Especial de las 10,500 Vistas. Parte 2
Futaro sintió el verdadero terror al ver la expresión de espanto de la madre canalizada de las quintillizas. Él ve a su madre que estaba cerca. - MAMÁ, AYUDAME, POR FAVOR!! - decía Futaro que pedía ayuda de su madre canalizada que se acercó a ver lo que sucedía junto con Raiha, Nino y Miku.
- Aprende a ser responsable primero y luego hablamos, hijo. - dijo ella mientras evadía disimuladamente con una sonrisa para buscar un refresco.
Esó dejó al pelinegro con los ojos en forma de plato y de forma chibi. - PERO, MAMAAAA!! NO DEJES QUE TU HIJO PASE VERGÜENZAAAA!! - dijo un sufrido Futaro ante la mirada espeluznante de Rena.
De pronto se acerca otra figura siniestra, y era la segunda hermana Nino que traqueaba los dedos. - Fu-kun, será mejor que expliques lo que acaba de ocurrir... - pero fue interrumpida por el aura espeluznante de su madre. - NINO NAKANO, APARTATE O TE DARÉ UN BUEN SERMÓN DE CASTIGO. ¿ME OISTE? - decía la madre de las quintillizas con una mirada amenzante que hizo retroceder para abrazar a Miku y a Raiha.
- ESPERA, MAMÁ, NO ES LO QUE PIENSAS. TARO-KUN NO TIENE LA CULPA. TE LO EXPLICAREMOS TODO ADENTRO - decía Itsuki que se interponía abrazando a su madre tratando de convencerla a que se calme.
Ya después de un rato, Itsuki le explicó a su madre Rena todo lo ocurrido. - Y eso fue lo que ocurrió. Lo malo es que tendremos que saber la otra mitad del final para otra ocasión. - dijo la pelirroja que concluia su explicación en defensa de su novio compartido.
- En verdad, me disculpo por reaccionar indebidamente sin saber de la existencia del video que veian en camino, Uesugi-kun. - dijo Rena disculpándose ante Futaro con una reverencia.
- Descuida, Rena-san. Yo debí aclarar las cosas antes junto a Ichika, Itsuki y Yotsuba. - decía el pelinegro un poco aliviado.
- Rena-san, ahora que todo está aclarado, ¿qué tal si empezamos a preparar la comida que trajeron mi hijo y sus hijas? - dijo Nadeshiko mientras sonreía y con un guiño.
- De acuerdo, Nadeshiko-san. (miran a los demás presentes) Miku, Nino, voy a necesitar la ayuda de ustedes 2 en la cocina. Los demás pueden hacer otra cosa, porque demorará un buen rato. - decía la madre de las quintillizas pero Miku le tocó la blusa de su madre antes de ir a la cocina.
- Mamá, necesito hablar con Futaro un momento y darle mi chocolate de San Valentín que hice. En cuanto termine con eso me uno a ustedes en la cocina ¿ de acuerdo? - hablaba Miku y se mete Nino en la conversación. - Miku, antes dejame hablar con Fu-kun y con Itsuki. Necesito que ellos me despejen una duda. - decía la pelirosada mientras asiente la pelicastaña.
- Hijas, es mejor que aprovechen porque en un momento empezamos. - avisaba Rena a sus hijas aspirantes de la cocina.
- Muchas gracias, mamá. - decían ambas chicas de forma alegre.
Ellas fueron a buscar a Futaro y a Itsuki que hablaban amenamente en la sala como un par de tortolitos mientras la quinta hermana le daba otro vaso con agua para revitalizarlo. Miku se sienta a un lado y Nino al otro lado. - Hola, ternura. ¿Cómo sigues de la insolación? - dijo la hermana de en medio que apoyaba su cabeza en el hombro del pelinegro.
- Por ahora estoy mejor, Miku. Gracias por preocuparte por mí como siempre. - decía Futaro que le acaricia el cabello a la pelicastaña.
- Ahora que estamos aquí, Itsuki, necesito hablar con Fu-kun. (después dirige su mirada a Miku de forma maliciosa) En privado. Ah, Itsuki, aprovecha en volver a tu trabajo de antes. - dijo Nino que provocaba un puchero por parte de Miku y una mirada confusa de Itsuki antes de llevarse a Futaro a su habitación.
- Un momento, Nino. A qué trabajo te refieres a que vuelva antes? - preguntaba la pelirroja.
- No me digas que ya se te olvidó lo que hacías antes con mamá. Me extraña lo tuyo, Itsuki. - respondía la pelirosada con los brazos cruzados debajo de sus pechos.
- No entiendo de lo que están hablando ustedes en verdad. - hablaba el pelinegro que estaba más confuso.
- Lo que hacía con mamá antes era... (Itsuki pensaba en ese momento y de repente se sonroja cuando le entra de golpe ese recuerdo que hacía de niña con su madre Rena en vida) Desde que me convertí en la novia compartida de Taro-kun, me apegaba a él tal como lo hacía con mamá... ¡NO PUEDE SER. COMO IBA A OLVIDAR ESO! - dijo una sorprendida Itsuki.
- Ahora fue que descubriste el fuego? (dirige su mirada a Futaro) Vamonos, Fu-kun, antes que escuchemos su arrebato infantil. - dijo Nino mientras el pelinegro asentía y veían que la pelirroja iba corriendo a la cocina para volver a abrazar a su madre canalizada como lo hacía de niña.
- Ay, Itsuki-chan, no has cambiado cuando se trata de mamá. (ella toma la botella de agua fría mientras fija su mirada en Futaro y Nino) Ara, ara, que le reclamará Nino a nuestro darling. Me iré a mi habitación para mi momento a solas con Futaro-kun. - pensó la quintilliza mayor que iba con paso de coqueta a su habitación.
Vamos a la habitación de Nino. Al darle seguro a la puerta de su habitación, La pelirosada estaba con su tipica pose de los brazos cruzados debajo de sus pechos. - Fu-kun, muéstrame ese video que veian tu y mis hermanas. - exigía la segunda hermana.
- Creo que no bastó la explicación de Itsuki. Tsk, aquí está para que veas. - dijo Futaro sacando el celular con el video que veían él, Itsuki, Yotsuba e Ichika.
Cuando Nino se pone a ver el video, se sienta delante de Futaro para que el mismo la abrazara por detrás. - Ahora lo veremos los 2 juntos. - dijo la pelirosada que sincronizaba el telefono de Futaro con el televisor de la mencionada.
Cuando inició el capítulo, Nino habla. - Cariño, puedes quitarme el sostén si quieres. (la chica se coloca de frente y menea sus pechos en el cuerpo del pelinegro) Así me los masajeas bien ricolino mientras me pongo este sueter especial. - lo dijo ella de manera seductora para que Futaro la vea tal como es cuando están a solas al igual que sus hermanas.
- Lo que tu digas, mi sultana. (la pelirosada se sonroja sin dejar de sonreir) Listo, misión cumplida. Me gusta eso de ti al igual que Ichika y Miku, aunque Itsuki y Yotsuba lo hacen a menor escala. - dijo Futaro con el sostén en mano y poniendo un rostro de chico rebelde tal como le gusta a la pelirosada que se puso el sueter manga corta bordado.
Durante el video, el pelinegro le masajeaba los voluptuosos y suaves pechos de Nino que gemía mientras meneaba de la excitación su cadera como una bailarina de danza arabe. Dicho meneo hacía excitar la entrepierna del pelinegro que se había puesto ruborizado. - Aguanta, Futaro, se trata de Nino, una de tus novias. Si a la primera lo superaste, en esta también lo vas a hacer. Se hombre y no un princeso como tu otra contraparte. - pensaba por sí mismo el pelinegro.
Ya después de un rato, los 2 terminaron de ver el video. - Ten tu celular, Fu-kun, (el agarra su celular) y también esto. - decía Nino que se acercó a su novio tutor y le besó apasionadamente.
- Lo último fue tu prueba de inocencia que me has demostrado. Sigue manteniendote en la línea recta y recibirás mas recompensas como estas. - dijo la segunda hermana mientras le acaricia el cabello del pelinegro y ponia sus pechos pegados al que dos veces lo drogó.
Después que la segunda hermana se cambiara a la ropa de antes, ambos salen de la habitación y proceden a bajar las escaleras. - Y que te pareció el último capítulo que subió Apk Gratis? - preguntaba Futaro que le acariciaba el cabello de Nino.
- (ella se apoya en el hombro derecho de Futaro) De verdad me entristeció. (se reincorpora) Cambiando de tema, Fu-kun, ve con Ichika o Miku para que te den tu chocolate. Yo tengo que volver a la cocina a ayudar a mamá y a tu madre. Si vas con Miku, dile que te corte el cabello. - dijo Nino.
- Qué tiene mi cabello? Aún mantiene el mismo corte... (el pelinegro se toca el cabello pero se da cuenta que lo tiene algo largo) Carajo, acaso ya me tocó el ocho? - dijo frustrado el pelinegro.
- (Nino toma el brazo de Futaro para ponerlo en sus bendecidos pechos) Hazlo por mi, Fu-kun. Fijate que mis pechos crecieron un poco más cuando te conocí mejor que al principio. - dijo Nino con un sonrojo, tenía ojos de perrito mientras jugaba con su pelo rosado.
Raiha se acerca a los chicos que estaban en un escalón de las escaleras. - Ah, hermanito, veo que Nino-san te dijo sobre el largo de tu cabello. Aprovecha que Miku-san sabe cortar cabello. - hablaba la pequeña hermana de Futaro.
- Que más da, pero primero veré a Ichika y luego veré el asunto de mi cabello con Miku. De acuerdo? - dijo Futaro que le sonreia a Raiha y le colocaba su mano para acariciar su cabello, haciendo que Nino muestre un leve sonrojo al ver sonreir al pelinegro.
- Ok, ya no se hable más. Nos vemos en el almuerzo, cariño. (dirige ahora su mirada a Raiha) Nos vamos, Raiha-chan? - decía la pelirosada que se marchaba con Raiha a la cocina.
Futaro volvía a subir las escaleras y procede a tocar la puerta de la habitación de la hermana mayor de las Nakano. De inmediato ve el ambiente desde el piso de arriba, donde Yotsuba, Miku y Raiha que se reune con las mencionadas que saludan al pelinegro que a la vez le corresponde el saludo. De repente la puerta se abre y unas manos y brazos sorprenden desde atrás al novio tutor de las chicas para ser arrastrado a la habitación de Ichika. Dicho acto dejó a las chicas con una gota de sudor en la frente.
POV Ichika
Dentro de mi habitación, estaba tumbado Futaro-kun de espaldas en el piso con una almohada en su cabeza. - Auch, eso me dolió, aunque mi cabeza no sufrió... - pero mi darling no completó su frase cuando ve una vista inusual, y eran mis piernas contorneadas y seductoras acompañadas de una sonrisa picara. - Ara, ara, te agrada esta vista que te estoy ofreciendo, darling? - le dije al menearme lentamente mi cadera.
- Me gusta eso de ti, Ichika, pero me diste un susto del demonio que si no fuera por la almohada no viviría para contarlo. - decía mi darling que comenzó a acariciar mis hermosas piernas.
Me agacho para poner mi cabeza frente a la de mi darling con mi característica sonrisa. - Fufufu, a que no adivinas donde tengo tu chocolate para ti, mi lindo darling? - le decía mientras le aceleraba su corazón de forma seductora al poner mi mano derecha en su abdomen. - Ara, creo que ganaste algo de masa muscular al comenzar a salir con nosotras. - lo decía mientras acariciaba esos packs que estaban duros, al punto de enrojecerme las mejillas.
- Oye, tranquila, mi querida actriz en ascenso. (en eso nos besamos por un momento) Sé que eres buena cuando se trata de jugar en acelerar mi corazón cuando estoy acorralado por ti, pero bajas tus defensas cuando estas en mi posición. Levantémonos un momento, mi linda Ichika. - me sonrojé cuando me dijo "linda" y me sorprende al cargarme como una princesa.
- Futaro-kun, eres todo un principe algo fornido. Has mejorado desde que lo hicimos las 5 contigo. - le dije al poner una mirada seductora.
- Dije hace tiempo que al estar con ustedes 5 ha sido lo más feliz de lo que me ha podido pasar, a pesar que en un inicio eramos tutor y estudiante la relación. - me lo hizo recordar hace tiempo junto con mis hermanas en uno de esos ratos que estuvimos preparándonos para cada materia de los examenes nacionales en la azotea del colegio.
De pronto me pone en la cama como princesa y después se sienta en mi cama. Me incorporo por detrás para abrazarlo y acariciarlo. - Que tal si buscas la parte de mi cuerpo tengo tu chocolate? Ñam. - luego de hablarle de forma coqueta, le mordí una orejita para dejarlo nervioso.
- Me tientas, me tientas, pero ese "ñam" me atrapó con la retaguardia baja. - me sonrió de forma nerviosa.
Fufufu, como me agradaba poner nervioso a mi querido sensei con mis pretensiones seductoras cada vez que tengo la oportunidad de tenerlo cerca y a solas. En eso me levanto un momento para acorralarlo a la pared y me fijo en su rostro ruborizado. - ¡Mira, volviste a ponerte rojo, darling! - le dije mientras le tocaba con un dedo su rostro.
- ¿En serio? ¡No me digas! (hice un puchero por el sarcasmo que dijo y haciendo la cara de meme) No olvides que tuve una insolación por estar en la calle y en la azotea con Itsuki... (no pudo terminar su frase por algo que le hizo pensar) Demonios, ¿acaso he procreado la hipertensión? - me asusté con lo que dijo último.
Para evitar que le diera una locura, lo tranquilicé un momento a mi estilo. - Vamos, tranquilo, mi darling! Si quieres, acuestate boca arriba. Me quitaré la ropa delante de ti para que veas mi deslumbrante cuerpo mientras me pongo algo comodo de lo que hay en el closet. O mejor aún, ven y ponte detrás mio. ¿de acuerdo? - lo invité y sin mediar palabra asintió para ponerse detrás mio.
Cuando abrí la puerta del closet, empecé a hacerle un baile sensual mientras me quitaba la ropa que cargaba para impresionar a mi darling que empezaba a echar vapor y me sorprendí al saber que su amiguito que se estaba irguiendo. Él coloca su abrazo por el abdomen y me susurra algo por mi oido. - Que tal si te pones esa yukata que usaste en el festival de los fuegos artificiales? - yo sonreí, pero olvidé mencionarle a él y al lector que me lee que había quitado mi chocolate de mis mc pechugas un momento fufufu (les aceleré el corazón, chicos? Chuu, un beso de su oneesan favorita fufufu).
En eso me volteo para verlo por un momento, besarlo apasionadamente y le cuento lo siguiente. - Puedes acostarte, Futaro-kun. En un momento estoy contigo. - él se fue a la cama en un momento y se acostó boca arriba. Mientras sacaba mi yukata del closet, me puse a tararear una canción cualquiera. Volví a colocar mi chocolate en una parte de mi cuerpo y me coloqué solamente la yukata. - Listo, darling. También te traeré agua para que sigas refrescándote. - le hice un guiño sensual antes de buscar la botella de agua.
Al llegar al escritorio, tuve que sacar el chocolate de mis hermosos pechos y colocarlo en el bolsillo de mi yukata, porque me entró una idea. - Darling, tienes sed? - me iba acercando cuando le hablaba con coquetería como me caracterizo y veo que se levanta para sentarse.
- Decirle que no a alguien como tu, ni lo diría en sueños. - me respondía mientras yo sonreía y me siento al lado.
Me sirvo un vaso con agua y hago lo siguiente: me destapo la parte de arriba de mi yukata con mis atributos al aire. - Eso es innovador de tu parte, Ichika. - me lo decía mientras yo tenía el vaso de agua.
- Ven, te daré agua de pezón. - de pronto puso un asombro en su rostro.
- ¿EH? Acaso piensas superar tu límite de la sensualidad que te caracteriza? Me tientas pero, ¿esto no raya en lo absurdo? - me lo dijo en una forma chibi.
Entonces lo que hice fue mojar mi pecho del lado derecho. - Ven, aprovecha el bug que te ofrezco, darling. - él se acerca y se dispone a succionar el agua de mi pezón mientras hago un gemido.
- ¿Estás bién, Ichika? - me preguntaba al hacer un alto de tomar agua.
- Estoy bien, mi darling. (le acaricié su cabeza) Te daré más agua para que estés bien hidratado. - le dije mientras él volvía a succionar el agua de mi pezón y a la vez me echaba agua por mi pecho cuando gemía.
- Fufufu, cuando estamos de esta forma, parece que fueras mi hijo y yo como tu madre mientras te lactara agua. - me he divertido con mi darling con este tipo de roles.
Ya después de un rato, nos acostamos en mi cama por un momento. - Darling, ¿qué tal si te propongo algo? - le preguntaba mientras le acariciaba su cabello y el ponía su mano en el costado de mi abdomen. - Y que propuesta es la que tienes? - me preguntaba. - Que tal si a partir de ahora, cada vez que tengas sed y los dos estemos solos, sea yo la indicada para dar de beber? (pongo mis pechugas cerca de la cara de Futaro-kun para seducirlo) Mis magumbos serán tuyas a partir de ahora cuando tengas sed. - en cuanto le aceleraba su corazón, veia que su amiguito se había erguido y me miraba de asombro.
- Fufufu, cada día me agradas, Futaro-kun. Hace 2 días se me habían crecido un poco mis pechugas desde el día en que comencé a salir contigo junto con mis hermanas. (vuelvo a acostarme de nuevo para abrazarlo y besarlo) Desearía poder detener el tiempo para estar más así contigo. - le decía pero de repente me dice algo.
- También desearía lo mismo. Oye, me darás tu chocolate? Tengo que ver a Miku que es la que me falta por su chocolate y también para que me corte el cabello por lo largo que estoy. - al decir eso, le dije que lo tengo oculto en una parte de mi cuerpo esculpido. El me revisó y lo encontró en un lugar difícil de creer: lo tenía en la parte central de mi trasero.
- Cada día me sorprendes con tus tecnicas para esconder el chocolate, mi guapa hermana mayor. Qué tal si comemos un poco? - me invitaba a comer chocolate, y en verdad se veía delicioso lo que había preparado, pero nunca pensé en compartirlo con mi darling.
Luego de partir un pedazo cada uno, los 2 lo tomamos a la boca como unos niños. A mi darling le dio vergüenza hacer eso, pero a mi si. Pasado 2 minutos, Futaro-kun se levanta. - Muy bien, Ichika. Te iré dejando... - pero le corte la frase para tomar la manga de su camisa en cuanto se dió la vuelta para salir.
- Espera, Darling. Dejame abrazarte un momento. - se lo pedí, y ni corto ni perezoso accedió a abrazarme y me junté un poco más para que sienta mis mcpechugas en su pecho.
- Es para agradecerte por el regalo que nos has dado a nosotras 5, también por la visita de mi suegrita Nadeshiko-san. - terminé mi frase en un tono coqueto de mi parte.
- De nada, Ichika. Este regalo especial lo hice pensando en ustedes en un día como hoy, y además, por ser tu la que me ha velado en mi relación con tus hermanas y como una consejera. - esas palabras las había esperado, por ser la hermana mayor que en verdad velaba por el bienestar suyo cuando era su alumna, aunque tenía que justificar mi ausencia en las tutorías por mi trabajo como actriz; pero como una de sus novias, mi amor hacia él hace que la llama de mi corazón sea más fuerte que nunca.
Levanto mi mirada hacia la de Futaro y lo beso con toda la pasión mientras él sostiene mis gluteos con sus manos haciéndome gemir de la impresión. - Te veré a la hora de comer, darling. (le acaricio el cabello y en verdad lo tiene algo largo) Tienes que ver a Miku, verdad? - le preguntaba.
- La verdad no esperaba lo de mi cabello, pero igual veré a Miku. Nino me dijo que ella le cortó el suyo hace tiempo. - en verdad si lo tenía largo y con las calores que hacen ultimamente en Japón.
Se dirige a la puerta, pero de pronto tocan desde afuera. Me dispongo a abrir la puerta. - Hola, Ichika. Está Futaro contigo? - era Miku y le respondí que sí. - Usaste tu yukata del festival de los fuegos artificiales para tu momento con él? Bueno, no importa. Podrias decirle que... - Miku no terminó su frase porque mi darling ya iba saliendo de mi habitación.
- Perdón por mi tardanza, Miku. - (al salir, su mano golpea sin querer mi trasero esculpido dándome una nalgada que me hizo asustar) ¿Eh? Estás bien, Ichika? - me preguntó, pero le dije algo burlón en el oído. - Eres un muchacho que me llena de orgullo. - de pronto lo seduzco con acariciar y apretar su duro trasero, haciéndolo asustar.
De pronto pone una mirada tétrica volviéndose hacia mi. - Oye, no te excedas, o te pondré el triple de tareas. Te quedó claro? - retrocedí cuando me hizo esa advertencia tétrica muy propia de él. - Tranquilo, ya lo entendí. - hice una falsa sonrisa con escalofrío de su mirada mientras Miku hizo una gota de sudor.
Dirijo ahora una mirada a Miku. - Aquí tienes, Miku, todo tuyo. Nos vemos, darling. Chuu. - me despedí por un momento y le tiré un beso al aire mientras él se despedía de mí.
POV Miku
- Gracias, Ichika. (ahora fijo mi vista en Futaro, el chico que me ha reconocido durante la visita a las aguas termales de mi abuelo) Vamos a mi habitación, ternura. - lo llevé tomándolo del brazo.
- Miku, cuidado con mi brazo, está medio agarrotado por llevar el paquete más pesado. - me lo dijo sin yo saberlo de antemano y me sorprendí estando en la puerta de mi habitación.
- Lo-Lo siento, no sabía que te habías lastimado. Bueno, entremos un momento. - le he dado una de mis disculpas como lo hacen personas tímidas como yo, pero con el tiempo poco a poco he estado cambiando, incluso en la cocina que era la pésima. Ya he aprendido a cocinar mejor y con los consejos que me daba Nino a veces, he hecho unos buenos platos sencillos con tal de que Futaro aprecie más mi comida.
Dentro de mi habitación, él se da vuelta para mirarme. - Sabes, Miku? Tengo algo importante que decirte. - de repente se acerca Futaro a mi, pero mi cuerpo comenzó a retroceder. - Cuando hice esas compras, mis brazos quedaron agarrotados. - al seguir acercándose a mi, no podía impedir mi retroceso, pero me sentí acorralada junto a una de las paredes de mi habitación y él se apoya a la pared donde estoy con una mano suya. En pocas palabras, me puso en una posición de kabedon.
- Futaro, estás bien? - le preguntaba mientras se arrodilla ante mi. Se trata de Futaro de todas maneras, y haría lo que fuera para complacer a mi futuro esposo que vino a visitar a mi y a mis hermanas que lo amamos tanto.
De pronto me responde Futaro. - Solo algo cansado, pero el cansancio se irá cuando... - no le dejé terminar su frase cuando me dispuse a abrazar su cabeza poniéndolo en mis pechos, le acaricio su cabello y le dedico una tierna sonrisa. - Descuida, ternura, te voy a atender muy bien. (me separo del abrazo y lo miro) Pero antes, nuestro beso patentado por nosotros. - así que nos besamos tiernamente de esquimal con la nariz y por último besarnos con pasión, gracias a unos fics que he leído, doramas coreanos y japoneses que he visto, y uno que otro consejo de mis hermanas como Ichika y Nino.
Nos separamos dejando un hilo de saliva y se me ocurre una idea. - Futaro, quieres que te limpie tus oídos? No sé si una de mis hermanas lo ha hecho antes. - preguntaba con incertidumbre.
- Tienes suerte, porque nadie se le ha ocurrido hacerme este tipo de tratamiento. - me respondió Futaro con sinceridad.
Su respuesta sincera me dejó con una buena impresión de sonrisa en mis labios carnosos. - Sabes, ternura? Este es mi día de suerte. (me dirijo a la peinadora con una sonrisa para abrir la gaveta y sacar un hisopo) Voy a ser la primera en darte un buen aseo a tus oídos. (me dirijo a mi cama para sentarme) Ven, Futaro, pon tu cabeza en mi regazo. - él asintió y se acomodó lo mejor para atenderlo mejor.
Y así me puse a limpiarle sus oídos, hasta le he cantado 2 canciones de Yukawa Shione, una llamada Hinageshi no Oka (ending de Speedgrapher) y otra llamada Midori no āchi, la que canté ese día que salimos al karaoke, para que se sintiera relajado mientras hacía esta labor.
Luego de terminar mi labor con Futaro, venía la segunda fase. De pronto me entró un poco de sed. - Futaro, volveré enseguida. Traeré algo de... - iba a salir pero, Futaro me toma por la manga de mi blusa. - Espera, Miku. Ven un momento, mi pequeña soda de matcha. - me he sonrojado por el piropo que me hizo, y lo que hice fue sentarme en su regazo para mirarlo de frente y corresponderlo con otro piropo. - ¿Qué deseas, mi yakiniku sin yakiniku? (lo tomo por las mejillas) Pero hoy comerás algo mejor que eso, ternura. - le sonreí y nos besamos tan apasionados.
Lo siguiente fue la respuesta de Futaro. - Déjame ser yo el que te busque algo para tomar mientras disfrutamos nuestro momento a solas. Ya vuelvo. - al decirme eso, dejé que fuera a buscar algo de tomar en la nevera de la cocina. Aproveché ese momento en buscar algo en la gaveta y encontré algo indicado para sorprender a Futaro mientras le corto el cabello y me he dejado escapar una de mis risas silenciosas.
POV Normal
Futaro al salir de la habitación de Miku se dirige a la cocina. Al llegar a ella, puso una mirada de palo al ver a a Itsuki junto a su madre Rena como si estuviese pegado como un chicle pero sin llegar a abrazarla porque ya no es como la niña de antes. Su madre Nadeshiko se percata de la presencia de su hijo. - Ah, Futaro, hijo. ¿necesitas algo? - decía la madre canalizada de Futaro.
- Si, mamá. Vine por 2 refrescos para Miku y para mi. (el pelinegro se percata de lo que hace Itsuki) Oye, Itsuki, no crees que estás asfixiando a tu querida madre? Dale algo de respiro, por lo menos. - dijo Futaro que se puso junto a Nino.
- Fu-kun tiene razón, Itsuki. Si no tienes nada que hacer en la cocina, debes esperar en la sala como toda una jovencita obediente. - dijo Nino que le pasaba los 2 refrescos de la nevera Kenmore a Futaro.
- Es que extrañaba mucho a mamá y no sé por qué me ha entrado este sentimiento ahora que está presente. No es así, mamá? - dijo la pelirroja que abrazaba a su madre canalizada.
- Itsuki, hija, debí enseñarte a cocinar antes que yo falleciera hace años atrás antes de que asumieras el rol de madre sustituta. Pero no estás sola, (dirige su mirada a Nino) también tienes a Nino que te ayuda en ese camino que tomaron de cuidarse entre ustedes 5. (vuelve a mirar a la pelirroja poniendo su mano en el hombro) Si vas a estar en la cocina, debes aprender a cocinar de lo que estoy preparando y no depender siempre de la comida de la calle que a veces puede hacerte daño. Te he estado observando desde el cielo, hija. - dijo Rena que dejó sorprendida a Itsuki.
- Rena-san, sería una buena oportunidad que le enseñara a su hija Itsuki a cocinar algo. (Itsuki dirige su mirada ahora a Futaro) Con el tiempo, sólo cocinaría en casa y llevaría su almuerzo a su trabajo como futura profesora. (Rena se siente orgullosa de Itsuki, y la pelirroja sonrie a Futaro) Muy bien, les dejo para que terminen de cocinar. (Futaro dirige su mirada a Nino) Gracias por pasarme los refrescos, Nino. - dijo Futaro que se retira de la cocina al despedirse de los presentes.
Cerca del comedor se topa con Yotsuba que lo abraza. - Cielo, te estaba buscando. - decía ella con su humor alegre apegando sus bendecidos pechos en la cara del pelinegro.
- Oye, Yotsuba, ni siquiera me he ido y ya me estás extrañando. Querías decirme algo? - dijo el pelinegro que se zafaba del abrazo de Yotsuba.
- ¡Ah! Es cierto, toma esto. (Yotsuba me da una toalla de baño) Es de Miku, me dijo que fueras al baño que allá te verá para tu corte de cabello. (la pelinaranja le acaricia el cabello) En verdad lo tienes largo. Vamos, te acompañaré hasta el baño, cielo. - dijo alegremente Yotsuba que tomó del brazo a Futaro.
- Oye, tranquila, puedo ir yo solo. No soy un niño para que me lleven a rastras. (ve a Ichika que se puso su ropa habitual junto con Raiha y se disponen a reirse de esta escena) ¡Oh, no! ¡Qué vergüenza! - dijo Futaro con una cara avergonzada.
Llegados a la puerta del baño, Yotsuba mira a un Futaro con mirada sombría. Ella hace su pose inclinada hacia adelante observando al pelinegro. - Te pasa algo, cielo? - preguntaba la pelinaranja que le pasa su mano en el rostro de su novio tutor compartido.
Futaro de inmediato toma del moño en la cabeza de Yotsuba. - QUE SI ME PASA ALGO? CLARO QUE SÍ, TONTA. ACASO PENSABAS PONERME EN RIDICULO? CON RAIHA TENGO MÁS QUE SUFICIENTE. - decía el pelinegro de forma cómica. - NO FUE MI INTENCIÓN HACERTE PASAR VERGÜENZA, CIELOOOO. (el pelinegro suelta el moño de Yotsuba) PROMETO NO VOLVER A... - respondía Yotsuba de forma cómica pero fue interrumpida por un abrazo de Futaro.
- Perdón, mi linda trébol, no debí reaccionar de esa forma contigo. - decía él disculpándose con la pelinaranja.
Yotsuba corresponde el abrazo. - Lo sé, es tu manera de ser. Te comprendo, al igual que mis hermanas. Besémonos por mientras, mi cielo. - dijo Yotsuba mientras Futaro asentía. Ambos se besan por un momento, ya que la cuarta hermana necesitaba más minutos con el pelinegro gracias a una petición por parte de ella al autor que les escribe. Nota: Petición recibida.
Durante el beso, la pelinaranja alza su musculosa pierna derecha enrollandola en el torso de Futaro que se lo sostenía. En un momento, se separan dejando un hilo de saliva. - Gracias, cielo. Te dejaré en el baño para que te prepares mientras esperas a Miku, de acuerdo? - dijo con una sonrisa satisfactoria Yotsuba.
- Nos vemos junto a tus hermanas en el almuerzo. - dijo despidiéndose Futaro que veía irse a la pelinaranja que se tomaba sus manos en sus voluptuosos pechos.
Toma dirección a su cuarto y le escribe a alguien en su celular. - Gracias por darme este momento con Futaro-kun, Autor-kun. Al igual que mis hermanas, también te agradecemos por dejarnos entrar en tu vida. Estaremos a tu lado para siempre en las buenas y las malas. Cuidate mucho. - al final del mensaje pone un emoji de risas y lo envía. Nota: recibo un mensaje mientras escribía el capítulo y era de la pelinaranja que me dejó con la cara del negro de Whatsapp. Le devolví el mensaje con un "Gracias a ti y a tus hermanas que son lo mejor que he conocido en toda mi vida". En la habitación de Yotsuba, ella recibe el mensaje y quedó con una sonrisa satisfactoria.
En el baño de las quintillizas, Futaro ya se había quitado la ropa y estaba sentado entoallado en el sillin para tomar la ducha esperando la llegada de Miku, cuando de pronto se oye el abrir de la puerta. - Disculpa por la tardanza, Futaro. Trajiste lo que te pedí? - dijo Miku que venía vestida con un traje de baño de 2 piezas de color blanco con azul.
- Miku, ese vestido de baño... A eso te referías de esperarte en el baño? - dijo Futaro sorprendido al ver el escultural cuerpo de Miku en vestido de baño.
Miku, al ver a Futaro entoallado, se sonroja al ver el cuerpo del mismo en proceso de ser uno de la época del Renacimiento. Apartando su mirada, recupera su postura y decide buscar una manta tipo babero para colocárselo al pelinegro cuando le está cortando el cabello. - Vamos, Miku, tranquila. (ella se autogolpea sus mejillas para reaccionar) Mis hermanas y yo nos habíamos entregado a Futaro en cuerpo y alma, en el momento que quería superar su problema en su fecha de cumpleaños. - pensaba Miku.
Lo que no se esperaba era el susto que iba a llevarse cuando Futaro le acerca la lata de soda matcha en la mejilla. - Houston, llamando a la Epoca de Edo. - decía burlonamente el pelinegro.
- Kyaaahh!! (mira a Futaro) Lo volviste a hacer. Malo! Déjalo en el minicooler para que se enfríe. - decía Miku con un puchero.
Futaro se rie. - Jajajaja, quería ver uno de tus pucheros que te quedan bien. Se ven graciosos, aunque te veas enojada. Ay, mi linda Miku. - dijo Futaro que hizo sonrojar al final a la quintilliza pelicastaña.
- Pero qué dices, Futaro? Aunque tú también te ves como si estuvieses haciendo ejercicios casi todos los días. (Miku coloca las tijeras y la peinilla cerca del espejo de baño) Muy bien, ternura, en las ciertas ocasiones en que te he conocido, te he visto con el cabello largo y ya se nota que te toca este día. - hablaba Miku.
- No es lo que parece, Miku, no sé si te dije que... - decía el pelinegro pero era interrumpido por la tercera hermana que lo abrazaba por la espalda. - Sí, lo sé, Raiha-chan me lo había contado hace tiempo. Ella te lo cortaba a veces, pero preferías gastar en algún barbero que te cobrara caro como si conociera tu cabello desde hace tiempo. (Se cambia de posición para ponerse delante de Futaro) No olvides que fui yo quien le cortó el cabello a Nino y le ha gustado. Además, te saldría más barato que yo te lo corte y ahorrarías dinero, no lo crees, ternura? - decía Miku con una tierna sonrisa antes de colocar las tijeras, la peinilla y el rociador con agua.
Flashback
- Y que te parece tu nueva tú, Nino? - preguntaba la tercera hermana.
Nino no sale del asombro al mirarse su nueva imagen en el espejo. - En verdad me parezco a Yotsuba por el peinado. Pero me da tristeza dejar a un lado mi cabellera de antes, todo por dejar atrás lo que me dejaba atada al cambio. (Nino llora haciendo que Miku se de cuenta de ello) Perdóname, Miku. - dijo Nino que se levantaba para abrazar a Miku.
- Te perdono, Nino. Eres una buena hermana mayor además de Ichika. Te quiero. - hablaba Miku que le correspondía el abrazo a Nino.
Fin del Flashback
- Ah, Miku, sigues siendo la inocente y dulce chica que he conocido, aunque reconozco que has cambiado en tu personalidad. (Futaro le toca el cuello de Miku que ha estado oculto entre sus audifonos) Tienes un cuello muy hermoso y bien cuidado. - dijo Futaro reluciendo dotes de galantería ante la quintilliza de enmedio que comenzó a echar vapor en su rostro.
Miku agarra con sus dos sedosas manos la de Futaro para acariciarlo. - Gra-Gracias, Futaro. Si has visto el cuello de alguna de nosotras, bien sabes que son iguales. Además, ya has visto mi cuello en ocasiones, como esa noche que dormiste en mi habitación, cuando nos topamos en la entrada al edificio al día siguiente, y así en ocasiones. (la pelicastaña suelta la mano de Futaro para acariciarle el cabello) Muy bien, ahora te recortaré tu cabello. - dijo Miku que le acaricia la mejilla antes de colocarse detrás del pelinegro.
Miku recoge primero la tela tipo babero grande, pero antes mira las cicatrices de infancia del pelinegro casi desapercibidas en su espalda. - No se le notan mucho sus cicatrices. Al menos pudimos repararle su corazón al convertirnos en sus novias. - pensaba Miku mientras le coloca el babero grande para amarrarlo por detrás del cuello.
- Ternura, avisame si te aprieta para aflojarla un poco, ¿de acuerdo? - decía la pelicastaña.
- Está termino medio, no te preocupes. - dijo Futaro haciendo que Miku tomara confianza en su trabajo.
- Futaro, siempre has tenido ese corte desde que eras un niño? - preguntaba Miku que comenzó a usar el rociador con agua en el cabello del pelinegro.
- Bueno, te revelo que antes tenía otro color de cabello, como el de mi viejo, que era rubio natural. Lo mantuve antes de entrar a secundaria, con este nuevo tinte. Es algo raro? - contaba Futaro acerca de su cabello.
- Oye, no te robes mi frase de lo raro (Miku hace un puchero mientras se coloca delante de Futaro para rociarle la parte delantera del cabello). Respecto a tu cabello rubio de antes, si lo hubieses mantenido hasta ahora serías un buen prospecto para Nino, porque a ella le gusta ese tipo de chicos rebeldes. No sé las demás, pero a mi me gusta ver tu cabello negro así. Te ves más alto, guapo, inteligente, varonil; en fin, me gusta todo de tí. - dijo una sonriente Miku que terminaba de rociar el cabello de Futaro.
La pelicastaña coloca el rociador junto con las tijeras y la peinilla, que es lo que toma a continuación. Futaro habla. - Volviendo a mi cabello de antes, iba a tener una apariencia de delincuente juvenil, pero no crei que impresionaría a esa niña que me hizo cambiar en el viaje a Kyoto, cuando en realidad eran ustedes cinco, según lo que me relataron ese día antes de mi cumpleaños. - hablaba él mientras era peinado por Miku.
- Es verdad, aunque en esa época Nino e Itsuki nunca llegaron a conocerte de niño hasta hace un año cuando empezaste a ser nuestro tutor. ¿te acuerdas cuando me hiciste reir en el pasillo del hotel en Kyoto? - recordaba Miku sobre lo contado por Yotsuba. Nota: Sé que Yotsuba e Ichika sólo conocieron a Futaro de niño en el manga, pero agregué a Miku como algo nuevo en este fic.
- Si, pero yo pensaba que tú eras Rena porque no me sabía sus nombres, además de los diferentes estados de comportamiento que tenía... ¿y ese masaje capilar? - hablaba Futaro pero fue interrumpido por un masaje capilar de la tercera quintilliza.
- Hago esto para despejar aquellas partes enredadas de tu cabello. Es algo... raro? - preguntaba Miku algo dudosa.
- No, para nada. Sabes, Miku? Me siento feliz que seas tú quien me corte el cabello, sin menospreciar los cortes de Raiha y del otro barbero. Es como si buscase un nuevo estilo de corte en mi cabello, no sé. (Miku posa sus pechos en la parte superior de la espalda del pelinegro que se pone nervioso para dejar la peinilla) A-A decir verdad, no sé como es esto pero, yo solo confio en que harás un buen trabajo, sí, eso es. - hablaba el pelinegro algo nervioso.
Miku se enorgullece de lo que dijo Futaro mientras toma las tijeras. - Descuida, ternura. Al depositar tu confianza en mi, te dejaré guapo con el corte que te voy a hacer. - dijo la pelicastaña que tenía lista la tijera. En ese momento, Futaro le da los detalles a Miku del tipo de corte que quiere.
El corte comenzó en donde Miku recortaba aquellas partes del cabello de Futaro que fuesen largas. - Futaro, cuando fue la última vez que tomamos soda matcha juntos? - preguntaba Miku mientras le cortaba el cabello al pelinegro.
- A ver... creo que fue cuando estuvimos en el karaoke con tus hermanas hace tiempo. Al principio me era difícil adaptarme, pero con el paso del tiempo lo he intercalado entre el te y la soda. - dijo Futaro sintiéndose cómodo con la forma de peluquear de Miku.
- No tienes que apresurarte. También puedes probar el matcha en Pockys, Los compro en el recreo y cuando voy camino a casa. (usa sus manos y usa el espejo para medir la igualdad de cabello del pelinegro en lo recortado) No importa como coma o beba el matcha, me encanta. No te sientas presionado en comer o beber el matcha. En cuanto termine de cortarte el cabello, tomaremos una pausa para beber la soda matcha. ¿de acuerdo, mi ternura? - decía la pelicastaña mientras Futaro asentía.
Ella seguía recortando y tarareaba una canción. - Pa'bailar contigo, (pa'bailar); Se me alegra la nota; Quiero cantar contigo, (quiero); Una bachata en Fukuoka... - cantaba una bachata de cierto dominicano famoso. - Un corte por aquí, un corte por allá... (Miku se percata que Futaro se quedó dormido, haciendo que ella se ria taciturnamente) Fufufu, parece que alguien se ha quedado dormido. Así me facilita más el trabajo. Seguiré cantando. - decía Miku antes de seguir cantando la canción.
Luego de terminar de cortarle el cabello a Futaro, Miku coloca las tijeras junto con la peinilla y el rociador para después tomar un cepillo para remover rastros de cabello suelto. Terminado lo otro, se dispone a despertar a Futaro con un beso en la mejilla. - Ternura, ya terminé. - lo decía con su tierna sonrisa.
- ¿Eh? Ya... terminaste? - preguntaba un somnoliento Futaro que despertaba del relajante corte de cabello de la pelicastaña que asentía.
- Dime, Futaro. ¿Que opinas del corte de cabello que te hice? - preguntaba la pelicastaña con cautela mientras el pelinegro se mira en el espejo evaluando el corte de cabello.
- (Futaro adopta una mirada sombría) Para serte franco, Miku... (la pelicastaña se preparaba para lo peor, pero de repente...) ME ENCANTA. - dijo el pelinegro sorprendiendo de manera aprobada a Miku con trabajo capilar que le hizo.
Ella se toma las dos manos en la cara por la emoción. - Me alegra mucho que hayas evaluado como es debido mi desempeño en cortarte tu cabello, es... como si ganase un 100 en uno de tus exámenes. - decía la hermana de enmedio emocionada.
- Te felicito, Miku. Veo un porvenir como peluquera profesional en tu futuro, pero pareces inclinada un poco más en la cocina. - felicitaba Futaro al desempeño hecho por Miku y la llama para darle un beso en la boca, y de repente se fija en un detalle. - Por cierto, Miku, ¿es idea mía o se te crecieron un poco más tus pechos? - preguntaba Futaro que sorprendía a la pelicastaña con un sonrojo.
- (Miku echa su mirada a otro lado) Bueno, me daría pena decirlo pero... sí, estás en lo correcto. Eso pasó varios meses después de lo ocurrido en tu fecha de cumpleaños que todo se solucionó por reafirmar nuestro amor hacia tí, (se sienta en el regazo de Futaro mirándolo a él) y lo reafirmaríamos las veces que fueran necesarias porque somos tus cinco ángeles que vinieron a sanar tu corazón malherido. - dijo Miku para besarlo con ternura y abrazarlo.
- Y sabes algo más, ternura? Nadeshiko-san me dio un consejo importante cuando prepare comida, porque ese es mi porvenir en el futuro como una profesional en la cocina. - contaba la pelicastaña lo que le dijo la madre de Futaro.
Flashback. - Nadeshiko le contó en un rincón a Miku que desde el cielo vio como cocinaba la vez primera las croquetas al dejarlas quemadas, a pesar de las mentiras de Futaro acerca del sabor con tal de no decepcionarla. Después le preguntó sobre el interes de mejorar en la cocina gastronómica. Miku responde que sí y que después de la graduación va a entrar a una escuela culinaria con varios objetivos como mejorarse así misma en la cocina y hacer que Futaro pruebe su nueva comida de alta calidad posible al igual que sus hermanas. Nadeshiko se sorprende de la determinación de Miku. De ahí es que aprende una clave del éxito en la cocina: cocinar con cariño para la persona que amas (Futaro obviamente) y probar el plato cocinado antes de ser llevado al público, porque de ahi evalúa la entrega de tu plato preparado. Con esas normas fundamentales, Miku lo grabó en su mente y se empeñará en no defraudar a Nadeshiko y mucho menos a Futaro. - Fin del flashback.
- Así que mamá te contó eso? Lamento haber fingido sobre las croquetas, en verdad parecían unos carbones fosilizados al probarlos, esa es la mala noticia. (Futaro ve como Miku hacía un puchero de enojo, pero ella recapacita por lo mencionado por el pelinegro) Pero te acuerdas del primer plato que me diste a probar, el Omurice, junto con el Dutch Baby de Nino? Ese en verdad si estaba bueno, solo que debiste mejorar en la presentación del plato, pero lo demás si fue una buena noticia. - decía Futaro mientras Miku sonrie pero analizando lo contado por el mismo.
- Hoy he aprendido mucho de mi mamá y de Nadeshiko-san en técnicas de cocina al momento de preparar unos platos que serán de tu agrado y de nuestro Papá (Nota: Miku le dice "papá" a Isanari) para cuando le lleves su porción a casa. Aún recuerdo cuando ella elogió mi pan que hice como un tributo a su alma y persona cuando se apareció junto con mamá para que pudieras sanar tu sufrimiento que llevabas cada año cuando cumplías años. - dijo la pelicastaña ante la mirada atenta de Futaro.
Miku le entra una idea rara. - Volviendo al tema anterior: Futaro, te... gustaría tocarlas... de nuevo? - dijo de forma apenada la quintilliza de los audifonos dejando con mirada de palo a Futaro.
El pelinegro suspira. - Miku, no deberías avergonzarte. Tanto tu y tus hermanas como yo nos hemos entregado con la mejor calidad. Y cuando estemos a solas puedes hacer una señal de vez en cuando. (él pasa su mano en la sien de la pelicastaña que tenía una mirada de sonrojo) ¿de acuerdo? - dijo el pelinegro con una sonrisa haciendo entrar en confianza a Miku.
- No se diga más. Adelante, ternura. Mis pechos y de mis hermanas son tuyos. Puedes hacer lo que quieras. - decía la pelicastaña algo sonrojada pero con una sonrisa al mismo tiempo. Futaro no tuvo la necesidad de pedir permiso desde aquel día en que él y las quintillizas se entregaron como almas sextillizas.
Acercó con cautela sus manos en los bellos pechos de la tercera quintilliza, haciendo que ella ponga cada mano del pelinegro en su respectivo pecho para que él tenga confianza y vea que tiene a su tercera novia que le sonríe y con un sonrojo en las mejillas. Lo que hizo fue apretar los pechos hermosos de Miku haciendola gemir, mientras mira a Futaro de reojo, mantiene su sonrisa y acaricia con su lindo pie la pierna del mismo. - Fufufu, no es la primera vez que me pasa esto, se trata de Futaro, el tutor que me hizo cambiar y es mi novio compartido por el cual me enamoré. Te amo, ternura. - pensaba la tercera hermana con su sonrisa característica.
Ya después de unos minutos, Miku y Futaro buscaron las 2 latas de soda matcha para tomarlo juntos. Ella se sentó en el regazo de Futaro para darse besos indirectos cuando compartian dichas latas.
Luego de terminar de beberlas, Miku habla. - Ternura, qué te parece si te lavo el cabello para que estés más fresco como una lechuga? - preguntaba la quintilliza de enmedio y el pelinegro asentía.
- Muy bien, Futaro. Coloca tu cabeza adentro estando boca abajo con el cuello al borde de la tina mientras te echo el shampoo y acondicionador 2en1 y agua. - decía Miku dandole instrucciones a Futaro para ayudarle a lavar el cabello.
Miku comenzó a echarle agua en la cabeza de Futaro con la ducha de mano para después untarle el shampoo y acondicionador 2en1 y lavarle el cabello con sus manos. - Futaro, sientes alguna picazón mientras te estoy lavando tu cabello? - preguntaba la pelicastaña cuando Futaro le dice que está bien.
Futaro, al ser tratado por el buen cuidado de aseo dado por Miku, siente como su cabello se encuentra relajado. - Se siente genial y más relajado la forma en que me lava Miku el cabello, tal como lo hacía mamá conmigo y con Raiha. - pensaba Futaro con un sonrojo y una sonrisa. - No sólo eso, también me hace alejar de todos los problemas que me ocurra a nivel diario. - siguió pensando Futaro mientras Miku disfrutaba en lavarle el cabello.
Luego de lavar y enjuagar a Futaro, Miku lo seca con la toalla. - Mírate en el espejo un momento, ternura. - dijo la tercera hermana mientras el pelinegro asentía.
- Y ahora como te ves? - preguntaba con confianza la pelicastaña que estaba colocada detrás de los hombros de Futaro que miraba en el espejo.
- (Futaro mueve su cabeza de un lado a otro antes de suspirar con una sonrisa) Te felicito, Miku. Te ha quedado muy bien. Mi cabello se siente fresco, está suave y tiene vida propia junto con el corte que me hiciste. Te luciste... Agh. - decía el pelinegro con asombro pero fue interrumpido por un mordisco de cariño en la oreja de Futaro por parte de la tercera hermana que lo dejó sorprendido y lo abraza por la espalda. - Muchas gracias, ternura. Sabía que confiarías en mi. A partir de ahora seré yo quien me preocupe por tu estética. Ahora veré tu hermosa cara. - dijo una sonriente Miku que se separó del abrazo hacia Futaro para ver su rostro.
Cuando mira el rostro del pelinegro, se percata de algo que faltó reparar. - Falta algo más, Futaro. Dejame recortar tus cejas de hombre lobo que llevas. - dijo la tercera hermana mientras buscaba las tijeras. Miku le recortó aquellas cejas que tenía Futaro crecidas.
- Listo. Ahora si pareces un guerrero samurai de Sekigahara. Tehehe. - luego de decir eso, se produjo un silencio entre los dos para luego Miku dar la iniciativa de acercarse despacio al oido de Futaro. - Si llegas a sentirte triste por algo como lo que te ocurrió hace años, puedes llamarnos y te consolaremos, y viceversa. - dijo la tercera hermana haciendo mostrar su capacidad consoladora como una de sus novias y futuras esposas que apoyaría a su novio y futuro esposo en las buenas y en las malas.
- Eso sí, tendrás que prometernos una cosa. - seguía Miku que adoptaba una mirada seria.
- Y que cosa es? - preguntaba Futaro.
- (Miku toma el brazo derecho del pelinegro y le hace mostrar una cicatriz en su muñeca) No quiero que vuelvas a recurrir al suicidio. - respondía la pelicastaña de forma seria.
- Pero, Miku, ya no... - hablaba Futaro pero Miku le pone un dedo en los labios del pelinegro. - Prométemelo, por favor. Si llegáse a suceder, en mi caso, no sabría cómo reaccionar. - hablaba Miku que espera cabizbaja una respuesta del pelinegro.
15 segundos después, responde Futaro con sinceridad. - Lamento haberte causado muchos problemas a ti y a las chicas. (Futaro hace un juramento con su mano izquierda) Prometo no buscar más el suicidio. Llegaría a detestarme si hago llorar de nuevo a ustedes, a Raiha y a mi viejo, bueno en él no tanto. - decía el pelinegro en su juramento ante Miku.
Miku sonrie. - Promesa juramentada. Ya sabes, cuando tengas un momento de tristeza, puedes recurrir a mi o a cualquiera de mis hermanas que estamos disponibles para aliviar alguna molestia que tengas en tu alma, porque somos tus novias. (la pelicastaña se acerca a su novio tutor y tararea un tema de cierto mexicano que lleva años fallecido) Abrázame muy fuerte, amor, mantenme así a tu lado. - dijo Miku que abría sus brazos a Futaro.
- (Futaro abraza con ternura a Miku mientras siente su sedosa piel y le habla en el oido de la quintilliza) Gracias, Miku. Lo tendré en cuenta de tí y tus hermanas. Cada vez que abrazo a cada una de ustedes, me siento en paz conmigo mismo con tanta suavidad. Te amo, Miku, al igual que tus hermanas. - dijo Futaro que abrazaba a Miku por un buen momento.
Ya después de un rato, Miku se quita su bikini de 2 piezas y se da una ducha; de inmediato se suma Futaro. - ¿Sabes? No dejaré que te duches sola, Miku. - decía el pelinegro a Miku que volteba a verlo. - Y además, (se sonroja ante la mirada de Miku y la toma de su diminuta cintura) tienes una linda cintura que me cautiva. - lo decía alejando su mirada mientras Miku se ponía como un tomate pero a la vez sonrie pícaramente.
Miku toma con sus manos la mano del pelinegro y lo acaricia con su cabeza. - Gracias por elogiarme, ternura. Dejaré... que laves mi cuerpo a cambio de lavarte el tuyo. ¡Vamos! Tehehe. - dijo la pelicastaña que invitaba a Futaro a la ducha.
En cuanto Futaro le lavaba el cuerpo de Miku que estaba sentada de frente en su regazo, le entró algo en mente. - Miku, ¿te acuerdas de esa noche que estuve reuniéndolas para que vieran las cinco juntas los fuegos artificiales? - preguntaba Futaro ese detalle a la pelicastaña.
- Si. ¿Qué pasó esa noche, Futaro? - respondía Miku con otra pregunta.
- Yo... no me había percatado de esto pero, te cambiaste de peinado quedando igual al de Itsuki. - respondía el pelinegro.
- Ah, era eso. (de inmediato hace un puchero) Hasta ahora me lo cuentas, Futaro? - decía Miku con un puchero.
- Bueno, tanto tu como yo tuvimos contratiempos esa noche, y no tuve la oportunidad de decirte acerca de tu peinado, desde el momento que me pediste buscar a Ichika antes que llegara Raiha y Yotsuba para acompañarte. ¿sabes? - decía Futaro que se excusaba de lo ocurrido en los fuegos artificiales.
Miku analizaba lo que dijo Futaro con un rostro serio. De pronto ella cierra sus ojos y sonrie con un rubor en sus mejillas. - Ay, ternura, no te preocupes, no estoy enojada contigo. (Miku y Futaro se miran mutuamente para acercarse lentamente hasta darse unos besos con mucha ternura. Luego se separan con un hilo de saliva) Gracias por darme tu respuesta, Futaro. (Miku se le acerca al oido del pelinegro) En la bañera me peinaré como en el festival anterior para que te fijes bien. ¿de acuerdo? - dijo la pelicastaña dedicándole con una sonrisa que le gusta hacer a su novio pelinegro.
La tercera hermana le lavó el cuerpo al pelinegro de pies a cabeza y viceversa, pero cuando ella tocaba lavar la espalda de su novio tutor, le entró pesar al ver las casi nulas cicatrices de lo ocurrido hace tiempo y besó esas marcas como muestra de sanación a ese maltrato injusto que pasó durante su infancia.
Acto seguido lo hace girar de frente pero Futaro abraza a su preocupada novia. - Descuida, Miku. Gracias por tu preocupación. Ya no me afecta en lo absoluto. Esa malvada mujer, su hijo y sus secuaces están donde se merecen: tras las rejas. Pero ese doctor, al menos tu padre lo prohibió realizar la profesión en Japón. Pero si algún día lo veo de nuevo, yo... - decía Futaro pero su boca fue tapada con el dedo de Miku. - No dejes que tu pasado consuma tu corazón de ira y tristeza, Futaro. Si eso sucede, repararemos tu corazón las veces que haga falta, para que mantengas vivo tu llama del amor. - hablaba Miku de forma tranquila mientras se puso a acariciar el cabello del pelinegro ante la llave de la ducha abierta.
El último paso para ellos fue un relajante baño en la bañera. Futaro y Miku jugaban guerra de agua como niños de infancia al principio, para después estar abrazados cálidamente y besándose, a veces el pelinegro se ponía a saborear los pezones de Miku que no importaba estar en bajos instintos. - (Miku gime a lo que hace el pelinegro) Hmm. Fufufu, Futaro, no dejas de ser un bebé cuando haces eso conmigo al igual que mis hermanas. (vuelve ella a gemir mientras arqueaba su espalda) Hmm. Pero no importa, eso demuestra el amor que sientes por nosotras que te amamos. - decía la pelicastaña excitada cuando Futaro fija su mirada para verla detenidamente.
Miku esboza una sonrisa al chico que ama mientras mueve su hermoso cabello. En ese instante, Futaro besa el cuello de Miku y siente a la vez la esencia de su cabello. - Oye, Miku, ¿cambiaste de shampoo? - preguntaba Futaro con galantería tomándole una parte de la cabellera de la tercera quintilliza que se ponía roja y echando algo de vapor.
- ¿Eh? S-sí, pero es diferente al que te puse hace momentos atrás. ¿es raro? - preguntaba Miku de forma tímida mientras echaba su mirada a otro lado.
- No lo es, (al escuchar esa parte, la pelicastaña sonrie para mirarlo de nuevo) por un momento me pareció que había aparecido una hada de las rosas. - respondía el pelinegro con dotes de chico galán ante Miku que mantenia el vapor en sus mejillas.
Miku le hace lo mismo a Futaro. - Mmm. La esencia de eucalipto y menta de ese shampoo 2 en 1 te queda muy bien en estos días soleados. Si haces eso todos los días al ducharte en tu casa, no tendrás problemas cuando vengas a visitarnos, especialmente con Nino que es estricta en lo que se refiere a la estética de los que nos visitan. Chuu. Hueles bien, mi ternura. Teehee. Sigamos en lo que estábamos haciendo. - hablaba Miku mientras volvía a abrazar a Futaro que asentía.
Luego de un baño relajante, Futaro y Miku salen del baño para tomar rumbo a la habitación de la misma. Cuando estaban llegando a la puerta de la habitación de la pelicastaña, Nino los llama desde el comedor mientras organizaba junto a Yotsuba preparando los platos y cubiertos que van a comer. - Oigan, Miku, Fu-kun, no se demoren más de la cuenta, ya pronto estará la comida en la mesa. - dijo la pelirosada a los mencionados en el piso superior que asintieron.
Dentro de la habitación de Miku, Futaro y la tercera hermana se estaban sacudiendo sus cabellos mutuamente, después usaron una secadora de cabello de la misma forma y por último ambos se alisaron sus cabellos. Acto seguido la pelicastaña procedió a buscar el chocolate que le preparó a Futaro con cariño en el tocador. - Ten, ternura, feliz día. - dijo con cariño Miku mientras le daba un beso y un abrazo que fueron correspondidos por el pelinegro y ambos se secaron sus cabellos con las toallas.
- No quieres comer un poco, Miku? O es que aún no toleras el chocolate? - preguntaba Futaro al saber desde hace tiempo que a Miku no le gusta el chocolate.
- El chocolate que no me gusta es el endulzado con leche. Prefiero el amargo con trocitos de matcha, que es el mismo que te preparé durante la revancha de los examenes finales. Y sí, lo comemos en 2 pedazos pequeños? Fufufu. - dijo Miku mientras partía 2 trozos del chocolate para darselos en la boca cada uno como besos indirectos.
Al terminar sus trozos de chocolate, ambos salieron alegres de la habitación.
Al salir de la misma, se toparon con Itsuki y Yotsuba que estaban llorando. - Taro-kun / Futaro-kun, Miku. - chillaban ambas quintillizas.
- Qué les pasa, chicas? Ya, tranquilas, las voy a mimar. Shhhh. - preguntaba Futaro a las 2 quintillizas que lo abrazaban y él les correspondía con abrazarlas y acariciarles sus espaldas.
Miku se unió después a ver a sus afligidas hermanas y las abraza por detrás. - Descuiden, chicas, también las consolaré. - dijo Miku calmando a sus hermanas.
- Se trata... snif... de tu mamá... - decía Itsuki que decía la mitad de la frase entrecortada. - ...y de la nuestra...snif. - terminaba Yotsuba en decir la frase en el mismo estado.
- ¿Qué fue lo que les pasó a ellas dos? - preguntaba Miku con un tono preocupado.
- HAN DESAPARECIDOOO... BUAAAAHH... - decían ambas llorando dejando impresionados a Miku y a Futaro.
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Fin del Especial de las 10,500 Vistas. Parte 2
Saludos, nakamas. Pensaba hacerlo en 2 partes, pero tuve que forzarlo a dividir este segundo capitulo en dos, quedando en lo que sería 3 partes de este especial. Hay partes de este capítulo en donde tendrán frases spoilers de los siguientes capitulos de la trama original. Sin más, me despido de ustedes.
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