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–¿Te burlas de mí?–preguntó Alex.
–No–dijo Al antes de que el chico contestara–, la verdad es que yo también. Bueno, semidiosa.
–Ay dioses, esto no puede estar pasando...–murmuró el chico de blanco empezando a balancearse en su sitio.
–Sí, dioses–dijo Alba–. Y muchos, porque yo también soy semidiosa.
–¿Qué...?–dijo Alex con la boca seca, mirando a su al rededor. Sus caras parecían muy serias para estar de broma.
–¡Yo soy legado!–exclamó de pronto el que faltaba, cerrando los ojos como si algo fuese a estallar–. ¡Mi madre era una semidiosa!
–Un segundo, ¿me estáis diciendo que de toda la gente de los nueve mundos, hemos acabado aquí... Cinco semidioses?–dijo Al.
–Cuatro y un legado–le corrigió con un susurro el chico de blanco.
–Okey, conozco a Al, pero a los demás no. Yo soy Luke, vosotros...
–Alex, y ella...
–Alba–le interrumpió la chica. Su tono sonó a "no te pego un puñetazo porque sería de mala educación", lo que extrañó a Alex, pero no le dijo nada.
–Gael–dijo el chico de la camiseta blanca.
–Ese nombre me suena–dijo Al frotandose los dedos. Parecía necesitar mover la mano.
–¿No era el del mito que...?–empezó a decir Alex antes de que Gael le interrumpiera.
–Sí, no necesito que me lo recuerden, gracias.
Después dijeron quienes eran sus padres divinos, la curiosidad les podía. Al era hija de Hjalmar, el dios herrero, mientras que Luke lo era de Liska, diosa de la sabiduría. Alba era hija de Valeska, diosa del valor, y Alex de Bjorn, dios de la oscuridad. Ahí la situación ya se pasó de rara, ya que la madre de Gael también era hija de Bjorn.
–¿Eso no significa que el tío este es tu tío?–preguntó Luke al enterarse.
–Me llamo Alex–se quejó él.
–Bueno, ya sabes que tampoco hay que ponerse muy así con los parentescos divinos, porque entonces Alba y yo somos primas–le rebatió Al a Luke.
–Espera, ¿qué?–dijo Alba.
–Bah, también significaría que... Tú eres de Valeska, ¿no? Pues somos... Si Liska es hija también de Valeska, significa que... Ostras, ¿eres mi tía?
–Y no olvides que Liska es la esposa de Hjalmar, así que sois hermanastros–añadió Alex. Al y Luke se miraron antes de gritar «¡PUAJ!»
–Mejor paramos esta locura o vomitaré–dijo Al.
–Chicos, por favor–les interrumpió Alba–, somos varios semidioses armando jaleo. Podríamos atraer problemas... Decidme que alguno lleva armas.
–¿Armas? No–dijo Gael. «Yo tampoco» le dijo Alex con los labios.
–Siempre llevo una daga por si acaso–dijo Luke con orgullo sacando una del pantalón. Se fijó en como le miraban Alex y Gael y añadió–, ¿qué? Ella misma lo ha dicho. Ser semidiós atrae problemas, ya sabéis.
–Pues yo no voy armada. ¡Espera!–exclamó Al y se metió la mano en el bolsillo, del que sacó una bolita de metal el doble de grande que una canica–, ¡ajá!
–Las canicas no son armas–le dijo Alex.
–Oh, nunca retes a la hija del dios herrero si hay metal cerca– apenas terminó de hablar la esfera se elevó en el aire, se aplanó y empezó a girar. Alba cerró los ojos poniendo una pequeña mueca–. ¿Qué pasa?
–Nada. ¿Controlas el metal?–le contestó.
–Sí, ¿era muy obvio? Lo digo porque... Bueno, en fin... Yo suponía que...
–No te incomodes tanto, sí, soy ciega. Tan solo es que... Bueno, no es nada–en ese momento Alex levantó la mano para rascarse la mejilla, debía de haberle picado un bicho, y Alba se sobresaltó–, ¡Alex, enséñame la mano!
–¿No acaba de decir que es ciega?–le susurró Gael a Al. Ella asintió con la cabeza.
–Te he oído. Alex, la mano.
Él extendió la mano, sin estar muy seguro de qué pasaba. Alba parecía absorta, como si pudiese ver algo que los demás no... Lo que no tenía mucho sentido, ya que ella era la que no veía. Le pasó los dedos por la palma de la mano y empezó a murmurar:
–La marca de Cedric...–le soltó la mano–. Eres como su símbolo viviente, ¿te ha bendecido o algo?
–Eh, podemos decir que sí...
Alex se miró la mano, allí no había nada. Alba había murmurado algo sobre la marca de Cedric, ¿acaso tenía una estrella en la mano? Ese era el símbolo del dios de las estrellas, pero, ¿cómo habría podido ella verlo? Luke se le adelantó en cuanto preguntar.
–Puedo ver la magia. Es largo de explicar. La cosa es, ¿por qué tienes la marca de Cedric?
–Él es el protector de los niños, ¿no?–contestó Alex cerrando la mano. Aquello se estaba volviendo incómodo.
–Ya, pero no todos tenemos su marca–dijo Gael. Al estaba moviendo la bola metálica entre sus dedos, y habló sin levantar la vista.
–Bueno, a Cedric le abandonaron. Se supone que él nos protege a todos, pero habrá casos especiales... ¿No, Alex?
Él les miró a todos, nervioso, sabiendo que esperarían una buena respuesta. Se mordió la parte interior de la mejilla, deseando que nada de eso hubiese pasado. Al final se resignó con un suspiro.
–Está bien. Ya os he dicho que mi madre es una birkebeiner, ¿no? Un día descubrió mis poderes.
N.A.: hola :3
Antes de nada, si tenéis alguna duda respecto a la mitología u otra cosa decidla por aquí o donde sea que yo trataré de responderla (siempre y cuando no sea spoiler)
Y ahora lo importante, tengo wattpad en el móvil/celular (como sea que lo llaméis) y últimamente estoy teniendo problemas con multimedia por el almacenamiento, debo de tenerlo petado. La cosa es, me voy a ir de Wattpad unos días en cuanto al tema de la escritura, intentaré usarlo desde internet, que se puede pero no me deja escribir y ponerme en el ordenador... Como que no es plan (tengo mis razones para decir eso)
Trataré de seguir escribiendo en otra parte para tener material cuando vuelva, que no sé cuando será. No me lo voy a quitar nada más publicar esto, pero me siento mejor avisando.
Así que si me veis inactiva, ya sabéis por qué es!
Un saludo cibernético,
~EOB_BOE :3
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