— ¿Entonces lo viste? — Inquirió SeungKwan preocupado al ver a Jihoon ojeroso y aún con su nariz roja.

— No solo lo ví, le dí un golpe.

— ¿Solo uno? — Expresó de manera decepcionada.

El de baja estatura asintió, tallando uno de sus propios brazos, para disimular.

— Merecía más.

— Tu no entiendes SeungKwan, por tantos meses pensé que si algún día lo veía, no me afectaría, pero lo hizo.

— Después de todo aún lo amas. ¿Por qué tuvo que pasar todo esto mientras yo no estaba? — Se cruzó de brazos decepcionado.

— ¡¡Y no sabes cuánto me odio por ser tan estúpido!!

SeungKwan desvío los ojos suspirando al escuchar la respuesta de su amigo, al sentir la impotencia en sus palabras.

— Jihoon, el momento que esperábamos llegó y ahora depende solo de ti, hasta ahora mi sobrino solo sabe que su papá está viajando.

— No le diré nada a Yoongi.

Tomó asiento, colocó los codos sobre la mesa para cubrir su rostro con sus propias manos.

— Yoongi está muy apegado a él y no encuentro la manera correcta de decirle que deje de hablar con "echeol" — Musitó con voz irónica al pronunciar el nombre del amigo de su pequeño — Él ha continuado buscándolo ¿por qué lo hace? El no quería ser papá,  por eso se fue.

— Entonces ¿por qué no lo cambias de escuela? Es una muy buena idea, así lo mantendrías lejos de SeungCheol.

Jihoon suspiró — Yoongi no tiene que pagar por nuestros errores, no es su culpa nada de lo que está pasando.

Por otro lado, Wonwoo se dirigía por Yoongi a la escuela, un suspiro lleno de calma brotó de su labios, todo apuntaba a que Mingyu parecía haberse dado por vencido ya que no lo había visto por varios días.

Observó a Yoongi esperando a un lado de la instructora, listo para ir a casa.

— ¡Tío Wono! — Gritó con una gran sonrisa en el rostro. El mayor le correspondió y se agachó para recibirlo en sus brazos.

— ¿Qué tal la escuela Yoongi?

— abulida, la maestla hoy solo nos dejó bolas y más bolas. Yo quielo esclibil un cuento no dibujal bolitas.

— ¿Qué tal si escribes tú cuento en casa? — Propuso el pelinegro, levantándose y cargando en brazos al pequeño.

— ¡¡Shiii!!! ¡¡Un cuento de pilatas!!

Wonwoo sonrió al verlo tan entusiasmado, acarició una de las mejillas del pálido y comenzó a caminar de regreso.

Cómo era de costumbre, hablaron de cualquier cosa de la cual Yoongi mostrara interés. Era un niño muy inteligente, le encantaba ser curioso y así aprender muchas más cosas.

Wonwoo mantenía sus reflejos activados para no chocar contra las personas que caminaban alrededor, mientras que al mismo tiempo le prestaba total atención al pequeño y respondía sus preguntas.

Casi llegaban al supermercado cuando SeungCheol se los cruzó, su corazón se paralizó al percatarse del buen momento que estaban pasando, era Yoongi tomando el rostro Wonwoo y llenándolo de besos. Se sintió frustrado, suspiró para tranquilizarse, pero no pudo. Ese hombre era del que Mingyu le había hablado, era ese hombre que estaba con Jihoon.

Sin notarlo comenzó a seguirlos, necesitaba confirmar lo que aquél hombre llamado Mingyu le había dicho.

“Ustedes dos querían tener un bebé,  pero no lo habían conseguido, yo solo sé que en su siguiente cita apareció con la persona que aun amo y que ahora aparentan ser una pareja”

Detuvo sus pasos en el momento que los pies de yoongi aterrizaron al suelo y este salió corriendo para brincar a los brazos de Jihoon. Unas lágrimas desesperadas brotaron de sus ojos; eran tan parecidos, esa piel tan blanca, esos ojitos gatunos y esa misma sonrisa. Necesitaba recordar pronto y recuperar su vida.

— Sano y Salvo — Pronunció Wonwoo, sonriendo dulcemente. Y besando una de las mejillas del bajito.

— Muchas gracias Wonwoo — Sonrió Jihoon.

Esa acción rompió la cordura de SeungCheol.

Jihoon le sonreía tan tierno a aquel hombre, había recibido aquel beso tan gustoso que las manos de SeungCheol se apretaron.

— ¡¡Aléjate de mi familia!! — Sin percatarse sus piernas se movieron solas y las palabras ya habían salido de su boca.