Cross Memories
Jihoon jamás imaginó que una persona como él conquistaría el corazón de Choi Seungcheol. Eran completamente distintos y pese a eso, sus caminos se cruzaron sin buscarlo.
Con tan solo dieciocho años se encontró con un apuesto alfa de unos dos años mayor que él, un estudiante de administración a pesar de que las matemáticas ni la carrera le gustaban, sin embargo, el chico seguía las órdenes que su familia le había impuesto.
Siempre asistía a las mejores escuelas y sus clases eran estrictamente supervisadas por los mejores maestros del instituto. Sus notas siempre eran perfectas, sus modales refinados y su ropa no poseía una sola arruga. No podían decir lo mismo de su mirada. Aquellos ojos sombríos hicieron que el corazón de Jihoon temblara.
— Hola — Pronunció Jihoon al acercarse al mayor.
Seungcheol mantenía la mirada fija al suelo. Acostumbraba a pasar a un parque solitario y despejar su mente aunque fuera solo un momento, observó los pequeños pies con zapatos rosas que se hundían en la nieve.
— Siempre estás aquí — habló una vez más el blanquecino.
En el momento que Seungcheol elevó la mirada para poder apreciar el rostro del chico que interrumpía su momento de soledad, su corazón se estrelló al ver esa bonita sonrisa con coquetos hoyuelos que era solo para él. Pudo reconocerlo. — Y tu siempre pasas por aquí.
Jihoon asintió, sonriendo aún más cuando el mayor correspondió su sonrisa.
Desde ese momento siempre se encontraban en ese lugar, era especial para ellos poder asistir y sentarse uno al lado del otro, platicar, desahogarse, reírse y sentir frustración al escuchar sus historias.
Ambos chicos ni siquiera notaron todo el tiempo que pasó desde aquel primer encuentro.
Seungcheol no notó el momento en que comenzó a pensar lo lindo que era Jihoon al realizar cualquier gesto o acción. Así como Jihoon no se percató del momento en que se flexionaba para recostar su cabeza en las piernas y mirar a Seungcheol como si fuese una necesidad. No se dieron cuenta del día que se enamoraron y que solo esperaban el momento para correr a aquél parque y verse.
La palabra novio comenzó a utilizarse, los besos comenzaron a hacer acto de presencia y Seungcheol comenzó a visitar a Jihoon no solo en el parque, también en su casa y ante sus padres. Todo a escondida de los suyos.
Sus padres no querían su felicidad, ellos querían que todo fuera a su conveniencia. Desde que tuvo uso de razón, jamás había hecho algo que realmente fuera de su gusto. Y el día que escuchó a su padre hablar sobre matrimonio, decidió hacer algo para romper con esas cadenas que lo ataban a su familia.
— Me voy de la casa — Tragó saliva y a pesar de que sus piernas temblaban, trató de mantenerse firme.
La sonrisa de su padre era tan fría, sus ojos oscuros y sus manos apretadas sobre la mesa hizo que escondiera a Jihoon detrás él — Es mi esposo.
Los gritos y reclamos no evitaron que Seungcheol tomara la mano de su ahora esposo y saliera de su casa.
— No eres bienvenido en esta casa — Gritó furioso el señor Choi.
— No te preocupes, no pienso regresar.
Ese inesperado encuentro los llevó a lo que eran hoy en día. Una pareja de casados que pese a las dificultades se mantenían unidos y más enamorados que nunca.
Nota: solo mencionaré ciertas cosas en este mundo Omegaverse. No me centraré tanto en el tema, los hice alfa y Omega para darle un poco más de sentido a las parejas que se mencionarán más adelante
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