Alex no tenía ni idea ni idea de que viajar por las sombras marease tanto.

Cuando reaparecieron Gael estuvo a punto de caer desvanecido, pero él logró sujetarle. Al se tambaleó como una borracha hasta lograr apoyarse en un árbol, mientras que Luke se iba a otro a vomitar.

–¡No!–exclamó Alba–, ¿¡por qué has hecho eso!? ¡Iba a cargármelo!

–¡Déjale en paz!–replicó Alex, aun sosteniendo a Gael–, ¿no ves que el pobre está agotado?

Gael negó con la cabeza y logró mantenerse en pie, apoyado en Alex.

–No, él iba a matarte a ti–contestó a duras penas. Alba se quedó muy rígida antes de girarse hacia los árboles.

–No–murmuró–, no podía hacerlo... Me necesita viva. Sin embargo, a mí su vida me importa una mierda–. Se giró de nuevo y alzó la voz–, ¿estáis todos bien?

–Más o menos...–masculló Luke antes de seguir vomitando. Al puso una mueca.

–Eso ha sido asqueroso... Yo voy bien, un poco mareada, pero bien.

–¿Dónde está Julio?–preguntó de pronto Alba. Los semidioses se miraron entre ellos, el chico no estaba allí. Alba se dio cuenta en seguida–, no... ¿No está? ¡¡NO!! ¿¡Dónde estamos!? ¡Tengo que encontrarle!

–¡Baja la voz, Alba! ¡No sabemos cómo de lejos estamos de ellos!–le espetó Alex.

Estaban en un claro de tierra sólida, pero los árboles les indicaban que seguían en el bosque. Se oía agua cerca y múltiples insectos nocturnos.

Alba tenía cara de estar procesando información. Agarró el hacha con ambas manos.

–Voy a buscarle–anunció y se dirigió al bosque.

–¡No!–exclamó Al. Se acercó a ella de una zancada y la sujetó de la manga–, ¡no puedes hacerlo, te matarán!

–¡Vosotros no lo entendéis!–casi gritó Alba. Cogió a Al de la camiseta y la estampó contra un árbol, pegándose a ella y poniéndole el hacha al cuello–, voy a ir a por Julio. No puedo dejarle con ellos, y no permitiré que nadie, ni siquiera vosotros, me lo impida. ¿Entiendes?

Al miraba sorprendida a Alba, había palidecido y se le veía el miedo en la cara. Alex miraba la escena, atónito, al igual que Gael. Luke estaba demasiado revuelto para comprender del todo la situación.

Al cogió aire y apretó los labios.

–Alba, no–dijo despacio, pero segura–. No lo hagas. No puedes ir ahí... Y no te permitiré que les hagas daño a los chicos.

–¿Y cómo piensas hacer eso?

Al apretó la mano con fuerza, sujetando su canica metálica, y la hoja del hacha empezó a temblar. En ese momento una luz anaranjada llenó el claro.

Alex estuvo a punto de dejar caer a Gael al taparse los ojos con la mano para protegerse de la luz. Cuando desapareció el resplandor, pudieron ver a una chica con aspecto de ser un par de años menor que ellos junto a una hoguera, que tenía una luz similar a la que les había cegado. Tenía la piel morena y sujetaba un bastón de madera más alto que ella sentada. Su pelo castaño rojizo le llegaba un poco por debajo de los hombros, mientras que el flequillo le caía a un lado tapándole un poco el ojo derecho. Sonreía tranquila, a pesar de ir descalza en un claro en mitad de la noche, y su ropa no era más que una túnica marrón y una capa un tono más oscura.

–Dioses–murmuró Alex, dejándose caer de rodillas. Gael estuvo a punto de caerse de lado, pero logró mantenerse en pie a duras penas. La chica les miró.

–Levántate, hijo de Bjorn–dijo con voz aterciopelada y potente. A pesar de ser una orden, no sonó como tal. Alex obedeció, como hipnotizado. La chica miró a las otras dos semidiosas–, no debéis hacer la guerra entre vosotras. Sé fuerte, hija de Valeska. No te dejes vencer en una situación como esta: mientras esta hoguera arda, quedará esperanza. Y esta hoguera no se apagará hasta que yo muera, y este no es mi día.

Después de decir aquello, les miró a todos, uno a uno, antes de decir:

–No estáis aquí por nada. Si Lynae he decidido juntaros, ha sido por algo, y no habríais de ser vosotros quienes rompiesen ese vínculo.

La potente luz volvió, y la chica desapareció.

–¿Qué acaba de pasar?–preguntó Luke, parpadeando repetidas veces, bien por la luz o bien por la confusión.

–Kasya-murmuró Alex casi sin darse cuenta–, esa era... Era Kasya.

Sin embargo, el hecho de que la diosa de la familia y el hogar, también llamada guardiana de la esperanza, les hubiese hecho una visita quedó eclipsado cuando Alba cayó de rodillas, se tapó la cara con las manos y echó a llorar. Al se agachó junto a ella y le pasó el brazo por los hombros; cualquiera diría que momentos antes Alba la estaba amenazando con un hacha.

Tras un rato en el que los otros tres se quedaron apartados sin saber muy bien qué hacer (nunca se les habría ocurrido que alguna vez verían a Alba llorar), la chica ciega se secó las lágrimas y se levantó, rechazando la ayuda que le ofrecía Al. Guardó el hacha y se alejó del grupo, esta vez sin que nadie tratase de pararla. Cogió aire y se pasó la mano por el pelo antes de girarse.

–Supongo... Supongo que os debo una explicación–dijo. Luke asintió con la cabeza, antes de darse cuenta de que no le veía y mascullar un “ajá”, logrando sacarle un suspiro a Alba-. Está bien, os lo contaré todo... Pero antes vámonos de aquí, os lo contaré andando: no es seguro quedarse quietos.

N.A.: Kasya, totalmente basada en la Hestia de Rick Riordan XD

Espero que no se haya quedado demasiado corto... Al fin viene la historia de Alba! Pero todavía tendréis que esperar un poco 😈... Sinceramente, es la que tengo mejor hecha. La amo mucho, aunque no lo vaya a parecer :v

Estaba deseando meter a Kasya :3 También la amo XDDD

Por cierto, feliz día de la mujer! 💜 Esperemos que un día no haga falta celebrarlo....

~EOB_BOE