Capítulo Ocho
¿Cómo puedes infringir esta maldición que solo afecta a las chicas?
La puerta del ático se abría, causando un rechinido de parte de esto, pues estaba vieja; una chica había descubierto la foto de Lalisa, le había tomado foto y la había compartido en el momento del discurso de la Madre superiora
Escuche que debe ser muy tarde, exactamente a la media noche. En el momento justo que no es hoy ni ayer.
La foto se paso de mano en mano, todas emocionas por el simple hecho de tener una foto de su amada Lalisa. Sin embargo después de que todas se desmayaran después de haber visto aquella foto.
Chica tras chica iba al ático a besar aquella foto; besas la foto, de ese alguien que te gusta...
En el sendero del bosque, cuando aún es de madruga, una chica se veía merodeando por el, se veía como si estuviera hechizada sin embargo nadie lo noto, porque nadie, estaba ahí.
Habian pasado una semana, en donde rumores y temores crecieron cada vez más.
—Esa chica, esa chica está afectando a toda la escuela — La hermana dejó escapar un suspiro— Falsos rumores se están esparciendo por la escuela rápidamente
La voz de la joven hermana que estaba encargada de la jardinería se escuchaba, estaba desvistiendose puesto que era su hora de dormir, estaba preocupada por todo aquello que casi no había podido dormir.
No tenían noticias de las chicas desaparecidas, las estudiantes creaban rumores y empezaron a preocuparse cada vez más.
—La maldición de esa chica se está esparciendo por toda la escuela —No podía hablar con nadie, no podía encontrar consuelo en nadie, así que se dedicaba a hablar con ella misma para aliviar sus penas — Tres chicas se perdieron ayer
Apago la pequeña luz que tenía encendida, pues la luna iluminaba directamente su habitación, camino hasta su cama con cuidado y se sentó en ella
— Creo que no hay forma de parar esto...
Bajo la mirada hacia el suelo, mirando sus pies, quería que todo aquello parara sin embargo, no podía hacer nada más que preocuparse. Aunque la policía investigaba que sucedida sobre aquello, no tenían ninguna noticia.
Miró a su hermano, quien dormía plácidamente, la madre superiora había aceptado que el estuviera ahí.
Se acostó y lo abrazo fuertemente, pero no lo suficiente como para despertarlo
—Taeyang... Como tu hermana te protegeré — Susurró en voz baja para luego cerra sus ojos para poder descansar un poco aquella noche.
Sin embargo en otra habitación dos chicas dormían juntas, con la mano agarrada y una luz prendida, tenía miedo, miedo de desaparecer.
Jihyo, Sana, Momo y Choa, habían desaparecido sin dejar rastros.
Así que Jisoo y Jennie habían decidido dormir juntas aquella noche, eran las únicas del grupo de amigas que quedaban, eso las atemorizaba, les atemorizaba perder a la otra.
Sin embargo a la mañana siguiente, Jisoo había desaparecido, cuando Jennie despertó y noto eso se preocupo un poco, aunque era posible que la chica solo se hubiera ido a bañar.
— ¿Jisoo? —Llamó Jennie en voz baja, se sentó en la cama y empezó a mirar al rededor, la puerta estaba abierta- Jisoo... ¿Por qué? ¿¡Por qué!?
Sus ojos estaban cristalizados, su amiga, no estaba ahí, había desaparecido como las demás aunque habían prometido quedarse juntas
— ¡Odio esto! Todas... ¡¿Dónde se fueron?!
La voz quebradiza era demasiado notable, las lágrimas no dejaban de correr por sus mejillas, pasó su muñeca por sus mejillas paras quitar las lágrimas, necesitaba una explicación.
Se levantó de su cama y se puso las zapatilla para empezar a caminar hasta el cuarto de la persona culpable de todo esto.
—Por favor... Deten esto —Suplico la castaña.
Estaba preocupada, quería saber que había sucedido con sus amigas, quería que esa situación se detuviera. El dolor en su pecho era gigante, no sabía cómo estaba soportando aquello.
— ¿Tú estas haciendo esto, no? ¡Respóndeme! —No había respuesta alguna de la chica detrás de la puerta, esto no ayudaba a la situación de la castaña— ¿Qué planeas hacer con ellas?
Toco la puerta para ver si así conseguía despertar a la chica, sin embargo del otro lado, la chica de cabello naranja estaba despierta, escuchando todo mientras abrazaba sus rodillas.
— ¡Respondeme! —Los toques en la puerta no terminaron sin embargo Lisa los ignoraba— ¿¡Qué planeas hacer con ellas?! Respóndeme
La castaña exigía una respuesta, quería saber si sus amigas estaban bien, quería saber si volverían algún día.
Aunque la castaña me pedía que saliera de esta habitación, esta seguía ignorando todos los llamados, como lo venía haciendo desde hace meses.
En lo alto de las montañas, sin saber situación alguna de lo que sucedía en las habitaciones de las chicas, Taeyang, el hermano menor de una de las hermanas religiosas del internado, se encontraba abonando las flores que poco a poco florecian más y más.
Hasta que dejó de hacer eso y decidió arrancar unas pequeñas flores.
Su mirada de dirigió al cielo que estaba cubierto de nubes grises que amenazaban con dejar caer el agua sobre ellos.
Ayúdame...
El tenebroso susurro causó que el hombre dirigiera su mirada a las flores que tenían un leve movimiento gracias al viento, aquellas voces seguían apareciendo en los oídos del hombre.
Ayúdame...
Yo, yo estoy siendo llamada por ella...
Ayúdame, ayúdame
Un escalofrío recorrió su espalda, aquellas voces lo seguían llamando, estaban presentes en cualquier momento, lo seguían llamando lo seguían llamando.
Sabes sobre ella también, ¿no?
La conoces... Ayúdame, ella me llama
El hombre con autismo, se levantó asustado de la tierra, esos susurros le aterrorizaban, tiro las flores lejos, como si esto pudiera calmar los susurros terroríficos.
Se acercó a las plantas y las pateó, tratando de callar aquellas voces que le rogaba por ayuda, cayó al suelo, ensuciando su pantalón de tierra.
Corrió de ese lugar tan rápido como su pierna lo permitía, trataba de escapar de aquellas voces.
— Todo este tiempo...espero para poder conocerla, yo... Sigo caminando, me tengo que ir, ella me esta llamando
Me esta llamando, me esta llamando
Las súplicas de Jisoo, quien está a caminando por el bosque con su poca consciencia tratando de escapar de aquella campaña que la llamaba, aquellas súplicas, no fueron escuchadas.
Estaba cansada, arrastraba sus pies, su ropa estaba llena de tierra, sus zapatos también, todo daba vueltas para ella hasta que finalmente cayó al suelo, el cansancio la había consumido al final.
En el pueblo, una mujer con un vestido blanco extraño con cabello negro que estaba maquillando se, cantaba Ophelia, sabía la canción de memoria.
Todo empezaba a moverse ferozmente, algunas cosas cayeron de su espejo, sin embargo ella no estaba asustada, estaba cantando la melodia como si nada hubiera pasado.
Y aquel pequeño movimiento brusco, se calmo en segundos, no había causado ningún desastre.
Cada quien tenía una preocupación, cada quien estaba viviendo algo diferente en aquel momento.
El pequeño de sonrisa cuadrada estaba sentado en una roca en el lago esperando al pequeño rubio quien había prometido pasar el día con él.
De pronto miró hacia otro lado, notando que algo venía del río, no era basura, no era un unicornio, era un cuerpo.
Entre más se acercaba el cuerpo, noto que era de una chica; el pequeño se asustó al ver aquello, tomó el celular que le había dado su madre en casos de emergencia con nervios marcó el número de la policía para alertar sobre aquello.
Aunque no era el único que había notado aquello, personas que pasaban por un puente, notaron el cuerpo de cuatro chicas que estaban ahí, sin moverse, probablemente muertas.
Habían llamado a la policía para alertar de aquello, Mas personas se acercaron para ver que sucedía en aquel lugar.
—La causa de la muerte de las chicas que fueron encontradas, se puede ver que es por ahogamiento, hay una posibilidad que hayan cometido suicidio en masa, la policía investiga el comportamiento de las estudiantes antes de que desaparecieran.
También buscan pruebas en el lugar del hecho y continúan la investigación
Aquella era la noticia de todos los noticieros, la muerte de las cinco chicas desaperecidas posteriormente encontradas muertas.
El invierno había llegado y con ello, la tristeza de muchas personas...
Chicas que habían desaparecido semanas atrás, estaban muertas.
Habían pasado al menos dos semanas para que las encontrarán, aunque algunas llevaban meses desaparecidas.
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