071, 𝐀𝐠𝐨𝐬𝐭𝐨 23, 𝐂𝐨𝐧𝐝𝐨𝐦𝐢𝐧𝐢𝐨 𝐟𝐨𝐫𝐞𝐬𝐭𝐚𝐥 𝐞𝐧 𝐜𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝 𝐝𝐞 𝐓𝐚𝐲𝐥𝐚𝐬, 𝐞𝐧 𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐟𝐮𝐞𝐫𝐚𝐬 𝐝 𝐥𝐚 𝐜𝐢𝐮𝐝𝐚𝐝.

Taylah debió oler algo mal cuando los científicos lo mandaron sin compañía para incursionar en la búsqueda de los cristales marcados en el perímetro forestal de Taylas. No era relativamente nuevo que eso sucediera, pero percibió cierto nerviosismo cuando le dieron la ubicación después de ir ellos sin él. En su mayoría solían dividirse las ubicaciones de búsqueda para abarcar más territorio. En el caso de ese terreno aislado que estaba en su parte, terminaron decidiendo que él debería ir en su lugar. Los Macarty eran personajes muy difíciles de alterar, pero estaban asustados hasta la médula, lo pudo deducir por la agitación qué sus ojos transmitían, pese a la tranquilidad de sus rostros al hablar.

Entendió la razón de ese miedo cuando un rayo de calor le atravesó el pecho al llegar al campo abierto de la construcción. La sensación le hizo cosquillas, pero conforme pasaban los segundos y el calor se concentraba en un punto de su cuerpo, empezó a hacerle daño. Se movió a un lado para evitar el calor insufrible y se dedicó a buscar la fuente del ataque .

Taylah no tuvo mucho tiempo de pensar en nada, ya una enorme bola de cemento voló por los aires con la intención de aplastarlo, él la esquivó de nueva cuenta mientras repasaba el lugar con la mirada sin abatirse un solo pelo. Ahora tenía 25 años y siete habilidades desarrolladas para protegerse, no era como si tuviera miedo, pero le generó curiosidad de donde provenían los ataques.

En Taylas, solo sus progenitores y él poseían tales habilidades sobrehumanas ¿Quién carajo estaba haciendo eso? O ¿Qué lo provocaba? De pronto se sintió como un protagonista de ficción,  ese típico personaje principal que era mandado a una misión suicida solo por mero placer, como el caballo de Troya siendo manipulado por hilos invisibles y aparte usado como distracción.

No tenía dudas de que los científicos estaban ahora en otro lugar, mientras él se mantenía ocupado con la misteriosa cosa que se escondía entre los frondosos árboles.

Él no se movió de donde estaba por un par de minutos y luego avanzó algunos pasos hacía adelante. Escuchó el silbido como una advertencia antes de recibir el impacto que dejó caer en su pecho a propósito.

Los dos cuerpos se arrastraron por el cemento, agrietando las capas hasta volver a encontrar la tierra en el fondo. El cuerpo ajeno era grande, tenía musculatura y pesaba contra el suyo, pero el rostro era difícil de distinguir. Taylah invirtió las posiciones y lo pegó contra la tierra recién levantada con una de sus manos, el estruendo del golpe elevó el polvo que descansaba en los escombros de la construcción.

De inmediato recibió un puñetazo en el estómago que lo llevó a volar por los aires, pero logró estabilizarse antes de caer al suelo, aunque derribó una pared de la casa más cercana en el proceso.

—Oh, te gusta jugar rudo —el dorado pintó sus ojos y notó el morado brillante en los ajenos. No tenía que ser un genio para reconocer un antifaz de alta tecnología y tampoco para saber que ese morado no era un espejismo proyectado por un programa. Ese hombre poseía las habilidades de los cristales, justo como él —. A mí también me gusta, déjame mostrarte.

Taylah usó su velocidad para ir en contra del desconocido y terminó derribando al hombre hasta arrastrarlo por toda la vegetación qué existía alrededor de la construcción de condominios. Esa fue la primera vez que luchaba contra alguien que pudiera hacerle frente en serio.

Descubrió que el desconocido podía volar, tenía superfuerza y velocidad, además de la visión de calor. No tenía el conocimiento de otras habilidades, pero podía percibir que hacía algo... Con el tiempo... A veces sus movimientos eran lentos, el golpe del contrario más veloz y él se sentía algo desorientado, también captó que usar esa habilidad le debilitaba energía, así que terminó aprovechándose de ese desconcierto momentáneo para abrir un enorme vórtice en el suelo y hundirlo en él.

La tierra obedeció de inmediato y apresó el cuerpo del hombre con traje rojo, cubriéndolo hasta el cuello.

—Tu reino del terror está por acabar, Macarty. —escupió, su voz salió distorsionada, como si fuera un robot —. La próxima no seré tan amable.

—Aww... Recuerda que si estás ante un rey debes hacer una reverencia —Taylah lo observó desde el borde del hoyo qué había creado. Claro que intentaba luchar por escapar, pero cuando derribaba una capa de tierra, el Macarty lo hundía en dos más —. Me has hecho sangrar, es algo que debo reconocer.

Limpió el rastro de sangre en su mejilla, tenía una buena derecha y golpes precisos, pero por su patrón de ataque, el desconocido no tenía un entrenamiento estipulado como profesional. Él podría haberlo deshecho fácilmente, pero iba por diversión, no por luchar de verdad.

—No descansaré hasta tener tu corazón fuera del pecho... —jadeó mientras escupía tierra. Su perseverancia era asombrosa, casi encantadora.

—Claro primor, esfuérzate por conseguirlo —Taylah le lanzó un beso al mismo tiempo que movía las manos para hundir en tierra al hombre de nuevo—. ¿Con quién tengo el placer?

—M —dijo, se quedó quieto, entendió que mientras él siguiera apretando la tierra a su alrededor, no podría salir —. Recuerdalo bien. Protegeré a los que pueda, de tu familia y su legado tiránico.

M, no era un nombre, solo una letra ¿Qué significado tenía?

—Un placer, cariño, pero para la próxima sería  mejor encontrarnos en mi cama, probablemente es más fácil matarme si estás encima de mí.

—Maldito hijo de...

Taylah lo ahogó por completo en toneladas de tierra, esa vez sin cuidar su cabeza. Abrió uno de sus portales y desapareció del lugar sintiendo que ahora tenía un compañero de aventuras para salir a jugar en el jardín de recesos .

Ah, tanta falta le hacía... Estaba empezando a aburrirse por ganar las cosas tan fácil.

✩｡:•.──Disparador de inspiración : WattpadAdventure