Punto de vista de Adriana. 

El zumbido de las máquinas de café y el tecleo constante de los ordenadores llenaban el aire en las oficinas de Estadio Deportivo. El ambiente vibraba con la incesante energía de la redacción, cada rincón rebosante de pasión y entusiasmo por el deporte. Sentada en mi escritorio, revisaba una última estadística sobre los equipos que competirían en los playoffs de ascenso a Primera División. Ese era mi proyecto. Mi obsesión.

--Adriana, ¿tienes un momento?-- La voz de Javier, mi jefe, me sacó de mi concentración.

Me giré en mi silla, alzando una ceja. --Claro, Javi. ¿Qué pasa?

Javier hizo un gesto para que lo siguiera a su oficina. Una vez allí, cerró la puerta y se sentó frente a mí, con una expresión seria pero entusiasmada.

--Tengo una gran noticia para ti. --comenzó, con un tono que no presagiaba nada bueno.

Suspiré internamente, preparándome para lo peor. --¿De qué se trata?

--Este año, cubrirás la Eurocopa 2024.-- anunció, sonriendo ampliamente.

Sentí cómo mi estómago se encogía. --¿Qué? Pero... yo iba a cubrir los playoffs de ascenso. Llevo meses preparando ese reportaje.

Javier levantó una mano para detener mi protesta. --Lo sé, Adriana, pero esta es una oportunidad increíble. Irás con Sara. Las dos cubriréis todos los partidos de la selección española.

Giré la cabeza, encontrándome con la sonrisa radiante de Sara a través de la ventana de la oficina. Ella estaba claramente encantada con la noticia. Mis emociones, sin embargo, eran todo menos felices.

--Javi, yo no... no creo que esto sea lo mejor para mí. --intenté razonar, aunque mi voz sonaba resignada.

--Adriana, eres una de nuestras mejores periodistas. Necesitamos tu talento en la Eurocopa. Confío en que harás un trabajo excepcional. --dijo, con una firmeza que cerraba la conversación.

Asentí lentamente, sin poder ocultar mi frustración. --Está bien. Iré.

Javier sonrió, satisfecho. --Sabía que contaría contigo. Sara está emocionada. Será una experiencia increíble para ambas.

Salí de la oficina con el peso de la decepción en mis hombros. Sara me esperaba fuera, prácticamente saltando de emoción.

--¡Adri, esto es increíble! ¡La Eurocopa! No puedo creerlo. --exclamó, abrazándome con entusiasmo.

--Sí, genial. --respondí con un tono mucho más apagado.

Sara se detuvo, mirándome con preocupación.  --¿No estás contenta? Es una oportunidad única.

--Claro, Sara. Es solo que tenía en mente otra cosa. --mentí, intentando no mostrar lo mucho que me molestaba el cambio de planes.

Esa noche, mientras revisaba la lista de los convocados para la Eurocopa, mi corazón se detuvo al ver un nombre que me heló la sangre: Marcos Llorente. Sentí un torrente de emociones contradictorias que amenazaban con abrumarme. Nadie sabía la verdadera razón por la que no soportaba a Marcos, y no pensaba contársela a nadie, ni siquiera a Sara.

Pasé las horas siguientes debatiendo conmigo misma si debía inventar una excusa para evitar el viaje. Pero sabía que no era una opción. Tendría que enfrentarme a Marcos, cubrir la Eurocopa y hacerlo lo mejor posible.

A la mañana siguiente, me encontré con Sara en la cafetería de la oficina. Ella, como siempre, estaba llena de energía y entusiasmo.

--¿Lista para la aventura?-- me preguntó con una sonrisa.

Le devolví una sonrisa forzada. --Sí, lista.

Mi mejor amiga no sabía nada de mi secreto ni siquiera sabía que conocía a Marcos, solo espero que deje su arrogancia aparta durante un mes o lo que dure la Eurocopa. Por el bien de su trabajo y sobre todo el mío. 

Mientras nos preparábamos para la mayor cobertura de nuestras carreras, mi mente no dejaba de girar en torno a la idea de encontrarme con Marcos. No estaba preparada para revivir el pasado, pero tampoco podía evitarlo. La Eurocopa 2024 sería una prueba no solo de mi profesionalismo, sino también de mi capacidad para mantener oculto un secreto que había jurado no revelar jamás.