20.
Meses después…
¡Jihoon! ¡Tranquilo! ¡No te desesperes! ¡Ya casi llegamos!
Los gritos de SeungKwan retumbaban en el auto, mientras le tomaba la mano a Jihoon.
El día había llegado, el pelirrojo apretaba con fuerza el agarre haciendo chillar a SeungKwan por el dolor que le causaba, las contracciones eran cada vez más fuertes, una capa de sudor se formó mientras su ceño se mantenía fruncido.
— ¡Eres muy lento Vernon! — Gritó el de mejillas abultadas — ¡Te dije que debíamos rentarle un cuarto en el hospital!
— Conduzco lo más rápido que puedo SeungKwan — Se defendía el rubio, mirándolo por el retrovisor.
— No lo suficiente.
— La cesárea era mañana, no estábamos preparados para hoy.
— Eso no importa ahora, solo debes…
— Cállense o juro que después de tener a mi hijo los voy a golpear tan fuerte que — una contracción interrumpió al pelirrojo provocando que gritara por el dolor.
La pareja decidió guardar silencio y conducir en total calma para llegar pronto con el ginecólogo que después de Mingyu atendió el embarazo de Jihoon.
Un celular comenzó a sonar y SeungKwan pudo darse cuenta que era el de su amigo, lo tomó y contestó.
— Jihoon…
— No soy Jihoon, soy SeungKwan. El bebé ya va a nacer así que debes de mover tu trasero al hospital ¿Entendiste Wonwoo?
— ¿El bebé?
— Nooo… Mi abuela ¡Claro que el bebé!
Después de eso colgó al ver que se encontraban cerca del hospital. Jihoon mantenía sus ojos cerrados con mucha fuerza, tratando de esa manera disminuir el dolor.
— Tú parto es de sangre — Dijo Vernon de repente, acaparando la atención.
— ¿Qué? — el rostro del castaño mostraba confusión, mucha en realidad — es obvio que va a sangrar
— Mi abuela decía que hay dos tipos de partos, el sangre y el de agua así que el de sangre es más doloroso. Al parecer el parto de agua es el que menos duele — Explicó de una forma sencilla y una sonrisa de sabelotodo.
— Estás loco, eso es tonto, de seguro tu abuela consumía drogas — Escupió SeungKwan sin un poco de tacto, mirándolo de reojo.
Jihoon solo quería llegar al hospital y estar en compañía de los doctores, prefería estar ahí con suero en el brazo y rodeado de bebés que escuchando la infantil discusión de sus amigos.
— ¿Alguien entrará con él? — preguntó Joshua el nuevo ginecólogo de Jihoon.
— ¡Wonwoo! — Opinó SeungKwan, dándole un leve empujón.
— ¿Está bien si yo entró? — sus mejillas estaban coloradas y jugaba tiernamente con los dedos de sus manos.
Todos asintieron.
Minutos después un llanto inundó la habitación.
— Es un bello niño — Dijo Joshua.
Escuchar esos llantos para Jihoon eran la gloria, eso daba a entender que su bebé estaba bien y después de tanta espera ya lo tenía ahí, afuera, a tan solo unos metros de él.
Por fin iba a poder tocar sus manitas y conocer su pequeño rostro.
Sus lágrimas comenzaron a recorrer su cansado rostro, por primera vez después de tanto tiempo podía llorar por felicidad. Era un sentimiento inexplicable.
Ese pedacito de carne que se encontraba ahí era lo mejor que le había pasado, lo mas bello y puro en su corazón.
Miró a Wonwoo que no perdía detalle alguno del bebé, que en esos momentos una enfermera le hacían los procedimientos correspondientes.
— Gracias — pronunció con voz débil.
El pelinegro se volvió hacia Jihoon, lo estaban suturando y por unos breves segundos sintió un escalofrío recorrer su espalda. Gracias al cielo tenía la anestesia suficiente para no sentir dolor — ¿Gracias? — Musitó, acercándose al pálido, sonriéndole un poco confundido.
— Por no dejarme solo.
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