Wonwoo entró a la sala de descanso, dejó caer su cuerpo al suelo apenas atravesó la puerta. Su frecuencia cardíaca se encontraba alterada, podía sentir su cuerpo temblar y su respiración fallar.

¿Qué había dicho?

Flexionó las rodillas, apoyando sus codos en ellas para cubrir su rostro. Su pecho dolía, no podía evitar recordar los momentos que vivió a lado del castaño. Podía cerrar sus ojos y verse sonriendo abrazado de Mingyu.

Pero de la misma forma conseguía atraer malos recuerdos. Esos recuerdos fueron su cruz de cada noche al estar acostado a punto de dormir. Entre pensamientos veía esa escena que lo destrozó por completo.

Inicio del Flashback

Mingyu llevaba un tiempo hablando por teléfono a escondidas y voz baja, nunca lo había hecho pero desde que se enteró que Wonwoo no podía tener hijos su actitud cambio de la noche a la mañana. Se veía molesto y cuando Wonwoo lo tocaba solo dejaba un beso en su frente y se marchaba.

Llegaba tarde y en ocasiones no lo hacía, según era el trabajo que lo mantenía ocupado, pero una noche pudo escucharlo musitar desde su despacho. Wonwoo entró con sumo cuidado para no alertar a su pareja, sin embargo no fue un buen momento.

"Tendrás un hijo mío" Manifestó el alto, sorprendido por lo que le habían comunicado por el teléfono "No puede ser"

En ese instante las piernas del pelinegro flaquearon y cayó al suelo, tomando a Mingyu por sorpresa.

— Wonwoo

— ¿Un hijo?

Sus lágrimas comenzaron a desbordarse, Wonwoo entró en un estado de shock, gritando sin parar cerrándose en su mundo, dolido por lo que acababa de escuchar.

— Bebé, Wonwoo. ¡Escúchame por favor!

— ¡No! ¡Cállate! Eres un asco ¿Por qué me haces esto?

— Yo...

Mingyu no sabía que responder, su corazón se estremeció al ver a Wonwoo de tal manera. Podía sentir como un nudo se formaba en su garganta, una corriente eléctrica recorriendo su cuerpo que lo agobiaba.

— ¿Quién es? — Cuestionó el pelinegro con rabia, pero no obtuvo respuesta — ¡¿Quién diablos es?!

— JungKook

Los ojos de Wonwoo se abrieron más de lo normal, arrugó su rostro y por breves segundos no sabía como reaccionar. JungKook era su mejor amigo, la persona a la que acudía para pedirle consejos, la cual dejaba que entrara a su casa con total confianza. Ahora entendía las marcas de su cuello, podía entender por qué no le respondió cuando le pregunto si tenía un novio.

Se estaba metiendo con el suyo.

— Fue un error

— ¡¿Por qué diablos dicen eso para escudarse?! — se abrazo así mismo tratando de encontrar calma, pero no la hubo — JungKook es más pequeño que tú, que nosotros dos

Wonwoo se hizo más chiquito en el momento el que Mingyu lo quiso tocar, evitando tener contacto con él.

— Mi amor...

— No me digas así, me provoca náuseas. Por favor vete. Déjame solo.

— Wonwoo

— ¡No me toques! ¡vete! — grito de manera desesperada, parándose velozmente para alejarse del alto, ocultándose en el rincón del despacho — No quiero sentir tus asquerosas manos sobre mí.

Mingyu cerró los ojos con fuerza, arrepentido por sus acciones, nunca midió las consecuencias que le traería, solo disfrutó del placer que JungKook le hacía sentir y después el placer se convirtió en una obsesión. No entendía lo que buscaba en otros labios si todo lo tenía en Wonwoo.

— Wonwoo, yo... cometí un error no se qué estaba pensando.

— Tener un hijo con el primero que se te abriera, ¿a caso pensaste en tenerlo para que yo cuidara de él?

— ¡No! — Gritó — Claro que no, pero el día en que nos dieron los resultados, me encontré con JungKook y no sé qué pasó pero...

— No quieras hacerme sentir mal, no te atrevas a culparme por lo que has hecho — Dijo entre sollozos, acercando la manga de su pijama para limpiar su nariz — Por qué no justificará nada.

— No, tu no eres culpable de nada. Aquí el único idiota soy yo.

— Vete, déjame solo... Por favor.

Y Mingyu logró captar la orden del pelinegro. Con lágrimas sobre su rostro abandonó la habitación, escuchando los gemidos a causa del llanto de Wonwoo.

Fin del Flashback

— Me fuí para no tener que ver tu ridículo rostro — Se levantó del suelo, para limpiar su rostro húmedo — Pero la mala suerte me acompaña.