Por la mañana sonó la alarma y se encendieron las luces,  Jimin ayudó a Jungkook a incorporarse,  estaba más muerto que vivo,  lo envolvió en una de las mantas y con la otra se tapó él, luego lo hizo apoyarse en sus hombros para salir de la celda.

En los comedores los guardias los estaban esperando hasta que estuvieron todos adentro.

Cuando Jimin pasó por el lado de ellos con Jungkook apoyándose en él no dijeron ni hicieron nada.

Jimin lo llevó de inmediato a un asiento para sentarlo.

Recién ahí miró a su alrededor,  todos estaban en igualdad de condiciones,  tapándose sólo con sus mantas.

- ¡Escuchen pedazos de mierda!- gritó el guardia en jefe- ¡ Nadie desayunara hasta que laven sus uniformes y vengan vestidos con ellos al comedor,  iran en grupos!- volvió a ordenar el guardia.

Con la cantidad de reos les llevaría toda la maldita mañana,  pensó Jimin,  cuando les llegó su turno Jimin ayudó a Jungkook a trasladarse y lo dejó sentado en un rincón mientras el buscaba la ropa de ambos,  si es que no se las habían robado otros reos,  la ropa era escasa y difícil de conseguir en prisión.

Por suerte encontró todo y luego se dirigió con Jungkook hacia la lavandería,  lavando y secando la ropa de ambos.

-¿ Jungkook?, te voy a vestir ¿ de acuerdo?- le preguntó Jimin con suavidad al hacerlo.

Jungkook asintió, él no tenía fuerzas para hacerlo,  los otros reos los miraban pero ninguno de ellos se burló o hizo algún comentario mordaz.

Jimin le  sacó la manta y fue ahí cuando vio lo maltratado que estaba, tenía el cuerpo entero prácticamente lleno de moretones y heridas, así que antes de vestirlo buscó un paño y lo mojó para luego limpiar su cuerpo tratando de no causarle más dolor,  unas lágrimas se escaparon furtivamente de sus ojos mientras lo aseaba,  Jungkook lo vio y cerró sus ojos conmovido por lo que Jimin hacía por él,  y unas gruesas lágrimas también mojaron su rostro.

Luego Jimin lo vistió como si fuera un niño pequeño,  con delicadeza de no causarle ningún daño al tocarlo.

Después se aseo como pudo y se vistió para salir del lugar,  a pesar de ser hombres de la peor calaña,  los reos que presenciaron lo sucedido,  se sintieron conmovidos porque todavía existían buenas personas en el mundo, y ese par se los había demostrado.

Era casi mediodía cuando todos los reos estuvieron con sus uniformes,  recién ahí los dejaron tomar sus bandejas y recibir alimentos.

Pero aún se estaban tomando venganza,  todo la comida estaba vinagre,  era la cena del día anterior,  nadie dijo nada de la sonrisa burlona de los guardias al ver como se la comieron, por lo menos el jarro de café estaba en buen estado.

Jungkook no comió nada,  Jimin le dio el café con sus propias manos y a escondidas lo hizo tragar dos pastillas más.

Los guardias se acercaron y miraron la bandeja de Jungkook con la comida aún.

- ¡Come!- le ordenó a sus espaldas uno de los guardias.

Los reos que estaban en la mesa con ellos se levantaron y empezaron a rodearlo.

- Déjalo en paz,  a menos que quieras terminar con la bandeja atravesando tu garganta- habló calmadamente uno de los reos.

El guardia tragó saliva pero no se rindió.

- Terminarías muerto antes de lograrlo- le respondió el guardia.

- ¿ Seguro?, entonces continúa- le dijo amenazadoramente y los otros reos hicieron lo mismo.

El guardia furioso se fue dejando tranquilo a Jungkook,  enseguida los reos volvieron a su lugar.

Jimin sabía que Jungkook se había ganado el respeto de todos ellos a punta de su propia sangre.

No les dejaron salir al patio,  los hicieron trabajar a pesar de estar débiles y fatigados,  debieron limpiar toda la prisión,  empezando por las duchas que apestaban, pero no se oyó ninguna queja.

Por la noche cenaron comida mala pero fresca y por fin se dirigieron a sus celdas, nunca habían deseado tanto estar dentro de ellas.

Hobi nuevamente le pasó un paquete a Jimin y luego se alejó sin decir nada.

Todo el recinto se quedó en silencio.

Cuando estuvieron dentro Jimin ayudó a Jungkook a recostarse, por lo menos tenía mejor semblante,  luego revisó el paquete que le había entregado Hobi,  venía una botella de agua, una hogaza de pan un tubo de crema antiséptica y antiinflamatoria ademas de una botella de agua oxigenada.

- Jungkook voy a curarte antes que apaguen las luces- le dijo Jimin.

Jungkook asintió y trató de desvestirse pero le costaba demasiado así que Jimin lo desnudo dejándolo sólo con su ropa interior,  luego procedió a limpiar las heridas con el agua oxigenada,  Jungkook no soltó ni un quejido aunque su rostro denotaba el dolor que sentía,  luego aplicó pomada en todos los moretones y volvió a vestirlo.

- Gracias- dijo Jungkook con voz pastosa.

Jimin sonrió y le acarició la cabeza dejando a Jungkook sorprendido,  pero no dijo nada.

Las luces se apagaron quedando todo a oscuras nuevamente.

- ¿ Quieres un trozo de pan?- le preguntó Jimin.

- Bueno- respondió Jungkook y Jimin le pasó un pedazo.

Ambos comieron en silencio compartiendo la botella de agua,  cuando terminaron Jungkook se recostó  en la cama y Jimin lo tapó con una de las mantas.

- ¿ Tú no te acuestas?- preguntó Jungkook.

- Dormiré en el colchón- le respondió Jimin.

-¿ Porqué?-  volvió a preguntar Jungkook.

- Estás demasiado malherido,  no quiero incomodarte- le respondió Jimin.

- Por favor acuéstate a mi lado,  no quiero sentirme solo- le dijo Jungkook.

Jimin sin decir nada se acostó tras la espalda de Jungkook, no supo porque ni como pero acarició suavemente el cabello de Jungkook hasta que éste se quedó dormido.

No llevaban ni una semana presos, pero parecía que eran años,  las experiencias vividas marcarían un antes y un después en la relación de Jimin y Jungkook.

Jimin finalmente se durmió,  no fue un sueño tranquilo estuvo inundado de pesadillas, pero la peor de ellas era donde Jungkook moría y el se sentía completamente roto por dentro.
Dicen que el subconsciente habla antes que la conciencia.