorado del oro combinado con diversas piedras preciosas de matices cautivadores. Simplemente precioso.
—Me encanta. ¿Cree que a Yeonjunnie le guste? —La pregunta escapó de sus labios con tanta simpleza que siquiera se percató de que tal vez había hablado de más.
—¿Yeonjunnie? ¿Quién es ese? —Namjoom alzó las cejas entonando una mirada pícara, mientras que Hueningkai prestaba atención a la conversación ajena desde su mesa de trabajo, aunque fingía no hacerlo—. ¿Tu persona importante?
—Eh... no, yo...
—Namjoom-ssi, ya deje de molestar a Soobinie hyung —De una vez por todas intervino el rubio, dejando su proyecto a medias para salvar al mitad elfo de las preguntas incómodas el mayor. Para nadie era un secreto que Namjoon amaba avergonzar a los menores, el mismo Kai fue víctima de ello—. ¿Quiere caminar un rato hyung?
—¡Si! —Su respuesta fue tan efusiva, que para Soobin fue imposible no sentirse un poco apenado—. Es decir... parece buena idea.
Huening Kai simplemente rió con ligereza, dando un giro de 180° sobre sus talones para tomar camino al exterior, no sin antes comprobar que el alto castaño lo seguía.
—Perdone a Namjoom-ssi, ya sabe como es...
—Oh, la verdad no me molesta —Soobin negó de inmediato—. Es solo que se me hace complicado hablar con otras personas sobre mis sentimientos.
Cuando estuvieron a una distancia considerable de la joyería y a la vez encontraron una sombra reconfortante bajo un cerezo, ambos detuvieron su recorrido.
—Son las consecuencias de vivir tanto tiempo solo Soobinie hyung —murmuró el rubio, sintiéndose un poco triste por el pasado del castaño—. Pero realmente me alegra que ahora tenga compañía, y que esa persona lo haga tan feliz como merece.
—Gracias Hueningnie —Soobin revolvió los cabellos contrarios, los cuales resplandecieron como oro cuando un rayo de sol incidió directamente en ellos. Ambos jóvenes tomaron asiento en el fresco pasto bajo sus pies, quedando hombro con hombro pero aun así con una barrera de espacio personal entre ellos.
—Me gusta alguien —confesó de repente Huening Kai, ganándose una mirada tanto sorprendida como curiosa por parte del semi elfo—. Bueno, no alguien... sino, dos alguien.
Soobin parpadeó un par de veces intentando entender la información recibida, incluso con una pizca de imaginación podrían ver el humo que salía de su cabeza al estar usando todas sus pocas neuronas en su máximo rendimiento.
—¿Te gustan... dos personas? —Y si antes estuvo sorprendido, ahora le fue imposible no quedar boquiabierto tras recibir una confirmación a su teoría. Soobin estaba completamente al tanto de que las relaciones poliamorosas estaban muy mal vistas por los pueblerinos, por lo cual comprendió completamente la expresión de genuina preocupación en el rostro del rubio—. Tranquilo, no te juzgaré, solo me sorprende.
—Para mi aún es un poco sorprendente también, en un principio pensé que no era posible amar a dos personas pero ellos me demostraron que estaba equivocado —Un suspiro se desvaneció en el aire tras escapar de sus labios—. Perdona que hable de esto con usted, pero es que no tengo a nadie más. Estoy seguro de que Namjoom-ssi no me juzgaría, pero si le cuento me avergonzará para siempre.
Soobin no sabía como sentirse, quería consolar al menor pero al mismo tiempo temía de hacer algo incorrecto. No es sencillo para él luego de vivir en soledad más de la mitad de su vida, pero Huening Kai tal vez podría ser su primer amigo cercano luego de Yeonjun.
Y por algún motivo se sintió feliz al saber que Kai confiaba lo suficiente en el como para contarle algo tan importante.
—Si se ganaron tu corazón deben ser dos personas increíbles... —dijo Soobin luego de unos instantes de silencio, logrando que la mueca de preocupación en el rostro del menor desapareciera, dando lugar a una adorable sonrisa.
—Lo son. Beomgyu hyung es muy alegre, y Taehyunie tiene una sonrisa hermosa —Para nadie era invisible el brillo de amor que se reflejó en los orbes del rubio al momento de hablar de ambos chicos. Brillo que se opacó un poco con sus siguientes palabras:—Pero ellos ya tienen una bonita relación, así que nunca tendré un lugar en sus vidas como algo más que conocidos o simples amigos.
Soobin no sabía que era un amor no correspondido, nunca en su vida se había enamorado hasta que conoció a Yeonjun, y al parecer el peliazul tenía los mismos sentimientos que él. Pero aún así sintió el aura de tristeza que envolvía al menor, así que ahuyentó ese malestar al abrazarlo de la mejor manera que pudo.
—No soy bueno con los consejos, pero creo que deberías dedicar tiempo a conocerlos más y a que ellos conozcan la increíble persona que eres —murmuró el castaño, separándose de ese extraño abrazo—. Luego, cuando tengan confianza les puedes hablar de tus sentimientos y ver como reaccionan.
Huening Kai pareció pensar seriamente las palabras del mayor, pues tardó unos instantes en finamente responder: —¿Y si reaccionan de mala manera?
—No tengas pensamientos negativos, quien arriesga no gana —dijo un muy confiado Soobin.
—Hyung... creo que la frase no era así.
Y entre charlas vanales u otras significativas, la tarde desapareció mientras que entre ambos jóvenes se construía un nuevo vínculo, algo a lo que posiblemente se le podría llamar amistad si le pusieran el suficiente empeño. Pero lamentablemente Soobin no podía quedarse mucho más tiempo, y es por eso que esa misma noche se encontraba haciendo su mochila para al día siguiente partir de regreso.
Namjoon logró terminar la joya a tiempo, y aunque Soobin insistió, no quiso cobrarle un precio elevado por haber impuesto una fecha límite tan restringida. Por otra parte, Kai había tenido la amabilidad de envolver la prenda en un papel de regalo bastante bonito, viéndose como un verdadero obsequio.
Y se preguntarán... ¿por qué Soobin nunca consideró regresar al pueblo si era un lugar bastante acogedor? Y la verdad es que esa idea si estuvo albergada en su mente durante un tiempo, pero se arrepintió al percatarse de que para convivir con las personas de ese lugar debía ocultar quien era. Y no solo eso, sino que en ese pueblo aún vivían muchas de las personas que participaron en el incendio de hace años, el cual lo dejó desamparado y a su propia suerte.
Definitivamente ese no era un hogar para el semi elfo, nunca lo sería, y menos ahora que había encontrado su verdadero lugar.
No hay duda, su sitio correcto es junto a Yeonjun.
Y ahora que el peliazul es mencionado...
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