
Capítulo Once
El sol estaba en su punto más alto, era mediodía sin embargo el calor no se sentía para nada, había una brisa fresca que se sentía bien a cada paso que dieran.
El paso de ambas chicas era un poco lento, ninguna decía ni una palabra, el camino que tenían por recorrer era un poco largo, caminaban hacia el puente en donde aquel niño les había dicho que había conseguido la foto, la casa de la mujer y el puente quedaban a una distancia un poco larga así que posiblemente luego sufrirían por haber caminado tanto.
— Rose... Ella consiguió la fotografía durante el tiempo que estuvimos trabajando en el jardín de la flores...
Lisa se había quedado unos pasos atrás de Jennie, mientras esta recordaba un poco de lo que le había dicho Rose antes de desaparecer, ninguna demostraba alguna emoción en su rostro, como si no tuvieran emoción alguna.
— Pero esa no soy yo —Una mueca se creó en el rostro de la pelinaranja , Jennie giro un poco su cabeza para ver a la chica pero luego de unos segundos nuevamente miró al camino — Me preguntó si lo que dijo él es verdad, que si la chica de la fotografía es un fantasma que logró ser fotografiado... — Lisa se quedó en silencio unos segundos— ¿Eso quiere decir que hay un fantasma que luce igual que yo andando por ahí?
Dudas, era lo único que tenían las chicas en sus mentes, pero mientras más buscaban una solución a aquellas preguntas que se formulaban, creaban una duda más sin conseguir respuesta a nada, como un ciclo sin fin.
El silencio reino nuevamente entre aquellas dos, el sonido de los pájaros y las hojas que eran pisadas era lo único, porque ninguna estaba dispuesta a hablar para encontrar la respuesta que necesitaban, por el simple hecho de que sabían que sólo se confundirian más.
— Aquí es, es el puente en donde el niño tomó la foto — Dijo Jennie.
Ambas caminaron al puente, no había nada extraño, sólo estaba un poco viejo, un río fluyendo abajo. Caminaron sobre el puente para llegar al otro lado del camino
— Cuando todavía era un lago, me pregunto cuántas chicas se suicidaron por amor
Los pasos de Lisa se detuvieron, miró hacia abajo, había una mano, alguien con el uniforme de su escuela estaba tratando de salvarse,el chapoteo del agua era bastante.
Estaba sorprendida por aquello, su mano se estiraba hacia aquella chica que estaba ahogándose.
¡Lisa!
Aquello se sentía tan real, aquella voz sentía que la conocía desde años atrás sin embargo no lo recordaba, su respiración estaba más rápida, sus mejillas estaban rojas, sentía que su corazón se saldría de su pecho en algún momento.
Estaba a punto de caer, sin embargo al notar aquello, Jennie corrió hacia Lisa y la sostuvo antes de que cayera al suelo.
— ¿Qué sucede?
— ¡Déjame!
Un empujón de Lisa hizo que Jennie se sorprendiera ¿que sucedía con ella? La mirada asustadiza de Lisa hizo que Jennie bajara la cabeza.
— No quiero ir más lejos...
La voz de Lisa se quebró un poco al decir aquello, su mirada bajó mirando sus zapatos, no podía ver a Jennie después de lo que había hecho, sentía miedo, mucho miedo.
Jennie levanto la mirada, tal vez había sido demasiado para Lisa, se acercó a ella y tomó su mano.
—Regresemos... —Dijo en voz baja, el camino fue largo, ambas estaban tomadas de las manos para no perderse, ambas estaban calladas, ninguna quería comentar lo que había sucedido anteriormente.
Una por miedo, otra por que no sabía que sucedía.
El llegar de nuevo a la institución entraron por la habitación de Jennie, la cual era más fácil de entrar, aunque ambas de dirigieron a la habitación de Lisa después; el silencio se mantuvo por más tiempo, hasta que por fin Jennie decidió que era tiempo de acabar con aquello.
— Si no somos capaces de parar la maldición, no creo que nadie sea capaz de hacerlo — Jennie se veía confiada en aquel momento— Es por eso, que quiero que me digas todo lo que ha sucedido
Sabía que la peli naranja le ocultaba algo, el hecho del puente se lo confirmó. Quería saber que había sucedido para que se encerrara durante meses.
Lisa se quedó callada, suspiro levemente sin quitar la mirada del suelo empezó a contar lo que sucedió.
— En el tiempo en que fui adoptada por esta escuela... — Habló finalmente Lisa.
— Había otra chica que también fue adoptada, pero esa chica murió — La voz de Lisa no era clara— ella murió justo en frente de mi
— ¿Qué?
— No pude hacer nada para salvarla —Las lágrimas comenzaban a acomularse en los ojos de Lisa, era un recuerdo doloroso para ella — Aunque me pidió que la salvará — La culpabilidad en su pecho nunca había desaparecido después de aquel suceso, había quedado una huella muy marcada gracias a eso— Al final, fui aceptada en esta escuela yo sola, todos en este lugar eran buenos conmigo, no mucho tiempo después todos empezaron a gustar de mí, pero no me agradaba eso, quería estar sola
Jennie miró a Lisa, sus manos estaban en sus rodillas, esperando a que terminará de hablar para dar su opinión sobre todo lo que le estaba diciendo.
— Para ser honesta, no se como se siente tener amor por otra chica.
— Yo...
No sabía que decir, en el fondo de su corazón dolía aquello puesta que a ella le gustaba la tailandesa, una pequeña risa escapó de los labios de la coreana.
— Yo tampoco se como se siente estar enamorada de un chico.
Ambas chicas se miraron y rieron por aquello, aunque no duró mucho puesto que una piedra había sido lanzada a la ventana. Jennie se cubrió estaba asustada por el repentino ataque a la habitación.
— ¡Sal de ahí, asesina!
— ¡Ven aquí!
Ambas se acercaron con cuidado a una ventana que estaba cerca para saber quien había hecho aquello, eran tres chicas, del mismo curso de ellas, Ryujin, Hani y Wendy, estaban abajo, tirando piedras hacia la ventana de Lisa.
— ¡No seremos asesinadas por alguien como tú, ven aquí!
Al ver cómo piedras se aproximaban hacia la ventana, las dos corrieron hacia el pasillo, quedarse ahí sería querer morir a causa de un vidrio.
— ¡Es ella, salió! — Gritó una estudiante señalando a Lisa.
— ¡Detente ahí!
Tres estudiantes aparecieron por el pasillo por el que planeaban escapar, haciendo que Jennie y Lisa bajaran por las escaleras, sin embargo al estar abajo otras 3 chicas aparecieron delante de ellas, nadie las había visto entrar, sin embargo ahora estaban acorraladas.
Empujaron a Jennie haciendo que cayera al suelo, rodearon a Lisa que aún estaba en las escaleras dejándola sin escapatoria alguna.
Empujaron a Lisa de las escaleras, las cuales no eran muchas haciendo que no se lastimar a mucho, Jennie abrió los ojos de sorpresa ante todo lo que veía.
— Matenla, todas podrán salvarse si ella muere.
Eunha era la que lideraba aquello, todas las chicas bajaban las escaleras para cumplir aquello, sin embargo Jennie se puso delante de Lisa para que no pudieran hacerle nada.
— ¡Detenganse! — Gritó Jennie— Ella no es la chica de la maldición.
— Pero mueres si la besas — Explicó Eunha.
— ¡Estas equivocada!
Lisa miraba con súplica a Jennie, la castaña se agachó hasta su altura tomando el rostro de la contraria, no dudó mucho y junto sus labios.
Su corazón latía con fuerza, al tener una experiencia nula sólo movía los labios torpemente y disfrutaba del delicioso sabor que poseían los labios de Jennie, Lisa correspondió el beso mordiendo un poco el labio de la castaña para profundizar el beso hasta que ambas se separaron sus labios.
— Lo ven, estoy bien — Jennie miraba con furia a la demás — Ella es un simple ser humano...
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