Abril 11. Parte 1: Quintillizas Nakano Consultorio Psicológico
Eran las 4:15 a.m., y de repente se despierta Futaro. – Pobrecitas, se han sacrificado para remediar esa pesadilla que me atormenta por etapas – decía Futaro en sus pensamientos mientras observaba a las chicas con una leve sonrisa.
Flashback – El reloj marcaba las 2:00 a.m., y el cuerpo de Futaro comenzó a recuperarse de los efectos del somnífero; no obstante, él comenzó a hablar solo echándose la culpa y golpeaba el piso con el puño derecho. Nino y Miku, que se encontraban cerca de él, lo levantan para abrazarlo y calmarlo. Itsuki y las demás hicieron lo mismo, y cantaron un tema en la cual Futaro tenía cierto recuerdo alguno de su infancia, pero sintió que las chicas la cantaban entrecortada la canción. – Fin del flashback.
Se levanta tomando el celular para buscar la imagen de su madre hace 7 años y se sienta para observarla con nostalgia. Pasado 5 minutos, seguía Futaro observando a su difunta madre en el celular. Era una mujer sencilla y muy jovial, que sonreía junto a sus hijos. – Mamá, Raiha y yo te extrañamos. – decía nostálgicamente Futaro.
De repente le comienzan a salir lágrimas de sus ojos, haciendo que las quintillizas se despierten una vez más. - ¿Estás bien, Fu-kun? ¿Volviste a tener de nuevo esa pesadilla? – preguntaba Nino.
Miku al despertarse se entera de un detalle en la pantalla del celular de Futaro. - ¿La que sale en la pantalla es tu madre? – preguntó Miku, pero era interrumpida por una petición de Itsuki a las chicas. – Antes que contestes, Uesugi-kun, ¿nos esperas un momento? Chicas, reúnanse un momento. – decía Itsuki convocando a una reunión en la habitación mientras Futaro seguía viendo el celular con el rostro de su madre y a su vez Miku hacía un lindo puchero mientras iba en camino a la reunión en la habitación.
– ¿Qué tienes en mente, Itsuki? – preguntaba Nino. – Vamos a hacer un estilo de consultorio psiquiátrico. Esta habitación será el consultorio, y cada una hablará con Uesugi-kun para que él esté más cómodo. Se permite cualquier estimulo cariñoso. El tiempo depende de cada una, y pueden hacer duetos como máximo. Nino, comienza tu primero. Miku y yo haremos un dueto para animar a Uesugi-kun, pero iremos de últimas. Cuento contigo, Miku – hablaba Itsuki quien estaba junto a Miku.
– Si, Itsuki, nuestro objetivo es hacer creer a Futaro que lo apoyamos. – respondía Miku con paso decisivo.
– Ustedes decidan el orden. –decía Itsuki dictando las reglas a sus demás hermanas.
– Entonces yo seré la siguiente en ir a solas con Futaro-kun después de Nino. – dijo Ichika con decisión.
– Iré de tercera. – decía Yotsuba con ánimo.
– Gracias por darme el lujo de ser la primera, Itsuki. Haré lo que pueda para motivar a Fu-kun. – dijo Nino motivada.
– Muy bien, ya está decidido. Hagamos la señal quintilliza. –decía Itsuki a sus hermanas. – FUTARO UESUGI, TE RESCATAREMOS!! ADELANTE!! SIIIIII!! – gritaron al mismo tiempo.
Luego de la reunión, salen las quintillizas. Nino se acerca a Futaro que tenía una mirada inexpresiva. - ¿Qué planearán? – preguntaba Futaro en su mente.
– Ven conmigo, Fu-kun. Vamos a la habitación. –decía Nino que le tomaba de la mano a Futaro para llevarlo a la habitación.
Ya dentro de la habitación tipo consultorio de las quintillizas, ella dice. – Solo ponte de rodillas al frente mio mientras me siento en una silla y cruzo las piernas. ¿entendido? – hablaba Nino dándole instrucciones terapéuticas a su estilo.
– OK, cuando quieras, soy tu paciente. – asentía Futaro mientras Nino decía – Muy bien, comencemos. Mira fijamente mis piernas cuando las cruzo de manera lenta hasta que incremente la velocidad. Véalo como si fuera un estímulo hipnótico. – dijo Nino.
Varios minutos después, ella se detuvo y le mira tomándole el rostro de Futaro. – Ahora te quedas quieto un momento. – Ordenaba Nino a Futaro que asentía de modo inexpresivo.
Ella procedió a acostarse en un futón. – Ven, Fu-kun. Pon tu cabeza debajo de mis pechos para que te relajes hasta que estés listo para hablar con confianza. – hablaba la pelirosada mientras Futaro ponía su cabeza debajo de los pechos de ella como una almohada donde ambos hacen la forma de una T acostada. Nota: Nino todavía usaba su famoso camisón de rayas lilas y rosadas.
Ella comenzó a cantar con la boca cerrada mientras le sacude suavemente el cabello a Futaro. – Parece una terapia sacada de algún loco vídeo erótico. – pensaba Futaro con algo de sarcasmo en su mente.
De pronto le entra en su mente imágenes de los momentos felices que vivió en su temprana infancia hasta en las últimas instancias con Raiha.
– Mamá. – decía él al sacar una lágrima en uno de sus ojos. Algo que Nino llegó a percatarse. –¿Estás bien, Fu-kun? Deja que me incorpore para que te abrace mientras te sientas de rodillas. – decía Nino a Futaro al momento de sentarse.
– Mmmm, que rico se siente abrazarte. En vez de un oso de peluche, tu piel es como la del conejo, mi animal favorito. – decía la pelirosada sonrojada. Un detalle en la cual Futaro recordó el día que ella usaba un yukata de conejos en el festival de fuegos artificiales pasado.
– ¿Podrías, por favor, mostrarme tu celular donde sale tu mamá y contarme algo de ella, Fu-kun? – preguntaba ella. Futaro sólo le contaba algo de la vida de su madre fallecida, y era el mismo guion para las demás quintillizas en contarles para que haya algo de equidad.
– Gracias de corazón, Fu-kun. Anímate, ¿de acuerdo? Otro día Itsuki y yo te enseñaremos yoga para que endereces tu equilibrio emocional. – en medio de esto le planta un beso en la mejilla y le abraza mientras ésta le agradecía por su pequeño tiempo a solas.
- Muy bien, que pase la siguiente. – decía Nino dejando la entrada abierta para que converse con Futaro, y era Ichika la que esperaba turno.
– Muy bien, Futaro-kun, ahora es mi turno. – dijo la pelimorada lista para dialogar con el pelinegro y con una sonrisa coqueta que la caracteriza. Ella usaba un pantalón corto pequeño donde se realzaba sus muslos y un suéter de rayas con tiras. Algo que Futaro no esperaba, porque Ichika era conocida por dormir desnuda junto a una pila de ropa usada.
– Vaya, no esperaba eso de ti, pero te va bien con tu figura. – decía un halagador Futaro, algo no habitual en él. – Gracias por el halago, Futaro-kun. – dijo una sonrojada Ichika.
- ¿Nos sentamos? – preguntaba Futaro invitando a Ichika a sentarse en el piso.
– Está bien, me sentaré primero apoyándome a la pared. Listo, ahora pon tu cabeza en mi pecho mirando hacia adelante. Sólo relájate. – decía Ichika mientras enrollaba sus brazos en la cabeza de Futaro.
- ¿Cuándo fue la última vez que estuvimos a solas? –preguntaba Ichika a su compañero tutor.
– Creo que en el campamento escolar pasado. Ahí te pegué la fiebre, pero esa fiebre me la pegó Raiha. – dijo Futaro.
– Pobrecita, ¿y tu padre no estuvo con ella? – preguntaba Ichika mientras abrazaba por detrás a Futaro.
– Esa noche él trabajaba y me quedé en vela con ella. No he podido dormir en toda la noche, hasta que él llegó en la mañana y de repente en la mañana se despertó Raiha con hambre. Yo iba a dormir en mi cuarto, pero de repente llegó Itsuki y me llevó a rastras donde ustedes con la excusa del miedo a los fantasmas en la prueba de valor. – terminó de confesar Futaro.
-¿Y por qué no dijiste nada? ¿Por miedo a que te regañe Itsuki-chan en ese entonces? Si hubieses hablado de frente de lo que pasaste con Raiha-chan, te habríamos entendido, sin importar como nos iría en el campamento. – hablaba Ichika.
– Era mi primera vez que iba a un campamento escolar. No tenía a nadie en quien poder entablar una charla amistosa... ah, me olvidé que Maeda estuvo en el campamento, por lo menos estuvimos hablando un poco mientras vigilábamos el arroz. De ahí no supe más nada. Por cierto, cuando Nino no confiaba en mi durante el hotel, he estado vigilando su forma de actuar en mi presencia. Por suerte escuché sigilosamente la parte cuando dijo que fuera a dormir en la caseta del perro. En verdad iba a hacerlo, pero, fue en ese momento que rompí el hielo cuando decidimos jugar con los naipes que traje. También iba a bañarme en las aguas termales lejos de ustedes, pero al escuchar su conversación de quién iba aponerse de lado mío para dormir, preferí no hacerlo y me fui directo a dormir con tristeza... – seguía confesando Futaro a Ichika.
– Está bien, Futaro-kun. En nombre de mis hermanas, te pedimos disculpas por hacerte pasar momentos embarazosos. ¿de acuerdo? Bueno, cuéntame sobre tu madre cuando estaba en vida. Soy toda oídos. – decía Ichika de forma tierna con un abrazo. Y Futaro volvió a contarle lo mismo como hace rato con Nino.
– Oye, Futaro-kun, ¿te han dicho que al abrazarte pareces un peluche? – preguntaba Ichika de forma curiosa.
– Nino me dijo algo parecido, pero lo cambió con un conejo. – decía Futaro.
– Jejeje, a ella le gusta los conejos. Me sorprendiste al detectar ese detalle en ella, Futaro-kun. – decía sorprendida Ichika mientras su compañero tutor asentía.
–Te dejo, Futaro-kun, estamos juntos en lo que sufres. Yotsuba es la siguiente. La llamaré. Ven, Yotsuba.
– Se despedía Ichika mientras llamaba a Yotsuba. Futaro esperaba con mirada inexpresiva a Yotsuba que venía entrando de forma cuidadosa. Nota: A partir de la entrada de Yotsuba, romperé otra cuarta pared con una identidad oculta que posee ella.
– Hola, Uesugi-san. ¿Cómo te encuentras hoy? – saludaba la pelinaranja.
– Veo que eres la siguiente, según Ichika. – decía Futaro de forma inexpresiva.
– ¿Sabes? Hay algo que debo decirte: no se lo he dicho a ninguna de mis hermanas, YO TENGO OTRA PERSONALIDAD. – dijo Yotsuba revelando un secreto a Futaro.
- ¿De qué hablas, Yotsuba? – preguntaba Futaro de forma extraña.
– En cuanto me desate el cabello que tengo atrás oculto, te darás cuenta. – dijo Yotsuba.
De repente se da la vuelta y pone sus manos debajo de su cabello, desata un moño que tenía un restante de cabello amarrado por debajo de su cabello normal y en la cual se deja caer llegando a una altura un poco largo al cabello de Miku sin sus audífonos. Algo que dejó sorprendido a Futaro. - ¿Eh? ¿Yotsuba? – preguntaba él.
– Te equivocas. Soy su identidad oculta, para ser exacta, soy la personalidad madura de Yotsuba. Me llamo Yoko. Gusto en conocerte, Futaro-san. – decía la identidad oculta de Yotsuba llamada Yoko.
– El gusto es mio, Yot... quiero decir, Yoko. – decía sorprendido Futaro mientras Yoko (el lado adulto de Yotsuba) se amarraba con el moño que usaba Yotsuba para hacer una cola de caballo.
– Me tengo que quitar este pijama infantil de Yotsuba. Usaré una ropa interior de Ichika. Luego Yotsuba se encarga de arreglar lo ocurrido. – dijo Yoko con coquetería mientras Futaro quedaba pasmado de lo que acaba de ocurrir.
– Muy bien, Futaro-san, me sentaré de rodillas mientras pones tu cabeza en mi regazo y me encargo de limpiar tus orejas con un hisopo. – decía Yoko con ternura.
– Acepto tu propuesta. – dijo Futaro. – Me enteré por Yotsuba que tienes un problema relacionado con tu cumpleaños y el aniversario de tu difunta madre, ¿cierto? – preguntaba Yoko mientras Futaro asentía. Él le contó lo mismo que a las anteriores hermanas como era su madre en vida.
Después Futaro le pregunta. - ¿Tienes algo que contarme acerca de tu personalidad? – Ella le responde. – En realidad, yo soy la parte madura de Yotsuba que interactúa cada vez que nos vemos en un espejo. A veces siento que el estar encerrada internamente no hace madurar por su cuenta Yotsuba, como si tuviese miedo a encarar su responsabilidad ni quiere despegarse de su personalidad infantil. Desde que comenzó a usar una banda en la cabeza durante su niñez, ha ocasionado el infarto de su abuelo después de insistir que se lo quitara. En ese momento tuvo que crearme como su parte madura, y la he estado aconsejando de lo que debe hacer y lo que no, pero es una lucha bastante titánica con esta muchacha,a pesar que tiene la condición atlética para poder representar incluso a nivel mundial para Japón. Me gustaría que ella lo usara para su beneficio propio y no solo para ayudar a cierta disciplina deportiva a nivel escolar. – contaba Yoko acerca de Yotsuba.
– Es cierto lo que dices. Al principio, pareciera que le estaba cortando las alas para que se enfocara en los estudios. Ahora al percatarme de ser buena en los deportes, me he dedicado este año a que ella y sus hermanas se concentren en cumplir sus metas profesionales. Pero, aún recuerdo que me hizo una supuesta confesión de amor en la cual me dejó perplejo, pero por suerte fue una broma... - decía Futaro cuando lo interrumpe Yoko.
– Lo entiendo, Futaro-san. Trataré que Yotsuba no se enamore de ti y se enfoque más en su futuro profesional. Luego de una charla de 15 minutos y de limpieza de oído, Yoko se despide de Futaro.
– Me coloqué el pijama infantil de Yotsuba. En cuanto me haya amarrado el excedente de mi cabello, vuelvo a mi interior. Ojalá sigamos conversando otro día, Futaro-san. Que se mejore. – se despedía Yoko para volver a ser la infantil Yotsuba. – Gusto en conocerte, Yoko. – dijo Futaro.
- ¿Y bien? ¿Qué te pareció mi amiga Yoko? Sabía que tú y ella se llevarían bien. – decía Yotsuba que volvió a ser la misma y se amarraba su típico lazo en la cabeza.
– Es verdad. Gracias por tu tiempo, Yotsuba. –agradecía Futaro mientras la pelinaranja sacudía su mano como señal de despedida.
– Ya terminé. Les toca a ustedes. – decía Yotsuba a Itsuki y Miku que hacían turno para entrar.
– Vamos, Miku, es hora de nuestro turno. – decía Itsuki con un peinado peculiar a lo acostumbrado.
– Está bien, Itsuki, ya te sigo. – dijo Miku que la secundaba. Ambas estaban enpijamadas y se veían felices y tiernas.
Flashback – Itsuki le pidió a Miku que la peinara igual que ella para sorprender a Futaro. Miku peinó el cabello de Itsuki con su típico peinado quedando casi exacto del que la peinó. Itsuki agradeció a Miku por hacerle un peinado igual. – Fin del flashback.
Cuando entran, ven a Futaro de espaldas añorando a su difunta madre, y de pronto le tapan los ojos lentamente 2 manos. – Adivina quiénes somos. – decían dos voces detrás de Futaro.
Él palpa las 2 manos, ambas eran suaves como la seda, para darse la vuelta y sus ojos parecían engañarse. – Ah, eres tú, Miku... ¿Qué? ¿2 Mikus? – decía confuso Futaro al contemplar a las 2 quintillizas.
– Ya veo, también viniste, Itsuki. – dándose cuenta de la identidad de la otra quintilliza disfrazada de Miku que sonreía.
–A que no esperabas este recuerdo, ¿verdad, Uesugi-kun? – decía Itsuki que motivaba a Futaro.
- ¿Qué te parece si nos ponemos en la ventana a esperar el amanecer, Futaro? – sugería Miku.
– Muy bien, chicas, pongámonos donde está la ventana. – decía Futaro con una leve sonrisa. Ellas se sientan junto con su compañero tutor. Itsuki se sienta al lado izquierdo de Futaro y Miku hace lo mismo al lado derecho. Ambas lo abrazan.
– Cuando te levantaste pensé que te dio otra pesadilla, Uesugi-kun. – dijo Itsuki. – ¿Cómo te sientes hoy, Futaro? – habló Miku.
– Por ahora algo mejor. Oye, Itsuki, no esperaba verte de nuevo con el peinado de Miku. – decía algo sonrojado Futaro.
– ¿Quieres saber la verdad? Fue idea de Ichika y Nino en ese entonces con tal de hacerte una broma para ver si eras capaz de identificarnos. – contaba Itsuki.
– Mmmm, que rico es abrazarte, eres como un cálido oso. – decían las 2 quintillizas. Miku se entera de un detalle en el celular de Futaro. – ¿La que sale en el celular es tu mamá? –preguntaba Miku.
– Si, es ella. – respondía Futaro. - ¿Qué extrañas de ella? –preguntaba Itsuki cuando finalmente nos revela Futaro lo que le contó a las demás quintillizas. – Su sencillez, su sonrisa, su amor de madre hacia Raiha ya mí, su forma de cocinar, como asar pan casero, en fin, un montón de cosas en las cuales tuvimos la dicha de tener a ella como madre y tanto Raiha como yo estamos agradecidos de ser como somos hoy día. – respondía Futaro con voz calmada.
– También extrañamos a mamá. Pero más triste es que alguien cumpla años en la fecha que muere un ser querido, como en tu caso, Futaro. – dijo Miku.
– Espero con ansias tu historia que te ha atormentado cada año días antes de tu cumpleaños. – decía Itsuki mientras le sobaba el cabello de Futaro.
– Chicas, les agradezco mucho por acompañarme en esta especie de letanía. – agradecía Futaro con unas lágrimas a las 2 quintillizas que seguían abrazándolo, acto seguido ellas cantaron un tema de Ayumi Hamasaki llamado "Heaven" para calmarlo y al final le besaron con ternura en cada mejilla.
– Tranquilo, Uesugi-kun. Estás en buenas manos. Has hecho mucho por nosotras, ahora nos toca hacer mucho por ti. – Consolaba Itsuki a Futaro con un tono calmado.
– Itsuki tiene razón, Futaro. Tu compañía, en donde estemos, nos reconforta y acorta distancias, mientras compartimos momentos tristes y alegres dentro y fuera de los estudios. – hablaba Miku.
– Uesugi-kun, ¿por qué no nos tomas una foto de tu celular? Para que veas lo preciosas que estamos, aunque imite a Miku. – sugería Itsuki al mirar junto con Miku a Futaro que estaba con asombro.
– Antes que nada, cuando dormí esa noche en su condominio lujoso, me sorprendí al verte con el peinado de Miku al día siguiente, solo el color del pijama fue la diferencia en reconocerte. También pensaba esa idea en la cabeza de una foto con ustedes 2. – decía Futaro con algo de sonrojo.
– ¿En serio? Pero acuérdate que tú y yo estábamos peleados en ese entonces y yo vine a disculparme, pero me empujaste para que no entrara al cuarto de Miku a ver qué pasaba. – recordaba Itsuki a Futaro.
– Si, pero tenía miedo en ese entonces de ser vapuleado por ustedes luego de ver a Miku en la cama que ella me prestó. – contaba Futaro lo que ocurrió.
– Entonces si fue cierto que vine a mi cuarto esa noche y sin darme cuenta dormí contigo. – dijo Miku reaccionando a lo que pasó en ese entonces.
– Pero para serte franco, Miku, tú estabas en la orilla de tu cama y tuve que quedarme esa noche en el piso como una especie de lona en caso que giraras hacia el piso y caerte. – hablaba Futaro a Miku.
– Vaya, entonces te agradezco mucho por ser precavido, Futaro. – decía Miku sonrojada con una sonrisa.
– Después ya sabes que paso contigo, Itsuki... - hablaba Futaro mientras lo interrumpía Itsuki. – Lo sé, me llamaste Miku cuando usaba sus audífonos y estaba dormida con el motivo de poder disculparnos mutuamente. – decía ella.
– Pero lo más triste para mí, fue lo del campamento. – Itsuki y Miku reaccionaron a lo último que dijo Futaro.
- Después del regaño que recibimos Ichika y yo por parte del profesor, tuve que buscar una salida y no he dormido bien luego del regaño recibido por ustedes 2 cuando estuvimos encerrados en la bodega de las leñas junto con su mirada de desconfianza que me dejó grabado en el cerebro y tuve que estar afuera para despejar mi mente, y no fue a eso de las cinco de la mañana que me entró el sueño. – recordaba con nostalgia Futaro ese momento triste.
– Perdóname por no escuchar tu versión, Futaro, pero en ese momento seguía la normativa de igualdad entre nosotras. – se disculpaba Miku de forma arrepentida mientras Itsuki respondía de la misma forma. – Yo también me sentí culpable al no escucharte, pero al saber que te dejamos perplejo con el regaño yo tenía mis dudas en creerte o no, pero al enfermarte, nos dimos cuenta que eras inocente de tus actos. También merezco que me perdones, Uesugi-kun.
– Es que cosechamos lo que sembramos luego que llegamos procedentes de Kurobara, con esa retórica absurda que nos dijeron sobre los hombres por ser lo peor que han existido en este mundo. Pero con el tiempo de conocernos, Futaro, nos has abierto los ojos al saber que no todos los hombres son así. Estoy muy contenta de tener a alguien tan confiable como tú. – dijo Miku con ternura.
– Para corregirte, Miku, no solo tú, también a nosotras que hemos experimentado cambios en nuestra forma de ser, y de seguro tú también has cambiado en algo, Uesugi-kun, porque con el tiempo nos hemos convertido en tus mejores amigas que fueron caídas del cielo como ángeles guardianes. Cuando vivíamos en el condominio y ahora en el apartamento, tu presencia es y será un gran aliciente para nosotras, pero también tienes tu vida y no queremos abusarte de ella, pero siempre teniendo en cuenta de la responsabilidad de cuidarnos cuando no está papá con nosotras. – decía Itsuki.
- Ahora que mencionaron a su padre, no olviden que estoy viniendo por mi cuenta a pesar de no ser su tutor oficial. En caso de que él venga estando yo con ustedes, lo sorprenderé con lo que voy a proponer, y lo más seguro es que venga hoy. – dijo Futaro dándole una esperanza a las 2 quintillizas.
– Yo desconozco los motivos por la cual papá no te soporta, pero nos alegraría que volvieses a ser nuestro tutor. Todas te daríamos una recompensa, claro, además que se acerca tu cumpleaños. – se alegraba Itsuki con el deseo que le proponía a Futaro.
– También estaría feliz que volvieses a ser nuestro tutor, porque estando contigo me siento más segura con las enseñanzas que nos das, ya sea dentro o fuera de las tutorías. Te prometo que no me alejaré de ti cuando vengas a responderme algunas preguntas que no entienda de las materias. – decía Miku con una sonrisa de esperanza.
–Uesugi-kun, te prestaré un bastón extensor de selfies que tengo para que nos tomemos una foto con nuestros peinados a la "Miku". – dijo Itsuki. – De acuerdo, no perdamos tiempo. – hablaba Futaro. Él se tomó la foto con las 2 quintillizas como un deseo que fue hecho realidad.
– Bien, me dispondré a bañarme primero antes que ustedes. De seguro las otras ya se han bañado. Nos vemos ahora. – dijo Futaro preparándose para tomar el baño tomando la toalla.
Cuando Futaro se dirigía al baño, las 2 quintillizas buscan el celular del mismo.
–Miku, trae tu celular mientras traigo el mio para compartir la foto que nos tomamos con Uesugi-kun. Activa el bluetooth para recibir la foto. – decía Itsuki a Miku que asentía.
Luego de tener ambas chicas la foto en sus respectivos celulares, han salido con un aire de satisfacción en sus rostros. – Gracias, Itsuki, con tu participación hemos logrado un recuerdo más con Futaro. Te quiero mucho, hermana. – decía Miku abrazando a Itsuki.
– Yo también te quiero, Miku, esto lo hacemos para crear recuerdos con Uesugi-kun. – dijo Itsuki correspondiendo el abrazo de Miku.
Fin de Abril 11. Parte 1: Quintillizas Nakano Consultorio Psicológico
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Que tal, mortales? He decidido crear este capítulo (Abril 11) dividido en 2 partes por ahora. En la otra parte intervendrá el Dr Hell Nakano a hacer de las suyas ante Futaro y las quintillizas. Si se dieron cuenta, esta parte no tiene como los anteriores. He vuelvo a romper otra cuarta pared, esta vez con Yotsuba que posee una identidad oculta, donde lo tomé de Odín, uno de los 2 alteregos de Julieta del anime Romeo X Juliet. Sin más que decir, muchas gracias por haber llegado a los 1000 leidos entre los 3 primeros capítulos. Saludos y nos vemos, mortales.
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