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52. Van de la mano

  —¿Me cuentas otra historia sobre el Príncipe negro? —Thiago me sonríe suplicante—. Después de esta si me duermo —tose y toco su frente.

—Eso prometiste desde hace dos historias.

Mi hermanito no ha dejado de toser en todo el día y me está preocupando. Siempre ha sido enfermizo, pero esto es demasiado. 

—¿Quieres agua? —le pregunto, insistiendo en ponerle un tercer suéter. 

—¿Pero si me vas a contar otra historia sobre el Príncipe Negro?

Mi preocupación se disipa un poco al ver su sonrisa. —Está bien —me convence y, como siempre, dormimos abrazados uno junto al otro.

...

Thiago enfermó. 

Han muerto por lo menos quince niños y diez ancianos a causa de la contaminación en el pozo y hoy Thiago también cayó enfermo. No sirvió de nada hervir el agua, la tos empeoró, él empezó a sudar a mares y tuve que dejarle en cama. En los sectores veinte, veintiuno y veintidós hay decenas de niños y ancianos enfermos, a los jóvenes y a los adultos no nos hace suficiente daño, pero a ellos esto los está matando.

Rubén y yo nos organizamos junto con otros sectores, pintarrajeamos lonas y banderas y fuimos a exigir apoyo a la Plaza de la reina. Los soldados usaron agua para echarnos fuera. Tubos de los que brotaba agua limpia. ¿Cuán insultante es eso?

Camino por la Plaza de la Moneda buscando hierbas medicinales para dar a Thiago cuando el revuelo de la multitud llama mi atención. 

—¿Qué pasa? —pregunto al hombre junto a mí.

—Al parecer es alguien de la familia real —responde él. 

Desde donde estoy sólo puedo ver espaldas y cabezas, no obstante, soldados hacen a un lado a la gente para que los visitantes puedan recorrer la plaza comodamente.

Oh, no

Son Gavrel y Farrah, caminando rodeados por soldados de la Guardia.

¿Es ella? —comentan nobles y comerciantes. A los campesinos les repugna verles.

—Ella será la nueva reina.

Es bella.

¡No, no lo es!

Dolor invade mi pecho.

Farrah se comporta afable y saluda educadamente a la gente. Saluda a todos sin importarle si se trata de un noble o un campesino. Eso le ayuda a ganarse la aprobación de muchos, incluyendo a algunos campesinos molestos a los que, sin poner cara de asco, les tiende la mano. Hasta a Gavrel parece admirarle lo bien que se desenvuelve. 

Siento un nudo en la garganta. No debería ver esto. Tal vez se reconciliaron...

Farrah bromea con algunos campesinos y los anima a darle la mano a Gavrel, que los acepta con gentileza.

No luce tirana como Eleanor —comenta una mujer.

Es amable y bella —la elogia otra—. Y mira cómo hace todo lo que le pide el príncipe.   

Es cierto. Gavrel camina hacia donde Farrah le guía y se acerca a la gente que ella elige. Y lo hace con una sonrisa.

A lo mejor este año vemos nacer a un nuevo heredero —dice alguien más—.  Porque para mí eso de que vivan en el mismo lugar y no se...

Cubro mis oídos. No puedo más. Me escondo detrás de un carromato cuando les veo caminar hacia donde estoy yo, sin embargo, a tiempo atisbo a ver que van de la mano. Están caminando tomados de la mano.  

—Promete que haremos esto por lo menos una vez al mes, querido —pide Farrah a Gavrel. Se le ve entusiasmada.

Tengo que admitir que está saliendo bien.

¡Altezas! 

La gente corre hasta a ellos para hacer una reverencia y ofrecer flores a Farrah, que las recibe con un abrazo. 

Limpio mi nariz al notar que está goteando. No llores. Ver a Gavrel feliz por el éxito que está teniendo Farrah me afecta. No llores. No llores, estúpida.

—Elena —saluda alguien detrás de mí y salto. Me vuelvo para ver quién es.

Baron.

—¿Qué quieres? —suelto, molesta.

—¿Por qué te escondes?

—No es asunto tuyo —digo, tajante—. Lárgate. Te encanta hacerlo, ¿no?.

Él arquea una ceja. —¿Te atreves a echar a un miembro de la familia real?

¡Muérete! 

—Sólo déjame en paz —gruño y le dejo hablando solo.

A quien menos quiero ver es a Baron, por lo que ,e apresuro a hacer mi camino hacia donde dejé a Regalo.

—¡Elena, espera!   —Él se apresura a bloquearme el paso—. Perdóname por dejarte tirada en las Caballerías —se disculpa—. En apariencia no fue caballeroso de mi parte, pero debes comprender que perdí el duelo. Por honor debía marcharme.

—¿Duelo? Esa peleíta cobarde no fue un duelo.

—A tus ojos, no, pero competía con Gavrel. No querrías verme ser decapitado, ¿o sí?

—Oh, en realidad me encantaría ver eso.

—Lo dices porque estás enojada —deduce, esperanzado—. Por otro lado, míralo —Baron señala a Gavrel—, ¿de qué le sirvió ganar el duelo si te hizo a un lado? En cambio yo le acabo de dejar para venir a aquí... contigo.

No estoy de humor para esto. Tengo a mi hermanito enfermo. —¿A dónde quieres llegar, Baron?

—No tendrías que esconderte de mí, Elena —promete—. Yo te presentaría ante mi familia como mi amor, como mi prometida. Yo...

Ay no. —No sigas.

Doy media vuelta y empiezo a alejarme,

—¡No me importa lo que haya pasado entre tú y Gavrel, Elena!   —insiste.

—Basta —digo, molesta.

—¡Yo te acepto!

¡Ni que estuvieras haciéndome un favor!

Él consigue bloquearme el paso una vez más.

—Basta, Baron.

—Ven conmigo —suplica.

—No —digo, enfadada. 

Es lo mismo que con Gavrel. Baron es miembro de la familia real y yo pertenezco al Partido Rebelde.

—Esta noche toda la gente de la Gran isla estará en el castillo gris por la fiesta de cumpleaños de Sasha —me hace saber—. Podemos aprovechar el barullo e irnos lejos. Tengo un amigo en Teruel. Él podría...

—Lo pensaré —digo, para se calle.

—Bien —Él sonríe esperanzado. Que mala persona soy, pero no—. Te estaré esperando a la media noche en la entrada de la plaza. 

Cuando Baron se marcha me escondo en el refugio de la cuadrilla de Garay a esperar a que Gavrel y Farrah se larguen de la plaza. No puedo irme aún porque me faltan un par de cosas para Thiago. Miro con nostalgia el escondite de la cuadrilla recordando que todavía no sé nada de Garay y me preocupada. ¿Dónde estará? Tampoco he visto a Gio. Las dos veces que le he ido a buscar al Burdel de las telas para que me ayude a conseguir un médico para Thiago no le he encontrado. Dejó a las cacatuas y a Piojo a cargo.

Y no sé con quién más contar. 


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Esto sigue cardiaco... 

Gracias por estar votando, con eso me ayudan a posicionar de mejor manera esta historia :) 

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