Aclaración: Good Omens no me pertenece.

Cuando trabajó en la creación de los sistemas solares, las nebulosas y todas las maravillas que el universo podía ofrecer, creyó que no habría nada más en su vida que fuera tan hermoso de observar como aquel estallido de color que había puesto en marcha junto con el ángel rubio a su lado.

Nunca imaginó que sus estrellas favoritas estarían tan cerca de él y no fueran parte de los planos en los que se había esforzado tanto en su tiempo en el Cielo.

Así como nunca pensó que odiaría el color violeta, el cual ahora el color más ofensivo que pudo imaginar al atreverse a opacar la calidez del tono original.

A pesar de ello, sus estrellas permanecían tan bellas como la primera vez que lo cubrieron bajo la lluvia.

-Mírate... Eres hermoso

Casi no importó lo difícil que fuera decir esas palabras, casi no importó sentir el calor expandirse desde donde la hoja de la espada estaba enterrada en su pecho.

Nada importó cuando el violeta finalmente abandonó la mirada que tanto amaba. Deseaba poder hacer desaparecer el horror en los ojos de Aziraphale, no le quedaba bien.

En sus últimos momentos, casi no importó la sensación de su rostro al ser quemado por las lágrimas de su ángel, no cuando no pudo conceder la petición a gritos del rubio de quedarse.

A Crowley le encantaría hacerlo, simplemente ya no podía.

Lo siento, estoy deprimida y tenía que sacarlo con algún fandom.

Con amor,

Miko Eiko