LOS GRITOS DE LA MUJER EN EL CUARTO DE PARTO LE QUEBRABAN LOS TÍMPANOS A KEYLA. La joven se los tapaba con la esperanza de hacer que el ruido cesara, nunca había escuchado gritar a nadie así en su vida. Su alcoba se encontraba oscura, la única luz que la adornaba era la del resplandor de la luna, Keyla yacía sentada en la esquina mas iluminada, su cara demostraba cierta frustración ante el llanto y los gritos de La mujer. Al no poder aguantar más aquel ruido, decidió ir en busca de su amigo Caspian, quien se encontraba del otro lado del castillo, posiblemente durmiendo.

Se levanto del suelo deshaciéndose de la posición fetal en la que estaba, sus pies descalzos detectaron el frio piso cuando dio un paso al frente, dudo en ir hasta la alcoba de su amigo en la simple tela de seda blanca en forma de vestido que consideraba pijama y que le llegaba a los talones, pero al final, se fue sin pensarlo dos veces.

Keyla cruzaba silenciosamente los pasillos de piedra, subía y bajaba escalones descalza con tal de llegar a donde su amigo dormía, pero no solo a eso, sino también a averiguar el genero del recién nacido cuando los gritos cesaran.

Y como si sus plegarias fueran escuchadas, los gritos cesaron. Y Keyla paro en seco, trago saliva y corrió aun más rápido y silenciosamente que antes. Abrió puertas y burlo guardias, hasta llegar a la sala real, donde Lord Miraz, hermano del difunto rey, miraba el cielo tras la ventana, la castaña se escondió tras un enorme pilar y observo cuidadosamente a aquel cruel hombre.

De la enorme puerta de madera salió uno de los generales del Lord, el General Glozelld con su casco en brazo y mirada fría, se acerco unos metros hacia Miraz, y las palabras que pronuncio a continuación quedarían marcadas en el corazón de Keyla.

-Lord Miraz, tiene un hijo- Keyla sintió un escalofrió recorrer su espalda, frunció el ceño y espero encontrar palabras de parte de MIraz.

-Los cielos nos han bendecido.- Miraz suspiro aliviado-Conoces tus ordenes- Keyla necesitó un segundo para comprender la frase citada, y al comprender, ahogo un grito e intento salir silenciosamente de aquella sala.

Corrió desesperadamente hacia la alcoba de Caspian X, y al llegar allá, observo como Caspian se escondía dentro de su armario, Keyla se iba a adentrar a la habitación, pero las botas chocando con el piso de los guardias la hicieron detenerse, se escondió donde pudo y observo nuevamente las acciones del General Glozelld, apuntaron con arcos hacia la cama del príncipe, y sin dudarlo, dispararon. Solo basto eso para que la castaña, diera otra vuelta por el castillo hacia su alcoba, esta vez mucho más rápido que las veces anteriores.

Al llegar a su alcoba, Keyla se encontró con su maestro y el de Caspian, al verlo, se quedo atónita, el hombre saco de sus bolsillos un pergamino, se lo extendió a la joven y sin más que hacer, salió de ahí. La chica no dudo en tomar una enorme bolsa de tela y guardar todo lo que pudo (incluyendo el pergamino, el cual aún no leía) sin que pensara que había escapado. Guardo 3 vestidos, la pechera de su armadura, un par de botas, dos libros, el dije que traía con ella desde que tenia memoria y una caja con joyas que planeaba vender. Se equipo con su arco, sus carcaj con flechas, su espada y la pequeña daga que tenia.

Salió del castillo y se adentro al bosque, donde yacía su viejo caballo, el cual, llamaba Phillip, y que hablaba, cosa que les sorprendería a los Telmarinos si se mostraba, por eso Keyla lo escondía.

-Okey, bien, tenemos que irnos de aquí amigo, hay que alejarnos a lo mas profundo del bosque, pero sobre todo, hay que buscar a Caspian.-Susurro exasperada, su voz sonaba entrecortada del cansancio de correr. Se subió al caballo y comenzó al cabalga camino al verdadero terror de los Telmarinos, el bosque.

Melody se sintió feliz y preocupada a la vez, el sentimiento agridulce que la rodeaba se debía a dos personas en especifico, una de ellas, Caspian. Se sentía mal de haberlo abandonado y no buscarlo, pero se sentía más preocupada por el simple hecho de pensar que podrían atraparlo. Tanta era su preocupación que formulo muecas horrorizada.

-Debería calmarse, Majestad. Estoy seguro de que su amigo salió bien del castillo- Melody frunció el ceño ante las palabras del caballo, y respondió:

-Lo dijiste al revés, Phillips. Yo soy la amiga y Caspian es la Majestad- su voz sonaba obvia, ella no era parte de la realeza, solo era una inquilina en el castillo, una niña perdida.

-Usted es la ultima hija de Adán y Eva de sangre Narniana con vida, por consecuente, usted es la Reina de todos los Narnianos, con o sin sangre de la realeza, y el joven Caspian es príncipe de Telmarinos, por lo cual, yo al ser un caballo Narniano, la considero a usted como Realeza y no a el.- La explicación del caballo sorprendió a Keyla, ella nunca considero eso, ni siquiera se le había cruzado por la mente aquella razón.

La chica se quedo callada, y se puso a pensar, ¿De que sirve un rey sin su pueblo? Keyla ni siquiera estaba segura de que aquellas criaturas que la criaron de niña seguían vivas.

El caballo se detuvo en lo que antes era el castillo Cair Paravel, y Keyla decidió que era lo suficientemente lejos como para descansar.

La castaña se acostó en el pasto y hierba que tapaban ciertas rocas y se digno a dormir.

B U Z Ó N.

Después de tanto tiempo, finalmente publico el primer capitulo. He cambiado algunas cosas de los apartados anteriores (y seguramente lo seguiré haciendo) pero espero que sigan aquí conmigo.

Un punto a recalcar es que Phillip sigue vivo (ya se explicará porque) Para los que no sepan, Phillips era el caballo de Edmund cuando vivía en Narnia.

Por cierto, ¿Cómo les gusta que los capítulos se narren?¿En primera persona o en tercera persona? Pregunta seria ajaja.